Capítulo ocho

Narra Kaden

El nuevo nombre de la parca sonaba como el de un perro, o al menos eso era lo que pensaba cuando pronuncié el nombre. Nunca imaginé que Huxley lo aceptaría tan rápido, o quizás estaba temeroso de que Nikia lo odiara por ser tan indeciso.

—¿Qué sigue? —preguntó Nikia, alternando su mirada entre nosotros—. Aunque me encanta esta idea de explorar, ¿podrían llevarme a Disneyland en París? Siempre ha sido mi sueño frustrado, ¿saben?

Maldición, seguía sin tener idea de cómo expresar un deseo a esta persona. Ni siquiera sabía si los ángeles teníamos esa capacidad. ¿Era un don de Huxley o de todas las parcas?

—Lo que desee la reina —respondió Huxley con un aire de superioridad que me irritó.

Arrugué la punta de mi nariz, apretando los ojos con fuerza mientras visualizaba el lugar al que la humana quería ir, pero nada sucedió. Por otro lado, Huxley chasqueó los dedos y bastó con que yo parpadeara una vez para encontrarnos los tres frente a la puerta del parque.

—¿Por qué está vacío? —preguntó ella.

Miré de reojo y me di cuenta de que estaba confundida, incluso tenía el ceño fruncido.

—Porque así evitamos las filas y podrás explorar cada rincón que desees —respondió Huxley obviamente—. A menos que quieras esperar en largas filas para subirte a la montaña rusa.

Nikia sacudió la cabeza con entusiasmo, me gustó el movimiento de su cabello rizado. Era esponjoso y algo corto, le llegaba hasta el mentón o un poco más abajo, aunque no creía que fuera tan corto si se alisaba. Mi cabello tenía algunas ondulaciones que lo hacían parecer más corto, pero el suyo era diferente.

—Tienen razón, es mejor que estemos más tranquilos. Además, tengo algunas preguntas para ustedes —comenzó ella—. Quiero un algodón de azúcar con la cabeza de Mickey, ¿puedes hacer eso?

Le preguntó directamente a la parca, lo cual me hizo sentir ofendido. ¿O es que tenía una conexión más fuerte con él? Apreté los ojos, no debía enojarme. Ese era el lema de mi vida y lo seguiré durante toda la eternidad.

Siempre me salvó de problemas.

Desde que tengo uso de razón, fui marginado del grupo. Querían que fuera su bufón y siempre hacían comentarios hirientes. Los ignoré, y parecía que eso los enfurecía, porque al final, ellos mismos se ridiculizaban.

Siempre contaban la historia equivocada, donde me presentaban como el villano. Supongo que los rumores se extendieron y ahora era considerado como la escoria del cielo. Lo cual había aprendido a sobrellevarlo.

Tenía la ligera esperanza de despertar a Nikia y así tal vez lograr que me dejaran en paz, ya que de alguna u otra manera siempre encontraban formas de molestarme.

Simplemente por ser diferente.

El traje blanco que llevaba puesto era como un uniforme, según lo que había escuchado, representaba la pureza y la nobleza, la vida; todo lo contrario al uniforme de Huxley, que según mis "colegas", significaba muerte y dolor. Yo creía que era sinónimo de elegancia y lujo, pero ese pensamiento iba a quedarse en mi cabeza.

Ni siquiera me di cuenta de cuando Huxley le dio un enorme algodón de azúcar a la humana. Era el doble de grande que ella y lucía tan emocionada mientras lo devoraba. Me preguntaba qué estaba pasando por su cabeza.

¿Entendía que estaba en el limbo? ¿O creía que solo era otro sueño?

Le tenía celos a Huxley, porque él sabía hacer su trabajo y la conocía tan bien que podía sorprenderla sin que ella lo pidiera. En cambio, yo solo sabía que le gustaba tocar el saxofón, Disney y Niall Horan. Ni sabía sobre su familia, su color favorito o sus miedos y sueños de vida.

Lo último resonó en mi cabeza. Estaba seguro de que no había cumplido todos sus sueños hasta el momento, o al menos no todos ellos, porque ahora estábamos en un parque de diversiones al que ella nunca fue. Tampoco había escuchado a Niall Horan en vivo.

Los sueños eran una gran motivación para los humanos, ¿verdad? Podría usar eso a mi favor. ¿A quién no le gustaría hacer realidad sus sueños? Sus deseos me daban algunas ideas, pero no eran suficientes, así que tendría que prestar atención a cualquier detalle para poder hacer que ella estuviera a mi lado.

—¿A dónde te gustaría subirte? —pregunté, aclarando la garganta.

Mi voz era algo profunda, por lo que podrían pensar que estaba molesto. Así que traté de hacerla un poco más agradable para ella.

—Al de Blancanieves —chilló con emoción mientras brincaba y dejaba caer el algodón de azúcar para correr hacia una atracción que parecía una caja hecha de paja.

Huxley y yo nos quedamos atrás, y ella parecía una niña emocionada que estaba a punto de abrir su regalo de Navidad. La parca me miró triunfante, como si darle un cantante y llevarla al parque fuera suficiente para convencerla de morir.

Pero no lo era, ¿verdad?

¿Verdad?

Tragué saliva nerviosamente, esperando que ella no lo notara. Sentía un nudo en el pecho, así que llevé mi mano al pantalón para sacar otro cigarrillo y encenderlo. Parecía que Huxley iba a decir algo, pero el grito de la chica llamó nuestra atención.

—¿¡Qué están esperando!? ¿No van a venir? —gritó desde los carritos con desesperación, en cualquier momento podría bajar y patearnos el culo para subir.

Los carritos estaban pintados como si fueran trozos de madera. Yo no tenía la intención de subirme, ya que no era fanático de los juegos de diversión. Estaba a punto de responder, pero la parca corrió en su dirección. La observé durante unos segundos, pero abrí los ojos sorprendido. Si los dejaba solos de nuevo, podrían formar un vínculo.

No iba a permitir que eso sucediera.

Así que tiré el cigarrillo y corrí detrás de ellos. Llegué un poco tarde, ya que la parca se sentó junto a ella. A mí me tocó ir detrás. La atracción comenzó, era una versión condensada de la historia de Disney contada en menos de un minuto con estatuas y decoraciones. Desconocía completamente la historia, pero era entretenido de ver. Aunque no podía enfocarme completamente en ello, porque la pareja de enfrente estaba susurrando como si tuvieran un secreto.

Cuando bajamos, Nikia gritó emocionada sobre otro juego. Me pareció que era el de Peter Pan, el niño que nunca creció. Los asientos eran similares a los anteriores, la parca estaba más adelante que yo, pero eso no me detuvo en absoluto. Coloqué mi mano en su hombro y lo atraí hacia mí. Él perdió el equilibrio, lo que me dio la oportunidad perfecta para tomar asiento al lado de Nikia.

Ella me regaló una sonrisa y fue como si por primera vez en mi vida estuviera haciendo algo bien.

—¿Cuál es tu juego favorito? ¿Este o el anterior? —pregunté con timidez.

No tenía ni idea de qué hacer o qué preguntar para que alguien se interesara por mí.

—Pero ni siquiera hemos empezado —rió con diversión, sin rastro de burla en su risa.

Era agradable pasar tiempo con alguien que no me tenía miedo ni intentaba humillarme.

—Tienes razón —asentí tímidamente.

¿Por qué estaba siendo tan tímido?

—No te preocupes.

El juego comenzó, y nuestros asientos se movieron por unas vías de metal mientras se contaba una historia.

—¿Entonces los niños también pueden volar? —pregunté sorprendido.

—En Nunca Jamás, sí. En mi mundo, no —respondió, riendo de nuevo.

Nikia me explicó que en la película, un niño llegó a ese país y nunca creció.

—¿Y por qué no quiso crecer? —pregunté con curiosidad al salir del juego.

—Supongo que vio las responsabilidades de los adultos y no le gustaron. A nadie le gustan —respondió sin preocupación y encogió los hombros.

¿Dónde había quedado la Nikia risueña de hace un momento? ¿Cómo era posible que pudiera arruinar las cosas en menos de tres segundos? Tonto era.

—¡Vamos a las tazas giratorias! —exclamó ella, corriendo hacia el juego.

¿Qué fue lo que dije?

—Estás haciendo un buen trabajo —comentó la parca con ironía, como si pudiera leer mis pensamientos.

—La hice sentir triste —pensé en voz alta.

—Por eso, me facilitas el trabajo —confirmó, corriendo hacia el juego.

—Ni en tus mejores sueños. —Silbé como si estuviera llamando a un perro.

—¿Qué fue eso? —preguntó confundido.

—Nada, Hux —fingí hablar como un dueño a su mascota.

Pero él no lo entendió.

Cuando llegamos a las tazas, Nikia estaba en una de color verde. La puertita estaba abierta y la parca subió de inmediato. Intentó cerrarla, pero yo lo evité y lo tiré hacia mí. Forcejeamos un poco hasta que Nikia carraspeó la garganta y él la soltó primero.

—Hay un montón de tazas más a las que te puedes subir —apuntó a nuestro alrededor.

—Pero si cabemos los tres en una, no te preocupes —me defendió Nikia.

No pude evitar sonreír con arrogancia.

—No seas envidioso, Hux. Sé compartido —agregó con satisfacción.

—Pues tu gordo trasero nos va a tener apretados —refutó, apretó el puño y lo movió, como si estuviera celebrando el hecho de haberme insultado.

Me mordí el interior de la mejilla para evitar soltar una carcajada. Era un poco estúpido, ¿no sabía que el propósito de un insulto era molestar al otro? El suyo fue ineficaz, porque no me molestó. Había escuchado cosas peores, tendría que esforzarse más.

—Vamos a girar hacia la derecha —sugerí, colocando las manos en el volante de metal que estaba en el centro de la taza.

—A la izquierda —objeto la parca.

—Hux, pareces un niño berrinchudo. Kaden lo dijo primero.

No estaba seguro, pero creía que ya la estaba amando. ¿No podría darle alas y llevarla conmigo?

La parca resopló, pero decidió hacerle caso a la humana y todos comenzamos a girar en mi dirección. El volante era resistente y realmente tenías que aplicar fuerza para que la taza girara en su propio eje mientras daba vueltas alrededor de las otras tazas vacías.

No pasó mucho tiempo antes de que me mareara, así que dejé de empujar el volante. Este juego era una pesadilla. ¿Cómo podría bajarme de aquí? Cerré los ojos porque lo único que quería era que todo se detuviera. Era como si mi estómago quisiera devolver todo, pero el problema era que estaba vacío.

Me pareció una eternidad hasta que finalmente se detuvo, extendí mis alas y volé para salir.

—Creo que alguien se ha mareado —informó Huxley.

—No, pensé que me habían salido unas alas adicionales —respondí sarcásticamente, rodando los ojos.

Intenté recuperarme porque no quería quedarme atrás.

—¿Qué te parece si nos subimos al juego de Nemo? Es una montaña rusa.

—Sí, pero esperaremos a que Kaden se sienta mejor antes de ir —respondió la chica.

Cada vez la estaba amando más. ¿Será que prefería quedarse conmigo?

—Está bien —respondió la parca a regañadientes.

—¿Y tú cómo sabes tanto sobre Disney? —preguntó la chica.

—Bueno, si te soy honesto, muchas personas me han pedido esto también. Es fácil.

—¿Entonces solo soy una copia del resto del mundo? —fingió ofenderse, aunque estaba seguro de que era sarcasmo y no estaba realmente ofendida—. Soy solo alguien más del montón.

—No, nunca digas eso, Nikia —intervino la parca—. Todo el mundo es diferente a su manera.

—Y al final, todos somos iguales —respondió ella con diversión.

¿En serio la parca no podía identificar eso?

—No me molesta ser alguien más, no te preocupes —se encogió de hombros—. También sé que soy diferente y especial, solo estoy bromeando.

—Solo me aseguraba de que realmente lo supieras.

¿Debería ser romántico también? Este trabajo se volvía cada vez más complicado.

Nikia arrugó el entrecejo, no dijo ni una palabra y continuó trabajando. Quizás las muestras de afecto no eran para ella. Y tampoco para mí, por lo que estaba agradecido.

La música en el parque era animada y suave, apenas perceptible. Suponía que era para que pudiéramos escuchar nuestras conversaciones. El lugar estaba lleno de grandes figuras llamativas, y me preguntaba si era así en la realidad o si la parca lo había inventado.

Finalmente, llegamos a la atracción de Nemo, y desde la entrada había una tortuga. Caminamos hasta llegar a los asientos, que parecían caparazones. Esta vez, Huxley me ganó y se sentó junto a la humana, debido a mi distracción. No me quedó otra opción que sentarme detrás de ellos, con la espalda hacia adelante. Al principio, parecía que estábamos en una corriente de agua, incluso sentí que nos rociaron un poco de agua. Luego, vi un gran tiburón con una sonrisa espeluznante.

De repente, todo se volvió oscuro. Odié el presentimiento que se instaló en mi pecho, ya que nos sacudían bruscamente de un lado a otro, y sentía un nudo en el estómago. Fue peor que en las tazas. Odiaba estos juegos. ¿Por qué a la gente le gustaban tanto? No volvería a subirme a uno voluntariamente.

Mis plegarias fueron escuchadas cuando el juego finalmente se detuvo, pero fue aún peor que en las tazas. Cuando el cinturón de seguridad se liberó, no lo pensé dos veces antes de salir corriendo. Cerré los ojos, necesitaba calmarme.

—Eso fue divertido —rió Nikia con alegría, pero luego se detuvo en seco—. ¿Estás bien?

Asentí con la cabeza, levantando el dedo índice para pedir un momento.

—Hay otra montaña rusa más alta que...

Oh no, no quería escuchar más. Estúpida parca, ¿por qué no podía mantenerse callado? Lo odiaba, porque no era tonto y sabía lo mal que lo estaba pasando.

—Tengo hambre —interrumpió Nikia—. Me antoja un hot-dog con mayonesa y frijoles.

La parca resopló, su intento de hacerme huir no estaba funcionando. Y no lo haría, porque esta era mi única oportunidad de demostrar que era más que un ser inútil.

—Vamos —me apresuré, dudaba que ella cambiara de opinión, pero prefería no correr riesgos.

Puse mi mano en su espalda y la guié hacia la esquina. Me encantaba la decoración, era como una ciudad llena de diversión. Entramos en un lugar que parecía ambientado en los años noventa, con temática de béisbol. Una estatua de un hombre con un bate en la mano estaba en la entrada, parecía a punto de batear en cualquier momento.

Cuando llegamos a la caja, había bandejas de comida y paletas heladas de chocolate. Cada uno tomó uno y siguió a la humana mientras ella elegía una mesa. La parca se apresuró a sentarse a su lado, y ella comenzó a comer con gusto. Parecía disfrutar cada bocado.

Abrí mi envoltura y llevé la comida a la boca. Era diferente a lo que estaba acostumbrado. Al principio me gustó el sabor, pero a medida que mordía, se volvía desagradable y pegajoso. Tomé una servilleta para escupir la comida y luego di un sorbo al refresco para quitarme ese sabor desagradable.

—¿Qué acaba de pasar? —preguntó Nikia con preocupación.

Me encogí de hombros mientras continuaba bebiendo. Vi de reojo que la parca inflaba las mejillas para evitar reír, así que sospeché que él había hecho algo. Después de todo, él fue quien "cocinó" la comida.

—Está horrible —murmuré incómodo cuando terminé de beber—. Jamás he probado esto, pruébalo. —Le ofrecí un poco a la chica.

La parca abrió los ojos de par en par e intentó arrebatarme la comida, pero fui más rápido y se la ofrecí a Nikia, quien no se dio cuenta de la pequeña pelea que acababa de tener con Hux y dio un mordisco. Pero inmediatamente escupió la comida.

—Sabe a mocos —se quejó, sacando la lengua para tratar de quitarse el sabor. ¿Eso era realmente un sabor? ¿Cómo lo sabía?

¿Ese era un sabor? ¿Cómo lo conocía?

—Es que hay un juego de una película donde son como gomitas con sabores diferentes, y hay dos por cada color; uno delicioso y otro asqueroso. Siempre me tocan los asquerosos y saben a esto. —Arrugó la punta de la nariz—. Tal vez se han equivocado. ¿Quieres un poco del mío?

Sin decir una palabra, Nikia partió su comida por la mitad y me ofreció una parte. Me sonrió sin mostrar los dientes; parecía más mi ángel guardián que yo el suyo. Era reconfortante tener a alguien que realmente se preocupara por ti. Lo menos que podía hacer por ella era devolverla a su vida.

—No entiendo cómo el tuyo es asqueroso y el nuestro está bien —comentó ella.

La parca palideció, pasó la mano por su frente para apartar un mechón oscuro y se refugió en su bebida para cambiar de tema.

—¿A qué otro juego te gustaría ir?

—Quiero ir al juego de Buzz Lightyear, donde puedes dispararle a los malos. Ese quiero visitar —exclamó con emoción, devorando su comida para irnos lo más rápido posible.

—Tranquila, tenemos todo el tiempo del mundo para ir —dijo la parca con diversión.

No, no teníamos todo el tiempo del mundo, porque ella iba a despertar pronto. De eso me encargaría yo. 


n/a*

holiiis, como estan? estan disfrutamndo de la lectura? porque voy a actualizar con más constancia si veo que lo estan disfrutando mucho

recuerden que pueden seguirme en redes par ser amixs y estar mas al pendiente de esta y otras historias

gracis x leer, nos vemos pronto

con amor, hope n.n

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