Sin poder tomar control de mis emociones, las palmas de mis manos empezaron a sudar, mis pupilas se dilataron y mi corazón latió tan fuerte (y tan rápido), que creí que escucharían sus latidos a varios metros de distancia.

De prisa, le di una mirada a los invitados. Estaba el señor y la señora Kosuga, la familia de los Nonoa, los hermanos Makani, tu familia y mis amigas. Parecían estar completos, pero había alguien que me seguía haciendo falta.

Alguien que era importante y no lograba descifrar quién.

Hice un repaso mental de todos, hasta descubrí que no contábamos con la presencia de mi reboltosa y hermosa amiga Cali.

¡Eso era!

¿Cómo es que lo había pasado por alto?

De seguro, también había desaparecido y dadas las coincidencias, nuestros padres habían emprendido una búsqueda juntos.

Claro, aunque algo seguía sin tener sentido.

Si Cali hubiese escapado, sus padres jamás se preocuparían por ella, no, a menos que...

Oh, no.

Entonces, la verdad cayó ante mis ojos como una repentina gota de lluvia en el día más soleado de verano y me arrepentí de no haber usado un paraguas.

Mis padres no estaban preocupados porque hubiese estado todo un día fuera de casa, estaban muy alarmados porque en el fondo habían pensado que estaba muerta.

¡Muerta!

Sí, justo como mi mejor amiga Cali lo estaba.

-Lis

Me duele perder a Cali y no se imaginan lo mucho que esto significa para mí.
Si pueden recomendarla, se los agradecería demasiado.
Gracias por leer 💕.