Complejo de Dios
Sentry y Thor se encontraba flotando en el aire, observando fijo aquella colosal nave.
—Esa nave —exclamó Sentry—, es de mi mundo. Tengo registros que lo comprueban.
—Te creó —afirmó Thor—. ¿Creés que tengan intenciones hostiles?
En ese momento, una pequeña compuerta se abrió. De esta, salió volando una mujer de cabellos oscuros y ataviada con una armafura de guerra.
—Tú debes ser Bob-El —afirmó la mujer—. Soy Faora, teniente a las órdenes del General Zod. Es ordena tu presencia —dijo con tono seco la kryptoniana, antes de voltear hacia Thor y levantar una ceja—. Y también la tuya, sea quien seas.
—Aceptamos —afirmó Sentry.
Faora tomó la delantera de vuelta a la nave, siendo seguida de cerca por los dos rubios. Al ingresar, la compuerta se cerró.
—General Zod —exclamó Faora—. Aquí le traje a Bob-El y a su compañero.
Zod les daba la espalda, observando por un enorme ventanal. Lentamente se dio vuelta, observando con sus fieros ojos a los dos súper hombres.
—General —exclamó Sentry, dando un paso al frente—. Soy aquel que llaman Bob-El.
—Lo sé —afirmó Zod, sin moverse—. Los kryptonianos hace mucho dejamos de lado ese tipo de armas primitivas.
—¿A qué han venido?
—Por tí, Bob-El. Tu creador, Jor-El, era una gran amigo mío. Yo ayude en la que programación de las táctica de estrategia y técnicas de combate militar. En lo que ha mi respecta, eres tan creación suya como mía.
—¿Cruzaste tantas galaxias solo por mi?
—Quiero tu ayuda —afirmó Zod—. Quiero reconstruir Krypton. Quiero darle una nueva oportunidad a nuestra especie, en este mundo.
Thor fruncio el seño, temiendo a las peticiones que el militar fuera a demandar.
—No hay problema —afirmó Sentry, con media sonrisa relajada—. Este mundo necesita todos los héroes posibles.
—No vinimos aquí para ser un héroe, Bob-El —afirmó Zod—. Hemos llegado para ser los dioses gobernantes de este mundo.
—¿Qué? —preguntó Sentry, confundido.
—Visite muchos mundos antes de llegar a este, en busca de otros sobrevivientes de nuestra raza. En esos mundos, pude comprobar el poder que obtenemos los kryptonianos bajo soles amarillos. Sin embargo, este es el único mundo con sol amarillo cuya población es similar a Krypton. Por eso, será la más fácil de convertir en un nuevo Krypton.
Zod se mostraba orgulloso de sus palabras, con una pequeña sonrisa y la frente en alto.
—Seremos los dioses de este nuevo mundo. Reconstruiremos Krypton y lo haremos mejor, ¡más fuerte! —dijo mientras apretaba el puño a la altura de su pecho.
—¿Y si la humanidad no quiere qué ustedes los gobiernen? —cuestionó Thor, con el azul de sus ojos volviéndose rojo.
—Los humanos especiales, como tú, tendrán un lugar privilegiado. Los demás, no podrán revelarse ante nuestro poder.
—No soy ningún humano especial —afirmó Thor, mientras un trueno resonaba en el exterior de la nave—. Yo soy Thor, Dios del Trueno. Yo soy aquel que protege a los mortales de tiranos como tú. Ya me enfrenté a un demente tirano con poderes divinos —dijo mientras sujetaba con firmeza su martillo—. Y cayó ante los golpes de mi martillo: Mjolnir.
—¿Este hombre habla por tí, Bob-El? —preguntó Zod, con sus ojos tornándose completamente rojos.
—Krypton tuvo su oportunidad —afirmó Sentry—. No permitiré que intentes gobernar este mundo con mano de hierro. Nuestras razas pueden coexistir.
—¿Y ser sus perros falderos como tú lo eres? ¡Tú debes obedecer mis órdenes!
—No soy un arma viviente —afirmó Sentry, con sus ojos dorados y encarando a Zod—. Hace tiempo que comprendí una verdad, Zod: yo soy libre. ¡Yo puedo elegir!
—Entonces morirás con ellos.
Zod y Sentry lanzaron un puñetazo al mismo tiempo, y ambos salieron disparados, siendo el militar el que atravesó el ventanal. Sin perder tiempo, el guardián dorado fue tras él. Faora disparo su visión de calor, cosa que Thor bloqueó con Mjolnir. Sin embargo, otro kryptoniano se acercó volando por su flanco izquierdo para conectarle un golpe. Pero Thor se lo atrapó con su mano libre, provocando un temblor en la nave.
—Eres grande —dijo Thor, con media sonrisa—. Pelea grande.
Zod se quedó flotando, con algo de sangre saliendo de su labio inferior. Sentry se posó frente a él, enamando su poderosa energía.
—Pudimos reconstruir Krypton juntos, pero los elegiste a ellos. Ahora, ¡podrás llorar por ellos.
Zod se giró rápidamente y cayó en picada, disparando su visión de calor al suelo. Sin embargo, Sentry lo embistió por la espalda y le cubrió los ojos con su propia mano, soportando el dolor en este. Ambos cayeron en la calle, ahuyentando a las personas que transitaban por esta. Zod le conectó un codazo en las costillas seguido de un cabezazo en el rostro. Rápidamente lo tomó de la capa y lo lanzo hacia adelante, logrando sacarselo de encima.
—Tal vez tengas los conocimientos teóricos de como pelear —afirmó Zod—. ¡Pero yo tengo la experiencia que solo la guerra otorga!
—Aprendo rápido —afirmó Sentry.
Ambos kryptonianos se arrojaron contra el otro, juntando sus manos para empezar a forcejear. Sin embargo, la fuerza bruta de Sentry fue mayor. Tras lograr doblar los brazos del general, le propinó una patada en la parte lateral de la rodilla, provocando que este se hincara. Bob-El le conectó un rodillazo en la boca, aflojandole la dentadura, tras lo cual lo lanzo al cielo. Velozmente fue tras él, propinándole un derechazo al rostro, seguido de miles de golpes por segundo al torso. Zod escupió sangre y retrocedió, con su armadura cayéndose a pedazos. Sentry lanzo un izquierdazo, cosa que su enemigo esquivo al agacharse. Rápidamente, el General Zod le conectó un golpe en los puntos de presión bajo la axila, seguido de un gancho a las costillas. Le acertó un poderoso golpe en la nuca, tras lo cual lo tomo del cuello con el brazo y lo hizo doblarse sobre su espalda. Zod le propinó un rodillazo junto con golpes en el abdomen, pero Sentry se impulso para darle un rodillazo al rostro. Ambos guerreros se separaron, tomando un pequeño respiro. Finalmente volvieron a atacarse, bloqueando y acertando golpes cada uno, variando de técnicas constantemente. Si alguien pudiera ver el combate, quedaría asombrado al ver su despliegue de habilidades. Sin embargo, la velocidad de ambos era simplemente inimaginable.
Non lanzaba un derechazo giratorio pero Thor le bloqueó el ataque al atraparle la muñeca con la mano. Rápidamente le dobló el brazo mientras usaba su mano derecha para sujetarle del cuello, apoyando su codo en el pectoral derecho del kryptoniano. Le conectó un cabezazo en el rostro mientras pasaba su pierna derecha por detrás de la de su enemigo. Tras eso, lo arrojó con toda su fuerza al suelo. Un rayo atravesó el techo y golpeo a Non, haciéndolo atravesar varios pisos dentro de la nave. Faora atravesó un agujero en una pared y, cuando el dios empezó a voltear, le conectó un feroz derechazo a su enemigo.
—Eres un enemigo formidable —afirmó Faora, mientras Thor se levantaba—. Pero de todas formas caeras.
—Los antiguos nórdicos, aquel pueblo que me adoraba, creían que golpear a una mujer era un crimen que debia pagarse con la muerte.
—Una creencia que te llevará a la muerte.
—Es una lastima —exclamó Thor—. Eso solo aplicaba con las mujeres nórdicas.
Faora voló al ataque, pero Thor le conectó un izquierdazo con el cual la mando a volar. La mujer rodo por el suelo mientras Non se salía del agujero del suelo, con severas quemaduras en su piel.
Sentry, con su mano envuelta en energía, le conectó un gancho al estómago a Zod que le hizo vomitar sangre. Una fuerte hemorragia interna se desató dentro del general, que no pudo esquivar un golpe dirigido a su mandíbula, fracturandola. El mayor cayó estrepitosamente al suelo, perdiendo bastante sangre. Sentry aterrizó unos metros frente a él, con sangre en su traje y rostro, pero en mejores condiciones.
—¡Sr acabo, Zod! ¡No me obligues a matarte!
—Si este mundo no es mío —dijo Zod, con dificultad, mientras tocaba un botón en su muñequera—. ¡No será de nadie!
Bob dio un paso hacia adelante, pero emitió un quejido de dolor al escuchar un sonido extremadamente agudo.
Thor, aún batallando con sus dos enemigos kryptonianos, atravesaron nuevas habitaciones. Ambos soldados le conectaban feroces golpes en simultáneo, logrando sacarle sangre al dios nórdico. Cada golpe parecía sacudir la nave, hasta que un extraño dolor en sus oídos les hizo dudar. Thor aprovechó para golpear en el estómago a Non, para luego darle un puñetazo que lo alejó bastante. Faora parecía más asustada, pero inmediatamente disparo su visión de calor al rostro de su enemigo.
—Ya le cansaron —afirmó Thor.
El poderoso Thor llamó a su martillo, el cual llegó volando a su mano, y con este disparo sus rayos para apartar a la kryptoniana.
—Ya fue suficiente. Voy a acabar rápido —dijo mientras su hacha, Stormbreaker, llegaba a su otra mano.
Non saltó al ataque, pero Thor lo recibió con su poderosa hacha. Un Corte desde la clavícula izquierda hasta por debajo de las costillas del costado derecho, y el soldado cayó al suelo.
—Rindete —ordenó Thor, apuntando su Mjolnir contra Faora—. O ya no tendré piedad de tí.
Sin embargo, el rostro de Faora reflejaba terror. Thor notó que la nave seguía temblando, y al voltear, fue atacado por sorpresa.
—¿Qué fue eso? —preguntó Sentry.
—La directiva final —afirmó Zod—. Mi plan de respaldo, por si todo fracasa.
Un gran estruendo tuvo lugar, y Thor salió volando de la nave. El asgardiano cayó cerca de Sentry, perdiendo grandes cantidades de sangre debido a una herida en la cabeza.
—Bob-El —exclamó Zod, mientras algo saltaba desde la nave—. Te presentó al fin de todo: Doomsday.
—Por Dios —dijo Sentry con algo que solo podía describirse con una palabra: terror.
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