Capitulo III Tsukino Koemi

Pvo's Koemi

Desperté con dolor de espalda en una gran rama.

-Koemi...tú y tus ideas de casquero...-me quejé y al girarme caí.-¡No!-golpeé el suelo con la cara.-Au...-me levanté y volví a escalar para coger mi espada y caminar hacia la cueva de nuevo, no podía dejarlo solo, eran demasiados años junto a él para dejarlo abandonado.

Al llegar le vi dándome la espalda dormido y vi que tenía la bufanda a un lado, ¡¿Se había dormido sin ella?! Era mi oportunidad de verle sin esa bufanda. Dejé con cuidado mi mochila en el suelo y fui sigilosamente hacia él, pero me tiró al suelo con su pierna y cogió la bufanda tapándose.

-¡¿Qué demonios intentabas hacer?!-gruñó acercando su cara a la mía bastante cabreado.

-¡Oye, no te pases!-intenté defenderme, pero no fue un buen argumento.

-¿¡Qué no me pase?! Has intentado verme sin bufanda, si la llevo puesta es por algo.-se levantó bruscamente de mí y cogió su chaleco colocándoselo de nuevo.

Me incorporé y suspiré agachando la cabeza mirando a la leña apagada.

-No lo vuelvas a hacer.

Lo miré extrañada. En su voz se podía notar preocupación...¡¿MIEDO?! ¡¿Qué coño pasa aquí?!

-No vale...-intenté sacar su lado débil, ese lado que al parecer tenía.-No vale...yo te enseñé lo de mi ojo...supiste mi mayor miedo, mi secreto...ya con todos estos años debíamos ya tener cierta confianza...pero veo que no tiene confianza en mí.-Me levanté cogiendo mi parche y ocultando de nuevo mi ojo.

Katakuri suspiró pesadamente.

-Piensa lo que quieras y ponme la cara que quieras. Como si para mi ya no fuese nuevo.-apagó el fuego cabizbajo.-Vamos, aún tenemos mucho trabajo pendiente.

-¡¿Nuevo?! ¡¿Pero de qué coño hablas?! Me la suda que tengamos trabajo aún, ¿de qué demonios hablas?

-De nada que tenga importancia...vamos.

Le lancé una cuchilla cerca de su rostro clavándola en la pared.

-Quieto. Ahí. Mismo.-ya me estaba cabreando.-No pienso dejarte salir de aquí hasta que lo cuentes, incluso si eso implica luchar contra tí.-le miré seriamente.

-Entonces ven a por mí.-se cruzó de brazos.

-Tsk, ya es hora de que alguien gane al hombre de un billón de berries.-gruñí lanzándome a por él con mi espada en mano con haki.

Katakuri envolvió la zona en mochi para tener el control sobre esta. Ambos estaban muy a la par e igual de heridos.

-Bastardo...-gruñí jadeando agotada-¡KIAAAA! ¡Solo te he hecho un corte!-volví a atacar con varios movimientos rápidos y fuertes.-¡AAAAAAAAAH!-gritaba por cada golpe pero me volvió a atacar lanzándome contra la pared, me quede incrustada y escupí sangre soltando la espada y cayendo al suelo boca abajo sangrando.

-¡Koemi!-se acercó preocupado.-L-Lo siento, no fue mi intención...

Agarré su brazo con las fuerzas que me quedaban y le miré gruñendo tosiendo sangre.

-A-Algún...día...pienso ganarte.-sonreí.-Capitán.-reí tosiendo sangre y caí casi inconsciente jadeando intentando recuperar el aliento. Sin embargo, escuchamos en lo más profundo de la cueva un rugido de un animal.-¿N-Nani?-miré al fondo débil y vimos a un oso, obviamente no sería el mismo pero seguía habiendo uno allí.

Intenté arrastrarme pero era incapaz de moverme, y vi a Kata ponerse delante mía.

-Salte de la cueva y escóndete en esa habitación que estoy creando. Yo me encargo de él.

Giré mi cabeza y en la entrada de la cueva en la que estábamos podía ver una pequeña habitación de mochi. ¡¿Pero me está tomando por una debilucha que necesita protección?! ¡Está no se la perdono!

-No. No pienso huir de un simple oso.-gruñí cogiendo de nuevo mi espada jadeando.-No soy ninguna debilucha, ¿sabes?-escupí sangre y en un movimiento rápido me puse delante del oso y fui a atacarlo, pero se levantó.-Wow...-me sorprendí por su enorme tamaño, igual que Katakuri o menos y me fue a golpear.

Katakuri detuvo el ataque con el mochi protegiendo a ambos.

-Eres terca, ¿eh?-suspiró riendo y envolviendo al oso en una caja de mochi de su tamaño.

-No. Déjame a mí, yo puedo hacerlo.-gruñí apartándolo de un leve empujón poniendo haki a mi espada, casi ni podía mantenerme a la perfección de pie.

-¡Deja de ser terca joder!-gruñó.-Descansa un poco.

-¡Qué no idiota!-le miré enfadado. Empezamos a discutir y el oso se fue comiendo el mochi y fue a atacar a Katakuri, pero me puse en medio haciendo que nos lanzara contra la pared, pero al menos Katakuri estaba bien.-C-Creí...q-que...l-lo...habías visto...-iba cerrando mis ojos poco a poco.

-¡KOEMI!-gritó desesperado y salió de la cueva para tapar la salida.-Joder...aguanta por favor...

-Hermano... Tú eres perfecto por como eres...

-Katakuri-san...-le llamé desde mi cama agotada por mi huida por el bosque y mis heridas y le vi girarse dejándome ver su rostro, ojos buganvilla como su pelo y en sus mejillas grandes cicatrices con unos bonitos colmillos en su boca.

Me quejé y al abrir los ojos me cegué haciendo que me llevara un brazo a mis ojos y vi que este estaba vendado. Me incorporé con un fuerte dolor en la espalda y vi que estaba llena de vendas y tiritas en mi rostro.

-Quieta. No te muevas. No estás muy fina ahora Koemi.-me tumbó de nuevo Katakuri.

-¿Dónde estoy?-dije confusa intentando acomodarme quejándome un poco.-Joder...así que...esto es lo que siente aquellos que pierden contra tí...

-No. Los que pelean contra mí están muertos.-se encogió de hombros sentándose en una silla.

-Creído...-susurré y me acordé del sueño mirándolo con ojos como platos.-¡TÚ!-dije incorporándome de golpe pero grité de dolor.-T-Tú...tienes...colmillos.-lo miré a los ojos.

En ese momento lo vi palidecer y caerse de la silla.

-¿Q-Qué dijiste?

-Tienes colmillos...en la boca...¿n-no? P-por eso tienes la bufanda.-dije mirándolo.

-Eh...e-esto....-tartamudeaba sin saber qué decir.

Le seguí mirando y me quejé por mi torso cosa que me hizo volver a tumbarme, empecé a jadear, estaba demasiado herida y se me había abierto la herida de nuevo, ya que las vendas estaban empezando a tener un color rojizo.

-M-Mierda...-me llevé la mano al costado.

-¿Para que te levantas? Acuéstate y descansa. Ahora te trataran los médicos.

Asentí y al llegar Katakuri se fue y me pusieron anestesia quedándome de nuevo dormida.

Tras horas, cosa que me pareció a mí, desperté y escuché el ruido del mar como si estuviéramos navegando, ¿ya habían acabado la misión? ¿Cuánto tiempo había dormido?

-¿Kata?

-Por fin despiertas.-sonrió, o eso parecía ya que llevaba bufanda.

-¿Cuánto tiempo llevo dormida? Siento que han sido días...-me llevé una mano a la cabeza-Que dolor...-me quejé un poco.-Es por no moverme en tiempo...¿no?-le miré a los ojos.-Eso sí, ni una palabra de nuestra pelea.

-Llevas dormida un par de días. Diremos que tuvimos que pelear contra tres buques y que el tuyo fue bombardeado.

-Me parece bien...¿Ya dos días? Entonces no quedará nada para llegar.-sonreí.-Kata...no me contestaste al final...¿Tienes colmillos? De pequeños, te ví sin esa dichosa bufanda y...vi colmillos...tú me has visto mi ojo ya.-me incorporé mejor sin menos dolor, pero había un poco, apoyando mi espalda en el respaldo de la cama.

-S-Sí....-susurró.-Por eso me ordenaron no contarle nada a nadie sobre como te salvé. Ese día no llevaba la bufanda.

Sonreí dulcemente mirándolo tiernamente.

-Oye...no pasa nada.-reí un poco y me quejé por la espalda.-Sabes...conmigo, cuando estemos a solas, quiero que te la quites...por favor capitán...-hice un puchero y estiré mis brazos hacia su bufanda para quitársela, pero esperé a que me dijera un sí o un no.

-¿No te voy a poder hacer cambiar de opinión verdad?-rió un poco y se sacó la bufanda.

Le miré impaciente y con ganas de verle y al quitarse la bufanda mi rostro cambió por unos instantes a uno serio y de confusión.

-M-Mejor me la p-pongo...-tomó la bufanda de nuevo.

-¡Eres increíble!-tardé en reaccionar.-Si tus enemigos te vieran sin ella te temerán mucho más, es decir, a mí, me das sensación de...-me puse roja al pensarlo.-Mejor no digo nada.-tuve una gota en la cabeza.-Se que recibiré un castigo por decir esto pero...-me puse roja agachando la cabeza.-Me parece usted muy atractivo...a ver, con ella me resulta guapo y misterioso pero sin ella...es usted completamente diferente.-sonreí.-Conmigo por favor, no se la ponga...aunque solo sea vuestra segunda mano, no tengo autoridad en usted.

Katakuri lanzó un haba suavemente riendo levemente.

-¿Pero desde cuándo me tratas de usted Koemi?-rio un poco.-Y...no te castigaré...no a la única que dijo algo bueno de mí...ahora descansa. Lo necesitas.

-Emmm...¿desde siempre? ¿Acaso se da cuenta?-dije con una gota.-A sus órdenes.-sonreí y me acosté de nuevo y sentí que me arropaba, cosa que me sorprendió.-Arigato...-susurré y cerré mis ojos para dormir.

-Gracias a tí...-susurró.

Quedé dormida rápidamente. Al llegar a la isla tras un día más de viaje desembarcamos y fui caminando con dificultades yendo hacia el castillo, por el camino todos vitoreaban a Katakuri, sin embargo, él seguía firme y con la mirada seria y concentrado. Al llegar fuimos él y yo a ver a BigMom.

-¡MAMAMAMAAAA! Ya habéis vuelto, Katakuri, ¿ya tienes los ingredientes pedidos?-le dio la palabra a mi capitán, mientras yo seguía haciendo una reverencia hasta que me dijera algo a mí, si es que me decía algo claro.

-Si. Ya está todo preparado Mamá.-dijo con su tono frío de siempre.

-¡MAMAMAMAAAA! ¡Así me gusta mi querido hijo perfecto! Tú jamás me deshonras, no como Koemi.-su tono cambió a uno serio y enfadado.-Jamás volvéis con heridas de las misiones, sin embargo...mírala Katakuri, ha sido una debilucha en esta misión, ¡que deshonra me has dado mi querida Koemi! ¡PARA QUÉ DEMONIOS TE HE CRIADO COMO UN GRAN SOLDADO NIÑA!-dijo golpeando el trono.-Da unos pasos hacia mí Koemi.-dijo borde.

No dudé en hacerla caso pero caminé lentamente por el dolor hasta que me dijo que parara.

-Zeus...-lo llamó.

-Hi mama.-se acercó volando a su lado.

-Dale a nuestra querida Koemi una lección, a partir de ahora, cuando vuelvas herida o, que no tienes el objetivo, recibirás descarga, leves, eléctricas.-dijo riendo al final.

Me quedé en el sitio con los ojos como platos y recibí un fuerte dolor de un par de rayos recorrer mi cuerpo.

-¡KYAAAA!-grité y caí al suelo de rodillas y manos, estaba temblando, pero aguantaba para que no cayera al suelo.

-Como caigas...recibirás más.-me amenazó.

Mantuve las fuerzas para mantenerme arrodillada con los brazos extendidos jadeando y quejándome aún de los calambres que tenían.

-¡Mamá! ¡Ya! Ella es una de tus mejores guerreras y por así decirlo una hija tuya. Sería una lástima que no pudiese combatir en la próxima misión y algo saliera mal, ¿no?

-¡MAMAMAAAA! Tienes razón hijo mío...que bien has salido mi hijo, el mejor de todos.-rió.-Pero...ya sabes que odio que mis mejores hijos me decepcionen, ¡y más mi mejor "hija" guerrera, superando a Smoothie!-la miré y vi su malvada sonrisa.-Está bien, id a descansar, ya os avisaré si tengo noticias de algo.

Me levanté tambaleándome y haciendo una reverencia.

-H-Hi...mama...-jadeaba y me di la vuelta para ir a la puerta, no podía agarrar el pomo para salir y fui a caerme de lado, pero antes siquiera de caer a la mitad, sentí cómo Katakuri me agarraba del hombro con su mano.-N-No...no me caigo...-intenté apartarme y al fin pude abrir y salimos de allí, al escuchar la puerta cerrarse pude dejarme caer al suelo.

-¿Quieres que te lleve a la enfermería?-sonaba muy preocupado por mí.

-N-No...no hace falta...me las apañaré, soy fuerte recuérdalo.-le sonreí un poco forzado y me volví a levantar.-Por eso mi recompensa es de 770.000.000 berries...-jadeé caminando apoyada en la pared.-Solo...quiero dormir, nada más...dile, por favor capitán, a nadie, pero absolutamente a nadie, que entre a mi cuarto...no quiero que nadie me moleste.-le miré y vi todo como borroso y que se movía mucho.-¿T-Te estás moviendo mucho o soy yo?-todo empezó a darme vueltas perdiendo el equilibrio.

-Eres tú.-me cargó en brazos para llevarme a mi cuarto para que descansase.-Deja de hacerte la valiente. Ni siquiera yo habría aguantado eso.

-C-Claro que sí...-reí cerrando los ojos poco a poco.-E-Eres...para mí, no...por lo que dicen de ti...el más fuerte...-volví a caer inconsciente.

-Oe, Oe, Katakuri-nii-san.-habló Brulee mirando a su hermano.-¡Bienvenido!-rió con su risa característica.-Demo...¿qué ha pasado a Koemi-chan?

-Mamá es lo que ha pasado. Zeus le ha dado descargas porque ha vuelto herida.

Brulee suspiró.

-Ven onii-chan...debes saber algo de Koemi que solo yo sabía...-fueron a su cuarto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top