5 Cinco

Namjoon apenas había encendido su computador, cuando un mensaje de Yoongi llego, desbloqueo su celular y pudo mirar que se trataba de las fotografías, Yoongi había dicho que había ido a una de las cafeterías que se encontraba justo en el centro de Seúl, soltó un suspiro.

No quería revisarlas en ese momento, había estado esperando el momento perfecto para poder mirar una película que había comprado, y apenas había conseguido tener un poco de tiempo suficiente para poder descansar, paso las manos por su rostro y miro de nuevo la pantalla de su celular.

Apretó levemente los labios, ¿debería? Claro que debe, ¿qué tal que allí es donde trabaja aquel chico de ropas rosas? Sin más abrió el chat de Yoongi y comenzó a ver las imágenes.

En las primeras había varios chicos allí acumulados, de un lado a otro, no podía distinguir muy bien a uno que se encontraba atendiendo en una mesa, y a otro que estaba haciendo la limpieza a una de las mesas, quería restarle importancia, pero no debía.

Decidió mirar otra, trago grueso, allí podía ver mejor al chico que estaba atendiendo en aquella mesa, y allí fue cuando pudo reconocerlo, aquellos labios rosas y esponjosos, sus cejas levemente pobladas que eran cubiertas tanto por la gorra como por sus cabellos.

¡Era él!

- ¡Maldición, es él! -soltó entusiasmado al haber podido encontrarlo.

Y eso que estaba a punto de darse por vencido, o eso es lo que él creía que iba a pasar.

- Yoongi, te debo una vida.

Rápidamente miro los otros mensajes, era la cafetería que se encontraba justo en el centro de la ciudad, eso si que era más conveniente, al menos podría esta vez, viajar hasta allí y entrar a esa dichosa cafetería para poder tanto pedirle disculpas, como tal vez invitarlo a salir como una muestra de disculpa, y haber que sucedía después.

¿Nada mal para comenzar con una relación?

Pensaba en tener una relación, algo estable, Namjoon no era de ese tipo de personas, había tenido un par de parejas, pero todo había terminado de una manera que a él en lo particular no le había agradado.

Casi siempre terminaba perdiendo, y eso era lo que lo ponía más enojado, pero esperaba que con aquel chico de ropas rosas, fuera distinto.

Miro de nuevo la fotografía que estaba en su celular, soltó el aire que estaba reteniendo, esperaba que todo saliera bien, ese chico tenía comentarios interesantes, lo supo desde el momento en que lo conoció en aquel descuido suyo.

Iba a ser muy interesante otro encuentro.

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