Acto segundo
New York
21 de abril del 2017
Stiles
¡Piuuuuumm!
El sonido de una corneta en su oído le hizo despertar y caer al suelo de la impresión.
—Despierta y brilla, rayo de sol —se burló Rafael mientras observaba al menor tendido en el suelo.
—¡¿Qué, demonios, te pasa?! —Rugió molesto—. ¡Son las cinco de la mañana!
—Hora de trabajar, solecito. No me mires así, eres tú quién quería incorporarse inmediatamente al buró.
—¡Pero son las cinco de la mañana! —repitió.
—¿Qué tiene de malo? Es la hora a la que despierto usualmente. —El mayor se encogió inocente de hombros—. Así que si quieres que te lleve hasta ahí tendrás que madrugar conmigo.
—¡Podrías haberme avisado anoche!
—Y tú podrías parar de gritar.
—¡Lo haría si no me hubieras dejado sordo, maldita sea!
—Diez minutos —advirtió el agente—, tienes diez minutos para hacer tu cama y bajar a desayunar, de lo contrario me comeré tus pancakes.
—¿Cocinaste?
—Claro que no. ¿Insinuas que quiero matarte en tu primer día de vuelta a la Gran Manzana? Al menos dame una semana.
Stiles suspiró aliviado, este hombre era mortal con un arma, pero indudablemente letal en la cocina.
—¡Quedan nueve! —gritó al poco tiempo mientras el más joven salía disparado al baño.
McCall, mientras tanto, sonreía satisfecho, tener a Stilinski en casa sería divertido mientras durara.
Melissa le había exigido que lo vigilara, y él estaba más que encantado de hacerlo, este era, después de todo, el joven que había salvado la vida de su hijo en innumerables ocasiones y aunque el pequeño Stilinski solo se considerara a sí mismo como un ser humano sin gracia, él sabía que era mucho más que eso, era un héroe, uno evidentemente inmaduro y con un pésimo sentido de la moda, a juzgar por cómo pretendía asistir al Buró Federal, pero un héroe al final de cuentas.
—¿Planeas conservar esa facha? —preguntó el mayor alzando una ceja.
—¿El FBI tiene algo contra las camisas de franela?
—Tenemos un código de vestimenta.
—Entonces es algo bueno que no forme parte de ellos.
—Formas parte de ellos —remarcó.
—Nop —respondió inmutable, el menor—. Tú formas parte de ellos. Yo, soy parte de la división especial de control de criaturas mágicas.
—Así no es como nos llamamos —le contradijo ofendido—, ni siquiera tenemos un nombre oficial todavía.
—Sabes, tu hijo entendería esa referencia —acotó señalándolo con una tostada—. Debería darte vergüenza —repuso dándole un último mordisco a su pan.
«Buró de investigación y control de criaturas mágicas, no suena tan mal» pensó el mayor mientras se dirigía a hacer algunas llamadas.
Rafael McCall es un agente veterano del FBI. Durante años dirigió exitosamente múltiples investigaciones dejando de lado su deber como padre y esposo. Se podría decir que actualmente era un ciudadano ejemplar. Había luchado contra el alcoholismo, el crimen organizado y rescatado exitosamente la inexistente relación con su hijo, Scott McCall e incluso llevaba un trato cordial con su ex, la querida Melissa, misma que impusiera la presencia del joven Stilinski unos años atrás.
Stiles no era tonto, sabía que la causa fundamental por la que fue aceptado en el programa del FBI del 2015 no era otra que su relación con este y la recomendación para formar parte de los planes secretos del Buró Federal durante la creación de un cuerpo que lidiara con "sucesos sobrenaturales", y aún cuando no estaba dispuesto a delatar a sus amigos tenía la esperanza que dentro de un equipo como este podría marcar la diferencia y no ser más un lastre para la manada.
El joven había llegado a New York dos años atrás lleno de sueños y expectativas sobre un futuro digno del clásico cine policial. Sin embargo la realidad le había golpeado de lleno en el rostro cuando su primera misión fue la captura de un asesino en serie, nada más y nada menos que su hombre lobo favorito, Derek Hale.
Que aún no estuviesen al tanto de su identidad sobrenatural y Stiles sólo fuera parte del programa regular de Quantico en ese momento los salvó a ambos de dar muchas explicaciones. Logró sacar las pelotas del Alfa de la sartén, pero terminó metiendo las suyas al fuego cuando en medio de esta aventura se enamoró del monstruo de ojos azules. Ojos que aún le atormentaban en sus recuerdos y anhelos más profundos. Sueños hermosos llenos de promesas rotas que ahora retornan cada noche como pesadillas. Errores marcados con furia y sangre en su piel.
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Beacon Hills
21 de abril del 2017
Clínica Veterinaria BH
Deaton se encontraba atendiendo un pequeño cachorro cuando la campana colocada en la entrada de su local anunció un nuevo visitante.
—A juzgar la expresión en tu rostro debo asumir que tenía razón, ¿cierto? —inquirió el doctor terminando de anestesiar al animalito.
—Mi sobrino es un imbécil —contestó simplemente su acompañante como si esto lo resumiese todo.
—Creí que eso había quedado claro, dos semanas atrás para ser preciso —repuso enderezándose y retirando los guantes de latex.
—Se puede soñar, supongo —admitió el mayor de los Hale encogiéndose de hombros.
—Ya no hay nada por qué lamentarnos, Petter —observó el druida mientras colocaba un pequeño frasco en la mano abierta del lobo— Hicimos lo que pudimos, nuestro deber ahora es hacia el humano, no podemos permitir que muera un inocente.
—¿Stiles sabe?
—Es un chico listo, ¿cómo podría no hacerlo?
—Entonces no hay vuelta atrás, espero que sea lo suficientemente fuerte.
—Lo es, y por más que me cueste admitirlo Derek hizo las cosas bien.
—¡¿Cómo puedes pensar en eso?! —Estalló—. ¡Le ha marcado, vivirá como un omega por el resto de su existencia, y si sobrevive será un blanco eterno para lobos retrógrados! —Repuso enérgicamente al tiempo que sus ojos brillaban.
—Hizo las cosas bien, porque a pesar de marcarlo no le vinculó.
—¿Qué? —Petter parecía anonadado, no podía creer lo que estaba escuchando—. Me estás diciendo...
—Derek nunca pronunció las palabras por lo que el alma de Stiles es libre. Está rota, y apenas podía sujetarse a la vida cuando le trajiste por primera vez, pero mejorará y con el tiempo saldrá adelante —explicó—. No sé si fue su ignorancia, o si Derek estaba mostrando piedad, pero la vida de Stiles no corre peligro inmediato.
—Piedad... —Petter saboreó las palabras y estalló a carcajadas—. Mi hermana se debe estar revolcando en su tumba observando la piedad de su hijo.
Tenía la mirada perdida, como si reviviera un recuerdo lejano. Una lágrima solitaria recorrió su mejilla y el doctor no pudo evitar sorprenderse por ello. Petter, el descorazonado Petter, el lobo renegado, estaba llorando por la vida de un joven humano.
—Me aseguraré que el estúpido tome esto —repuso tomando el frasco y saliendo de la veterinaria—. Iré a New York con Stiles, alguien tiene que cuidar que no se meta en problemas.
—Eso ya lo tengo cubierto.
—¿Cómo?
—No te preocupes por ello, confía en mí, confía en Stiles. Derek es quien te necesita ahora mismo.
Él beta simplemente gruñó, lo único que su sobrino necesitaba eran unos buenos azotes, y vaya si él estaba dispuesto a encargarse de ello.
Holis! Solo pasaba a decirles que esta historia NO ES Omegaverse, si bien habrá algunas referencias típicas al género tales como las parejas predestinadas, el vínculo, las marcas familiares y de pareja, etc. Dichos conceptos serán explicados a media que sean abordados en la propia trama para una mejor comprensión.
NO HAY MPREG
Gracias x leer ^^❤
Nos vemos en el próximo capítulo
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