Los días pasaron, también las semanas.
Tae estaba recomponiéndose y volviendo a brillar como el día en que Jungkook lo conoció.
Ambos estaban sentados en el patio de la mansión Jeon, disfrutando del fresco aire y del bello jardín que los rodeaba.
-¿Sabes Jungkook? Creo que ya sé cómo lidiar con mi verdadero lobo.- Dijo Tae.
-¿En serio? Qué bueno!!! Te digo un secretito…sólo debes escucharlo y no llevarle la contra.-
- ¿Es tan así? Pe-pero…-
-¿Qué pasa?.- le pregunta Jungkook.
Tae no quería decir lo que su lobo le decía, en verdad era muy vergonzoso.
Un color rojizo cubre el rostro del omega.
-Hey!!! Acaso…¿acabas de sonrojaste?!!- Le dice burlonamente el alfa.
-QUE!!?? NONONONO.- Tae separa de repente del sillón en el cual ambos estaban sentados.-Voy a buscar algo de comer...si eso….emmm…ya vuelvo..- Salió casi corriendo hacia el interior de la casa.
-¿Es solo eso Tae?.-Dijo para sí con una sonrisa. Le encanta ver como el omega se sonroja y por una vez le gustaría entrar en su cabeza y saber que pasa por ella.



Ya dentro de la cocina el corazón de Tae le martilla en los huesos del pecho.
-Dios!!! ¿Qué me pasa?.- pensó mientras se apoyaba en la mesada. – ¿Así se siente estar cerca de un alfa?....pero yo estuve cerca de Jungkook desde hace tiempo…¿Por qué ahora es cuando me siento así?.-
-Es nuestro alfa.- Dijo una voz interna.
-¿Lobo?.-
-Si soy yo.-
Tae suspira, ya llevaba unos días reencontrándose con su lobo pero no se acostumbraba del todo. Lo que no entendía aún era porque su cuerpo al sentir el aroma de Jungkook parecía encenderse.
-Creo que está haciendo mucho calor.- Pensó. Sintió su respiración pesada. Y sus piernas débiles.
-¿Estaré por enfermar?.- Se dirigió hacia su habitación olvidando que dejó al alfa afuera esperando por comida.



Pasaron un par de horas y Jungkook despertó. Se había quedado dormido esperando a Tae en el sillón de su jardín. –OH!! Es…¿de noche?, Maldición!!! Me dormí ¿Y Tae por qué no me despertó?!!!- Rezongaba en vos alta mientras entraba a la casa.
Un dulce aroma muy conocido por él llega a su nariz. Su lobo aúlla de felicidad, pero su persona recuerda que ese aroma también podría ser peligroso.
Jungkook quería calmar a su lobo pero estaba costándole horrores. Por suerte tiene mucha fuerza de voluntad o eso es lo que él cree.
-Nuestro Omega está en celo.- Dijo su lobo.
El alfa haciendo oído sordo corre hacia el botiquín familiar, recordó que su padre le había dado unos supresores para Tae en caso de que ocurriese lo de ahora.

Sube a la habitación del omega, al llamar tantas veces y no ser correspondido entra sin permiso. El aroma allí era más fuerte y asfixiante. La respiración de Jungkook se volvió pesada, pero sin perder el objetivo principal: Dar el supresor a Tae.
Lo no podía encontrar, hasta que un lamento que vino desde el baño lo hizo reaccionar.
-Tae!!!.- Entró una vez más sin permiso y por una vez en la vida deseo no haberlo hecho.
El omega estaba dentro de la bañadera aún vestido pero sólo con su camisa y pantalón, las cuales se adherían a su cuerpo resaltando su hermosa figura. Su rostro tenía las hermosas mejillas rojizas y sus hermosos ojos estaban dorados, parecía que largaban destellos de luz. –Tan bello.- Pensó, pero espabiló sacudiendo su cabeza. Tomó la gran toalla y envolvió con ella al jóven, lo ayudó a ir a la cama y le inyectó el supresor.
Antes de dormirse, Tae estando en brazos del alfa y todavía envuelto en la toalla le dijo – Me duele el cuerpo…esto es extraño…¿Qué me pasa?-
-Es el celo, Tae. Tu primer celo. Te pasará cada dos meses aproximado.- dijo mientras acariciaba los cabellos húmedos del omega.
-Um.- Solo murmuró antes de dormirse dejando al alfa con una gran erección provocada por el aroma fuerte que ahora iba disminuyendo de apoco.
-Ahora a quién le duele el cuerpo es a mí.-Pensó el alfa.-Manuela más tarde nos vemos.-
Entre algún que otro pensamiento sucio Jungkook se duerme con Tae en brazos.

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Quieren Lemon pecadoras? XD. Es la primera vez que escribo algo al finalizar el capítulo. Gracias por leer.