1.- el sol
- ¡espera Sabito!! - alzó su mano manchada de su propia sangre. Tembló de vértigo, luchando débilmente contra los brazos que intentan pararlo.
- quedate aqui, veré a quien más ayudaré -
- ¡Sabito!! - se mareo y termino apoyando su cuerpo sobre el beta. Odiaba ser tan débil, siempre arruinado todo y a todos.
- por favor, cuidalo - sus ojos lavanda reflejaron seguridad a la aturdida mirada del moreno que afirmo preocupado por los dos. Sin decirse más, el alfa de cabello durazno y Haori inmaculado se alejo llevándose dejando como recuerdo su sonrisa brillante.
Salió de su recuerdo cuando el graznar de su viejo cuervo y discreta compañía aleteo en su hombro.
- ¿Que haces? - pregunta directamente. Dando pequeños mimos a su cuervo. Su fiel confidente de plumas que trata como su mascota, siendo un ave de guerra pero es su mensajero, hace lo que quiere con el.
- ¡ya viene! -grazna suavemente - ya viene -
- gracias por decirme - seca con una pequeña toalla su cuerpo, la deja en remojo en una mezcla de agua y vinagre de manzana. Se limpia el rostro con agua fresca del riachuelo y humedece su cabeza del mismo modo. Recuerda brevemente que hace tiempo, Kanzaburo le dijo que se baña como uno de sus nietos.
No es por vanidad (cosa que tiene olvidada hace tiempo) es cuestión de disciplina. Vuelve a colocarse su ropa con calma y cepilla débilmente sus cabellos negros dejando a un lado de su cuerpo la nichiri de brillo ceruleo. Detiene sus movimientos al darse cuenta de sus actos inocentes.
- te ves bonito - aprecia Kanzaburo moviendo su cabeza.
- no digas esas cosas - frunce el seño. Hace su típica coleta baja y regresa sus pasos hacia la finca del agua. El sol empieza a tocar la tierra en un suave color naranja y rosa. Algo mágico, esperanzador.
Giyu gusta de dormir cada cuando tiene oportunidad. Pero esa noche de descanso, su cuerpo decía lo contrario y lo hizo levantarse más temprano de lo acostumbrado. Decidió aprovechar su tiempo para entrenar y perfeccionar su técnica. Fluidez, precisión, reinvención. Aunque muy en el fondo sabe que no servía de nada.
No tiene talento para ser cazador.
- ¡Buenos días Tomioka-san!! - el alegre saludo del pelirrojo calmó su turbulenta mente. Desde hace un tiempo el menor vivía con el junto a su hermana menor y hace unos meses, el dúo excéntrico. ¿La razón? Tomioka aún se siente responsable por la perdida de la familia de los menores (aún cuando el niño mismo le dijo lo contrario) la mejor manera que tiene de compensarlo es tenerlos bajo su cuidado. ¿Y resto? Bueno, van incluidos en el paquete.
- ¿Tiene mucho despierto? - afirmo con su mirada y le dió un suave mimo en su cabeza.
- un poco. Fui a entrenar -
- ¡Me hubiera gustado ver eso!! - Tanjiro admira en gran medida al peliazul de ojos profundos. Aún con su apariencia fría con su olor triste esconde la enorme amabilidad y calidez. Pero aquel trato gentil le resulta familiar y acogedor.
- ¿Ya desayuno? - pregunto caminando hacia el interior de la casa. El menor siguió a su ex mentor afirmando rápidamente. El sencillo pero agradable desayuno fue un alivio para su estomago hambriento, la sazón que posee reconforta el corazón. mientras Tanjiro se concentra en la sensacion de calidez de hogar, el dueño de la finca observa que faltan otros dos en la zona.
- ¡lo siento Tomioka-san!! Zenitsu e Inosuke aun no se despiertan. voy a insistir - se apresura a decir cuando nota la silenciosa busqueda del pilar de agua. rapidamente sale de su campo de vision para cumplir con su cometido llevandose la caja con su hermana dentro. en su soledad, se dirige a la cocina para preparar Té de lavanda, manzanilla y miel. seria una buena forma de mantener la calma y los nervios de los cachorros.
Inosuke tiene demasiada energía y Zenitsu debe calmar mejor su ansiedad. Aunque ya está trabajando en ello.
- ¡Buenos días!! - escucha afuera de su finca. Reconoce esa voz donde sea. Dejando el agua hervir, se dirige a la entrada principal.
Al abrir, la figura del pilar del fuego, ejemplo perfecto de alfa está cerca de la entrada con su mirada paseando por la fachada de su morada o así fue hasta que el ruido de la puerta hizo que sus miradas conectarán.
- ¡Buenos días Tomioka-san!!
- buenos días - contesto sin inmutarse el alto volumen de su voz. Sabe que lo hace sin querer por su condición y siendo realista es parte de su alegre ser.
Cómo un sol radiante de medio día.
- ¿Y dónde están? - mira curioso por los alrededores hasta que escucha un estruendo en la planta alta de la casa junto con un par de gritos usuales de Zenitsu.
- ¡Empezando el día con actitud!! Sera excelente para empezar el entrenamiento - apremia el rubio.
- ¿gustas pasar por té? - Tomioka quiso golpearse la cara por su intromisión. Su plan era hacerse el tonto pero no pudo evitar su lado de anfitrión.
- ¡Yomoya!! Claro que si- si creyó que la mirada de Kyojuro era luminosa, ahora necesitaba taparse los ojos por el esplendor casi cegador.
Sin darle más oportunidades de dejarlo ciego como Himejima, emprendió camino de regreso a su humilde morada. El trayecto fue corto y parcialmente silencioso hasta llegar al recibidor principal. Tomioka invito a pasar a su compañero de armas e indicando que espere ahí. No le dió tiempo de objetar, silencioso y rápido se escurrió a la cocina a preparar el servicio de té.
Mientras el agua hace su infusion con las hierbas aromáticas, Saco de la alacena un frasco con galletas y las dejo en un pequeño plato de porcelana con detalles de flores azules y púrpura. Si bien el material es costoso, mucho más que el barro o el hierro, se dió el lujo hace tiempo durante una misión bastante alejada.
Aún recuerda la sonrisa jocosa de su compañero cuando lo pillo haciendo la compra de la vajilla de Te y continuo creciendo su burla al verlo cuidar con esmero su capricho.
- ¿Todo bien Tomioka-san? - logro evitar un brinco de susto cuando la voz del cálido rubio se escuchó muy cerca. Al mirar a su derecha, el pilar del fuego casi tiene su cabeza en su hombro, mirando curioso lo que tenía en sus manos.
- tienes un mal sentido de ser invitado - regaño sin estar molesto.
- lo siento. Te tardaste y no haces ningún ruido - justifica con algo de pena o así era hasta que ve lo que tiene en sus manos. Kyojuro no puede evitar sonreir como niño pequeño ante el precioso tesoro en sus manos.
- esas son... -
- si. Se un buen invitado y espera en el recibidor - indica con su Estoica mirada.
- que mal que no lo sea - burla mientras toma la bandeja de te para llevarla a la mesita con absoluta despreocupación, como si fuera su propia casa. Cosa que no está muy lejos de ser cierta.
Si no fuera por el escuadrón de revoltosos; sin remarcar en lo obvio; que son sus alumnos. El rubio no tendría razón de estar ahí.
Pero ahí está, siendo grosero a vista de cualquiera con estrictos protocolos pero para el, ya era parte de la rutina. Sin más remedio, tomo la miel que el rubio olvidó y siguió con lo planeado.
- ¡umai!! ¡Umai!! - clamo muy contento mientras comía una galleta como si fuera algo extremadamente exquisito. Tomioka se ahorro el comentario de la impaciencia de su compañero cuando se trata de comida.
Con delicadeza empezó a servir la cálida bebida en ambas tazas y tomo la suya sin añadir ninguna gota de dulce en ella.
- sigo sin saber dónde las consigues. Son maravillosas - señala la humilde galleta con semillas de ajonjolí negro y batata dulce. El alfa de ojos bicolor admite sin vergüenza que ha buscado a los alrededores el puesto que vende esas golosinas tan sabrosas.
Normalmente está acostumbrado a comer su predilecto platillo en dulce o salado sabor pero siempre fresco, no de esa forma.
¡Incluso ha probado Mochis de batata dulce! ¡que cruel es Tomioka en no decirle!!
Solo obtuvo de respuesta el suave silencio del pilar del agua mientras bebía, ocultando su pequeña sonrisa malvada al no dar su brazo a torcer.
- Senjuro ha intentado hacerlas pero no ha tenido mucho éxito. Pero eso le da motivación bastante grande para lograrlo - Kyojuro mantiene viva la imagen de determinación de su adorable hermanito mientras examina la masa amorfa en sus manos.
- Rengoku-san -
- Mh - hizo un ruido suave, señal que tiene toda su atención aun cuando su boca está ocupada con la bebida.
- ¿Tienes fecha para el cortejo? -
El silencio nació entre ellos, uno pesado como piedra en el agua. Rengoku dejo su taza y relajo sus hombros manteniendo su postura serena a esa intima pregunta.
- aún es pronto. -
- no para nosotros. Somos cazadores de demonios, cada minuto cuenta. Oportunidades como las que tienes son escasas. - aún sin usar palabras duras, golpean con la dura realidad.
- lo sé y estoy feliz de tener una bendición tan maravillosa. - aún cuando hay seguridad en sus palabras, el tinte de duda se esconde muy bien.
- ¿Pero? -
- admito que me gusta pero es demasiado joven. No me siento cómodo- confeso con alivio en su voz.
- cumplirá 16 este año. A esa edad los omegas pueden casarse. No digo que lo marques a la primera instancia pero mantener contacto más allá del entrenamiento es lo más correcto -
- ¿Porque tanta prisa? -
Ahora fue Giyu en guardar silencio.
- ya lo dije, Rengoku-san. Somos cazadores de Demonios - no supo en que momento ocurrió pero el rubio ya estaba a su lado en vez de enfrente. Esos ojos dorados examinan su ser, chocando contra el profundo ceruleo de sus ojos.
La historia de Giyu y los hermanos es conocida parcialmente. Hace 5 años, cuando los encontró en aquel bosque nevado y gris. Los llevo a entrenar con su maestro en la montaña sagiri. Pero no rompió contacto con los menores, cada oportunidad que tenía, visita al par. Sea para entrenar o estar al corriente de sus progresos. A palabras del pilar de agua, Tanjiro debía ser fuerte para defenderse y proteger a su hermana de las posibles amenazas del futuro. Fortalecer el espíritu y mantener así vista al frente.
Hace un año, cuando Tomioka los considero listos para afrontar uno de sus principales obstáculos. presento a Tanjiro Kamado a la comunidad de pilares junto con su hermana. Hubo controversia tanto por su situación demoníaca como por ser un Omega puro. El beta de cabello oscuro manifestó que es su tutor desde hace mucho tiempo y está dispuesto a cumplir con toda responsabilidad que eso acarrea.
Aún con recelo. Todos aceptaron las indicaciones del patrón, además, se descubrió que uno de los más queridos pilares, Kyojuro Rengoku es destinado de Tanjiro Kamado. ¿El como? Fue extraño en muchos aspectos, una vibra en el rubio en su interior lo hizo voltear a ver pero fue su aroma discreto, casi invisible, de una flor poco común que cautivo su corazón.
Pero, sin contar con la dulce declaración de ser destinados, el contacto íntimo jamás se manifestó.
- cumpliré con mi palabra - declaro - pero no forzaré nada. No quiero que piense que lo hago por únicamente la fuerza del destino. -
- está bien - Giyu volvió a notar que el rubio lentamente cerraba la distancia entre los dos. Movimientos sutiles que parecía que el mismo no se daba cuenta.
- Rengoku-san -
- lo siento. - lo saco del auto impuesto trance para tomar distancia. - tu voz es muy baja en ocasiones -
- ¡Sentimos mucho el retraso!! - Tanjiro, Zenitsu e Inosuke hicieron acto de presencia. Levemente agitados por la prisa de alistarse y desayunar. Si prestaban suficiente atención podían oír las pequeñas protestas de Nezuko.
- ¡Ya estamos listos para el entrenamiento! -
- ¡Ese es el espíritu mi niño!! - se puso de pie en un grácil movimiento y miro a su compañero. - ¿vienes Tomioka-san? Un enfrentamiento amistoso de pilares motivará a los más jóvenes -
- no- contesto al finalizar su Té - tengo cosas que hacer antes de partir a mi siguiente misión de esta noche -
- entiendo. - la sonrisa del pilar del fuego bajo un poco pero se mantuvo al interpretar que no era un rechazo como tal.
- será en otra ocasión. ¡Andando!! ¡Hoy los haré entrenar hasta que se les caiga las manos y sangren sus pies!! -
- ¡Rengoku-san nos quiere matar Tanjiro!! - el rubio chillo ante la posibilidad
- ¡Te reto a intentarlo ojos de pescado!! -
Sin mayor preámbulo, el cuarteto más escandaloso de la asociación salió de la finca del agua ante la silenciosa presencia del pelinegro. Se ocupó en limpiar el desastre dejado por los cachorros revoltosos y el mismo rubio, evitando las visitas indeseables de alimañas y espíritus errantes.
- ¡Giyu-san!! - la soledad duro un pestañeo. Una pequeña sonrisa nació y apresuró sus movimientos para salir al llamado.
- ¡Buenos días Giyu-san!! - saludo con cierto nerviosismo un joven hombre de cabello negro y mirada viva.
- buenos días Murata-san - saludo al alfa de menor grado.
- siento el retraso, apenas logré desatender mis asuntos - hace una notable reverencia a su superior.
Sin decir más, Tomioka comenzó a caminar al sentido contrario del camino, siendo seguido automáticamente por el pelinegro.
- Rengoku-sama ya se llevó a los cachorros a entrenar - deduce por el poderoso olor de Neroli, pimienta negra y cedro que impregno en la residencia del agua. Siempre hacia lo mismo cada vez que visita el lugar, llenandolo de sus feromonas con tal de marcar silenciosamente su territorio y al Omega que vive ahí. Afortunadamente, el olor no es molesto si no viene con intenciones extrañas.
Después de esa afirmación, ninguno dijo más. Murata no es tan conversador como otras personas y no lo necesita, puede entender al pilar del agua y sus silencios. De hecho, puede presumir que es de los pocos seres humanos que puede entender al pelinegro pero mantiene la modestia. Lo mínimo que quiere es incomodar, ya hay suficientes malos comentarios sobre su dudosa relación.
- será día de mandado. Seguramente los cachorros ya vaciaron las alacenas - hizo cuentas mentales sobre el tiempo de estancia y el apetito que poseen. Recordo brevemente que el pilar del fuego también pasa tiempo ahí y en ocasiones se queda a comer o cenar.
- será un largo día - lamento el moreno.
Pasaron un par de horas después del extenuante día de compras de víveres. Normalmente los kakushi hacen esos deberes para dejar que los cazadores se concentren en su deber pero debido al miedo que inspira el beta no pasan mucho tiempo en la finca del agua.
Aunque no importa mucho de todos modos, Murata sabe que a su superior tiene cierto espíritu hogareño aún cuando toda su facia diga lo contrario. No puede evitar sentirse conmovido cuando lo ve preparando las galletas de batata dulce o los pasteles de luna con tanto esmero. Por más que Tomioka intenté disimular, ese lado amable que esconde a todo el mundo reluce cuando está en confianza.
- Giyu-san, ¿continuará con todo esto? - comenzó a decir mientras guarda en su lugar los granos de arroz mientras el pilar empieza a preparar la carne con especias.
- bueno... Se que tienes tus motivos pero... -
- no insistas - corto sin mirarlo.
- pero... No es justo. No tienes que... - detuvo sus palabras cuando la oscura mirada del beta reluce. Murata baja su hombros ante el silencioso regaño que recibió.
Fue en ese momento que el aroma picante pimienta negra se hizo presente alertando al par. Tomioka fue el primero en salir para encontrarse con el pilar del fuego con inusual seriedad en su rostro.
- ¿Que sucede? - pregunto directo al punto.
- ven a la finca mariposa. El joven Kamado Entro en celo - explico brevemente. Tomioka abrió los ojos sorprendido.
- no paso a mayores, solo tiene miedo y pide por ti - insistió el alfa dando un paso más cerca del moreno de ojos profundos.
- ve Giyu-san. Me encargo del resto y le enviaré un mensaje al patrón para que no se preocupe por algún retraso en tu mision - aporta Murata pero no puede evitar temblar de pánico cuando la fiera mirada del contrario se fija en el.
Sin perder más tiempo, Giyu comienza a caminar hacia el destino solicitado a paso veloz. Siendo seguido automáticamente por el alfa rubio.
- definitivamente los pilares dan mucho miedo - se abraza temblando, su cuerpo aún resiente la densa mirada contra el. Marcando duramente la línea imaginaria de su territorio.
Tarde pero sin sueño. Subí este proyecto de medio largo plan en honor en San Valentín. ¿Porqué? Hace chingo que no hago uno especial para esto.
Y no suelo ser convencional...
Este fick está inspirado en muchas ideas locas que me encontré en el fandom y chingos de investigación intensa de 3 días. Hilando ideas y como terminaría todo hasta que nació finalmente.
En vez de terminar mis proyectos anteriores, mi musa caprichosa me atacó con esto.
Ahora un secreto secretoso de la era Tashio
El aroma alfa de Rengoku es una mezcla en extremo masculina pero gentil. Me inspiré en la perfumería, personalidad y pequeños detalles extra que al rato diré.
Cómo aclaración. Neroli es la versión más pura del extracto de flor de naranja amarga. Su aceite es muy costoso por el método de extracción.
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