"De mal en peor. Parte I"

SENTIR

Capítulo 12: "De mal en peor. Parte I"

The moment I let go of it was 
the moment I got more than I could handle
The moment I jumped off of it was 
the moment I touched down.

- ¿Bra? –susurró cuando salió de la facultad. Sintió su ki en los estacionamientos junto a Geko. Miró hacia el costado y vio un auto deportivo negro con ventanas polarizadas, se acercó y ahí fue cuando ella bajó el vidrio sonriendo.

- Pan, súbete. –ordenó y cerró el vidrio nuevamente. Ella rodeo el auto y entró al asiento del copiloto.

- ¿Qué estas haciendo aquí? –preguntó, luego miró hacia el asiento trasero en donde el bebé estaba placidamente dormido en su sillita.

- Que mal educada eres. –comentó. –deberías saludarme primero, pero bueno… eso ya no importa. –hizo una pausa. –Ya que no has ido a verme, estuve en la obligación de raptarte para el almuerzo.

Pan miró su reloj. –Tengo solo una hora y media Bra, luego tengo mi práctica y… -la interrumpió.

- Si, si lo sé… pero desde que volviste el domingo en la noche de tu estadía con mi hermano –levantó sus cejas. –no me has visitado. Eso fue casi hace dos semanas y hoy es viernes, Pan. –la regañó.

- Lo siento, ¿si? Pero he estado muy ajetreada, no tengo tiempo para nada, ni siquiera he visto mucho a Trunks. –suspiró.

- Lo sé, pero por la actitud que ha tenido mi hermanito en la casa diría que las cosas salieron muy bien allá en el hotel, ¿no? –dijo alzando su voz.

- Bra…

- No, nada de "Bra…" –imitó su tono de voz. –me tienes que contar todo. –Pan negó con la cabeza sonriendo. –Oye… -llamó su atención poniéndose seria. -¿qué hiciste con mi hermano? Parece que fuera otro el que llegó aquel domingo.

Pan frunció el ceño. –¿Esta bien? He hablado por teléfono con él y bueno, he notado que anda un poco preocupado. –se quedó pensando por unos segundos. –¿Esta enojado? –le preguntó, pero no dio tiempo para responder. –¡Arghh! yo sabía que se molestaría. –habló más para ella misma irritada.

- ¿Qué? ¡No! –dijo divertida, y asustada miró hacia su hijo para chequear que no lo había despertado con su grito. Él seguía dormido, al parecer podría pasar un camión sobre el auto y no abriría ni un ojo, igual que su padre. –ha estado de un humor increíble, –habló con una sonrisa pegada en los labios. –incluso le ha dado algunos días libres a Goten para que disfrutara junto a su hijo.

Pan sonrió. Obviamente estaría de buen humor, pensó, si hizo lo que quiso con ella ese fin de semana. Bueno… no es que a ella le hubiera molestado tampoco. Se sonrojo levemente y miró hacia su ventana tratando de ocultarlo de su amiga.

- ¿Recuerdos pervertidos con mi hermano? –preguntó divertida observando a su amiga.

- ¡Bra!

- ¡Ay! no me vengas con que eres una santa,Pan. –dijo observándola directa a los ojos. –Sé perfectamente a qué fueron a ese hotel un fin de semana entero. La verdad… -hizo una pausa y la miró justo entre sus piernas. Pan la observó extrañada. –con toda esa cantidad de sexo alocado que tuvieron… -Pan abrió sus ojos, aunque siempre la escuchaba hacer tales tipos de comentarios siempre le sorprendían. –que obviamente tuvieron –añadió. –no se cómo puedes caminar. –dijo conteniendo una risita.

- Oh ¡Bra! Eres… cómo puedes… ¡argh! –rodó los ojos. –eres un caso perdido.

- Lo sé. –soltó una risita. –pero es que sexo con un sayajin ¡no tiene comparación! Sobretodo con mi exquisito Goten.

- Oh dios mío, lo único que me faltaba… escuchar sobre mi tío. –hizo una mueca.

- Pan, hazlo como yo… imagina que es otro y no un pariente tuyo, así como yo te escucho cuando hablas de mi hermano.

- Bra, yo nunca quiero contarte sobre tu hermano. ¡Tú me obligas! –dijo con una sonrisa.

- Es que la curiosidad me mata. Además niégame si lo que has sentido con Trunks se llega a comparar con tus demás novios… bueno, en tú caso, con Thomas.

Pan negó con la cabeza en silencio. No, no se compara con él, y aunque él había sido su único, creía que jamás Trunks se iba a poder comparar con alguien más. Estaba completamente condenada a sus encantos ¿por el resto de su vida? Jamás había pensando en eso, no se imaginaba una vida sin él, pero y ¿qué pasa si algo malo ocurría?, ¿sería capas de poder estar sin Trunks? ¿podría ser capaz de amar a alguien que no fuera él? Y la pregunta más dolorosa que se podía generar ¿él sería capaz de abandonarla? De solo pensarlo ya le dolía el corazón y el alma. Había tenido solo una relación anterior y fue con Thomas, tal y como dijo Bra. Pero cuando terminaron su compromiso jamás le dolió tanto. Sí, había sufrido, estuvo triste y apenada, pero Trunks había estado a su lado, ella lo dejó para estar con él.

Thomas.

De pronto ese nombre le llegó como una punzada. No había pensado en él en ¿meses? Era como si él hubiera desaparecido de su cabeza, tampoco había sabido de él de ningún modo. No lo había visto, no se había atrevido a llamarlo tampoco, no había ido ni siquiera por sus cosas a su antiguo hogar junto a él. Seguramente él la había odiado y quien sabe si todavía lo hace. Se sentía culpable, terriblemente culpable. ¿Se habrá ido a su país? ¿Y Amber? ¡Oh! la pequeña rubiecita Amber, ¿cómo no se había acordado de ella? Se había encariñado con la niña, ¿habrá sufrido también? ¡Dios! ¿cómo podía ser tan insensible?

- …embarazada. –fue lo que interrumpió sus pensamientos.

- ¿Qué? ¡Bra! ¿Estas embarazada de nuevo? –dijo Pan alzando su voz.

- ¡No!... o espero que no. –dijo bajito. –¿has escuchado todo lo que te he estado hablando?

- Lo siento. –dijo Pan.

- Entonces he estado hablando todo este rato sola. –la regañó y su amiga sonrió. –te estaba diciendo que me han hecho algunos exámenes y he estado con largos periodos de ovulación, más tiempo de lo normal y mamá dice que tengo altas posibilidades de embarazarme de nuevo. Te juro que con Goten hemos tratado de contenernos, pero es tan difícil. Sobretodo con él, dice que haberse aguantado aquellos meses fue arduo y ahora que estoy "bien" de nuevo es difícil mantenerse alejado de mí. Y los métodos anticonceptivos no son efectivos en nosotros; píldoras, inyecciones, condones no sirven de nada. Eso ya lo comprobamos, sino todavía estaría sin hijo. –sonrió para si misma.

- ¿En serio? –dijo Pan.

- Mamá dice que nuestro organismo actúa defensivamente con aquellos tratamientos y los rechaza. Ya sabes, nuestra herencia sayajin hace que tengamos anticuerpo mucho más fuertes y desarrollados. Pero tú no tienes que preocuparte, no podrá dejarte embarazada hasta que te marque y complete el ritual.

Pan miró por la ventana y se dio cuenta que estaban camino a casa de Bra. Ni siquiera había notado cuándo habían partido.

- Solo espero que mamá reformule pronto esa inyección anticonceptiva. Ya estoy harta de estar revisando el calendario y fijándome qué días son menos fértiles para estar con Goten. No tienes idea la frustración que eso me produce.

- ¿Bulma esta trabajando en una formula anticonceptiva?

- Si, desde que tuve a Geko que esta trabajando en ello. A propósito este domingo mamá comienza a implantar el nuevo chip para controlar el ki.

- ¿En serio? ¿Tan rápido?

- Si, lo probaron con papá y ha funcionado de maravilla, creo que días después se lo implantaron a Gohan y parece que también funcionó bien. Así que quedamos tú, yo, Goten, Trunks y el señor Goku.

- Ahh –ella asintió no muy concentrada en aquello.

- Pan, ¿estas bien?

- ¿Ah?

- Estas distraída, ¿esta todo bien?

- Si.

- No seas mentirosa, no se te da eso de mentir ¿sabes?... dime, ¿qué pasa?

- Ayer… Trunks estaba actuando muy extraño. Me fue a buscar luego de la práctica y no se… estaba un tanto alterado. –Bra se quedó callada mientras la escuchaba y recordó su conversación con él en la oficina y esa tal Suzu. Ella no tenía derecho a inmiscuir en la vida privada de ellos como pareja, pero estaba segura de que ella tenía otras intenciones con su hermano, aunque él lo negara. –¿tú sabes algo?

Bra se sintió entre la espada y la pared. Ella no tenía por qué incluirse en sus asuntos, era deber de su hermano contarle a su novia, pero ella era su amiga, también era su deber como amiga decirle lo que pensaba, pero por otro lado estábamos hablando de su hermano, no lo quería ver sufrir ni a él ni a ella. –no, no se nada. ¿Por qué? ¿Qué paso?

- Como te decía, ayer me fue a buscar porque necesitábamos hablar, no te miento, cuando dijo eso me sentí nerviosa, pensé que era otra cosa pero dijo que necesitábamos hablar con mi papá y contárselo todo cuanto antes. Que estaba estresado con seguirle escondiendo lo nuestro. Pero sabes qué… para mí había algo más en aquella conversación que no me dijo. No se si estoy paranoica o no, pero me dio esa sensación.

- Ya veo…

Llegaron a la casa y encontraron a Goten esperándolas en la cocina con el almuerzo listo, o más bien ya pedido. Apenas llegaron fue a recibir a su hijo. –¿y mi campeón? –le preguntó a Bra después de saludarla con un beso sobre los labios.

- Aquí, –dijo Pan que venía un poco más atrás con el bebé en brazos. –durmiendo.

Goten se acercó a ella y la saludó con un beso en la frente. –milagro que este durmiendo a esta hora. –dijo divertido. Lo tomó en brazos y se lo llevó a su cuna en el segundo piso.

- ¿Te ayudo? –le preguntó a Bra.

- Claro. –ella le dio unos platos y ambas sirvieron al comida en la mesa. Poco después llegó Goten.

- Bra no se pudo aguantar hasta el domingo. –le dijo a su sobrina.

- Lo sé. –se sentó en la mesa y los tres comenzaron a comer.

- Así que compraste un departamento. –comentó el moreno.

- Sí la semana pasada. Vendí el que me compró mi abuelo Satán en N.Y… así que seré independiente de nuevo. –dijo Pan.

- Vaya coincidencia. –dijo Bra divertida. –a Trunks le entregaron el departamento hace 3 semanas atrás… y estoy segura que no se ha mudado por estar cerca de ti. Pero ahora que estarás en el centro puedo apostar que él volverá a su antiguo hogar.

- Es cierto. –dijo Pan. –esa es exactamente la razón. Me mudo la próxima semana así que necesitaré ayuda.

- ¡Ah! –gritó emocionada dando aplausos. –hay que ir a comprar muebles, cortinas, elegir pintura para las paredes. ¡Ay! ya quiero comenzar.

Goten y Pan se la quedaron mirando. –Bra… sabes que mi presupuesto no es tan grande… -comentó.

- ¡Ay! no seas tan egoísta contigo misma. Podemos ir donde Gohan y que te regale una tarjetita de crédito para amueblar como se debe tu apartamento.

- No, sabes que no me gusta… además creo que con el dinero que me dio papá y mi abuelo Satán es suficiente, quiero decorar con algo sencillo nada muy rebuscado ni tan ostentoso.

- ¡No me vengas con eso! yo he estado presente todas las veces que tu abuelo te ha entregado tarjetas y tu las rechazas. Si mal no recuerdo dijo que cuando tú fueras independiente contaras con él para los gastos, que quería mimar a su linda nieta.

- ¡Y lo hizo!, recuerda que me compró un apartamento en Nueva York el año pasado que acabo de vender y con ese dinero compré éste otro en el centro. Pero… -

- ¡Pero nada!

- Ok, ok… -dijo Goten. -¿dónde queda?

- Es el complejo de departamentos en "Village City". –respondió su sobrina.

- Si querías algo sencillo no debiste comprar aquel, esos son bastante lujosos, además se encuentran en pleno centro.

- Yo quería otro, pero papá me convenció que ese era el mejor, que era céntrico y muy seguro. Ya sabes como es papá. –le dijo a su tío.

- Pero tiene razón es un complejo muy bien ubicado y seguro. No tendrás que ocupar vehículo todo te queda a unas cuadras.

- Sí, vi esa ventaja así que me decidí por ese.

- Oye ¿cuándo cambiarás esa chatarra de auto que tienes? –dijo Bra a su amiga.

- ¡Hey! No lo ofendas, me ha servido mucho. Será un poco viejo, pero me ha llevado a todos lados.

- Si, por ejemplo te deja botada en la carretera. –bromeó Goten. –deberías de haber aceptado el que te compró Trunks.

- ¿Trunks te compró auto? –preguntó Bra.

- Si. –contestó su amiga.

- ¿Y?

- Nada, no lo quise, era demasiado.

- ¡Arghh! Pan… ¿cuándo cambiarás? No eres pobre ¿sabes? tienes dinero suficiente como para tener todo lo que quieras y siempre te conformas con lo mínimo.

- Así me han educado. No necesito más de lo que ya tengo.

- Pan tiene razón. –dijo Goten encogiéndose de hombros.

- Pero ¿cómo tú no te quejas? –le preguntó Bra a su marido.

- Por que habría de quejarme, es lo que tú quieres y lo respeto. Pero nuestra familia es un poco diferente a la tuya. Hay veces que no creo necesaria tantas cosas materiales, no hay necesidad de eso… -miró a su esposa y ella tenía un rostro algo indescifrable. –pero no critico a tú familia, ustedes han sido así toda la vida y están acostumbrados. Yo también me ido a acostumbrando a tú estilo de vida, por eso trabajo, pero eso me esforcé y llegué al máximo puesto en corporación cápsula… para darte todo lo que tú quieras… a ti y Geko.

- No sabía que te sentías así… -susurró Bra. –prácticamente te he obligado a un estilo de vida que no es el tuyo. –dijo con tristeza.

- No, no… no digas eso Bra… tu no me has obligado a nada, yo lo he hecho todo por gusto, si tú eres feliz yo lo soy también. Yo viviré como sea, solo espero estar siempre a tu lado, nada más. ¿Esta bien? –ella asintió apoyándose en el hombro de su Goten.

- ¡Ahhh! –Pan suspiró fingidamente.

- Cállate. –dijo Bra mientras Goten sonreía divertido.

- Me estoy ahogando en ese ambiente saturado de amor, me tengo que ir… -sonrió, se puso de pie y se despidió. –nos vemos el domingo.

- Adiós Pan.

- Adiós ingrata. –bromeó Bra.

- Besitos a Geko. –gritó antes de salir.

- ¡Oh! –la señora se sorprendió cuando entró a la oficina. –Hola señor Goten. –lo saludó entrando.

- Hola señorita Usagi. –se puso de pie y la abrazó cariñosamente.

- Goten, ¿vas a seguir diciéndome señorita? –rió. –sabes que tengo 61 años.

- Pero ahora estas divorciada. –levantó sus cejas sugerentemente una y otra vez.

- ¡Oh por dios! deja de bromear. ¿Qué diría mi hijo si te viera ahora?

- Pff… nada. –ambos rieron. –a propósito, tu hijo dentista me debe una limpieza bucal.

- Ayer vi a Bunzo durante el almuerzo, pero no me dijo nada.

- Obvio que no porque es gratis. Hicimos una apuesta y la perdió. –rió mientras buscaba un documento. –hace tiempo que no veo a mi amigo, ¿qué hay de él?

- ¡Ah! esta desaparecido porque tiene nueva novia.

- ¿En serio? Hasta que por fin te deshiciste de Michi.

La mujer rió maliciosamente. –ya sabes. No era la adecuada para mi hijo.

Goten rió junto a la mujer. –ten, esto venías a buscar ¿no?

- Si, hay que dejarlo a recaudación. –hizo una pausa. –¿y qué haces aquí? Pensé que estarías almorzando con tu bella esposa y tu hijo?

- No, hoy me quedo. Bra fue a almorzar a la casa de sus padres. Así que ahora iré a la oficina de Trunks.

- Ok… nos vemos más rato. –la señora se despidió alejándose por el pasillo con documento en mano.

Goten arregló un poco su escritorio y se fue donde su amigo. Quedaba del otro lado de ese piso, así que calmadamente se fue caminando por los pasillos mientras varios empleados lo saludaban cordialmente. Cuando giró en una esquina vio los baños y se le ocurrió ir allí antes. Cuando terminó fue al lavamanos, se lavó y luego mientras se las secaba con tallitas desechables logró escuchar una conversación que se sostenía en al baño de al lado, el de mujeres.

- No, no lo creo. –decía una.

- Pues te digo que sí. Mi hermano los vio cenar en un restaurante en las afueras de la cuidad, dijo que se veían muy cariñosos estando juntos.

- Ya, bueno… pero eso no quiere decir que mantengan una relación. Puede que haya sido una cena casual de amigos, o quizás de trabajo… quién sabe.

Goten escuchó pero no le prestó demasiada atención, las chicas de la empresa siempre chismeaban en los baños, no era nada nuevo. Pero cuando botó la toallita con la secó sus manos en el tacho de la basura y se disponía a dejar aquel lugar, escuchó el nombre de su amigo.

- Acaso no encuentras sospechoso que el señor Trunks siempre este encerrado en la oficina con Suzu. Creo que ya toda la empresa conoce las anteriores andanzas del jefe. No es raro pensar en ello ¿o si?

- Puede ser… pero estos últimos meses se ha mantenido mucho más hermético que antes. Es decir… antes siempre lo veíamos con algunas chicas, modelos de moda sobretodo y ahora no.

- Puede que la nueva Analista sea la razón.

- Bueno y de ser así no hay nada de malo, hasta donde todos saben él esta soltero.

Goten se quedó quieto esperando escuchar un poco más. Pero las voces cesaron cuando las vio salir por el pasillo. No era nada de extraño escuchar aquellos comentarios sobre su amigo, las mujeres parecía que todavía andaban en su caza a pesar de que él ya no les prestaba atención. Y para qué negarlo, antes de que él mismo se casara con Bra sucedía lo mismo. Ahora no, Bra había dejado muy en claro para toda la prensa y la empresa que él ahora le pertenecía, desde aquel día que casi nadie se le insinuaba. Casi.

Siguió caminando, pero ahora pensando en lo que habían dicho aquellas mujeres. Era cierto Trunks y Suzu parecían más cercanos. Y ahora que lo recordaba ellos sí habían salido a cenar, la misma Suzu le había contado. Pero no le pareció nada de malo, primero le daba el beneficio de la duda antes de realizar un prejuicio y criticarlo sin saber muy bien qué es lo que ocurría. Ellos se estaban conociendo y su amigo estaba junto a su sobrina, él no sería capaz de engañarla, lo conocía y sabía a lo que se arriesgaría de hacerlo. Primero a la completa furia de Pan, y luego a la suya… y si las cosas empeoraban dudaba mucho que Gohan no se entrometiera.

Siguió su camino hasta encontrarse a las afueras de la oficina de su amigo. La secretaria no estaba, seguramente estaba en su almuerzo por lo que abrió la manilla de la puerta y entró.

Frunció el ceño en cuanto atravesó la puerta. Allí estaba su amigo Trunks con una mano estirada a través de la mesa de escritorio y ella del otro lado sosteniendo aquella mano.

Cuando Trunks escuchó la puerta abrirse miró y vio a su amigo con el ceño fruncido y un rostro que demostraba enojo. Observó a Suzu y retiró de inmediato su mano. –Goten… -lo llamó. –no…n-no es…

- Suzu. –Goten dijo con voz dura. –podrías retirarte por un momento, tengo que hablar con Trunks a solas.

- Claro. –ella no sabía que estaba pasando, pero con solo mirar al moreno pudo notar que no andaba en su mejor día. Sigilosamente se retiró y cerró la puerta tras ella.

- Goten… -repitió. –no es lo que tu piensas, déjame que te exp… -la estruendosa voz de su amigo resonó en aquella sala.

- ¡Qué mierda es lo que te traes Trunks! –espetó con rabia. -¡pensé que habías cambiado!

- Pero Goten, no es nada de lo que imaginas, mira… -mostró sus manos que tenían algunas marcas de heridas anteriores. –ella solo me estaba preguntando que me había pasado y…

- ¡Parece que los chismes que corren por la empresa son ciertos!

- ¡¿Qué? ¿Qué chismes?

- ¿Qué chismes? –repitió imitando su voz y rodando los ojos. –sabes de lo que hablo.

- No, no se de… -

- ¡Trunks, te juro, pero te juro por mi hijo que si le haces daño a Pan no quedará ni ras… -

- ¡Hey! –Trunks lo interrumpió. –¿de qué mierda estas hablando? –dijo ahora irritado por el comportamiento de su amigo.

Goten tomó aire repetidas veces tratando de calmarse, pero el solo hecho de pensar que Trunks, su más grande amigo, podría engañar y destrozar el corazón de su sobrina lo volvía loco de ira. Jamás permitiría que algo así pasara, primero rompería cada uno de los huesos de pelivioleta antes de ver como sufría Pan.

- ¡Todo la empresa rumorea que andas en algo con Suzu! –le gritó. -¡espero que no sea así porque te muelo a golpes antes de… -

- ¡No! ¡Eso no es cierto! –dijo desesperado. –No puedo creer que desconfíes así de mí. ¡Pan es lo que más amo en esta vida, eso lo sabes! –dijo con rabia. –Suzu solo estaba viendo las heridas de mis manos, nada más. Yo no dejaría a Pan por nadie, no la engañaría, jamás. ¡He cambiado, tal y como lo has hecho tú! ¡Así que no me vengas con esa mierda! –dijo con la respiración completamente acelerada.

Goten se dedicó a mirarlo, lo conocía y sabía que estaba diciendo la verdad, pero aun así la imagen de verlo con Suzu de esa manera no podía sacársela de la cabeza. –Espero que así sea. –dijo ahora mucho más calmado.

- Así es y así va a ser siempre. –aseguró.

El moreno solo lo observaba con mirada desafiante. –ok… -relajó su cuerpo y habló más suavemente, pero en forma seria. –venía a invitarte a almorzar, pero se me quito el hambre.

- Goten, no es necesario que… -

- No, déjalo así. –puso su mano en frente haciendo que Trunks detuviera sus pasos hacia él. –me voy.

Trunks suspiró al verlo salir. ¿Qué rayos le sucedía a Goten? ¿Cómo era posible que desconfiara de él? Ya no era el mismo de hace unos años atrás, había dejado de ser tan parrandero, tan mujeriego, ahora estaba centrado, maduro de acuerdo a su edad, y completamente inundado en la relación con Pan. ¿Cómo no se daba cuenta?

Refunfuño por largo rato paseándose de un lado a otro en la oficina hasta que el golpeo en su puerta lo detuvo. –adelante.

La secretaria asomó su cabeza en forma cautelosa. –Señor Trunks, ¿esta todo bien?

- Todo bien.

- Yo solo regresaba de mi almuerzo cuando se escuchó la discusión desde afuera y me preguntaba si…

- Dije que esta todo bien. –dijo con voz dura haciendo a la pobre secretaria retirarse en silencio. –no, pero… -iba a tratar de disculparse por su comportamiento mal educado con ella, pero se retiró rápidamente impidiéndolo. -¡argh! –restregó sus mano en su cara completamente irritado por la situación.

- ¿Y tú? –dijo Pan con una sonrisa al salir del edificio. Al frente suyo, estaba Trunks esperándola con su automóvil a unos metros.

- Vine a buscarte. –se fue acercando a ella.

- ¿Cómo sabías que salía a esta hora? –él se acercó a ella y la besó en la frente.

- Llamé por teléfono y la secretaria me respondió ¿sabes? –bromeó.

- Dejé mi auto allí. –le apuntó.

- Ok, déjame encapsular el mío y nos vamos en tu adorado cacharrito.

- ¡Hey! No lo insultes… ¿qué les ocurre a todos? El otro día Bra, después Goten y ahora tú. –Trunks al instante de escuchar el nombre de su amigo se tensó. Desde la pelea del día de ayer que todavía había tensión entre ellos y ninguno se había acercado al otro para una conversar. -¿qué pasa? –dijo ella notando el cambio en sus ojos.

- Nada. –encapsuló su carro y caminaron en medio de la oscuridad hacia el estacionamiento buscando el auto de Pan. –tus llaves. –pidió. Pan buscó en su bolso y se las entregó. Ambos subieron y él arrancó el motor camino hacia sus hogares. Los primeros minutos fueron en completo silencio para la incomodidad de la pelinegra. –¿tuviste un mal día?

- Algo así.

- ¿Peleaste con Bra de nuevo? Sabes que esta un poco sensible, aun esta con las hormonas alborotadas y…

- No, no es eso… es solo que con Goten hemos discutido.

- ¿Con Goten? –dijo extrañada. -¿qué paso? Ustedes muy rara vez discuten, debe haber sido algo importante ¿no?

- En realidad no, Goten es un cabeza dura. –le restó importancia.

- ¿Seguro?

- Si, nada de que preocuparse, en unos días más ya estaremos igual que siempre. –ella asintió mirando a su hombre. Podía notar que estaba disgustado con aquella discusión, algo enrabiado, pero a la vez entristecido. No sabía que fue lo que pasó, pero tampoco iba a insistir en tema, no quería incomodarlo. –Pan.

- ¿Si?

- Te vine a buscar porque quiero ir a tu casa.

- ¿Para qué?

- El otro día lo hablamos, Pan. Tenemos que hablar con Gohan. –ella se tensó en el segundo que dijo aquello. Lo sabía, sabía que tenían que hablar con sus padres, pero cada vez que pensaba en ello se le revolvía el estómago de nervios.

- Esta bien. –dijo resignada.

Él volteo la vista para mirarla. Era la primera vez que no discutían sobre el tema, por fin ella estaba de acuerdo con el asunto. Suspiró asintiendo y volviendo la vista a la carretera. –creo que deberíamos pasar al mercado a comprar algunas cosas.

- ¿Qué cosas?

- Mmm… no sé, algo para comer… llevarles algo de cenar. No quiero llegar con las manos vacías, además no creo que Videl haya preparado más comida para mí si ni siquiera sabe que voy para su casa. Aunque la verdad… -la miró hacia el copiloto donde ella estaba sentada. –no tengo ni una pizca de apetito.

- ¿Nervioso? –le preguntó para fastidiarlo.

- Un poco… un poco harto. –sonrió nervioso. –pero tú también lo estas. –afirmó.

- Nah.

- Que mentirosa.

- Solo un poquito. –hizo una pausa. –es inevitable. Sabes como es papá conmigo.

- ¡Ah! y por lo mismo… debemos pasar a una farmacia.

- ¿Para qué? ¿Le piensas comprar algún regalo allí? –bromeó.

- No, ya sabes… un botiquín de primeros auxilios. –ella frunció en ceño. –lo necesitaré después de la paliza que me dará.

- No hagas bromas con eso, Trunks. –dijo enojada.

- No hago bromas, sabes que… eso pasará. Solo espero que no sea tan bruto.

Pan suspiró y el revoltijo que sentía en el estómago se hizo más fuertes. Las ganas de vomitar se hicieron presentes, miró hacia su ventana para que él no se fijara. Sintió como el vehículo se detuvo frente al mercado y él se bajó, pero no escuchó que cerrara la puerta.

- ¿Vienes?

- Si claro, adelántate… solo déjame buscar el celular en mi bolso y te alcanzó. –mintió.

- Ok. –dijo inseguro pues la noto extraña, pero aun así cerró la puerta y caminó hasta el mercado.

Cuando vio que entró al mercado el ataque de histeria comenzó. -¡Ah dios mío! –respiró repetidas veces mirando hacia arriba y abriendo la puerta para que el aire frío calmara sus nauseas. Se bajó del auto y se quedó apoyada la espalda contra este y la cabeza gacha. Se mantuvo así un minuto antes de sentir dos cálidas manos en sus hombros, levantó la cabeza y lo vio frente a ella.

- No estas bien. –afirmó. Ella negó silenciosamente con la cabeza. –Ven aquí. –la abrazó por los hombros y la atrajo a su cuerpo. –relájate, no será tan malo. –hizo movimientos circulares en su espalda tratando de calmar su tensión. –vamos, Pan. –se distanció otra vez y la miró a los ojos. –estas pálida. ¿Has comido algo? –tocó su frente y tenía un poco de transpiración fría.

- No.

- ¿Desde cuándo? –Ella lo pensó unos instantes y no lo recordaba. –¿qué almorzaste?

- Comí… ¿un café?

- Pan, ¡por dios! van a ser las 9 de la noche y no has comido nada. ¿Cómo no te vas a sentir mal? Ven. –la tomó de la mano y la condujo dentro del mercado.

Dentro del local había muy poca gente debido a la hora y el día: sábado. Algunas señoras que rondaban el lugar miraron con preocupación el rostro de Pan. Con cada paso que daba se veía más pálida.

- Aquí. Siéntate. –la llevó a unas mesitas que habían en una parte del mercado en donde se encontraban pequeñas tiendas de comida rápida. –espérame. –la dejó allí y en una tienda pidió un chocolate caliente con un trozo de torta. En pocos minutos se lo entregaron y él volvió hacia ella. –Come. –le dijo acercando el vaso y platillo. –lo más probable es que sea una baja de azúcar en la sangre, come esto y en poco te sentirás mejor. –Pan obedeció aunque hambre no sentía, comió la mitad de la tarta y unos sorbos del chocolate caliente bajo la atenta mirada de Trunks. Se quedaron en silencio hasta que él por fin vio un poco más de color en sus mejillas. –¿mejor? –ella asintió.

- Gracias.

- Eres tan descuidada, Pan. Debes cuidarte, tienes que comer a tus horas, no puedes dejar que el estudio y tus prácticas consuman todo tu tiempo sin dejarte para comer.

- Ya, ya, no me regañes.

- No seguiré solo porque te encuentras todavía decaída. Sino sería diferente.

- Ya… vamos a comprar antes de que se haga más tarde.

- Termina eso. –le indicó el plato y el vaso.

- No, ya estoy bien. Si sigo vomito.

Él negó con la cabeza y sonrió. La ayudó a ponerse de pie y caminaron buscando lo que necesitaban.

- Podríamos llevar platillos preparados. –comentó él. –¿Qué te apetece?

- Nada.

- En serio, déjate de niñerías. Elige algo o sino lo elegiré por ti y comerás te guste o no.

- Pollo con arroz.

- Ok. –fue hasta donde la señora que lo atendía y pidió la comida junto a varios platillos más. Una vez que se lo dieron los dejó en el carrito y siguieron por los pasillos. –¿algo dulce?

- Mmm… -ahora se sentía un poco mejor y se le antojaban unas cuantas cosas. –helado de vainilla con galletas de chocolate. –caminó delante de él buscando aquello, cuando lo encontró lo arrojó sin cuidado al mismo carrito metálico con rueditas. –y un jugo de pera. –hizo lo mismo, lo buscó y lo arrojó al carro. Siguió así por varios minutos más mientras Trunks la seguía de un lado a otro sin decir una palabra. Al final cuando llegaron a la caja se dio cuenta de que el carrito estaba prácticamente lleno. Pagó todo y los dos cargaron las bolsas al auto de Pan. Una vez en la carretera Trunks habló.

- Cereales de Bob Esponja, ¿en serio? –le preguntó divertido al recordar que había arrojado la caja al carro.

- Son ricos. –sonrió. –cuando los pruebes no me dirás lo contrario.

Llegaron a la casa de los Son-Satán, detuvo el vehículo y ambos se miraron con nerviosismo. Cuando abrieron las puertas para bajarse Pan noto la falta de ki dentro de su casa. –papá no esta. –dijo aliviada. No era que no quisiera hablar con él, pero hoy no parecía sentirse bien del todo, o quizás eran solo excusas para tratar de alargar más los días y así "la charla".

- ¿No? –¡claro! no lo había notado antes, todo gracias a su nerviosismo. –bueno… vamos a dentro. –tomó todas las bolsas de mercado y caminó con Pan a la puerta que abrió con su llave.

- ¿Mamá? –gritó por la casa.

- Bajo enseguida. –gritó desde el segundo piso.

Pan y Trunks fueron hasta la cocina, dejaron las bolsas sobre la mesa comenzando a vaciarlas y guardar los alimentos en las alacenas y la nevera.

- ¿Qué pasó aquí? ¿llegó el viejito pascuero? ¿alguien esta con hambre? ¿Antojos? –dijo Videl cuando llegó a la cocina.

- Hola Videl. –saludó Trunks.

- Hola Trunks. Que bueno verte por aquí. –se acercó a él saludándolo con un beso en la mejilla.

- Hija, tan tarde que has llegado. –la saludó de la misma forma.

- Lo sé, lo siento, es que con Trunks pasamos al mercado.

- Así veo. –miró a Trunks como para exigir una mejor explicación.

- Venía a hablar con Gohan y bueno… decidimos comprar algo para traer, pero…

- Se transformó en la compra del mes. –finalizó Videl.

- Algo así. –dijo con una sonrisa avergonzada.

- Pan, creo que te pasaste… -dijo a su hija. –no era necesario que… -decía a Trunks pero él la interrumpió.

- No, no te preocupes, fue idea mía… yo le dije a Pan que eligiera lo que quisiera y bueno… resultó ser comida chatarra en su totalidad. –dijo a medio bromear, pues era cierto en parte, muchos de los alimentos eran galletas, bebidas, cereales de chocolates y azucarados, papas fritas, pizzas, auque también yogures, frutas y buenos alimentos.

- No, no solamente eso… también hay manzanas. –las mostró en una bolsita transparente. –yogurt, frutos secos… mmm… y bueno, todo lo demás. –dijo con una sonrisa de niña malcriada al notar que la mayoría eran alimentos poco saludables, pero que según ella eran exquisitos.

- Sigue siendo una niña. –murmuró Videl y Trunks sonrió. –y bueno… venían a hablar con Gohan, pero él no llegará temprano.

- ¿No? –preguntó Trunks.

- No, tiene que asistir a una conferencia, termina a las 23.30hrs.

- ¡Oh! –dijo decepcionado. –bueno… entonces creo que mejor me voy. ¿Mañana quizás? –dijo a Pan.

- Mañana, pero ¿por qué no te quedas un rato y comemos? –le dijo a su pelimorado.

- Si. –dijo Videl. –si quieren pueden comer de la cena que deje en el horno, creo que hay como para los dos.

- No, no es necesario. –se excusó Trunks.

- Quédate un rato, no tengo problema. –le sonrió. –sírvele Pan. –ella asintió buscando platos. –yo los dejo, tengo trabajo que hacer. Estaré en la biblioteca por si me necesitan. –se retiró y los dejó a solas. Mientras caminaba no podía borrar la sonrisa de su cara, Trunks le parecía un buen chico para su hija aunque fuera mucho mayor que ella. Por su parte no había gran problema solo pese a que lo habían ocultado lo de ellos por mucho tiempo a ella y Gohan.

Luego de media hora de haber comido la cena en la cocina, Trunks ayudó a Pan a lavar los trastes. –es hora de que me vaya. –dijo él.

- ¿Tan rápido? Van a ser las 10 de la noche, quédate hasta las 11 ¿ya? –dijo como una niña pequeña. –y así pruebas mis cereales de Bob Esponja.

- ¿Son ricos? –ella asintió. –ok.

- ¡Si! –dio saltitos hasta su cuello y lo besó suavemente en los labios.

- Esta Videl. –dijo él.

- Nah, esta arriba. –le restó importancia. Se alejó de él y busco un gran bowl de vidrio y vertió en el media caja del cereal. Ambos se fueron a la sala de estar y se acomodaron en el sillón a ver televisión.

Trunks se preguntaba si luego de decir a todos la verdad siempre sería así, tan relajado en la casa de ella o la del sin preocupación porque lo vieran, sin tener que ocultarse de nadie y estar siempre así de relajados. Se sentía reconfortante permanecer así, por lo que pasó uno de sus brazos por la pequeña cintura de la pelinegra atrayéndola a él, ella le sonrió y se acurrucó junto a su cuerpo. Cuando Trunks se llevaba un puñado de aquellos cereales que sí sabían bien a la boca se percató de un ki en el segundo piso.

Discretamente miró hacia arriba. –tú mamá nos esta mirando desde la escalera. –murmuró a Pan. Ella ahogó una risita mientras permanecía viendo la televisión.

- Lo sé. –susurró. Lo miró a la cara y lentamente se acercó a él para besar su mejilla. Trunks un poco sorprendido por sus actos sonrió nervioso y besó su frente.

A estas alturas Videl miraba maravillada la escena de su hija con Trunks en el sillón del primer piso de su casa. Sabía que se amaban, lo podía notar, era como retroceder el tiempo y verse a si misma con Gohan hace un poco más de dos décadas atrás. Pero pensando justamente en él sintió un pequeño escozor en su pecho al percatarse que su hija no había confiado en ella, comprendía que su hija era un poco rehacía a las charlas de hija a padres, más bien era discreta con sus relaciones y vida privada, pero como madre no podía pasar desapercibida la no sensación de complicidad con su única hija. En el fondo de su corazón le decepcionaba un poco saber que ella confiaba más en otras personas que en sus propios padres. Suspirando se dio media vuelta y entró en su dormitorio. Más tarde hablaría de eso con ella, la conversación estaba solamente pendiente y por un lado comprendía absolutamente a su esposo.

- Creo que ya es una hora prudente para irme. No quiero que Gohan piense que vengo a su casa solamente cuando él no esta. –dijo Trunks deshaciendo su abrazo.

- Esta bien. –dijo de mala gana. Ambos se pusieron de pie y Pan lo acompaño hasta la puerta. –nos vemos mañana. –le sonrió.

- Nos vemos mañana. –se acercó a ella y le dio un beso en la frente. Cuando se iba a alejar ella lo toma con ambas manos por el cuello y lo acerca a su boca juntando sus labios en un beso lento y suave. Cuando se alejó, ella le dio una sonrisa grande y llena de satisfacción.

- Que duermas bien, pequeña. –se alejó y entró a su coche, con una última seña de manos de alejó a toda prisa. Pan se quedó por unos segundos en la puerta hasta ver el automóvil desaparecer de vista. Entró nuevamente a su hogar apoyando la espalda contra la puerta mirando el suelo. Mañana era el día, el horrendo día. Quizás el día en que la furia de su padre se desatará una vez más. Odiaba mentirles u omitir información a sus padres, pero el carácter de Gohan era conocido por todos y eso le daba temor. Alargaba los días y las semanas con solo no tener aquella charla. Era una cobarde, si. Pero ¿qué más podía hacer?, sabía que estaba defraudando a sus padres, no confió en ellos, pero era imposible no sentirse así. Estaba segura que se iba a desatar la tercera guerra mundial cuando le confesara todo a su padre y lo peor de todo es que ella no podía hacer nada, no tenía las suficientes fuerzas como para detener la masacre que se iba a generar contra Trunks. Suspirando una vez más caminó a paso lento por la casa apagando las luces de las habitaciones y se fue a su cuarto. Mañana sería otro día, y esperaba que no fuera tan terrible.

Pan se paseaba de un lado a otro en la casa. ¿Por qué rayos habían elegido este maldito día para implantar aquellos chips? ¡No podía sentir los ki de su padre y Trunks! estaban muy lejos y si es que estaba cerca todo el tiempo estaban en niveles normales. ¿Y si ya lo había matado a golpes? ¡Oh dios! No quería ni pensarlo. ¡Todo era su culpa! Su maldita culpa por no seguir los consejos de Trunks.

Todavía recordaba cada una de las frases que hace meses él le venía repitiendo. –Pan, debemos hablar con Gohan. –¿Cuándo iremos a conversar con tus padres? –¿Sabes? creo que hoy sería un buen día para ir a charlar con Gohan? –Sabes que ya no aguanto más esta situación, no quiero seguirle mintiendo a tu padre, es como mi hermano y no quiero seguir decepcionándolo. –No tienes por qué preocuparte, unos golpes no podrán llevarme al más allá. –Tranquila, nada malo va a pasar. –Debemos confiar en que Gohan lo tomará de la mejor manera posible, es un hombre inteligente… un tanto celoso de ti, pero inteligente. –Pan, llevamos meses retrasando esta charla por ti, sabes que con el tiempo solo será peor.

- ¡Siempre tiene razón! –habló entre dientes.

- Pan, quieres dejar de dar vueltas, si sigues así terminarás gastando la alfombra. –dijo Videl a su hija que no paraba de caminar de un lado hacia otro.

- ¿Cómo es que llegue a esta situación? –murmuró para si misma. ¡Claro! como no recordarlo, el día había empezado de mal en peor.

El día de hoy parecía que el clima reflejaba la sensación interna del cuerpo de Pan. Estaba nublado y con viento frío que colaba hasta los huesos. Era pleno otoño y entrada de invierno.

No había dormido absolutamente nada aquella noche, estuvo en vela mirando el techo hora tras hora tratando de conciliar el sueño, pero fue imposible. Saber que en solo horas tendría que hablar con sus padres junto a Trunks le revolvía el estómago y haber comido tanto en la cena no lo hizo mejor. Aquella mañana despertó con un humor negro, se sentía mal, cansada, agotada y con dolor de estómago debido a los nervios. Se levantó de la cama y cuando echó las sábanas hacia atrás se encontró con una mancha totalmente desagradable a la vista.

- ¡Oh dios! lo único que me faltaba. –¿cómo no se había percatado que estaba próxima a su menstruación? La respuesta era clara: estudios, prácticas, nervios por la charla, discusiones con Trunks por lo mismo, y una serie de contratiempos que hizo que lo olvidará por completo. Totalmente resignada entró a la ducha dejando sus ropas en la canasta. Se lavó el cabello, el cuerpo y dejó que el agua cayera tratando de aminorar un pequeño dolor en la parte trasera de su cuello. Salió de allí se envolvió con una toalla y caminó hasta su habitación mientras las gotas de agua caían sobre el piso. Otra vez olvidando que estaba en sus días, volvió al baño a buscar sus tampones sin percatarse que el piso de cerámico estaba empapado de agua y jabón haciendo una capa resbaladiza y que en cuanto sus pies hicieron contacto con ella cayó estrepitosamente de trasero al suelo provocando que pequeñas lágrimas salieran de sus ojos.

- Pan, ¿estas bien? –escuchó el grito de su padre desde las escaleras.

- Estoy bien. –dijo con voz quebrada levantándose del piso con cara torcida.

- No suenas bien. ¿te caíste? –no esperó respuesta y subió las escaleras a paso rápido al no escuchar una réplica. Giró la manilla de la puerta y Pan contestó rápidamente.

- ¡No! Estoy bien. –dijo caminando hacia su cama para retirar las sábanas.

- ¿Segura? –se escuchó a través de la puerta.

- ¿Podrías decirle a mamá que venga un poquito? –dijo a punto de llorar. Se sentía pésimo y no realmente por la caída. Sentía la parte baja del estómago estaba hinchada, tenía dolor de cuello y ahora tenía un dolor en el trasero debido a la caída. Hoy sus ánimos no eran los mejores y tenía tremendas ganas de permanecer acostada todo el día en la cama sola.

- Hija, Videl salió con tu abuela a realizar unas compras. ¿Puedo entrar? –decía cada vez más preocupado.

- Nou. –dijo con un puchero.

- ¿Por qué no? Parece que no te sientes bien, déjame ayudarte.

Pan dudó por largos segundo si dejarlo entrar o no. Tenía asuntos femeninos que atender y él era su padre no su madre. Se sentía algo incómoda tratar ciertos asuntos con él, pero de verdad se sentía mal. –espérame un momento. –Gohan respondió un suave: esta bien, y ella terminó por retirar y echar aquellas sábanas en el canasto de la ropa sucia, fue a su cuarto de baño para usar lo que debía usar en aquellos instantes y ponerse ropa cómoda. –pasa. –le dijo a su padre.

Gohan tímidamente asomó su cabeza por la puerta y vio a su hija con cara de compungida sentada en el borde de su desordenada cama. -¿qué pasa? –le preguntó cuando se sentó a su lado. –tienes mala cara ¿te sientes enferma? –ella silenciosamente asintió con un puchero. Él como si se tratara de una niña de 5 años la abrazó por los hombros y la pegó a su protector pecho mientras una mano acariciaba los cabellos mojados de su hija.

-Me caí. –dijo al borde del llanto contra su pecho.

- ¿Dónde te golpeaste?

- En el trasero.

- ¿Te duele al caminar?

- Un poco.

- ¿Me dejarías verte? sé que soy tu padre y que podría ser vergonzoso, pero quiero asegurarme que no hay alguna fractura de cóccix o algo parecido. –ella totalmente avergonzada asintió. Se puso de pie frente a él y le dio la espalda. Gohan con mucha cautela bajó solo un poco su pantalón y examinó con manos y ojos totalmente objetivos tal y como si fuera un médico. -¿te duele? –dijo haciendo presión en algunas vértebras en la parte baja de su columna.

- Un poco.

Gohan volvió a acomodar su ropa y la miró de frente con una pequeña sonrisa. –no pasa nada, solo fue un feo golpe, la zona quedará un poco morada en unas horas más, pero no fue nada grave. –ella asintió en silencio y se volvió a sentar. –estas pálida, hija.

- Me siento un poco mal, no sé si es porque en la cena de anoche comí demasiado o porque… -lo miró con sus mejillas levemente sonrojadas. –porque estoy en mis días. –se encogió de hombros.

- Ahh ya veo. –asintió comprensivamente. –debe ser la segunda alternativa. A tu madre le pasaba lo mismo, aunque solo cuando era más joven, luego de tenerte a ti dejó de presentar tales síntomas. Deberías de tomar algún analgésico, para así aminorar los síntomas menstruales. –le explicó. –espérame aquí, vuelvo enseguida con uno. –rápidamente salió, bajó las escaleras y a los pocos segundos ya le estaba ofreciendo el medicamento junto a un vaso de agua.

-Gracias, papá. –le sonrió. Tragó el medicamento y él recibió el vaso.

- Bajemos a tomar desayuno, un té caliente te hará bien. –la ayudó a bajar las escaleras llegando a la cocina.

- No es para tanto… -comentó cuando Gohan la ayudó a sentarse en la silla. –él sonrió y negó con la cabeza sirviendo su desayuno.

- Debes estar más atenta a tus fechas, Pan. –la regañó con cariño. –por lo menos 3 días antes debes comenzar con analgésicos para así no sufrir de dolores o malestares. –ella asintió jugando con las tostadas de un lado a otro. –¿no vas a comer? –preguntó al verla tomar solamente su té.

- En realidad no tengo hambre, tengo el estómago revuelto.

- Entonces más tarde deberás comer algo. –la siguió mirando de frente, podía notar que algo más que sus dolores físicos la aquejaban. –¿qué pasa?

- Nada. –negó con la cabeza.

- Cuéntame, puedes confiar en mí.

- Lo sé… ese es el problema, yo sé que puedo confiar en ustedes y no lo he hecho. –dijo con lágrimas en sus ojos.

- ¿Hay algo que quieras contarme? –dijo con tono preocupado.

- Sí. –susurró. –es sobre… -suspiró.

- Pan… -él llamó la atención con un tono de voz más alto del normal, sus ojos se abrieron de par en par y pensó lo peor… bueno, no lo peor pero lo que cualquier padre teme cuando tienen hijas mujeres. –t-tus síntomas… ¿son por tu periodo o estas emb…? –no alcanzó a finalizar cuando escuchó la voz de su hija.

- ¿¡Qué! ¡No! –respondió en forma inmediata, seguido de una larga exhalación de Gohan y un rostro mucho más relajado.

- ¿Qué no? –dijo una voz femenina entrando a la cocina. Gohan y Pan miraron hacia la puerta de la cocina y vieron a Videl seguido de una Chichi entrar.

- No, nada Videl. –le sonrió. -¿cómo les fue? –se puso de pie y saludó a su madre que no la había visto el día de hoy.

- Bastante bien. –dijo Videl.

- ¿Y Goku? –preguntó Chichi.

- Todavía no llega. –respondió Gohan.

- ¿Dónde anda? –intervino Pan.

- Tú abuelo anda pescando. Lo mandé temprano esta mañana porque comeremos en casa de Bulma y yo cocinaré. Pero no entiendo cómo puede demorar tanto.

- Anda con Goten. –explicó su hijo. –eso quiere decir que primero nadaron, luego pescaron algo para ellos, comieron y luego pescaran lo que pediste. –sonrió Gohan al imaginarlos, a ambos les encantaba salir de pesca y disfrutar de la naturaleza, a él también pero anoche había llegado tan tarde que hoy durmió más de lo normal.

- Bueno, tendremos que esperar. –Videl se encogió de hombros. –¿quieres un té Chichi? –ella asintió y los cuatro se quedaron conversando hasta que llegara Goku y Goten.

En la casa de los Brief ya era hora del almuerzo, luego de una grata conversación entre ellos y la preparación de miles de ingredientes las tres mujeres Bulma, Videl y Chichi, con la última al mando terminaron de cocinar la comida.

- Trunks, Gohan y Goten, preparen la mesa. –ordenó Bulma con un grito. Los tres se pusieron de pie del living y obedecieron como si de niños de tratara.

- Bra y Pan, ¿podrían poner las ensaladas y las bebidas? –dijo Videl con amabilidad. La morena fue en la ayuda necesaria y Bra con su hijo en brazos miró hacia todos lados para ver con quien podía dejarlo por unos instantes.

Goten viendo la indecisión de ella le dijo. –Bra, anda y llévaselo a papá, él lo cuidará. –ella lo miró con recelo. –no le va a pasar nada, ve. –Bra fue al patio trasero en donde obviamente estaba Goku y su padre entrenando "ligeramente".

Cuando llegó afuera ambos se detuvieron al instante. –¿qué pasa? –dijo Vegeta con su habitual tono de voz.

- ¿Esta lista la comida? –fue la pregunta de Goku.

- No, pero falta poco, ¿podrían ver a Geko unos instantes? –preguntó mirando exclusivamente a su padre.

- No. –fue su rotunda respuesta.

- ¡Claro que si! –Goku al instante extendió sus brazos al niño que lo miraba con una sonrisa.

- Gracias. –se lo entregó y antes de irse les gritó. –cuídenlo.

- ¡Que grande estas! –dijo con alegría el Son. –¿cierto Vegeta? –se acercó con el niño en brazos a él.

- Hmph. –miró al niño con cara de asco por unos momentos viendo la baba resbalarse por su pequeño mentón.

- Ahhhhyyiiiaaaayyiiaaaaaaa. –gritaba mirando con ojitos brillantes un perro, uno de los tantos animales que tenían allí, que andaba merodeando tranquilamente en el jardín.

- ¿Te gusta el perro? –le preguntó y el niño seguía estirando sus manitas hacia el. Goku sin ningún cuidado se acercó al perro y puso a Geko frente al canino.

Vegeta un poco inquieto al comportamiento de su enemigotuvo que ir también, sabía cómo podía ser de despistado y aunque no lo reconociera temía que el animal le hiciera algo a su nieto. –Kakaroto no deberías… -decía cada palabra como si le quemara la garganta.

- ¡Vegeta mira! –dijo Goku cuando puso a Geko en la espalda del canino. El perro se movía de un lado a otro y el niño aferrado fuertemente reía a carcajadas bajo la atenta mirada de su abuelo materno.

Pasó un poco más de 15 minutos cuando la comida ya completamente lista y la mesa puesta, las mujeres sirvieron cada uno de los platos mientras las chicas más jóvenes los dejaban sobre la gran mesa.

- ¡Listo! –grito Bulma. –Trunks anda a buscar a tu papá y Goku.

Trunks salió al patio y no había nadie más que un perro durmiendo bajo un árbol, se concentró un segundo y notó los ki de los dos hombres y el niño a varios kilómetros de distancia, directo hacia los bosques. Se extraño y volvió a entrar. –no están. –dijo simplemente.

- ¿Cómo que no están? –dijo Bra en pánico.

- Calma. –Goten se acercó a su mujer. –los iré a buscar… ya que el inepto de tu hermano no sirve para nada… -murmuró cuando pasó a su lado. Trunks bufó y lo miró con mala cara. Ambos seguían molestos por la discusión del otro día en la oficina.

- Y a estos… ¿qué les pasa? –dijo Bra mirando de su hermano a Pan, ella se encogió de hombros. Trunks no dijo nada y con molestia grabada en su cara se retiró de ahí.

Al aterrizar Goten primero vio a un Vegeta de brazos cruzados apoyado en la base de un árbol con sus ropas medias sucias y con una casi sonrisa o quizás una mueca, algo que nunca sucedía muy a menudo tratándose del rey de los sayajines. Goten siguió la mirada de su suegro y los vio.

Fue imposible no sonreír al ver a su hijo y su padre montados sobre la espalda de un gran dinosaurio. Geko aplaudía y estiraba sus manitos hacia arriba repetidas veces mientras las carcajadas se escuchaban a varios metros de distancia. Goku sentado tras el pequeño sosteniéndolo para que no cayera sonrió al ver a su hijo. –Mira, ¡llegó papá! –le dijo a su nieto.

- ¡! –le gritó cuando vio a su padre. Estiró sus bracitos hacia a él y Goten con una gran sonrisa pegada en su cara se acercó a ellos y lo tomó en brazos.

- Se nota que lo has pasado bien campeón. –le dijo a su hijo en sus brazos. –pero Bra se va a enojar muchísimo. –dijo más bien a su padre.

- ¿Por qué? No le ha pasado nada. –dijo Goku bajando hacia el suelo siguiendo a sus retoños.

- No, ella sabe que nada le pasará con ustedes dos, pero míralo. –dijo con una mueca viendo como estaba de desastrado. –¿acaso estuvo en el barro? –dijo en broma.

- Si. –dijo el mayor sin ninguna importancia. De pronto comenzó a reír a carcajadas sosteniendo su estómago. –Geko tomó unos… -seguía riendo al recordar. –tomó unos gusanos del lodo y… -miró a el otro sayajin puro que le frunció el ceño. –y… se los acercó a Vegeta y jajajajaja. –rió sin poder contenerse, Geko lo quedó mirando y sin más también comenzó a reír al ver a su abuelo Son. –hubieras visto su cara, se puso verde de asco y miedo. –siguió riendo. Goten también riendo en voz baja miró como Vegeta se alejó por los cielos completamente disgustado con aquello. Su vergüenza fue mayor por lo que decidió marcharse a la casa, no comenzaría una discusión o una pelea por algo tan insignificante y además si lo hacia su hija Bra lo regañaría por hacerlo con su hijo presente pudiendo ponerlo en peligro.

Cuando los tres calmaron sus risas Goten le dijo que se fueran porque la comida ya estaba lista. Al llegar los ojos y el grito de Bra hizo saltar al pobre pequeño en brazos de su padre.

- ¡GEKO! –gritó acercándose a él y quitándoselo de los brazos a su esposo. –¿por qué ha llegado así? –miró a su suegro por una explicación.

- Pues… -con su mano tras la nuca intentó explicar, pero fue su hijo quien intervino.

- No pasa nada… -sonrió al bebé. –solo jugaron en los bosques con mi papá y… bueno, Vegeta. Con un baño todo se soluciona. –Bra miró a su esposo y se relajó, él tenía razón no había que ser tan dramática solo por el lodo seco en todo el cuerpito de su hijo. Además podía notar los ojos alegres del pequeño mirando a su abuelo Goku.

- Lo siento. –susurró a su suegro. Él solamente le sonrió y caminó hasta su esposa que lo miraba con ojos entrecerrados.

- No, no, no… no te me acerques así. –dijo Chichi. –ve a darte un baño y regresa con ropa limpia. –Goku se encogió de hombros y con sus dedos en su frente desapareció.

- Vamos. –dijo Goten a su esposa. Los dos subieron las escaleras hasta la antigua habitación de Bra donde tenía de todo para su bebé. Allí lo bañaron y cambiaron de ropa bajando de nuevo hasta el comedor.

- Ya están todos. –dijo Videl. Entre varias personas comenzaron a servir la comida. Pocos minutos después ya estaban todos en la mesa comiendo y algunos devorando sus platos.

- Goku, más despacio. –su esposa lo regañó.

- Esh que eshta delishioso. –dijo con la boca llena y expulsando trozos de alimentos mientras hablaba.

Trunks que se encontraba sentado frente a Pan se quedó mirando como ella revolvía su plato, corriendo los alimentos de un lado a otro y comiendo pequeñísimos bocados con la vista fija en ellos. Se extrañó con su comportamiento y mientras los demás seguían hablando animadamente durante la comida él seguía con su vista fija en ella. Pan levantó su cabeza y miró en la dirección donde sentía que la observaban, sonrió tímidamente y él le frunció el ceño.

- Come. –le dijo modulando, pero sin crear sonido. Ella negó silenciosamente la cabeza haciendo un gesto de asco.

Bulma que hace un par de minutos se fijó en que su hijo no estaba engullendo la comida como era habitual, se lo quedo mirando hasta ver como él interactuaba en silencio con la hija de Gohan que estaba ubicada frente a él. –Pan ¿estas bien? –tuvo que intervenir al ver el gesto de desagrado que hizo. –¿no te gusto la comida?

- N-No, no. –de inmediato desecho lo que la mujer le dijo. –en verdad la comida esta buena. –dijo sonando casi sin convencimiento. –es sólo que no tengo mucha hambre.

- Que extraño. –dijo Videl también observándola. –¿te sientes bien? Ahora que lo noto, estas un poco pálida. –la miró con preocupación y luego miró a su esposo.

- Esta mañana se sintió un poco mal, eso es todo. –dijo Gohan. –creo que en un p… -fue interrumpido por el tono de voz algo exagerado en la mesa.

- ¿Eso es cierto? ¿Te sientes mal? –preguntó Trunks con inquietud. Varios de allí como Bra no pudieron reprimir una pequeña sonrisa al notar al hijo mayor de Vegeta reaccionar de esa forma. En cambio a otros no les pareció tan simpática la escena. Gohan intervino respondiendo por su hija.

- Esta bien, la examine esta mañana. –respondió con voz dura. Trunks lo miró cuando le respondió y corrigió su actitud a una más normal y pasiva asintiendo con la cabeza.

- Hijita, si quieres te puedo preparar un sopa. –dijo Chichi.

- No abuela, termina de comer, yo misma iré a la cocina a prepararme un té. –le sonrió. –permiso. –dijo antes de coger su plato y caminar con él. Trunks aun preocupado la siguió con la mirada hasta que desapareció del comedor.

Pan dejó el plato en el lavaplatos y con ambas manos se afirmó allí cuando empezó a sentirse un poco más débil. Suspiró varias veces tratando de controlar las nauseas al oler el pescado del plato. Tomó aquel platillo frunciendo la nariz y lo arrojó a la basura. Los nervios más la combinación de los dolores del síndrome menstrual le estaban jugando un mala pasada. Pocos segundos después sintió una cálida mano en su hombro izquierdo. Se dio la vuelta para ver a Geko, que ahora le palmeaba suavemente el pecho.

- Tienes mala cara. –dijo Bra con su hijo en brazos. –¿te preparo el té? –se ofreció.

- No, deja que yo lo haga. –fue a calentar agua, pero ella la detuvo.

- Siéntate, parece que te fueras a desmayar, Pan. Iré a dejar a Geko con Goten y vuelvo.

- Si tanto insistes, préstame a esta ricura. –le extendió los brazos al bebé.

- Esta bien, pero siéntate. –cuando ella la obedeció rodando los ojos se lo entregó. Bra fue a preparar el té a su amiga. –¿qué pasa contigo? Parece que estuvieras embarazada. –bromeó y al no recibir respuestas se dio la vuelta con ojos abiertos. –¡No! –exclamó pensando que era debido a eso.

- No, tonta. –dijo mirando a Geko que tenía en su regazo. –esta mañana papá pensó lo mismo. Estoy en mis días, por eso me siento pésimo… además de resbalarme y caer en el baño y… los nervios que me están matando poco a poco.

- ¿Cómo te puedes caer, Pan? –siguió buscando una taza y preparando un juguito para su hijo en un biberón. –serás… -

- Me resbale, a cualquiera le puede pasar.

- A cualquiera, pero parece que a ti es a la que más le sucede. Siempre te golpeas, tropiezas, te caes… -iba a seguir, pero Pan la hizo callar.

- Lo sé, es solo que últimamente estoy muy ocupada y estresada. Siempre ando corriendo de un lado a otro y bueno… me pasan esas cosas… -se encogió de hombros.

- Ten, dale eso. –dijo Bra pasándole el jugo natural de frutas que recién había preparado. Pan se lo llevó a la boca del niño y él rápidamente lo succionó y se acomodó en los brazos de Pan. –¿por qué tan nerviosa? –preguntó vertiendo el agua caliente en la taza con té.

- Hoy en la tarde hablaremos con mi papá.

- ¿En serio? –se dio la vuelta para preguntárselo. –por fin… -sonrió. –con razón estas nerviosa. Recuerdo cuando con Goten tuvimos que contárselo a papá, estuve casi una semana sin comer y Goten con los nervios de punta. Al menos todo salió más menos bien.

- ¿Más o menos bien? –dijo con ironía.

- Bueno… -rió. –al menos no lo mató.

- Ahora te ríes… espero poder reírme así mañana. –habló con voz todavía preocupada.

- Bebe esto. –le puso el té frente a su mesa. –ven aquí mi vida. –tomó en brazos a su hijo y se sentó en la silla de al lado. –ya sabes como son nuestros padres, un poco regañones, mal humorados, pero de gran corazón. Sabes que no harían nada que no hiciera daño incluso no matar a nuestros novios. –rió junto a Pan. –si mi papá no lo hizo dudo que Gohan lo haga con mi hermano.

- Eso lo dices porque no lo conoces tanto como yo… -murmuró luego de un sorbo de su té caliente.

- Eso es cierto. –una voz masculina las interrumpió, ambas miraron a la puerta y se encontraron con Goten. –Gohan es… como decirlo… -decía a medida que avanzaba hacia ellas. –bueno… puede ser peor que Vegeta cuando se lo propone. –dijo con una sonrisa estirando sus brazos al niño que lo miraba atentamente. –y no le vendría nada de mal unos cuantos golpes para que deje ser tan idiota.

- ¡Goten! –Bra lo regañó. –¿qué pasa con ust… - él le respondió antes de terminar.

- Nada. –fue cortante al decirlo y miró a su sobrina.

- Hace rato están esperando a que les lleves el… -dijo Trunks que entró también a la cocina.

- ¡Ya voy! –el pelinegro le respondió de mala gana. Tomó un vaso de vidrio y cuando pasó por el lado de Trunks éste lo sostuvo de un brazo y le dijo bajito.

- No me vengas con estup… -

- Suéltame. –gruñó Goten.

- ¡Hey! –dijo Pan poniéndose de pie de un salto un tanto asustada con la reacción de ambos hombres. Se puso en medio de los dos tratando de calmarlos. Trunks lo soltó solo porque ella estaba muy cerca. Bra con los ojos bien abiertos seguía sentada en la silla un tanto impresionada con la actitud de su esposo, hace mucho que no lo veía enfadado con alguien, no era común en él y si ahora lo estaba sería por algún motivo importante.

- Goten… -susurró Bra. Él la miró y con una sonrisa desganada se retiró del lugar. –iré a ver qué le pasa. –dijo antes de ir tras él con su hijo en brazos.

- ¿Qué fue eso? –lo miró hacia arriba, por la diferencia de estatura, ahora que estaba frente a él.

Él le acarició una mejilla para tranquilizarla. –no es nada, solo… tenemos una conversación pendiente, pero ya verás que se le quita.

- ¿Se le quita? ¿es culpa de Goten? –inquirió. –te he visto también a ti, has reaccionado de la misma manera. ¿qué esta pasando?

- Estas helada. –cambió el tema, bajó su mano de su mejilla y le tomó la mano sintiendo su temperatura. –¿todavía te sientes mal?

- No, estoy bien… ¿me dirás que es lo qué pasa entre ustedes dos? –insistió.

Trunks negó con la cabeza, suspiró y cuando le iba a responder la voz de Bulma los interrumpió. –me dan permiso. –les pidió que se alejaran del frigorífico. –tengo que sacar los postres. –los dos se hicieron a un lado y ella la ayudó a sacar todos los mousede chocolates. –Pan ¿estas mejor? –ella asintió y caminó a su lado de vuelta al comedor, dejando a Trunks todavía enrabiado con su amigo.

- Mientras tanto debería comenzar a instalar los chips. –dijo Bulma después de que todos comenzaran a ponerse de pie luego de la comida y una charla ligera entre todos. Videl, Chichi y Pan retiraron los platos sucios de la mesa llevándolos a la cocina, mientras Goku, Vegeta, Goten y Trunks se iban al patio a "dar unos golpecitos entrenando".

- ¿Partimos con Bra? –dijo Gohan mirándola.

- Esta bien. –los dos científicos acompañados de Bra y su hijo en brazos se fueron a la sala médica en donde Bulma ya tenía todo preparado con antelación. Allí la peliverde mayor repitió la misma rutina que con su esposo hace días atrás con la ayuda de Gohan.

- Dile a mi padre que venga. –dijo Gohan a Bra que ya habían terminado el procedimiento con ella. Caminó por los pasillos llegando a la puerta del patio.

- ¡Señor Goku sigue usted! –gritó al verlo entrenando con Goten.

Los cuatro de detuvieron por unos instantes. –¡Voy! –respondió.

- Siéntate ahí papá. –le dijo Gohan. Goku obedeció y miró a todos lados viendo como Bulma se cambiaba los guantes de látex. –sube la manga y estira tu brazo aquí. –el menor cuidadosamente tomó el bisturí y lo acercó a la piel de su padre cortando una pequeña incisión.

Estaba de lo mejor cuando de repente Goku gritó a todo pulmón echándose hacia atrás con silla y todo. –Noooooo, nooooooo. –siguió gritando asustado.

- ¿Qué pasa papá? ¿Acaso te dolió? No, no muevas tanto el brazo que va a sangrar. –lo sujetó con fuerza.

- Inyecciones noooo, por favor. –dijo como un niño despavorido mirando a Bulma.

- ¿Qué? –dijo Gohan confundido, miró a Bulma que tenía entre manos una pequeña inyección. –no, no es para ti, es para Pan.

- Ahhh… -suspiró. –p-pero ¿podrían…

- ¡Por favor! –Bulma rodó los ojos. –eres extremadamente fuerte, te has enfrentado a los villanos más poderosos de la galaxia ¿y todavía le temes a las inyecciones? –sonriendo lo guardó alejándolo de la vista de su amigo.

- Listo. –Gohan le sonrió.

- ¿Ya?

- Si, no te has dado ni cuenta. –él se encogió de hombros. –dile a Pan que venga.

- Ok.

Poco después apareció Pan en la sala. –Pan siéntate aquí. –le dijo Bulma. Gohan mientras tanto preparaba todo el material necesario para el siguiente. –estira tu brazo. Te pondré una pequeña cantidad de anestesia igual que a Bra, ¿ok? –ella asintió. –ustedes son un poco más delicadas que todo ese saco de brutos. –bromeó. Ella la inyecto justo en la zona y luego con un nuevo bisturí comenzó a abrir cuidadosamente la blanca piel de Pan. –Pan quédate tranquila. –advirtió al notar que ella movía nerviosamente una de sus piernas.

Gohan la miraba desde el otro extremo de la sala, sabiendo muy bien porque ahora ella estaba inquieta. –¿qué demonios esta haciendo Goten?–pensó al sentir el ki de su hermano en aumento junto al de Trunks.

Goku detuvo la suave pelea que llevaba a cabo junto a Vegeta. –Goten. –dijo con voz seria al ver el duro y certero golpe que le dio a su amigo pelivioleta tirándolo directo al suelo.

- No pasa nada… -dijo Trunks con una media sonrisa y quitándose la pequeña gota de sangre que brotaba desde su labio inferior. Goku y Vegeta se quedaron de pie mirando la batalla. –¿vas a seguir con esta estupidez Goten? –le preguntó en voz baja. –sabes que siempre he sido más fuerte que tú. –le dijo con arrogancia.

- ¿Ah si? –dijo justo antes de mandarlo volando con otro golpe justo en su estómago. Observó como rápidamente se puso de pie pese al dolor. –Pues verás que eso ha cambiado. –sonrió de medio lado. –¿Así que hoy hablarás con mi hermano? –Trunks lo miró inquisidoramente. –le contarás por fin que has estado con mi sobrina ¿por cuánto… 5 meses?

- Déjate de ser irónico. –contestó lanzando una patada que fue capturada por el pelinegro. –sabes muy bien que yo planeaba decirlo hace mucho tiempo, pero es Pan la que… -un nuevo golpe al costado de su costilla lo calló.

- ¿Así que ahora es culpa de Pan? –dijo enfurecido.

- No, no es culpa de ella, es solo que he respetado lo que me ha pedido. ¡Goten por dios! sólo est… ¡Oh! –se quejó con un nuevo golpe directo en su mejilla.

- Te has estado protegiendo detrás del escudo de Pan todo este tiempo. –dijo con rabia. –es solo una excusa patética tuya. ¿acaso también le dirás que has estado coqueteando con Suzu en la oficina?

- ¡Eso no es cierto!

- No lo niegues porque lo he visto. Además… ¡Ah es cierto! –dijo irónico. –querías que Pan se vistiera más femenina desde que comenzaste a ver a Idane, ¿cierto?

- Eso es completamente diferente. –argumentó.

- ¿Ah sí? ¿Cómo? ¡A ver explícamelo! –sin dejar tiempo para respuestas se tiró sobre él en una batalla bastante fuerte sin llegar al súper sayajin.

- ¿No deberíamos intervenir? Eso ya no es muy amigable que digamos. –comentó Goku.

- ¡No! déjalos, Trunks ha sido un holgazán todo este tiempo. –respondió Vegeta divertido viendo el show.

- ¡Dios! –exclamó Bulma cuando la casa se sacudió con un fuerte estruendo. –Ah mierda… -exclamó en voz baja.

- Auch. –dijo con una mueca frente al dolor. Gohan se acercó rápidamente a la exclamación de su hija.

- Pase a cortar… -abrió sus ojos cuando la sangre comenzó a brotar con fuerza del brazo de Pan. –Gohan trae una gasa. –él lo obedeció con rapidez. Ella hizo presión en el brazo tratando de detener le sangrado, pero parecía brotar cada vez más.

- ¿Pan?... hija… mírame. –dijo su padre al notar la palidez en su rostro. –Pan… -insistió al ver que ella no lo miraba y parecía pestañear con lentitud tratando de enfocar su mirada. –se va a desmayar… -dijo con voz baja a Bulma mientras se acercaba a su hija y la sostenía por los hombros.

- ¿Pan? –Bulma también insistió. Pero ella de un segundo a otro se desvaneció suavemente en los brazos de su padre. Él la tomó en brazos y la dejó sobre una camilla mientras ella suturaba la herida sangrante y terminaba de instalar el chip en el brazo. –en cuanto termine voy a matar a esos dos mocosos. –dijo entre dientes enfurecida ya que por culpa de ellos la casa saltaba como una pelota debido a sus constantes peleas en el patio trasero, perdiendo precisión en la incisión.

Continuará…

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