♡Melodía
Los días habían avanzado más rápido de lo que Yoongi hubiese querido, pasar tiempo con su niño hermoso era lo que más amaba hacer.
Las idas a las carreras se habían vuelto una rutina especial para ellos y Yoongi se aseguraba de ganar cada vez que le tocaba correr y dedicaba cada una de sus victorias a Jimin, posteriormente se dirigían al lago o algún otro sitio donde poder estar solos.
Llevó a Jimin a su primera cita como novios al cine.
Jimin ese día estaba tan emocionado que casi no vió la película en su lugar se dedicaba a suspirar y a mirar a su Hyung y cuando éste sentía las miradas de Jimin en él le devolvía la mirada y el rubio de inmediato desviaba la vista hacia la pantalla eso hacía sonreír a Yoongi, hasta que decidió pasar su brazo detrás de los hombros de Jimin y lo abrazó, así siguieron viendo la película hasta que finalizó y salieron tomados de la mano y fueron a caminar por las calles del centro viendo tiendas, pasaron a tomarse fotos en una cabina, comieron helado y pararon en un parque donde jugaron en los columpios, Yoongi no recordaba la última vez que había tocado uno. Debía admitir que Jimin era muy divertido y espontáneo encendía la chispa de la diversión en él.
Así pasaron sus días, con citas, salidas y paseos. Realmente Jimin no se podía quejar, Yoongi era su primer novio y era tan lindo con él. Era muy feliz como no recordaba haber sido nunca. Aunque debían tener cuidado de que la señora Min no los viera tan cercanos porque si no comenzaba con su cizaña por todos lados para hacerlos pelear.
Pero cuando ella no estaba, los dos aprovechaban para ir a la casa del árbol a pasar buenos momentos, donde creaban bellos recuerdos juntos.
El final de las vacaciones se acercaba y ambos sabían que el ensueño terminaría en cualquier momento y Jimin cada día se ponía más decaído.
No fue hasta esa tarde, estaban en la casa del árbol y Yoongi acababa de terminar de componer una melodía con su guitarra mientras Mimi leía uno de sus libros favoritos, caía una fina lluvia afuera que hacia oler todo a su alrededor a petricor, el aroma de la tierra mojada y humedad de los árboles le encantaba a Jimin.
Pero él había estado un poco serio y callado y eso no era normal Yoongi sabía, a Jimin le gustaba mucho parlotear y extrernaba todo lo que solía pensar y cada una de sus emociones y pues justamente era eso lo que estaba haciendo, externando algo que Yoongi quería saber aunque tenía una leve idea.
Así que dejó su amada guitarra a un lado y se levantó de su cómodo puff dejándose caer ruidosamente a su lado. Él sonrió un poco sin levantar la vista hacia Yoongi, sin despegar sus ojos del libro leyendo. O al menos eso parecía ya que sólo veía un punto fijo en la página y no había pasado de leer unas pocas líneas repetidas sin haber entendido nada.
Yoongi notó eso así que con cuidado retiró el libro de las manos de Jimin.
—Bien a ver es suficiente por ahora Mimi. —Jimin soltó un gruñidito cuando su libro fue alejado. —Bebé, sé que algo pasa dímelo. —Pidió.
Jimin hizo un leve puchero con sus labios y estiró su mano para tomar otro de sus libros y abrirlo en una página al azar.
—¿Estás ignorandome niño malcriado? Creo que tu Hyung te malcrió mucho, no debi hacerlo. —Bromeó Yoongi. Aún así Jimin no respondió. —Mimi ... dime... qué... te... pa... sa... o... me... e... no... ja... ré. —Repitió haciendo pausa entre cada silaba y picando las costillas del menor quien soltó varias risitas tratando de soltarse.
Eso tampoco había funcionado así que lo siguiente que pasó fue que el cuerpo de Jimin fue lanzado hacia atrás con fuerza sobre la alfombra en la que estaba sentado y de pronto Yoongi estaba sobre el mirándolo fijamente de una manera tan profunda.
—Park Jimin dime que sucede. —Preguntó con su voz seria y profunda.
Una voz que pocas veces escuchaba Jimin y que solía ponerle los vellos de punta cuando la oía.
Sus ojos se empañaron rápidamente, hizo a un lado a Yoongi se levantó como pudo y se alejó. Salió de la casita hacia una de las terrazas donde había una hamaca desde donde se veía todo el bonito lugar, aún llovia. Era una lluvia finita que a penas se veía pero mojaba bien las hojas de los árboles y humedecia la tierra.
Se recostó en la baranda de madera mirando hacia el atardecer y al poco tiempo Yoongi estaba a su lado, no se cansaría de preguntarle que pasaba. Necesitaba saberlo para entender y ayudarlo.
—Mimi...
Jimin limpio sus ojos con el dorso de su mano y sorbió su nariz.
—¿Qué pasa bebé? —Preguntó una vez más Yoongi pasando su brazo al rededor de los hombros de Jimin. —¿Por qué lloras?
El corazón de Yoongi se encogió porque Jimin estaba llorando, antes él mismo lo hacía llorar por sus pendejadas y estupideces pero ahora que no sabía el motivo se sentía con impotencia de no saber que hacer para ayudarlo.
—Hyung. —Susurró Jimin con su voz entrecortada. —Ya se acabaron las vacaciones. —Sollozó. —Solo quedan unos días.
Yoongi sabía a lo que Jimin se refería y aunque no lo dijera también le estaba molestando un poco ese acontecimiento.
—¿Y te preocupa volver a la escuela? —Preguntó Yoongi tratando de aligerar aquel espeso sentimiento que había envuelto la casita del árbol.
—No, bueno no es tanto eso. Lo que pasa es que te irás Gigi, eso es lo que me pone asi, te vas a ir a la Universidad y yo me voy a quedar solo aquí. —Respondió.
Con "Aquí" se refería a la Mansión Min, con un "padre" extraño al que casi no veía y con una madrastra loca y su propia madre alcohólica. No vería más a su Hyung. Eso le destrozaba su corazón.
A penas estaba comenzando a ser feliz de verdad y a saber lo que es ser querido y apreciado por alguien y tan pronto terminaba el cuento de hadas.
Yoongi atrajo el pequeño cuerpo de Jimin hacia él y no dudó en acariciar su espalda, Jimin recostó su cabeza en el pecho de Yoongi buscando confort y aquello le estaba ayudando a calmarse un poco.
—También estoy pensando en eso desde hace tiempo Mimi, se acabaron las vacaciones y me tendré que ir. —Coincidió Yoongi. —Pero eso no significa que te vas a quedar solo tienes buenos amigos por lo visto además yo vendré cuando pueda a verte. Vendré en mis descansos y vacaciones. Eres mi novio ¿recuerdas? No me iré y simplemente me voy a olvidar de ti.
Yoongi sabía que estaba prometiendo cosas que quizá no eran tan simples. Ir y venir no era el problema, en sí era que sus planes de estudio eran tan complicados porque quería estudiar las dos carreras, la que su padre le obligaba y la que él tanto deseaba. Su tiempo sería bastante limitado pero estaba seguro de que lo podía lograr él no era malo en los estudios era muy bueno. De hecho siempre se peleó con Jimin por ver quien sacaba las mejores calificaciones al final de cada año. Pero ahora con su pequeño Jiminie en su corazón todo se volvía más complicado para él.
No lo pensó cuando decidió pedirle que fuesen novios, solo dijo lo que su corazón estaba deseando y deseaba estar con Jimin pero eso suponía un montón de inconvenientes. Pero Yoongi sabría cómo manejarlo solo realmente esperaba que su pequeño también pudiera.
Un noviazgo a la distancia era mucho para un chico como Mimi que amaba de los mimos, los presentes y sorpresas.
—¿De verdad vendrás Yoongi Hyung? ¿No me vas a olvidar cuando estés allá lejos y rodeado de chicos y chicas nuevas? —Volvió a sorber su nariz.
—No Mimi, pensaré en ti todos los días.
Jimin sonrió un poco más tranquilo.
—Entonces Hyung tengo un regalo para ti, pensaba dártelo el último día pero creo que ahora es la mejor ocasión.
El pequeño rubio se alejó corriendo hacia adentro de la casita del árbol y revolvió unas cuantas cosas mientras buscaba con afán algo. Cuando volvió al lado de Yoongi llevaba sus manos detrás de su espalda y una sonrisa en sus labios.
—Cierra los ojos Gigi. —Pidió de manera tan tierna que Yoongi quiso sujetarle las abultadas mejillas. —Y extiende tus manos.
Cerró sus ojos tal y como Jimin lo pedía y luego extendió ambas manos hacia al frente, abrió un poco un ojo para poder ver pero fue atrapado en su misión de espionaje.
—No espíes Yoongi Hyung eso es trampa.
—Está bien Mimi ya no voy a espiar.
Volvió a cerrar sus ojos y luego de unos minutos sintió que algo frío pequeño y delgado era depositado en sus manos. Cerró la palma de su mano y sintió una cosita alargada, tenía una idea de que podía ser.
—Abre Hyung.
Yoongi asi lo hizo y vio en sus manos una cadena delgada de oro unida a un corazón que estaba abierto. Tomó el pequeño corazón y lo examinó, se abría y cerraba y por dentro estaba una pequeña fotografía de ambos, la vez que habían dio al cine y se habían tomado fotos en la cabina de fotos, la que Yoongi dijo que más le gustaba estaba ahí metida dentro del corazoncito.
Yoongi sonrió ante tan bonito obsequio que Jimin le estaba dando, tomó al rubio por la cintura y lo pegó a él.
—Es perfecto Mimi lo usaré todos los días, así pensaré en nosotros a cada momento, lo llevare a la altura de mi pecho para recordar lo especial e importante que es ésto para nosotros. No lo dudes.
Yoongi culminó aquello con un suave beso sobre los labios de su pequeño.
¿Cómo había acabado todo así? Si antes afirmaba odiarlo con el alma ahora sentía que alejarse de él era como cometer el peor crimen contra el corazón. En tan poco tiempo Jimin se había convertido no sólo en su novio si no en aquella persona por la cual se impulsaba a ser mejor cada día. Jimin se había convertido en su lugar feliz cada vez que estaba mal.
¿Cómo iba a aguantar tanto alejado de él ahora? Solo de verdad deseaba con el alma que Jimin pudiera soportar esa lejanía, porque si no moriría si Jimin se alejaba de él.
—Te quiero mucho Gigi, estaré aquí siempre esperando con ansias el poder verte. —Susurró Jimin escondiéndose en el cuello de Yoongi.
—También te quiero mucho Mimi, verás que el tiempo pasa rápido y cuando sientas estarás buscando una universidad para ti y saldrás de este lugar, compraremos una casa y viviremos juntos. —Afirmó Yoongi convencido.
—Y tendremos perros y gatos. —Soltó Jimin de la emoción.
—Si Mimi todos los gatos que quieras. —Yoongi dijo, imaginando una linda casa para los dos con perritos unos gatos ¿y por qué no? Un par de pequeñas personitas corriendo por el jardín.
Ese instante en que Yoongi volvió a abrazarlo Jimin deseaba que fuera eterno, que el tiempo detuviera su cruel camino lento pero doloroso.
Aun así confiaba en Yoongi y en su palabra. Si Yoongi había dicho que se verían seguido así sería. No había por qué preocuparse.
—También tengo un regalo para ti Mimi. —Confesó Yoongi tomando su mano para guiarlo hacia adentro y hacerlo sentar en uno de los sofás.
Jimin estaba emocionado y expectante ante su regalo. Observó como Yoongi tomaba una vez más su adorada guitarra y se dejaba caer a su lado.
—La compuse para ti. —Reveló.
Las mejillas de Jimin se tiñeron de rojo como su sudadera y no pudo evitar emocionarse de más.
Los primeros acordes de una melodía que hacia rato Yoongi había estado tocando comenzaron a sonar y después la voz de Yoongi invadió el espacio llevando a Jimin en un viaje hasta las estrellas.
—Amor mío muchas cosas
pudieron haber pasado en agosto
pero no pasarán más, muchas luciérnagas pudieron haber brillado en tus ojos pero no brillarán más.
como tantos días que nunca llegaron a ser árboles como tantos árboles
que nunca llegaron a ser pájaros
como tantos pájaros
que nunca llegaron a volar.
Para endulzar un poco tu dolor
fijas en mí tu angelical mirada
y hundes tus dedos pequeños y fríos
en mi oscura melena alborotada. Y solo pienso:
"Estamos separados por un momento.
¿Por qué, si eres la nieve, no me hielas?
¿Por qué, si soy el fuego, no te fundo?"
La mirada profunda de Yoongi mientras cantaba estaba fija en los hermosos ojos cristalinos de Jimin. El pelinegro tenía sus mejillas levemente teñidas de carmín, era la primera vez que componía algo para alguien.
—Cuando me vaya pensaré en tu rostro espiritual y transparente, y en como acariciabas mi rostro esclavo de ti. Eras como el copo glacial sobre el ardiente volcán cubierto de ceniza y lava. Recordar cuando te toco y te tiñes de escarlata y huyes... Oh niño pudoroso y bello. Sensitivo que tiembla y se recata hasta sospechar que pienso en ti. Y yo solo pienso:
"Estamos separados por un momento.
¿Por qué, si eres la nieve, no me hielas?
¿Por qué, si soy el fuego, no te fundo?"
Jimin mordia su labio inferior tratando de evitar que sus jadeos de emoción mezclados con el dolor de una inminente despedida salieran a relucir ahora.
—Por qué si Te llamo y abro los brazos... ¿no vienes?
Inútilmente te pienso y lloro
Recuerdo tu mano pequeña y transparente, cuando acaricia mi piel, es el copo glacial sobre el ardiente volcán cubierto de ceniza y lava. Y vuelo y pienso:
"Estamos separados por un momento.
¿Por qué, si eres la nieve, no me hielas?
¿Por qué, si soy el fuego, no te fundo?"
—Hemos amado juntos tantas cosas que es difícil amarlas estando separados. Parece que te hubieras alejado de pronto. Hemos caminado juntos tantos abismos que sin ti todo parece plana superficie. Hemos andado tanto sin movernos que los viajes ahora parecen
como sueños inútiles. Y yo solo pienso:
"Estamos separados por un momento.
¿Por qué, si eres la nieve, no me hielas?
¿Por qué, si soy el fuego, no te fundo?"
Si una vez, por azar, nos encontramos,
¿se reconocerán nuestras miradas
o seremos tan sólo un par de extraños?
De todos modos te amaré lo mismo.
Juntos, o separados.
"Estamos separados por un momento.
¿Por qué, si eres la nieve, no me hielas?
¿Por qué, si soy el fuego, no te fundo?"
Si una vez, por azar, nos encontramos,
¿se reconocerán nuestras miradas
o seremos tan sólo un par de extraños?
De todos modos te amaré lo mismo.
Juntos, o separados.
Al finalizar Yoongi no tuvo la oportunidad de decir nada porque el cuerpo de Jimin cayó de pronto sobre el suyo y sus manos sostuvieron a un tembloroso chico que reía y lloraba al mismo tiempo.
Cuan difícil iba a ser todo eso para ambos.
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