"Quédate conmigo''

SENTIR

Capítulo 5: "Quédate conmigo"

- Señor, ¿paso a la siguiente? –pregunto la secretaria frente a su escritorio.

- Si. –tomo la siguiente carpeta para revisar el curriculum del siguiente aspirante al trabajo. Antes de si quiera alcanzar a leer el nombre, escucho la puerta cerrase, subió la vista y sonrió.

- ¡Oh! vaya sorpresa ¿no? –le dijo.

- Una grata sorpresa. –respondió el dueño de C.C. –para mi, por lo menos. No creo que para usted.

- Bueno… - ella se sentó en la silla frente a su escritorio. –estaba postulando a esta empresa, pero jamás pensé que el mismísimo dueño iba a realizar la entrevista final. Así que no vi la necesidad de nombrar aquello en el almuerzo.

- Normalmente no lo hago, pero dada las circunstancias me vi en la obligación de hacerlo. –comentó. –bueno, comencemos señorita Idane… o ¿señora? –preguntó.

- Señorita… nuevamente. –Trunks frunció el ceño. –divorciada. –aclaró.

- Ahh… - la miró y recién ahora noto el intenso color verde de sus ojos. –bueno, estaba viendo esto. –mostró los papeles en sus manos. –y veo que tiene varias empresas importantes a cuesta. Dígame, ¿por qué…

Continuará…

Señorita Son –dijo el profesor Antoni, poniéndose de pie al verla entrar a su oficina.

- Hola, recuerde llamarme Pan –sonrió, acercándose y sentándose en la silla frente a su escritorio.

- Y tu dime Antoni, tutéame, cuando me dices así me hace sentir viejo –sonrió hacia ella sentándose en su silla –bueno, Pan, me alegra que vinieras. Lo que quería conversar contigo es sobre tu futuro en la especialización de la carrera –hizo una pausa al ver que ella asentía –veras, en el club deportivo en donde trabajo, hay dos vacantes para pasantías de alumnos de Kinesiología de esta universidad. El director de carrera al igual que el rector estuvieron de acuerdo en que yo eligiera a los dos alumnos, deben ser de 3er año en adelante –vio como ella escuchaba atentamente sus palabras –ya he elegido a un chico de último año y a ti por supuesto. Veo que tienes grandes habilidades y potencial para hacer una pasantía en el club deportivo.

- Gracias –ella sonrió una vez mas.

- Te cuento, allá trabajamos con deportistas de alto rendimiento, es decir, profesionales en su área. Ya sean futbolistas, nadadores, tenistas, karatekas, todos muy conocidos a nivel internacional. Se preparan a diario con sus propios entrenadores y además con nosotros. Hacemos rutinas de ejercicios para propiciar su salud y reducir los niveles de lesiones que podrían ocasionar sus respectivos deportes. También hacemos tratamientos para quienes ya se encuentran lesionados… ¿te va quedando mas o menos claro lo que hacemos?

- Si, suena interesante y entretenido –dijo con sinceridad. Trabajar en áreas deportivas parecía ser su mejor elección. A ella le encantaban los deportes, la lucha, todo lo que requiera movimientos, habilidades y destrezas físicas, esfuerzo y dedicación para ser el mejor. Así era ella, así fue desde pequeña y así seguiría.

- ¿Te interesa? –preguntó el profesor.

- Claro –ella sonrió feliz.

- Piénsalo, no necesito una respuesta inmediata. La verdad la necesito a mas tardar… -miró un calendario en su mesa –el día 23, es decir, en dos semanas más –la miró y vio que ya parecía haber tomado la decisión –pero te advierto, ocupara tu tiempo libre.

- ¿Cuánto dura el internado? –preguntó. Sabía que a alguien no le gustaría eso del tiempo.

- Un semestre –respondió.

Por algunos segundos dudó. Sabía muy bien que el poco tiempo libre que obtenía diariamente seria ocupado con ese internado. Quizás podía reducir las horas semanales de trabajo en el imperio de su abuelo Satán, debía consultarlo con sus padres y su propio abuelo. Pero el más grande problema sería él, si ya se quejaba del poco tiempo que pasaban juntos, ahora ya no se verían tanto como ambos deseaban, pero pensándolo bien… era su futuro. No estudiaba para llegar a ser adinerada o estrictamente profesional, si no más bien, quería ser independiente. No importaba todo el amor del mundo que sentía por su novio, por mucho que lo quisiera había algo dentro de su alma que le impedía depender, en este caso, económicamente de él.

Sabía que Trunks le daría todo, absolutamente todo, pero no quería sentirse que se aprovechaba. No lo eligió por ser el presidente de corporación cápsula, no lo eligió por ser adinerado, no lo eligió por su apellido, no lo eligió por ser famoso, no lo eligió por su belleza… bueno, lo último era parte del todo que tanto amaba de Trunks, rió internamente a medida que iba pensando. Pero de verdad quería hacer esto, la sola idea de trabajar en algo relacionado con deportes le encantaba, además quería probar cosas nuevas, saber de qué se trata la vida laboral. –¡Vamos! ¡sólo tengo 23 años! ¿no?...–volvía a dudar –¡arghh! creo que tendré que consultarlo con la almohada… y Trunks. –pensaba. Si bien estos últimos días no había una excelente relación, eso no quería decir que no lo amara, porque no era así, solo estaba enojada por su comportamiento.

- ¡Hijita! –dijo Videl en tono de voz alto. –ya ni te veo. –la regañó dulcemente a medida que ella entraba a la casa por la puerta principal.

- Hola mamá. –se acercó a ella y la saludó con un beso en la mejilla. –lo sé, pero he estado muy ocupada. La universidad, la empresa del abuelo Satán… que a propósito dijo que le enviaras las últimas notificaciones del estado de su cuenta. –Videl asintió. –y además… -hizo una pausa. –me han ofrecido un internado en la carrera. –se sentó a su lado en el sillón del living.

- ¿Si? ¡fantástico! Eso te ayudará en tu carrera, saldrás con más ventaja que tus compañeros. –la abrazó y besó su mejilla, mientras Pan reía.

- ¿Y papá? –preguntó.

- Llega en media hora mas, pasó donde Bulma.

- ¿Otra vez? ¿Qué hace tanto allá?

- No sé, supongo que cuestiones de la empresa. –se encogió de hombros y caminó hasta la cocina. –hice un dulce, ¿quieres? antes que llegue tu padre y se lo coma todo. –Pan se puso de pie y la siguió.

Allí conversaron de su día, luego llegó Gohan, y Pan les contó sobre el internado que le ofrecían. El padre de inmediato le dijo que debía aceptarlo, era una oferta muy buena, que muy pocos estudiantes obtenían antes de su último año, y que él la ayudaría en lo que fuera junto a Videl.

- Bueno… y lo que les quería pedir… -miró a sus padres con una risa inocente.

- ¿Qué quieres Pan? –preguntó Gohan.

- Dejar el empleo del abuelo Satán. –dijo bajito.

Videl miró a Gohan y él asintió. –bueno, con tu padre ya habíamos hablado sobre ese tema, íbamos a decirte muy pronto que bajaras las horas de tu ayuda. Mejor dicho que ya no siguieras ahí.

- ¿En serio? –preguntó entusiasmada.

- Sí –dijo Gohan. –te hemos visto estudiar y te ha ido bien, creemos que es una sobrecarga para ti. Además con ese internado vas a necesitar más tiempo.

- Yo volveré a la empresa de mi padre. Tendré que dejar unas horas en el hospital, pero ya encontrare a alguien más. –Videl sonrió.

- ¡Gracias! –ella se puso de pie de la mesa de la cocina y abrazó a ambos padres. –de verdad de los agradezco, así será más fácil ocuparme solo de la universidad.

Gohan la miró con suspicacia, pero no dijo nada. –he estado yendo donde Bulma. –comentó. –y ahora no te he encontrado allí. –le dijo a su hija. Ahora los tres habían vuelto al café que se servían luego de la cena. –¿todo bien con Bra y Trunks? –la miró y notó que ella cambio su rostro sereno. –¿o has tenido algún problema con Vegeta? –preguntó un poco mas preocupado.

- No, nada, ningún problema. Es solo que he estado más ocupada y con menos tiempo. Además Bra ha vuelto a su casa y no veo la necesidad de estar allí. –se hizo la despreocupada y comió un poco mas del dulce que había hecho su madre.

Videl miraba a ambos, un poco preocupada decidió que era mejor cambiar el tema. Pan nunca había sido de esas hijas que contaba sus problemas ni a ellos ni a ninguno. Era reservada y siempre trataba de lidiar con sus problemas a solas.

Cuando los tres habían limpiado la cocina y se hizo lo bastante tarde, Videl y Gohan se iban a su dormitorio. –hija, no te quedes hasta tan tarde. Ya son las 23.45 y mañana no podrás despertar.

Pan aun sentada en la misma mesa, miró como ellos se alejaban. Esta vez la comida había sido reemplazada por cuadernos, libros y lápices. –no te preocupes, solo termino este seminario y listo. No creo que demore más de media hora. Buenas noches.

- Buenas noches hija. –Videl se fue hacia las escaleras, pero Gohan aun se quedo en la cocina mirando a su hija.

- Sabes que siempre puedes contar conmigo ¿cierto? –le habló con una sonrisa algo nostálgica.

A Pan le provoco tristeza escuchar el tono de voz utilizado y sus ojos la miraban fijamente. –lo sé papá. No hay nada de que preocuparse. Cuando… yo… -dudó por unos segundos si seguir o no, pues estar omitiendo información a su padre no le gustaba, se sentía mal, pero tampoco se sentía cómoda como para contarle todo, a lo que de ella y Trunks confiere. Necesitaba un poco más de tiempo, saber que su padre no haría nada, al igual que Trunks. Y no quería causar más problemas que en el pasado, suficiente habían tenido todos, esta vez sería más cautelosa.

- Esta bien –él la interrumpió. –cuando tú quieras. –sonrió. –buena noches pequeña. –se acercó a ella y la besó sobre el pelo, pero antes de salir por la puerta se dio media vuelta. –lo olvidaba –sacó la billetera de su bolsillo del pantalón y le extendió dinero. –ten, ahora que no vas a seguir en la empresa de tu abuelo volveré a darte tu mesada, creo que con eso es mas que suficiente ¿no? –ella tomó el dinero y asintió. –y cuando veas a Trunks, ¿le podrías devolver el dinero del helado que le encargue el otro día? Tuve que irme antes de lo esperado y nunca lo hice.

- No creo que necesite ese dinero papá. –dijo divertida. –además creo que ni siquiera lo recuerda.

- Supongo, pero prefiero que se lo devuelvas, cuanto antes mejor. No creo poder verlo antes del domingo.

- Esta bien, lo haré un día de estos.

- Gracias, ahora sí, buenas noches hija. –se despidió su hija y se fue.

Pan se quedo allí, recordando a Trunks y sus últimas discusiones. ¿Acaso eran cada vez más frecuentes? Y eso ¿era debido al hecho de que no podían verse cuando quisiesen? ¿o el hecho de estarse escondiendo en la calle? Cualquiera que fuera la respuesta, parecía ser una mezcla de todas. No era normal estar así, si bien podían tener discusiones como todos, parecía que todas aquellas causas los separaban cada vez más. Y por el bien de todos, y por sobretodo el de ella y Trunks, sería mejor contarle a Gohan pronto.

Días después, luego de un largísimo y aburrido examen, Pan se encontraba con hambre, era hora de almuerzo pero no le apetecía comer en la cafetería de la universidad, ni tampoco en algún restaurante cercano. Tenía apetito, de ese que se siente cuando has pasado días sin comer.

Aquella mañana, como muchas otras mañanas, había despertado tarde, iba atrasada y con suerte alcanzo a comer una tostada, algo completamente insuficiente si se trataba de una sayajin. Como muchos otros días decidió comer en la oficina de Trunks. –no… - de pronto recordó. Apenas se habían visto y hablado durante esta última ¿semana y media?, hoy era viernes. –tampoco me ha llamado. –detuvo su paso y sacó el celular de su bolsillo. Estaba en las afueras de la universidad, rodeada de jóvenes que salían animadamente.

- ¡Pan! –escuchó. Se dio la vuelta y tras ella venían algunos de sus compañeros. Naomi se acercó rápidamente a ella. –iremos a comer a "Lounge",¿quieres venir con nosotros?

Miró nuevamente su celular acordándose de Trunks, quizás él estaba enojado también, bueno, al parecer eso era seguro, no la había llamado ningún día. Eso la entristeció. Los días pasaron muy rápido y a pesar de lo ocupada que había estado, algunos días pasó a casa de Bra o a la de Bulma con el simple hecho de verlo o quizás querer conversar las cosas, pero no tuvo suerte. Él no estaba en casa, o sencillamente ignoraba a todo el mundo y se iba a trabajar a la oficina en casa, o entrenar con Vegeta o simplemente ir a dormir. Bulma y Bra le comentaron que estos últimos días estaba de mal humor, y la más joven de las peliverdes bromeó que se debía a la falta de sexo de su hermano. Lo cual podía ser cierto, pero lo mas probable era que ella había sido muy melodramática y exagerada en todo el asunto de los celos, quizás se debía al estrés de los exámenes, y mas la desconfianza que pensaba que su padre tenía hacia ella. Estas últimas dos semanas no habían sido las mejores. Prefirió dejar las cosas tal como estaban, sabía que pronto todo se solucionaría, además Trunks seguramente estaba ocupado con el trabajo.

- Es una buena idea. –le dijo Pan.

Cuando llegaron al lugar, Pan miró alrededor. Era colorido, con ruido y mucha gente joven. Parecían solo universitarios, había grupos de chicas sentadas alrededor de una mesa grande y redonda tomando jugos, o eso parecía, todas reían y al parecer lo pasaban bien. Otros bebían cerveza y comían grandes sándwiches, en su mayoría chicos, que reían estruendosamente y miraban a jovencitas a su alrededor, parecían buscando presa. Pan rió ante aquellas escenas, ella siempre parecía ser un poco aburrida en aquellos aspectos, pero es que a decir verdad no le gustaban demasiado. No era la típica joven de 23 años que salía todos los fines de semana y conocía chicos, a veces creía que su actitud era de alguien ya adulta. Tampoco le molestaba ir a lugares como éstos, si iba bien, pero si no también estaba bien.

- Allí –dijo una de las chicas apuntando una mesa vacía. Todos se fueron a sentar y pronto las risas y diversiones habían comenzado.

- ¡No! –dijo Miyu –¡no es cierto! –con el rostro colorado trato de mirar hacía otro lado.

- ¡No seas mentirosa! –alego Riko. –ya todos saben que te gusta Kasuki. –todos rieron y comentaban lo que había pasado el fin de semana anterior en una fiesta.

Pan miraba de un lado a otro tratando de entender qué sucedía entre ellos, no sabía nada. –¿de qué hablan? –preguntó.

- ¡Ay Pan!, tú nunca sabes nada, y ¿sabes porqué? –no dio tiempo para responder. –porque nunca nos acompañas a ninguna parte. La semana pasada había una fiesta, la organizaron los chicos de Ingeniería, pero no alcancé a decirte una palabra cuando ya te habías ido. –comentó Naomi.

- Ahh, bueno. –rió. –creo que tendré que ponerme al corriente con todos.

Otro chico, Hotaka, alzó su vaso. –gracias a dios que hoy es viernes y se acabaron los exámenes… por ahora. –todos estallaron en risas al ver a su compañero ponerse de pie, tambaleándose de un lado a otro y tratando de hablar de corrido. El alcohol ya los estaba afectando.

Pan miró su reloj, ya eran casi las 10 de la noche. Luego del almuerzo en aquel lugar decidieron ir a un pub que estaba en las cercanías, llegaron allí a eso de las 7 de la tarde, pero no se había dado cuenta que la hora había pasado muy rápido entre risas. Algunos se pusieron de pie, otros iban a pedir mas bebidas y otros en parejas se alejaban de la mesa. Allí quedaron sólo Pan y dos chicas más conversando.

- ¡Vamos a bailar! –dijo ya de pie Ari. –¡vamos, vamos! –tiró de la mano a Pan y Sally.

- Vayan… yo prefiero quedarme. –dijo Pan.

- Como quieras. –las dos chicas se fueron dejando a Pan sola. Aprovecho su oportunidad y partió a pedir comida, el almuerzo había sido insuficiente, y ahora le apetecían unas papas fritas. Camino hacia allá y se las entregaron en forma rápida. Se sentó en la mesa y con una bebida con un poco de alcohol en la mano, sacó su celular recordando a Trunks una vez más. Dejo de lado todo y se concentro en el aparato en sus manos, estaba tentada a marcar su número y escucharlo. Lo busco lista de contactos y marcó, pero a los pocos segundos después cortó, el ruido que había en el lugar era fuerte y sabía que no lograría escucharlo bien. Pensó en llamarlo cuando llegara a casa.

Miró a la pista de baile y varios de sus compañeros la llamaron para que se uniera a ellos, con una sonrisa caminó hasta allá. Bailó cerca de 10 minutos cuando su celular vibró en el bolsillo de su pantalón. Lo tomó con su mano izquierda y vio que era Trunks. Rápidamente se excuso y alejo para buscar un lugar más silencioso.

- ¿Pan? … ¡Pan! ¿me escuchas? –dijo Trunks al otro lado de la línea.

- ¿Trunks? ¿hola? –gritó. –espérame un poco. –dijo antes de buscar su bolso y largarse del lugar.

Trunks un tanto extrañado alejo su celular del oído y lo miró.

- ¿Sucede algo? –preguntó una voz femenina a su lado.

- Creo que hay interferencia en la señal, se escucha solamente ruido del otro lado. Llamaré después. –cortó la llamada y lo dejó sobre su escritorio. –ya, ¿en qué estábamos?

- Viendo la taza de interés. –respondió ella.

- Ahh, claro. –marcó unos números en su computadora y se los enseñó. Mientras ella miraba y sacaba algunos cálculos, Trunks no podía dejar de pensar en Pan, estaba preocupado. Chequeo su ki y estaba bien. Aunque… -¿esta en el centro? –se extraño aun más, miro el reloj. –22.04 ¿qué estará haciendo?

- Bien, ¿y ahí? ¿estará mejor? –preguntó ella. –los gráficos están un tanto dispersos, pero creo que aun esta dentro del rango.

- Esta bien. –respondió Trunks. Alejando sus preocupaciones y tomando algunas notas en su laptop, se dedicó a terminar unos informes que debía entregar el lunes.

Mientras escribía recordó que varios días había pensado en llamarla e invitarla a almorzar con él, pero aun estaba un poco resentido con ella, había estado de muy mal humor, y al parecer solo se relajaba cuando tenía largas y exhaustas horas de entrenamiento con su padre. Además estaba apestado de trabajo, que gracias a Suzu se hacían más ligeras y entretenidas. –¿entretenidas? –se preguntó, pero sí, ella le hacía pasar un rato mas agradable en el trabajo. Suzu era relajada, divertida y muy eficiente en el trabajo, se lo alivianaba mucho. Además debía agradecer las buenas charlas que pasaba con ella durante los almuerzos en la oficina, no le gustaba salir a comer, y ella jamás preguntó sobre la gran cantidad de alimentos que consumía. Sin mencionar la gratavista que ella ofrecía, era una mujer guapa.

- ¡Diablos! –Pan maldijo entre dientes al ver la llamada finalizada. Marcó de nuevo, pero esta vez su celular sonó fuera de línea. En el mismo celular comenzó a teclear en Internet, buscando el GPS de Trunks. Se encontraba un poco mareada con las bebidas consumidas en el local, mas el poco suministro de alimentos, le estaba jugando una mala pasada. Se concentró una vez más en localizar su ki, pero se le hacía difícil, no sabía si estaba ahí o no, y para asegurarse lo buscó a través del rastreador de señales. Lo encontró, estaba aun en corporación cápsula. –quizás hoy se quedo trabajando hasta tarde. –se fue a la parte trasera del lugar y alzó el vuelo.

Mientras volaba en la oscura noche, Pan comenzó a sentirse peor de lo que ya estaba. Parece que el aire frío le caló los huesos y bloqueó su mente. Estaba cansada, había dormido poco durante la semana, no había comido bien, estresada y sin Trunks parecía que su organismo no funcionaba. Cuando llegó al gran edificio fue directo al ventanal de la oficina de Trunks. Flotando frente a éste pudo ver que su hombre sonreía animadamente junto a una mujer de cabellos color café y con un vestido muy corto como para ser de trabajo. Parecían estar trabajando en unas computadoras, pero la cercanía de sus sillas, los roces de brazos y piernas, mas las risas, la hicieron pestañear varias veces para observar bien. Se sintió mareada y no precisamente por el alcohol.

- No, esta bien. –sonrió Trunks. –quizás fue un poco dura con él, pero es que la señora Rita tiende a ser muy estricta con los chicos en práctica. –ella rió.

- Es que hubieras visto sus caras, ¡parecían haber visto al diablo en persona! –ambos rieron a carcajadas.

- Apuesto a que ellos tuvieron que limpiar la tinta de la alfombra. –comento él.

- ¡Por supuesto! Pero es que tuvieron mala suerte en justo dejar caer esa impresora en la puerta de su oficina.

- Pobres chicos. –Trunks reía junto a Suzu, su más reciente empleada, hasta que pronto esa risa se desvaneció. Sintió con claridad el ki de Pan frente a él. Miró más allá de la chica a su lado y la vio flotando al otro lado de la ventana. Tenía mala cara, el ceño fruncido, los ojos cristalinos y alrededor de ellos unas ojeras oscuras. Sus ropas estaban un poco desarmadas, seguramente debido al vuelo. Pronto el ki comenzó a subir, él se puso de pie de inmediato y le habló algo a Suzu. Salió por la puerta y corrió hasta otra oficina un poco más allá, abrió la ventana y salió por ella.

- ¡Pan! –gritó para llamar su atención. –¡ven! –le dijo para que ella saliera de la vista de su oficina. No podía arriesgarse a que la vieran flotando por ahí. Afortunadamente en el edificio no quedaba nadie, excepto algunos guardas en el primer piso y Suzu que estaba de espaldas a la ventana y no la vio. Con un rápido movimiento envolvió a Pan entre sus brazos y la llevo a la oficina por la cual había salido.

-¡Suéltame! –le gritó, escabulléndose de sus brazos.

- Pan, ¿estas… -la miro con el ceño fruncido. –¿estas tomada? –dijo sin creerlo, ella no solía salir y beber, pero su sentido del olfato decía otra cosa.

- Me voy –dijo dándose la vuelta y caminando hacia la ventana. –siento mucho haber interrumpido el trabajo con ella. –habló amargamente.

Él la sujeto del codo y la detuvo quedando frente a frente. –¿dónde habías estado? –dijo ahora preocupado.

- Salí con mis compañeros. –respondió mirando el suelo, y sujetando con su mano el bolso que colgaba de su hombro. Trunks notó que sus nudillos estaban blancos por la fuerza ejercida. Ella estaba furiosa pero lo trataba de ocultar. Además su cuerpo temblaba, pero no estaba seguro del porqué.

- ¿Estás bien? –la tomó por los hombros y alzó su cabeza para encontrar su mirada.

- No. –susurro con los ojos rojos.

- ¿Qué pasa? –la abrazó y Pan enterró la cabeza en su cuello tratando de no llorar. -¿Pan? –él volvió a hablar, no estaba seguro de qué le ocurría, ella temblaba y se estaba aguantando las ganas de llorar. Ella negó con la cabeza sin decir una palabra, dejándose abrazar.

- Trunks, ¿esta todo bie… –ella se interrumpió al ver a su jefe abrazando a una chica. Había sentido un grito cuando iba caminando en el corredor por donde él se había ido, se preocupó y fue a ver que ocurría, pero cuando abrió la puerta prefirió quedarse callada. Ahí estaba su jefe, un adulto hecho y derecho abrazando muy íntimamente a una jovencita. No sabía que ocurría, posiblemente algún familiar, ¿una prima quizás? Se fijo en la escena por unos segundos notando que la niña se veía desastrada, su chaqueta de jeans a medio cerrar, una de sus zapatillas sin los cordones atados, y el bolso que colgaba de uno de sus hombros sin cerrar, dejando ver algunos libros (*1). La niñavenía con el cabello desordenado y tenía carita de cansada y triste. –l-lo siento, no quería interrumpir. –dijo cuando intentaba irse, pero la voz de la chica la interrumpió.

- No pasa nada. –trató de sonreír la pelinegra separándose de Trunks. –hola. –dijo Pan con voz plana, saliendo del abrazo de Trunks, quien ahora se mostró un poco perdido frente a su actitud, ella extendió la mano.

- Buenas noches. –dijo ella mas formalmente, estrechando su mano con ella.

Ahora Pan ocultando sus emociones observo más detenidamente a la mujer frente a sus ojos. Ella llevaba un vestido negro muy ceñido a su cuerpo, acentuando más sus exuberantes curvas (*2).Miró a Trunks quien parecía un poco desconcertado con la situación. Ella volvió su vista a ella, miró que la falda terminaba muy arriba de sus rodillas exponiendo sus largas piernas. Eso la disgustó porque antes, cuando observó a Trunks a través del ventanal, notó que él le prestaba atención a las piernas de la mujer cada ciertos momentos. Ella sabía que muchas mujeres lo deseaban, que muchas querían llamar su atención y que él, en su pasado lo había hecho, pero ahora ya no se sentía tan segura de él.

- Oh, lo siento. –de repente noto su falta de tacto. –Pan, ella es Suzu, reciente contratación. –acotó. –Suzu, ella es Pan, mi… -el silenció pareció ser largo a pesar de que vaciló solo un segundo. –amiga. –titubeó.

La mayor sonrió. –¡Ahh! tu eres la chica que vimos la otra vez fuera del restaurante. –comentó. Pan alzo una ceja y miró a Trunks. Él de inmediato capto su mirada y se enderezó.

- Sí, e-el otro día te vi cruzar la calle con tus compañeras. –¿por qué tartamudeaba? Se sentía nervioso y la mirada de Pan lo hacía peor. –mmm… ¿nos vamos? ya es muy tarde. –dijo mirando a Pan y luego a Suzu.

Suzu asintió dejando aquella oficina con los otros dos siguiendo su paso. –sí, ya es demasiado tarde como para seguir haciendo ese informe. Lo podemos terminar el lunes en la mañana antes de presentarlo ¿no crees? –miró hacia atrás y él asintió.

Los tres entraron a la oficina de Trunks, la mujer mayor busco su chaqueta, algunas hojas, carpetas, su laptop y las metió en su cartera de tamaño grande. Trunks hizo lo mismo con sus pertenencias. Buscó las llaves de su automóvil, mientras Pan se quedó en el marco de la puerta observando como ellos dos buscaban sus cosas mientras seguían hablando algunos asuntos de trabajo.

- Listo. –caminó hasta la puerta, frente a Pan. –¿trajiste tu auto? –ella negó en silencio. –entonces te voy a dejar a casa, ¿esta bien? –prefirió preguntar y no asumir como siempre lo hacía, su relación últimamente estaba sostenida en un hilo y no sabía como ella reaccionaría con sus preguntas, además ella miraba a cada rato a Suzu y al parecer no le agradaba mucho.

Salieron de la oficina y caminaron por los pasillos hasta el ascensor en silencio, incómodo por cierto. Una vez que llegaron a la salida del edificio Suzu miró a Trunks, le sonrió y se despidió con un abrazo. –nos vemos el lunes, que tengas un buen fin de semana. –luego giro hacia Pan. –encantada de conocerte, nos vemos, que estés bien. –dijo con una sonrisa y se alejó hacia los estacionamientos.

Trunks y Pan se quedaron uno a cada lado mirando como ella se iba, hasta que el coche se alejo, él se giro a Pan. –¿estas bien? –preguntó preocupado fijándose en su rostro cansado.

- No. –respondió en volumen bajo, se había sentido celosa, pero lo ocultó. –alzó su mirada hacia él. –estoy cansada, me duele el cuello, la espalda baja, tengo sueño, tengo hambre y necesito un baño. –lo miró algo avergonzada.

- Baño. –murmuro tomándola de la mano y arrastrándola junto a él de nuevo al edificio.

Pasaron por el escritorio de recepción y luego a un pasillo donde había dos baños. –allí. –apuntó y Pan entro en él.

Él se alejó dándole privacidad y se encontró con un guardia del turno de la noche.

- Señor Brief. –el hombre hizo una pequeña reverencia.

- Buenas noches Nate. –lo saludó. -¿Cómo va todo?

- Bien, todo normal, y usted ¿trabajando hasta tarde?

- Ya sabes, de vez en cuando me pasa. –se encogió de hombros.

- ¿Esta esperando algún taxi? –preguntó el hombre. Notó que el jefe se paseaba de un lado a otro esperando por algo.

- No, espero a una amiga. Esta en el baño y nos iremos pronto.

- Ahh –asintió.

- Esta demorando un poco, iré verla. Nos vemos el lunes. –se despidió alejándose.

Fuera de la puerta del baño pudo escucharla maldiciendo en voz baja. –Pan ¿estas bien? –preguntó del otro lado.

Ella mas avergonzada que nunca, no quería responder, pero si no lo hacia no saldría jamás de ese cuartito blanco. –no. –susurró.

- ¿Qué paso? ¿te duele algo? –él afirmando la cabeza contra la puerta la escuchó responder.

- No, pero… ¡aggh! –no podía creer lo que iba a pedirle. –necesito que me hagas un favor.

- Lo que quieras. –respondió.

- No sabes todo lo que me avergüenza pedirte esto, pero… no traje… busque en mi bolso pero no traje ni uno. –suspiró.

- ¿qué cosa? ¿qué no trajiste? –se preocupo. La voz de Pan sonaba irritada.

Con un largo suspiro y mirando el blanco techo, lo dijo –necesito que vayas a comprar unos thmpns. –murmuró.

- ¿Qué vaya a comprar qué? –apoyó su oído mas cerca de la puerta.

- Necesito que vayas a comprar unos tampones. –dijo bajito y con su cara colorada.

- Ah-h –se apartó y miró a su alrededor. –ehh v-voy en seguida. –se alejó caminando a paso lento. Llegó hasta la entrada principal donde se encontró nuevamente con Nate. –voy y vuelvo. –el hombre asintió.

Trunks salió de edificio y caminó por las calles un poco inseguro. Había una farmacia abierta a pocas cuadras de allí. Pero cuando llegó se detuvo justo en la entrada. Estaba un poco ¿nervioso? Jamás había ido a comprar tal… tal cosa. Dio un paso más y las puertas corredizas se abrieron automáticamente. Entró y miró a su alrededor, habían estantes donde se mostraban diferentes productos, desde maquillaje, shampoo, afeitadoras, pañales para bebés, hasta un estante donde había distintos tipos de agua mineral. Totalmente perdido se acercó hasta una joven mujer que atendía el lugar.

Se aclaró la garganta, pero antes de hablar, la chica lo miró con grandes ojos. Lo reconoció, de eso estaba seguro. –¿qué necesita señor? –le preguntó con educación y una sonrisa.

- Amm… -volvió a mirar a su alrededor. –necesito… -dijo totalmente inseguro. –¿tampones? –arrugó su frente al decirlo. La chica sonrió al ver el rostro del señor Brief.

- ¿Tampones o toallas higiénicas? –preguntó al notar la forma en que había solicitado.

- Me dijo tampones. –respondió, esta vez, mas seguro.

- Ok, por aquí señor. –salio detrás del mostrador y caminó hasta la estantería donde se ubicaba aquel producto. Le señaló con la mano –aquí están.

Trunks miró y se vio embargado en confusión. Observó de un producto a otro, paquetitos de color celeste, otros rosados, otros verdes, algunos decían "para mayor comodidad", otros "mayor seguridad", "flujo abundante", "menor flujo", etc, etc. -¡rayos! –pensó. ¿Cómo iba a saber cual de todos? Miró a la joven nuevamente y su rostro lo dijo todo.

- ¿Le dijo alguna marca o algo?

- No.

- Mmm –ella se arrodillo y buscó unos con envase de color rosado. –Este –se puso de pie y le extendió una pequeña cajita. –son de flujo medio, con bastante comodidad. Creo que ese servirá. –sonrió. Trunks la tomó entre sus manos y la observó mas detenidamente, se encogió de hombros y siguió a la mujer que iba hacia la caja para pagar. –¿necesita algo más? ¿algún analgésico? –él frunció el ceño, no estaba seguro para qué necesitaría un analgésico. –¿presenta dolores? ¿en el abdomen? ¿la espalda baja? –la joven comenzó a dar pistas.

- Ah, sí. Dijo que le dolía allí. –mostró con sus propias manos el lugar donde Pan le había indicado.

- Entonces, una cajita de estas estaría bien. –sacó de otro mostrados una pequeña caja de color rojo y blanco. –que tome inicialmente 2 píldoras y luego 1 cada 8 horas. –indicó y lo escribió sobre un papel que luego lo pegó sobre la misma caja. Trunks asintió casi tomando nota mental de aquellas instrucciones. –tenga. –le extendió una bolsita blanca con los tampones y la caja de analgésicos.

Trunks la tomó y vio el precio en colores verdes que mostraba la caja de cambio. Sacó su billetera y sacó dinero más que suficiente para pagarlo. Ella lo tomó, le entrego la boleta y su vuelto. –que tenga una buena noche. –se despidió –gracias por su compra.

- Muchas gracias. –dijo Trunks con una sonrisa. Se alejó del lugar con aquella bolsa en la mano y caminó hasta encontrar nuevamente el edificio. Entró cuando Nate le abrió la gran puerta de vidrio. –gracias Nate. –caminó hasta el baño y golpeo ligeramente la puerta. –¿Pan?

- ¿Lo compraste? –respondió ella.

- Si. –Pan abrió la puerta, solo un poco, y saco su mano. Trunks rió y le paso la bolsa. Volvieron a cerrar y él se quedo esperando allí afuera, se apoyó contra una pared y esperó. Dos minutos más tarde la puerta se abrió revelando a una enrojecida Pan salir por ella.

- ¿Todo bien? –le preguntó.

- Lo siento. –dijo mirando el suelo y acomodando su bolso en el hombro.

- Esta bien, no tienes nada de que avergonzarte. Ya sabes, tengo una hermana y una madre que jamás guardaron sus intimidades… de ningún tipo. –bromeó.

- Lo sé, pero no creo que te hayan mandado a comprar a una farmacia, ¿o si? –ahora lo miro a la cara.

- La verdad… no, pero fue una experiencia… nueva. –hizo una pausa y rodeó con un brazo sus pequeños hombros atrayéndola hacia él. –ven aquí. –la abrazó. Caminaron hasta la salida, se despidió definitivamente de Nate y caminaron hasta el automóvil.

Una vez en camino. –la joven que me atendió dijo que llevara esos analgésicos y que tomaras ahora dos y luego uno cada ocho horas. –dijo de memoria.

- Lo sé. Lo vi escrito en la cajita. –sonrió a su lado y volvió a mirar la carretera.

Trunks suspiró y la miró a su lado. –¿te sientes mejor? –Ella asintió en silencio. Luego se giro y lo miró a los ojos.

- De verdad, gracias. –se acercó a él y lo besó en la mejilla. Él esbozo una pequeña sonrisa. Echaba de menos el contacto con ella, la extrañaba. Detuvo el auto en medio de la carretera, iban a ser las 11 de la noche y no había tráfico alguno. Se giro hacia ella y sostuvo su mirada. –te extrañe –dijo ella en voz baja. –te he extrañado tanto estos días. –dijo con voz triste. –lo siento, exagere con… - él la interrumpió.

- Yo también te he extrañado, no sabes cuanto. –tomó con ambas manos su rostro y la acercó a él en un beso lento y cálido. Al principio sus labios se rozaron, aspirando sus aromas que tanto extrañaban el uno del otro. El beso fue corto, ambos se separaron y ella se quedó mirándolo sin saber muy bien qué decir a continuación, lo único que sintió luego fueron sus fuertes brazos rodeando su cuerpo, sujetándola con fuerza desde la cintura. Enterró su nariz en su cuello y aspiró con fuerza haciéndola temblar. Ella lo extrañaba, definitivamente lo extrañaba demasiado. Se alejaron nuevamente y ambos se perdieron en los ojos del otro.

- Quédate conmigo –pidió en un susurro.

Él sonrió, la tomó por el cuello y la acercó a él para besar suavemente sus labios. –lo haré. –dijo entre el beso.

Llegaron a la casa, Trunks aparcó en frente y esperó a que Pan saliera del auto. Ella miró el hogar y todas las luces estaban apagadas. –no creo que estén despiertos. –comento.

- Ve tu primero –dijo. –yo estaré en tu cuarto en un minuto. –le sonrió.

Ella a regañadientes se alejó del automóvil. Llegó hasta la puerta y la abrió, se dio la vuelta para ver el auto de Trunks irse rápidamente en dirección a la cuidad. Suspiró y entró a la casa. Silenciosamente subió las escaleras y entró a su cuarto, dio gracias a dios que la recamara de sus padres estaba del otro lado de la casa, una distancia prudente para la privacidad de todos. Mientras entraba a su cuarto de baño, se cepillaba los dientes y arreglaba un poco su enmarañado cabello, Trunks condujo rápidamente para alejarse lo suficiente de la casa, disminuyo su ki y luego lo hizo desaparecer con el dispositivo, que ahora había instalado en su celular. Sonrió por su propia genialidad. Se bajó del auto y lo encapsuló, lo introdujo en su bolsillo de la chaqueta y alzo el vuelo directo a Pan. En menos de un minuto, golpeó suavemente la ventana, ella le abrió y lo dejó pasar.

- Tus zapatos. –le indico. Él de inmediato se los quito, hacían mucho ruido al caminar por el piso. Ella sin decir una palabra se metió en la cama y esperó a que él hiciera lo mismo luego de quitarse casi toda su ropa. En solo ropa interior se acostó a su lado. Él no pretendía nada, ya lo sabía desagraciadamente. La abrazó pegándola a su cuerpo, ella lo abrazó por hombros y apoyó la cabeza en su torso. –buenas noches. –le susurro cerca del oído.

- Buenas noches Pan. –le respondió con un beso sobre la cabeza.

En menos de lo que canta un gallo, despertó con un ruido ensordecedor. Se levantó de golpe mirando a su alrededor, no sabía donde estaba y sus ojos aun estaban medios nublados. Miró hacia la ventana y tuvo la obligación de cerrar sus parpados con el brillo del sol. Gruño. Había dormido tan bien que no quería despertar tan luego y menos con un ruido tan molesto como un despertador. –yo no tengo despertador ¿o si?Pestañeo varias veces y escuchó un murmullo apagado a su lado.

- Apaga eso. –una voz femenina, pero levemente ronca estaba bajo la sábana. Miró del otro lado y sobre la mesita de noche vio su celular que seguía sonando fuerte. Lo tomó, bajó el volumen, y miró la pantalla. –¿Bra?–Hola.

- ¿Dónde estas? –le gritó.

- ¿Qué quieres? –habló irritado.

- Quedaste de acompañarme al médico, hoy es mi última visita a la clínica antes del parto. Mamá y Goten andan viendo no se qué cosas, eso lo sabes. –regañó.

- ¡Ugh! –golpeó su frente. –lo había olvidado. Espérame, estoy allá en… -miró su reloj, las 09.48am. –¡rayos! En dos minutos, la cita es a las 10.15 ¿cierto?

- Sí, más te vale llegar antes, no quiero llegar atrasada.

- Bien, bien. Nos vemos enseguida. –ambos cortaron. Dejó el celular y miró a su lado, su acompañante aun seguía bajo las sábanas sin asomar ni un dedo.

- Noo –dijo ella. Él sonrió, levantó las blancas telas que la cubrían para ver su cara. Estaba con las mejillas rosadas y el cabello todo desordenado, sus ojos algo hinchados, y sus labios abultados y rojos. Se acomodó junto a ella y tapó a ambos con la misma tela.

- Lo siento –murmuró contra sus labios. –pero debo irme enseguida, Bra… -ella lo interrumpió.

- Lo sé, vete luego antes de que no te deje. –le sonrió.

Le acaricio el rostro con el dedo pulgar, alrededor de los ojos, su nariz y sus labios. Luego acomodó un mechón de cabello que caía sobre su cara tras su oreja. –nos vemos esta tarde. –dijo antes de darle un último beso, esta vez sobre la nariz. No quería dejarla, de verdad que no, pero tenía asuntos pendientes y no podía dejar a su hermana sola, le había prometido acompañarla al último chequeo al médico, además Goten contaba con él, se lo había pedido expresamente. Salió de la tibia cama y buscó sus ropas. Ella quitó las sábanas de su cabeza y se dedicó a observarlo mientras se vestía. Una vez terminado él se acercó a ella y con un suave beso sobre los labios le dijo –te amo. –y le sonrió.

Ella aliviada porque las cosas parecían volver a ser como antes, suspiró y le sostuvo la mirada. –yo también te amo.

Trunks caminó hasta la ventana y con un último gesto de manos alzo el vuelo rápidamente para encontrarse con su hermana.

Aquel día Pan se levantó feliz, con un ánimo renovado, su sueño compuesto y un buen desayuno gracias a Videl, sonrió feliz.

- Te veo contenta. –comentó Videl luego terminado el desayuno. –¿a que se debe? –Gohan prestando la mayor atención, miró a ambas.

- Nada. Es solo que… bueno, terminé la primera temporada de exámenes y me siento mas relajada. –dijo en parte diciendo la verdad.

- Espero que te haya ido bien y que todas aquellas noches en vela hayan servido, cosa que no dudo. –comenté el mayor de la mesa.

- Si, eso espero.

- ¿Qué harás al medio día? –le preguntó.

- ¿Por qué hay planes para algo?

Videl tomó la palabra esta vez. –iremos de picnic con tus abuelos. –comentó, y Pan frunció el ceño. –no te habíamos dicho antes porque te veías cansada y agobiada, pensamos que dormirías hasta mas tarde, pero como hemos visto parece que ya has recuperado el sueño perdido. ¿Quieres ir con nosotros?

Tenía pensado pasar el día junto a Trunks en la casa de Bulma, pero ya hace mucho que no compartía con ellos y la idea la entusiasmo, sobretodo si iba su abuelo Goku. –esta bien, pero me iré antes, quiero ir a ver a Trunks y Bra, hoy tiene su última revisión con el médico y quiero saber como esta.

- ¿Y eso? –preguntó Bra cuando Pan entro por la puerta trasera de su casa.

- La compre. Antes de venir aquí pase por el supermercado y traje esto –le mostró en la otra mano la bolsa blanca. –y cuando llegue a la caja te vi en la portada. –le sonrió y le entrego la revista por la cual ella preguntaba.

Bra la tomó y caminaron hasta la cocina. Pan dejó la bolsa sobre la mesa y comenzó a sacar algunos alimentos. –te gustan las frutillas ¿cierto? –Bra asintió y comenzó a hojear la revista de chismes sobre la mesa.

- ¡Lo sabía! –dijo Bra.

- ¿Qué cosa? –preguntó la pelinegra mientras abría un tarro conservero de frutillas.

- Obviamente iban a escribir chismes míos y de Goten. Dice que estamos peleados y que por eso él no me acompaño ayer a la cita con el doctor. ¡que estupidez! Aunque hay que admitir que me veo bien en las fotos ¿no? Estaré gorda, pero jamás perderé el estilo (*3). –alzó su barbilla.

- No estas gorda, sólo tienes una tremenda barriga, pero tú –la miró de pies a cabeza. –no pareces haber aumentado ni un solo gramo.

- Ahh –suspiró. –gracias. –luego le sonrió. –cuando tu estés embarazada, serás igual de estupenda. Mamá dice que son los genes sayajines, ¡gracias a dios! –exagero y Pan rió.

-¿Con crema? –preguntó la pelinegra, mostrando unas exquisitas frutillas al jugo.

- Sí. –le respondió. –así que ayer saliste con tus padres y abuelos… -le comentó aun viendo la revista.

- Sí, fuimos de picnic, sabes que eso les encanta a mis abuelos y a mi papá. Iba a ir en la tarde a verte, pero se me hizo tarde, preferí irme a la cama temprano.

- Ayer Trunks estuvo tentado en ir a buscarte, pero dado que andabas con Gohan prefirió no molestar. Y hoy regaño como nunca porque tuvo que levantarse temprano para esa reunión.

- ¿A qué hora termina? –preguntó a medida que arreglaba la mesa y le servía una copa con las frutas de temporada.

- A eso de las 5 de la tarde. ¿por qu ¡AAAAHHHHH! –gritó.

- ¡¿Qué? –dijo una alterada Pan. –¿te duele algo? ¡dime! ¿es el bebé? ¡oh dios! ¿qué voy a hacer? –decía alterada.

- ¡No! ¡mira esto! –le entregó la revista. Pan la acercó a través de la mesa y observó una fotografía. (*4)–¡malditos imbéciles! –dijo enfurecida.

- ¡Bra! –la regaño. –eres tan escan… -pero fue interrumpida por el sonido insistente del teléfono. Se acercó a él y contestó. –Hola.

- ¡Pan! Bra, ¿dónde esta Bra? ¿esta bien? ¿por qué subió su ki? ¿es el bebé? –decía un voz masculina completamente alterado.

- Goten, no, tranquilo todo esta bien. –miró a Bra y le indicó que se calmara para disminuir el ki que tanto preocupaba a su tío. De fondo podía escuchar las voces de Bulma y Gohan diciéndole que se calmara que todo estaba bien.

-¿Y por qué esta así? –ahora la interrogó mas calmado.

- Porque vio unas fotos de una revista que le tomaron en la piscina y se alteró. –escuchó un suspiro de alivio y pronto ya había colgado.

Bra seguía murmurando maldiciones con los ojos bien puestos en la revista. –¡son unos tremendos idiotas! ¡en mi propia casa, Pan! ¡en mi propia casa! ¡ahhh como los odio! –arrojó la revista sobre la mesa.

- ¿Y cuándo fue eso? –preguntó sentada a su lado, seguía comiendo con su cuchara mientras con la otra mano hojeaba la revista despreocupadamente.

- La semana pasada o la antepasada, ¡ya ni me acuerdo! –dijo todavía fastidiada. –pero ¡arghh! ¿cómo te sentirías tú si te fotografiaran a escondidas, ¡sin saberlo! en tu propio patio trasero?

- No lo sé. –se encogió de hombros, dejó la cuchara sobre la mesa y acercó la revista para echarle un mejor vistazo. –una par de veces me han fotografiado, pero en no más de aquellas he salido en alguna revista sin importancia, y siempre ha sido con mi abuelo Satán, ¡ah! y aquella vez en la llegada a tu matrimonio con Trunks. Aunque a diferencia tuya, he salido en un rinconcito de una página, no es algo que me importe de todos modos, mientras menos exposición mejor.

- Tienes suerte. A decir verdad, antes me agradaba esa sensación de estrella y modeloque relacionaban conmigo. –Pan la miró extrañada, ella jamás se sentiría así. –salir en revistas, que me abrieran todas las puertas de las tiendas, restaurantes, discoteques, pero ahora lo odio. ¡No me dejan en paz! –no entiendo… deberían saber que cada uno necesita su vida privada. No puedo salir al centro comercial sin que alguien me siga o pregunte idioteces. ¡es irritante!

- Es su trabajo. –la pelinegra le dijo con simpleza. –ellos deben hacer eso para sustentar a sus familias, no es que todos sean ricos y hayan tenido todo a diferencia tuya y tu familia.

- Lo dices como si tú hubieras sufrido mucho o como si fueras pobre, Pan. –dijo con algo de disgusto.

- ¡No! no quise decirlo con esa intención, a mi jamás me hizo falta nada, pero mi familia no ha sido adinerada como la tuya. Mi papá hizo una carrera a lo largo de los años y también gracias a Bulma y corporación cápsula, pero siempre hemos sido más… simples. –ella se encogió de hombros.

Bra no quiso seguir con el tema, sabía que estaba aun alterada por las fotos de aquella revista y no quería descargarse con su amiga, por lo que pronto cambiaron el tema y siguieron en la compañía de la otra.

- ¡Por fin! –exclamó Goten con la espalda apoyada en la silla de cuero y estirando sus brazos hacía arriba.

- No recuerdo haber tenido una reunión tan aburrida en mi vida. –comentó Trunks sentado al lado de su amigo, tomando un vaso de agua.

- ¡Dejen de lloriquear como niñitas y firmen esos documentos finales! –Bulma les habló con mala cara. La reunión había sido mas largo de lo esperado. La industria con la que intentaban hacer negocios había puesto muchas reglamentaciones y el acuerdo tomó mas recursos y atención por parte de todos, dejándolos exhaustos.

- Ten. –Gohan le entregó el documento. –creo que a pesar de aquellas trabas, la corporación tendrá sus primeras ganancias a partir de… -ingreso unos números a la calculadora. –julio de este año. Nada mal, ¿no? –acomodó sus lentes en el puente de su nariz y miró a Bulma.

- Mmm… pensé que serían un poco antes. –tomó nuevamente una carpeta revisando algunos documentos, luego miro al frente, al hombre mayor que se encontraba en aquella oficina de reuniones.

- Sí, pero al final el acuerdo quedo en eso. –le dijo Gohan. –pero ten paciencia Bulma, si no me equivoco… -nuevamente tomo la calculadora. –desde julio hasta enero del próximo año los ingresos serán del 19.8% que van directo a la corporación. Y a partir de ahí, es decir, de febrero hasta la finalización del contrato será del 29.8%, sin impuestos a pagar.

- Y tengan en cuenta que la materia prima va por la industria, no de aquí, eso también son ahorros y por lo tanto ganancias. –dijo Goten. Trunks sonreía al escuchar a su amigo hablar de esa manera, verlo vestido tan formal.

¿Quién hubiera pensado que Son Goten cambiaría tanto en el lapso de un par de años? Todavía recordaba cuando recién había ingresado a la corporación, siempre estaba un poco perdido. Los primeros meses, y por no decir el primer año, no se lo tomaba muy enserio, pero él tampoco. Ambos se dedicaban a trabajar lo mínimo y mucho a coquetear con el personal femenino. Con el correr del tiempo Goten fue adaptándose y aprendiendo cada día mas, podía parecer igual de despistado que Goku, pero había una diferencia notoria, él era también hijo de Chichi y hermano de Gohan. Si bien no fue el número uno en la secundaria ni en la universidad, si lograba buenas calificaciones. Y su desempeño hizo que logrará ascender en la empresa, hasta llegar a ser el jefe ejecutivo de uno de los departamentos. Su sueldo era muy bueno y se hizo independiente, yéndose a vivir a la capital. A pesar de la tristeza de Chichi, lo dejó, sabía que algún día tenía que pasar y estaba feliz de verlo desarrollándose como hombre. Todavía le quedaba la compañía de Gohan, que vivía en la casa del lado con su nuera y nieta.

Son Goten al hacerse independiente, también se hizo mujeriego, la compañía de su fiel amigo Trunks aumentaba tal comportamiento. Ser jóvenes, independientes y contar con el suficiente dinero, hizo que parrandearan, conocieran lugares exclusivos, y estar con varias mujeres, les hizo tener experiencias y anécdotas. Con el tiempo y llegando cerca de sus 30 años, Goten y Trunks sentían que sus vidas debían tomar un nuevo camino: el ser adultos más responsables. Así fue como Trunks se estableció en algunas relaciones mas maduras y duraderas, a pesar que con el tiempo terminaban. Al igual que Goten que se estableció con Pares, el principio de su relación fue algo como un "ir y venir" entre que terminaban y volvían, así estuvieron unos años, gracias a la vida de soltero y parrandero junto a su amigo. Luego a sus 30 se estableció, esta vez de verdad. Pero no duro más allá de otro par de años.

Estar confundido con la joven y bella Bra, no hizo su vida fácil, la complicó más allá de su entendimiento. Con sus preciosos 18 años llego a sacudir su vida, la estremeció, agitó, confundió, y la arruinó, o eso es lo que pensó en aquellos años. Él estaba bien con Pares, pero el que ella fuera a la corporación a sus horas de almuerzo cuando asistía a la universidad hizo que se hicieran mas conocidos. Bra iba a comer con Trunks, pero él también lo hacia con su amigo, por ende, terminaron siendo cercanos. Él jamás imagino llegar a ser amigo de ella, su diferencia de edad era muchísima, al igual que sus diferencias en gustos y personalidades, y siempre la había visto como una niña caprichosa. Todo aquello se fue disipando a medida que se conocían, ella era una jovencita interesante, con grandes sueños que cumplir, con inteligencia y por sobretodo una belleza candente que sus ojos no podían pasar por alto. Se contuvo mucho tiempo, incluso años, siendo amigos, saliendo casualmente a algunos lugares que a ambos le agradaban. Él tenía novia y ella también, un universitario que estudiaba leyes, campeón nacional de remo individual, popular y adinerado como ella.

Bra que siempre había encontrado algo guapo al amigo de su hermano, encontró algo mas allá de la belleza física de Goten, era su sinceridad, simpleza, humor cotidiano, corazón puro, inocencia, generosidad, ese toque de inocencia en algunos aspectos y lo infantil que era su personalidad en algunas ocasiones, eso terminó por encandilar sus ojos azules y entregarse al amor. No importó edad, ni aquellos novios, ni Vegeta, ni Chichi, nada. Ella había encontrado a su príncipe azul y no lo dejaría escapar.

Trunks seguía pensando en lo mucho que había cambiado su amigo, eso si, en el buen aspecto, todo lo de él había cambiando para bien, sobretodo por su hermana Bra, quien lo había cambiado del cielo a la tierra. –Trunks. –¿Él también había cambiado así tanto? Era lo que se preguntaba ¿tan viejos estaban? No se sentía de esa manera, sí mucho más maduro, pero no viejo. –¡Trunks!

- ¿Ah? Lo siento, estaba pensando otras cosas. –puso atención a su madre que le hablaba.

- ¿Estará bien que lo dejemos con esa cifra? –volvió a repetir su madre. Le entregó un fajo de papeles que él de inmediato se puso a hojear con más atención.

- ¡Ah! sí, lo olvide. Revise este documento el viernes con Suzu y arreglamos un par de detalles. Nada muy grande… -buscó en su maletín y se lo entregó. –ahí, desde la página 114 están las modificaciones. –Bulma lo tomó y lo dejó sobre el gran escritorio frente a sus ojos, le hechó un vistazo y luego de lo entregó a Gohan.

- ¡Excelente! –dijo Gohan mirando a Trunks. Si bien no se llevaban muy bien por su hija Pan, tenían una extraña relación de amor - odio. Sabía lo inteligente que era el hombre en negocios y como presidente de la corporación, pero odiaba saber que él mantenía una relación secreta con su retoño. Dejando aquello de lado, tuvo que felicitarlo. –sabia dedición. ¿quién es Suzu? –de pronto le preguntó.

- Suzu Idane es la nueva Analista de la empresa.

- ¿Qué paso con Niko?

- ¡Niko! –exclamó Goten. –¿no supiste? –le preguntó a su hermano. Él negó con la cabeza.

- Niko –dijo Bulma en voz baja. –se vio involucrado en el matrimonio de Airi.

- ¿Airi? ¿la misma Airi que esta casada con Eizo? –Gohan levantó una ceja incrédulo.

- Sí. Airi le fue infiel con Niko hace… ¿un mes? –dijo no muy segura de las fechas. –bueno, ahí fue cuando todo el mundo lo supo, por lo menos. Estaba embarazada de él y su esposo se enteró por otras personas, seguramente otros empleados de aquí que los hayan visto. Ese día vino Eizo y golpeo a Niko, Trunks y los guardias tuvieron que separarlos.

- Eizo que se veía tan tranquilo. –comentó Gohan. –¿y qué paso después? –le preguntó curioso por el chisme.

- Niko renunció. –habló Trunks. –no quiso seguir trabajando en la misma empresa con Airi.

- ¿La dejo? –Gohan no podía creer todo aquello.

- No, sólo se cambió de trabajo, dijo algo de "ahorrarse chismes". Dijo que amaba a Airi y que ella incluso estaba en proceso de divorcio para dejar a Eizo y estar con Niko.

- ¡Vaya! Goten, eso quiere decir que tu… -Gohan lo miró.

- Sí –dijo avergonzado.

- ¿Qué? –pregunto Bulma, y Trunks se los quedó mirando también.

- Lo que pasa es que cuando supe que Airi estaba embarazada la felicite un día que me la encontré en la cafetería. Y le dije "felicidades Airi, Eizo debe estar contento" sin saber que el bebé que esperaba no era de él.

Gohan, Trunks y Bulma rieron a carcajadas. No podían creer que Goten fuera tan despistado, siempre cometía errores con alguno de sus comentarios.

- No tienen idea lo avergonzado que me sentí cuando me entere de todo el asunto ese.

- Pobre Airi, imagino la cara que debe haber puesto. –dijo Gohan.

- Bueno, basta de chismes, se hace tarde y Vegeta debe estar refunfuñando que todavía no llego a casa y no hay comida para la cena.

- Sí, Videl debe haber llegado a casa. –dijo Gohan poniéndose de pie junto a la mayor de la sala. Los dos más jóvenes le siguieron los pasos un poco más atrás a medida que salían del edificio.

- Se esta oscureciendo. –comentó Goten cuando llegaron al estacionamiento. –¡y muero de hambre!

- Adiós Goten, Gohan. –la mujer se despidió de ambos y se quedo mirando a su hijo. –¿te vienes conmigo? –le preguntó.

Trunks miró a Goten y él asintió. – no. Nos vemos en la casa.

- Adiós hermano. –Gohan abrazó a Goten y miró a Trunks. –nos vemos. –la despedida fue de un apretón de manos, esta vez no tan frío como siempre. Ambos sonrieron.

- Entonces ¿qué tienes en mente? –preguntó el pelinegro una vez que quedaron solos.

- Podríamos ir a relajarnos un poco. Conozco un lugar tranquilo un poco más allá y hoy esta abierto. Goten dudó unos segundo mirando de Trunks a su celular. –llámala de una buena vez. –bromeó. –no creo que te diga que no, esta con Pan, además sales conmigo.

- No es que tenga que pedir permiso. –le comentó.

- Sí, claro.

- Ya te quiero ver cuando estés casado con Pan. –tomó su celular y la llamo. Mientras Trunks se quedo absorto en aquellos pensamientos.

¿Casado con Pan? ¿Un matrimonio? Alguna vez se lo había planteado, pero jamás nadie lo había dicho en voz alta. Tampoco él lo iba a decir próximamente, llevaban saliendo un poco más de 4 meses, era muy pronto ¿no?

Continuará…

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