Entro a la cafetería, las primeras horas de la mañana, se había dado cuenta de que cuando entras a una cafetería las mañanas son más desoladas, las personas preferían el café por las tardes además de que también en los días que hacía demasiado frío querían degustar de una bebida caliente.

Camino hacía el frente, no sabía que era lo que podía pedir, aquella mañana estaba relativamente fría, así que sería una buena idea pedir algo que fuera más relajante, algo de té y unas galletas no hacen mal a nadie, lo bueno era, que en aquella cafetería había la típica barra en donde podías sentarte y si podías conseguías una buena conversación con quien preparaba las bebidas calientes, y eso es lo que quería.

Miro hacía el frente, Namjoon no sabía si llamar a eso algo de suerte, pero frente a él estaba aquel chico, paso saliva para quitar el nudo que estaba a punto de formarse en su garganta, no sabía el por qué sentía que iba a salir corriendo en el preciso momento que aquel chico decidiera hablarle, pero no lo haría, tenía que tomar el valor suficiente y enfrentarlo a como de lugar, no había marcha atrás, de nueva cuenta se animo a caminar para poder estar frente a él.

- Buenos días, bienvenido a Lillians Coffee -sonrió aquel chico, ahora si Namjoon se sintió perdido de nuevo-. ¿Qué desea ordenar?

- B-buenos días -Namjoon dirigió su vista hacía donde estaba el nombre de aquel chico, ahora si lo sabía, y eso podía darle solo un poco más de confianza, ¿con qué Seokjin? Es un buen nombre para aquel chico-. Me gustaría un té verde y unas galletas de chocolate, por favor.

- Por supuesto, en unos minutos le entregare su orden -y de nuevo otra sonrisa, ¿acaso no lo habrá reconocido? ¿Será por la gorra que cubría con un poco de sombra su rostro?

- ¿No me reconoces cierto?

Seokjin frunció levemente el ceño, miro al cliente que ahora se encontraba sentado en la barra, al parecer no es de los que disfrutan la soledad para beber un poco de té.

- ¿Disculpe? -pregunto, la verdad era que no lo reconocía, aquella gorra lograba tapar su rostro.

En cuanto dijo eso, Namjoon se quito la gorra que cubría casi su rostro, la sonrisa de Seokjin se esfumo, ahora estaba claro, ¡ese tipo era el sujeto que estuvo a punto de matarlo hace tres semanas!

- ¿Qué se supone que quieres? -pregunto Seokjin.

Namjoon noto que su tono de voz había pasado de uno agradable a uno de 'no quiero hablar contigo en mi vida'.

- Bueno, en parte era para pedirte una disculpa, fue un grave error mío, estaba distraído.

- ¿Sólo por eso? -Seokjin coloco las galletas en un plato y después frente al cliente, aún faltaba el té, pero aún no soltaba por completo la esencia-. Sino mal recuerdo, me dijiste que era una chica, ¿estás ciego acaso? O ¿aún crees en los viejos estereotipos de rosa para mujeres y azul para hombres? 

Sin palabras, Seokjin fue a revisar el té, dejaría la bolsa de todos modos, pero aún así no se debía de servir una buena taza de té solo con agua a medio pintar, camino de nuevo hacía aquel cliente y coloco la taza cerca de él.

- No es eso, no me fije, y solo las palabras salieron, por eso he venido a disculparme como es debido, lo lamento, en verdad.

Seokjin se cruzo de brazos, no le gustaba enojarse, y menos cuando trabaja, es estresante estar enojado.

- Acepto tus disculpas -estaba a punto de retirarse cuando la voz de aquel chico lo detuvo.

- Puedo... ¿puedo pedirte que salgamos? -Seokjin frunció de nuevo el ceño-. Me gustaría disculparme como es debido, te invito a comer, donde quieras.

Namjoon solo esperaba que no lo rechazará, sería como perder en la vida, y no quería eso, Seokjin era interesante, de eso si que estaba muy seguro, y quería seguir hablando con él.

- La cafetería cierra las siete -miro a Namjoon-, y el siguiente fin de semana estoy libre, puedes venir a recogerme, me gusta mucho comer langosta y pollo -se encogió de hombros-, cualquier restaurante estará bien.

- ¡Excelente!

Seokjin sonrió al ver que aquel chico tenia una sonrisa que hacía aparecer aquellos hoyuelos en sus mejillas, le gustaban mucho los hoyuelos.