"Quitemonos la ropa'"

SENTIR

Capítulo 14: "Quitemonos la ropa"

Y así, luego de recordar todas las travesías del día, ya habían pasado exactamente dos horas desde que su padre y Trunks salieron por aquella puerta.

- Pan, por segunda vez ¿quieres dejar de dar vueltas? Te recuerdo, vas a gastar la alfombra. -dijo Videl a su hija que seguía caminando de un lado a otro.

- Mamá, por favor déjame... ha estado temblando y dudó que haya sido un evento de la naturaleza misma. -miró hacia la puerta que sonó al abrirse. -por fin. -susurró. Miró expectante a que entraran, esperando encontrar a su novio molido por los golpes de su padre y al verlos entrar abrió sus ojos en sorpresa. - ¿Papá? -susurró, no podía creer lo que sus ojos estaba viendo.

Continuará...

- Siento mucho la demora. -dijo Gohan con tono de voz ¿normal? Caminó hasta su esposa que estaba igual que su hija con el ceño fruncido y le habló suavemente. -podríamos comer algo ¿no?

Pan y Videl quedaron más sorprendidas aún, Gohan estaba pidiendo comida, señal de buen humor. Eso era extraño. ¿Qué había pasado con éstos dos? ¿Qué habían hecho en aquellas dos horas?

- Claro. -respondió Videl. Los dos caminaron hasta la cocina en silencio dejando a Pan y Trunks solos en el recibidor de la casa.

Pan se acercó sigilosamente a Trunks luego de que sus padres desaparecieran. Esto era extraño, muy extraño. Su padre estaba intacto, ni siquiera una arruga en la camisa y su novio ¿en las mismas condiciones?

- ¿Qué... pero.... no te golpeó? -preguntó aun sin creerlo.

- No. -simplemente respondió.

- ¿Qué hizo? -lo examinó de pies a cabeza.

- Hablar.

- ¿Nada más?

- No.

- ¿Seguro?

- Si.

- ¿Qué hablaron?

- Cosas.

- ¿Qué cosas?

- No te lo puedo decir.

- ¿Por qué no?

- Porque es una conversación entre Gohan y yo.

- Pero es mi padre.

- Lo sé. -Pan suspiró frustrada. -mejor vamos a la cocina yo también tengo hambre. -y sin decir o dar algún otro tipo de explicación se fue a la cocina, dejándola de pie sola y totalmente sorprendida. Le tomó unos segundos poder recuperarse cuando escuchó como hablaban allá, como si nada hubiera pasado. Ella negó con la cabeza y se fue a unir con los demás.

- Sí, unos camarones no estarían nada de mal. -dijo Trunks cuando Pan entró y los vio.

- Pan, ¿quieres camarones? -preguntó Gohan.

Ella miró a su madre para algún tipo de respuesta con el comportamiento de ambos hombres, pero ella la miró y se encogió de hombros. -esta bien.

Así Gohan, Videl, Trunks y Pan comieron y charlaron como si todo fuera normal, pero la pelinegra sabía que algo raro había ahí, no quiso indagar en esos momentos, ya más adelante se lo sacaría a su novio como diera lugar.

- Si, Pan pidió permiso el día sábado en su internado, así tendríamos todo el fin de semana próximo para el trasladas las cosas a su nuevo apartamento. -explicó Gohan.

- Yo ya arrendé para ese día un camión, así se trasladan las cosas más grandes, podríamos hacerlo nosotros mismos, pero el departamento esta situado en medio de la ciudad y sería muy fácil que nos vieran. -comentó Trunks.

- Si, es lo más adecuado. -acotó Videl.

- Bulma me contó que ya te habías mudado. -el padre de familia miró a Trunks con seriedad.

- No todavía, es decir, casi todas mis cosas ya están allá, solo faltan algunos detalles que deberían haber terminado hoy, así que mañana me mudo. -Gohan asintió.

- ¿Es el mismo de antes? -preguntó Videl.

- Sí, el mismo. -ella asintió.

Gohan mientras escuchaba la conversación entre su esposa y, ahora, novio de su hija, miraba a Pan detenidamente que al parecer no estaba prestando la más mínima atención, sólo miraba su comida y revolvía los alimentos de un lado a otro. -Pan ¿estas bien? -dijo con precaución. Los dos ojiazules la miraron, ella levantó la vista y con una sonrisa les respondió un sí. -estas muy callada.

- No, estoy bien. -aseguró.

Gohan asintió no muy convencido, pero lo dejó pasar. -¿Cuándo te entregan las llaves del apartamento?

- El miércoles.

- Te acompañaré. Hay que revisar que los salones se encuentren en perfecto estado antes de cerrar la negociación. -acomodó sus lentes.

- Sí, de todos modos te lo iba a pedir porque necesito que firmes unos papeles que me piden. Como soy estudiante creen que no pagaré, así que me exigieron un segundo deudor.

- Pero si lo vas a pagar todo de una vez ¿para que necesitan un aval?

- Las empresas constructoras funcionan así. ¿Pan, vas a pagar con cheque? Porque no creo que lleves el dinero al contado ¿no? -ella asintió. -por eso, -volvió a explicar a su suegro. -no van a estar seguros hasta que cobren el cheque en el banco, luego de eso tu nombre desaparecerá del contrato y quedará solamente Pan como dueña de la propiedad. -Gohan asintió.

- Algo que no sabías... ¿extraño no? -comentó Pan divertida hacia su padre. Éste rió.

- Cierto. No me familiarizo con nada de constructoras, o contratos de bienes raíces. -se encogió de hombros y siguieron charlando hasta que ya se hizo muy tarde y Trunks decidió que era hora de irse.

- Si, en eso quedamos. -Trunks estiró su mano en forma de despedida hacia su suegro.

- Nos vemos. -apretó con fuerza la mano del pelivioleta.

- Videl, gracias por la comida, tus camarones estaban exquisitos. Nos vemos pronto. -un beso en la mejilla y se alejó con Pan hacia la puerta, sin embargo Gohan estaba desde la cocina observándolos.

- Nos vemos mañana pequeña, descansa. -se despidió ya afuera de la puerta de entrada. Dudó en darle un pequeño beso sobre los labios, sobretodo al ver a Gohan un poco más atrás, así que descartó la idea de inmediato moviendo sus labios a su frente.

- Nos vemos, Trunks. -susurró.

Él se iba a ir, pero al ver su rostro indescifrable volvió a hablar. -Pan, ¿estas bien?

Ella lo miró a los ojos. -estoy bien, solo un poco desconcertada con todos esto. No pensé que las cosas iban a resultar de este modo.

- Te dije que todo iba a salir bien. -acarició una de sus mejillas con su pulgar. Se acercó nuevamente y la besó ahí. Ella asintió en silencio. -nos vemos amor, mañana a la hora de almuerzo ¿ok? -se acercó una tercera vez más a ella, quería besarla sobre los labios, pero no era prudente hacerlo, así que tomó una de sus manos y la besó en los nudillos para luego alejarse hasta la puerta de su auto. Cuando iba a abrir su puerta inesperadamente Pan gritó.

- ¡Trunks! -dijo en voz elevada haciéndolo detener y voltear a ella. Se acercó corriendo a él, se lanzó a su cuello y lo besó sobre los labios por poco tiempo. Se separó a regañadientes y le susurró un suave. -te amo.

Inevitablemente sonrió al ver las reacciones siempre inesperadas de su novia. -cuida ese brazo, pequeña. -advirtió al verlo flexionado. -no quiero saber que ha sangrado o se ha infectado. -dijo con voz paternal. Ella entrecerró los ojos indignada con su comentario. Trunks suspiró y sonrió. -yo también te amo. -respondió.

Gohan respiró sonoramente al ver la escena, volteó y fue hasta donde se encontraba su esposa. -esta bien, mi amor. -ella acarició su espalda cuando se sentó en una silla completamente cabizbajo. -ya te acostumbrarás. -susurró en su oído y besó su mejilla.

- Eso espero. -respondió tomando a Videl de las caderas y obligándola a sentarse sobre su regazo apoyando su cabeza en su hombro. -debimos tener otra niña. -Videl rió. -en serio. -la miró a los ojos. -así no sentiría que no nos queda nada. Pan se va este próximo fin de semana de casa y estaremos otra vez solos, todo porque ese maldito me la quitó. -dijo refiriéndose a Trunks.

- ¿Acaso no recuerdas esos tres años que estuvimos solos? Cuando Pan vivió en el extranjero.

- Si, ¿y?

- Pues... lo volveremos a pasar bien. -susurró en forma seductora besando su oreja. -no deberás preocuparte porque Pan nos escuche, nos vea, o nos sienta. -siguió su ronroneo. -tenemos la casa para nosotros solos.

- Entonces me tendrás que hacer recordarlo porque la verdad... ya se me olvidó. -tomó con más fuerza su cintura y la acercó para un beso más apasionado.

Un carraspeo los interrumpió haciéndolos separar. Pan se los quedó mirando cuando entró a la cocina. -esta es una de las cosas por las cuales me quiero mudar. -murmuró sabiendo muy bien que ambos escucharían. -mamá, papá... gracias, de verdad. -se acercó a ellos y los abrazó. -los quiero... mucho.

- Y nosotros aun más. -Videl le sonrió besando su mejilla.

Pan se alejó. -me iré a dormir. -cuando se iba Gohan la detuvo.

- Hija, -llamó su atención, ella se giró y lo miró. -cuando... cuando tengas una noticia importante, quiero... queremos ser los primeros en saber.

- Lo haré. -asintió sonriendo con sinceridad y se fue.

Caminó a paso lento hasta su habitación, se cambió pijama, se lavó los dientes y se fue a acostar.

Era increíble como habían sucedido estos instantes. Jamás pensó que su padre iba a reaccionar de aquella manera: no le hizo daño, apenas le gritó, apenas se enfadó y la noticia de su romance con Trunks se la tomó bastante bien. A pesar de que no sabía que habían hablado durante esas dos horas se sentía feliz y aliviada. Ya no tenía ese peso sobre sus hombros de estar ocultando su amor por el hijo de Bulma y Vegeta, y eso realmente la tranquilizaba. Ahora podía hacer una vida normal, sin ocultarse, mostrarse frente a sus familiares y amigos sin miedo, sin secretos y la sensación era fantástica.

...

- ¿Le gusta? -preguntó un señor regordete vestido con un overol azul manchado con pintura.

- Quedó mejor que antes. -le sonrió. -¿no te parece? -le preguntó a su acompañante pelinegra.

- Bellísimo.

- Aquí tiene. -le entregó las llaves. -cualquier duda me llama. ¡Ah! y antes que lo olvide, la decoradora vino hace un par de horas y me dijo que le entregara esto. -sacó de su bolsillo un sobre amarillo.

- Gracias.

- Ok, entonces trabajo terminado. -sonrió satisfecho el señor.

- Mañana como a las 11 de la mañana pase por mi oficina y arreglamos los últimos detalles del pago. Nos vemos. -se despidió de un apretón de manos.

- Hasta mañana señor Brief. -estrechó su mano. -señorita. -hizo una reverencia hacia Pan y se marchó.

- ¿Ya tienes todas tus cosas aquí? -preguntó cuando el hombre se fue.

- Si. -Pan seguía mirando a su alrededor.

-Contrataste a una decoradora, -dijo con voz seria. -Bra te matará si se entera.

Trunks rió. -lo sé, pero no iba a dejar que ella lo decorara, tenemos gustos completamente diferentes.

- Ya comenzó a decorar el mío, -dijo fingiendo temor y Trunks volvió a reír. -bueno, no solamente ella... contrató a alguien, aunque tu hermana es la que da el ultimátum. Le dije que quería algo sobrio y espero que así lo haga.

- Sí, lo hará. Ya paso esa etapa en donde quería todo color rosa. -se carcajeó.

- Y con brillos. -continuó Pan.

- Claro. -volvió a reír. Se acercó a ella desde la espalda y la abrazó. -Esta noche te podrías quedar aquí. -susurró en su oído.

Ella rió bajito. -no lo creo. -contestó. Se volteo quedando frente a él y tomó sus manos. -no creo que papá se alegre con eso. Primer día de entrega del departamento y su hija se queda con su novio. No... no... no... -volvió a negar con la cabeza sonriendo.

- Vamos. -la alentó. -no te haré nada malo o nada que tú no quieras. -sonrió de medio lado. -es más, podría hacer algo muy, muy pero muy bueno... contigo.

Ella rió con ganas. -eso no lo dudo. Pero tú eres malo. -Trunks levantó una ceja. -te aprovechas de una jovencita como yo con todos tus encantos. Debería denunciarte. -dijo seriamente.

- ¿Ah si? -la tomó por la cintura y la pegó a su cuerpo.

- Sí. Me traes aquí diciendo que te acompañe a ver como quedó tu apartamento y me engatusas trayéndome aquí... a solas, en el horario de comida... y no hemos comido nada. -sube sus manos por su pecho hasta llegar a su cuello. -me dices palabras lindas y me seduces, me besas, me tocas y... -miró a su alrededor. -me obligas a ir ahí, -apunta un sofá grande negro. -en donde me recuestas y no me dejas ir. -dijo ahora un poco sonrojada.

- No tenía idea que te había traído para eso. -dijo con voz ronca acercándose a su boca. -pero si lo hago puede que me denuncies. Así que... no lo haré. -se acercó a ella y besó castamente su boca.

- Mmm... aunque pensándolo bien... -sonrió. -puede que no te denuncie... dependiendo del resultado.

- ¿Cuál resultado? -Trunks preguntó.

- Si me gusta o no.

- Siempre te gusta. -afirmó.

- Puede que no. Eso no lo sabes. -dijo ella levantando una ceja.

- Sí lo sé.

- No... ¿y si finjo? Puede que sea buena actriz.

- No, eres pésima mintiendo.

- De eso no estas seguro.

- Si lo estoy... hay... cosas que te delatan. -volvió a susurrar en su oído, caminado hacia aquel sofá llevándosela con él lentamente.

- ¿Qué cosas me delatan? -ella preguntó.

- Esto. -susurró esa palabra nuevamente en su oído. Se alejó de ella y la miró a los ojos. -cada vez que te hablo en el oído te tensas, -miró su cuerpo. -y a veces provoco escalofríos en tu cuerpo. -ella no dijo nada y continuó mirándolo. -Y cuando te beso aquí, -llevó su boca hasta el lado derecho de su cuello y la besó suavemente. -siempre suspiras. -vio como ella respiró más sonoramente.

Ella trató de recomponer su postura. -¿y? Puede que lo siga fingiendo.

- Hay cosas que definitivamente no puedes fingir... son inconcientes... reacciones de tu cuerpo con el mío... como esto. -pasó su mano derecha suavemente por su pecho, lo masajeo suavemente y con ternura, haciendo que su pezón se irguiera bajo sus ropas. -¿lo ves? -volvió a besarla, la tomó de la cintura y la subió del suelo, obligándola a rodear sus caderas con sus piernas. Así él se la llevó al sofá en donde se sentó con ella en su regazo. En silencio continuaron con caricias y besos. Trunks sujetó con fuerzas de la cintura, subiendo poco a poco sus ropas para tocar su piel, mientras Pan no dejaba de besarlo sobre los labios sujetándolo por el cuello, acercándolo hacia ella.

Un sonido, proveniente del bolso de Pan en el suelo a un lado de la puerta, rompió el beso momentáneamente. -tu celular. -dijo él contra sus labios.

- Déjalo. -volvió a besarlo, mientras el sonido seguía de fondo.

Trunks obedeció y sin dejar el beso bajó sus manos hasta encontrarse enfrente del botón de su pantalón azul. Con una destreza sin igual los desabrochó y bajó la cremallera para meter una de sus manos bajo la ropa. -¿sigues fingiendo? -le preguntó cuando un pequeñismo jadeo escapó de sus labios. Ella sonriendo asintió. -Hmmph. -abrió paso entre sus bragas blancas y la tocó sin ropa de por medio. -eso no se finge. -afirmó al sentir su humedad entre sus dedos.

- Contigo no puedo fingir. -admitió antes de volver a besarlo.

El sonido del celular volvió a retumbar en aquel silencioso departamento. Trunks continuó acariciándola suavemente provocando más excitación entre ellos. Pan comenzó a desabotonar su camisa, pasó sus manos por sus abdominales, subiendo hasta llegar a su cuello, luego bajó por sus brazos para quitársela, y cuando lo hizo por casualidad pasó a mirar su reloj en su muñeca izquierda. -¡Ay no! -exclamó en voz alta, saliendo del regazo de Trunks, cerrando sus pantalones y corriendo a la puerta en busca de su bolso, donde sacó rápidamente el celular que seguía sonando.

Él se la quedó mirando confundido. -¿Qué? -le preguntó. También se puso de pie y acomodó el bulto entre sus piernas que le ocasionaba presión con el pantalón.

- ¿Dónde estás?-dijeron por el auricular. Trunks logró escuchar al otro lado de la línea.

- Me atrasé. -respondió ella mientras buscaba su chaqueta que colgaba de una silla.

- La profesora acaba de entrar por la puerta, si no te apuras quedarás afuera. -dijo aquella voz masculina. Trunks frunció el ceño.

- Ya voy llegando. -mintió.

- Ok, te guarde un puesto al lado mío. ¡Apúrate! -y cortaron.

- ¿Quién era? -preguntó Trunks viendo como Pan se ponía la chaqueta, guardaba el celular en su bolso y corría hacia una ventana.

- Luego te cuento. ¡Adiós! -le gritó antes de salir volando por los aires.

- Pero... -no alcanzó a terminar pues había desaparecido. Otra vez se sentó en el sillón, pasó sus manos por su cabello y miró su entrepierna pensando qué iba a hacer con eso. Miró su reloj, las 2.49 del día. Ya no tenía más trabajo por el día, su madre le había concedido salir más temprano, a la hora de almuerzo, para terminar de arreglar los últimos asuntos de su mudanza. Pero ya estaba prácticamente todo listo. Suspiró, se puso de pie y caminó hasta su baño. Una buena ducha fría podría arreglar aquel asunto que se encontraba un poco más debajo de sus caderas, sino... estaba la siguiente opción para deshacerse de eso. No estaba como primera opción ya que había salido volando por la ventana, pero tampoco podría ir a la casa de sus padres para buscar unas últimas cosas teniendo en cuenta su estado. Así que resignado, lo más cercano era la segunda opción, la preferida por los adolescentes cuando no tenían novia. Rió con aquel pensamiento tan inmaduro, pero era cierto ¿qué iba a hacer? Se encogió de hombros y se quitó la ropa en su habitación para ir a su cuarto de baño.

...

- Y tú ¿qué haces aquí? -su hermana preguntó desde el sofá. Se encontraba cómodamente estirada mirando televisión mientras su hijo gateaba de un lado a otro frente a ella en la alfombra del suelo.

- Hola Bra, que bueno verte. Pero la pregunta es ¿qué haces aquí? ¿Acaso ya no tienes casa? -se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla sentándose a su lado.

- Si tengo, pero no me gusta estar sola. Hoy Goten tiene más trabajo, esta cubriendo la ausencia del presidente de Corporación Cápsula porque esta liado con la mudanza. -dijo sarcásticamente.

- En eso esta el jefe, buscando las últimas pertenencias en la casa de sus padres. No deberías hablar mal del presidente, después de todo es el jefe de tu esposo. -dijo con una sonrisa.

- ¿Ah no? Pues entonces le tendré que decir al jefe que aunque se crea el todo súper poderoso de la empresa, solo le pertenece el 50%, la otra mitad es mía. Además... si le hace algo a mi esposo, él sabe muy bien que tengo una gran influencia en su novia. Es mi mejor amiga... parece que el presiente de C.C no lo recuerda... -puso el dedo índice bajo la mejilla con cara de pensativa.

Trunks entrecerró los ojos. -es un golpe bajo. -murmuró. Ella se encogió de hombros y sonrió.

- Geko... Geko ¡no! -de un salto Bra se puso de pie quitando lo que su hijo se había metido a la boca. -no, eso no se come. Por dios. -murmuró. Lo tomó en brazos y se llevó con ella hasta el sofá.

- ¿Algún día piensas volver a la universidad o tomar el puesto que te pertenece en la empresa? -Trunks preguntó mientras acariciaba la cabeza de su sobrino que lo miraba con ojos brillantes sonriendo mostrando sus encías rosadas.

- Con este revoltoso... -miró a su hijo. -no lo creo, no le puedo despegar un ojo de encima por más de dos minutos. Quizás cuando este un poco más grande y mamá y papá se puedan quedar con él, por ahora no lo creo, siempre están ocupados y Geko es demasiado inquieto, debo estar con él hasta que sea un poco más independiente y no necesite tener un par de ojos vigilándolo todo el tiempo.

- Así veo. -dijo divertido viendo como el niño se removía inquietamente en los brazos de su madre. -aunque tampoco es malo quedarse en casa. Así descansas... bueno lo que se pueda con este pequeño demonio. -rió.

- No le digas demonio, Trunks.

- Es de cariño... como sea, -continuó. -terminaste la escuela y de inmediato entraste a la universidad, ¿hasta que año llegaste?

- Hasta el quinto semestre.

- Bueno, solo te quedan un año y medio más, la práctica es obvio que la haces en nuestra empresa, ya sabes todo lo que hacemos, no será gran trabajo para ti.

- Lo sé, pero tendrá que ser en un año más. -dijo pensativa.

- ¿Y? ¿Qué pasa? -le preguntó.

- Es que... tengo sentimientos encontrados ¿sabes? Por un lado adoro estar con Geko, cuidarlo, hacerme cargo de él y ser una dueña de casa para Goten, que este la comida lista... aunque solo la pida... -rió. -pero por otra parte, no quiero estar siempre en casa, ser dependiente de mi esposo, que trabaje mucho por darme todo, quiero alivianarle el peso de encima, yo también quiero cooperar en la casa. -Trunks la miró confundido. -lo sé, sé que no es necesario, que tenemos una muy buena situación económica, que Goten tiene un salario grandioso, somos afortunados, pero... no sé... veo a mis amigas y bueno... ellas ya les queda muy poco para terminar sus carreras y titularse. Te veo a ti y a Pan y ambos serán profesionales y los dos aportaran a su casa y bueno... ya sabes... todo eso. -hizo una pausa. -no me quiero quedar atrás. -se encogió de hombros. -pero si entro a la universidad, este pequeño, -miró a su hijo. -no estará conmigo, quizás se sienta solo.

- Entiendo. Es difícil la compatibilidad del rol de madre con una estudiante, pero sabes que si lo haces tendrás el apoyo de todos nosotros. Geko nunca estará solo, tiene a nuestros padres, a mí, a Pan, a Goku y Chichi, Gohan y Videl, sabes que si ellos tienen tiempo libre les dará gusto cuidarlo por unas horas.

- Lo sé, pero todos parecen siempre tan ocupados. Y jamás de los jamases confiaría en una niñera.

- Sabes que no le harán nada. Quizás puedas buscar una buena joven para que lo cuide.

- No lo digo por eso. Temo que Geko pueda lastimar a la niñera, Trunks. -rió con ganas. -el otro día lanzó una pelota de goma que le regaló Marron y la arrojó tan fuerte que rompió un florero de cristal del living. -Trunks rió mirando a su sobrino. -a veces es un bruto. Papá dice que es porque a medida que crece va desarrollando sus poderes y no quiero ni imaginar cuando aprenda a lanzar energías o a volar.

- Tienes razón. Recuerdo las travesuras que hacíamos Goten y yo. Este niño será fuerte también.

- Por supuesto que lo será. -dijo una voz ronca a sus espaldas. Ambos voltearon y vieron a su padre mirando a su nieto. -ten. -le entregó una gran caja.

- ¿Y esto? -preguntó Trunks.

- La mujer. -contestó. -dice que estas cosas debes llevártelas porque ocupan mucho espacio en el laboratorio. -Trunks reviso la caja y contenían variadas cosas pertenecientes a él.

- Parece que te quieren echar rápido. -dijo Bra.

- Parece que si. -le dijo Trunks. -bueno, iré a buscar algunas cosas que quedaron en mi dormitorio.

- Tu antiguo dormitorio. -Bra corrigió. Trunks rodó los ojos y desapareció por los pasillos hacia su cuarto.

Cuando llegó se dio cuenta que no quedaban muchas cosas, algunas ropas que estaba en el closet, y otros objetos que ahora eran inservibles. Los dejó ahí mismo y se dedicó a buscar lo necesario. Su laptop, algunas carpetas de gran tamaño, sus cápsulas que contenían sus automóviles, algunas motocicletas y uno que otro medio de transporte aéreo que nunca utilizaba. Todo lo introdujo en una nueva caja y cuando salía se dio cuenta de algunas fotografías, dejó la caja sobre la cama y quitó las fotos de la pared y otras que estaba sobre un mueble, la mayoría de él rodeado con su familia, otra que aparecía junto a Goten, otra con todos los demás guerreros, y finalmente aquella, de hace años atrás, el viaje espacial junto a Goku y Pan. Sonriendo las metió en la caja y partió a la oficina a unas puertas más allá donde buscó cosas necesarias para su trabajo y su nueva oficina en su departamento.

Cuando bajó por las escaleras se encontró con Bra, esta vez sola. -¿Y Geko?

- Se lo llevó papá. -dijo sin prestarle atención mirando la televisión.

- ¿En serio? -dijo sorprendido.

Ella volteo y asintió con una sonrisa. -siempre lo hace, es solo que... bueno ya sabes como es... -se encogió de hombros.

- Quien lo iba a pensar... papá siendo un abuelito. -ambos rieron.

- Oye, ¿qué harás esta tarde?

- Mmm... nada ¿por qué? -en realidad quería pasar a buscar a Pan para llevársela a cenar en su apartamento y estar un rato a solas, pero no se lo diría a su hermana.

- ¿Ninguna inauguración a tu nuevo hogar?

- No... porque no es nuevo, Bra.

- Que aburrido eres. -comentó. -entonces haremos una cena ¿qué te parece? Geko, Goten, Pan tú y yo.

- Bra, yo prefiero que n... -pero parecía que ella no lo escuchaba.

- ¡Ah! y te tengo un regalito.

- ¿Si?

- Sip, para tu oficina. Goten también te tiene uno.

Trunks suspiró. -Esta bien. ¿A las 8?

- Ok, yo llevo la comida. Ahora mismo iré a comprar todo, así que no te preocupes por nada.

- Pero ¿y Geko queda con papá?

- Si, él lo cuida mientras voy de compras. Ya sabes un ratito sin él... a veces es bueno. -dijo con una sonrisa.

- Te cansas mucho ¿no?

- No tienes idea lo que cansa un niño. Ojala tus futuros hijos no sean tan inquietos como tu sobrino... aunque lo dudo... -sonrió. -hijos de Pan... ¡uf! Lo que te espera hermanito. -palmeó su hombro.

- Para eso falta mucho. -afirmó.

- Nunca se sabe... -se puso de pie junto a Trunks. -¿te vas?

- Sí, quiero terminar luego de ordenar todo. -cargó ambas cajas caminando hacia la puerta.

- Espérame. -buscó su cartera y sus llaves. -vamos juntos y me dejas en el centro.

- Vamos. -ambos caminaron hasta la salida, se subieron al auto de Trunks y partieron al centro. Una vez allí, Bra se despidió de su hermano.

- ¡Ah! se me olvidaba. -dijo antes de salir manteniendo la puerta abierta. -¿Irás al cumpleaños de Scott?

- ¿Scott Radcliffe?

- Si.

- ¿Cuándo? No tengo la más mínima idea. -dijo confundido.

- ¿Te llegó la invitación?

- No.

- Quizás esta en la casa. -dijo pensativa. -Es el sábado 25 a las 10 de la noche en su casa.

- ¿Cuál de todas sus casas?

- La del lago.

- Bueno, si estoy invitado ¿por qué no? -se encogió de hombros.

- Llevaré la invitación a la cena, seguro que debe estar en casa. -dijo refiriéndose a la casa de sus padres.

- Ok, nos vemos más tarde.

- Nos vemos. -salió del auto y se perdió entre medio de la gente contorneando sus caderas, como siempre, para el disgusto de Trunks.

...

- Deja de fastidiarla, al menos alcanzó a llegar. -dijo Naomi.

- Pero si no la llamo no llega. A propósito ¿qué estabas haciendo? Sabías que el examen era hoy. -dijo Kenny.

- Lo sé, lo sé, deja de regañarme. Me atrasé ya te lo dije. -contestó Pan.

- Se atrasó con su novio. -dijo Naomi con voz melosa.

- ¿Tienes novio? -preguntó Sally. -¿Por qué no nos habías contado? -frunció sus labios.

- ¿De dónde sacaste que tengo novio? -la pelinegra pregunto a Naomi.

- Se te nota.

- Es cierto. -dijo Hotaka. -podré ser hombre, pero a los chicos y chicas se les nota de la misma manera.

Naomi rió. -están siempre pendientes del celular, se van apenas terminan las clases, están siempre sonrientes, hablan mucho por teléfono, se arrancan a las horas de almuerzo...

- Ya, ya... pero eso no quiere decir que tenga novio. Es solo que me junto a almorzar con mis amigos. Nada más.

- ¿Qué amigos? ¿Trunks Brief? -dijo Sally.

- Oye, ¡sí! nunca nos contaste de eso. De aquella vez que te vino a buscar. -Hotaka intervino otra vez.

- ¡Argh! No es nada, solo amigo de mi familia, eso es todo.

Todos caminaron hasta unas mesas al aire libre que se encontraban en los jardines de la universidad. Allí todos conversaban animadamente, sobretodo acerca de los planes del fin de semana.

- Así que es cierto. -comentó en voz baja Kenny.

- ¿Qué es cierto? -dijo Pan que se encontraba sentada a su lado. Ambos se habían convertido en buenos amigos luego del episodio hace mucho atrás cuando él intentó coquetear con ella en la cafetería.

- Estas saliendo con el presidente de corporación cápsula... con razón no te fijaste en mí. -bromeó. -soy poca cosa, apenas un estudiante universitario que con suerte tiene un auto decente.

- Deja de hablar tonterías Kenny. -ella golpeo ligeramente su brazo.

- Ya están coqueteando. -murmuró otro chico sentado con ellos.

- Déjalos, siempre son así. -Naomi se encogió de hombros.

- Siempre dicen lo mismo de nosotros. -comentó Kenny. -somos amigos ¿es que acaso un hombre y una mujer no pueden ser amigos?

- Todos sabemos que te gustó Pan apenas llegó a la universidad. -dijo Sally.

- ¿Y? jamás lo he ocultado, ella me rechazó y ahora somos buenos amigos, nada más ¿no es cierto? -preguntó a Pan que sonreía divertida.

- Por supuesto.

- Y como amigo de Pan, digo sí a la propuesta de Hotaka. -dijo Kenny.

- ¿Cómo has escuchado lo que hablamos si al mismo tiempo conversas con Pan? -preguntó Naomi.

- Es un don. -bromeó.

- ¿Cuál propuesta? -preguntó Pan.

- Fiesta de inauguración de tu apartamento. -dijo Hotaka.

- Este sábado. -dijo Sally saltando en su silla. -e invitas a tus amigos, de los que siempre tanto que hablas ¿no? -miró al resto.

- Pero... -intentó decir la sayajin.

- Pero nada. No seas aburrida Pan, nos divertiremos. -dijo Kenny.

- ¡Argh! Esta bien. -dijo completamente derrotada.

- ¡Sí! -dijo Sally y Naomi.

- Bien, entonces Hotaka y yo compramos las bebidas... -dijo Kenny.

- Sally y yo la comida. -dijo Naomi.

- ¿Invitaremos a los demás? -preguntó Sally.

- ¿Quiénes demás? -dijo Pan asustada con la cantidad de personas. -ya saben que mi apartamento no es muy grande.

- Los de siempre, ya sabes... Miyu, Rico, Ari, Akiko, Yunna, Myu, Anna, Kotaro, Kazuki, Kosei, Yuto, ¡Ah! y Masato.

- Todavía obsesionada con Masato. -murmuró Naomi.

- ¡Hey! Es lindo. -dijo Sally.

- Son... son hartos. -dijo Pan con los ojos abiertos.

- No son tantos, además los conoces a todos. -dijo Sally.

- Como sea, la fiesta va si o si... ahora vamos que tenemos la siguiente clase. -dijo Kenny poniéndose de pie. Los demás lo imitaron.

- Química orgánica ¡yupi! -dijo sarcásticamente Naomi.

...

Goten, Bra y Geko habían llegado al apartamento de Trunks hace un poco menos de una hora. Luego de conversar un poco y la única mujer presente notando una leve tensión entre su hermano y esposo decidió dejarlos a solas con la excusa de recorrer las demás habitaciones para mirar la decoración.

Goten dejó a su hijo en el corral que acababa de armar en la gran y espaciosa cocina de su amigo. Caminó hasta la silla de la mesa americana y tomó asiento frente a Trunks. -¿De qué querías hablar? -dijo serio.

- Ya lo sabes... ¿no crees que sobre reaccionaste el otro día?... ya sabes, cuando pasó eso en la oficina con Suzu.

Goten lo miró con seriedad y luego posó sus ojos en su hijo que jugaba con alegría con algunos juguetes. -no es que haya sobre reaccionado, Trunks.

- Si lo hiciste... creo que no era una reacción para tan poca cosa. Yo no estaba haciendo nada malo.

- Es sólo que... Trunks, -lo volvió a mirar a los ojos. -sé que puedo confiar en ti, pero... no sé... a veces me pregunto si estas lo realmente enamorado de Pan como para no dañarla en ningún sentido de la palabra.

- Goten, yo... -él lo interrumpió.

- Escúchame. -ordenó. -lo entiendo, ¿si? Yo fui... quizás peor que tú hace años atrás... de lo que fui capaz, sé lo que hice... y a decir verdad, ahora me arrepiento del daño que les cause a varias mujeres. Antes no lo pensé... fui un tonto al jugar con varias sin importarme lo que ellas sentían por mi. -hizo una pausa. -ahora lo comprendo, una sola discusión con Bra y el mundo se me viene abajo. -observó como él lo miraba. -no me mires así, sé que puede parecer exagerado, pero... tu hermana es todo para mí, es la madre de mi hijo, es como el aire que respiro. No puedo vivir sin ella... entonces... yo no estoy seguro si tú has logrado sentir eso por mi sobrina. Temo que sufra, no quiero que sufra ¿si? Creo que ese día, en que te vi de la mano con Suzu fue... materializar ese miedo. Pan es más que mi sobrina ¿sabes? La vi nacer, he vivido en la misma casa prácticamente con ella, la quiero demasiado para verla sufrir... y tú, por más amigo mío que seas, siempre, pero siempre la preferiré a ella. -Trunks asintió. -no quiero que pienses que no te estimo, !no!... eres como un hermano para mí, eso lo sabes, nos criamos juntos, y por lo mismo no quiero saber que has hecho sufrir a Pan, sería como un doble dolor, porque es como si me traicionaras. ¿Entiendes?

- Lo entiendo, hermano. -le sonrió. -pero debes estar seguro que he cambiado, como tú lo has hecho. Jamás haría algo malo a Pan, por nada del mundo la haría sufrir. Yo... yo creo que la amo más que a nada. -susurró algo avergonzado.

- Me alegro de oír eso. Pan es... podrá parecer fuerte internamente, pero quizás es la más frágil de todas, por eso siempre pone esa carcasa en el exterior. Le teme al sufrimiento y creo que ya lo has notado.

- Lo sé.

Una voz femenina proveniente del exterior de la cocina interrumpió su charla.

- ¿Y dónde esta Pan? -preguntó Bra desde el pasillo saliendo de la oficina renovada de su hermano para entrar a la cocina.

- Llega en unos 15 minutos más. -respondió Trunks.

- Ahh... -asintió la peliverde hasta llegar a la cocina donde estaba su marido, hermano e hijo.

- Así que salió bastante bien la charla con mi hermano. -cambió el tema con una sonrisa.

- Si.

- ¿Eso es todo lo que tienes para decir?

- Goten, ¿qué más quieres?

- Pues... no sé... ¿te golpeo? ¿te dejo casi muerto? -miró su rostro detenidamente. -¿estuviste en el tanque de regeneración?

- No, no y no, no estuve en ningún tanque de regeneración. -Trunks buscó a su sobrino, que al parecer ya estaba aburrido con los juguetes y lo sentó en la sillita del niño.

- ¿Entonces? -preguntó Bra.

- No paso nada, solo conversamos y... eso es todo. -respondió el aludido.

- ¿Nada más? -dijo otra vez Bra mirando a Goten con el ceño fruncido, el moreno sólo se encogió de hombros.

- Nada más. -se puso de pie y sacó un par de cervezas y un jugo de la heladera. Le entregó una Goten y el jugo a su hermana.

- Videl dijo que sintió temblar la casa cuando ustedes estuvieron fuera conversando.

- ¿Videl te contó? -preguntó el pelivioleta.

- Bueno, no exactamente. -Bra y Trunks lo miraron. -le pregunté y... bueno, insistí hasta que me dijera algo. -rió.

- ¿Qué te dijo? -preguntó su esposa.

- No mucho, dijo que no era de mi interés saber eso. Que debía madurar y que...

- Goten, qué te dijo ella, no que te dijo a ti. -Trunks rodó los ojos.

- Ah, no mucho. Que habían hablado y que Gohan se comportó muy bien. Manejo su temperamento y... eso.

- ¿Es cierto? -preguntó su hermana a Trunks.

- Si. No fue nada de otro mundo, una conversación y listo.

- Así que ahora puedes ser libre con Pan. -Bra levantó sus cejas repetidas veces. -me pregunto qué harán ahora que no tienen restricciones. -dijo con voz melosa.

- Oh por dios, Bra. -dijo Goten pasando sus manos por su cara.

- ¿Qué? es cierto. No sean escandalosos. Han tenido sexo en el sillón de la casa de mamá y papá en medio del día... imagina qué harán ahora que...

- ¡Bra! ¡Por dios! Preocúpate de tus asuntos. -dijo Trunks. Goten negó con la cabeza.

- Me preocupo por mis asuntos, pero los tuyos parecen ser asunto público. -dijo divertida.

Trunks y Goten no pudieron aguantar una pequeña risita que escapó de sus labios. Bra no iba a cambiar nunca, eso era una certeza.

Un timbre terminó con la conversación y Trunks fue a abrir la puerta. Allí estaba Pan con una radiante sonrisa esperando por él.

- Hola. -dijo él con la misma sonrisa.

- Hola. -Trunks se acercó a ella y la besó en los labios.

Una tos hizo que se alejaran. -¿Saben? Los besos de saludo no son tan largos. -dijo Bra tras Trunks.

- Bra, cállate, sino quieres que abra mi boca y cuente detalles escandalosos de tu noviazgo con Goten durante los primeros meses.

- Tú ni siquiera estuviste aquí en ese tiempo.

- Pero tú me contaste todo.

- Cuéntalos, me da lo mismo. -se encogió de hombros, pero con una mirada que podría matar a su amiga.

Pan rió y saludó a su amiga con un beso en la mejilla y un abrazo. Lo mismo hizo con su tío y Geko.

Todos fueron a la gran y renovada cocina de Trunks a servir la cena, mientras lo hacían no dejaban de bromear entre ellos.

- Supongo que esta noche te quedarás a dormir aquí ¿no? -susurró Bra cuando pasó a su lado en busca de las bebidas.

Pan negó la cabeza con una sonrisa. -no lo sé. -respondió del mismo modo.

Bra se alejó unos pasos tomó las bebidas y volvió a pasar al lado de la pelinegra. -debes hacerlo... ya sabes la inauguración del dormitorio... -levantó sus cejas y pasó a la mesa.

Pan se acercó a ella. -estás cada día peor. -murmuró. -es idea mía o ya sabes... te falta compartir con Goten.

- No, querida... eso es lo que menos me falta. Lo hicimos antes de venir. -rió con ganas al ver la cara de disgusto de Pan.

- Dios... no necesitaba tanto detalle.

- En la cocina. -siguió hablando en voz baja mientras Goten, Trunks y Geko estaban en el living viendo el regalo que el pelinegro le dio a su amigo.

- Argh.

- Arriba de la mesa de granito.

- ¡Bra! -gritó.

- Y fue exquisito.

- ¡Por dios! -Pan se fue alejando de la cocina para ir donde estaban los hombres.

- Y eso no fue todo. -le gritó mientras se iba.

- La la la la... -tapó sus oído hasta llegar al living.

Goten y Trunks la miraron con una sonrisa. -¿con qué te esta torturando ahora? -preguntó Trunks.

- Su vida sexual. -Goten de inmediato cambio sus colores hasta llegar a un ligero rojo en las mejillas. -de eso mismo hablo. -apuntó las mejillas de su tío.

- Ni siquiera me lo digas. -Trunks negó con la cabeza.

- ¡Dios! -murmuró Goten.

- ¡Esta listo! -gritó Bra desde la cocina.

- Vamos. -dijo Trunks tomando la mano de su novia con Goten y Geko desde atrás.

Luego de la cena, que por supuesto no duro mucho gracias al apetito voraz de los cuatro adultos sayajines, ahora se encontraban conversando en el living.

- ¿Esto te regaló Goten? -apuntó Pan hacia abajo del televisor de pantalla plana.

- Si ¿genial no?

- No cambian y nunca lo harán. -dijo Bra al ver la consola de video juego de última generación conectada.

El celular de Pan comenzó a sonar desde su bolso. Caminó hasta el otro sillón y lo buscó, miró la pantalla y con una sonrisa contestó.

- Hola.

- Hola hermosa.

- No me digas así.

- Ya sé, ya sé, no te enojes.-rió.

- No me enojo, pero sabes que odio que me digas así, como si fuera tu...

- ¿Tú qué?

- No seas pesado.

- Esta bien... te llamaba para decirte, ya que al parecer no te has dado cuenta todavía, que dejaste tu libro de "Biología molecular" en mi bolso. ¿Recuerdas que dijiste que lo guardara porque no cabía en el tuyo?

- Oh lo olvidé.

- Lo sé, ¿lo necesitarás para estudiar?

- No, mañana no tengo esa clase.

- Ah, bueno... pensé que lo podías necesitar.

- Gracias por avisarme, Kenny.

- De nada, entonces mañana te lo devuelvo, hermosa.

- Me habías caído bien hasta ahí, ahora te odio otra vez. -bromeó.

- Ya estoy acostumbrado a que me odies ¿no?

- Ya, ya...

- Bueno, mañana nos vemos, y que no se te olvide la gran celebración.

- No es gran celebración, es una pequeña celebración. -corrigió.

- Si tú lo dices... como sea. Nos vemos mañana... hermosa.-volvió a reír.

- Nos vemos mañana, pesado.

- Adiós.

- Adiós.

Pan guardó su celular en su bolsillo delantero del pantalón y volvió al sofá donde estaba Trunks con una mirada extraña, pero que ya conocía. Mientras Goten estaba con el video juego y Geko sobre la alfombra jugando con sus cosas.

- Trunks te dejaste ganar. -miró hacia atrás donde él estaba sentado con el control en sus manos, pero mirando fijamente a Pan.

El pelivioleta parecía no escuchar. -Así que... Kenny. -comentó.

- Si. -dijo Pan mirando la pantalla frente a ella.

Goten vio la escena, tomó a su hijo en brazos y caminó hacia la cocina en donde Bra estaba preparando un biberón para Geko.

- ¿Quién es? -intentó sonar casual, pero la voz ronca y el ceño fruncido lo delataban.

- Trunks, -miró a su lado directo a sus ojos. -es un amigo. -él asintió. -de la universidad.

- No me habías contado de él.

- No creí que fuera necesario.

- ¿Es tu compañero?

- No, compartimos algunas clases, pero él va un año más arriba que yo.

- Parecen ser buenos amigos.

- Si, me agrada. -dijo con sinceridad.

- Y te llama hermosa. -dijo con la mandíbula apretada.

- Trunks. -lo regañó. -es solo un amigo... pensé que ya habías superado esos celos.

- Lo sé y lo siento, pero los amigos no llaman hermosas a sus amigas del modo en que él lo hizo.

- Sólo lo hace para fastidiarme, sabe que odio que me diga así. Además... no hay nada de qué te preocupes... es solo un amigo... en cambio tú eres mi novio... ¿esta claro?

- Lo sé. Perdón, pero es que...

- Ya lo sé... -se acurrucó junto a él y acercó su cara a la de él. -solo te quiero a ti. -susurró.

- Pues, no solo te quiero, yo te amo.

- Yo también te amo, tonto. -cerró el espacio entre ellos para un beso.

- Awww... ¿se acabó la escena de celos? -Bra fastidió una vez más.

Trunks se alejó de Pan y rodó los ojos. -dios santo, hoy estas de un humor increíble... -le dijo a su hermana.

- Lo sé. -se acercó a ellos y se sentó en el sofá del lado con su hijo en brazos para darle el biberón. Goten se sentó a su lado a observar. -escuche de una celebración ¿cuál es? -no dio tiempo a responder cuando recordó. -¡Oh! lo olvidaba. -miró a Goten. -¿puedes sacar la invitación de Trunks de mi cartera? -él asintió y la buscó para entregársela a él. El pelivioleta abrió el elegante sobre bajo la mirada de Pan a su lado. -te dije que la habían enviado a la casa de nuestros padres.

- Mmm... -Trunks miró la invitación.

"Estas cordialmente invitado junto a su pareja para la celebración del cumpleaños número 32 de Scott Radcliffe a celebrarse el día sábado 25 del presente año en..." -le restó importancia a la continuación del escrito, pues sabía muy bien donde se ubicaba su casa del lago. Cómo no recordarlo, allí habían asistido junto a Goten a las fiestas más alocadas años atrás.

- La última vez que vi a Scott fue hace un mes atrás, nos juntamos para un café, dijo que haría algo para su cumpleaños, pero no pensé que lo celebraría a lo grande. -comentó y luego miró a Goten. -¿irás? -preguntó en forma maligna.

- Pues... -miró a Bra. -creo que si.

- Será... interesante.

- Ja ja cómo no. -contestó el pelinegro.

Bra frunció el ceño, sabía más o menos la historia, pero esto no lo entendía en absoluto. Pan por otro lado no tenía idea quién era ese tal Scott. Al notar la mirada de la peliverde Goten explicó un poco.

- No tuvimos una buena relación que digamos... -dijo Goten.

- Eso ya lo sé, Charlotte es una parrandera. -acotó Bra.

- No creo que hable de Charlotte. -rió a su amigo.

Bra volvió a mirar a su marido. -yo me refería a Scott... hace mucho que no lo veo y pues... cuando todo terminó con su hermana, él... como decirlo... -decía Goten.

- Lo odiaba. -terminó Trunks riendo.

- Como disfrutas esto, ¿no? -dijo el mayor de los Son presente.

- Un poco... pero ¡vamos! cómo no iba a odiarte... te descubrió con otra chica mientras estabas con su hermana.

- Oh Goten, sabía que eras un mujeriego, pero eso es el colmo. -dijo Pan.

- Mejor no hables, sino quieres que hable de tu novio. -apuntó a Trunks.

- Mejor mantener el pasado en el pasado. -comentó Bra.

- Si es lo mejor ¿no, Bra? -levantó una ceja.

- ¡Uy! Andan todos divulgando el pasado ¿no? -miró a todos que reían. -puede que no haya sido una santa, pero tampoco una puta. Y tú no te rías demasiado... -le dijo a Pan. -que tampoco eres tan santa como todos te ven. -le sacó la lengua infantilmente.

- ¿No? -Trunks miró a Pan a su lado.

- No sé qué quiere decir tu hermana con eso. -dijo mirando a Bra.

- Mmm... mejor que te hagas la ingenua... -dijo divertida.

Trunks y Goten rieron. Todos tenían su pasado, incluyendo a Pan aunque era la menos experta en el tema amoroso, aun así todos tenían algunos secretos que habían sido confiado en sus amigos.

- Cambiando el tema... -dijo Bra. -¿de qué celebración hablabas por teléfono?

- Cierto... lo que pasa es que algunos amigos y compañeros de universidad organizaron una inauguración de mi apartamento el sábado.

- ¿Si? ¿Y tú estas de acuerdo con eso? -dijo Goten extrañado.

- Pues no lo tenía pensado, pero bueno... al final dije que si, además así los conocen y ellos a ustedes, ¿no?

- Genial. -dijo Bra mientras realizaba movimientos de abajo hacia arriba en la espalda de Geko luego de su biberón. -hace mucho que no estoy en una fiesta. -le sonrió a Goten.

- No es mala idea... así conoceré a Kenny. -Trunks dijo con una sonrisa fingida.

- Va a seguir... -murmuró Bra. -como sea... nosotros ya nos vamos. -miró a Goten quien asintió.

- ¿Tan luego? -dijo Pan.

- Geko esta a punto de quedarse dormido, así que mejor que se duerma en casa. -se puso de pie con el niño en brazos que bostezaba repetidas veces con ojitos llorosos.

Goten la imitó y buscó las cosas del niño y su esposa. -olvidamos una manta. -dijo él a su esposa, viendo que no podían dejarlo desabrigado al sacarlo de la casa.

- ¿Te paso una frazada? -preguntó Trunks. Su hermana asintió. Él fue por los pasillos y luego apareció con una azul oscuro que se le puso sobre Geko.

- Nos vemos, hermanito. -besó su mejilla.

- Gracias por la comida, Bra. -miró a su sobrino y le hizo un suave cariño en la cabeza. -duerme bien, pequeño... demonio. -susurró y Bra le entrecerró los ojos, pero no dijo nada.

- Que descansen. -dijo Pan cuando se despidió de su amiga y besó la frente del niño.

- Yo no te deseo lo mismo... -susurró pícaramente. -que tengas una buena inauguración de la habitación. -se alejó sonriendo con Pan rodando los ojos con una sonrisa en los labios.

- Anda a vernos más seguido. -le dijo Goten a su sobrina. -sabes que Geko y Bra te extrañan. -besó su frente.

- Lo haré aunque espero que mi tío también me extrañe. -dijo con una sonrisa.

- Sí, lo hace. Nos vemos el viernes.

- ¿Iras a ayudarme también?

- Claro, iré con Bra.

- Gracias, entonces nos vemos el viernes.

- Adiós, Trunks. Lindo apartamento y espero que te haya gustado mi regalo. -un abrazo y se alejó.

- Gracias, el mejor regalo. -le sonrió.

Antes de salir por la puerta, Bra le habló. -no es el mejor, espera a ver el mío. -Trunks frunció el ceño pues ella no le había entregado anda. -ya lo deje puesto en tu oficina. Adiós. -y los tres desaparecieron.

- ¿Qué te regaló? -preguntó Bra que otra vez estaba sentada en el sillón, pero ahora quitándose las zapatillas, quedando en calcetines de algodón.

- No lo sé.

- Me voy a cambiar de ropa. -miró su atuendo. Aun lucía el uniforme azul del internado.

- ¿Trajiste ropa?

- Sólo pantalón, se me quedó lo otro en el casillero por venir casi corriendo. -sonrió y se puso de pie buscando su bolso.

- Puedes usar algún polerón o... algunos de mis pijamas. -sugirió.

- No me quedaré, Trunks. -dijo al irse a la habitación de él.

- Como sea... -murmuró mientras iba a un mando electrónico pegado a la pared para encender la calefacción central del departamento pues comenzaba a hacer frío.

Pan tiró descuidadamente su bolso sobre la gran cama de su novio, se sentó en la orilla y se quitó los pantalones para reemplazarlos por lo que traía con ella. Después se quitó la parte superior quedando solo con una camiseta blanca pequeña y ceñida a su cuerpo. -¿dónde están tus polerones? -gritó para que lo escuchara.

- Dentro del closet, el primer cajón a la izquierda. -respondió desde uno de los pasillos.

Pan buscó ahí y al abrir el cajón le sorprendió al ver una prenda que no se esperaba. Casi atónita lo tomó con sus manos y lo inspeccionó con el ceño fruncido y ojos furiosos.

En ese momento Trunks iba camino hacia su oficina a ver qué es lo que había dejado su hermana para él. Esperando lo peor abrió la puerta y se encendió la luz automática, pero en vez de enojarse o fastidiarse con algunas de sus bromas impensadas, al ver sus regalos la sonrisa adornó su rostro. Se acercó primero a la pared derecha de su escritorio y comenzó a ver las diferentes fotografías en elegantes marcos pegados allí.

El primer recuadro era grande y madera fina, allí contenían diferentes imágenes de él y su familia. La primera fotografía era de sus abuelos maternos, la segunda de él siendo solo un bebé en brazos de su madre quien lucía muy joven. La tercera era de él, también siendo un bebé, pero en brazos de su padre. Largó una risa al ver la cara de enfado de su progenitor, pues Bulma siempre insistía en tomar fotos siendo que Vegeta siempre se negaba. La cuarta, de los cuatro juntos, él, Bra, su made y padre. Volvió a sonreír al verla ya que Vegeta aparecía en muy pocos álbumes del clan Brief, siempre se negaba a esas "tonterías humanas". Y la última de ese recuadro era de él sosteniendo a una pequeña Bra en sus brazos. (*1)

El segundo cuadro de fotografías, estaba al costado derecho del anterior, y contenía imágenes de él y Goten siendo pequeños, sacando la lengua a la cámara. Sonriendo recordó esas travesuras de niños. Luego le seguía de los dos, pero ya adolescentes y otra de ambos, pero con dos pequeñas niñas: Bra y Pan, cuando debían cuidar de ellas como niñeros obligados por su padres. Aunque en aquellos tiempos odiaban realizar aquella tarea no podía dejar de recordar las tonterías que hacían con ellas, tales como asustarlas, jugar a las escondidas y nunca buscarlas porque se dedicaban a ver televisión, dejarlas comer todo los dulces, o simplemente verlas jugar en el jardín chillando una con la otra. (*2)

Se alejó unos pasos de la pared para contemplar aquellos dos marcos desde lejos y sonrió para si mismo una vez más. Pero cuando estaba por irse de la oficina observó que en la pared contraría habían dos marcos más.

Caminó hasta ellos y observó el primero. Era solo una gran foto, pero en la que estaban todos presentes hace por lo menos unos 9 años atrás. Estaba absolutamente todos los guerreros, sus esposas, hijos, nietos, amigos verdes otros pelados. Todos. (*3)

Miró a su derecha y allí estaba el siguiente marco, solo que esta vez se sorprendió con algunas fotos que contenía, ya que no recordaba habérselas tomado, no apropósito por lo menos. Se notaba que alguien las había capturado sin darse cuenta, y éstas eran de hace pocos meses atrás. La primera fotografía de ese marco era de él y Pan. Ella abrazándolo por la espalda con su mejilla pegada a su rostro sonriendo. Aquella foto, si mal no recordaba, fue de un día que ellos, su hermana y Goten estaban en el jardín de la casa de los Brief conversando a la orilla de la piscina. No había nadie más que ellos cuatro allí, entonces era obvio que Bra había tomado la foto a escondidas. -¿Hace cuánto tiempo habrá estado planeando esto? -Se preguntó, pero no le dio importancia ya que la siguiente imagen puso otra sonrisa tonta en sus labios. Nuevamente eran ellos dos, pero esta vez sus rostros estaban frente a frente, casi en un beso. La tercera, estaban sentados sobre en sofá de la casa riendo como dos adolescentes enamorados. Y la última era de ambos bailando en la fiesta del matrimonio de Bra y Goten. (*3)

Se alejó de la mesa y las miró de unos metros volviendo a sonreír con el mejor regalo que su hermana le había dado alguna vez. Tendría que agradecerle por aquella linda sorpresa que le tenía preparada, sabía que Bra siempre estaba pendiente de él, así como él de ella, pues amaba a su hermana. Pero aquel regalo había superado con creces todos los anteriores. Pero su sonrisa pronto se borró durante unos segundos al escuchar el portazo, unos fuertes pasos acercarse y una mala cara que traía Pan a la oficina.

- ¡Trunks! -dijo con enfado mirando directo a sus ojos azules desde la puerta.

- ¿Si? -respondió calmadamente con la misma sonrisa anterior.

- ¿Y esto? -alargó su mano mostrando un prenda íntima femenina de color negro.

Trunks frunció el ceño y la miró más detenidamente, luego volvió a sonreír. -¿qué pasa con eso? -preguntó.

- ¿De dónde sacaste esto? -preguntó casi desesperada tratando de ocultarlo pues sus celos ya estaban más arriba de la coronilla y pronto a explotar. Ya podía imaginar a quien pertenecían y eso era lo que más temía.

- ¿Cómo que de dónde los saque? -se acercó a ella y se los quitó. Pan seguía con una cara dura y enfadada. -estas celosa... -afirmó. Ella negó con la cabeza. -y de ti misma... -sonrió.

Frunció el ceño. -¿Cómo? -dijo confundida.

- Es tuya, tontita. -se acercó a ella y la abrazó por la cintura, pero Pan seguía tiesa como estatua. Se alejó de él y volvió a tomar la prenda para inspeccionarla mejor. -estaba en el bolsillo trasero de uno de mis pantalones... y si recuerdo bien... -dijo con picardía. -te las quite en el baño de aquel hotel hace unas semanas atrás.

- Ohh... -dijo suavemente con las mejillas rojas como un tomate.

- Si... "Ohh". -la fastidió. -ven aquí. -la volvió a abrazar y ella también lo hizo, pero pasado unos segundos...

- ¡¿Y ESO? ! -gritó mirando la pared de fotos. -¿de dónde sacaste esas fotos? -miró las de ella y Trunks en la pared.

Trunks se separo de ella y le explicó. Y poco después notó un nuevo marco, éste sobre su escritorio. (*4) -¿Cuándo te sacaste ésta? -se la mostró y Pan sorprendida se tapó la boca con las manos.

- Esa maldita Bra. -masculló entre dientes.

- Te ves hermosa. -admitió tomándola entre sus manos.

- ¡Argh!... esa... es del año pasado. Mis padres querían tener una en casa... ya sabes, cuando viví en Nueva York.

- ¿Y cómo la consiguió? -la dejó sobre el escritorio nuevamente.

- Eso mismo me preguntó yo. -murmuró, miró la foto y puso cara de desaprobación. Cuando iba a cogerla entre sus manos Trunks lo impidió.

- Ya sé lo que estas pensando. -murmuró en su oído y tomó sus manos para alejarlas del retrato. -el regalo es mío, así que ahí se quedará.

- Pero... -protestó.

- No. -sentenció. Aun con sus manos entrelazadas, literalmente, la empujó hacia fuera y cerró la puerta. -eso se queda ahí... y tú... vienes conmigo. -la guió por el pasillo hasta su habitación. Una vez allí soltó sus manos y cerró la puerta. Ella con cara de incógnita lo observó caminar hacia ella con paso fiero y masculino.

- ¿Por qué sonríes? -le preguntó cuando su boca se torció.

Él levantó sus cejas. -por nada. -la tomó de la cintura y la pegó a su cuerpo. Enterró su nariz en su cuello y le habló nuevamente. -¿te quedarás?

- No lo creo. -sus manos automáticamente lo abrazaron.

- Vamos... -suplicó.

- No debería...

- Sólo por esta vez. -se alejó y la miró a los ojos.

- Sabes que eso es mentira. -le sonrió.

- Mmm... -acercó sus labios a los de ella y la besó suavemente. Pan movió las manos de su espalda, por su pecho hasta llegar a su cuello. -quédate.

Ella negó con la cabeza. -más adelante... por ahora no...

- ¿Por qué?

- Dejemos que mi papá se vaya acostumbrando a la idea de... nosotros ¿si?

Trunks frunció el ceño. -pero ¿qué tiene que te quedes aquí conmigo?

- No es nada de malo, Trunks. Pero creo que a cualquier papá no le gustaría que su hija se quedara el primer día de mudanza de su novio con él durante la noche. -Trunks asintió no muy convencido. -además... después tendremos todo el tiempo del mundo.

- ¿Si? -la miró con una sonrisa picarona. Ella asintió. -¿te quedarás un rato más?... Yo te voy a dejar a casa. -Ella confirmó su respuesta positiva con un beso sobre sus labios y una sonrisa. Trunks sonrió satisfecho y se acercó otra vez para un beso más prolongado y profundo que el anterior. Partió sólo rozando sus labios rosados, tentándola a más. Pan de puntillas se acercó más a él hasta obtener el beso que deseaba hacia rato. El guerrero rodeo con un brazo su cintura mientras que la otra mano tomó una pierna de ella obligándola a rodearlo por la cintura. Una vez que ella estaba prácticamente sobre él, Trunks caminó hasta dejarla sentada sobre la mesita de noche. Él aún entre sus piernas no dejó el beso hasta que la misma Pan comenzó a quitar su camisa, dejándola tirada en algún lugar del suelo. El pelivioleta sonrió de medio lado y con sus hábiles manos comenzó a desabrochar su pantalón. Pan se acomodó un poco más atrás para facilitarle el trabajo cuando accidentalmente afirmó su mano sobre el reloj despertador y éste sonó con una canción.

Te juro que te siento,

pequeña y delicada,

y es un dulce narcótico maravilloso saber que me amas.

Y como en un reflejo, estas aquí en mi vida.

Y es esa magia de tenerte cerca,

cuando me respiras.

Ambos se sobresaltaron al sonido, pero realmente no le dieron demasiada importancia dejándolo sonar mientras continuaban con su amar. Luego de desabotonar el pantalón y bajar la cremallera, subió sus manos para quitar la prenda superior con delicadeza, pasándola por sobre su cabeza y también tirándola al suelo.

Tu cuerpo en mi cuerpo,

así entrelazados, en un boca a boca,

no queda un espacio,

mientras me cuelgo a tu cintura,

y voy jugando justo a la locura.

Admiró una vez más ese pequeño y delicado cuerpo entre sus brazos, ella era exquisitamente hermosa y lo mejor... era sólo para él.

Con aquel pensamiento posesivo la rodeo por la cintura y la llevó hasta la cama en donde la recostó con suavidad quedando de rodillas entre sus piernas para quitar la molesta prenda inferior que cubría sus piernas. Ya logrado, y quedando solo en ropa interior, Pan, se sentó frente a él y también fue quitando las prendas restantes hasta quedar solo en bóxer, esta vez de color blanco, dejando ver su, ya, erguido miembro bajo la fina tela.

Quitémonos la ropa que nos viene bien,

recórreme despacio por toda la piel,

y bésame, y bésame,

comámonos a besos ven devórame,

y bésame y dime de tus labios que quieres volver,

abrázame y bésame,

amémonos despacio y luego quédate.

Trunks no pudo evitar sonreír con más ganas al escuchar la letra de la canción. -¿escuchaste? -susurró. Ella lo miró con el ceño fruncido. -amémonos despacio... y luego quédate. -repitió la última parte de la canción. Pan no pudo evitar sonreír.

- Parece que todo esta en contra mía, incluso la radio. -comentó para luego sentir aquellos labios sobre su boca pidiendo acceso a uno más apasionado.

Te juro que te siento,

aunque no digas nada,

y son esas caricias y el perfecto idioma

con que tú me hablas.

Y que mejor ahora que estas a mi lado,

que ya no tengo excusas para no creer,

que ya no tengo miedo en saber que te amo,

y que me quedaré.

Sin siquiera darse cuenta de cómo o cuándo él había quitado su ropa interior, se vio acostada bajo las sábanas con él sobre ella. -hace frío. -dijo en voz baja tomando las frazadas de la cama y tapándose a ambos. Acomodó aquellas lujosas y costosas cubre camas hasta su cabeza, por lo que ambos amantes estaban tapados por completo. Trunks afirmó sus codos a los costados de Pan para no aplastarla con su peso y besó sus labios, su cuello y sus orejas. -Te amo, Pan.

La pelinegra al oír aquellas palabras cerró sus ojos y dejó que su ronca y amada voz inundará su mente para encerrarla en aquella burbuja de amor y pasión. Sintió como acariciaba una de sus mejillas con el dedo pulgar, abrió sus ojos para encontrarse con aquellos azules que miraban directamente el negro. Suspiró, besó sus labios y murmuró contra ellos: -Te amo, mi Trunks. -Y al finalizar aquellas palabras sintió como su amor se abrió paso en su cuerpo llenándola de pasión, lujuria y éxtasis.

Quitémonos la ropa que nos viene bien,

recórreme despacio por toda la piel,

y bésame, y bésame,

comámonos a besos ven devórame,

y bésame y dime de tus labios que quieres volver,

abrázame y bésame,

amémonos despacio y luego quédate.

A medida que el calor y la danza erótica progresaban con el paso de los minutos la embriaguez que sentía Pan se intensificaba con el aroma del ambiente, las caricias, los besos y las arremetidas suaves y constantes. Era imposible mantener los ojos abiertos, pese a escuchar muy a lo lejos el pedido de su novio junto a su oído. Cuando los abrió pudo ver claramente los cabellos lilas en su frente sudada, sus mejillas perfectamente enrojecidas y la lujuria que despilfarraban sus ojos. No pudo evitar acercarse a él y besarlo con la mayor pasión que pudo entregarle. Él en forma gustosa se lo devolvió y la tomó con más fuerza por la cintura cerrando cualquier espacio que pudiese haber entre ellos.

Los jadeos y respiraciones entrecortadas en su boca lo hicieron alejarse un poco para brindarle mayor cantidad de aire. Observarla con sus ojos fuertemente cerrados, sus mejillas rosas, sus labios hinchados y enrojecidos, y esos suaves jadeos, sumado a la tensión que sintió en su cuerpo le indicó que ella estaba próxima a su orgasmo. Ese rostro lleno de lujuria y saber que él provocaba aquellas sensaciones en ella, de alguna forma lo llenaron de ese orgullo masculino por aquella misión, casi, cumplida. Siguió penetrándola, esta vez más duro y profundo hasta sentirla tensarse y tragar un gemido que reprimió contra su cuello. Quiso calmarse, no transformarse en ese bruto demonio que quería ser cuando la poseía, pero el escuchar su nombre en esa boca jadeante no hizo más que perder el hilo coherente de sus pensamientos. Las arremetidas contra ella se hicieron más erráticas y rápidas, por segundos perdía el control de sus actos apretándola por la cintura más fuerte de lo debido, hasta escuchar un nuevo gemido, continuó hasta por fin liberarse de esta tensión que se venía arremolinando en su vientre bajo hasta vaciarse en ella. Su respiración se hizo más profunda, tratando de captar el aire faltante en sus pulmones, se desplomó a su lado, y sin dejar de abrazarla la acercó a él pegándola en su pecho y besando reiteradas veces su frente pidiendo perdón.

- Deja... -pidió.

- Lo siento, no quise ser tan bruto... otra vez. -su voz sonó arrepentida.

Pan afirmó las palmas de las manos en su pecho, se irguió y lo miró a los ojos. -todo esta bien. -aseguró. -me gusta... -susurró con sus mejillas encendidas por la vergüenza. -me... me gusta que seas así conmigo.

Él con una nueva media sonrisa, apartó un negro mechón rebelde de su rostro y lo acomodó tras su oreja, se incorporó y la abrazó obligándola a sentarse en su regazo. Pan podía sentir como él respiraba en su cuello, sintiendo sus labios curvarse en forma de sonrisa.

- No te vayas. -pidió una vez más. Ella lo miró, sonrió y asintió. Trunks sonrió junto a ella y de su poder de convencimiento. Se lo agradecería de alguna manera, de eso estaba seguro, pues pasar la noche, su primera noche en aquel departamento renovado era como empezar de cero y borrar el pasado de aquel espacio habitable.

...

- ¿Pan? -escuchó la voz maternal llamarla desde la cocina.

- Si, mamá... -entró allí y la vio servir el café a su padre quien leía el diario.

- ¿Cuándo llegaste que no te sentí? -se sentó al lado de su marido.

- Mmm... -miró a su padre que, ahora, dejó de lado el diario y la miró a los ojos seriamente. -llegué hoy en la mañana... -dijo en voz baja. Gohan dejó el papel que sostenía a un lado de la mesa, tomó la taza de café y le dio un pequeño sorbo. La menor seguía de pie a la entrada de la cocina sintiéndose incómoda por el interrogatorio y por sobretodo las miradas que su padre le brindaba. Aún así el hombre de la casa suspiró, miró a su hija con más amabilidad que hace dos segundos atrás y le indicó con una mano que tomara asiento a su otro lado.

- Supongo que desayunarás aquí... -él murmuró.

- Sip. -rápidamente se sirvió un vaso de jugo de manzana, se hizo unos panecillos y se sentó al lado de su padre.

Luego de unos minutos de total silencio, Gohan volvió a hablar. -Pan... -miró a su lado, ella levantó la vista del vaso y lo observó. -anoche...

- Lo siento. -dijo sin antes escuchar a su progenitor.

- No... -dijo con suavidad. -anoche deberías... -miró a su esposa quien asintió con una sonrisa. -deberías haber avisado que no llegarías a casa ¿sabes? Así no me preocupo como un maniático por ti.

Pan con ojos totalmente sorprendidos lo miró ¿No le iba a decir nada más? ¿Alguna especie de molestia? ¿Reto? ¿Castigo? ¿Nada? Miró a su madre.

- Lo que quiere decir tu padre... -explicó. -es que no hay problema que pases las noches con...

- Algunas. -dijo Gohan con rapidez. -algunas noches. -aclaró.

- Bueno... no hay problema con que pases algunas noches con Trunks. Sólo debes avisarnos para así no preocuparnos. ¿Esta bien? -Pan sin decir una palabra sólo asintió.

Gohan algo asfixiado con la conversación decidió que ya era hora de irse al trabajo. Se puso de pie, dejó la taza de café y su plato en el lavaplatos, luego mientras se arreglaba la camisa, su corbata y se ponía su chaqueta, no podía dejar de pensar en lo rápido que había crecido su única y adorada hija. Ya era toda una mujer, una mujercita que tenía derecho a tener una vida privada e intima con su novio pese a su gran molestia, pero era lo normal, lo debido y lo correcto por parte de él en aceptar esa vida de su hija. Ella lo había elegido y parecía feliz, al final de cuentas solo eso importaba, que fuera feliz.

Se acercó a Pan y besó su frente a modo de despedida, luego a Videl y la besó suavemente sobre los labios. -Nos vemos en la tarde, que tengan un excelente día. -dijo con la mejor sonrisa fingida que pudo hacer, pues no podía dejar de pensar en Pan y Trunks de ese modo. -¡Ah! -exclamó antes de salir de ahí. -Videl... -dirigió sus ojos a ella. -recuerdas que... -dejó inconclusa la oración ya que ella asintió recordando de inmediato su conversación de anoche.

- Hijita... -Videl le habló a través de la mesa. Pan levantó las cejas y miró a su madre, luego a su padre para volver a Videl. -hoy en la tarde tenemos que hablar. Así que no demores mucho en llegar ¿si? -se puso de pie y comenzó a trasladas todos los trastos sucios de la mesa.

- ¿De qué? -inquirió.

- Sobre... -miró a su marido.

- Trunks y tú. -finalizó Gohan.

- Pero... ya lo hablamos ¿no?

- En realidad sí, pero esto es... verás... -comenzó a balbucear.

- Queremos que se cuiden. -dijo Videl más relajada que su esposo.

- ¿Qué me cuide? -dijo confundida. -pero si saben que Trunks no me hará nada malo. -frunció el ceño. -creo que lo conocen... quizás mejor que yo.

Videl sonrió y Gohan endureció su rostro. -no... es sobre... ya sabes... que pases las noches con él. -dijo ella.

- Pero si... Ohh... -enrojeció al instante. -no... no es necesario, creo que ya sé... ya, ya saben... yo ya... no...

- Si hija, ya lo sabemos, pero... -decía Videl.

- Esto no es lo mismo. -volvió a decir Gohan en forma seria. -Trunks no es humano, es medio sayajin y... esto es completamente diferente.

- Hija, y tú eres también sayajin... no funciona de la misma manera. Bueno, técnicamente sí funciona de la misma manera, pero...

Gohan exasperado interrumpió. -lo que quiere decir tu mamá es que tenemos que hablar en la tarde. ¿Esta claro? -Pan asintió. -se hace tarde. -comentó al ver su reloj: 07.37am. -Nos vemos. -hizo una seña de manos, tomó su maletín y partió a la puerta de entrada, pero antes de poder girar la manilla el timbré sonó. -¿Quién viene tan temprano? -murmuró al abrir la puerta.

- Bueno días señor. -dijo un chico de mediana edad vestido con una chaqueta amarilla. -busco a la señorita Pan Son. -miró una planilla que sostenía en su mano izquierda mientras la derecha sostenía un lápiz.

- Si, aquí vive.

- Firme esto por favor. -le entregó lo que sostenía en sus manos. Gohan lo firmó y se lo entregó de vuelta. El chico se hizo a un lado de la puerta y apareció otra vez para, ahora, sorprender a Gohan con lo que le entregaba.

- Papá... ¿quién.... ? -decía Pan a medida que se acercó a la puerta y abrió sus ojos en sorpresa.

Continuará...

SENTIR

Capítulo 14: "Quitémonos la ropa"

Y así, luego de recordar todas las travesías del día, ya habían pasado exactamente dos horas desde que su padre y Trunks salieron por aquella puerta.

- Pan, por segunda vez ¿quieres dejar de dar vueltas? Te recuerdo, vas a gastar la alfombra. -dijo Videl a su hija que seguía caminando de un lado a otro.

- Mamá, por favor déjame... ha estado temblando y dudó que haya sido un evento de la naturaleza misma. -miró hacia la puerta que sonó al abrirse. -por fin. -susurró. Miró expectante a que entraran, esperando encontrar a su novio molido por los golpes de su padre y al verlos entrar abrió sus ojos en sorpresa. - ¿Papá? -susurró, no podía creer lo que sus ojos estaba viendo.

Continuará...

- Siento mucho la demora. -dijo Gohan con tono de voz ¿normal? Caminó hasta su esposa que estaba igual que su hija con el ceño fruncido y le habló suavemente. -podríamos comer algo ¿no?

Pan y Videl quedaron más sorprendidas aún, Gohan estaba pidiendo comida, señal de buen humor. Eso era extraño. ¿Qué había pasado con éstos dos? ¿Qué habían hecho en aquellas dos horas?

- Claro. -respondió Videl. Los dos caminaron hasta la cocina en silencio dejando a Pan y Trunks solos en el recibidor de la casa.

Pan se acercó sigilosamente a Trunks luego de que sus padres desaparecieran. Esto era extraño, muy extraño. Su padre estaba intacto, ni siquiera una arruga en la camisa y su novio ¿en las mismas condiciones?

- ¿Qué... pero.... no te golpeó? -preguntó aun sin creerlo.

- No. -simplemente respondió.

- ¿Qué hizo? -lo examinó de pies a cabeza.

- Hablar.

- ¿Nada más?

- No.

- ¿Seguro?

- Si.

- ¿Qué hablaron?

- Cosas.

- ¿Qué cosas?

- No te lo puedo decir.

- ¿Por qué no?

- Porque es una conversación entre Gohan y yo.

- Pero es mi padre.

- Lo sé. -Pan suspiró frustrada. -mejor vamos a la cocina yo también tengo hambre. -y sin decir o dar algún otro tipo de explicación se fue a la cocina, dejándola de pie sola y totalmente sorprendida. Le tomó unos segundos poder recuperarse cuando escuchó como hablaban allá, como si nada hubiera pasado. Ella negó con la cabeza y se fue a unir con los demás.

- Sí, unos camarones no estarían nada de mal. -dijo Trunks cuando Pan entró y los vio.

- Pan, ¿quieres camarones? -preguntó Gohan.

Ella miró a su madre para algún tipo de respuesta con el comportamiento de ambos hombres, pero ella la miró y se encogió de hombros. -esta bien.

Así Gohan, Videl, Trunks y Pan comieron y charlaron como si todo fuera normal, pero la pelinegra sabía que algo raro había ahí, no quiso indagar en esos momentos, ya más adelante se lo sacaría a su novio como diera lugar.

- Si, Pan pidió permiso el día sábado en su internado, así tendríamos todo el fin de semana próximo para el trasladas las cosas a su nuevo apartamento. -explicó Gohan.

- Yo ya arrendé para ese día un camión, así se trasladan las cosas más grandes, podríamos hacerlo nosotros mismos, pero el departamento esta situado en medio de la ciudad y sería muy fácil que nos vieran. -comentó Trunks.

- Si, es lo más adecuado. -acotó Videl.

- Bulma me contó que ya te habías mudado. -el padre de familia miró a Trunks con seriedad.

- No todavía, es decir, casi todas mis cosas ya están allá, solo faltan algunos detalles que deberían haber terminado hoy, así que mañana me mudo. -Gohan asintió.

- ¿Es el mismo de antes? -preguntó Videl.

- Sí, el mismo. -ella asintió.

Gohan mientras escuchaba la conversación entre su esposa y, ahora, novio de su hija, miraba a Pan detenidamente que al parecer no estaba prestando la más mínima atención, sólo miraba su comida y revolvía los alimentos de un lado a otro. -Pan ¿estas bien? -dijo con precaución. Los dos ojiazules la miraron, ella levantó la vista y con una sonrisa les respondió un sí. -estas muy callada.

- No, estoy bien. -aseguró.

Gohan asintió no muy convencido, pero lo dejó pasar. -¿Cuándo te entregan las llaves del apartamento?

- El miércoles.

- Te acompañaré. Hay que revisar que los salones se encuentren en perfecto estado antes de cerrar la negociación. -acomodó sus lentes.

- Sí, de todos modos te lo iba a pedir porque necesito que firmes unos papeles que me piden. Como soy estudiante creen que no pagaré, así que me exigieron un segundo deudor.

- Pero si lo vas a pagar todo de una vez ¿para que necesitan un aval?

- Las empresas constructoras funcionan así. ¿Pan, vas a pagar con cheque? Porque no creo que lleves el dinero al contado ¿no? -ella asintió. -por eso, -volvió a explicar a su suegro. -no van a estar seguros hasta que cobren el cheque en el banco, luego de eso tu nombre desaparecerá del contrato y quedará solamente Pan como dueña de la propiedad. -Gohan asintió.

- Algo que no sabías... ¿extraño no? -comentó Pan divertida hacia su padre. Éste rió.

- Cierto. No me familiarizo con nada de constructoras, o contratos de bienes raíces. -se encogió de hombros y siguieron charlando hasta que ya se hizo muy tarde y Trunks decidió que era hora de irse.

- Si, en eso quedamos. -Trunks estiró su mano en forma de despedida hacia su suegro.

- Nos vemos. -apretó con fuerza la mano del pelivioleta.

- Videl, gracias por la comida, tus camarones estaban exquisitos. Nos vemos pronto. -un beso en la mejilla y se alejó con Pan hacia la puerta, sin embargo Gohan estaba desde la cocina observándolos.

- Nos vemos mañana pequeña, descansa. -se despidió ya afuera de la puerta de entrada. Dudó en darle un pequeño beso sobre los labios, sobretodo al ver a Gohan un poco más atrás, así que descartó la idea de inmediato moviendo sus labios a su frente.

- Nos vemos, Trunks. -susurró.

Él se iba a ir, pero al ver su rostro indescifrable volvió a hablar. -Pan, ¿estas bien?

Ella lo miró a los ojos. -estoy bien, solo un poco desconcertada con todos esto. No pensé que las cosas iban a resultar de este modo.

- Te dije que todo iba a salir bien. -acarició una de sus mejillas con su pulgar. Se acercó nuevamente y la besó ahí. Ella asintió en silencio. -nos vemos amor, mañana a la hora de almuerzo ¿ok? -se acercó una tercera vez más a ella, quería besarla sobre los labios, pero no era prudente hacerlo, así que tomó una de sus manos y la besó en los nudillos para luego alejarse hasta la puerta de su auto. Cuando iba a abrir su puerta inesperadamente Pan gritó.

- ¡Trunks! -dijo en voz elevada haciéndolo detener y voltear a ella. Se acercó corriendo a él, se lanzó a su cuello y lo besó sobre los labios por poco tiempo. Se separó a regañadientes y le susurró un suave. -te amo.

Inevitablemente sonrió al ver las reacciones siempre inesperadas de su novia. -cuida ese brazo, pequeña. -advirtió al verlo flexionado. -no quiero saber que ha sangrado o se ha infectado. -dijo con voz paternal. Ella entrecerró los ojos indignada con su comentario. Trunks suspiró y sonrió. -yo también te amo. -respondió.

Gohan respiró sonoramente al ver la escena, volteó y fue hasta donde se encontraba su esposa. -esta bien, mi amor. -ella acarició su espalda cuando se sentó en una silla completamente cabizbajo. -ya te acostumbrarás. -susurró en su oído y besó su mejilla.

- Eso espero. -respondió tomando a Videl de las caderas y obligándola a sentarse sobre su regazo apoyando su cabeza en su hombro. -debimos tener otra niña. -Videl rió. -en serio. -la miró a los ojos. -así no sentiría que no nos queda nada. Pan se va este próximo fin de semana de casa y estaremos otra vez solos, todo porque ese maldito me la quitó. -dijo refiriéndose a Trunks.

- ¿Acaso no recuerdas esos tres años que estuvimos solos? Cuando Pan vivió en el extranjero.

- Si, ¿y?

- Pues... lo volveremos a pasar bien. -susurró en forma seductora besando su oreja. -no deberás preocuparte porque Pan nos escuche, nos vea, o nos sienta. -siguió su ronroneo. -tenemos la casa para nosotros solos.

- Entonces me tendrás que hacer recordarlo porque la verdad... ya se me olvidó. -tomó con más fuerza su cintura y la acercó para un beso más apasionado.

Un carraspeo los interrumpió haciéndolos separar. Pan se los quedó mirando cuando entró a la cocina. -esta es una de las cosas por las cuales me quiero mudar. -murmuró sabiendo muy bien que ambos escucharían. -mamá, papá... gracias, de verdad. -se acercó a ellos y los abrazó. -los quiero... mucho.

- Y nosotros aun más. -Videl le sonrió besando su mejilla.

Pan se alejó. -me iré a dormir. -cuando se iba Gohan la detuvo.

- Hija, -llamó su atención, ella se giró y lo miró. -cuando... cuando tengas una noticia importante, quiero... queremos ser los primeros en saber.

- Lo haré. -asintió sonriendo con sinceridad y se fue.

Caminó a paso lento hasta su habitación, se cambió pijama, se lavó los dientes y se fue a acostar.

Era increíble como habían sucedido estos instantes. Jamás pensó que su padre iba a reaccionar de aquella manera: no le hizo daño, apenas le gritó, apenas se enfadó y la noticia de su romance con Trunks se la tomó bastante bien. A pesar de que no sabía que habían hablado durante esas dos horas se sentía feliz y aliviada. Ya no tenía ese peso sobre sus hombros de estar ocultando su amor por el hijo de Bulma y Vegeta, y eso realmente la tranquilizaba. Ahora podía hacer una vida normal, sin ocultarse, mostrarse frente a sus familiares y amigos sin miedo, sin secretos y la sensación era fantástica.

...

- ¿Le gusta? -preguntó un señor regordete vestido con un overol azul manchado con pintura.

- Quedó mejor que antes. -le sonrió. -¿no te parece? -le preguntó a su acompañante pelinegra.

- Bellísimo.

- Aquí tiene. -le entregó las llaves. -cualquier duda me llama. ¡Ah! y antes que lo olvide, la decoradora vino hace un par de horas y me dijo que le entregara esto. -sacó de su bolsillo un sobre amarillo.

- Gracias.

- Ok, entonces trabajo terminado. -sonrió satisfecho el señor.

- Mañana como a las 11 de la mañana pase por mi oficina y arreglamos los últimos detalles del pago. Nos vemos. -se despidió de un apretón de manos.

- Hasta mañana señor Brief. -estrechó su mano. -señorita. -hizo una reverencia hacia Pan y se marchó.

- ¿Ya tienes todas tus cosas aquí? -preguntó cuando el hombre se fue.

- Si. -Pan seguía mirando a su alrededor.

-Contrataste a una decoradora, -dijo con voz seria. -Bra te matará si se entera.

Trunks rió. -lo sé, pero no iba a dejar que ella lo decorara, tenemos gustos completamente diferentes.

- Ya comenzó a decorar el mío, -dijo fingiendo temor y Trunks volvió a reír. -bueno, no solamente ella... contrató a alguien, aunque tu hermana es la que da el ultimátum. Le dije que quería algo sobrio y espero que así lo haga.

- Sí, lo hará. Ya paso esa etapa en donde quería todo color rosa. -se carcajeó.

- Y con brillos. -continuó Pan.

- Claro. -volvió a reír. Se acercó a ella desde la espalda y la abrazó. -Esta noche te podrías quedar aquí. -susurró en su oído.

Ella rió bajito. -no lo creo. -contestó. Se volteo quedando frente a él y tomó sus manos. -no creo que papá se alegre con eso. Primer día de entrega del departamento y su hija se queda con su novio. No... no... no... -volvió a negar con la cabeza sonriendo.

- Vamos. -la alentó. -no te haré nada malo o nada que tú no quieras. -sonrió de medio lado. -es más, podría hacer algo muy, muy pero muy bueno... contigo.

Ella rió con ganas. -eso no lo dudo. Pero tú eres malo. -Trunks levantó una ceja. -te aprovechas de una jovencita como yo con todos tus encantos. Debería denunciarte. -dijo seriamente.

- ¿Ah si? -la tomó por la cintura y la pegó a su cuerpo.

- Sí. Me traes aquí diciendo que te acompañe a ver como quedó tu apartamento y me engatusas trayéndome aquí... a solas, en el horario de comida... y no hemos comido nada. -sube sus manos por su pecho hasta llegar a su cuello. -me dices palabras lindas y me seduces, me besas, me tocas y... -miró a su alrededor. -me obligas a ir ahí, -apunta un sofá grande negro. -en donde me recuestas y no me dejas ir. -dijo ahora un poco sonrojada.

- No tenía idea que te había traído para eso. -dijo con voz ronca acercándose a su boca. -pero si lo hago puede que me denuncies. Así que... no lo haré. -se acercó a ella y besó castamente su boca.

- Mmm... aunque pensándolo bien... -sonrió. -puede que no te denuncie... dependiendo del resultado.

- ¿Cuál resultado? -Trunks preguntó.

- Si me gusta o no.

- Siempre te gusta. -afirmó.

- Puede que no. Eso no lo sabes. -dijo ella levantando una ceja.

- Sí lo sé.

- No... ¿y si finjo? Puede que sea buena actriz.

- No, eres pésima mintiendo.

- De eso no estas seguro.

- Si lo estoy... hay... cosas que te delatan. -volvió a susurrar en su oído, caminado hacia aquel sofá llevándosela con él lentamente.

- ¿Qué cosas me delatan? -ella preguntó.

- Esto. -susurró esa palabra nuevamente en su oído. Se alejó de ella y la miró a los ojos. -cada vez que te hablo en el oído te tensas, -miró su cuerpo. -y a veces provoco escalofríos en tu cuerpo. -ella no dijo nada y continuó mirándolo. -Y cuando te beso aquí, -llevó su boca hasta el lado derecho de su cuello y la besó suavemente. -siempre suspiras. -vio como ella respiró más sonoramente.

Ella trató de recomponer su postura. -¿y? Puede que lo siga fingiendo.

- Hay cosas que definitivamente no puedes fingir... son inconcientes... reacciones de tu cuerpo con el mío... como esto. -pasó su mano derecha suavemente por su pecho, lo masajeo suavemente y con ternura, haciendo que su pezón se irguiera bajo sus ropas. -¿lo ves? -volvió a besarla, la tomó de la cintura y la subió del suelo, obligándola a rodear sus caderas con sus piernas. Así él se la llevó al sofá en donde se sentó con ella en su regazo. En silencio continuaron con caricias y besos. Trunks sujetó con fuerzas de la cintura, subiendo poco a poco sus ropas para tocar su piel, mientras Pan no dejaba de besarlo sobre los labios sujetándolo por el cuello, acercándolo hacia ella.

Un sonido, proveniente del bolso de Pan en el suelo a un lado de la puerta, rompió el beso momentáneamente. -tu celular. -dijo él contra sus labios.

- Déjalo. -volvió a besarlo, mientras el sonido seguía de fondo.

Trunks obedeció y sin dejar el beso bajó sus manos hasta encontrarse enfrente del botón de su pantalón azul. Con una destreza sin igual los desabrochó y bajó la cremallera para meter una de sus manos bajo la ropa. -¿sigues fingiendo? -le preguntó cuando un pequeñismo jadeo escapó de sus labios. Ella sonriendo asintió. -Hmmph. -abrió paso entre sus bragas blancas y la tocó sin ropa de por medio. -eso no se finge. -afirmó al sentir su humedad entre sus dedos.

- Contigo no puedo fingir. -admitió antes de volver a besarlo.

El sonido del celular volvió a retumbar en aquel silencioso departamento. Trunks continuó acariciándola suavemente provocando más excitación entre ellos. Pan comenzó a desabotonar su camisa, pasó sus manos por sus abdominales, subiendo hasta llegar a su cuello, luego bajó por sus brazos para quitársela, y cuando lo hizo por casualidad pasó a mirar su reloj en su muñeca izquierda. -¡Ay no! -exclamó en voz alta, saliendo del regazo de Trunks, cerrando sus pantalones y corriendo a la puerta en busca de su bolso, donde sacó rápidamente el celular que seguía sonando.

Él se la quedó mirando confundido. -¿Qué? -le preguntó. También se puso de pie y acomodó el bulto entre sus piernas que le ocasionaba presión con el pantalón.

- ¿Dónde estás?-dijeron por el auricular. Trunks logró escuchar al otro lado de la línea.

- Me atrasé. -respondió ella mientras buscaba su chaqueta que colgaba de una silla.

- La profesora acaba de entrar por la puerta, si no te apuras quedarás afuera. -dijo aquella voz masculina. Trunks frunció el ceño.

- Ya voy llegando. -mintió.

- Ok, te guarde un puesto al lado mío. ¡Apúrate! -y cortaron.

- ¿Quién era? -preguntó Trunks viendo como Pan se ponía la chaqueta, guardaba el celular en su bolso y corría hacia una ventana.

- Luego te cuento. ¡Adiós! -le gritó antes de salir volando por los aires.

- Pero... -no alcanzó a terminar pues había desaparecido. Otra vez se sentó en el sillón, pasó sus manos por su cabello y miró su entrepierna pensando qué iba a hacer con eso. Miró su reloj, las 2.49 del día. Ya no tenía más trabajo por el día, su madre le había concedido salir más temprano, a la hora de almuerzo, para terminar de arreglar los últimos asuntos de su mudanza. Pero ya estaba prácticamente todo listo. Suspiró, se puso de pie y caminó hasta su baño. Una buena ducha fría podría arreglar aquel asunto que se encontraba un poco más debajo de sus caderas, sino... estaba la siguiente opción para deshacerse de eso. No estaba como primera opción ya que había salido volando por la ventana, pero tampoco podría ir a la casa de sus padres para buscar unas últimas cosas teniendo en cuenta su estado. Así que resignado, lo más cercano era la segunda opción, la preferida por los adolescentes cuando no tenían novia. Rió con aquel pensamiento tan inmaduro, pero era cierto ¿qué iba a hacer? Se encogió de hombros y se quitó la ropa en su habitación para ir a su cuarto de baño.

...

- Y tú ¿qué haces aquí? -su hermana preguntó desde el sofá. Se encontraba cómodamente estirada mirando televisión mientras su hijo gateaba de un lado a otro frente a ella en la alfombra del suelo.

- Hola Bra, que bueno verte. Pero la pregunta es ¿qué haces aquí? ¿Acaso ya no tienes casa? -se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla sentándose a su lado.

- Si tengo, pero no me gusta estar sola. Hoy Goten tiene más trabajo, esta cubriendo la ausencia del presidente de Corporación Cápsula porque esta liado con la mudanza. -dijo sarcásticamente.

- En eso esta el jefe, buscando las últimas pertenencias en la casa de sus padres. No deberías hablar mal del presidente, después de todo es el jefe de tu esposo. -dijo con una sonrisa.

- ¿Ah no? Pues entonces le tendré que decir al jefe que aunque se crea el todo súper poderoso de la empresa, solo le pertenece el 50%, la otra mitad es mía. Además... si le hace algo a mi esposo, él sabe muy bien que tengo una gran influencia en su novia. Es mi mejor amiga... parece que el presiente de C.C no lo recuerda... -puso el dedo índice bajo la mejilla con cara de pensativa.

Trunks entrecerró los ojos. -es un golpe bajo. -murmuró. Ella se encogió de hombros y sonrió.

- Geko... Geko ¡no! -de un salto Bra se puso de pie quitando lo que su hijo se había metido a la boca. -no, eso no se come. Por dios. -murmuró. Lo tomó en brazos y se llevó con ella hasta el sofá.

- ¿Algún día piensas volver a la universidad o tomar el puesto que te pertenece en la empresa? -Trunks preguntó mientras acariciaba la cabeza de su sobrino que lo miraba con ojos brillantes sonriendo mostrando sus encías rosadas.

- Con este revoltoso... -miró a su hijo. -no lo creo, no le puedo despegar un ojo de encima por más de dos minutos. Quizás cuando este un poco más grande y mamá y papá se puedan quedar con él, por ahora no lo creo, siempre están ocupados y Geko es demasiado inquieto, debo estar con él hasta que sea un poco más independiente y no necesite tener un par de ojos vigilándolo todo el tiempo.

- Así veo. -dijo divertido viendo como el niño se removía inquietamente en los brazos de su madre. -aunque tampoco es malo quedarse en casa. Así descansas... bueno lo que se pueda con este pequeño demonio. -rió.

- No le digas demonio, Trunks.

- Es de cariño... como sea, -continuó. -terminaste la escuela y de inmediato entraste a la universidad, ¿hasta que año llegaste?

- Hasta el quinto semestre.

- Bueno, solo te quedan un año y medio más, la práctica es obvio que la haces en nuestra empresa, ya sabes todo lo que hacemos, no será gran trabajo para ti.

- Lo sé, pero tendrá que ser en un año más. -dijo pensativa.

- ¿Y? ¿Qué pasa? -le preguntó.

- Es que... tengo sentimientos encontrados ¿sabes? Por un lado adoro estar con Geko, cuidarlo, hacerme cargo de él y ser una dueña de casa para Goten, que este la comida lista... aunque solo la pida... -rió. -pero por otra parte, no quiero estar siempre en casa, ser dependiente de mi esposo, que trabaje mucho por darme todo, quiero alivianarle el peso de encima, yo también quiero cooperar en la casa. -Trunks la miró confundido. -lo sé, sé que no es necesario, que tenemos una muy buena situación económica, que Goten tiene un salario grandioso, somos afortunados, pero... no sé... veo a mis amigas y bueno... ellas ya les queda muy poco para terminar sus carreras y titularse. Te veo a ti y a Pan y ambos serán profesionales y los dos aportaran a su casa y bueno... ya sabes... todo eso. -hizo una pausa. -no me quiero quedar atrás. -se encogió de hombros. -pero si entro a la universidad, este pequeño, -miró a su hijo. -no estará conmigo, quizás se sienta solo.

- Entiendo. Es difícil la compatibilidad del rol de madre con una estudiante, pero sabes que si lo haces tendrás el apoyo de todos nosotros. Geko nunca estará solo, tiene a nuestros padres, a mí, a Pan, a Goku y Chichi, Gohan y Videl, sabes que si ellos tienen tiempo libre les dará gusto cuidarlo por unas horas.

- Lo sé, pero todos parecen siempre tan ocupados. Y jamás de los jamases confiaría en una niñera.

- Sabes que no le harán nada. Quizás puedas buscar una buena joven para que lo cuide.

- No lo digo por eso. Temo que Geko pueda lastimar a la niñera, Trunks. -rió con ganas. -el otro día lanzó una pelota de goma que le regaló Marron y la arrojó tan fuerte que rompió un florero de cristal del living. -Trunks rió mirando a su sobrino. -a veces es un bruto. Papá dice que es porque a medida que crece va desarrollando sus poderes y no quiero ni imaginar cuando aprenda a lanzar energías o a volar.

- Tienes razón. Recuerdo las travesuras que hacíamos Goten y yo. Este niño será fuerte también.

- Por supuesto que lo será. -dijo una voz ronca a sus espaldas. Ambos voltearon y vieron a su padre mirando a su nieto. -ten. -le entregó una gran caja.

- ¿Y esto? -preguntó Trunks.

- La mujer. -contestó. -dice que estas cosas debes llevártelas porque ocupan mucho espacio en el laboratorio. -Trunks reviso la caja y contenían variadas cosas pertenecientes a él.

- Parece que te quieren echar rápido. -dijo Bra.

- Parece que si. -le dijo Trunks. -bueno, iré a buscar algunas cosas que quedaron en mi dormitorio.

- Tu antiguo dormitorio. -Bra corrigió. Trunks rodó los ojos y desapareció por los pasillos hacia su cuarto.

Cuando llegó se dio cuenta que no quedaban muchas cosas, algunas ropas que estaba en el closet, y otros objetos que ahora eran inservibles. Los dejó ahí mismo y se dedicó a buscar lo necesario. Su laptop, algunas carpetas de gran tamaño, sus cápsulas que contenían sus automóviles, algunas motocicletas y uno que otro medio de transporte aéreo que nunca utilizaba. Todo lo introdujo en una nueva caja y cuando salía se dio cuenta de algunas fotografías, dejó la caja sobre la cama y quitó las fotos de la pared y otras que estaba sobre un mueble, la mayoría de él rodeado con su familia, otra que aparecía junto a Goten, otra con todos los demás guerreros, y finalmente aquella, de hace años atrás, el viaje espacial junto a Goku y Pan. Sonriendo las metió en la caja y partió a la oficina a unas puertas más allá donde buscó cosas necesarias para su trabajo y su nueva oficina en su departamento.

Cuando bajó por las escaleras se encontró con Bra, esta vez sola. -¿Y Geko?

- Se lo llevó papá. -dijo sin prestarle atención mirando la televisión.

- ¿En serio? -dijo sorprendido.

Ella volteo y asintió con una sonrisa. -siempre lo hace, es solo que... bueno ya sabes como es... -se encogió de hombros.

- Quien lo iba a pensar... papá siendo un abuelito. -ambos rieron.

- Oye, ¿qué harás esta tarde?

- Mmm... nada ¿por qué? -en realidad quería pasar a buscar a Pan para llevársela a cenar en su apartamento y estar un rato a solas, pero no se lo diría a su hermana.

- ¿Ninguna inauguración a tu nuevo hogar?

- No... porque no es nuevo, Bra.

- Que aburrido eres. -comentó. -entonces haremos una cena ¿qué te parece? Geko, Goten, Pan tú y yo.

- Bra, yo prefiero que n... -pero parecía que ella no lo escuchaba.

- ¡Ah! y te tengo un regalito.

- ¿Si?

- Sip, para tu oficina. Goten también te tiene uno.

Trunks suspiró. -Esta bien. ¿A las 8?

- Ok, yo llevo la comida. Ahora mismo iré a comprar todo, así que no te preocupes por nada.

- Pero ¿y Geko queda con papá?

- Si, él lo cuida mientras voy de compras. Ya sabes un ratito sin él... a veces es bueno. -dijo con una sonrisa.

- Te cansas mucho ¿no?

- No tienes idea lo que cansa un niño. Ojala tus futuros hijos no sean tan inquietos como tu sobrino... aunque lo dudo... -sonrió. -hijos de Pan... ¡uf! Lo que te espera hermanito. -palmeó su hombro.

- Para eso falta mucho. -afirmó.

- Nunca se sabe... -se puso de pie junto a Trunks. -¿te vas?

- Sí, quiero terminar luego de ordenar todo. -cargó ambas cajas caminando hacia la puerta.

- Espérame. -buscó su cartera y sus llaves. -vamos juntos y me dejas en el centro.

- Vamos. -ambos caminaron hasta la salida, se subieron al auto de Trunks y partieron al centro. Una vez allí, Bra se despidió de su hermano.

- ¡Ah! se me olvidaba. -dijo antes de salir manteniendo la puerta abierta. -¿Irás al cumpleaños de Scott?

- ¿Scott Radcliffe?

- Si.

- ¿Cuándo? No tengo la más mínima idea. -dijo confundido.

- ¿Te llegó la invitación?

- No.

- Quizás esta en la casa. -dijo pensativa. -Es el sábado 25 a las 10 de la noche en su casa.

- ¿Cuál de todas sus casas?

- La del lago.

- Bueno, si estoy invitado ¿por qué no? -se encogió de hombros.

- Llevaré la invitación a la cena, seguro que debe estar en casa. -dijo refiriéndose a la casa de sus padres.

- Ok, nos vemos más tarde.

- Nos vemos. -salió del auto y se perdió entre medio de la gente contorneando sus caderas, como siempre, para el disgusto de Trunks.

...

- Deja de fastidiarla, al menos alcanzó a llegar. -dijo Naomi.

- Pero si no la llamo no llega. A propósito ¿qué estabas haciendo? Sabías que el examen era hoy. -dijo Kenny.

- Lo sé, lo sé, deja de regañarme. Me atrasé ya te lo dije. -contestó Pan.

- Se atrasó con su novio. -dijo Naomi con voz melosa.

- ¿Tienes novio? -preguntó Sally. -¿Por qué no nos habías contado? -frunció sus labios.

- ¿De dónde sacaste que tengo novio? -la pelinegra pregunto a Naomi.

- Se te nota.

- Es cierto. -dijo Hotaka. -podré ser hombre, pero a los chicos y chicas se les nota de la misma manera.

Naomi rió. -están siempre pendientes del celular, se van apenas terminan las clases, están siempre sonrientes, hablan mucho por teléfono, se arrancan a las horas de almuerzo...

- Ya, ya... pero eso no quiere decir que tenga novio. Es solo que me junto a almorzar con mis amigos. Nada más.

- ¿Qué amigos? ¿Trunks Brief? -dijo Sally.

- Oye, ¡sí! nunca nos contaste de eso. De aquella vez que te vino a buscar. -Hotaka intervino otra vez.

- ¡Argh! No es nada, solo amigo de mi familia, eso es todo.

Todos caminaron hasta unas mesas al aire libre que se encontraban en los jardines de la universidad. Allí todos conversaban animadamente, sobretodo acerca de los planes del fin de semana.

- Así que es cierto. -comentó en voz baja Kenny.

- ¿Qué es cierto? -dijo Pan que se encontraba sentada a su lado. Ambos se habían convertido en buenos amigos luego del episodio hace mucho atrás cuando él intentó coquetear con ella en la cafetería.

- Estas saliendo con el presidente de corporación cápsula... con razón no te fijaste en mí. -bromeó. -soy poca cosa, apenas un estudiante universitario que con suerte tiene un auto decente.

- Deja de hablar tonterías Kenny. -ella golpeo ligeramente su brazo.

- Ya están coqueteando. -murmuró otro chico sentado con ellos.

- Déjalos, siempre son así. -Naomi se encogió de hombros.

- Siempre dicen lo mismo de nosotros. -comentó Kenny. -somos amigos ¿es que acaso un hombre y una mujer no pueden ser amigos?

- Todos sabemos que te gustó Pan apenas llegó a la universidad. -dijo Sally.

- ¿Y? jamás lo he ocultado, ella me rechazó y ahora somos buenos amigos, nada más ¿no es cierto? -preguntó a Pan que sonreía divertida.

- Por supuesto.

- Y como amigo de Pan, digo sí a la propuesta de Hotaka. -dijo Kenny.

- ¿Cómo has escuchado lo que hablamos si al mismo tiempo conversas con Pan? -preguntó Naomi.

- Es un don. -bromeó.

- ¿Cuál propuesta? -preguntó Pan.

- Fiesta de inauguración de tu apartamento. -dijo Hotaka.

- Este sábado. -dijo Sally saltando en su silla. -e invitas a tus amigos, de los que siempre tanto que hablas ¿no? -miró al resto.

- Pero... -intentó decir la sayajin.

- Pero nada. No seas aburrida Pan, nos divertiremos. -dijo Kenny.

- ¡Argh! Esta bien. -dijo completamente derrotada.

- ¡Sí! -dijo Sally y Naomi.

- Bien, entonces Hotaka y yo compramos las bebidas... -dijo Kenny.

- Sally y yo la comida. -dijo Naomi.

- ¿Invitaremos a los demás? -preguntó Sally.

- ¿Quiénes demás? -dijo Pan asustada con la cantidad de personas. -ya saben que mi apartamento no es muy grande.

- Los de siempre, ya sabes... Miyu, Rico, Ari, Akiko, Yunna, Myu, Anna, Kotaro, Kazuki, Kosei, Yuto, ¡Ah! y Masato.

- Todavía obsesionada con Masato. -murmuró Naomi.

- ¡Hey! Es lindo. -dijo Sally.

- Son... son hartos. -dijo Pan con los ojos abiertos.

- No son tantos, además los conoces a todos. -dijo Sally.

- Como sea, la fiesta va si o si... ahora vamos que tenemos la siguiente clase. -dijo Kenny poniéndose de pie. Los demás lo imitaron.

- Química orgánica ¡yupi! -dijo sarcásticamente Naomi.

...

Goten, Bra y Geko habían llegado al apartamento de Trunks hace un poco menos de una hora. Luego de conversar un poco y la única mujer presente notando una leve tensión entre su hermano y esposo decidió dejarlos a solas con la excusa de recorrer las demás habitaciones para mirar la decoración.

Goten dejó a su hijo en el corral que acababa de armar en la gran y espaciosa cocina de su amigo. Caminó hasta la silla de la mesa americana y tomó asiento frente a Trunks. -¿De qué querías hablar? -dijo serio.

- Ya lo sabes... ¿no crees que sobre reaccionaste el otro día?... ya sabes, cuando pasó eso en la oficina con Suzu.

Goten lo miró con seriedad y luego posó sus ojos en su hijo que jugaba con alegría con algunos juguetes. -no es que haya sobre reaccionado, Trunks.

- Si lo hiciste... creo que no era una reacción para tan poca cosa. Yo no estaba haciendo nada malo.

- Es sólo que... Trunks, -lo volvió a mirar a los ojos. -sé que puedo confiar en ti, pero... no sé... a veces me pregunto si estas lo realmente enamorado de Pan como para no dañarla en ningún sentido de la palabra.

- Goten, yo... -él lo interrumpió.

- Escúchame. -ordenó. -lo entiendo, ¿si? Yo fui... quizás peor que tú hace años atrás... de lo que fui capaz, sé lo que hice... y a decir verdad, ahora me arrepiento del daño que les cause a varias mujeres. Antes no lo pensé... fui un tonto al jugar con varias sin importarme lo que ellas sentían por mi. -hizo una pausa. -ahora lo comprendo, una sola discusión con Bra y el mundo se me viene abajo. -observó como él lo miraba. -no me mires así, sé que puede parecer exagerado, pero... tu hermana es todo para mí, es la madre de mi hijo, es como el aire que respiro. No puedo vivir sin ella... entonces... yo no estoy seguro si tú has logrado sentir eso por mi sobrina. Temo que sufra, no quiero que sufra ¿si? Creo que ese día, en que te vi de la mano con Suzu fue... materializar ese miedo. Pan es más que mi sobrina ¿sabes? La vi nacer, he vivido en la misma casa prácticamente con ella, la quiero demasiado para verla sufrir... y tú, por más amigo mío que seas, siempre, pero siempre la preferiré a ella. -Trunks asintió. -no quiero que pienses que no te estimo, !no!... eres como un hermano para mí, eso lo sabes, nos criamos juntos, y por lo mismo no quiero saber que has hecho sufrir a Pan, sería como un doble dolor, porque es como si me traicionaras. ¿Entiendes?

- Lo entiendo, hermano. -le sonrió. -pero debes estar seguro que he cambiado, como tú lo has hecho. Jamás haría algo malo a Pan, por nada del mundo la haría sufrir. Yo... yo creo que la amo más que a nada. -susurró algo avergonzado.

- Me alegro de oír eso. Pan es... podrá parecer fuerte internamente, pero quizás es la más frágil de todas, por eso siempre pone esa carcasa en el exterior. Le teme al sufrimiento y creo que ya lo has notado.

- Lo sé.

Una voz femenina proveniente del exterior de la cocina interrumpió su charla.

- ¿Y dónde esta Pan? -preguntó Bra desde el pasillo saliendo de la oficina renovada de su hermano para entrar a la cocina.

- Llega en unos 15 minutos más. -respondió Trunks.

- Ahh... -asintió la peliverde hasta llegar a la cocina donde estaba su marido, hermano e hijo.

- Así que salió bastante bien la charla con mi hermano. -cambió el tema con una sonrisa.

- Si.

- ¿Eso es todo lo que tienes para decir?

- Goten, ¿qué más quieres?

- Pues... no sé... ¿te golpeo? ¿te dejo casi muerto? -miró su rostro detenidamente. -¿estuviste en el tanque de regeneración?

- No, no y no, no estuve en ningún tanque de regeneración. -Trunks buscó a su sobrino, que al parecer ya estaba aburrido con los juguetes y lo sentó en la sillita del niño.

- ¿Entonces? -preguntó Bra.

- No paso nada, solo conversamos y... eso es todo. -respondió el aludido.

- ¿Nada más? -dijo otra vez Bra mirando a Goten con el ceño fruncido, el moreno sólo se encogió de hombros.

- Nada más. -se puso de pie y sacó un par de cervezas y un jugo de la heladera. Le entregó una Goten y el jugo a su hermana.

- Videl dijo que sintió temblar la casa cuando ustedes estuvieron fuera conversando.

- ¿Videl te contó? -preguntó el pelivioleta.

- Bueno, no exactamente. -Bra y Trunks lo miraron. -le pregunté y... bueno, insistí hasta que me dijera algo. -rió.

- ¿Qué te dijo? -preguntó su esposa.

- No mucho, dijo que no era de mi interés saber eso. Que debía madurar y que...

- Goten, qué te dijo ella, no que te dijo a ti. -Trunks rodó los ojos.

- Ah, no mucho. Que habían hablado y que Gohan se comportó muy bien. Manejo su temperamento y... eso.

- ¿Es cierto? -preguntó su hermana a Trunks.

- Si. No fue nada de otro mundo, una conversación y listo.

- Así que ahora puedes ser libre con Pan. -Bra levantó sus cejas repetidas veces. -me pregunto qué harán ahora que no tienen restricciones. -dijo con voz melosa.

- Oh por dios, Bra. -dijo Goten pasando sus manos por su cara.

- ¿Qué? es cierto. No sean escandalosos. Han tenido sexo en el sillón de la casa de mamá y papá en medio del día... imagina qué harán ahora que...

- ¡Bra! ¡Por dios! Preocúpate de tus asuntos. -dijo Trunks. Goten negó con la cabeza.

- Me preocupo por mis asuntos, pero los tuyos parecen ser asunto público. -dijo divertida.

Trunks y Goten no pudieron aguantar una pequeña risita que escapó de sus labios. Bra no iba a cambiar nunca, eso era una certeza.

Un timbre terminó con la conversación y Trunks fue a abrir la puerta. Allí estaba Pan con una radiante sonrisa esperando por él.

- Hola. -dijo él con la misma sonrisa.

- Hola. -Trunks se acercó a ella y la besó en los labios.

Una tos hizo que se alejaran. -¿Saben? Los besos de saludo no son tan largos. -dijo Bra tras Trunks.

- Bra, cállate, sino quieres que abra mi boca y cuente detalles escandalosos de tu noviazgo con Goten durante los primeros meses.

- Tú ni siquiera estuviste aquí en ese tiempo.

- Pero tú me contaste todo.

- Cuéntalos, me da lo mismo. -se encogió de hombros, pero con una mirada que podría matar a su amiga.

Pan rió y saludó a su amiga con un beso en la mejilla y un abrazo. Lo mismo hizo con su tío y Geko.

Todos fueron a la gran y renovada cocina de Trunks a servir la cena, mientras lo hacían no dejaban de bromear entre ellos.

- Supongo que esta noche te quedarás a dormir aquí ¿no? -susurró Bra cuando pasó a su lado en busca de las bebidas.

Pan negó la cabeza con una sonrisa. -no lo sé. -respondió del mismo modo.

Bra se alejó unos pasos tomó las bebidas y volvió a pasar al lado de la pelinegra. -debes hacerlo... ya sabes la inauguración del dormitorio... -levantó sus cejas y pasó a la mesa.

Pan se acercó a ella. -estás cada día peor. -murmuró. -es idea mía o ya sabes... te falta compartir con Goten.

- No, querida... eso es lo que menos me falta. Lo hicimos antes de venir. -rió con ganas al ver la cara de disgusto de Pan.

- Dios... no necesitaba tanto detalle.

- En la cocina. -siguió hablando en voz baja mientras Goten, Trunks y Geko estaban en el living viendo el regalo que el pelinegro le dio a su amigo.

- Argh.

- Arriba de la mesa de granito.

- ¡Bra! -gritó.

- Y fue exquisito.

- ¡Por dios! -Pan se fue alejando de la cocina para ir donde estaban los hombres.

- Y eso no fue todo. -le gritó mientras se iba.

- La la la la... -tapó sus oído hasta llegar al living.

Goten y Trunks la miraron con una sonrisa. -¿con qué te esta torturando ahora? -preguntó Trunks.

- Su vida sexual. -Goten de inmediato cambio sus colores hasta llegar a un ligero rojo en las mejillas. -de eso mismo hablo. -apuntó las mejillas de su tío.

- Ni siquiera me lo digas. -Trunks negó con la cabeza.

- ¡Dios! -murmuró Goten.

- ¡Esta listo! -gritó Bra desde la cocina.

- Vamos. -dijo Trunks tomando la mano de su novia con Goten y Geko desde atrás.

Luego de la cena, que por supuesto no duro mucho gracias al apetito voraz de los cuatro adultos sayajines, ahora se encontraban conversando en el living.

- ¿Esto te regaló Goten? -apuntó Pan hacia abajo del televisor de pantalla plana.

- Si ¿genial no?

- No cambian y nunca lo harán. -dijo Bra al ver la consola de video juego de última generación conectada.

El celular de Pan comenzó a sonar desde su bolso. Caminó hasta el otro sillón y lo buscó, miró la pantalla y con una sonrisa contestó.

- Hola.

- Hola hermosa.

- No me digas así.

- Ya sé, ya sé, no te enojes.-rió.

- No me enojo, pero sabes que odio que me digas así, como si fuera tu...

- ¿Tú qué?

- No seas pesado.

- Esta bien... te llamaba para decirte, ya que al parecer no te has dado cuenta todavía, que dejaste tu libro de "Biología molecular" en mi bolso. ¿Recuerdas que dijiste que lo guardara porque no cabía en el tuyo?

- Oh lo olvidé.

- Lo sé, ¿lo necesitarás para estudiar?

- No, mañana no tengo esa clase.

- Ah, bueno... pensé que lo podías necesitar.

- Gracias por avisarme, Kenny.

- De nada, entonces mañana te lo devuelvo, hermosa.

- Me habías caído bien hasta ahí, ahora te odio otra vez. -bromeó.

- Ya estoy acostumbrado a que me odies ¿no?

- Ya, ya...

- Bueno, mañana nos vemos, y que no se te olvide la gran celebración.

- No es gran celebración, es una pequeña celebración. -corrigió.

- Si tú lo dices... como sea. Nos vemos mañana... hermosa.-volvió a reír.

- Nos vemos mañana, pesado.

- Adiós.

- Adiós.

Pan guardó su celular en su bolsillo delantero del pantalón y volvió al sofá donde estaba Trunks con una mirada extraña, pero que ya conocía. Mientras Goten estaba con el video juego y Geko sobre la alfombra jugando con sus cosas.

- Trunks te dejaste ganar. -miró hacia atrás donde él estaba sentado con el control en sus manos, pero mirando fijamente a Pan.

El pelivioleta parecía no escuchar. -Así que... Kenny. -comentó.

- Si. -dijo Pan mirando la pantalla frente a ella.

Goten vio la escena, tomó a su hijo en brazos y caminó hacia la cocina en donde Bra estaba preparando un biberón para Geko.

- ¿Quién es? -intentó sonar casual, pero la voz ronca y el ceño fruncido lo delataban.

- Trunks, -miró a su lado directo a sus ojos. -es un amigo. -él asintió. -de la universidad.

- No me habías contado de él.

- No creí que fuera necesario.

- ¿Es tu compañero?

- No, compartimos algunas clases, pero él va un año más arriba que yo.

- Parecen ser buenos amigos.

- Si, me agrada. -dijo con sinceridad.

- Y te llama hermosa. -dijo con la mandíbula apretada.

- Trunks. -lo regañó. -es solo un amigo... pensé que ya habías superado esos celos.

- Lo sé y lo siento, pero los amigos no llaman hermosas a sus amigas del modo en que él lo hizo.

- Sólo lo hace para fastidiarme, sabe que odio que me diga así. Además... no hay nada de qué te preocupes... es solo un amigo... en cambio tú eres mi novio... ¿esta claro?

- Lo sé. Perdón, pero es que...

- Ya lo sé... -se acurrucó junto a él y acercó su cara a la de él. -solo te quiero a ti. -susurró.

- Pues, no solo te quiero, yo te amo.

- Yo también te amo, tonto. -cerró el espacio entre ellos para un beso.

- Awww... ¿se acabó la escena de celos? -Bra fastidió una vez más.

Trunks se alejó de Pan y rodó los ojos. -dios santo, hoy estas de un humor increíble... -le dijo a su hermana.

- Lo sé. -se acercó a ellos y se sentó en el sofá del lado con su hijo en brazos para darle el biberón. Goten se sentó a su lado a observar. -escuche de una celebración ¿cuál es? -no dio tiempo a responder cuando recordó. -¡Oh! lo olvidaba. -miró a Goten. -¿puedes sacar la invitación de Trunks de mi cartera? -él asintió y la buscó para entregársela a él. El pelivioleta abrió el elegante sobre bajo la mirada de Pan a su lado. -te dije que la habían enviado a la casa de nuestros padres.

- Mmm... -Trunks miró la invitación.

"Estas cordialmente invitado junto a su pareja para la celebración del cumpleaños número 32 de Scott Radcliffe a celebrarse el día sábado 25 del presente año en..." -le restó importancia a la continuación del escrito, pues sabía muy bien donde se ubicaba su casa del lago. Cómo no recordarlo, allí habían asistido junto a Goten a las fiestas más alocadas años atrás.

- La última vez que vi a Scott fue hace un mes atrás, nos juntamos para un café, dijo que haría algo para su cumpleaños, pero no pensé que lo celebraría a lo grande. -comentó y luego miró a Goten. -¿irás? -preguntó en forma maligna.

- Pues... -miró a Bra. -creo que si.

- Será... interesante.

- Ja ja cómo no. -contestó el pelinegro.

Bra frunció el ceño, sabía más o menos la historia, pero esto no lo entendía en absoluto. Pan por otro lado no tenía idea quién era ese tal Scott. Al notar la mirada de la peliverde Goten explicó un poco.

- No tuvimos una buena relación que digamos... -dijo Goten.

- Eso ya lo sé, Charlotte es una parrandera. -acotó Bra.

- No creo que hable de Charlotte. -rió a su amigo.

Bra volvió a mirar a su marido. -yo me refería a Scott... hace mucho que no lo veo y pues... cuando todo terminó con su hermana, él... como decirlo... -decía Goten.

- Lo odiaba. -terminó Trunks riendo.

- Como disfrutas esto, ¿no? -dijo el mayor de los Son presente.

- Un poco... pero ¡vamos! cómo no iba a odiarte... te descubrió con otra chica mientras estabas con su hermana.

- Oh Goten, sabía que eras un mujeriego, pero eso es el colmo. -dijo Pan.

- Mejor no hables, sino quieres que hable de tu novio. -apuntó a Trunks.

- Mejor mantener el pasado en el pasado. -comentó Bra.

- Si es lo mejor ¿no, Bra? -levantó una ceja.

- ¡Uy! Andan todos divulgando el pasado ¿no? -miró a todos que reían. -puede que no haya sido una santa, pero tampoco una puta. Y tú no te rías demasiado... -le dijo a Pan. -que tampoco eres tan santa como todos te ven. -le sacó la lengua infantilmente.

- ¿No? -Trunks miró a Pan a su lado.

- No sé qué quiere decir tu hermana con eso. -dijo mirando a Bra.

- Mmm... mejor que te hagas la ingenua... -dijo divertida.

Trunks y Goten rieron. Todos tenían su pasado, incluyendo a Pan aunque era la menos experta en el tema amoroso, aun así todos tenían algunos secretos que habían sido confiado en sus amigos.

- Cambiando el tema... -dijo Bra. -¿de qué celebración hablabas por teléfono?

- Cierto... lo que pasa es que algunos amigos y compañeros de universidad organizaron una inauguración de mi apartamento el sábado.

- ¿Si? ¿Y tú estas de acuerdo con eso? -dijo Goten extrañado.

- Pues no lo tenía pensado, pero bueno... al final dije que si, además así los conocen y ellos a ustedes, ¿no?

- Genial. -dijo Bra mientras realizaba movimientos de abajo hacia arriba en la espalda de Geko luego de su biberón. -hace mucho que no estoy en una fiesta. -le sonrió a Goten.

- No es mala idea... así conoceré a Kenny. -Trunks dijo con una sonrisa fingida.

- Va a seguir... -murmuró Bra. -como sea... nosotros ya nos vamos. -miró a Goten quien asintió.

- ¿Tan luego? -dijo Pan.

- Geko esta a punto de quedarse dormido, así que mejor que se duerma en casa. -se puso de pie con el niño en brazos que bostezaba repetidas veces con ojitos llorosos.

Goten la imitó y buscó las cosas del niño y su esposa. -olvidamos una manta. -dijo él a su esposa, viendo que no podían dejarlo desabrigado al sacarlo de la casa.

- ¿Te paso una frazada? -preguntó Trunks. Su hermana asintió. Él fue por los pasillos y luego apareció con una azul oscuro que se le puso sobre Geko.

- Nos vemos, hermanito. -besó su mejilla.

- Gracias por la comida, Bra. -miró a su sobrino y le hizo un suave cariño en la cabeza. -duerme bien, pequeño... demonio. -susurró y Bra le entrecerró los ojos, pero no dijo nada.

- Que descansen. -dijo Pan cuando se despidió de su amiga y besó la frente del niño.

- Yo no te deseo lo mismo... -susurró pícaramente. -que tengas una buena inauguración de la habitación. -se alejó sonriendo con Pan rodando los ojos con una sonrisa en los labios.

- Anda a vernos más seguido. -le dijo Goten a su sobrina. -sabes que Geko y Bra te extrañan. -besó su frente.

- Lo haré aunque espero que mi tío también me extrañe. -dijo con una sonrisa.

- Sí, lo hace. Nos vemos el viernes.

- ¿Iras a ayudarme también?

- Claro, iré con Bra.

- Gracias, entonces nos vemos el viernes.

- Adiós, Trunks. Lindo apartamento y espero que te haya gustado mi regalo. -un abrazo y se alejó.

- Gracias, el mejor regalo. -le sonrió.

Antes de salir por la puerta, Bra le habló. -no es el mejor, espera a ver el mío. -Trunks frunció el ceño pues ella no le había entregado anda. -ya lo deje puesto en tu oficina. Adiós. -y los tres desaparecieron.

- ¿Qué te regaló? -preguntó Bra que otra vez estaba sentada en el sillón, pero ahora quitándose las zapatillas, quedando en calcetines de algodón.

- No lo sé.

- Me voy a cambiar de ropa. -miró su atuendo. Aun lucía el uniforme azul del internado.

- ¿Trajiste ropa?

- Sólo pantalón, se me quedó lo otro en el casillero por venir casi corriendo. -sonrió y se puso de pie buscando su bolso.

- Puedes usar algún polerón o... algunos de mis pijamas. -sugirió.

- No me quedaré, Trunks. -dijo al irse a la habitación de él.

- Como sea... -murmuró mientras iba a un mando electrónico pegado a la pared para encender la calefacción central del departamento pues comenzaba a hacer frío.

Pan tiró descuidadamente su bolso sobre la gran cama de su novio, se sentó en la orilla y se quitó los pantalones para reemplazarlos por lo que traía con ella. Después se quitó la parte superior quedando solo con una camiseta blanca pequeña y ceñida a su cuerpo. -¿dónde están tus polerones? -gritó para que lo escuchara.

- Dentro del closet, el primer cajón a la izquierda. -respondió desde uno de los pasillos.

Pan buscó ahí y al abrir el cajón le sorprendió al ver una prenda que no se esperaba. Casi atónita lo tomó con sus manos y lo inspeccionó con el ceño fruncido y ojos furiosos.

En ese momento Trunks iba camino hacia su oficina a ver qué es lo que había dejado su hermana para él. Esperando lo peor abrió la puerta y se encendió la luz automática, pero en vez de enojarse o fastidiarse con algunas de sus bromas impensadas, al ver sus regalos la sonrisa adornó su rostro. Se acercó primero a la pared derecha de su escritorio y comenzó a ver las diferentes fotografías en elegantes marcos pegados allí.

El primer recuadro era grande y madera fina, allí contenían diferentes imágenes de él y su familia. La primera fotografía era de sus abuelos maternos, la segunda de él siendo solo un bebé en brazos de su madre quien lucía muy joven. La tercera era de él, también siendo un bebé, pero en brazos de su padre. Largó una risa al ver la cara de enfado de su progenitor, pues Bulma siempre insistía en tomar fotos siendo que Vegeta siempre se negaba. La cuarta, de los cuatro juntos, él, Bra, su made y padre. Volvió a sonreír al verla ya que Vegeta aparecía en muy pocos álbumes del clan Brief, siempre se negaba a esas "tonterías humanas". Y la última de ese recuadro era de él sosteniendo a una pequeña Bra en sus brazos. (*1)

El segundo cuadro de fotografías, estaba al costado derecho del anterior, y contenía imágenes de él y Goten siendo pequeños, sacando la lengua a la cámara. Sonriendo recordó esas travesuras de niños. Luego le seguía de los dos, pero ya adolescentes y otra de ambos, pero con dos pequeñas niñas: Bra y Pan, cuando debían cuidar de ellas como niñeros obligados por su padres. Aunque en aquellos tiempos odiaban realizar aquella tarea no podía dejar de recordar las tonterías que hacían con ellas, tales como asustarlas, jugar a las escondidas y nunca buscarlas porque se dedicaban a ver televisión, dejarlas comer todo los dulces, o simplemente verlas jugar en el jardín chillando una con la otra. (*2)

Se alejó unos pasos de la pared para contemplar aquellos dos marcos desde lejos y sonrió para si mismo una vez más. Pero cuando estaba por irse de la oficina observó que en la pared contraría habían dos marcos más.

Caminó hasta ellos y observó el primero. Era solo una gran foto, pero en la que estaban todos presentes hace por lo menos unos 9 años atrás. Estaba absolutamente todos los guerreros, sus esposas, hijos, nietos, amigos verdes otros pelados. Todos. (*3)

Miró a su derecha y allí estaba el siguiente marco, solo que esta vez se sorprendió con algunas fotos que contenía, ya que no recordaba habérselas tomado, no apropósito por lo menos. Se notaba que alguien las había capturado sin darse cuenta, y éstas eran de hace pocos meses atrás. La primera fotografía de ese marco era de él y Pan. Ella abrazándolo por la espalda con su mejilla pegada a su rostro sonriendo. Aquella foto, si mal no recordaba, fue de un día que ellos, su hermana y Goten estaban en el jardín de la casa de los Brief conversando a la orilla de la piscina. No había nadie más que ellos cuatro allí, entonces era obvio que Bra había tomado la foto a escondidas. -¿Hace cuánto tiempo habrá estado planeando esto? -Se preguntó, pero no le dio importancia ya que la siguiente imagen puso otra sonrisa tonta en sus labios. Nuevamente eran ellos dos, pero esta vez sus rostros estaban frente a frente, casi en un beso. La tercera, estaban sentados sobre en sofá de la casa riendo como dos adolescentes enamorados. Y la última era de ambos bailando en la fiesta del matrimonio de Bra y Goten. (*3)

Se alejó de la mesa y las miró de unos metros volviendo a sonreír con el mejor regalo que su hermana le había dado alguna vez. Tendría que agradecerle por aquella linda sorpresa que le tenía preparada, sabía que Bra siempre estaba pendiente de él, así como él de ella, pues amaba a su hermana. Pero aquel regalo había superado con creces todos los anteriores. Pero su sonrisa pronto se borró durante unos segundos al escuchar el portazo, unos fuertes pasos acercarse y una mala cara que traía Pan a la oficina.

- ¡Trunks! -dijo con enfado mirando directo a sus ojos azules desde la puerta.

- ¿Si? -respondió calmadamente con la misma sonrisa anterior.

- ¿Y esto? -alargó su mano mostrando un prenda íntima femenina de color negro.

Trunks frunció el ceño y la miró más detenidamente, luego volvió a sonreír. -¿qué pasa con eso? -preguntó.

- ¿De dónde sacaste esto? -preguntó casi desesperada tratando de ocultarlo pues sus celos ya estaban más arriba de la coronilla y pronto a explotar. Ya podía imaginar a quien pertenecían y eso era lo que más temía.

- ¿Cómo que de dónde los saque? -se acercó a ella y se los quitó. Pan seguía con una cara dura y enfadada. -estas celosa... -afirmó. Ella negó con la cabeza. -y de ti misma... -sonrió.

Frunció el ceño. -¿Cómo? -dijo confundida.

- Es tuya, tontita. -se acercó a ella y la abrazó por la cintura, pero Pan seguía tiesa como estatua. Se alejó de él y volvió a tomar la prenda para inspeccionarla mejor. -estaba en el bolsillo trasero de uno de mis pantalones... y si recuerdo bien... -dijo con picardía. -te las quite en el baño de aquel hotel hace unas semanas atrás.

- Ohh... -dijo suavemente con las mejillas rojas como un tomate.

- Si... "Ohh". -la fastidió. -ven aquí. -la volvió a abrazar y ella también lo hizo, pero pasado unos segundos...

- ¡¿Y ESO? ! -gritó mirando la pared de fotos. -¿de dónde sacaste esas fotos? -miró las de ella y Trunks en la pared.

Trunks se separo de ella y le explicó. Y poco después notó un nuevo marco, éste sobre su escritorio. (*4) -¿Cuándo te sacaste ésta? -se la mostró y Pan sorprendida se tapó la boca con las manos.

- Esa maldita Bra. -masculló entre dientes.

- Te ves hermosa. -admitió tomándola entre sus manos.

- ¡Argh!... esa... es del año pasado. Mis padres querían tener una en casa... ya sabes, cuando viví en Nueva York.

- ¿Y cómo la consiguió? -la dejó sobre el escritorio nuevamente.

- Eso mismo me preguntó yo. -murmuró, miró la foto y puso cara de desaprobación. Cuando iba a cogerla entre sus manos Trunks lo impidió.

- Ya sé lo que estas pensando. -murmuró en su oído y tomó sus manos para alejarlas del retrato. -el regalo es mío, así que ahí se quedará.

- Pero... -protestó.

- No. -sentenció. Aun con sus manos entrelazadas, literalmente, la empujó hacia fuera y cerró la puerta. -eso se queda ahí... y tú... vienes conmigo. -la guió por el pasillo hasta su habitación. Una vez allí soltó sus manos y cerró la puerta. Ella con cara de incógnita lo observó caminar hacia ella con paso fiero y masculino.

- ¿Por qué sonríes? -le preguntó cuando su boca se torció.

Él levantó sus cejas. -por nada. -la tomó de la cintura y la pegó a su cuerpo. Enterró su nariz en su cuello y le habló nuevamente. -¿te quedarás?

- No lo creo. -sus manos automáticamente lo abrazaron.

- Vamos... -suplicó.

- No debería...

- Sólo por esta vez. -se alejó y la miró a los ojos.

- Sabes que eso es mentira. -le sonrió.

- Mmm... -acercó sus labios a los de ella y la besó suavemente. Pan movió las manos de su espalda, por su pecho hasta llegar a su cuello. -quédate.

Ella negó con la cabeza. -más adelante... por ahora no...

- ¿Por qué?

- Dejemos que mi papá se vaya acostumbrando a la idea de... nosotros ¿si?

Trunks frunció el ceño. -pero ¿qué tiene que te quedes aquí conmigo?

- No es nada de malo, Trunks. Pero creo que a cualquier papá no le gustaría que su hija se quedara el primer día de mudanza de su novio con él durante la noche. -Trunks asintió no muy convencido. -además... después tendremos todo el tiempo del mundo.

- ¿Si? -la miró con una sonrisa picarona. Ella asintió. -¿te quedarás un rato más?... Yo te voy a dejar a casa. -Ella confirmó su respuesta positiva con un beso sobre sus labios y una sonrisa. Trunks sonrió satisfecho y se acercó otra vez para un beso más prolongado y profundo que el anterior. Partió sólo rozando sus labios rosados, tentándola a más. Pan de puntillas se acercó más a él hasta obtener el beso que deseaba hacia rato. El guerrero rodeo con un brazo su cintura mientras que la otra mano tomó una pierna de ella obligándola a rodearlo por la cintura. Una vez que ella estaba prácticamente sobre él, Trunks caminó hasta dejarla sentada sobre la mesita de noche. Él aún entre sus piernas no dejó el beso hasta que la misma Pan comenzó a quitar su camisa, dejándola tirada en algún lugar del suelo. El pelivioleta sonrió de medio lado y con sus hábiles manos comenzó a desabrochar su pantalón. Pan se acomodó un poco más atrás para facilitarle el trabajo cuando accidentalmente afirmó su mano sobre el reloj despertador y éste sonó con una canción.

Te juro que te siento,

pequeña y delicada,

y es un dulce narcótico maravilloso saber que me amas.

Y como en un reflejo, estas aquí en mi vida.

Y es esa magia de tenerte cerca,

cuando me respiras.

Ambos se sobresaltaron al sonido, pero realmente no le dieron demasiada importancia dejándolo sonar mientras continuaban con su amar. Luego de desabotonar el pantalón y bajar la cremallera, subió sus manos para quitar la prenda superior con delicadeza, pasándola por sobre su cabeza y también tirándola al suelo.

Tu cuerpo en mi cuerpo,

así entrelazados, en un boca a boca,

no queda un espacio,

mientras me cuelgo a tu cintura,

y voy jugando justo a la locura.

Admiró una vez más ese pequeño y delicado cuerpo entre sus brazos, ella era exquisitamente hermosa y lo mejor... era sólo para él.

Con aquel pensamiento posesivo la rodeo por la cintura y la llevó hasta la cama en donde la recostó con suavidad quedando de rodillas entre sus piernas para quitar la molesta prenda inferior que cubría sus piernas. Ya logrado, y quedando solo en ropa interior, Pan, se sentó frente a él y también fue quitando las prendas restantes hasta quedar solo en bóxer, esta vez de color blanco, dejando ver su, ya, erguido miembro bajo la fina tela.

Quitémonos la ropa que nos viene bien,

recórreme despacio por toda la piel,

y bésame, y bésame,

comámonos a besos ven devórame,

y bésame y dime de tus labios que quieres volver,

abrázame y bésame,

amémonos despacio y luego quédate.

Trunks no pudo evitar sonreír con más ganas al escuchar la letra de la canción. -¿escuchaste? -susurró. Ella lo miró con el ceño fruncido. -amémonos despacio... y luego quédate. -repitió la última parte de la canción. Pan no pudo evitar sonreír.

- Parece que todo esta en contra mía, incluso la radio. -comentó para luego sentir aquellos labios sobre su boca pidiendo acceso a uno más apasionado.

Te juro que te siento,

aunque no digas nada,

y son esas caricias y el perfecto idioma

con que tú me hablas.

Y que mejor ahora que estas a mi lado,

que ya no tengo excusas para no creer,

que ya no tengo miedo en saber que te amo,

y que me quedaré.

Sin siquiera darse cuenta de cómo o cuándo él había quitado su ropa interior, se vio acostada bajo las sábanas con él sobre ella. -hace frío. -dijo en voz baja tomando las frazadas de la cama y tapándose a ambos. Acomodó aquellas lujosas y costosas cubre camas hasta su cabeza, por lo que ambos amantes estaban tapados por completo. Trunks afirmó sus codos a los costados de Pan para no aplastarla con su peso y besó sus labios, su cuello y sus orejas. -Te amo, Pan.

La pelinegra al oír aquellas palabras cerró sus ojos y dejó que su ronca y amada voz inundará su mente para encerrarla en aquella burbuja de amor y pasión. Sintió como acariciaba una de sus mejillas con el dedo pulgar, abrió sus ojos para encontrarse con aquellos azules que miraban directamente el negro. Suspiró, besó sus labios y murmuró contra ellos: -Te amo, mi Trunks. -Y al finalizar aquellas palabras sintió como su amor se abrió paso en su cuerpo llenándola de pasión, lujuria y éxtasis.

Quitémonos la ropa que nos viene bien,

recórreme despacio por toda la piel,

y bésame, y bésame,

comámonos a besos ven devórame,

y bésame y dime de tus labios que quieres volver,

abrázame y bésame,

amémonos despacio y luego quédate.

A medida que el calor y la danza erótica progresaban con el paso de los minutos la embriaguez que sentía Pan se intensificaba con el aroma del ambiente, las caricias, los besos y las arremetidas suaves y constantes. Era imposible mantener los ojos abiertos, pese a escuchar muy a lo lejos el pedido de su novio junto a su oído. Cuando los abrió pudo ver claramente los cabellos lilas en su frente sudada, sus mejillas perfectamente enrojecidas y la lujuria que despilfarraban sus ojos. No pudo evitar acercarse a él y besarlo con la mayor pasión que pudo entregarle. Él en forma gustosa se lo devolvió y la tomó con más fuerza por la cintura cerrando cualquier espacio que pudiese haber entre ellos.

Los jadeos y respiraciones entrecortadas en su boca lo hicieron alejarse un poco para brindarle mayor cantidad de aire. Observarla con sus ojos fuertemente cerrados, sus mejillas rosas, sus labios hinchados y enrojecidos, y esos suaves jadeos, sumado a la tensión que sintió en su cuerpo le indicó que ella estaba próxima a su orgasmo. Ese rostro lleno de lujuria y saber que él provocaba aquellas sensaciones en ella, de alguna forma lo llenaron de ese orgullo masculino por aquella misión, casi, cumplida. Siguió penetrándola, esta vez más duro y profundo hasta sentirla tensarse y tragar un gemido que reprimió contra su cuello. Quiso calmarse, no transformarse en ese bruto demonio que quería ser cuando la poseía, pero el escuchar su nombre en esa boca jadeante no hizo más que perder el hilo coherente de sus pensamientos. Las arremetidas contra ella se hicieron más erráticas y rápidas, por segundos perdía el control de sus actos apretándola por la cintura más fuerte de lo debido, hasta escuchar un nuevo gemido, continuó hasta por fin liberarse de esta tensión que se venía arremolinando en su vientre bajo hasta vaciarse en ella. Su respiración se hizo más profunda, tratando de captar el aire faltante en sus pulmones, se desplomó a su lado, y sin dejar de abrazarla la acercó a él pegándola en su pecho y besando reiteradas veces su frente pidiendo perdón.

- Deja... -pidió.

- Lo siento, no quise ser tan bruto... otra vez. -su voz sonó arrepentida.

Pan afirmó las palmas de las manos en su pecho, se irguió y lo miró a los ojos. -todo esta bien. -aseguró. -me gusta... -susurró con sus mejillas encendidas por la vergüenza. -me... me gusta que seas así conmigo.

Él con una nueva media sonrisa, apartó un negro mechón rebelde de su rostro y lo acomodó tras su oreja, se incorporó y la abrazó obligándola a sentarse en su regazo. Pan podía sentir como él respiraba en su cuello, sintiendo sus labios curvarse en forma de sonrisa.

- No te vayas. -pidió una vez más. Ella lo miró, sonrió y asintió. Trunks sonrió junto a ella y de su poder de convencimiento. Se lo agradecería de alguna manera, de eso estaba seguro, pues pasar la noche, su primera noche en aquel departamento renovado era como empezar de cero y borrar el pasado de aquel espacio habitable.

...

- ¿Pan? -escuchó la voz maternal llamarla desde la cocina.

- Si, mamá... -entró allí y la vio servir el café a su padre quien leía el diario.

- ¿Cuándo llegaste que no te sentí? -se sentó al lado de su marido.

- Mmm... -miró a su padre que, ahora, dejó de lado el diario y la miró a los ojos seriamente. -llegué hoy en la mañana... -dijo en voz baja. Gohan dejó el papel que sostenía a un lado de la mesa, tomó la taza de café y le dio un pequeño sorbo. La menor seguía de pie a la entrada de la cocina sintiéndose incómoda por el interrogatorio y por sobretodo las miradas que su padre le brindaba. Aún así el hombre de la casa suspiró, miró a su hija con más amabilidad que hace dos segundos atrás y le indicó con una mano que tomara asiento a su otro lado.

- Supongo que desayunarás aquí... -él murmuró.

- Sip. -rápidamente se sirvió un vaso de jugo de manzana, se hizo unos panecillos y se sentó al lado de su padre.

Luego de unos minutos de total silencio, Gohan volvió a hablar. -Pan... -miró a su lado, ella levantó la vista del vaso y lo observó. -anoche...

- Lo siento. -dijo sin antes escuchar a su progenitor.

- No... -dijo con suavidad. -anoche deberías... -miró a su esposa quien asintió con una sonrisa. -deberías haber avisado que no llegarías a casa ¿sabes? Así no me preocupo como un maniático por ti.

Pan con ojos totalmente sorprendidos lo miró ¿No le iba a decir nada más? ¿Alguna especie de molestia? ¿Reto? ¿Castigo? ¿Nada? Miró a su madre.

- Lo que quiere decir tu padre... -explicó. -es que no hay problema que pases las noches con...

- Algunas. -dijo Gohan con rapidez. -algunas noches. -aclaró.

- Bueno... no hay problema con que pases algunas noches con Trunks. Sólo debes avisarnos para así no preocuparnos. ¿Esta bien? -Pan sin decir una palabra sólo asintió.

Gohan algo asfixiado con la conversación decidió que ya era hora de irse al trabajo. Se puso de pie, dejó la taza de café y su plato en el lavaplatos, luego mientras se arreglaba la camisa, su corbata y se ponía su chaqueta, no podía dejar de pensar en lo rápido que había crecido su única y adorada hija. Ya era toda una mujer, una mujercita que tenía derecho a tener una vida privada e intima con su novio pese a su gran molestia, pero era lo normal, lo debido y lo correcto por parte de él en aceptar esa vida de su hija. Ella lo había elegido y parecía feliz, al final de cuentas solo eso importaba, que fuera feliz.

Se acercó a Pan y besó su frente a modo de despedida, luego a Videl y la besó suavemente sobre los labios. -Nos vemos en la tarde, que tengan un excelente día. -dijo con la mejor sonrisa fingida que pudo hacer, pues no podía dejar de pensar en Pan y Trunks de ese modo. -¡Ah! -exclamó antes de salir de ahí. -Videl... -dirigió sus ojos a ella. -recuerdas que... -dejó inconclusa la oración ya que ella asintió recordando de inmediato su conversación de anoche.

- Hijita... -Videl le habló a través de la mesa. Pan levantó las cejas y miró a su madre, luego a su padre para volver a Videl. -hoy en la tarde tenemos que hablar. Así que no demores mucho en llegar ¿si? -se puso de pie y comenzó a trasladas todos los trastos sucios de la mesa.

- ¿De qué? -inquirió.

- Sobre... -miró a su marido.

- Trunks y tú. -finalizó Gohan.

- Pero... ya lo hablamos ¿no?

- En realidad sí, pero esto es... verás... -comenzó a balbucear.

- Queremos que se cuiden. -dijo Videl más relajada que su esposo.

- ¿Qué me cuide? -dijo confundida. -pero si saben que Trunks no me hará nada malo. -frunció el ceño. -creo que lo conocen... quizás mejor que yo.

Videl sonrió y Gohan endureció su rostro. -no... es sobre... ya sabes... que pases las noches con él. -dijo ella.

- Pero si... Ohh... -enrojeció al instante. -no... no es necesario, creo que ya sé... ya, ya saben... yo ya... no...

- Si hija, ya lo sabemos, pero... -decía Videl.

- Esto no es lo mismo. -volvió a decir Gohan en forma seria. -Trunks no es humano, es medio sayajin y... esto es completamente diferente.

- Hija, y tú eres también sayajin... no funciona de la misma manera. Bueno, técnicamente sí funciona de la misma manera, pero...

Gohan exasperado interrumpió. -lo que quiere decir tu mamá es que tenemos que hablar en la tarde. ¿Esta claro? -Pan asintió. -se hace tarde. -comentó al ver su reloj: 07.37am. -Nos vemos. -hizo una seña de manos, tomó su maletín y partió a la puerta de entrada, pero antes de poder girar la manilla el timbré sonó. -¿Quién viene tan temprano? -murmuró al abrir la puerta.

- Bueno días señor. -dijo un chico de mediana edad vestido con una chaqueta amarilla. -busco a la señorita Pan Son. -miró una planilla que sostenía en su mano izquierda mientras la derecha sostenía un lápiz.

- Si, aquí vive.

- Firme esto por favor. -le entregó lo que sostenía en sus manos. Gohan lo firmó y se lo entregó de vuelta. El chico se hizo a un lado de la puerta y apareció otra vez para, ahora, sorprender a Gohan con lo que le entregaba.

- Papá... ¿quién.... ? -decía Pan a medida que se acercó a la puerta y abrió sus ojos en sorpresa.

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top