Dos años habían pasado ya, Bob finalmente se había quedado en la casa de Amy, ayudándola en el restaurante para que así la chica pudiera cumplir su sueño. 

En un domingo por la mañana, Bob se encontraba en el bosque con Ava , la cual le había hecho un nuevo traje. Este era de una tela mucho más fina,  abarcaba todo su cuerpo. Esta se abrochaba con un cinturón cuya hebilla le llegaba hasta debajo de los bíceps, teniendo una gran "S" de símbolo. Las muñequeras eran de un color negro, los cuales le llegaban al codo. Las botas eran del mismo color y le llegaban por debajo de la rodilla. Todo esto acompañado de una gran capa color azul. 

—¿Qué te parece? —le preguntó Ava viéndolo por detrás. 

—Bien pero. —Bob tomo su capa y la levantó para ver sus glúteos —. Esta un poco ajustado en...

—Lo sé —respondió Ava mordiéndose el labio. 

Bob solo dejo caer su capa algo molesto para que la amiga de Amy no lo siguiera "admirando". 

—Bueno —exclamo el futuro héroe—. Es hora de ver si aguanta el vuelo —exclamo preparándose para volar. 

—Ah no —reprocho Ava—. Si te hice tu traje me debes un favor —dijo sonriendo. 

—No tendré sexo contigo —exclamó Bob.

—Todavía no aprendes a no decir lo primero que piensas, ¿verdad? —le preguntó Ava. 

—Lo siento —se disculpo Bob—. "Pero en verdad no quiero". 

—Realmente, hay un sueño que tengo desde niña —prosiguió Ava mirando los pájaros. 

...

Momentos después, Sentry volaba por encima de los árboles mientras sostenía los brazos de Ava.

—Oh dios, oh dios —decía emocionada moviendo las piernas. 

—Te recomiendo cerrar la boca —le aviso Bob. 

—¿Por qué? —preguntó Ava antes de que un mosco se le metiera a la boca—. Tengo un mosco en mi garganta, Dios, ¡asco!

—Por eso —prosiguió el héroe dorado. 

—¿Crees qué puedas llevarme a mi casa? —preguntó Ava algo emocionada.

Bob solo giro los ojos antes de dar la vuelta en dirección al hogar de Ava, tomando un poco más de velocidad. 

...

Amy momentos después, se encontraba sentada en su sillón, mirando la foto de Metrópolis; melancólica. Pronto escuchó a alguien entrar por el segundo piso. De seguro sería Bob. 

—Mira el traje que me hizo tu amiga —decía este bajando las escaleras—. ¿Amy? 

—Ya lo tengo —exclamó Amy. 

—¿Tienes qué? —preguntó Bob. 

—El dinero; el dinero para ir a Metrópolis...

—Eso es genial, ¿no?

—Es que, solo tengo para uno, y... —Amy se quedo callada mordiéndose el labio.

—¿Y? ¿No era tu sueño? —preguntó de vuelta Bob. 

Amy solo se levantó para mirar cara a cara al rubio. 

—Yo, yo... —Amy no soportó más; acercándose a prisa a Bob para besarle en los labios—. No quiero dejarte —le dijo una vez se separaron—. No veo una vida que no sea con los dos —prosiguió abrazándole.

—Si ese era el problema porque no me lo dijiste.

—¿Qué? —preguntó Amy levantando la cabeza. 

—Simplemente me pides que vaya contigo y ya.

—Pero, y los boletos...

—Vuelo, ¿recuerdas? Puedo volar hasta Metrópolis y allá busco un trabajo.

—¿Y los pasaportes e identificaciones? 

—Ah... Lo veremos allá. 

Amy solo levantó una ceja. 

—Si me atrapan, nos volvemos fugitivos y viviremos en el triangulo de las bermudas.

Amy solo río volviendo a abrazarle con fuerza. 

...

Al día siguiente, Bob se despedía de todos sus compañeros de trabajo, mientras Amy abrazaba con fuerza a su tío Jeremy.

—¿Todo estará bien en mi ausencia? —le preguntó Amy.

—Tu no te preocupes —le respondió su tío tomándola del mentón—. Ahora ve y cumple tu sueño. 

Bob abrazaba a Ava, mientras esta tenía lagrimas en sus ojos, no quería que se fueran. 

—Ava —exclamo Bob. 

—¿Sí? 

—Ya me puedes soltar. 

Una vez que terminó el abrazo, Bob se giro, mirando a Jeremy caminar de manera ruda hacia él. 

—Sí es por la estufa, te juro que esta vez si explotó....

—Escúchame hijo —esbozo el tío de Amy—. Cuídala bien, porque si algo le pasa, voy a ir a Metrópolis, tomare tu cara de niño bonito, y te la voy a meter por el...

—Entendí —interrumpió Bob levantando las manos. 

En eso Amy se acercó para abrazar a Ava con fuerza. 

—Te extrañare amiga —le dijo Ava. 

Amy solo le respondió con una sonrisa. 

—¿Lista? —le preguntó Bob. 

—Casi, solo hay un lugar más al que tengo que ir. 

....

—¡Vamos madre! ¡No puedes ser tan infantil! —gritaba Amy golpeando la puerta. 

—¿Algo pasa? —preguntó Bob a sus espaldas. 

—Mi madre, no se quiere despedir. Ella nunca estuvo de acuerdo con que me fuera —le respondió Amy—. Por favor, abre. ¡Puedo hacer que Bob te venga a tirar la puerta!

—¡Lárgate ya! —respondió su madre desde adentro de la casa.

Amy solo bajo la mirada y bajo las escaleras de su antigua casa. 

—Lo siento —le dijo Bob.

—No importa... no importa...

....

Esa noche, Amy ya se encontraba en el avión; relajada en su asiento y pensativa: ¿cómo es que Bob aguantaría volar tanto tiempo?

En la parte superior del avión, Bob con su traje de Sentry se encontraba acostado boca arriba, leyendo un cómic del Capitán América. 

—¿Un superhéroe? —se decía leyendo.

....

Dos horas después, Amy bajaba del avión emocionada por llegar al Hotel que había adquirido. Aunque por su parte, Bob ya se encontraba volando por la ciudad, Amy le había dado la hora exacta de cuando la tendría que encontrar en el hotel; en secreto. Bob volaba impactado, realmente era una ciudad hermosa. Pero justo en eso un camión de pasajeros pasaba por uno de los puentes de la ciudad, esquivando de golpe a un peatón irresponsable; que al hacer la maniobra este se tumbo desde su lado derecho, rompiendo el soporte del puente y cayendo al vacío. Pero en medio de la caída llego Bob a súper velocidad atrapando el camión con sus brazos. 

—Ok, ok —decía Bob nervioso—. Con calma, con calma —exclamaba elevándose hasta la altura del puente, para así y con cuidado, soltar el gran vehículo. Así voló hacia la puerta del mismo, abriéndola a la fuerza dejando salir a la gente. Estos estrecharon agradecidos la mano del superhéroe. 

—De nada —decía Sentry—. Mucho gusto.

—Gracias muchacho —decía el conductor del camión bajando los escalones—. De verdad gracias. 

—¿Viste como cargo el camión mami? —le preguntó un niño emocionado a su madre. 

—¿Cómo te llamas hijo? —le preguntó el dueño del vehículo.

Bob solo sonrió antes de responder: 

—Soy Sentry...