Asegúrense de escuchar Lady in red. Por si no les aparece en multimedia, los invito a que la busquen en otra plataforma mientras leen. Le da otro toque al capítulo :)

Cuando estuvimos lo suficientemente lejos de la algarabía de los muchachos, tropezamos con una curiosa cavidad esculpida por el mismo efecto del oleaje.

Había escuchado de su belleza en veces anteriores, pero solo fui capaz de comprobar su perfección al visitarla bajo la luz de la luna.

Era un sitio tan mágico, tal vez demasiado romántico para dos chiquillos como nosotros.

Exploramos cada escondite de la cueva y las mil y un historias que plasmaban sus paredes, hasta que decidimos escribir la nuestra en ellas.

En medio de nuestras conversaciones, bromas infantiles y algunas insinuaciones que muy poco lográbamos descifrar, se acercó uno de los momentos que tanto había esperado.

Junto con la serenidad de la marea y la tranquilidad de nuestras respiraciones, nos quedamos admirando el encanto de la noche. Mi cabeza reposando en pecho, escuchando el palpitar de tu corazón, una mano tuya jugueteando con mechones de mi cabello y la otra rozando el escote de mi espalda.

Aquello era vida, vida pura.

De esa manera, comienzaste a cantar los versos principales de Lady in red. Tan suave que me electriza, tan dulce que me hace pensar que fue escrita para mí.

Tu voz se queda estancada en mis recuerdos y creo que puedo llorar de la nostalgia.

Nos pusimos de pie y comenzamos a darle movimiento a la canción que interpretabas en susurro ante mis oídos.

Jamás escuché una voz tan hermosa que no fuera la tuya.

Dos pasos al lado izquierdo, dos al derecho y una vuelta.

Tus manos en mi cintura, las mías rodeando tu cuello.

Nada podía ser más especial que dos jóvenes estrellas cayendo lenta y profundamente en el amor.

-Lis.

Hoy me enamoré escribiendo esto.