━034 ❝Uɴ ʀᴇᴄᴜᴇʀᴅᴏ, ᴜɴᴀ ʙᴏᴅᴀ, ᴜɴ ᴠᴀʟs❞
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Antes de decir un «Sí» verdadero en el altar, se deben pasar por ciertas situaciones para despedir tu independencia. Sin embargo, también es necesario vivir circunstancias complicadas que llegan a hacernos pensar en que es mejor no intentarlo.
Ese era el caso de Evie.
Desde muy pequeña tuvo el sueño que toda niña de sue edad tenía: un vestido, una boda, y un principe perfecto, que la amase más que a su propio reino.
Pero no todo estaba ocurriendo como ella esperaba.
En sus manos tenía una cajita donde conservaba fotografías de su infancia, fotografías que la hacían sentir mejor cuando todo se iba a la deriva.
Le gustaba admitir que tuvo en su madre ambas cosas: un padre y una madre. Pero en su interior sabía que debía preguntar por esa figura paterna por la cual su madre nunca quiso hablarle, y por la cual llegaba a llorar todas las noches.
Sabía su nombre, o eso creía.
No fue sino hasta que descubrió una fotografía que conservaba Regina, en dónde estaban ellos dos en algo que era similar a una fiesta. Fue entonces cuando lo vio por primera vez, y solo fue en un troso deteriorado de papel.
Conocía muy bien que él fue la persona que su madre llegó a amar demasiado, pero, que desgraciadamente el destino decidió separarlos.
«¿Quizá murió?», se cuestionaba ella.
—Aquí estás, señorita.— habló su madre, al abrir la puerta de su habitación — Creí que ya te habías arreglado.
Evie negó.
—Se hará tarde para tu boda, hija.
La peliazul rodó los ojos y chasqueó los dedos, en cuestión de segundos ya estaba arreglada al cien: su hermoso vestido en corte de sirena, su cabello recogido en su totalidad, su velo en sobre el tocado, un hermoso maquillaje en tonos perla, y para finalizar, unos tacones con brillantes.
—Uh, se me olvidaba que ya te enseñé eso.
—¿Y? ¿Cómo me veo?— cuestionó la consejera real, con una sonrisa fingida.
Regina nota la expresión de Evie, la reina se acerca a su hija, y la toma de las manos.
—Te ves muy hermosa, mi niña— dice, con un tono de voz bastante nostálgico.
—No vayas a llorar, mami.— pidió Evie, al ver como la reina retenía sus lágrimas— Siempre seré tu bebé, de eso nunca tengas duda.
Ambas se unieron en un tierno abrazo, a pesar de todo, aprendieron a sobrevivir juntas, sin depender de una figura masculina.
Siempre fueron ellas.
—Eres el mejor regalo que me dió la vida, eres mi felicidad, Evie.
—Eres una gran madre, nunca dudes de eso. Aunque mi padre se fue, tú tomaste las riendas de todo y fuiste muy valiente, fuerte.
Las facciones de Regina cambiaron por completo, pues ese tema nunca se lo mencionó a su hija, ya que no lo creyó necesario.
La pelinegra apartó la mirada de su hija.
Ese tema se iba a tocar algún día.
Evie lo notó.
—Lo siento, mamá... no quise...
—Creo que es momento que sepas de él.
Y ahí fue donde ella empezó a narrar la hermosa historia de un ladrón y la reina que fracasó en el intento de obtener la venganza.
Regina estaba a nada de llegar a sus treinta, cuando decidió cometer una gran venganza contra su hijastra, Blanca Nieves. Pero todo salió al revés, porque tuvo que escapar del reino ya que la estaban persiguiendo para encarcelarla, sumado al posible rumor de una isla convertida en una cárcel.
La pelinegra aprendió a sobrevivir en el anonimato, y aunque ella poseyera magia, no era suficiente para estar escondiéndose de gente más mala que ella.
A veces el licor era algo que le calmaba la ansiedad, y en una tarde como cualquiera fue cuando lo conoció a él.
Fue una charla algo extraña, pues ella lo evitaba, y él quería acercarse como fuera.
—Lastimosamente me di cuenta de quién era, porque ví su tatuaje.
—¿Y eso que tiene que ver?
El tatuaje de león fue clave para identificar lo que hace unos años le había dicho un hada. Él era su alma gemela, con la persona que seria unida por el destino.
A él le ocurrió lo mismo, solo que fue por los sueños que llegó a verla.
El amor no tardó tanto en llegar, así como un buen matrimonio y posteriormente la llegada de un bebé. Esa fue una alegría muy grande para él, pues ya había perdido a su esposa y a su pequeño hijo hacia unos años.
Todo marchó bien, hasta que Bestia dió con el paradero de Regina, y logró capturarla. No le importó que ella estuviera a pocos meses de dar a luz, sin embargo, él se fue con ella. Pero poco después la abandonó, porque a sus oídos llegó que su esposa e hijo aparecieron con vida en algún rincón de Auradon.
Desde ahí, Regina guarda el rencor más grande por él, por eso se juró a sí misma no decir palabra alguna a su hija.
Aunque todas las noches llorara, por cuestionarse qué le faltó para que él no le abandonase; hubo en una ocasión en la que dejó de hacerse esa pregunta, porque tenía una hija que la miraba como la única heroína de su vida.
Fue ahí donde se dió cuenta que Evie ni ella necesitaban a un hombre en sus vidas, a fin de cuentas desde que su pequeña tenía pocos meses de vida Regina había estado al tanto de toso.
Evie abrazó a su mamá, cuando ella dejó de contar la historia, entendió que por tal motivo Regina siempre le advertía de las heridas que podría causar el amar.
—Nunca quise preguntarte por él, porque sabía tu dolor... pero, gracias por tener la confianza y contarme.
—¡Odio arruinar el hermoso momento pero ya es hora de que la novia vaya saliendo a la iglesia!— interrumpió Emma al entrar a la habitación, algo alterada— ¡Llegaremos tarde, vámonos!
Evie dejó escapar una risa.
—Está bien, está bien.
❤️.
Evie iba camino al altar con su madre, la canción elegida por ambos novios sonaba muy suave. La sonrisa de Evie reflejaba una inocencia muy grande, y en el altar Doug la esperaba, con lágrimas en los ojos.
Evie se veía preciosa.
—Creo que ya te dije todo lo que conlleva a que yo sea tu suegra, ¿cierto?
Doug miró con nervios a la madre de su prometida.
—... sí señora.
Regina asintió, miró nuevamente a Evie, le sonrió y le dió un beso en la frente.
—Te amo, mi niña. Vas a ser muy feliz.
Después de una corta despedida de madre e hija, Evie tomó de la mano a su prometido mientras le sonreía. Fue entonces, cuando el Hada Madrina ofició la ceremonia.
—Estamos aquí reunidos, para unir en matrimonio a esta hermosa pareja.
Se dió oficialmente inicio al hermoso discurso de siempre.
Los reyes de Auradon, se encontraban en primera fila junto con la madre de la novia, pues estos fueron elegidos como padrinos. Regina tenía en brazos a su nieto, mientras miraba a la nueva pareja de esposos.
En segunda fila se encontraban las damas de honor elegidas por Evie, entre ellas estaba Emma, su sobrina. Su hermanastra y cuñado estaban en la tercera fila. De ahí en adelante invitados.
Así mismo se encontraban las filas del novio.
Llegaron los votos.
—Los anillos, por favor.
Jennie, muy juiciosamente se acercó con la canastita de los anillos.
Doug fue el primero en tomar uno de los anillos. Con cuidado tomó la mano derecha de Evie.
—Prometo escuchar cada palabra que me digas, así me describas la paleta de colores de lo que quieres ponerte para ir al trabajo, para ir al cine, o a una fiesta.
Evie empezó a reírse por los votos de su esposo, pues declararon hacer unos bastante originales.
—Y prometo ver contigo, para empezar una vez al mes, alguna de tus películas 'cursi' favoritas. Y no me reiré cuando tengas los ojos 'aguados'.
La risa de los presentes fue un poco más fuerte, incluyendo a la novia.
Doug colocó el anillo en el dedo de su amada, con una gran sonrisa.
—Prometo no decirte más 'te lo dije' aunque te hayas equivocado y mucho antes, te lo hubiera advertido. Y si hay algún 'resoplo' eso no es mío.— habló la novia, mediante una carcajada— Y prometo ir contando hasta 10 -tal vez más- mientras recojo tus desastres en el baño, la habitación, el salón, el carro y el garaje hasta que la muerte nos separe.
Añadió la peliazul, al tomar el anillo y colocarselo a su prometido.
—Okay, dicho los votos, es turno del compromiso de los padrinos.— anunció el Hada.
Ben y Mal se colocaron de pie, posteriormente se dirigieron hacia los novios.
—Prometo guiarles, aconsejarles, y estar presente en cada momento de sus vidas.— inició Mal— Esperando consigo, que ustedes se den como pareja el amor, la empatía, y el conocimiento que ha de ser, para que su matrimonio prospere hasta que la muerte los separe.
—Prometo guiarles, aconsejarles, y estar presente en cada momento de sus vidas.— ahora fue turno de Ben— Esperando así, que como pareja mantengan los tres pilares más importantes del matrimonio: el respeto, la empatía, y el amor, siempre y en cada momento.
—Dando a conocer que ambos aceptan esta bella unión, los declaro oficialmente marido y mujer. Puedes besar a la novia.
—Finalmente casado, E.
—Por fin, mi amor.
Evie y Doug se unieron en un tierno beso.
Los invitados empezaron a celebrar y tirar los pétalos de rosa.
Ahora sí, esta historia empezará.
❤️.
—¡Otra vez soy la hermosa DJ de esta noche!— gritó Lonnie desde la tarima— ¡Por favor, que pase la hermosa novia y su esposo para bailar el vals!
Doug le extendió la mano a su esposa.
—¿Me concedes está pieza, amor mío?
Evie sonrió.
—Será un gran placer.
La melodía empezó a sonar con delicadeza, dando pie a una introducción muy corta de piano.
Tomorrow is unsertain, who knows what it will bring.
—¿Escogiste mi canción favorita?
—¿A happy beginning?— Evie asintió —, Nos describe perfectamente.
But one thing es for sure, love, with You I have everything.
—And happily ever after, is the way these stories go— cantó Evie— Used to think that's what I wanted, but now I finally know...
Evie dió una vuelta, con mucha delicadeza, por consiguiente hicieron una reverencia para después volver a tomarse de las manos y seguir al compás de la música.
Doug rodeó con sus brazos a su esposa, mientras se balanceaban suavemente.
We can celebrate together, a longtime wish come true.
—What makes it even better, today your story starts anew.— ahora fue turno del hijo de Tontín, Evie chilló emocionada.
—¡Te la aprendiste!— exclamó ella.
—Por ti, lo que sea.
Ambos dejaron de bailar, pues era el turno de que la madre de la novia bailará con ella.
—Su turno, majestad.
Regina hizo una corta reverencia con la cabeza, luego, abrazó a su hija para posteriormente empezar a bailar el vals juntas.
Let villains cast their curses
We can overcome them all
—If we all stand strong together...
Y la música empezó a cambiar a una melodía muy conocida por ellas dos, los ojos de Evie empezaron a acumular lágrimas.
—Nuestra canción.
—Exacto.
The story of my life, I take her home.
Evie no dudó en abrazar a su madre, en darle un abrazo lleno de amor y agradecimiento hacía ella. Aquella peliazul sabía muy bien, que aunque hubo un mal pasado, aquella relación se podía reparar e iniciar desde cero de una manera sana.
El vals continuó de esa manera, ambas abrazadas y moviendo los pies de una manera delicada.
I drive all night to keep her warm
And time is frozen
Quizá la historia de ambas tuvo caídas fuertes, unas más que otras, pero siempre lograron levantarse y ser felices a su manera. Regina no fue la madre perfecta, pero siempre veló por el bien de su manzanita.
The story of my life, I give her hope
I spend her love
Regina tomó de la mano a Evie para permitirle dar un giro, ambas rieron y tarareaban la canción.
Para la reina hubiera sido facil congelar el tiempo para que Evie no hubiera crecido más, pero era parte de la vida, y así como ella hizo y deshizo, dejaría que su hija se permitiera disfrutar de la vida bajo sus decisiones.
Until she's broke inside
The story of my life
Evie le da un abrazo final a su mamá.
—Te amo mucho, mamá.
—Y yo por siempre, manzanita.
❤️.
.
.
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Hi, bitches! I'm baaack, did you miss me?
Dios mio, hace demasiados años no me pasaba por aqui y es demasiado nostálgico. Este capítulo lleva casi que escrito desde que llevaba mi tercer día en mi primer trabajo 😭, obviamente mi yo más adulta decidió sentarse, revisar, y mirar que debía quitar o poner.
Les prometo que me pondré juiciosa, porque este es mi primer bebé y debo terminarlo, para darle paso a mis niños consentidos (para quienes leyeron e segundo libro en su momento, sabrán a quienes me refiero).
Espero que les guste este capítulo, no me quise extender mucho, porque quería darle un momento bonito a Evie y a Regina, ambas lo merecen ✨. Yo creo y me imagino que saben qué se aproxima, así que, preparence.
Querida Lau del 2021, créeme que vas a ser muy feliz, y este año terminas tu amado bebé SUNC.
Les amo.
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