El mundo cambia y avanza en un ritmo constante en donde Chief se sentía feliz, había logrado muchas de sus metas, una de ellas lograr un buen puesto en las fuerzas policiales, ser el jefe de la armada policial de su zona, o bueno ser el único jefe policiaco de la ciudad, todo gracias al sudor de su frente.

El ambiente laboral era agradable, no había muchos problemas a la hora de designar los casos de investigación, hasta este punto su vida era monótona, era la misma rutina desde ya unos años .

Todo cambiaba o permanecía, por su puesto había sacrificado algo que adoraba, pero ello no importaba cuando observaba las dulces donas en su escritorio, si por un lado deseaba volver a tener su pelo rizado.

El estrés había ganado, además había la gran probabilidad que le pasará debido a la probabilidad del noventa por ciento en su genética familiar, había alejado aquella inseguridad hace bastante tiempo, porque más que pudieran no podía evitar recordarlo.

Su trabajo era ser serio y sobre todo ofrecer un buena calidad de servicio a todos los ciudadanos, si no se llegaba a cumplir se esperaba un gran regaño de la superiora alcaldesa.

De tan solo imaginarlo se le erizaba la piel, esa mujer era muy despiadada, por el momento no habían casos muy graves. Soltó un suspiro y continuó escribiendo reportes, de un extraño caso de extorsión y allanamiento en propiedad privada.

Estos casos tenía modalidad distinta de engaño, su subordinados no habían  hallado pistas concretas, aún así el asunto era serio, no podía permitir que familias sufran por aquellos acontecimientos delictivos.

Dejando eso atrás se encargaba de organizar toda la plana de oficiales a su cargo, revisando la correspondencia se fijó en una carta de traslado de un nuevo oficial, presentando su "CV" y requisitos pedidos, dando la casualidad que había sido enviado desde una semana.

Salto algo exaltado, ya que por su descuido no había una respuesta, no sabía si debía admitir a un nuevo integrante, pero al leer el contenido quedó curioso, no era más que un hombre joven recién graduado.

Mirando atentamente decidió que no estaba mal aceptar a alguien nuevo si se trataba aún de un aprendiz, solo esperaría que no sea más inútil que su denegados.

La hora de almuerzo había llegado, al ver el reloj sonrió, dejando su puesto en busca de algo que comer, después de tanto trabajo necesita relajar por un momento la mente.

Hay veces que al estar solo en su oficina, pierde la mente divagando en su aburrida vida, recordando hechos pasados.

...

Era hora de regresar a su oficina, de camino la ciudad se veía tranquila llenando su alma de paz, pero se fue tan pronto cuando vio que varios oficiales se amontonaban en su puerta.

Solo observó algo fastidiado y molesto, tocando la espalda de sus compañeros para que le den paso a su despacho, pero estos lo ignoraban.

— Se puede saber porque todos ustedes están aquí —. Chief entonó su voz en forma de llamar la atención de los demás.

— Disculpe Jefe, pero hay un muchacho en su oficina —. Milly contesto a su pregunta, a su vez apartando a los demás.

— ¿Eh?, y porque lo dejaron pasar —. Chief solo se acercó viendo detrás de la ventana esperando una respuesta.

— Dijo que lo necesita ver urgente —.

El jefe solo se golpeó levemente el rostro ya irritado por un extraño en su despacho, que más faltaría. ¿Que el fin del mundo este más cerca?.