Aún cuando habías llegado a la parte final de la canción y debías repetir docenas de veces el estribillo para mantenernos bailando, no pensaba en soltarme de tus brazos.

Así todo cobraba sentido.

Por eso mis amigas siempre buscaban una pareja. Debían sentirse tan bien con una que no podían soportar la idea de alejar dichas emociones.

¿Era así como yo me convertiría en el futuro? ¿Necesitada de un hombre que repartiera un poco de su cariño?

La idea me petrificaba.

Quizá todo estaba pasando demasiado rápido entre los dos, a lo mejor, debía permitir que tomáramos nuestro tiempo y vivir todo con calma.

Llevaba pocas semanas de conocerte, ¿sería tan ingenua para entregarme sin preguntar tus sentimientos a mi persona? ¿Qué pensarías tú al respecto?

Mi cabeza daba vueltas, estaba tan confundida.

Sin embargo, toda culpa, duda y remordimiento se alejó de mi mente en el momento en que nuestras miradas hicieron click.

Hubo una explosión en mi interior.

Lo juro.

Tus pupilas dilatada y tus labios sedientos. Nuestros rostros acercándose y nuestras respiraciones chocar.

Sabía lo que iba a pasar, ya había escuchado de esto.

Mas estaba aterrorizada, jamás había hecho algo similar.

Mi cuerpo temblaba, mi corazón no reaccionaba.

Pero por supuesto que quería hacerlo, ansiaba intentarlo con todo mi ser.

Y así sucedió.

Cerré mis ojos por instinto, porque a partir de ese momento, éramos uno.

-Lis