[ T r e i n t a • y • c u a t r o ]
Deambulé por la playa durante unas horas más, hasta que el cansancio tomó control de todo mi cuerpo y mandó millones de señales a mi cerebro para que me llevara directo a mi habitación.
Para ese entonces, las calles de mi pueblo lucían distintas, lúgubres y un poco frías; sin lugar a dudas, la vida nocturna era muy distinta de lo que imaginaba.
A pesar de no saber describir el lugar donde había estado, logré llegar a mi destino sin ningún problema. Sin embargo, cuando crucé por la avenida de mi vecindario, las luces rojas y azules, provenientes de las afueras de mi casa, fueron lo primero que capturó mi visión.
Oh, no.
Dime, ¿en qué estabas pensando, Lis?
Había una patrulla de policías del condado estacionada frente a la verja, así que, antes de aparecer, quise analizar un poco la situación. Me escondí a unos metros de la entrada principal para escuchar un poco de la conversación entre el comisario Makani, un gran amigo de la familia, y mi padre. Al hacerlo, me di cuenta que era peor de lo que había pensado. Supuse que debía entrar de una vez por todas y enfrentarlo todo. Tampoco era el fin del mundo, yo era una buena chica, saldría ilesa de eso.
No obstante, parecía que había sido inyectada en grandes dosis de norepinefrina, a cada paso que daba, mi respiración se aceleraba aún más.
Todo iba a estar bien, ¿por qué no podía créermelo?
Ojalá Mérope me hubiese enviado una señal en el cielo, antes que fuera demasiado tarde.
-Lis.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top