━━━Capítulo 02 | Espera Eterna y Paranoia
El lunes por la mañana tuvo que volver al trabajo, estaba más descansado, pues se la pasó el sábado y domingo sin hacer nada, también tomó algunas píldoras para el dolor.
Estaba vestido con su traje de oficina, JongSuk no tenía ninguna reunión importante esa semana así que sería tranquila.
Seojoon tomó un sorbo de su café caliente mientras sostenía unos papeles en sus manos, el pecoso trabajaba como secretario personal de Lee JongSuk, el líder de la empresa Lee. La cual heredó de su padre, era un joven alfa de cabellos oscuro que no pasaba de sus treinta, estaba casado hace un par de años con una hermosa Omega llamada Jieun.
JongSuk le contó que ellos se habían conocido una vez que la familia de la omega, habían hecho una reunión con ellos. El alfa no había podido no quedar enamorado de la belleza de la chica, desde ese momento la había comenzado invitar a salir. Seojoon apenas estaba comenzando su trabajo como secretario cuando ellos estaban saliendo, le gustaba ver al alfa tan soñador y con una ligera sonrisa en los labios todo el día. Y eso era mucho, pues el alfa no era alguien que sonriera demasiado. Dos años después de que estuvieran salieron, se casaron, él estuvo el día de la boda, fue muy bonita. Ayudó a Jieun con la preparación y el vestido, el vestido de novia fue uno color blanco, largo al suelo con un velo largo también, ella se miraba muy bien en el vestido, resaltaba su figura.
Después de eso todo fue viento en popa, la vida de casado de JongSuk y Jieun iba bien, algunas discusiones pequeñas, pero no eran nada grave.
—Buenos días Jun —el pecoso alzó la vista de los papeles y miró a su jefe con una gran sonrisa.
—¡Buenos días, Hyung! —saludó y sin quitar su sonrisa, tomó de su escritorio algunos papeles ya revisados y sellados para entregarlos al alfa— Ten, ya tengo ésto listo, Inyeop me trajo también su parte.
El mayor asintió y se acercó para tomar los papeles, cuando lo hizo, no pudo evitar arrugar su nariz al sentir el ligero aroma de alfa que emanaba el pecoso, tenía el olor impregnado en él.
—¿Conseguiste pareja, Jun? —lla pregunta hizo sonrojar al pecoso, Seojoon sabía que el aroma de Song Kang aún estaba en él, y no se iría por completo hasta dentro de unos días más.
—Hun, no la verdad, solo salí el fin de semana... Ya sabes… —Seojoon habló en un murmullo con su rostro rojo, jugaba también con sus dedos de manera tímida.
—No deberías estar con cualquiera, si te sientes estresado deberías decirme para que te dé algunas vacaciones —Seojoon asintió apenado ante lo dicho por el alfa, JongSuk tenía con él algún tipo de síndrome de "Hermano mayor" y lo cuidaba como tal—, pero bueno, no soy quien para mandar tu vida, solo digo que te cuides.
Seojoon le sonrió con comprensión al mayor, le gustaba en cierto punto ser importante para alguien como JongSuk, sentía que era el hermano que nunca tuvo, alguien que estaría para él cuando estuviera en un momento difícil.
—No te preocupes Hyung —el pecoso volvió a su trabajo y el alfa al suyo, no sin antes dar un asentimiento no muy convencido.
Seojoon pasó su día sumergido en papeles, algunos contratos y llamadas, la empresa Lee era grande, siempre habian muchos contratos y socios nuevos. La paga era buena y el personal también era agradable, aunque entraba temprano y salía casi a la noche, aunque tenía un fin de semana libre cada mes.
Era algo bueno, un buen puesto, y el pecoso no se quejaba de ello, más bien había tenido suerte en encontrar un trabajo como ese, su jefe era como si amigo y hermano y sus compañeros amables.
Cuando el pecoso vió que ya era su hora de salida se estiró, levantando sus brazos, y dió un bostezo por el cansancio, ordenó su escritorio y tomó los últimos papeles que había revisado, fue hasta la oficina del alfa y tocó la puerta ligeramente.
—Pasa —fue lo que se escuchó y entró con confianza, el alfa estaba atendiendo una llamada, y por su tono de voz seguro que era su esposa al otro lado de la línea—. Sí, sí, bocaditos de fresa con chocolate y pastel de arándanos, bien, te veo en un rato.
Seojoon alzó una ceja divertido y sonrió, vió como el mayor dejaba el celular en el escritorio y sonreía con ternura.
—¿Antojos por dulces? —preguntó poniendo los papeles en el escritorio del alfa, siendo tomados por este.
—Sí, últimamente son más constantes, pero bueno, su abuela ya me advirtió de eso —JongSuk habló soltando un ligero suspiro, los cambios de humor y antojos era algo normal esos días, pero nada de qué quejarse, es más, estaba contento de vivir esa linda experiencia.
—Suerte con ello —deseó el pecoso y después se dirigió a la salida—, ya me voy, nos vemos mañana.
Seojoon salió de la oficina del alfa y fue por los pasillos hasta el ascensor, recordó que antes de ir a su departamento tenía que pasar por la tienda de conveniencia, le hacía falta cosas en la alacena y no la había abastecido ese fin de semana.
El pecoso bostezó de nuevo poniendo una mano en su cuello, hizo una ligera mueca al tocarse una marca de mordida que había allí, se sonrojó al recordar parte de esa ardiente noche. Varias marcas en su cuerpo no se habían ido, y estaba seguro que no se irían por completo. hasta el otro fin de semana, las que más le iban a durar serían las mordidas, y tenía muchas de esas por todo su espalda, hombros, y algunas en el cuello. Quizás Song Kang se pasó un poquito con su cuerpo esa noche, aunque, tampoco era como si se hubiera quejado mucho, pues lo único que recuerda bien es haber gemido como toda una estrella porno esa noche. Esos pensamientos le avergonzaban y excitaba al mismo tiempo, no era muy propio de él hacer esas cosas, pero debía admitir que fue la mejor noche de su vida.
Seojoon sacudió su cabeza sacando esos pecaminosos pensamientos de su mente, el pecoso salió hacia el estacionamiento por su auto y condujo de vuelta a su departamento, cerca de su hogar, en esa misma dirección quedaba la tienda, así que no tenía que desviarse de su camino para comprar, iba concentrado en el camino, sin notar el auto negro que lo seguía desde no muy lejos. Cuando el pecoso paró para hacer su compras sintió una mirada en su espalda, pero al voltear no sé encontró con nadie, sentirse vigilado era algo paranoico, ¿no? Quizás solo era su imaginación dándole una mala pasada. Se encogió de hombros y fue hacia el interior de la tienda, pasó por el pasillo de la comida instantánea y compró varias de esas, los ramen picosos estaban entre esas compras.
Llenó su canasta con todo lo necesario, y que se acordaba que necesitaba, por último pasó al pasillo en donde se encontraban los dulces, habian muchos tipos para escoger, galletas de chocolate rellenas con vainilla, algunos helados de varios sabores en los enfriadores, lo pensó un poco.
Se suponía que estaba a dieta, pero al final terminó agarrando varios tipos de galletas de chocolate rellenas, algunos helados. Cuando ya se iba a ir miró en un estante, había una caja de caramelos de jengibre, mordió su labio inferior y al final terminó tomando la caja. Fue a pagar y salió de la tienda con las manos llenas, las bolsas de sus compras estaban algo pesadas, por suerte solo tenía que ir hasta su carro.
Acomodó sus compras en el asiento del copiloto, no resistió la tentación de sacar un caramelo de jengibre para comérselo, el dulce y picoso sabor del caramelo llenó su su boca, era delicioso, aunque quisiera que tuviera un toque a quemado, pero con eso le bastaba. No perdió más tiempo y encendió el auto, tenía que ir a su apartamento rápido para que sus helados no se fueran a derretir.
En cuanto llegó a su hogar lo primero que hizo fue meter sus helados en el refrigerador, después acomodo lo demás, fue a darse una ducha corta y cambió su ropa por una pijama cómoda. Puso a hervir agua para su ramen instantáneo, no pasó mucho para que el agua hirviera y pudiera comer, se fue a su sofá, encendió la TV, relajándose lo más posible.
"Hoy, se ha revelado información de que un grupo de asesinos han sido capturado, no se sabe quién fue el que delató la ubicación de su paradero, solo se le agradece, pues esos criminales se encuentran ahora tras la rejas, la organización atrapadas había sido la liderada por el alfa a quién apodaban como el destripador, perpetrador de muchos delitos y muertes..."
Seojoon miraba las noticias del día mientras comía sus fideos tranquilo, estaba agradecido con el que había dado la información sobre el destripador, habían atrapado a ese asesino peligroso, antes había oído reportes en donde le estaban buscando desde hace mucho, pero no habían dado aún en el centro de la organización.
El pecoso terminó su cena y después apagó el televisor, echó el bote de ramen a la basura, fue por algunos caramelos de jengibre antes de irse a su habitación. Solo habían pasado tres días, decir que no estaba ansioso era mentira, quería ir lo más pronto posible a una farmacia para comprar una prueba de embarazo, aunque sabía que no iba a dar resultados, pues solo lo había hecho dos o tres semanas después.
Comer caramelos de jengibre le calmaba un poco, se quedó un rato en su cama mirando sus redes sociales en su celular mientras comía los dulces, después cuando terminó, fue a lavarse los dientes para dormir al fin.
Sabía que esas dos semanas le iban a parecer una eternidad, pero tenía que ser paciente, le sería dificil, y no podía estar más ansioso de saber si tenía una pequeña criatura creciendo en su vientre.
Seojoon sonrió con ternura colocando una mano sobre su vientre plano, acarició ese punto con delicadeza sin quitar su sonrisa llena de emoción.
—Pronto te tendré conmigo —murmuró con sueño, quería y deseaba, por todo los dioses que conocía, tener esa criaturita, un pequeño pedazo del Alfa con quién estuvo, de verdad quería esa parte de él.
Dejó que el sueño lo envolviera, debía dormir bien, además de que también tenía que cuidarse más de ahora en adelante, todo por su pequeño cachorro.
Tal y como lo había predicho, esas semanas se volvieron insufribles, la ansiedad carcomía su cuerpo más y más con cada día que pasaba, todo el tiempo le daban ganas de ir a comprar la prueba de embarazo, pero se había puesto el tiempo para hacerlo, y no lo haría antes.
Cuando al fin había pasado el último día de la tortuosa espera, fue inmediato a la farmacia más cerca de su hogar, ni siquiera había llevado su auto y prefirió caminar, casi correr, al lugar. Se detuvo al frente, muy nervioso y ansioso, jugó con sus dedos mientras se mordía el labio inferior, estaba muy preocupado.
¿Y si la prueba salía negativa?
Era lo que más rondaba en su mente ese momento, ese pensamiento le daba las ganas de darse la vuelta en irse a casa, no quería llevarse una decepción, estaba seguro que si la prueba daba negativa le podría dar hasta un mal, se quedaría en casa llorando toda una semana antes de poder volver a su vida cotidiana.
Debía dejar de ser tan pesimista, pero su cabeza siempre le traía ese tipo de cosas, sabia que podía mandar a su propia mente, pero a veces no se podía controlar, y estaba más que seguro que esa era una de esas veces.
Sacudió su cabeza tratando de tomar valor y echar lo más lejos posible esos pensamientos depresivos, entró en la farmacia y fue hasta la beta quien atendía el lugar.
—Hum... Buen día, ¿me podría dar una prueba de embarazo? Por favor, que sea cien por ciento confiable —pidió con un sonrojo en el rostro, jugaba con su dedos nervioso, y le sonreía lo mejor posible a la beta.
—Claro —la mujer miró la emoción en pintada en el rostro del omega y sonrió cálidamente, seguro que estaba tratando de tener un cachorro desde hace mucho y ahora estaba lleno de nervios por saber si al fin había podido cumplir su deseo, por ello, buscó la prueba más confiable y se la pasó—, ésta es las más segura, solo sigue las instrucciones que dice en la caja.
Seojoon tomó la cajita alargada y le sonrió a la beta con gratitud, pagó para después salir del lugar casi corriendo de nuevo, no se detuvo hasta llegar a su apartamento y correr al baño.
El pecoso leyó y siguió todos los pasos que decía la caja en donde venía la prueba, al final debía esperar tres minutos para saber el resultado. Cada minuto le pareció un año, cada segundo que pasaba le daba más nervios, miraba el reloj sin perderse ningún detalle, parecía como si el tiempo se hubiera vuelto más lento a propósito.
No se atrevía a mirar el resultado antes de lo acordado, mordía sus uñas por la impaciencia y cuando al fin pasó los tres minutos tomó la prueba, dando una respiración profunda tratando de calmarse.
Cerró los un momento y después los abrió mirando el resultado, sus ojos se llenaron de lágrimas y se apegó a la pared del baño deslizándose hacía el suelo.
—Voy a ser.. seré... —murmuró el pecoso aún sin creerlo mirando las dos rayitas en el pequeño aparato—. Voy a tener a mi cachorro.
Estaba feliz, tan feliz que la prueba positiva parecía casi irreal, de verdad tenía una pequeña criatura creciendo en su interior, y dentro de unos meses iba a poder conocer a su pequeño cachorro.
Sollozó de pura felicidad, trató de quitarse las lágrimas del rostro, pero éstas no paraban de salir. Debía darle la noticia a su mamá, también debía preparar una habitación para su pequeño, comprarle su cuna y muchas otras cosas más.
También debía decirle a JongSuk, y a sus demás amigos, aunque una parte suya estaba segura que JongSuk iba a querer buscar al padre de su pequeño para castrarlo, pensar en eso le sacó una pequeña risa.
El Lee no tenía ni idea de que se acostó con el primer alfa que llamó su atención exactamente para eso, para quedar en cinta y tener a su pequeño creciendo en su vientre.
Seojoon terminó de limpiar su rostro, echó la prueba a la basura, salió del baño y fue directo a su refrigerador, iba a celebrar con helado, ya por la mañana le contaría a sus amigos y después organizaría una cena con su madre para darle la noticia.
Después de comerse el helado se echó a su cama, dió vueltas en ella y abrazó una almohada como si su vida dependiera de ella, aún no podía creerlo del todo, aunque se había echo la prueba saliendo positiva, su emoción era muy grande.
Su omega interior estaba feliz y ronroneaba tranquilo, el también sabía que la pequeña criatura crecía en su vientre, quizás lo sabía un poco más antes que el mismo, pues había estado más tranquilo esos últimos días.
Seojoon sabía que el embarazo no iba a ser fácil, tendría sus efectos secundarios, pero no le importaba mucho la verdad, estaba bien con eso, sabía que era algo completamente normal.
Pero lo que si le preocupaba un poco sería su propia necesidad, pues un omega en cinta necesita de su alfa, necesita del aroma de éste. Tendría que luchar contra ese impulso, contra las ganas de buscar al alfa y pegarse a su cuello, estar en vuelto en su aroma. Sabía que no podía, ni siquiera sabía en donde estaba, no sabía nada de él, solo su nombre. Solo sabía que era un alfa de alto rango quien buscaba un poco de diversión esa noche, seguro que ya tendría a otra u otro omega que le calentaba su cama. Puede que incluso esté comprometido o con alguna familia, pues no era tan raro que los alfas hagan ese tipo de cosas. Su propio padre lo abandonó apenas se estaba gestando en el vientre de su madre, quien le diría con seguridad que ese alfa no haría lo mismo, o puede que incluso pudiera pasar algo peor.
El mundo no era un lugar mágico, ni muy bonito, habían tantas cosas malas como buenas, puede que incluso hayan más malas que buenas, muchas personas en el mundo solo se aprovechan de los demás. Personas que hacen daño, que matan, torturan y violan, sabía que el mundo era un lugar muy peligroso, daba gracias que en su vida no había ocurrido nada eso.
Tuvo una vida tranquila la verdad, solo en la secundaria fue víctima de bullying, pero no pasó mucho, después entró a la universidad y conoció a sus amigos. Y pensando en amigos, ya se imaginaba las reacciones de Inyeop y Hansa cuando les contase, sabía que el peli-rosa se iba alegrar bastante pues le había mencionado alguna vez que quería un cachorro, en cambio Inyeop sería algo más severo cuando supiese que iba a ser madre soltero.
Seojoon bostezó lleno de sueño, después se preocuparía por las reacciones de sus amigos, ahora solo quería dormir, ya en la mañana le diría a JongSuk primero, sonrió de manera nerviosa al pensar en eso.
Justo como se lo había planteado, iba a decirle, más no sabía cómo, llevaba rato mirando a la nada, ni siquiera miraba los papeles que tenía al frente, estaba sumergido en sus pensamientos buscando la mejor manera de decirle a su jefe y amigo que estaba esperando un cachorro.
Ahora estaba más que nervioso por la reacción de JongSuk. Seojoon tomó una respiración profunda, tomó unos papeles que había, a dura penas, revisado y se encaminó hacia la oficina del Lee.
Tocó la puerta y esperó un momento para recibir la afirmación para entrar, entró al lugar y se dirigió aparentando estar lo más normal posible.
—Los Kim aceptaron el contrato, empezarán con el proyecto la próxima semana —informó el pecoso dándole los papeles correspondientes del contrato. JongSuk asintió, estaba mirando los papeles detalladamente, tenía que estar seguro de todas las condiciones que habían en ellos por el contrato—. También quería decirte: ¿sí, me dejabas un dia libre para ir al médico? Tengo que consultar con mi doctor para saber que puedo tomar en mi embarazo —listo, ya había soltado la bomba, ahora solo le tocaba no morir a manos de su amigo.
Seojoon tragó saliva cuando vió como JongSuk levantaba la cabeza de los papeles y le miraba fijamente.
—¿Qué? —preguntó el alfa. Creyó que había escuchado mal, pero el pecoso parecía nervioso, así que descartó el haber escuado mal lo que había dicho— ¿Como y cuando? No tienes ni pareja… —fue como si un foquito iluminará la mente de JongSuk en ese momento, pues el alfa abrió los ojos atando cabos sueltos, unió la piezas del rompecabezas. Seojoon vió como su amigo colocó una mano en su cien para masajearla—. ¿Conoces el padre? —JongSuk preguntó, recibiendo una mueca de "tal vez"— fue cosa de una noche, ¿verdad?
—Sí, solo lo conocí esa noche y sabía que era solo una aventura —respondió el pecoso, no estaba orgulloso de eso, pero había logrado su cometido—. Y yo quiero al cachorro, por eso pregunto si ésta semana me podrías dejar un día libre para ir al médico.
En parte Lee pensaba que era una broma del mal gusto, pero su otra parte estaba seguro que no lo era, lo que decía el pecoso era cierto y su mirada decidida lo confirmaba.
Había escuchado mencionar de él el querer un cachorro, pero no se había imaginado que fuera hacer algo como eso para tenerlo. Sabía que el omega era alguien recio para las relaciones, y en los cuatro años que llevaba de conocerlo nunca le había visto salir con nadie, quizás debió esperarse algo como eso.
Y ya estaba en cinta, no podía decirle más que un par de sermones y nada más, el cachorro no se iba a ir del pecoso, y menos si él lo quería.
—Espero sepas lo has echo, aunque tengo el presentimiento de sabes exactamente lo que hiciste —JongSuk se cruzó de brazos mientras colocaba su espalda en el respaldo de su silla—, puedes tomar un día de ésta semana para ir al médico, no tenemos nada importante, tampoco ningún viaje, así que hay tiempo.
Seojoon escuchó y sonrió agradecido por la compresión de su amigo, dió las gracias y salió de la oficina del mayor a la suya. Ahora debía preparar una cena con su madre para darle la noticia, seguro que ella se iba a poner muy feliz.
Cuando Seojoon salió del trabajo ya había logrado muchas cosas ese día, le había contado, por teléfono a su amigo Hansa la noticia, el omega vivía con Inyeop, su alfa, los dos estuvieron muy sorprendidos y le hicieron un sin fin de preguntas.
El omega peli-rosa, haciendo un drama innecesario, dijo que se sentia traicionado por no haber contado que había estado viéndose con alguien, aunque tuvo que explicarles que no estaba con nadie, y como se lo esperó Inyeop no tuvo pelos en la lengua para decirle que eso fue algo inmoral, y que debía buscar el padre del cachorro.
Aunque Seojoon amablemente le dijo que fue su completa decisión y no se arrepentía de nada. En otras palabras lo envío al diablo.
El pecoso iba con una sonrisa en sus labios mientras conducía. El día siguiente iría al hospital y después hablaría con su madre, mientras más pronto mejor, así ella también estaría al tanto de su estado, además tenía que pedirles consejos de cómo sobrellevar el embarazo.
Seojoon miró por su espejo retrovisor, frunció el ceño al reconocer un auto negro, no estaba muy lejos del suyo, lo había visto un par de veces antes.
Su lado razonable se hizo presente, iba hacia la zona de departamentos, seguro que era alguien quién vivía en esa misma calle, después de todo, esa hora siempre salían de trabajar, al menos él. Quizás la otra persona también salía del trabajo a esa hora, e iba por su mismo camino a su apartamento.
—Estoy siendo paranoico —murmuró para si mismo con algo de gracia, aunque no podía negar que desde hace días se ha estado sintiendo observado. Pero no debía ser nada, pues nunca notaba nada raro a su alrededor, no tenía ni la menor idea de porqué se sentía así, siempre como si alguien estuviera al pendiente de sus pasos, quizás su mente imaginativa y paranoica le estaba haciendo una mala pasada, ya se estaba haciendo cosas en donde no las había, como siempre le sucedía.
Al llegar a su apartamento, se dió un buen baño relajante con muchas burbujas y después pasó a la cocina, se haría un delicioso bulgogi para cenar.
Miró sobre el mesón de su cocina, el pequeño muñeco de Satoru Gojo estaba un poco movido de su puesto, le pareció raro pues no sé acordaba de haberlo movido de lugar.
—Señor Satoru, no puede moverse de allí, se supone que debes de proteger mi cocina —Seojoon colocó el muñeco en su puesto habitual, despues se dispuso a hacer su cena, buscó su delantal rosa pastel, con un conejito verde en el cetro—, bien, hora de trabajar.
El pecoso se movió por la cocina tarareando una canción que escuchó por allí, buscaba tranquilamente los ingredientes para su bulgogi.
Después de haber picado todo y tenerlo cocinando buscó su celular y marcó el número de su madre, no pasó mucho para que su llamada fuera contestada.
—Seojoon, ¿pasó algo cariño? Es raro que llames entre semana —la voz de su madre sonó al otro lado de la línea y sonrió, tomó uno de los caramelos de jengibre, que tenia en todas partes por si le provocaba uno, destapó el envoltorio y lo comió.
—No ha pasado nada malo, mamá. Es todo lo contrario, quería preguntar si mañana tenías la tarde libre para cenar contigo, hay buenas noticias —el pecoso habló con la emoción notable en su voz, siendo notado por su madre.
—Para que estés tan feliz tiene que algo bueno, ¡Bien, yo haré una deliciosa cena y esperaré a que llegues! Aunque no sé qué vamos a celebrar exactamente.
—Eso tendrá que esperar hasta mañana, mamá —chilló el pecoso de manera juguetona mientras tomaba otro caramelo y lo miraba, el dulce de color naranja, casi rojizo le hizo sonreír en grande—, verás que te va a gustar la noticia.
Después de eso solo hablaron un poco más y el pecoso dejó la llamada para terminar su bulgogi, las cosas iban de bien a mejor, ahora con su pequeño en su vientre solo le tocaba esperar los meses para tenerlo en sus brazos.
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