No fue mas que un susto

NO FUE MÁS QUE UN SUSTO

El viaje de casa de los Buchanan, Chase lo ha sentido muy largo, debido a la angustia por saber del estado de Vanesa.

—¿Por qué?... ¿por qué ahora?. No puedo perderla Adam, ¡es mi vida!. Todo lo que hago, lo hago por ella y para ella.

—Debemos tranquilizarnos, yo también estoy angustiado como tú Chase. No sé qué panorama encontraremos, pero por el bien de ella, debemos ser fuertes.

—Me pides demasiado. ¡Dios! Esta angustia, me está matando.

—El hospital está cerca amigo, ya vamos a llegar y podremos verla.

En el hospital la doctora Diana se reúne con sus visitantes, se les veía sumamente preocupado.

—Adam, señor Johnson.

—¿Cómo se encuentra?. No me quisieron decir nada en recepción. —Es el saludo de un Chase angustiado.

—Es cierto Diana, no nos dieron información en recepción. — Aporta Adam

—Síganme caballeros. —responde Diana.

—Pero ella, ¿se encuentra bien?, por favor doctora, dígame, si ella está bien

—Chase, trata de calmarte. —le pide Adam.

—Señor Johnson, ella se encuentra bien. Síganme, por favor, Sloan y Patrick están con ella ahora mismo.

Chase respiro más tranquilo desde que supo la noticia del accidente.

—Le tuve que administrar un calmante apenas llegó a la sala de urgencia, venía muy alterada, el jefe la está interrogando en este momento.

—¿Interrogando?

—¿En su estado?

Hablaron al mismo tiempo Chase y Adam.

—Perdón me, no los he sacado de un error —se disculpa Diana.

—¿Cuál?—preguntó Chase

—Vanesa se encuentra perfectamente bien, ella no sufrió ningún percance, solamente fue un susto.

—¡Gracias a Dios! Pero, ¿qué fue lo que pasó?

—Ella les informará. Yo voy a ver a la otra conductora, que estuvo en el accidente. Cualquier duda me buscan, por favor.

Al entrar al cuarto, los ojos de Chase recayeron en Vanesa, la recorrieron completamente. Se acercó a ella y la abrazó muy fuerte, a continuación la llenó de besos por toda la cara, aliviando con cada beso, su angustia. Se encontraba bien, ¡estaba viva!. Enterró su cara en el cuello y tembló, no le importó quien viera su descompuesto estado, lo único que le interesaba era Vane, la mujer que ama.

—Mi cielo, ¿te sientes mejor?.

—Si Chase. —le responde la joven —Estoy más tranquila y más, ahora que estas aquí. —Le imprimió un beso en la boca.

—Vanesa, ¿podemos continuar con su versión de los hechos?.

—¿Tiene que ser ahora, Sloan?.

—Me temo que si Adam. Mientras estén frescos, en su memoria. —Responde el aludido.

—Por mí no hay problema. —Ataja Vanesa.

—Bien. Como me venía diciendo, ¿Un auto la venía siguiendo y de momento te empezó a golpear?.

—Si. Iba conduciendo una mujer, tenía la intención de sacarme de la carretera. Varias veces me golpeó, Sloan. Yo maniobre el auto para no perder el control y... —Un escalofrío, residuo de la impresión recibida, la interrumpe.

—Continúe por favor.  —Sloan le anima, consciente de su malestar.

—De repente aparece el otro carro en dirección contraria e iba directo al carro que me acosaba. Todo fue tan deprisa, ese carro terminó derrapando y el carro agresor se dio a la fuga.

—¿Me puedes dar su descripción? o ¿tal vez las placas?. —Preguntó Patrick.

—La verdad, estaba muy asustada.  —Responde Vane, Chase para reconfortar le tomó su mano y la apretó.

—Muy bien, Vanesa. Sé que es difícil y todo lo que puedas aportar amiga, es muy importante.  —Es tranquilizada por el escocés.

—Sloan, yo entiendo. Venía concentrada y de repente siento el golpe, veo por el retrovisor a una mujer rubia al volante del otro carro. Quien me mira fijamente, como con odio y ahí empieza a golpearme en serio. La verdad, es que no entiendo nada de lo que pasó, ni tengo a ninguna persona por la que suscite algún odio.

—Y te creo. Vamos a averiguar, ¿quién es esa persona?. Ahora, ¿qué hizo que saliera de la fiesta?.

—Eso te puedo contestar yo, Sloan.  —Responde Adam, preocupado con lo relatado por su socia y amiga.

—Dime Adam.

—Un problema con un distribuidor, que amenaza con parar sus servicios con nosotros.

—Lo cierto es que había quedado con el distribuidor para encontrarnos con él, pasado mañana.  —Interviene Vanesa —Ver las nuevas fechas de entrega, ya que habíamos acordado los precios.  —Sube y baja los hombros mientras niega —No entiendo la postura que ha tomado.

—Ahora no te preocupes por eso, yo veré al distribuidor y sabré que está pasando. —Dijo Adam.

—Me parece bien. —La chica asiente a la propuesta y más tranquila recuerda un hecho y decide revelarlo.  —Sloan, el carro es un utilitario de color verde oscuro. No reconozco la marca ni el año, pero debe tener rasguños en la parte donde recibí los golpes y un faro que cayó con el choque, ¿te sirve de algo?.

—Me sirve de mucho. Gracias por atendernos. — salieron de la habitación.

—Lo haz hecho muy bien, mi amor.

—Estaba tan asustada, Chase.

Chase la abrazó y Adam se les acerca.

—Chase cuando le den el alta, llévala a descansar. Yo aquí me encargo de todo.

—Asi haré.

—Pero Adam, hay mucho que hacer.

—Descansa Vanesa, aún estás en Shock. Sólo descansa.

—Yo me encargaré de ello. —Aseguró el joven.

Afuera de la habitación el escocés y Patrick comentan sobre el accidente de Vanesa y la otra joven.

—Me parece extraño este incidente. Vanesa, ¿qué sabemos sobre ella?. —Pregunta Patrick.

—Americana. Llegó hace un poco más de un año, socia de Adam.  —Enumera Sloan  —Chase la vino a buscar, desde Nueva York, porque está enamorado de ella. En general alguien ejemplar, que se fue ganando el cariño de la gente de la ciudad, por su carisma.

—Lo mismo sé yo. Entonces, ¿qué puede ser? o ¿quién puede tenerle odio?. Al menos que sea algo pasional y sea alguien que persiga a Chase Johnson.

—No. No me late ese punto, Patrick. Pero no descartaré esa línea de pensamiento, siento que algo olvido. —Comenta pensativo el jefe.

—¿Quién será esa mujer? —Patrick, vocaliza la pregunta, que el mismo Sloan se hace. —¿Quién será?

—Hay que averiguarlo. Necesito que te comuniques con las centrales e investiguen si ha habido otros casos similares.

—Alexandra me ayudará con este encargo. Igual con lo de la central telefónica, estoy encantado de que hayas involucrado a la detective en esta investigación.

—Sus aportes han sido de gran utilidad en anteriores casos y siento un estancamiento en este. Tal vez su punto de vista me aclare algo que esté pasando por alto.

—Espero lo mismo, Sloan. Ahora, sobre lo que Vanesa nos dijo.

—Que los de peritaje trabajen en eso. Pide les que me manden el reporte, quiero que los informes estén mañana en mi escritorio.

—Hecho. Vamos a ver a la otra víctima de este caso.

—En efecto. Pero primero, encontremos a Diana.

Maldita desgraciada, ¿Cómo no se atrevió a morir? ¡Tenía que morir! Adam debe pagar. ¡Arg! ¡Que rabia! Las cosas no me salen bien, pero no importa, el plan va marchando. Ahora, sólo falta que esa estúpida me llame, para terminar de construir su caída. Así mi venganza, será completa.
La mujer de ese otro carro, tuvo la culpa. ¿Por qué tuvo que aparecer? ¡No importa! Lo que le pase, será su culpa.
Su culpa.
Su culpa.

Vanesa y Chase entran a la suite del Hotel, Vane se dirige a su habitación a dejar su cartera en la mesilla, cuando Chase la abraza por atrás.

—¡Dios! Tuve tanto miedo por ti, Vane. Pensé que te había perdido.

Comenzó a besarle el cuello y la muchacha lo sintió temblar. Se dio la vuelta y quedaron de frente, lo vio a los ojos y la emoción cruda que encontró la asustó, por lo intensa que era. Su Chase desnudaba su alma, el temor y amor combinados en una sola mirada.

La empezó a desnudar pieza por pieza, botón por botón, hasta dejarle solamente en braga. La besó fuertemente y tocó su frente con la suya.

—Esto será muy rápido, no voy a poder contenerme. Sólo déjame tenerte, por favor, sólo déjame tenerte.

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