Serendipia_Kookmin📍
Serendipia
Todos tenemos esos días felices, dónde vamos flotando sobre todo y todos y lo demás es secundario, metidos en nuestro mundo colorido.
Park Jimin tenía uno de esos días, Jimin es un chico sencillo, disfruta las cosas triviales y ver exhibiciones de arte, siguiendo al pie de la letra su rutina de las noches de lavar cuidadosamente sus dientes después de comer, refrescar su rostro y colocarse los audífonos con su playlist de música que su mejor amigo describe como somnífera y dormir tranquilamente hasta el día siguiente.
Si, Jimin es un chico sencillo aunque también es un chico muy alegre y descrito como cariñoso pero han dicho que es muy callado en la escuela.
Así es Park Jimin hasta la llegada de Jeon Jungkook.
Muchas personas odian despertar a tempranas horas de la mañana, Jimin disfruta de ello, le gusta abrir sus ojos y ver como el sol comienza a salir, creando ese espectáculo hermoso llamado amanecer, el amanecer es tan único, por más que intente plasmar toda ese belleza que sus ojos captan en el lienzo es imposible, quizás ese tipo de belleza solo era para poder ser apreciada, tal vez no podía ser reproducida o duplicada, estaba para ser única e inigualable, Jimin es fiel creyente de eso, sin importar cuántas pinturas haga o a cuántas exposición asista, jamás ha visto un cuadro que logré reflejar toda esa belleza que porta el amanecer, hay cuadros muy buenos, por supuesto que sí, hay obras preciosas, pintores demasiado talentosos pero no hay segundos amaneceres, solo hay uno.
Jimin sonríe, aún desde su cama y con su vista fija en la ventana abierta que comienza a dejar pasar los primeros rayos de luz solar.
─Es hora de levantarse, Jimin.
El día va como cualquier otro y volviendo al principio, Jimin tiene un día feliz, le gustan los días soleados como ese, con el cielo despejado y una brisita leve que le alborota el cabello rubio y que evita que se sienta demasiado calor. Las clases pasan volando en un día agradable, eso piensa Jimin cuando ya ha llegado la hora del almuerzo y va subiendo las escaleras a la azotea de su escuela, no suele hacer eso pero ha estado mirando el bonito cielo cada cierto tiempo por la ventana del salón de clases.
La puerta de la azotea estaba entreabierta, era un descuido pero a la vez era una suerte para él. Lo recibió una vista despampanante, el sol brillaba a todo su esplendor y el cielo era una pincelada inmensa de azul claro.
─Oye, no te había visto antes, ¿quién eres tú?.
Entonces Jimin recién se percató de que no estaba solo y que en una de las esquinas de la azotea había un invernadero.
Le había hablado un chico alto, su altura era mayor que la suya pero su rostro mostraba que debía ser uno o dos cursos más jóven que Jimin, tenía unos bonitos ojos oscuros que miraban al mundo como si fueran los orbes oficiales de la curiosidad, labios rosas finos fruncidos en una mueca igual que sus cejas pobladas, que mostraban cierta inconformidad. Lo más llamativo era definitivamente su cabello, una parte de su flequillo estaba decolorado de un naranja fuerte que contrastaba con su camiseta naranja brillante con un logo de Plants vs Zombies.
Sin dudas era la persona más llamativa que Park Jimin había visto.
El cabello de ese chico le recordaba al amanecer de esa mañana, su cabello castaño le recordaba a Jimin el cielo oscuro iluminandose y el naranja sería como el cálido Sol.
Jimin solo había comparado un cabello con el Sol, como estudiante de arte tiene ciertas versiones muy personales del mundo pero aún así, solo el cabello dorado de su madre lo comparó con el Sol, era como esos rayos agradables de poco más de las nueve de la mañana, esos rayos era un amarillo claro como el cabello ondulado de su madre.
─Oye, ¿te gustan las plantas? ─escuchó al chico nuevamente y solo pudo asentir con torpeza, sin dejar de mirarlo, entonces ese chico con cabello de amanecer sonrió, tenía una linda sonrisa, no era de las que describes como linda porque es perfecta, era del tipo de linda de verdad, con imperfecciones tan bonitas que creaban una sonrisa simplemente para ser descrita como hermosa.
─Ven, te mostraré las plantas─dijo y en un parpadeo estaba junto a él tomándolo de la mano y tirando suavemente de él para acercarlo al invernadero lleno de plantas─mira esa es la planta de aloe, esa es un rosal y oh, mira los helechos de allí.
─Soy Jimin, ¿Cómo te llamas? ─intervino Jimin, no podía pensar que hacía un nuevo amigo si no sabía su nombre.
─Oh, tu nombre es lindo, soy Jungkook, ¿has visto un árbol de jade?, ¡hay uno aquí, te lo mostraré!
Jimin sonrió y por todo el horario del almuerzo escuchó a Jungkook hablándole de plantas y enseñándoselas, era como un niño pequeño, lo señalaba todo con mucha emoción y hablaba mucho y muy rápido, a Jimin le pareció divertido, seguramente era un buen chico.
El tiempo le demostró a Jimin que no se equivocaba, haber ido ese día a la azotea y a esa hora fue de las mejores jugadas que pudo hacer el destino.
─Oye Jimin, es nuestro aniversario, vayamos a la azotea─se quejó Jungkook, aferrándose a su espalda como un koala y soplando en su oído para molestarlo. Lejos de molestarse Jimin rió.
─Son 2 meses y 1 semana Kookie,¿irás aún así?.
─Por supuesto─resopló Jungkook, el aire que salió de su boca removió sus cabellos naranjas─iremos cada semana y mes y año.
Jimin volvió a reír a causa de la ternura que le generaba su novio, Jungkook era un romántico empedernido después de todo.
─Eres tan inesperado como precioso, eres mi Serendipia, Jeon Jungkook.
Un pequeño beso fue dejado en su mejilla y mitad de su boca, el castaño no podía alcanzar sus labios correctamente por venir abrazándolo de espaldas mientras caminaban pero aún así fue un gesto sumamente tierno.
─Eres mi Serendipia también, Park Jimin, aish, Kookie ama mucho a su novio con cabello de sol.
─Jiminie ama mucho a Kookie y su pelito de amanecer.
Más risas siguieron, eran una Serendipia, una tan única como solo lo podrían ser Park Jimin y Jeon Jungkook, porque ellos formaban la mejor Serendipia de todas.
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