━━━Capítulo 07 | Alfa Malo

—Sí mamá, Kang está atento a eso, tampoco como muchas comidas chatarras —Seojoon hizo un pequeño puchero ante la tablet, su madre estaba al otro lado de la video llamada diciéndole o más bien recordándole por décima vez, lo que podía y no hacer en el embarazo.

—Me alegra escuchar eso cariño, estoy muy feliz de que tu alfa te cuide bien —la mayor le sonrió con ternura desde el otro de la pantalla, se miraba un poco bronceada y tenía una expresión relajada—, todo aquí es muy hermoso y el vino del viñedo es delicioso, nunca había probado algo así, un día de estos podrías venir y probarlo.

—No te preocupes, prometo que lo haré un dia de estos, mientras mi cachorro esté pequeño no puedo tomar alcohol —su madre le sonrió algo apenada, no la podía culpar de nada, ella estaba muy emocionada con todo lo que Boyoung le enseñaba por allá, la castaña le había dicho que habían comprado muchas cosas y la azabache siempre le hacía probar hermosos vestidos que eran caros.

Seojoon le había dicho que podía ponerse todo lo que quisiera, después de todo ellos tenían mucho dinero para comprarlo, pero sabía que su madre era muy modesta y apenas habría comprado un par de ellos.

—Lo sé, bien ya me tengo que ir, Taegeun dijo que hoy quería ir conmigo a un buen spa de omegas, estoy emocionada, seguro será algo extravagante, pero aún así lo quiero disfrutar —la mayor sonrió con un sonrojo en sus mejillas.

Seojoon solo rió por lo bajo, le deseó la mejor suerte y la llamada fue cortada. El pecoso suspiró poniendo la tablet a un lado, dió una pequeña sonrisa al aire mientras acariciaba su vientre.

Se levantó de su cama y salió para ir a la oficina del azabache, lo que pasó la noche anterior lo puso de buen humor, pero aún así quería ir a molestarlo un poco. Tocó la puerta y después la abrió lentamente, se fijó que habían unas personas allí, quizás estaba interrumpiendo una junta importante.

—Joonnie, qué bueno que llegas, ven pasa —la voz del azabache resonó amable. Seojoon asintió y entró despacio, caminó hasta el lugar donde estaba el azabache bajó la mirada de los demás.

A su nariz llegó el aroma a omega, la mayoría de los que estaban allí eran omegas, nо quería ser celoso, pero casi deja salir un pequeño gruñido.

Los miró con detalles, estaba un omega de cabellos multicolores, otro omega de cabellos rubios tenía ropa brillante y unos extravagantes lentes rosados de corazones, la última era una omega de cabellos negros con la mitad inferior pintada de verde.

—¿Quienes son? —preguntó, un poco tosco pero lo hizo, Kang solo sonrió de medio lado notando la molestía que tenía el pecoso.

—Dijiste que te sentías un poco solo ¿No?, Bien, te conseguí compañía —dijo el azabache y el pecoso lo miró algo asombrado.

—¡Mucho gusto Joon, al fin puedo conocerte!  —el omega de cabellos multicolores se acercó—. Mi nombre es Kang Deung, queria conocerte antes, pero el trabajo me mantiene ocupado.

—¡Bonjour mon cher! —saludó el omega de ropa extravagante quitando sus gafas rosadas—, espero que te haya gustado la ropa que compré para ti, Song Kang no me dejó elegir nada brillante, pero hice mi mejor esfuerzo..  soy Laurent Minseok, solo dime Minseok, o Min o Seok.

Seojoon rió por lo bajo ante el extraño acento del rubio. La última en tomar la palabra fue la omega de mechones verdes.

—¡Es un gusto Seojoon, soy Park Nari! Estoy feliz de conocer la pareja de Kang al fin —ella sonrió y agitó sus brazos con energías, aparentemente si estaba muy feliz, gracias al aroma de ellos lo podía comprobar.

—Ellos son algo así como parte de la familia, el pelos de arcoíris es el omega de Mingyu, Nari es la omega de Hyoseop, y el francés es el omega del cocinero —los omegas chillaron en protesta a los apodos, y el pecoso solo pudo reírse, no sabía cómo era que al dominante se le ocurría enojar a los omegas.

—Es un gusto —saludó al final dando una pequeña reverencia, no podía hacer mucho con su pancita grande, pero ellos le entendieron.

Dejó al alfa solo con Mingyu, quien siempre estaba al lado del azabache, y se fue con los omegas a pasar el rato.

Entablar conversación con ellos fue fácil, eran amistosos.

A Seok le gustaba jugar con su cabello, poniéndole pequeñas cuentas o haciendo peinados raros. Tenía cuidado para que no le fuera a doler la cabeza de tantos tirones de cabello.

Nari era una amante de los colores lindo, tomó sus manos y empezó a pintar sus uñas. Seojoon se sentía consentido, como un príncipe caprichoso, le gustaba.

Ya que no podía caminar mucho sin cansarse, se la pasaba en el sofá con los demás a su lado, miraban televisión y opinaban sobre los programas y series que miraban. Sobre todo la serie de Jujutsu Kaisen, era genial tener alguien con quien hablar de esa forma.

Para cuando cayó la noche y estaba en su cama abrazado con su alfa, ronroneaba sin parar, Kang solo sonreía y acariciaba su espalda con cariño.

—Verte celoso fue lindo —el azabache bromeó y el pecoso solo bufó, no había nada que arruinara el momento agradable que estaba teniendo en ese instante.

—Cállate —gruñó por lo bajo, bostezó dejando que el sueño lo envolviera, le gustaba dormir sintiéndose protegido, nada parecido a la soledad que tenía antes.

El tiempo pareció acelerarse, cuando menos lo esperó ya había tenido sus nueve meses y el día del nacimiento de su pequeño había llegado.

Como Taegeun se lo había advertido, fue difícil para él el último mes, su panza era enorme y le pesaba bastante.

Su madre y sus suegros habían llegado de Italia para el nacimiento.

Seojoon decidió llamarlo: Sungchan. Su pequeño tenía el cabello cabello de su padre, es más, era una copia exacta de él, incluso sus ojos.

El pecoso no pudo evitar hacer un pequeño berrinche. ¡Habían sido nueve meses haciéndole un clon al alfa azabache! Taegeun fue quien lo entendió mejor que nadie. Pues él también había pasado por lo mismo, y tuvo que lidiar con dos azabaches con problemas de ira toda su vida.

Seojoon solo se rió de manera nerviosa al saber eso, solo esperaba que su pequeño Sungchan no tuviera un carácter tan fuerte.

Sin embargo, Song Kang siendo un alfa dominante de sangre pura, era obvio que sus genes iban a ganar, le heredaría su personalidad. Al menos rogaba a los dioses que el pequeño heredara algo de él.

Seojoon era muy protector con su pequeño, no dejaba ni que los sirvientes le ayudarán a cambiarle un pañal, alegando que él mismo podía hacerlo.

Estaba algo cansado, ya que el cachorro se despertaba varias veces por la noche, pero lo atendía cada vez, además, no estaba completamente solo, Kang le ayudaba. A veces cuando cambiaba el pañal de Sungchan y le daba de comer, el azabache lo hacía irse a dormir mientras él cuidaba del pequeño hasta que se rendía ante el sueño.

Le parecía lindo ver como ese alfa tan fuerte y dominante cargaba con delicadeza a su cachorro, lo arrullaba sobre su hombro y lo acostaba con cuidado en su cuna.

Sungchan era vestido con los mejores trajecitos, de la mejor calidad y tela suave. El pecoso se volvió un quisquilloso con eso, pues solo quería lo mejor de lo mejor para su pequeño. Y algo que le gustaba a Seojoon de su pequeño era que sonreía bastante, no lloraba mucho a menos que estuviera con hambre o su pañal le incomodaba. El resto del tiempo solo era tranquilo y dormía.

Después de tres meses el pequeño Sungchan dormía casi toda su noche sin interrupciones, se despertaba solo por la incomodidad de su pañal, pero solo había que darle un cambio y un poco de leche para que volviera a dormir.

Además, después de esos meses Seojoon había dejado que los demás pudieran estar cerca de su pequeño, no podía cargarlo como tal pero sí podían estar cerca y tocarlo un poco.

—¡Es muy bonito! —Deung parecía maravillado con el pequeño, agitaba alegremente un pequeño cascabel al frente suyo para llamar su atención—. ¡Yo también quiero uno, pero el tonto de Mingyu dice que aún no es tiempo!

El omega exclamó con dramatismo, poniendo una mano sobre su pecho y haciendo una mueca herida. Seojoon solo pudo reírse, él sabía la razón por la cual aún no tenían un cachorro.

Los Kim siempre tenían la tradición de tener un cachorro después de sus amos, era extraño, pero no lo cuestionaba, le dijeron que era para que los Song fueran un par de años mayores que sus manos derecha, y les mirarán con más respeto.

Pero respeto no se tenían mucho ellos dos, el otro día Kang y Mingyu se pusieron a jugar a la "lucha de pulgares". Todo a causa de un comentario de quién tenía más reflejos en los dedos.

"No hay mucho respeto, pero si hermandad"

Razonó, la verdad no era malo que ellos fueran cercanos.

Seojoon notó la mirada de Minseok sobre su pequeño, además de que anotaba cosas en un pequeño cuaderno.

—¿Qué escribes? —preguntó y el rubio solo sonrió alzando una mano al aire.

—Los rasgos del pequeño amo deben ser estudiados cuidadosamente, haré la ropa más elegante y bella para él, será la envidia de todas las madres y los cachorros del mundo —habló el omega con su acento francés haciendo reír a los que estaban allí.

Lo cierto era que el omega era un gran diseñador y costurero, siempre actualizaba su armario con lo último en el mercado, no podía quejarse de eso cuando miraba tanta dedicación.

—Por cierto, he escuchado que los pequeños aprenden a decir su primera palabra antes del año. ¿El joven amo ha hecho su intento? —preguntó Nari curiosa, debían de admitir que el pequeño Sungchan era una ternura, solo esperaban que su carácter no fuera como el de su padre.

—Solo balbucea algunas cosas, pero no más que eso —Seojoom miró a su pequeño con cariño, acarició su cabello azabache haciéndole ronronear de tranquilidad.

—¡Estoy seguro que el joven amo podrá decir su primera palabra antes del año, solo es cuestión de tiempo! Además, aún falta bastante para que su cumpleaños llegue —Deung dijo pensativo, agitó más el cascabel y al final dejó que el pequeño cachorro lo tomase para que lo agitara el mismo.

Seojoon solo asintió, los pequeños empezaban hablar después de los siete meses, aún faltaba mucho para ello.

Después de pasar el rato con los omegas fue de vuelta a su habitación, tomaría un baño con su pequeño antes de cenar. El agua de la tina estaba en la temperatura perfecta, sostenía con cuidado a su pequeño en el agua, riendo mientras Sungchan salpicaba por todas partes.

—¡Wa-ga! —exclamó el pequeño mientras apretaba un patito de hule, Seojoon tomó otro patito y lo empezó apretar para que chillara.

—¡Un patito al agua! —salpicó también haciendo al pequeño Sungchan reír alegremente.

Cuando salió del baño, secó y le puso una cómoda ropita para dormir, Sungchan comió tranquilamente antes de quedarse dormido profundamente.

Seojoon dejó a una de las nanas cuidando al bebé por si se llegaba a despertar. Después de eso se fue al comedor, la comida estaba servida, pero Kang no estaba allí, frunció el entrecejo por eso, últimamente el azabache se la pasaba ocupado.

Le molestaba bastante, no pasaba tiempo con él, además, también había escuchado de Deung que el azabache se la pasaba gritando todo el tiempo en la oficina, casi mata a uno de los sirvientes cuando derramó sin querer un poco de café en uno de sus sacos.

"Como si el idiota no tuviera dinero para mandarlo a limpiar, o comprarse uno nuevo".

Pensó con sarcasmo, comió de mal humor, pasaba lo mismo como al inicio de su embarazo, un Song Kang ocupado y él sin su cariño ni atención.

Sin embargo, ésta vez Kang se había ganado una buena, Seojoon se iba a vengar, le enseñaría que no podía descuidarlo, ni a su cachorro. Sabía que la irritación del alfa era por lo mismo, estaba estresado, pero se empeñaba más en el trabajo que en su propio bienestar.

"Song Kang, te haré llorar".

Kang entró en su habitación, eran pasadas las nueve de la noche y estaba agotado, bastante, lo único que quería era dormir.

Se dió una duchar corta, pasó por la cuna de su pequeño primogénito y le dió un pequeño beso en la mejilla. Extrañaba pasar tiempo con su pequeño renacuajo, pero su estúpido trabajo no le dejaba tiempo.

Miró al bulto arropado en su cama, su Joonnie, su fiera, su omega indomable, quería follarlo hasta estar seguro que tendría un nuevo cachorro. Pero estaba agotado, su polla apenas se pondría medio dura en ese momento.

—Maldición —susurró por lo bajo antes de meterse en la mantas, abrazó a su pareja por la espalda, quizás mañana lo compensaría de alguna manera, sí eso haría, quizás.

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Kang se despertó con la respiración agitada, espabiló, la luz del sol mañanero entraba por la ventana. Trató de mover sus brazos, pero no pudo, iba hablar, pero una succión lo dejó sin aire.

Al mirar hacia abajo, se encontró con su omega, sintió como las manos del pecoso se pasearon por su pelvis desnuda. No tenía pantalones, ni ropa interior, además, estaba recibiendo una mamada dolorosamente, y placentera, lenta.

—J-Joonnie, ¿qué estás haciendo? —Kang preguntó y aunque era obvio, quería saber la razón por la cual sus manos estaban esposadas y sus piernas, aparentemente amarradas.

Seojoon solo dió una lamida despacio por toda la extensión, bajando de la base y llegando a la punta chorreante de pre-semen. Chupó un poco el glande y lo soltó haciendo un sonido mojado.

—Los alfas malos deben ser castigados —lo dicho por el omega le confundió, pero su pregunta o queja, se perdió cuando sintió un pequeño mordisco en sus bolas, los dedos del pecoso apretaban su glande, era ligeramente doloroso—. Kang ha sido un alfa malo.

—M-maldición, Joonnie, suéltame —Kang luchó contra los amarres de sus manos y las piernas, pero era inútil, estaba atado y a merced del omega.

—Los alfas malos no pueden reclamar nada —aunque las palabras del pecoso eran suaves, había rencor en su voz, Kang supo que la había cagado y ahora pagaba el precio de su descuido.

Ver como el omega pecoso jugaba y hacía lo que quería con su polla, para él era una tortura. Pues Seojoon se tomaba su tiempo, besando y lamiendo su extensión lentamente, concentrado en su propio placer, y dejándole con ganas de más.

—Tu polla me encanta, la he extrañado tanto —el pecoso ronroneó de puro gusto, frotando su mejilla contra ese mástil carnoso y caliente, lamía con cariño absorbiendo el pre-semen que chorreaba de la extensión.

Seojoon metió la polla a su boca y chupó, utilizó unos dedos para masturbar la base. El omega movió su cabeza de arriba a abajo, embistiendo con su boca y masturbando con sus manos, y cuando sintió que el alfa estaba por correrse, sacó la polla de su boca y la soltó.

—¡Maldita sea! —Kang sintió sus bolas doler, estuvo tan cerca, pero a la vez tan lejos. Su liberación fue detenida unos segundos antes de que ocurriera—. J-Joonnie... Déjame correrme.

—A los alfas malos no se les permite exigir —Seojoon se sentó sobre la piernas del azabache, tenía puesto solo una pequeña bata casi transparente que se le pegaba como una segunda piel a su cuerpo—. Kang es un alfa malo.

Se agachó un poco dejando un besito tierno sobre la punta rosada de la polla, después se volvió a erguir y subirse más sobre el alfa. Se sentó sobre su pelvis, con su trasero, desnudo y mojado, frotando la erección.

—Está tan caliente alfa, la extraño dentro de mí —Seojoon alzó sus caderas y alineó el glande de la gran polla contra su agujero rosa, presionó y bajó lentamente.

Para Kang fue una tortura, lento, demasiado lento, quería meterse de una sola estocada dentro de ese delicioso calor apretado, pero no se podía mover.

Era Seojoon quien tenía el control sobre todo allí, el pecoso podía sentir, centímetro a centímetro, como sus paredes se abrían lentamente, siendo llenado por esa venuda polla. Dió un suspiro cuando al fin estuvo dentro, era exquisito y la sentía palpitar.

—Tan bueno para mi, tan dura —un gemido lastimero salió del azabache cuando Seojoon se movió de forma circular, apretando a propósito su interior.

—J-Joonnie... —Kang estaba frustrado, y muy jodidamente caliente, había pasado un tiempo desde que había entrado en ese delicioso agujero de placer, quería tomarlo, quería llenarlo y llevarlo al éxtasis.

Pero solo podía ver y sentir como el omega tomaba solo lo que quería, dándose placer a sí mismo, moviendo sus caderas tan lento y doloroso para él.

—Te dije Song Kang, te lo advertí y me haz vuelto a dejar solo —Seojoon dió un par de sentones particularmente fuertes y después volvió a lo lento—, ahora estoy muy enojado contigo, has sido un alfa malo.

Seojoon colocó sus manos en el pecho del azabache, teniendo más firmeza a la hora de dar sus pequeños y lentos sentones, ni siquiera llegaba a la mitad de la polla de Kang y ya volvía a bajar.

El azabache quería ir más profundo, más rápido, más fuerte, y Seojoon lo sabía, podía ver en su rostro la muecas de angustia y placer cortado, eso solo lo hacía sentir poderoso.

¡Él, un simple omega teniendo en su poder a un alfa dominante de sangre pura, líder de una gran organización mafiosa!

No estaba seguro de cómo funcionaban las cosas, pero de lo que sí estaba seguro era que los enemigos del azabache estarían partiéndose de risa si se llegaban a enterar de eso.

Seojoon sonrió con malicia, mostrando sus pequeños colmillos, movía sus caderas un poco más alto, pero los movimientos se volvieron más lentos en contraste.

—¿Te gusta Kang? —Seojoon preguntó sin quitar su sonrisa, Kang solo podía verlo y jadear con dificultad, esa pequeña fiera lo estaba volviendo loco.

Kang sabía que Seojoon era alguien igual que él, aunque tuviera esa fachada de niño bonito, a esa pequeña pantera le encantaba ver a sus víctimas sufrir. El azabache movió sus brazos, pero solo sintió el tirón de las esposas en sus muñecas.

—Joonnie… —a Kang no le gustaba rogar, nunca lo había hecho, ni siquiera a su madre, ¡Él era quien daba las órdenes y mandaba! Nunca tuvo que rogar por nada, pero ahora, eso lo tenía difícil—. J-Joonnie, por favor...

Kang sintió como sus ojos se llenaron de lágrimas de frustración, no podía más con ese movimiento tortuoso que le daba el omega. El azabache sintió como la mano del pecoso acunó una de sus mejillas, poco a poco vió como acercaba su cabeza, hasta rozar sus narices.

—Solo si prometes no volver a dejarme, sé que tienes trabajo, pero también debes sacar tiempo para ti y para nosotros —Seojoon dejó un pequeño beso en los labios del azabache, aunque no se conformó con eso, tomó el rostro del alfa entre sus manos y le besó de nuevo, pero era un beso profundo el cual dominaba.

Después del beso Kang sintió como el omega movía sus caderas más rápido, y más. profundo. Fue un alivio para su polla, al fin tenía algo de placer delicioso, miraba como su omega saltaba cual conejo sobre su regazo.

—¿Y b-bien Kang? —Seojoon gimoteó arqueando su espalda cuando la polla golpeó con fuerza su próstata, aún así no bajó el ritmo de las embestidas.

—¡L-Lo prometo! —el azabache exclamó de manera entrecortada cuando sintió como el interior caliente del omega se apretó más—. ¡Ahora suéltame, quiero tocarte!

Kang sonrió internamente, cuando Seojoon lo hubiera soltado lo iba agarrar de la caderas y hundiría su polla dentro de él cuanto quisiera. Pero Seojoon solo le miró, con un brillo perverso en los ojos, y supo que no lo tendría tan fácil.

—¡Los alfas malos no tienen el derecho de tocar a sus omegas! —el castaño se movió más fuerte aún, casi saltando más arriba de su polla, Kang solo pudo gemir ronco ante la sensación—, te montaré hasta que tu nudo salga.

El pecoso se movió con rapidez, metiendo toda esa larga extensión dentro de su paredes húmedas, el lubricante que salía de su interior bajaba a sus muslos y ayudaban con el sonido morboso y mojado de las pieles al chocar.

Seojoon gimió fuertemente cuando sintió su liberación, arqueó su espalda y tuvo que poner una mano detrás suyo sobre una pierna del alfa para mantener el equilibrio. Hilos blancos salieron de su pequeña polla y mancharon el pecho del mayor.

Kang también sintió su liberación, al ser apretado de manera deliciosa por el omega, lo llevó hasta su eyaculación, llenó el interior del pecoso con hilos pesados y viscosos de semen.

El pecoso estaba complacido con eso, le encantaba la sensación de ser llenado por esa deliciosa semilla, pero aún quería más, movió sus caderas de arriba a abajo, haciendo que se pusiera dura de nuevo.

—J-Joder. ¿Seré solo tu juguete para follar? —Kang preguntó, había acabado de correrse y el pecoso ya lo estaba montando de nuevo, la sobre-estimulación era hilarante, su polla moriría en cualquier segundo si lo seguían usando de esa manera.

—¡Sí, Kang es un alfa malo y será usado como consolador hasta que aprenda su lección! —Seojoon estaba perdido en su placer, gimiendo con la boca abierta y la lengua afuera, como toda una puta.

Kang deseaba poder romper esa esposas que lo tenían sujeto y poder enterrar sus dedos en las caderas del castaño, o en ese trasero redondo que rebotaba contra sus bolas. Pero era un alfa malo y estaba siendo castigado, sin tocar, ni llevar el ritmo, sin poder hacer nada más que sentir y mirar.

No descuidaría a su omega nunca más. Aprendió a la mala que con su pequeña fiera debía tener cuidado.

Seojoon se acomodó de una manera en que sus piernas estuvieran al frente, apoyó sus manos sobre las rodillas del alfa, y le dejó una perfecta vista de cómo entraba y salía en él, empezó a mover sus caderas haciendo que todo el lubricante y semen saliera, resbalando por todas partes.

—¿Te gusta la vista alfa? —preguntó el pecoso, sintiendo como la gran polla se ponía cada vez más y más dura en su interior, al parecer si le gustaba lo que miraba.

—Quiero tocarte, Joonnie —Kang estaba en el cielo y el infierno al mismo tiempo, quería tocar, quería agarrar, pero su cruel omega no se doblegaba ante sus súplicas y no le dejaba hacer nada.

Seojoon no respondió, pero su sonrisa maliciosa seguía en su rostro, siguió moviendo sus caderas, aumentaba la velocidad de vez en cuando, y siguió así hasta que pudo correrse de nuevo, llevando a Kang a su segundo orgasmo.

Después el pecoso volvió a su posición inicial, Kang podía ver el sudor escurriendo por su cuerpo, sus pezones rosados estaban hinchados, y un poco mojados por su leche.

Kang quería pegar su boca allí y beber, chupar esos pezones hasta que estuvieran secos, pero sabía que él mismo se ganó estar así, atado, sus manos estaban dormidas y ni qué decir de sus piernas.

Seojoon volvió a saltar sobre su polla, enterrando sus uñas a los costados de su pecho, gemía desordenadamente con una expresión absolutamente de placer, no mentía cuando dijo que sería usado solo como su juguete.

—La polla de alfa es deliciosa, me llena tanto —el pecoso dijo entre gemidos y jadeos, sentía el nudo del alfa formarse, pronto se ensancharía dentro suyo y lo llenaría de más semilla.

Ese pensamiento solo le hizo moverse más rápido y fuerte, quizás se había pasado en el castigo, pero Song Kang debía entender varias cosas sobre él, no podría simplemente dejarlo de lado por culpa de su trabajo.

Cuando el nudo de Kang creció por completo llevó al pecoso al éxtasis, se había corrido tanto antes que ahora solo pudo tener un orgasmo en seco, los temblores de su cuerpo y espasmos le hicieron acostarse sobre el pecho del alfa, mientras que este llenaba nuevamente su interior con más semen caliente.

Seojoon besó con cariño el mentón del azabache, antes de estirarse y sacar las llaves de las esposas que estaba en el cajón al lado de la cama, liberó las manos del de ojos ámbar y se volvió a dejar caer sobre su pecho para descansar.

—Quiero mimos —Seojoon exigió y Kang se rió por lo bajo, rodeándolo con sus brazos.

—¿Quieres mimos despues de que me usaste como un puto dildo? —el azabache preguntó divertido, quería ponerse en otra posición para descansar mejor, pero sus piernas seguían atadas.

—Si —fue la respuesta que le dió el pecoso mientras le miraba con sus ojitos oscuros, batiendo las pestañas de manera inocente, como si no lo hubiera acabado de montar hasta el cansancio.

-—Pequeño descarado —el azabache gruñó, pero aún así pasó suavemente sus manos por la espalda del pecoso, y dejó un beso sobre su frente.

Seojoon solo disfrutó de la mañana así, después tuvieron que bañarse y volver a lo que hacían, el pecoso pasó el resto del día con su pequeño Sungchan. Y después en la noche, incluso el mismo Mingyu le había agradecido por haber bajado la irritación que tenía el alfa dominante.

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