Bautizo, susto y algo más.
BAUTIZO, SUSTO Y ALGO MÁS
Vanesa se sentía muy caliente y cómoda, se sentía protegida, despertaba en brazos de Chase, quería voltearse para verlo dormir, intentó moverse un poco, pero algo la detuvo, sentía a Chase dormido, pero una parte no lo estaba y encajaba perfectamente en sus nalgas.
Le gustaba la sensación y se restregó, hasta que sintió un cambio en la respiración de él, cerró los ojos y se hizo la dormida.
Chase se sentía en la gloria, tenía en sus brazos a Vane, movió uno de sus brazos delicadamente y se incorporó, la contemplo durante un buen tiempo, Vane se acomodó y se puso de frente, se le abrió el escote de su pijama dejando al descubierto su pezón, le hizo recordar el momento en que puso su boca en el, maldijo, se inclinó y le dio un beso en la frente.
Se levantó de la cama, tenía que ir al baño, ya que presentaba una enorme erección. No quería volver a asustarla ya que estaba en bóxer y se le veía una tienda de campaña.
Camino para salir del cuarto sin darse cuenta de unos ojos que se lo comían hambrientos.
Más tarde entró Chase a la habitación y ya vestido la despertó con un beso.
—Mi amor, despierta.
—Listo ya, ¿qué horas es?.
—Ya es tarde. Ven a bañarte, que ya está listo el desayuno.
—Dios mío, dime que no es tan tarde, por favor.
—La verdad es que son las nueve.
—No puede ser, me bromeas, ¿verdad?.
—No. ¿Hay algún problema?.
—Tenía una cita de trabajo a las 9.
—Pues sal de la cama y llama, para aplazarla o cambiar de fecha.
—Si, es buena idea.
—Está bien, cuando termines te espero para desayunar.
—Seguro.
En la oficina de Adam, se encuentran reunidas, Marina, Brenna y Ana con su jefe, revisando la agenda del día.
—¿Ya está confirmada la comida con los McCain, Marina?
—Si señor. Ayer hice las llamadas, también desean hospedarse por un día y una noche. Ya tengo todo listo.
—Muy bien, ¿alguna sabe de Vanesa?.
—Si. Tenía una cita está mañana, pero me llamó para informarme de un cambio — respondió Ana.
—Cuando llegue, le pides por favor que venga a mi despacho.
—Si Adam.
—¿Brenna?
—Si Adam.
—¿Está todo bien con la nena?.
—Está más calmada y fresca. Anoche tuvimos una larga diferencia entre las dos para darle su medicina.
—¿Alaina ganó?
—Obvio, pero Noni es un cielo y nos ayudó.
—Me debiste haber llamado.
—Lo sé. Me bloqueé y mi escocés llamó a Vanesa y por fortuna estaba también Chase, no sé qué hubiéramos hecho sin él.
—Me alegra que tuvieran apoyo las dos, si deseas estar con la bebé, te puedes ir.
—No gracias, Noni está con ella.
—Perfecto.
—Antes de terminar, ¿hemos recibido alguna llamada de la constructora del proyecto?.
—Si. Van a enviar a alguien.
—Cuando lleguen espero ser informado Bree.
—Si Adam.
Al salir del despacho, Ana se detiene al frente de las dos chicas y les dice.
—Bree y Marina, note algo extraño en mi escritorio.
—Yo también— dijo Marina.
—¿Qué notaste? —preguntó Brenna.
—Noté como si hubiera sido removido mis papeles y carpetas.
—Lo cierto es que también me pareció a mí lo mismo, Ana. Tú eres muy ordenada.
—Es muy cierto Mari.
—Pero, ¿estaba todo?
—Si Bree. Es que me parece muy extraño.
—Si está todo, no pasa nada.
—No sé Bree, es una sensación, pero dejémoslo de lado. ¿cómo va lo del bautizo?.
—Está todo listo. Sólo espero que Alaina esté mejor.
—Y lo va a estar amiga, la doctora Diana es la mejor. ¿Verdad Marina?.
—Si.
El viernes por la tarde, en recepción esperaban a Chase con un recado.
—Gracias Marina.
—De nada señor Johnson, siempre a sus órdenes.
Subió a la suite y leyó la nota.
Mi hermano bello, está todo bien. Se le da vía libre al proyecto, en tu correo hay unas modificaciones más. Preséntale al dueño para aprobación, cualquier duda comunícate al número que te indiqué hay me puedes localizar rápido. Y con referente a tu otro encargo, también tienes unos planos, modifica lo que quieras. Te amo muchísimo, Bárbara.
Se sentó en su escritorio y abrió su computadora, chequeo su correo y encontró el que buscaba, con los anexos, su hermana era espectacular, creía que Adam no iba a ponerle peros a las modificaciones, en cuanto a lo otro era un sueño, estaba desesperado por poner manos a la obra, más de uno se iba a llevar una sorpresa.
En otra parte de la ciudad....
Maldita sea, es imposible encontrar a esa mujer sola, siempre va acompañada de ese americano, no se separan para nada.
Pero no le importaba era muy paciente y ya llegaría su hora, Adam la tiene que pagar, tomó una foto de Adam y con su navaja empezó a apuñalarla, igual a tantas otras, maldito, maldito, me la vas a pagar y te juro mucha sangre se derramara, ya lo verás.
Al día siguiente en el bautizo, Brenna estaba muy contenta todo salió a la perfección, Alaina, su bebé se había mejorado y había recibido sus aguas bautismales sin llorar, ahora se encontraban en su casa en una pequeña reunión, en un aparte estaba su escocés y Chase hablando animadamente. Y junto a ella, Vanesa como siempre, sin soltar a su ahijada.
—Tu hija es una preciosidad, Bree.
—Si vane, tanto que quiero otro u otra más como ella.
—¿De verdad?.
—Cierto, y por ello no se cansan de hacer la tarea- le aseguro Noni.
—¡Madrina! —exclamó Bree —Usted y sus cosas.
—Cosas muy ciertas. La juventud no debe de eximirse de tan hermoso acto, si yo fuera joven e igualmente tuviera un joven apuesto a mi lado, que me amara con locura, ¡no saliera de su cama!, estuviera noche y día hasta que nuestro cuerpo dijera basta y un poco más, pero ya no soy joven, así que mi niña Vane, ¿qué esperas?
—yo yo.. yo. —Tartamudeo Vanesa
—¡Ah no!. No te pongas nerviosa, tener intimidad con el hombre que amas y que te ama, sería un acto de entrega y de pertenencia por parte de ambos, ¿qué te detiene?. Creo que de sobra te ha demostrado lo importante que eres para él.
—Si. Sé que soy importante para él, pero cometí un error y ahora él creé, que me puede estar forzando en algo que yo quiero hacer.
—Ay la juventud, ¿Sabes?, esto tiene arreglo.
—¿Cómo?.
—Sedúcele tu misma. Ven conmigo, te daré algunos consejos.
—Ve Vanesa y dame a Alaina para que puedas ir tranquila.
—Bien.
A la charla de Chase y Sloan se suma Adam.
—Compañeros, ¿qué los tiene tan entretenidos?.
—¡Adam!. El hombre que necesitaba ver —le contesta Chase.
—¿Para que soy bueno?.
Chase tomó su tiempo explicando lo de su proyecto y a Adam le pareció muy bien.
—Pasa el lunes a mi oficina y hacemos los arreglos.
—Está bien.
—¿Estas seguro de que quieres hacerlo? y ¿has escogido bien?.
—Si a ambas cosas.
—Perfecto. Compa todo ha salido espectacular y la co.........
Chase se desligo de la charla. Algo más había llamado su atención, más bien, otra persona lo había hecho y caminó para encontrarse con ella.
—Mi amor, ¿qué traes ahí?. Déjame que te ayude.
—Quiero explorar estas tierras contigo y traje algo de comer, ¿vienes?.
—Si. Caminemos, tengo el lugar ideal para sentarnos a comer.
Caminaron por un buen tiempo, disfrutando de la compañía mutua y del paisaje, Chase se enamoraba más del lugar y la llevó hasta una pequeña construcción de madera, donde la leyenda dice que los enamorados tenían sus encuentros amorosos, pues se encontraba un chaise longue.
—Todo esto es hermoso, la vista y el sitio ideal, ¿podemos comer aquí?.
—Si Vane. ¿te gusta mucho este sitio?.
—¡Es un sueño!.
—Me alegra que te guste. A ver, ¿Que trajiste?.
En la cesta había vino, uvas, fresas y chocolate.
—Un pequeño bocadillo. Si no, no podemos comer del banquete.
Chase sirvió dos copas y brindaron por el lugar tan hermoso en el que estaban.
—Se siente magia en el ambiente, ¿lo crees, Chase?.
—Si. Según la creencia popular, este kiosco lo usaban los enamorados para sus encuentros y en la actualidad se mantiene intacto.
Vanesa estaba escogiendo una uva suculenta y levantó una y se la puso en la boca a Chase, a continuación lo besó, repitió el proceso varias veces hasta que empezó con las fresas y el chocolate.
Untaba la fresa en el chocolate y mordía el pedazo, volvía a besarlo.
Los sabores explotaban en su boca, pero los besos de Vane lo tenían al borde de la locura, en el siguiente, Chase se apoderó del beso e instó a Vane a abrir su boca e introdujo su lengua, empezó una batalla de voluntades y de sabores, comenzó a acariciarla por todo el cuerpo, quedaron recostado en el chaise, le empezó a bajar los tirantes y bajo el vestido hasta desnudar sus pechos, no tenía brassier, ya que el vestido no se lo permitía, tomó una fresa, la mordió y traspasó el pedazo a la boca de Vane en un beso, el resto lo restregó en un pezón hasta bañarlo en su jugo, luego lo metió todo el pezón en su boca, Vane emitió un gemido, repitió en el otro pezón, Vanesa abrió sus piernas hasta donde el vestido le permitía y Chase empezó a restregarse en la Unión de sus muslo, mientras metía ambos pezones en su boca, Vane estaba extasiada, la presión en sus partes íntimas y la dedicación de Chase a sus pechos, estaban construyendo algo que no podía explicarse.
Chase levantó la mirada de los pechos que lo traían loco, para verla, capturó sus ojos, en ellos se reflejaba a sí mismo, lo que veía en la cara de su amada, bajo su mano hasta el muslo y empezó a subir la falda, el triángulo de encaje le llamó poderosamente la atención ya que no dejaba nada a la imaginación, le pidió permiso y bajo sus pantis, acercó su nariz y aspiró su olor y se embriagó en ello, le pasó un dedo y recogió de su jugo, chupo su dedo, la visión del acto impactó a vane, no se podía sentir más querida.
Chase acercó su cara al sexo de la chica, sacó su lengua y le dio un larga lamida, Vane emitió un gritito de sorpresa.
Abrió los labios vaginales, y se prendió de su clítoris, mientras exploraba su entrada con un dedo, entraba y salía imitando el coito, estaba tan apretado su espacio que lo hizo sospechar de su inocencia, al encontrar su barrera lo lleno de emoción y alegría, también de un sentimiento de posesión tan fuerte, iba a ser SOLAMENTE SUYA.
El clímax de Vane fue explosivo, llenó la boca de Chase con sus jugos, se levantó y la beso para que ella sintiera su propio sabor.
Comenzó a bajarse la cremallera y el pantalón con su bóxer.
—Te voy amar despacio, aunque mi cuerpo me pida lo contrario. Estas a tiempo de decirme que no, porque después me será más difícil parar y aun así lo haré si tú me lo pides.
—Hazme tuya, mi amor.
—Te amo Vanesa — la beso.
Se posiciona en su entrada...
—CHASE, VANESA. ¿DONDE ESTAN?.
Son interrumpidos por el llamado de Patrick, el joven se levanta rápido, se sube sus pantalones y ayuda a la chica a arreglarse los tirantes y bajarle la falda después de ponerse sus bragas.
Salen del nidito de amor hacia el encuentro de Patrick, Chase llevando la cesta en el frente de sus pantalones para disimular su estado.
—Aquí estamos O'Neal, ¿cuál es la urgencia?.
—Chase, Adam desea ver a Vanesa y me pidió que los buscara.
—Sabes, ¿qué puede estar pasado, para que me necesite?
—La verdad es, que no.
—Entonces vamos.
La urgencia del llamado de Adam la tenía sentada detrás del volante de su auto, no entendía que estaba pasado con el distribuidor, si ya habían quedado esta semana en verse después de cancelar y reprogramar la reunión aquella mañana, ¿por qué la amenaza de parar la distribución?.
Estaba tan sumida en sus pensamientos que no vio el acercamiento peligroso del auto que la seguía, sintió un golpe y miro por el espejo retrovisor al auto y a la mujer que lo guiaba.
Pretendía sacarla del camino y sino maniobraba bien su carro, lo iba a conseguir.
—¿Pero qué carajo?
Sólo se escuchó el sonido de unas llantas derrapando.
En plena reunión del bautizo, suenan los buscas del jefe y su ayudante.
El escocés toma su teléfono y llama a despacho, donde es informado de una emergencia.
—¡Mierda!. Voy para allá
—¿Qué pasa jefe?.
—Sígueme.
Llegan a donde Adam y Chase se encuentran.
—¿Chase?.
—Si.
—Hubo un accidente, acompáñame al hospital.
—¿Por qué? —pregunta Adam.
—Vanesa está involucrada.
—¡NO!— Se tambalea Chase por la impresión.
—Lo siento Chase, acompáñanos.
—Vamos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top