27| Revelación.


Alessia a penas y se había despertado algo desorientada en una camilla, sintió un deja vú al ver a una mujer ingresar a la habitación, rápidamente se tranquilizó al notar su uniforme mientras Finn entraba atrás de ella. Aquella mujer era su doctora la cual le dio su diagnóstico, Finn por su parte parecía haber visto al mismo diablo pues su rostro estaba pálido, la mujer que los había atendido finalizó la explicación con una sonrisa felicitando a la castaña.

—¡Pero!—Alessia habló antes de que se marchara.—No he tenido ningún síntoma, es más... Todavía tengo mi periodo.

—Oh cariño, no todas las mujeres tienen síntomas...—La doctora habló con amabilidad.—Algunas incluso tienen una falsa regla, como tú. Quizás tengas los síntomas más adelante, apenas vas a cumplir el mes.

Ella se mantuvo callada tratando de asimilar lo que le había dicho, Finn rápidamente se acercó a su camilla colocándose a su lado.

—Gracias.—La Pelletier sonrió como pudo.

—Ten mucho cuidado.—Recordó la mayor ahora si marchándose del lugar.

—¿Finn?—Miró a su contrario.

—¿Podrías pellizcarme?—Tartamudeo.

—¿Pellizcarte?—Frunció el ceño.

—Necesito saber que es real y... ¡Ah!—Soltó un chillido cuando Alessia cumplió con lo que le habían pedido.—No lo decía en verdad.—Acarició su brazo.

—De todas formas lo merecías.—Recostó levemente su cabeza.

Les esperaba un largo camino hasta la casa pues tenían que anunciárselo a Mercé y Brooklynn, ese era el único pensamiento en el que ambos coincidían era: ¿Como les dirían? ¿Estaban haciendo bien al querer tener a ese bebé? ¿Eran capaces de hacerse responsables? Solo por esa vez, Alessia tuvo que llamar al chofer de los Wolfhard para que la recogiera pues Finn estaba paranoico, no quería que algo le sucediera por ir en la moto.

—¡Lessie!—Mercé corrió a recibirla.—¿Que sucedió? ¿Te sientes mal? ¿Dónde está Finn?

—Ya viene, solo está dejando su moto.—Trato de fingir una sonrisa, pero por sus nervios tan solo le salió una mueca.

—Hola.—El Wolfhard saludó tímido.—Tenías razón, Alessia se sintió mal así que la traje de regreso.

—Se los dije.—La mayor se cruzó de brazos.—Pero llegan a tiempo para cenar.

—Mercé... Tengo que decirte algo importante.—Aclaró su garganta.

—¿Importante? Entonces dilo en la mesa, Brooklynn no tarda en bajar.

Ellos se miraron entre sí, su plan no estaba resultando como ellos quisieran,
la familia de cuatro (¿Cinco?) finalmente estaba completa.

—Esto es peor de lo que imaginé.—Finn murmuró a la castaña que a penas y había revuelto su plato de comida.

—¿Y bien? ¿Qué querían decirme con tanto apuro?—Mercé se inclinó un poco para verlos.

Ambos se miraron nerviosos, bajo la mesa Finn tomó la mano de su contrario quien bajo la atenta mirada de su familia por fin lo reveló.

—Alessia está esperando un hijo.—Habló muy bajo, tan solo Brooklynn lo había escuchado atragantándose con su jugo.—Está embarazada.

El rostro de Mercé se puso pálido, y Finn sabia que no le molestaba ser "Abuela" si no más bien el hecho ninguno había terminado la universidad, a pesar de que el dinero no les faltaba sabía que un bebé conllevaba mucho tiempo, dedicación, amor y mucha paciencia. Ella suspiró tocando el arco de su nariz y cerrando sus ojos, era una noticia bastante fuerte para ella, los amaba a ambos pero sabía que ninguno era lo suficientemente maduro como para darle a un niño lo que necesitaba incluso conocía los problemas que Finn llevaba con sigo estando todavía como líder de La Ciudadela.

Alessia se acercó a su suegra dándole un abrazo intentando calmarla y lo logró, Mercé desde ese momento ya amaba a su futuro nieto o nieta pero le preocupaba que algo le pasara a la pareja, claramente el o la pequeña siempre la tendría a ella y a Brooklynn pero sentía el corazón rompérsele al imaginarlo huérfano en caso de que a Alessia y Finn pasaran lo mismo que alguna vez Nick y su madre pasaron.

—Necesito que me prometan que... Ya no irán a ese lugar, Finn tienes que alejarte de ahí es peligroso ahora que serás padre.—Mercé lo miro con seriedad.—Y Alessia, tienes que ir a la ciudad y decírselo a tu padre.

Finn no quería alejarse de su grupo, no podía dejarlos con el riesgo de que algo les sucediera, pero tenía que ingeniarse algo para que dejaran de vincular a Alessia de La Ciudadela un tiempo, al menos durante su embarazo.

Alessia se acostó abrazando a Finn por la espalda, había visto su expresión ante las peticiones de Mercé y se sintió dolida ante la indiferencia que el mostró luego de aquello, pero no fue por el hecho de tener que alejarse realmente su mente estaba hecha un lío al tratar de encontrar una forma.

—Cariño, ¿Estas enojado?—Ella murmuró ocultando su rostro en la espalda de su novio.

El silencio estuvo ahí varios segundos hasta que Finn se volteó quedando cara a cara con ella, notó su rostro levemente mojado por unas lagrimas rebeldes.

—No, no lo estoy. Estoy feliz.—Aseguró el besando sus mejillas secando así sus lágrimas.

—¿Entonces porque no me hablas?

—Solo... Pienso en que deberíamos hacer.—Suspiró comenzando a acariciar los cabellos de ella.—Tengo una solución.

—Dímela.—Suplicó.

—Mañana iras a la ciudad con tu padre, te quedarás con el menos de una semana en lo que yo resuelvo las cosas del grupo, luego iré yo y hablaré con el sobre tú embarazo.

—¿En serio piensas alejarte del grupo?—Habló ella.

—Si es por tu seguridad y la de nuestro bebé, así tiene que ser.—Sonrió sin muchas ganas, era difícil para el tener que separarse del lugar donde había tenido tanto recuerdos pero era lo mejor.

Ella no pudo decir nada más, tan solo lo abrazó reposando en su pecho, Finn la amaba tanto que dejaría todo por su pecosa de eso no había duda alguna.

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