[ V e i n t i t r é s ]
Llegamos justo a tiempo para que la ceremonia comenzara. Por suerte, conseguimos buenos lugares para observar del espectáculo, hasta que nos aburrimos de esperar y abandonamos el lugar.
Decidimos caminar por el muelle, por momentos susurrábamos entre nosotros algún comentario que flotara por nuestra imaginación, y nos repartíamos cortas caricias con el soplido del viento.
Me creía mayor viviendo un amor de película.
Marcadas las ocho de la noche, el hombre más anciano de todo el pueblo, tuvo el privilegio de encender la fogata y consigo, todos festejamos con emoción.
Nos esperaba una gran mariscada, bebidas ilimitadas y un gigantesco escenario para presenciar el espectáculo de músicos extranjeros.
La tranquilidad que generaba el ambiente se esfumaba pasada la media noche. De esa manera, cuando los únicos que se encontraban en la fogata eran los jóvenes, el peligro y la euforia reinaba. Acompañados de las vívidas luces de las estrellas, con sus cuerpos danzando al ritmo de la música electrónica, y el alcohol en el tope de sus mentes, con las antorchas encendidas hasta el amanecer, la paz invadía cada perverso corazón.
Apuesto a que debían sentirse eternos, pero yo jamás experimenté aquello.
Creo que ese lugar no nos pertenecía.
Estabábamos tan ocupados haciendo nuestros propios asuntos, nunca nos importó no ser parte de su fiesta.
Ya éramos infinitos para nosotros.
-Lis.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top