April se quedó en el hospital toda la noche junto a su madre, tratando de consolarle un dolor que ni ella misma podía cargar y le rompería el pecho en cualquier momento, bueno, su corazón ya estaba devastado y su alma solo existía por inercia.

Pobre castaña, lo que habría dado por tener en ese momento un padre que con un abrazo la hiciera sentir reconfortada.

Eran las 7am, ya era demasiado tarde para llegar a la casa de huespedes, pero por suerte Ben era sumamente comprensivo y sabía su situación. Caminando por una calle bastante transitada y el cielo indicandole que pintaba para ser un buen día, con la misma ropa del día anterior y sin asearse, escuchó el sonido de su celular, uno muy viejo que tenía desde hace 3 años y lo cuidaba en sobre manera, después de todo, cuando iba a poder esa muchacha comprar otro, ahora todo su sueldo debía destinarse al cuidado de su madre.

Y en efecto, era su patán novio, Robert, le había mandado un mensaje de whatsapp

La chica no podía creer lo que estaba leyendo, y empezaron a resonar en su mente todas aquellas veces en que su madre, su difunto padre, su jefe Ben, su amiga Stella e incluso aquella chica  Emma que se encargaba de la limpieza, le habian dicho desde hace tiempo...

- Él no me quiere - dijo audible solo para si misma y sentía como su mente parecía un agujero negro, sin preguntas ni respuestas, solo existiendo por que si.

Reprimió las lágrimas y siguió caminando entre los edificios de aspecto clásico que caracterizaban a la capital de Inglaterra, un tanto sombríos, pero capaces de encantar a los miles de turistas que abarrotaban aquella ciudad año con año.

Despues de más de media hora caminando, la chica llegó a la casa de huespedes encontrandose con el olor característico del jardín frutal de aquella casa que le invadía el olfato, cosa que la reconfortada un poco.

Cuando abrió la puerta con la llave que su jefe le había otorgado hace un tiempo, había planeado entrar lo más diacreta posible para que nadie notara sus ojos hinchados y su apariencia deplorable que junto a un caminante de the walking dead, este último luciría más glamuroso.

Pero su sencillo plan había fallado por dos razones, su jefe, el anciano de pelo grisaceo y el huésped prepotente que se reflejaron en los ojos azules de la chica cuando abrió la puerta, ambos sujetos estaban coversando de pie junto al mostrador de la entrada, en el cuál trabajaba April.

El anciano la miró preocupado y corrió hacia ella, mientras que el otro sujeto arrogante, solo le dedicó una mirada asqueada de pies a cabeza, haciendo énfasis en su ropa y cabello desordenados.

- Niña, mira en que estado vienes, tienes que bañarte, ve a tu casa a asearte y luego vuelves o tomate el resto del día y descansa. Luego me cuentas lo que pasó - dijo el anciano en tono preocupado, mientras ponía una mano en el hombro derecho de la chica a manera de consuelo

-No, estoy bien, primero le contaré todo, necesito deshagogarme un poco, pero en privado - contestó la castaña diciendo esto último con la mirada puesta en John, haciendo que este frunciera el ceño aún más de lo que ya estaba.

John tomó aire, iba a burlarse del aspecto deplorable de la chica, pero recordó que él también se veía mal, incluso ridículo, no le agradaba la ropa que le había prestado el anciano, la cuál pertenecía a su difunto hijo.

- Ja, no soy un entrometido y no podrían interesarme menos tus problemas, suficiente tengo con los míos. - pronunció el castaño, mientras nacía en su rostro con una barba perfectamente hecha, una sonrisa burlona, hasta cierto punto desafiante.

- Y a mi tampoco me interesan sus problemas, tengalo por seguro. Tengo problemas lo bastante fuertes, como para ponerle atención a sus agresiones sin motivo. - dijo una April bastante cabreada con una mano en la cintura.

- ¿Problemas fuertes tú? Y cuáles pueden ser las penas de una chiquilla ruidosa como tú, veamos, ¿no tener la ropa de moda?, ¿haber salido así, tan pauperrima y que uno de tus pretendientes te haya visto? Tú no sabes nada de problemas, si tuvieras los míos, seguro esa bonita cabeza que tienes ya te habría explotado - sonreía burlón.

Esas palabras fueron el colmo que rebasó la paciencia de la castaña, por que un hombre de su edad, que se supone debía ser maduro, discutía con una "chiquilla" que apenas acababa de conocer.

En tanto, el anciano observaba la escena atónito y aunque no era fan de los gritos, no estaba seguro si intervenir.

- ¡CALLESE, USTED NO ME CONOCE! Y espero que sus penas disminuyan, al contrario de usted, yo no me burlaría de sus problemas - y la muchacha procedió a darse en señal que ya no quería seguir discutiendo.

April ya estaba preparada para la lluvia de ofensas que iba a soltar el castaño en su contra, pero para su sorpresa, solo escuchó una carcajada estruendosa y diabólica que le provocó un escalofrío, mientras los pasos de él se alejaban subiendo las escaleras.

- No lo soporto a ese hombre maleducado, ¿de dónde lo sacó Ben, de un callejon de mal vivientes? - soltó la muchacha aún cabreada mientras se despeinaba con una mano el cabello.

- Es un buen hombre, solo está atormentado, cuando lo conozcas mejor te agradará, ahora cuentame, ¿cómo está tu madre? -

- Muy mal, el dóctor nos dijo que tiene cáncer fase 4 y ha infectado órganos importantes, no se puede operar y solo estará en quimioterapia para alargar su supervivencia. Aparte tengo una semana, para pagar la hipoteca del apartamento o me echaran a la calle - expresó la chica, mientras nuevamente perdía la batalla interna y rompía en lágrimas echandose sobre el hombro del anciano.

- April, sabes que te tengo mucho aprecio, eres una niña excepcional y cuentas conmigo, con mi casa y con todo mi cariño. Puedes vivir aquí si lo deseas, el señor Smith de la habitación 9 nos va a dejar pronto y tú podrias ocuparla, y me pagas con tu trabajo - dijo el anciano en un tono enternecido ante esa chica solitaria.

- Gracias Ben, yo... no sé qué decir, sin duda lo pensaré y no tengo palabras para agradecerte - la chica se soltó del abrazo y se limpió nuevamente las lágrimas.

Ambos no contaban, con que John no había subido al tercer piso, se había quedado escuchandolos, escondido en una esquina al final de la escalera que conectaba al segundo con el primer nivel de la casa.

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Espero les este gustando la historia, en dos capítulos más empezará la acción ✌

Les quería mostrar también esta publicidad en texto que me hicieron, créditos a CafeExpress

Gracias por leer, espero sus votos, besos ❤