Maldita confusión.

MALDITA CONFUSIÓN.

Ya es media mañana cuando Chase regresa al hotel cansado y con la ropa arrugada, de dormir en el sofá de la sala, en la cabaña de Noni.

Entra en la suite y se prepara un baño, tiene los músculos agarrotados por la posición incomoda en la que durmió.

Deja su ropa de cualquier manera comprometiéndose que al salir la recogería.

Se dio un baño caliente para quitarse la pesadez, las preocupaciones y el sueño. Esperaba la llegada de Vanesa con ansias, pero lo ocurrido a Ana, le restaba importancia a la sorpresa. Le dolía como a todos, lo que la chica había pasado y no entendía con que saña la habían golpeado. La maldad existía en todo el mundo, en todo caso, el hombre estaba detrás de las rejas.

Había visto a Adam muy cabizbajo, entendía que el hombre era su colaborador, el que buscaba para exigir respuestas. Parecía sentirse culpable y no lo era, Adam es uno de los pocos hombres nobles que conocía y eso lo lleva a interesarse por su empleados, los trataba como su familia. Cuando tuviera tiempo hablaría con él, para saber, como se sentía. —soltó una carcajada, la primera después de lo acontecido anoche —Ni que fuera psicólogo.

Se enjabona el cuerpo y roza su pene, la fricción le hace recordar que lleva varios días sin hacerle el amor a Vanesa y que su cuerpo reclama enterrarse en su cálida piel y darse alivio. Se había empalmado pensando en ella lo que lo llevó, a cambiar al agua fría para calmarse.

Sale de el baño al cuarto en toalla y otra en su mano secándose su cabello, aún las gotas recorre su espectacular pecho y así lo encuentra Vanesa, ve el cuarto con su ropa regada y se molesta muchísimo.

No puede creer que dejará todo tirado y en su cama pero, ¿que se creé?. Ella ahí de bruta entrando al cuarto para cerciorarme que todo fuese una mentira y ..... es cierto.

—Se te ve cansado, veo que no descansaste lo suficiente.

—Si lo estoy. Estuve ocupado parte de la noche. — responde distraído y le da la espalda para quitarse la toalla.

Vanesa le ve unas marcas en la espalda, producida por el sofá incómodo y lo toma como marcas de pasión.

—Ya veo , muy ocupado el señor, ¿no? —al sentirle a vanesa un tono molesto, Chase vuelve a girarse frunciendo el ceño.

—¿Qué sucede? ¿Por qué te siento molesta?.

—¿Molesta yo? ¡que va!. Estoy perfectamente y lo estaré más en el mismo instante en que te vayas de mi vida. —Termina la frase con los dientes apretados.

—Pero que....¿Qué quieres decir con eso?. —Pregunta Chase, confundido.

—Lo que entendiste. Que recojáis todo lo tuyo, y por decir todo, es todo y te vaya de mi vista.

—Un momento Vanesa. —Levanta un dedo, para reafirmar sus palabras. —Primero explícame, ¿por qué está actitud? ¿por qué me pides que me vaya? ¡¿Qué demonios he hecho?!.

—Mentirme y engañarme, ¿te parece poco?. —Chase se puso su boxer y un pantalón, se negaba a tener esta discusión en paños menores.

—¿Engañarte o mentirte?. No es para tanto, lo único que he hecho es ocultarte algunas cosas, pero son, para darte una sor...

Vanesa lo interrumpe. —Ocultar es lo mismo que engañar, pero lo que se oculta sale a luz y en este caso salió de esta suite por la mañana.

—Explicate, ¿de qué hablas? ¿qué salió de la suite por la mañana?.

—La mujer esa, —Gesticula con su mano, mientras habla. —la que vi contigo en New Jersey.

Chase maldijo profusamente.

—No se que demonios viste, pero yo no te he engañado, con nadie. ¡Creeme!.—Se defiende vehementemente.

—No te creo, me es difícil creerte.

—¡¿Por qué?!, ¿qué hace que sea tan difícil creerme?.

—Porque no confío en ti, no lo he podido hacer.

—Vane... -En su voz se empieza a notar un leve desespero.

—No he podido creer en ti, ni confiar en tus sentimientos. No entiendo, ¿por qué te di una oportunidad? si sabía que iba acabar así. Ya te conocía, e igual conseguiste de mi, lo que querías.

—¡Eso no es cierto!. No tienes razón. Ven vamos a hablar y cualquier duda que tengas lo revolveremos, sé que así te sentirás mejor.

—¿Mejor?—se dibuja en su rostro una mueca sarcástica. —Yo estaba mejor, hasta que tuviste que aparecer, ¿Por qué no te pudiste quedar lejos de mi vida?. ¡Noooo! El señor quiso complicarme la vida, destruir lo que había logrado sin tu presencia en ella, ¿qué me trajiste? más desilusiones, pero sobre todo, una constante ansiedad e infinita desconfianza.

Vanesa se arrepintió inmediatamente de lo que dijo, y más al ver la palidez que adquirió el semblante de Chase junto a el remalazo de dolor en sus bellos ojos, los cuales desvío hacia el otro lado. Le vio tragar fuerte y con un ligero temblor en su cuerpo, se recompuso.

—En verdad lamento escuchar eso. Disculpame, recogeré mis cosas.—salió de la habitación y se dirigió a la otra.

Vanesa se sentó pesadamente en la cama y se puso a llorar amargamente.

...

En un cuarto de hospital Sloan y Patrick empiezan a interrogar a Ana.

—Corazón, necesito que nos cuentes todo sin ocultarnos nada. —Sloan usa el apelativo cariñoso, para infundirle confianza. Al percibir su asentimiento, empieza la interrogación. —Primero, ¿Qué hacías en esa casa?.

Ana suspira—Bien, le voy a contar desde el principio. Horacio me empezó a enamorar a principios de este año, y yo acepté ser su novia. Lo único que me pedía, era que no lo comentara con nadie, que fuera nuestro secreto y ahí voy de boba encandilada y lo acepto. —un tono de reproche en su voz.—Me hice creer a mi misma, que envidiarían nuestra relación, que estábamos bien. ¡Me trataba como reina! —Lágrimas inundaron sus ojos. —Fui a su casa dos veces, por eso la conocía, cuando salió de viaje hablamos constantemente y él me tranquilizaba diciendo que hacía un encargo de Adam. —Sus hombros se alzaron, con una mueca apenada.—No veía porque no creerle.

—¿Cómo se te ocurrió ir a verle? —Pregunta Patrick al que le iba molestando la historia.

—Él me había dicho que pronto regresaría y que me iba a dar una sorpresa. —chasqueo la lengua.—Valiente sorpresa la que me llevé, nunca pensé que tenía a mi lado un hombre tan malo, no hasta que lo escuché hablando.

—Puedes decirnos ¿qué les escuchaste hablar?— intervino el escocés.

—Estaban Horacio y dos personas mas, uno de ellos estaba hablando de un secuestro.

—¿Puedes describirlo?—interrumpe Patrick.

—Un hombre de estatura medio - alto creo que Horacio lo llamó Clay, ¡si!, lo llamó Clay.

—Clayton McLuhan. —confirmó Sloan —Sigue, por favor, Ana.

—Este hombre era el más tranquilo. Horacio estaba muy molesto con él, porque no había hecho su trabajo y él se justificaba, de que era muy difícil seguirle a la persona que le había indicado. Definitivamente eso no le gustó a Horacio, les preguntó: ¿qué si él tenía que hacer todo el trabajo?.

—Veo, y la otra persona, ¿qué puedes decirnos de esta?—Patrick le pregunta para así tomar nota.

—Está persona fue la que pidió que se deshiciera de mi, porque ya la había visto antes y no quería que la asociaran con Horacio. También le reclamó sobre la venganza que lleva contra Adam, que esa situación les estaba complicando todo y no podían sacarle más dinero. —Ana toma un respiro para descansar y Patrick le pasa un vaso de agua que hay en la mesilla, le pone una pajillas para su comodidad, ella lo toma y les da las gracias.—Horacio les dijo que él haría mucho más daño a Adam, que él tenía que ver con un robo y del accidente de Vanesa. En ese momento yo me asusté , retrocedi para ver si podía salir pero pegué un grito al ver las pelucas y las fotos. —Ana se pone a llorar, recordando esos momentos.

—Tranquilizate Ana, ¡vamos! respira hondo, así despacio.....¡muy bien!, concentrate aquí...bien, lo estás haciendo bien. Ahora dime, ¿quién es esa persona? y ¿dónde la has visto?.

Ana respira despacio para serenarse y poco a poco lo consigue.

—Yo mismo la registre en el hotel. La pueden encontrar en la habitación 412 en el cuarto piso.

—Una última pregunta, ¿Todos te golpearon? —Patrick preguntó en un tono muy serio.

—Horacio me golpeó y caí al suelo, recibí un par de golpes más por parte de él y después no recuerdo nada.

—Preciosa, gracias por atendernos. Te dejaremos descansar, si necesitamos algo más ,te vendré a ver. Brenna estará al pendiente tuyo.

—Gracias jefe, lo aprecio muchísimo. Una ultima cosa, él dijo que yo era algo para usar y darle información, me aterra que de alguna manera yo también sea responsable de sus delitos.

—No piense eso, tú eres también una victima y con tu ayuda la va a pagar.

...

Chase entra a un Pub después del mediodía, traía el corazón destrozado y un peso en el alma, lo único que deseaba era ahogar sus penas. No era dado a la bebida, pero necesitaba de su terapia. Ya había cometido un error por ella antes, que nada le importaba ahora.

Lo único que pensaba, era que tenía que terminar el trabajo con Adam, después...... ¿cómo se puede vivir sin corazón?.

—Linda, una pinta de Guinness.

—Marchando.

...

Alexandra se está poniendo su ropa después del merecido descanso que le obligaron tomar y se disponía regresar a la central, quería presenciar los interrogatorios.

Se termina de colocar sus zapatos y se levanta al escuchar el sonido del timbre de la puerta, al abrir se encuentra una visita inesperada.

—¿Puedo pasar? —Alexandra le dio la espalda y caminó hasta el centro de la sala, seguido por él, después de cerrar la puerta —Vengo a disculparme por lo de ayer....de verdad, lo siento. No debí hablarte de esa manera, tan injusta y grosera.

—Yo lo siento más O'Neal —Patrick hizo un rictus en su boca al escuchar su apellido y midió en ese momento el daño que había causado con sus palabras.

—Alex, Escuchame por favor. Tienes razón, estaba muy asustado y no medí mis respuestas, estaba molesto, frustrado y tú pagaste por mi rabia, me arrepentí enseguida. —se rasca la cabeza —Ante todo eres mi amiga....¡maldita sea! No quiero perderte, no deseo eso.

—Yo tampoco lo deseo, pero vamos a dedicarnos más al trabajo, y dejaremos nuestra.... como le digo, relación aparte, para no complicarnos.

—¿Es tu decisión?.

—Si.

La miro por un rato, digiriendo la decisión tomada —Bien, ¿ya estás lista?. Te llevo a la central.

—No te preocupes, llevaré mi carro.

—Como digas.—salió de la casa de Alexandra y entró a su auto y descargó un golpe en la guantera —¡Maldición!.

Kieran y Gael tenían rato interrogando a Clayton McLuhan y no conseguían sacarle nada, el hombre se mantenía en que no sabía nada, que acababa de llegar, cuando entra Alexandra.

—Chicos, afuera los espera el jefe con una asignación, yo me quedo aquí a relevarlos.

Ambos salieron.

Alexandra prende la grabadora y con un folio empieza el interrogatorio.

—Sabe que tiene derechos.—espera que Clayton asiente.—entonces ¿porque se ha negado a un abogado?.

—Mire jovencita, yo no necesito de ningún abogado, porque yo no he hecho nada.

—Bien. ¿A qué hora llegó a la casa del señor Aritz?

—A las siete de la noche.—Alexandra ve la notas en el folio.—Entonces, ¿a qué hora recibió la llamada del señor Aritz?.

—Como una hora antes.

—¿Por qué se demoró tanto, para llegar?.

—Me encontraba muy lejos del lugar.

—Ya veo, ¿estaba en su casa?.

—No. Estaba por la bahía, paseando.

—¿Había alguien con usted, que corrobore su coartada?.

—No. Yo me encontraba sólo.

—Déjeme entender, no estaba en casa, paseaba solo en la bahía, no hay nadie que corrobore este paseo. ¿Recibió la llamada al celular?.

—Si. Ya le dije que estaba paseando sólo, y por el celular es la única manera de recibir una llamada ¿no cree?.

Alexandra abre el folio y le muestra un listado.

—Señor McLuhan está compañía que aparece al inicio de la página, ¿es la compañía proveedora de su servicio de celular?.

Clayton empieza a sudar....

—Por favor responda a la pregunta, ¿Es su proveedora de servicio de celular?.

—Si. —El hombre estira el cuello de su camisa, nervioso.

—Correcto. Miremos sus llamadas del día de ayer....a ver, no tiene llamada en toda la tarde. Sabe, ¿Por qué?. Porque usted no estaba paseando por la bahía y si estaba con alguien, ese alguien a quien usted le ayudo a cometer un delito, ayudo a hacerle daño a una joven.

—¡No!. Eso no es cierto, yo no toque a esa joven, fue Horacio, él me contrató.

—Lo contrató para un secuestro, ¿cierto?. También para el robo al hotel, el accidente contra la socia de Adam Quinn, que se tomará como intentó de asesinato y lo de anoche..

—No. Yo sólo fui contratado para seguir al señor Quinn y posteriormente secuestrarlo, el señor Aritz cometió los otros crímenes.

—¿Usted es cómplice del señor Aritz en todo?.

—Ya le dije que no. Ayer el señor Aritz nos confesó todo lo que él había hecho, yo solamente fui contratado para un secuestro.

—Bien, creo que eso es todo. Le recomiendo que solicite un abogado.—salió del cuarto dejando a un hombre comiéndose las uñas.

Afuera la esperaban Sloan y Patrick.

—Mujer estuviste increíble, toda tranquilita y después ¡zas! el toque de gracia.—comenta el escocés.

—No era más que un chulo, pero sin las palabras de Ana, no tuviéramos un caso para el cierre.

—Cierto, ahora veamos a Aritz.

—Está bien Patrick, ahora es tu turno.

—Si señor, ahora hay que esperar que llegue el abogado que solicitó Horacio, pero las pruebas y testimonios son contundentes.

...

—¿Dónde está?— pregunta Adam al dueño del Pub.

—Ahí en esa mesa del fondo, se niega a irse. Lo único que repite es que no quiere quedarte mal, por ello te llame, nunca había visto a un hombre más derrotado que ese.

—¿Está bastante mal?

—Bastante y medio más, llevatelo, y que pase la mona.

—Gracias.

—De nada, vamos voy a ayudarte, ya la cuenta está pagada.

...

En el hotel..

Adam lleva a Chase al cuarto que usan sus empleados de turno para tomar su descanso y le prepara una bebida para bajarle la borrachera.

—Chase, tomate esto te hará sentir mejor.

—No quiero nada, sólo déjame.

—Ah no, de eso nada, tomate esto y después hablaremos.—Chase tomó el vaso y lo huele, hace una mueca de desagrado.

—¿Qué contiene esto?, huele horrible.

—Y sabe peor, así que tomatelo rápido y luego te sentirás mejor.

Tiempo más tarde, después de varias devoluciones de estómago y dos botellas de agua, Chase se sienta a hablar con Adam.

—Ahora si, ¿Porqué estas en ese estado?.

—¡La perdí!. Esta vez la perdí para siempre, Adam.

—¿A Vanesa?.

—Si.

—¿Qué pasó?

—Yo regresé está mañana de la cabaña de Noni, me había dado una ducha y al salir al cuarto ahí estaba Vane, venía molesta. Me reclamó que le mentía y engañaba. Yo pensé que se había enterado de la sorpresa, pero no, mi maldito error pasado, no sé como lo hizo, pero solo sé que vane la encontró saliendo esta mañana de la suite, de nuestra suite.—resopla un poco molesto.

—Pero le dijiste, que no habías podido estar con esa mujer.

—Algo así, le pedí que me creyera, que confiara en mi, que yo no la he engañado. Me contestó que no podía confiar en mi, que nunca lo había hecho, que no entendía como me había dado una oportunidad si yo sólo le había traído ansiedades, desconfianza e incomodidad a su vida. —se encoge de hombros muy dolido.—Que yo le dañaba su vida y se sentiría mucho mejor si yo me largaba, si me perdía de vista.

—Pero todo se puede arreglar Chase, hablale nuevamente.

—Adam, entiende, ella no puede confiar en mí. Yo lo único que puedo aportar en su vida son tristezas y ansiedades, sus propias palabras, y por mucho que me duela, no soy capaz de hacerle más desdichada. No puedo, la amo demasiado y prefiero que sea feliz, aunque sea, sin mi.

—¿Qué piensas hacer?, amigo.

—Terminaré el trabajo aquí y luego me marchare para siempre. Ahora necesito un poco de espacio, ya lo pensé, tomaré un poco de tiempo hasta que empiecen las labores.

—Por lo pronto quédate aquí y descansa, tal vez pienses mejor las cosas.

—Tal vez y gracias.

En la recepción Marina recibe a dos policías que viene en busca de un huésped, cuando Adam se presenta.

—Gael, Kieran ¿todo está bien?, ¿Ana está bien?.

—Si señor. La señorita Ana está fuera de peligro, hemos venido a buscar un huésped de su hotel.— contesta Gael.

—Bien, Marina les puede ayudar con eso.—Dirigiéndose a la chica- ¿Has visto a Vanesa?.

—No señor. Pero me llamó desde su oficina.

—¿Desde mi oficina?

—Si.

—Bien gracias, señores les dejo en buena compañía —y se marchó.

Vanesa no ha podido trabajar en todo el día, deseaba hablar con los Johnson o con barbie, los necesitaba más que nunca.

Levanta su cabeza al escuchar la puerta abrirse y ve entrar a Adam .

—¿Con que aquí te escondes?.

—Adam, yo...

—No me digas más, ven. —y abre sus brazos ,Vanesa corre hacia ellos para refugiarse.— Ya amiga mía tú y yo hablaremos, vamos a sentarnos.

Fueron a su escritorio, Adam necesitaba revisar la computadora.

—Cuéntame, ¿qué fue lo que pasó?.

Vane le cuenta todo, absolutamente todo lo que vio y escucho, mientras Adam la escuchaba buscaba unos archivos y los clasificaba.

—Esa mujer salió de tu suite y, ¿qué te dijo?

—Muy sonriente me dijo: que pasará muy buen día, recordé la vez anterior que la vi.

—Ah, esa vez.

—¿Como?...¿qué sabes tú?.

—Te puedo decir que Chase te ama demasiado, que no te ha engañado, ni siquiera esa vez.

—Eso no es cierto, yo los vi esa vez, en su habitación.

—Cierto que los viste, pero Chase estaba muy tomado, sentía que el amor por ti, no podía ser. Dime, ¿con cuántas mujeres estuvo en su pasado?.

—Muchas y eso me dolía.

—Me lo figuro. Ahora preguntate, ¿alguna era rubia como tú?.

Vanesa lo pensó detenidamente.—No. Ninguna hasta esta mujer.

—Esa noche tu te fuiste molesta con él, porque no te correspondía. ¿Cierto?.

—Si. Me sentí humillada por la manera en que me trató.

—Él quería hacerte suya, pero sentía que no era correcto, lo sentía como incesto.

—Pero...no somos hermanos.

—Eso es cierto. Pero habían sido criados juntos y pensaba que verían mal su relación, hasta que vuestra familia le abrió los ojos. Nunca estuvo con una rubia, porque sentía que engañaba a su corazón y esa noche se sintió peor y no pasó absolutamente nada. Esta mujer llegó hace unos días y me consta, que buscaba a Chase. Tanto él como yo la evitábamos todo el tiempo, ¡ese hombre te ama! tanto así que piensa dejarte el camino libre, a pesar de todo lo que pasó el año pasado y del infinito amor que te tiene, porque primero estás tú para él.

—Pero yo la vi salir esta mañana de mi suite.

—Primero que todo te tengo que confesar algo, yo tuve un robo hace poco tiempo y el escocés lleva el caso. El hecho es, que hice poner cámaras de vídeo por todo el hotel y ahora quiero que veas esto. —le mostró todas las secuencias de la grabación de vigilancia frente a su puerta y Vanesa se asombro con todo lo que vio.

—¡Maldita desgraciada!. Me hizo creer que estaba con él, pero, ¿donde estaba Chase?.

—Ayer, Ana fue asaltada. Chase pasó toda la noche cuidando de Noni y de Alaina, en un sofá incómodo de la cabaña de Noni, y créeme amiga es bien incómodo, que hasta me han dejado marcas muy feas y dolorosas.

—¿Cómo esta Ana? ¿Qué pasó exactamente?.

—Horacio apareció. No sé mucho más, estoy esperando noticias del escocés. —Adam se queda pensativo.

—¿Qué piensas?.

—De como esa mujer pudo entrar a tu cuarto, ¿con que llave?.

En esos momentos se escuchan gritos airados fuera de la oficina, y ellos salen a ver el alboroto.

Gael y Kieran sostienen a Raquel firmemente sujeta.

—Calmese mujer si no me vere en la obligación de esposarla. —dice un furioso Kieran, quien tiene un rasguños que sangra en su mejilla.

—¿Qué pasa aquí?.

—Adam, esta mujer tiene una orden de presentarse en la central por orden de Sloan .

—No entiendo, ¿por qué tengo que ir?.

—Usted es Raquel Williams, la huésped del cuarto 412 ¿cierto?.

—Si.

—Entonces usted es requerida por el delito que se cometió contra la persona de Ana Mcheal anoche.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top