♡Distancia
Luego de aquella fiesta monstruosa a Jimin en toda la escuela lo conocían como "El chico traga-Semen".
El no hacía más que ignorar todas esas brulas, pero por dentro sentía la impotencia y frustración al no poder detener todas esas burlas ya que solo el idiota de Yoongi podía hacerlo.
A Yoongi por unos días parecía divertirle pero luego de un tiempo comenzó a odiar ese término con el que se referían a su hermanastro. No sentía lástima alguna, pero ya no era divertido.
Ese día de la fiesta después de haber bañado a Jimin en semen todos habían seguido con lo suyo. Pero Yoongi no disfrutó más nada, de hecho desde que sus ojos se detuvieron en la pareja que se besaba en la pista de baile dejó de divertirse.
No estaba seguro de que había causado aquello, si ver a Jimin besando a una de sus "amiguitas" o simplemente ver a Jimin besando a alguien. No lo sabía a ciencia cierta, pero no sé sintió para nada bien.
Esa noche Jimin no salió más de su habitación así que no pudo reclamarle por besar a una de sus compañeras. Es más Jimin no salió en todo el fin de semana ni a comer, hecho que causaba molestia al mayor ya que ambos solían comer juntos aunque no se hablaran ni llevaran bien.
Un par de veces se acercó a tocar a su puerta pero no recibió respuesta alguna lo cual lo dejaba más inquieto de lo común. Hasta una última vez cuando la puerta se abrió y solo recibió una bofetada de parte de Jimin no volvió a insistir.
Las semanas siguientes pasaron igual, Jimin debía salir para ir a la Escuela y cada vez que se topaba con Yoongi solo lo esquivaba.
Eso hasta cierto punto era molesto para Yoongi ya que antes por lo menos se agarraban a los gritos, o se miraban con odio mutuo y ahora Jimin me reuhia y esquivaba su mirada.
Los padres de Yoongi jamás se enteraron de asunto y la madre de Jimin menos.
Yoongi incluso pudo notar que Jimin había bajado de peso. ¿No estaba comiendo?
Se puso a pensar en las palabras de sus amigos que le decían que sinceramente si se había pasado mucho con esa broma, y sí lo reconocía pero él era Min Yoongi y no pedía perdón nunca.
Aunque aún así trataba de llamar la atención de su hermanastro de alguna u otra manera sin resultado alguno. Necesitaba que Jimin lo notara, era algo así como alimentar su ego. Pero el menor sólo lo ignoraba y eso pesaba más que cualquier insulto que Jimin pudiese gritarle, la distancia que había entre los dos era incluso molesta para Yoongi.
Una de las tardes, Jimin regresaba de reunirse con sus amigos, eran los únicos que lo ayudaban a sobrellevar el bullying que recibía de toda la escuela.
—Algún día lo olvidarán. —Trataba Taehyung de calmarlo.
Pero Jimin no estaba convencido, a menos que Yoongi lo pudiera borrar de la mente de cada uno de ellos entonces eso jamas ocurriría.
Tenia hambre y aunque ya no comía como antes de vez en cuando se escapaba a la cocina a robar algo de ahí así que se acercó y tomó una mandarina. La partió ahí mismo y comenzó a devorarla.
Al salir se topó de frente con Yoongi y sin querer tiró al suelo el café frío que el otro llevaba en las manos.
—Eres un imbécil Jimin. —Dijo fastidiado.
—Piérdete basura...
Yoongi no reaccionó de la mejor manera, si era verdad que había sido un idiota pero jamás iba a dejar que alguien lo llamase basura.
Acorraló a Jimin contra la pared y lo tomó del cuello como siempre solía hacerlo cuando lo quería someter. Jimin con sus dos manos se soltó pero Yoongi le dio una bofetada. Claramente se la estaba devolviendo.
—Te odio Min no tienes idea de lo mucho que te odio. —Jimin lo miraba y se tocaba la mejilla donde Yoongi lo había golpeado.
¿Por qué esas palabras le dolían al castaño? Aún así no lo demostró. —Yo te odio más Park, eres tan insoportable, tan irritante... ¡me das asco! Como me gustaría que...
Yoongi no pudo decir ni una palabra más ya que Jimin lo había acallado llevando sus labios a los suyos.
Yoongi abrió ojos con sorpresa, su hermanastro lo estaba ¿besando? No podía creerlo, tardó mucho tiempo para que su cerebro comenzara a procesar lo que estaba pasando, sin embargo no lo alejó luego de reaccionar sólo siguió los movimientos de los labios del menor.
Sin percatarse, una de sus manos subió por la espalda de Jimin y se detuvo en su cuello para acercarlo más y continuar el beso algo demandante de Jimin. Se estaba sintiendo muy cómodo con la situación y podía sentir la mezcla del sabor cítrico de la mandarina, el café helado y su propia saliba y hasta podía decir que le estaba gustando. ¡Pero no podía ser! Yoongi siempre se repetía que él no era Gay, y jamás lo seria. ¿Pero entonces por qué le estaba costado tanto cortar con ese beso?
Su cerebro quería cortar con esa cercanía y algo más dentro de él le pedía a gritos continuar, pero fue Jimin quien lo hizo por él ahorrandole el trabajo.
—¿Que crees que haces Min Yoongi? —Preguntó el menor alejando con una mano a Yoongi. Y el susodicho le miró confundido.
—¡¿Pero qué? tú me besaste a mi! —Yoongi lo miraba incrédulo, no estaba entendiendo la extraña actitud de Jimin sus cambios raros de comportamiento.
—Si, pero tu continuaste besándome a mí... es más hasta te acercaste más a mi...
—Pero...
—¿Qué? ¿No que te doy asco?
Yoongi aún estaba con su respiración agitada por el repentino suceso.
— Claro que me das asco Jimin, ahora mismo iré a lavar mi boca.
—Pues no parecía que te estaba dando asco, hasta sentí tu lengua jugar con la mía. —Jimin tenía una ceja alzada.
—So-solo te seguía el juego, aún te odio, aún me das asco y aún te quiero lejos de mi vida, ese beso para nada significó algo ¿Entiendes?
Jimin tenía una sonrisa en su rostro y con una mano levantó su teléfono y le mostró la pantalla a Yoongi, logró ver como se estaba grabado un audio de voz, y luego rápidamente lo volvió a guardar.
—¿Que hiciste idiota? —Yoongi tenía sus ojos abiertos como platos y trató de arrancar el celular de Jimin de su bolsillo. —¡Jimin dame el puto celular!
—¿Por qué te lo daría? Tengo en mis manos el poder de destruirte Min, si yo quiero puedo enviar esto a toda la escuela y todos verán que no eres lo que creen.
Yoongi llevó sus manos a su cabeza y desordenó su cabello con frustración el mocoso tenía razón.
—No lo harías... tu reputación también está en juego.
Jimin borró su sonrisa de repente y esta vez sus ojos destellaron con un ápice de maldad que Yoongi jamás había visto.
—¿Mi reputación? ¿Mi reputación dices? Ja ja ja, no me hagas reír. Min mi reputación hace tiempo que la perdí gracias a ti. Además con la última "bromita" que me hiciste has sepultado lo último que me quedaba... así que no tengo reputación que cuidar, ni dignidad que proteger y todo eso te lo debo a ti asi que no tengo nada que perder, ¿en cambio tú? Tienes esa máscara que tienes miedo de perder, tienes montones de amigos que vitorean todas y cada una de tus idioteces, tienes miles de chicas mojando sus bragas con solo mirarte, tienes un apellido que portar con orgullo, una reputación limpia entre comillas por cuidar y además lo más importante de todo, tu orgullo. —Jimin volvió a sonreír triunfante. —Tu orgullo Yoongi es lo que más te importa...y ahora yo puedo mandar todo eso a la mierda si así lo deseo. Así que aléjate de mi Yoongi, déjame déjame paz de una buena vez porque así como tu me haces la vida imposible a mí, así mismo puedo hacerlo yo ahora... Las cosas se voltearon para ti "hermanito". —sentenció haciendo comillas con sus dedos. —La vida da mil vueltas, así que cuida tu espalda de ahora en adelante porque puedo hacerte pedazos y no lo dudes.
Yoongi estaba en blanco, incapaz de mover un músculo al oír las palabras de Jimin quien habló con una seguridad que no conocia de él. Trató de tomar al menor del brazo pero éste se zafó bruscamente.
—Hasta la vista Min, y si es mejor ni te aparezcas, mientras más lejos estés de mi mucho mejor.
Dicho esto el menor se fue dejando plantado a Yoongi ahí donde estaba. No lo podía creer, jamás Jimin había demostrado tanto valor frente a él y lo peor de todo era que él mocoso tenía razón y podía destruirlo con ese audio si así lo deseaba.
¿Que iba a hacer? Se le había salido de las manos la situación. ¿Por qué demonios había hecho eso? Había caído en el juego de Jimin, la jugada perfecta y ahora el payaso había sido él.
Tenía que hacer algo pero debía actuar con la cabeza fría, y meticulosamente ya que si hacia enojar a Jimin su vida estaría arruinada. Tenía que encontrar la manera de conseguir ese audio cuanto antes.
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