El joven del aroma dulce y café amargo.
Elle llevaba varios minutos observando al omega sentado en la mesa de enfrente. Nunca había visto a un muchacho tan lindo, su anatomía tan perfecta junto a lo fuerte de sus feromonas lo hacían saber que era un omega de alto rango. Olía bastante dulce, y a Elle le gustaban los dulces. Sin embargo hasta su olfato llegaba un aroma más viniendo del mismo muchacho castaño, y eso último no sabía descifrarlo. Al ser un alfa de bajo rango su voz de alfa no era tan dominante y muchos de sus instintos se desarrollaron poco o no lo hicieron. Quizá un alfa de mayor rango sabría de inmediato el motivo de ese olor levemente ácido combinado con el dulzón predominante.
Sin embargo había situaciones que no necesitaban de un instinto para entenderlos; por ejemplo que el muchacho solitario frente a él llevaba puesto el collar grueso y negro que usaban los omegas que no habían sido marcados, así como también la pesadumbre en su rostro. Llevaba demasiado tiempo con esa taza de café sobre la mesa, sin hacer nada, solo dejándolo enfriar. Esos bonitos ojos miel llenos de tristeza, o al menos así lo interpretaba Elle.
Lo único que Lawliet se preguntaba es por qué estaba solo, un omega sin compañía, sin marcar y notablemente pasando por un mal momento sería una invitación para cualquier alfa. Claro, cualquiera que valiera la pena, no uno como él que estaba lejos de estar a la altura de ese omega. Eso lo había hecho dudar todo este tiempo sobre acercarse, porque no estaría bien visto hacerlo. Un omega de su rango es altamente fértil, su deber es estar con un alfa del mismo nivel que pueda llenarlo de cachorros para continuar con el mismo linaje, mientras que él tenía bajas posibilidades de embarazar a alguien y de hacerlo no sería de buena calidad.
No obstante, las intenciones de Elle ni siquiera eran esas, él solo deseaba acercarse y ofrecer su compañía, pero de cualquier forma podría ser mal visto por los demás presentes en esa cafetería.
Sus dudas se disiparon al verlo tallarse los ojos, en ese momento dejó de importarle lo que pudieran decir los otros y se puso de pie, caminando primero dubitativo y volviéndose más firme con cada paso.
—Disculpa... —el castaño volteó a verlo, extrañado— yo trabajo aquí, solo que hoy es mi día libre pero conozco muy bien todo lo que se vende. Te puedo recomendar el cheesecake de frutos rojos para acompañar con ese café.
El contrario lo examinó de pies a cabeza, preguntándose por qué ese alfa le estaba hablando. A él no le importaba eso de los rangos, sabía que él era considerado "valioso" solo por su capacidad de reproducción y no inteligencia o capacidades, aspectos que eran los que realmente deberían ser tomados en cuenta si se lo preguntaban. Pero era lo "normal" y no tenía ningún sentido que un alfa le estuviera hablando justamente a él: un ser que ante la sociedad no valía nada. Un omega embarazado sin haber sido marcado merecía el repudio de todos.
—No me gusta lo dulce. Muchas gracias. —Respondió, volviendo la mirada al café oscuro en su taza.
—Oh... —se rehusaba a darse por vencido, y ya lo dijo antes, conocía bien lo que vendían ahí— también venden unos cuernitos. En lo personal no soy fan porque son simples pero a ti podrían gustarte.
—Perdón, ¿podemos saltarnos todo esto y decirme qué quieres? —Volvió a verlo, alzando una ceja.
Si bien cualquier otro alfa de bajo rango se mostraría tímido y dubitativo, Elle jamás había sido de los que agachaban la cabeza.
—Que me invitaras a sentarme y de paso tu nombre.
—Light —encogió los hombros, viendo con desinterés al asiento vacío, como diciéndole que le daba lo mismo si decidía sentarse—. Si estas son tus tácticas de ligue, te recomiendo cambiarlas.
—Elle, y no estoy intentando ligarte —respondió mientras tomaba asiento y levantaba una mano para llamar la atención de una camarera, él si tenía ganas de un cheesecake—, solo me pareció que un poco de compañía no te caería mal.
Light apartó la mirada y tragó saliva, recobrando la compostura disimuladamente al momento que la chica se acercó para tomar el pedido del pelinegro.
—Nunca te había visto por aquí —continuó Elle—, ¿eres nuevo por esta zona?
—De hecho acabo de mudarme —sonrió con un deje de tristeza—, tengo una semana, no conozco nada y vine aquí porque decidí salir a caminar por primera vez y me llamó la atención la fachada.
—Ah, sí, el jefe ama las lámparas de lava, se ven cool pintadas en la pared, ¿verdad? —la mesera llegó con la orden, a quien Elle le agradeció con una sonrisa— Y ya decía yo que no eras de por acá, nunca había visto un hombre tan guapo por estos lares.
Esta vez la sonrisa de Light fue sincera y un poco nerviosa.
—Pensé que no estabas aquí para ligar. —Inconscientemente se llevó un par de dedos al cabello, acomodándose un mechón tras la oreja.
—Tampoco hay que perder la oportunidad —se encogió de hombros mientras lamía la jalea pegada en la cucharita—. Pero volviendo a lo importante, yo he vivido toda mi vida aquí, si quieres un guía turístico me ofrezco con gusto. Al menos los lugares que sí o sí debes conocer, como supermercados, bancos, tiendas y no soy de vida nocturna pero conozco un par de bares.
Light frunció el ceño, viéndolo desconcertado. Ya que a él nunca le había importado esa estupidez de los rangos, tampoco sabía cuáles podrían ser las diferencias, pero con lo último le quedaba claro que Elle desconocía su estado.
—No creo que te convenga relacionarte con alguien como yo.
—¿Con alguien como tú? ¿Un extranjero?
El otro sonrió entristecido, ojalá lo único malo fuera que era nuevo, borrando todo lo impuesto por la sociedad.
—Elle... —meneó la cabeza, suspirando— Estoy embarazado. —Era un dato que no debía importarle a nadie, pero hasta el momento ese pelinegro había sido el único amable, al menos debía advertirle.
—Oh... —se reclinó contra la silla y la cucharita copada de postre quedó a medio camino antes de volver al plato. Guardó silencio unos segundos y lo observó de reojo, la gargantilla significaba que no había sido marcado, ahora entendía por qué nadie en la cafetería se le había acercado— Supongo que los tragos quedarán para después. —decidió comentar, encogiéndose de hombros y retomando el bocado que dejó pendiente.
El castaño frunció el ceño, intentando comprender lo que acababa de pasar.
—¿No vas a preguntarme por qué estoy esperando un bebé sin tener la marca de "mi alfa"? —formó las comillas en el aire, poniendo los ojos en blanco— ¿No vas a insinuar que de seguro fue mi culpa? ¿Que me pasé de copas o que andaba donde no debía? Ya sabes, lo común en estos casos.
—Lo único que me interesa saber es si ya viste el parque que está a una cuadra —comentó, raspando con la cucharita los restos de cheesecake en el plato—. Hace poco lo remodelaron, si me aceptas como tu guía turístico podemos ir. Está muy bonito.
Light soltó una risa corta, meneando la cabeza.
—Era un idiota... —murmuró, viendo hacia su café aún intacto.
Elle no pensaba ser como los demás, a él realmente no le importaban las circunstancias detrás de ese embarazo, al menos no con intenciones de juzgarlo. Sin embargo le pareció que Light necesitaba hablar de ello, a lo mejor sacarlo, como si lo tuviera atorado en el pecho. No sería correcto desviar el tema de nuevo.
—¿Quién? ¿El padre?
—Padre... ese título le queda grande a muchos —sonrío de lado y luego encogió los hombros— meh, no éramos nada serio, lo veía solo por llevarle la contraria a mis padres...
¿Que por qué hablaba de ello? Fácil, Elle era un extraño, alguien a quien quizá no volvería a ver, y ahora que todos le habían dado la espalda necesitaba platicarlo con quien fuera, desahogarse por lo menos.
—¿Y... por llevarles la contraria...
—No —interrumpió, llevándose una mano a su abdomen aún plano—. Al idiota se le ocurrió que era buena idea quitarse el preservativo sin mi consentimiento. Aún no entiendo con qué motivo si cuando se enteró lo único que hizo fue reírse.
—Porque tú lo dijiste, es un idiota —apretó los labios, acto seguido se inclinó hacia él para que sus siguientes palabras no fueran escuchadas por nadie más— ¿No has pensado en...? ¿Ya sabes?
Sabía que el aborto estaba penado, ay del omega que se atreviera a realizarse uno. A las leyes y a la sociedad qué le importaban si dio su consentimiento, aún así habían clínicas clandestinas, solo era cuestión de buscar una buena para no correr tanto riesgo.
—No —respondió tras pensarlo unos segundos—, o bueno sí, en algún momento lo pensé. Pero ahora quiero tenerlo, ¿sabes?, no porque sea de ese imbécil, sino porque es mío. Y ya que todos nos han dado la espalda, nos hacemos compañía. Tras enterarse obviamente mis padres me hicieron saber que les doy vergüenza; me compraron un boleto solo de ida para acá, arrendaron un pequeño apartamento donde estoy viviendo, ellos se harán cargo de todo siempre y cuando no mencione que soy hijo de ellos mientras los demás piensan que solo me fui a estudiar al extranjero debido a mi inteligencia. —Suspiró al finalizar, sintiendo su pecho un poco menos pesado.
Elle parpadeó perplejo. Si bien muchas cosas habían cambiado por los movimientos que luchaban por la equidad y los derechos de los omegas, situaciones como ésta seguían siendo comunes.
—Quizá debo agradecerles que al menos me ayudarán, a otros solo los lanzan a la calle como si fueran animales, ¿verdad? —agregó Light soltando una risa breve para romper el silencio que se había formado—. Al menos no me faltará nada, aunque seamos solo mi bebé y yo. —Volvió a llevarse la mano al vientre, acariciando un poco.
—Mi propuesta de ayudarte a conocer la ciudad sigue en pie —sin pensarlo, se atrevió a sujetar con suavidad la mano que el otro tenía sobre la mesa—, y si me lo permites, más que tu guía turístico te ofrezco mi amistad, así no tendrían que estar solos.
No tenía sentido, ni siquiera conocía al muchacho pero su situación le parecía tan injusta. Light por su parte volteó a ver la mano que seguía sujetando la suya y luego a esos enormes ojos, los cuales carecían de malicia, muy diferentes a los de cualquier otro alfa que había conocido, detalle que le transmitió confianza y lo hizo sonreír por haber decidido salir ese día.
—-
Otro fic corto xd alguien ya deténgame. Como es el prólogo está escrito en pasado, pido perdón si se me fue algún verbo en presente, lo leí tres veces y aún así llegué a encontrar palabras en ese tiempo, creo que es la costumbre. Para los siguientes volvemos a la programación habitual. Bais.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top