♡Amnistía


El fagil y tembloroso cuerpo de Jimin no quería soltarlo él no se quejaba pero su hermanastro debía vestirse o podía entrar alguien y malinterpretar algo o peor aún darse cuenta de lo que había pasado. 

Así que con mucha delicadeza lo hizo a un lado, con mucho pesar.

Sentía sus ojos pesados después de haber llorado junto a Jimin pidiendole  perdón una y otra vez. Realmente se sentía una basura o menos que eso, se había pasado esta vez. Sabía que no era una excusa valida pero estaba tan tomado y lleno de celos, ahora lo sabía.

Todo había sido por unos estúpidos celos porque no había querido reconocer que sentía por Jimin todo lo contrario al odio.

Si Jimin decidia odiarlo él no se lo iba a reprochar jamás, eso y más se merecía por haber sido tan estúpido.

     —Mimi, de verdad lo siento tanto fui un estúpido por mucho tiempo y se que si no deseas verme después de lo que pasó hoy no es culpa tuya será solo mía. —Habló de manera suave casi susurrando observando a los ojos brillantes de su hermanastro.

Jimin en cambio, aún temblaba pero ahora no era de miedo más bien era por el frío, la ventana de la habitación estaba abierta y él estaba cubierto solo por aquella delgada sabana. Hasta ese momento se dio cuenta que estaba en la habitación de Yoongi.

     —Ya Gigi, creo que... los dos actuamos de manera inmadura e infantil desde hacía un tiempo que nos acostumbramos a eso nos desensibilizamos y eso no fue nuestra culpa no sé como pasó en realidad no recuerdo.  —Respondió.

Así era.

En algun momento de sus jóvenes vidas se habían separado sin darse cuenta del cómo o el por qué. 

     —Yo tampoco recuerdo cuando fue que todo se fue al caño Mimi, ni si quiera recuerdo por que fue yo... yo siempre estaba detrás de ti cuidando que no te pasara nada malo y de un tiempo acá  era yo quien te hacia cosas malas, perdóname, de verdad lo siento tanto. No sé como todo se salio de control.

Jimin asintió, estaba agotado y necesitaba una ducha.

     —Descuida Hyung,  todo está bien solo, solo no vuelvas a alejarte de mi.

     —No lo haré Mimi. —Respondió teniendo en cuenta que faltaba poco para que se fuera de Daegu hasta Seúl. Pero eso no significaba que iba a dejarlo completamente desprotegido y solo.

Ya se las arreglaría con eso.

Yoongi observó a su hermanastro, necesitaba que Jimin le respondiera algo, lo necesitaba para poder sentirse más tranquilo esa noche, lo necesitaba realmente para poder sentirse mejor.

     —¿Mimi..?

     —¿Umm?

El mencionado alzo un poco su rostro porque se había quedado mirando sus pies encogidos perdido un poco en sus pensamientos. 

     —¿Tú de verdad...? Tú dijiste que aún  me querías, ¿Es cierto? —Indagó mirando directamente a los ojos del menor casi se manera suplicante.

Sentía la boca seca mientras  esperaba una respuesta y deseaba con todo su ser que fuera positiva.

     —Creo que siempre te he querido Yoon, a pesar de nuestra lejanía siempre he tenido ese sentimiento hacia ti. —Fue su respuesta.  —A pesar de todo lo que ha ocurrido entre ambos, aun te quiero Hyung, a pesar de que insistías en alejarme de ti. Te quiero.

Amnistía,  esa era la palabra con la que Yoongi definiría lo que acababa de obtener.  Jimin, su pequeño Mimi le estaba diciendo que a pesar de todo siempre lo ha querido, eso era mucho mejor que nada, era todo.

Volvió a abrazarlo una vez más atrayendo su cuerpo tembloroso hacia el suyo.

La taza de té relajante  que la nana les había subido estaba vacía a un lado de la cama y se movió peligrosamente cuando la sabana de Jimin fue jalada.

     —Mimi, te quiero mucho.

Las mejillas de Jimin ardieron como una fogata calentando su corazón en ese instante. 

Sonrió feliz y satisfecho,  finalmente Yoongi Hyung y él estaban  bien después de muchos años.

     —Gracias Hyung por volver a ser bueno conmigo.  —Jimin infló sus mejillas viendose muy tierno ante los ojos del mayor.

     —Jiminie, fui un tonto todo el tiempo para no admitir que tú... realmente eres importante para mi, en mi vida, en mi mundo. 

Jimin no pudo evitar sentirse feliz y una pequeña sonrisa apareció en sus labios inflando sus gorditas mejillas.

Aquello que el mayor  sin duda sentía en su pecho era algo que no había esperado sentir nunca, era como una calidez que le abrazaba todo su cuerpo y todo su interior.   Sólo se había sentido así el día de Navidad cuando conoció al pequeño Mimi bebé que lloraba por las noche pidiendo su biberón y era él quien corria a la cocina a pedir a nana que se lo prepara y se lo diera a él para así poder alimentar a Mimi.

Solo podía describirlo como sentimiento de protección.

     —Vamos pequeño,  debes ponerte ropa o te puedes resfriar. —Yoongi le ayudó a ponerse de pie y cubrir bien su delgado cuerpo con la sabana.

Jimin estaba algo apenado con sus mejillas rojas mirando a Yoongi.

     —¿Mmm Hyung? —Balbuceó tímidamente.

     —¿Si Mimi? —Yoongi se había puesto a recoger el desorden que había quedado en la habitación.

Había una fea mancha de sangre en el piso de madera, restos de los fuertes golpes que le había propinado al imbecil de Leehan. Su estómago volvió a apretarse al recordar el suceso.

      —¿Puedo quedarme a dormir en tu habitación? —Miro a los ojos a su hermanastro implorando que si. —Por favor. —Agregó.

     —Si claro Mimi puedes. —Respondió el mayor escondiendo una sonrisa.

Volvió a lo suyo recogiendo la ropa de Jimin del suelo y dejándola sobre la cama, después caminó hasta su closet donde sacó dos mudadas de ropa para dormir.  Al darse la vuelta vio que Jimin seguía parado detrás suyo mirándolo.

      —¿Qué ocurre Mimi? —Preguntó caminando hacia él con la ropa de dormir.

Jimin miró a sus pies descalzos porque sentía vergüenza de pedirle favores a Yoongi. Después de todo era como volver a ver a algún familiar y cercano después de muchos años.

     —Y-yo... tú podrías prestarme tu ducha, yo me quiero limpiar me siento sucio.  —Reprimió un sollozo.

Yoongi asintió despacio observando el cuerpo de Jimin envuelto en la sabana. Sintió una oleada de odio hacia Lee y hacia él mismo.

     —Mimi lo siento. —Volvió a decir.

Jimin negó rápida pero Yoongi se acercó hasta él cerrando todo el espacio y abrazándolo. Jimin aún podía percibir el fuerte olor a alcohol en el alimento de su hermanastro. Entendía que parte de todo fue provocado por el alcohol.  No podía culpar a Yoongi totalmente.

     —Hyung ya dije que no pasa nada,  de todos modos no es la primera vez que tu compañero Lee me acosa.

Yoongi cortó el abrazo y puso sus manos sobre los hombros de Jimin para alejarlo y verlo a los ojos.

     —¿Qué dijiste? —Preguntó con su voz repentinamente gruesa y cargada de furia.

     —B-bueno... yo... tus amigos siempre me han acosado Hyung, todos siempre han sido malos conmigo pero en especial Leehan siempre me ha acorralado en el baño del instituto, en las aulas.

Jimin pudo percibir como  los ojos de Yoongi se ponían oscuros de repente y sus manos se volvían puños apretados.

     —Jimin dime que él no te hizo  nada nunca. —Pidió conteniendo la furia. —Dímelo.

Jimin tembló un poco imaginándose que hubiese pasado si Yoongi no hubiera escuchado esa noche sus súplicas y entrado en la habitación por él.  Negó.

     —No Gigi no lo hizo nunca porque no tuvo oportunidad, solo hoy si logró quitarme la ropa y tocarme por eso me siento así necesito un baño.

Repentinamente Yoongi volvió a abrazarlo fuerte.

     —Mimi, lo lamento y te prometo que no dejaré que nadie te ponga un dedo encima, te debo eso y más.

Un beso fue depositado en su frente y sus ojos chocaron con los del mayor roegalándole una pequeña sonrisa.

Después de eso Jimin fue directo al cuarto de baño de Yoongi para asearse y cuando salio vestido con la ropa de su hermanastro se sentó en el borde de la cama.

     —¿Tienes hambre? Le diré a nana que suba algo de comida.

Jimin negó,  con todas las emociones vividas esa noche su estómago no tenía apetito.

Yoongi asintió y jaló las sábanas de su cama las cuales había cambiado y llamó a Jimin palmeando el suave colchón y Jimin no se hizo de rogar. Se metió entre las cálidas mantas y se arropó y Yoongi después de apagar la luz hizo lo mismo acercando el cuerpo de Jimin al suyo para abrazarlo.

Jimin hizo inmediatamente lo que solía hacer antes cuando Yoongi dormía con él en su cama. Le dio un beso en la mejilla y trepó  su pierna sobre las caderas de Yoongi. El mayor sonrió y apretó más el cuerpo calientito de Jimin hacia él.

Eso evocaba grandes recuerdos de la infancia de ambos, aquella época donde eran un par de hermanos felices y juguetones, aunque ahora habían cambiado,  el sentimiento seguía siendo el mismo pero Yoongi no podía ver más  a Jimin como un hermano.

Tenía que admitir de una vez que el sentimiento que nacía de su pecho era de atracción, Jimin su pequeño hermanito no era más su hermanito era solo Park Jimin,  un lindo y atractivo chico de 15 años, precioso de cabello rubio oscuro y ojos verde almendra, labios gruesos rojos y apetitosos y un cuerpo delgado de gruesas piernas y abultado trasero.  Jimin no era más un niñito flacucho debía admitir.

Lo había estado observando por años en  sus  cambios físicos, lo bello y apuesto que se ponía con el paso de los años, la primera vez que lo vio de otra manera fue cuando él cumplió 14 cuando y  Jimin tenía a penas 12 y ya no había rastro de un rostro de bebé. Le pareció muy atractivo pero reprimió aquellos pensamientos porque era algo tan extraño.  Yoongi nunca había visto a un niño de la manera en que le miraba a él.

A Yoongi le atraían mucho las niñas eso era obvio, cuando cumplió 14 años fue la primera vez que una de sus amigas del instituto dejó que  tocara sus apenas crecidos senos por primera vez en su vida. A Yoongi le había gustado.

Pero miraba pasar a Jimin por los pasillos y no podía evitar pensar en lo  lindo que se veía y se enojaba cuando cualquiera de sus amigos que si eran abiertamente homosexuales  decían que Jimin se estaba poniendo "bueno". No comprendía del todo hasta aquella ocasión donde lo había acorralado en la cocina y le dio un beso.

Fue la primera vez que besó a otro chico y por más que se dijo a sí mismo que  solo había sido por molestar al menor,  en su corazón parecía estar ocurriendo lo contrario.  Porque ¿Entonces por qué razón se habría acelerado tanto al punto de querer salir de su pecho?

Supo entender que Jimin no le era indiferente de manera física y sexual.  Era la primera vez que le gustaba un chico y no lo quería admitir,  era parte de su frustración. Siempre creyó que era heterosexual y resultó que le gustaba su "hermano".

Por ello había besado más de una vez a Jimin para asegurarse de que no era cosa del momento o no se estaba volviendo loco, lo besó en su habitación después de discutir por el  tonto de Jungkook, esa vez fue un beso más largo y más salvaje que el primero queriendo demostrarle lo que era un beso de verdad, lo besó en la fiesta de Jungkook también y ahí supo que definitivamente gustaba de Jimin de otras manera.

Le había costado tanto admitirlo en su mente pero ahora que estaba seguro se sentía tranquilo. 

Resulta que no era hetero más bien era Bisexual porque debía  admitir que aún le atraen las chicas. Pero Jimin le hacía sentir más que atracción, era otra cosa que aún debía descifrar y lo haría con el tiempo.

     —Descansa Gigi.  —Susurró Jimin ya más dormido que despierto.

Yoongi acarició suavemente el cabello de Jimin aspirando la fragancia del champú,  combinaba muy bien con Jimin.  Sonrió feliz por primera vez en muchos años, un sentimiento de felicidad que solo lograba sentir cuando componía alguna canción o corría en su auto.

Feliz genuinamente.

Jimin volvía a hacerle sentir feliz.

     —Descansa pequeño Mimi. —Susurró,  después de un bostezo largo se acomodó más abrazando a su pequeño a su lado y también se quedó profundamente dormido.

Ambos durmieron tranquilamente esa noche, era como volver al pasado y ser felices sin preocupaciones.

A la mañana siguiente muy temprano aún seguían dormidos pero Jimin casi estaba sobre Yoongi y el mayor aún rodeaba a Jimin por la cintura impidiendo que se escapara de ahí  casi de manera posesiva.

Los dos con sus rostros relajados por el sueño no se percataron que alguien los observaba desde la puerta.  A Yoongi se le olvidó poner el seguro  debido alboroto de la noche y eso fue aprovechado por su madre.

Aun era muy temprano cuando los ojos de la mujer recorrieron a los dos adolescentes dormidos.

Cerró despacio para no despertarlos y y se dirigió hacia su habitación sin hacer absolutamente nada de ruido.

Más tarde los primeros rayos del sol reflejaron el brillo cálido de un nuevo día, nuevo en sentido figurado ya que despertar así había sido algo nuevo para ellos.

Jimin abrió sus ojos y sonrió en grande al descubrir que no era un sueño lo que había pasado con su Hyung.  Porque Yoongi aún lo envolvía con sus brazos. También sintió un suave beso presionar en su frente. Era algo muy bonito lo que aquel adolescente sintió.

Pero había un problema,  el pequeño problema matutino de los chicos siempre.  En cuanto Yoongi abrió sus ojos y sonrió al ver a Jimin sobre él adormilado y se movió un poco para verle a los ojos a su mayor sintió la dureza de ambos rozando inevitablemente.

Avergonzado Jimin saltó de la cama tomando una almohada para cubrirse evitando la mirada de Yoongi. Tenía las mejillas rojas.

     —Lo siento Gigi. —Repuso sin mirarlo. Sentía su rostro caliente.

Se sentía avergonzado por haber hecho aquel movimiento haciendo fricción en sus partes íntimas.

Yoongi por su parte tenía las mejillas rojas pero no tanto como Jimin y lo veía entre enternecido y curioso con una sonrisa de lado.

     —No es nada pequeño Mimi, es algo normal en nosotros.  —Recordó.

Jimin asintió apretando sus labios y luego volvió a sentarse en la cama respirando calmadamente para que su erección bajara.

Yoongi por el contrario solo deseaba una ducha de agua fría para espantar aquellos pensamientos sucios que surgieron en su mente.

     —Emm iré a mi habitación Gigi. —Susurró aún con un poco de rubor en sus mejillas.

Yoongi asintió y también se levantó finalmente cuando vio al menor salir, miró sus pantalones y gruñó molesto. Debía darse un baño.

Jimin se había vestido en su habitación y ahora bajaba a desayunar con una enorme sonrisa en sus labios sorprendiéndose de ver ahí a la señora Min. Ella casi nunca desayunaba con ellos, se iba temprano a pasarla en los clubs con sus amigas, jugando golf y canasta y esas cosas y volvía tarde junto al señor Min.

Por eso le pareció extraño que aún estuviera en casa.

La mujer sonrió al verlo llegar al comedor. 

     —Ah Hola Jimin buenos días ¿Qué tal has dormido?

Las  mejillas del menor inevitablemente se pusieron rojas al recordar que durmió en los brazos de su "hermano.

     —Ah bien señora Min,  buenos días. —Respondió tomando pan tostado y café en su taza.

El desayuno estaba ya servido, Yoongi jamas desayunaba con él por ello no se esperó verlo bajar con el cabello húmedo y sentarse a su lado.

     —Buen día hijo. —Saludó ella mirando aprensivamente a su muchacho.

     —Hola madre buenos días. —Respondió Yoongi tomando café y pan tostado como Jimin.

Ambos se miraron brevemente y después apartaron la mirada algo apenados.

La madre de Yoongi los miraba fijamente sin bajar su taza de café analizado a los dos jóvenes.  Deseando saber por qué había dormido Jimin en la habitación de su hijo.

     —Yoongi cariño.  —Habló después de largo rato.

El mencionado alzo la vista hacia ella con sus mejillas infladas por la comida que tenia en su boca.

     —Cielo yo sé que como hombre casi mayor de edad tienes tus necesidades pero... —Ahora observó brevemente a Jimin.  —Deberías cuidar que las chicas con las que duermes no dejen sus sostenes o ropa interior en el pasillo. Anoche encontré otro.

Yoongi se iba a ahogar casi, miró duramente a su madre mientras tragaba el pan y después miró los curiosos ojos de Jimin penetrar directamente los suyos para después bajar la vista.

     —Mamá deberías decirme eso en privado.  —Soltó enojado desviando la vista de Jimin.

Jimin en cambio no estaba enojado más bien estaba extrañado del por qué su estómago se removió violentamente cuando la madre de su hermanastro lo reprendió en su presencia por  sus conquistas femeninas de una noche. 

"Sostenes y ropa interior"

Si, efectivamente su estómago se revolvió violentamente de nuevo mientras apretaba el borde de su camisa con fuerza sin darse cuenta.

¿A caso eran celos?

     —Cariño,  ambos son hombres no debes de avergonzarte si hablo de tus relaciones de pareja en presencia de Jimin.

     —Jimin está pequeño mamá.

     —Jimin es un adolescente cariño,  ¿A caso Jimin no ha estado nunca con ninguna hermosa chica?

Repentinamente el puño de Yoongi golpeó la mesa haciendo tintinear los cubiertos.

     —Mamá. —Dijo con la voz de advertencia. —No es el momento.

     —OK esta bien si ninguno quiere hablar con su "madre" de esas cosas... son normales. Es normal que me interese saber que hace mi hijo... hijos. —Corrigió viendo a Jimin.

Yoongi estaba enojado y extrañado ante la insistencia de su madre.

     —¿Desde cuando Jimin es hijo tuyo Mamá? —Reclamó.

     —Oh cariño desde siempre, desde que vino a formar parte de esta familia claro. —Sonrió falsamente.

Jimin no sabía realmente cómo sentirse al respecto.  Ella jamás se vio interesada en su persona y de pronto le llamaba hijo. Algo estaba pasando.

Después de eso nadie dijo nada y siguieron comiendo.

     —Oh por cierto, supe que tú padre   le dio un auto nuevo al pequeño Jiminie.  —Lo dijo observando a Yoongi.

Jimin levantó la vista hacia la señora Min y asintió levemente.

     —Mmm ¿Qué extraño que  a Yoongi no le haya dado nada por acabar el instituto y a Jiminie si. Pero no te preocupes hijo, no pasa nada. —Se apresuró a decir mirando a Yoongi.

Jimin se había quedado estático sin comer más observando a su "hermano" levantarse de manera  deliberada  visiblemente enojado.

¿Estaría enojado con él?

     —Permiso madre. —Dijo sin volver a ver hacia atrás.

La mujer sonrió satisfecha mientras bebía más café.

Eso era suficiente para él, entendía a la perfección lo que su madre estaba tratando de hacer, lo de siempre. Poner a Jimin en contra de él.

¿Cómo es que no se había percatado antes? Su madre y Park Elim eran las culpables de que ambos jóvenes se separaran y al parecer querían volver a hacer lo mismo. 

Pero esta vez no se iba a dejar manejar por ellas, ni por su padre.

     —¿Hyung? —Jimin salio corriendo detrás de él. —¡Yoongi Hyung!

Yoongi se detuvo al inicio de las escaleras y se volteó hacia Jimin.

     —Lo siento Hyung, no quiero que pienses que le importo más a tus padres que tú.

Yoongi resopló tomando de la mano a Jimin y llevándolo con él hasta su habitación. Una vez ahí cerró la puerta con seguro  e hizo a Jimin sentarse a su lado en su cómodo sofá.

     —No les importamos Mimi, jamás a ninguno de ellos así que lo que digan ellos no importa más,  ya no. Ya no soy el Yoongi de antes que se dejaba manipular por sus padres, ni por Elim.  —Se detuvo a ver la reacción de Jimin ante la mención de su madre. Pero Jimin permaneció impasible.

     —Lo sé Hyung, se que ellos nos hicieron alejar desde niños. No se por qué razón, pero ya estamos grandes.

Yoongi sonrió tomando las mejillas de Jimin con sus dedos y apretando. Jimin no se pudo evitar sonrojar por eso.

     —Sigues siendo un niño Mimi.  —Repuso.

     —No soy un niño Hyung ya estoy grande.  —Jimin infló sus mejillas haciendo un puchero tierno.

Yoongi solamente sonrió, iba a extrañar a Jimin a decir verdad, antes estaba muy decidido a irse para estudiar a escondidas de su padre lo que tanto quería pero ahora, solo podía pensar en si Jimin iba a estar bien lejos de él.

Algo en su pecho dolía.




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