Estaba tan concentrada en no caer en la trampa de Cali que no me percaté de lo que ella y sus cómplices podían susurrar entre sí. 

Estabas justo a mi lado, con tu cálida piel dorada rozándome, incluso podía sentir tu respiración chocando con la mía. Era lo más cercano de lo que habíamos estado jamás. Juro que si me hubiera dado cuenta de ello antes, hubiese chillado de la emoción. 

No pude contenerme y, muy curiosa, elevé mi rostro hasta tus ojos. 

¡Vaya error! 

Quedé atrapada en el basto océano de tu mirada y la vida, así, era infinita. 

Sin embargo, cuando una gota de sangre cayó de la nariz de la pelirroja, todos volvimos a concentrarnos en su estado. Alguien  tuvo que llamar a emergencias cuando nos dimos cuenta que el espeso líquido carmesí no paraba de salir. Por fortuna,llegaron pronto y atendieron a mi amiga lo antes posible.

Diría que lo siguiente que sucedió fue un accidente, de no ser porque conocía Cali mejor de lo que ella pensaba.

En un acto de drama y momento de diva, mi amiga alzó ambas piernas al cielo y con eso, no solo atrajo la atención del paramédico guapo, que ya había ligado mas de alguna otra vez con ella en accidentes anteriores; sino que también ocasiono que tú y yo perdiéramos el equilibrio y nos tambaleáramos con torpeza. 

Cerrélos ojos esperando el golpe, hasta que unos fuertes brazos se aferraron a mi ceñida cintura. 

No debí verlos para saber que eran de ti porque, entonces, en un movimiento inteligente, tu escultural cuerpo amortiguó mi caída.  

Sentí un hormigueo recorrer  por todo mi cuerpo. 

En ese instante, tú y yo éramos los protagonistas de la gran película, pues todas las miradas, algunas celosas y otras complacidas, se posaban en nosotros.

Y el paraíso, no podía sentirse mejor.

-Lis

Me he quedado enganchada escribiendo, ya extrañaba pasarme por aquí. No he imaginan cuántas veces he escuchado September Song solo para sentirme en en el ambiente de la historia. 

Espero que les esté gustando, gracias por leer ♥.

-Hannie.