Capítulo 6: Guerra de Comida

P.O.V. Ian

Ya era la hora del almuerzo, me encontraba de pie frente a las puertas de cristal que daban a la cafetería. No me animaba a entrar porque si lo hacía iba a ver a Ali y había estado esquivándola toda la mañana luego de haberla saludado en el estacionamiento.

La causa era simple, no me animaba a hablar con ella. Había perdido el coraje que tenía en la mañana, lo sé, soy un cobarde.

Llevo años perdidamente enamorado de ella y no soy capaz de decirle mis sentimientos, simplemente no puedo. Tengo miedo que ella me rechace y nuestra amistad desaparezca.

Sería extraño y difícil que volviéramos a ser amigos luego de que le confesara algo así y ella no sintiera lo mismo.

Cuestión, estaba frente a las puertas de cristal cambiando mi peso de un pie al otro, excesivamente nervioso. Toby me miraba de brazos cruzados, mi amigo estaba frustrado.

-Ya Ian, entra de una vez.

-No puedo.-Le confesé, Toby se tapó la cara con las manos y luego dejó escapar un suspiro de cansancio.

-Maldita sea.-Se quejó mirándome con seriedad.-¿Qué pasó con la confianza que tenías cuando hablamos anoche?

El día anterior nos habíamos juntado en su casa luego de que yo volviera de viaje y habíamos tenido una de nuestras muchas conversaciones sobre Alison.

A diferencia de Luke que no estaba enterado de nada, hace años que Toby sabía de mis sentimientos hacia ella y me impulsaba a decirle la verdad ya que yo era muy tímido y no tomaba la iniciativa. A pesar de los esfuerzos de mi amigo aún no consiguió que yo le confesara a Ali que estoy enamorado de ella.

Anoche al fin me había decidido a decírselo pero luego de hablar con ella en el estacionamiento esta mañana me arrepentí y la esquivé, Toby me persiguió toda la mañana y ahora me quería obligar a entrar en la cafetería para que hablara con ella.

-No puedo hacerlo Toby, realmente no puedo.

-No seas cobarde.-Dijo mi amigo entre frustrado y molesto, me enojé.

-No es fácil ¿sabes? tengo el presentimiento de que ella no se siente de la misma manera, en mi opinión me ve como un amigo, siento que estoy en la friendzone.-Hice una mueca y cerré los ojos atormentado.-Peor aún, estoy en la brotherzone, soy como un hermano para Ali.-Abrí los ojos encontrándome con la mala mirada de Toby.

-Eso no es cierto Ian, ella debe sentir algo y nunca lo sabrás si no le confiesas tus sentimientos.

Suspiré.

-Aún no es el momento Toby y menos se lo diré en el instituto, no es el lugar adecuado.

Él se encogió de hombros.

-Avísame cuando te decidas a hablar con ella.-Sin decir más abrió las puertas de la cafetería, antes de entrar me miró sobre su hombro.-Sólo espero que sea pronto, también espero que nadie se te adelante y la conquiste antes que tú Ian.

Lo miré mal, él se perdió dentro de la cafetería, nuevamente me quedé dudando si entrar o no.

Decidí entrar pero le iba a decir a Ali que lo que quería hablar con ella no era importante para que no sospechara nada aunque dudaba de que sospechara algo así.

Se notaba que ella no tenía la más mínima idea de mis sentimientos y eso era lo que me aterraba, temía su reacción cuando por fin supiera la verdad porque de algo estaba seguro, algún día se lo diría. Sólo necesitaba reunir el coraje suficiente, no iba a quedarme con la eterna duda de si ella me correspondería o no.

De ninguna manera, ella tarde o temprano iba a saberlo. Sólo espero que ella en el fondo también me ame.

P.O.V. Alison

Estábamos sentadas con Jenna en una mesa de la cafetería comiendo hamburguesas con papas fritas y tomando coca-cola.

Si hay algo que me gusta mucho de este instituto es la comida, hay que admitir que es muy rica. Los menús en general son hamburguesas con papas fritas, milanesas con papas fritas, pasta como ravioles, ñoquis, tallarines con salsa boloñesa, sándwichs de todo tipo, tarta de jamón y queso, pizza y muchas comidas más, también hay variados postres.

Okay, pensar en comida no me ayuda, sólo hace que mi hambre se incremente. Le di un gran mordisco a mi hamburguesa, Jenna me miró con los ojos como platos.

-Vas a ahogarte Ali.

-No, no ed dierto.-Conseguí decir con la comida en la boca, Jenna hizo una mueca de asco.

-Diu... primero traga y luego habla.-Me regañó, tenía razón. Tragué y sonreí, luego agarré mi refresco y di un sorbo. Para mi mala suerte ya se había acabado.

-Me voy a comprar otra coca-cola, ya vuelvo.

Mi amiga asintió y me puse de pie.

Me dirigí a la fila donde muchos estudiantes estaban esperando a ser atendidos cuando Lindsay se cruzó en mi camino, me fulminaba con la mirada, cuando no.

-¿Qué quieres?-Dije cruzándome de brazos, ella no dijo nada, sólo se puso a dar vueltas a mi alrededor observándome de arriba a abajo. Rechiné los dientes con furia.-No soy una reliquia o algo así para que me mires tanto ¿qué rayos quieres Lindsay?

Ella se puso delante de mi y se quedó quieta mirándome a los ojos.

-No creas que no me di cuenta como Derek Welling no te quitaba la mirada de encima en la clase de filosofía.

-Por ahí venía la cosa.-Dije entendiendo.

-Es sólo que no entiendo... ¿qué te vio? ¿por qué me rechazó y parece interesado en ti?

-Em... no lo sé.-Dije fingiendo pensar.-Tal vez me encuentra más atractiva que a ti Nelson.-Dije con una sonrisa, ella me miró con odio.-Igual quiero aclarar que no me importa, no estoy interesada en Derek ni lo estaré, si quieres te lo regalo con un moño pero... él ya te dejó claro que no está interesado en ti cuando rompió en tu cara el papelito que le pasaste.

Lindsay me miró furiosa antes de contraatacar.

-No sé si ése es el motivo.

La miré confundida.

-¿Qué quieres decir?

Ella sonrió con malicia.

-Tal vez te ve como una especie de reto, quizás ya se enteró de que eres una mojigata e hizo una apuesta con sus amigos para ver que tan rápido te quita tu virginidad.

Me puse roja de la furia.

-Eso no es cierto zorra, admite que no soportas que me preste atención a mi y a ti no.-Ella no dijo nada, agregué.-Además... ¿qué amigos? si Derek no tiene amigos, es nuevo en el instituto y en el hipotético caso de que fuera cierto te aclaro que no soy tan ingenua ni fácil como tú para caer en un juego así.-Terminé con orgullo.

-No soy ingenua.-Lindsay estaba roja de furia.

-No pero si fácil.-Le guiñé un ojo.

Lo siguiente que supe es que tenía la cara empapada, la muy perra me había arrojado en el rostro su refresco que consistía en un jugo de naranja. Gotas chorreaban por mi básica y mi chaleco de jean.

La mire furiosa, la idiota sonreía con satisfacción.

-Lo vas a lamentar.

Rápidamente robé un flan de una bandeja que llevaba un chico que justo venía pasando cerca de mi, él se quejó.

-¡Oye! ¡eso es mío!

No le presté atención y se lo arrojé a Lindsay.

La muy zorra ya estaba prevenida, se lo veía venir por lo que se agachó y el postre fue a parar a la espalda de una chica que estaba sentada en una mesa cercana. Ella se dio vuelta en la silla furiosa y me fulminó con la mirada.

-¡¿Qué diablos te pasa?!-Gritó la chica, Lindsay soltó una carcajada y yo miré a la chica con culpa.

-Lo siento... yo...-No pude terminar de hablar porque esa chica me arrojó su postre en la cara embarrándome toda la nariz y la boca, me saqué el flan como pude y agarré la hamburguesa de la bandeja del chico que seguía a mi lado.

Mi objetivo no era darle a esa chica, sino a Lindsay.

Esta vez ella no se lo vio venir y la hamburguesa le dio de lleno en la cara.

-¡Qué asco!-Gritó sacándose tiras de lechuga de las mejillas.

Reí a más no poder, un segundo refresco me dio de lleno en el pecho, miré sorprendida a los lados para ver quién había sido.

Era el chico al que le había robado su hamburguesa y su flan.

-Eso te pasa por robar mi comida.-Luego se marchó con una pose altanera. Idiota.

Lindsay trató de volver a atacar. Me lanzó un flan pero lo esquivé y fue a dar a... ¡Ian!

Lo miré sorprendida, él se encontraba a mi lado, ni siquiera sé en que momento apareció. Se miraba su camisa blanca embarrada en postre con una mueca de disgusto.

-¡Ian! ¡¿qué estás haciendo?!-Pregunté sorprendida, él me miró decepcionado.

-Venía a ver que está pasando ¿por qué estás en medio de una guerra de comida?

Alguien gritó "¡guerra de comida!" y ahí todo se descontroló.

Decenas de hamburguesas, refrescos y flanes eran lanzados como bengalas por la cafetería, algunos me dieron a mi, otros a Lindsay, otros a Ian.

Sin embargo antes de que pudiera vengarme y lanzarle comida al primero que se cruzara en mi camino, Ian me sujetó fuertemente la mano y empezó a correr obligándome a seguirlo.

Traté de zafarme de su agarre molesta porque me impidiera darles su merecido a todos los estúpidos estudiantes.

-¡Suéltame!-Él no me hizo caso y sujetó mi mano con más firmeza.-¡Que me sueltes Ian!-Grité enfadada y revoleé mi brazo pero no sirvió de nada.-¡Déjame darles su merecido a esos idiotas!

-No.-Dijo con voz serena y siguió arrastrándome fuera de la cafetería.

-¡Que te den!-Grité fuera de mi, maldito Ian, el muy idiota rió ¡rió! tonto Ian.

Fuimos a parar a un pasillo desolado, él me soltó la mano y me miró con una sonrisa.

-Deberías agradecerme Ali, te salvé, la cosa se iba a poner fea.

-¡No!-Grité cruzándome de brazos haciendo un berrinche.-La cosa se iba a poner mejor, les iba a dar su merecido a todos.

-Si, si, como digas.-Dijo mi amigo con una sonrisa, solté un gritito de frustración.

-Maldita Lindsay, la odio.

Ian me miró con curiosidad.

-¿Por qué estaban discutiendo?

De repente me puse nerviosa, maldición. No quería contarle a Ian lo de Derek.

-Por nada.-Dije mirando hacia otro lado, sentí que me agarraba de la barbilla y me obligaba a mirarlo.

-Eres muy mala mentirosa ¿sabes?-Dijo con su sonrisa imborrable, le pegué un manotazo para que me soltara y suspiré.

-¿Y si no te quiero contar?

Ian suspiró, me tomó de los hombros y me miró a los ojos.

-No te voy a obligar Ali pero sabes que cuentas conmigo para lo que sea.

Asentí, estaba siendo una perra con él por estar furiosa.

Lo abracé rápidamente, Ian se puso tenso. Pobrecito, seguro es porque estoy llena de comida y lo estoy ensuciando más.

-Perdóname Ian por ser una perra recién, sé que cuento contigo para todo, te quiero.-Y realmente lo hacía, era como un hermano para mi.

Ian me rodeó con sus brazos y me apegó más a su cuerpo, me acarició mi sucio cabello, estaba lleno de refresco.

-Yo también.-Dijo en un susurro.

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