Acto séptimo

New York

9 de diciembre

Morgue / FBI-CMC


Liv Moore, había convivido con la quimera lo suficiente como para saber que no era un hombre impaciente. Por lo mismo, cuando el rubio llegó en la mañana y despegó su atención del cadáver de turno para observar su reloj de pulsera reiteradamente en un espacio de tan sólo treinta minutos supo que algo le preocupaba.

A un lado su compañero, y único humano en el departamento forense, el Dr. Ravi Chakrabarti también observaba a su jefe, pero a diferencia de ella el árabe lo miraba divertido constatando la hora por su propia cuenta.

En un momento determinado, Theo salió en busca de unos resultados. Minutos que la joven albina aprovechara para interrogar al otro hombre. Grande fue su sorpresa al escuchar las nuevas noticias: Stiles Stilinski había sido asignado al laboratorio, nada más y nada menos que bajo las órdenes de Theo Reaken.

El trigueño había confesado que su novia y mejor amiga de ella, Peyton Charles, estaba muy preocupada por la inmiscusión de IA en el caso y después de varios días buscando una salida legal para el castaño, Rafael, su capitán, había aparecido con esta "brillante" alternativa.

Liv no sabía si reír o resignarse a que la vida como la conocían en el laboratorio se había acabado, pues si de algo estaban al tanto los integrantes del CMC era que juntar a esos dos era la fórmula proporcional al desastre y aunque en principio todos apostaban por saber quien le arrancaría la garganta a quien meses después las apuestas apuntaban en una dirección muuuuy diferente.

Ravi salió de la morgue un momento, dejando a la chica solo con el recién llegado rubio que parecía dispuesto a mantener su atención dividida entre la hora y la pesa para órganos a su derecha. Liv sabía ahora que Stiles debía incorporarse ese día, por lo que entendía el desconcierto de Theo al ver que pasaban ya de las once de la mañana.

—¿Y si vas por él? —preguntó finalmente rompiendo el silencio.

—¿Por quién? —cuestionó, haciéndose el desentendido, mientras pesaba el corazón de la víctima—. 290 gramos —apuntó.

—Ya sé lo que haces y no está funcionando —insistió  su compañera pasándole esta vez el hígado—. Hablamos del castaño que te trae loco.

—¿Zack Efron? Me demandaría si voy a su casa a buscarle.

—¡Iuj! —chilló ofendida—. Número uno, Zack Efron es rubio, cosa obvia si realmente fuera el dueño de tus pensamientos. Número dos, que gustos tan homosexuales y clichés tienes —observó indignada—, y número tres, hablo de Stiles obviamente, tonto  —repuso dándole un codazo a su jefe, quien de la impresión casi suelta el órgano que tenía en sus manos.

—¡Te puedes calmar! Casi haces que pierda el hígado. —Lo introdujo en la bascula y recitó—: 1500 gramos.

La chica le observaba con las manos cruzadas, el cuerpo a su lado continuaba abierto pero parecía importarle más la conversación que la autopsia.

—No puedo solo aparecer en su departamento y obligarlo a venir. La suspensión no ha debido ser fácil  —admitió finalmente.

—¿Y? Tú también has tenido tu parte, pensé que ya se tenían confianza.

—No la suficiente.

—Quieres decir, no la suficiente para ir a su casa, pero sí la suficiente para meterte en sus pantalones.

—Ok, ¿qué? —La miró sorprendido—. Stiles y yo no tenemos ese tipo de relación.

—Pero estamos de acuerdo en que la tensión sexual es latente, ¿no? —preguntó retóricamente—. Theo, por favor, llevamos meses encerrados en este laboratorio contigo, y apestas a tristeza cada vez que discuten, por no decir que cuando están juntos las feromonas casi me hacen desear saltar por la ventana.

—No funcionaria.

—¿Por qué estás tan seguro?

—Porque él ama a alguien más —admitió—, y una unión como la que ellos comparten... —Theo calló, pensativo por algunos segundos, como si realmente considerara la posibilidad de hacer algo al respecto—. No es algo con lo que yo pueda competir.

—¡No seas tan derrotista! Eres Theo "sexi como el infierno" Reaken, puedes tener a cualquiera. Solo tienes que luchar por él, abrirte paso en su corazón con garras, y colmillos, y... lo que sea que hagas los lobos para cortejar estos días.

—Creo que has leido demasiadas series fantásticas. —El último comentario de la albina lo hizo sonreír levemente—. No lo entenderías. Para un lobo su compañera, o compañero en este caso, es su otra mitad, un complemento para su alma y su corazón. Yo soy una quimera, por lo que nunca compartiré un vínculo de nacimiento con nadie, sin embargo, para aquellos afortunados esto lo representa todo.

—¿Es por la marca? —La sorpresa se reveló en el rostro del chico, por lo que ella continuó lentamente—. Lo supe desde la boda de Alex. Tenía dudas, él y su mujer son lobos, almas destinadas según me explicó, pero Stiles es humano, nunca entendí por qué tenía una marca igual a la de Cora en su cuello, pero cuando quise averiguar más me dijeron que no es algo por lo que podría preguntar libremente sin lastimarlo. ¿Es por eso? —preguntó viéndole a los ojos—. ¿Tu lobo no puede aceptar su pasado? Sé lo territoriales que son y esto suena como si llevara tatuado el nombre de su ex o si todavía cargara con su anillo de compromiso.

—Un anillo no se compara ni remotamente a una marca pero supongo que es tan bueno como cualquier referencia mundana que puedas tomar. Como sea tanto mi lobo como mi coyote se sienten bien a su lado. Es él quien todavía no puede pasar esa página.

—¡Oh! Ya veo, eso debe ser un problema.

La chica se inclinó nuevamente sobre el cadáver olvidado, y la quimera pensó que dejaría finalmente el tema.

—Sin embargo... —Theo cerró los ojos, era demasiado bueno para ser verdad—. Solo tienes que superar esa fase y demostrarle cómo palidece el pasado en comparación al futuro.

—¿Y según tú, cómo podría hacer eso?

—Simple —sonrió, extrayendo finalmente la bala de plata en sus pulmones y observando la marca de los cazadores, había identificado al culpable y al parecer también el remedio para la aflicción de su jefe—. Solo tienes que darle una probada de el. Una vez imagine la vida a tu lado será Game Over para Derek Hale —sentenció dejando el proyectil en la cápsula de petril a su lado.

—¿Cómo es que tú...

—¿Sé su nombre? Soy un zombie, ¿recuerdas? Hicimos la autopsia de esos cazadores el año pasado. Fue la primera vez que lo vi —recordó con un estremecimiento—, debo admitir que es sexy —concedió—. Pero tú tienes tu propio encanto, y él ya perdió su oportunidad.

Retiró sus guantes ensangrentados y tocó el botón al lado de la camilla para que su otro compañero viniera a suturar y trasladar el cadaver.

—La vida da muchas vueltas. Stiles no estará solo para siempre. Quizá te hagas a un lado ahora y él más adelante sea feliz, o tal vez lo dejes y termine con alguien peor, alguien que lo maltrate, que no lo valore, o quiera cambiar su forma de ser. Porque seamos honestos, Stiles Stilinski no es una persona ordinaria o una con la que cualquiera podría lidiar —aseveró mientras sonreía—. No soy la indicada para darte lecciones, o tal vez sí, después de todo hice exactamente lo que ahora no quiero que hagas.

—¿Y te arrepientes?

—Nunca podré arrepentirme de procurar su felicidad —suspiró—. Pero es diferente, tú no tienes un virus mortal recorriendo tu sistema con el que podrías contagiarlo o condenarle a una existencia no muerta. Stiles es un faro para los problemas incluso sin ti, por no hablar de su línea de trabajo y su torpeza innata. Tú puedes cuidarlo, en cambio yo solo puedo destruir su humanidad.

—Ustedes, sobrenaturales, solo son tontos —interrumpió Ravi entrando al laboratorio con una bandeja esterilizada y un gesto de indignación bien marcado—. Dicen procurar lo mejor para ellos, ¿pero acaso les han preguntado qué quieren? Los humanos no somos tan débiles. Masón es un gran hombre, él habría aceptado los riesgos, o tal vez no, pero debió tener la oportunidad de elegir —afirmó mirando a la chica—. Stiles es igual, es un hombre echo y derecho, y puedo dar Fe que está harto de qué le subestimen. Has lo correcto, Theo. —Colocó una mano en el hombro de la quimera y le miró con toda la pena que reflejaba su rostro—. El merece la oportunidad de escoger y tú tienes el derecho a luchar por la persona que amas.

Hola a todos! Espero que les guste el capítulo, algo soso, ya que no hay interacción entre nuestros chicos, peo es necesario para que comprendan cómo es su relación a ojos del CMC y el trasfondo del conflicto. Les prometo algo más suculento para el siguiente 😈😈

Dada la introducción a los nuevos personajes quería explicarles que en este fic habrán varios crossovers, o ligeros spin-off de otras series según sea necesario.

De momento déjenme presentar a nuestro equipo forense y representante legal del CMC, directamente de la serie iZombie:

Liv Moore - Es una ex estudiante de medicina, quien accidentalmente fue convertida en zombie dada su exposición a una droga experimental. Como criatura sobrenatural, está obligada a la ingesta de cerebros (mismos que obtiene de la morgue donde trabaja), posee fuerza sobrehumana, y además puede canalizar las emociones, o revivir los recuerdos de los portadores de los cerebros que injiere. Se une al CMC con el objetivo de crear un antídoto y trabajar sin la necesidad de ocultar su naturaleza o hábitos alimenticios.

Dr. Ravi Chakrabarti - Médico forense de ascendencia árabe y confidente de Liv, es un excelente químico quien también contribuye a su investigación de la droga zombie.  Novio de Peyton

Peyton Charles - Mejor amiga de Liv, fiscal de profesión y representante legal del CMC. Novia de Ravi

Major Lilywhite - Es el ex prometido de Liv, un ser humano común y corriente que en este fic aún no está al tanto de la condición sobrenatural de Liv.

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