"4ta debilidad"

SENTIR

Capítulo 6: "4ta debilidad"

- Entonces ¿qué tienes en mente? –Pregunto el pelinegro una vez que quedaron solos.

- Podríamos ir a relajarnos un poco. Conozco un lugar tranquilo un poco más allá y hoy esta abierto. Goten dudo unos segundo mirando de Trunks a su celular. –llámala de una buena vez. –Bromeo. –No creo que te diga que no, esta con Pan, además sales conmigo.

- No es que tenga que pedir permiso. –Le comentó.

- Sí, claro.

- Ya te quiero ver cuando estés casado con Pan. –Tomó su celular y la llamo. Mientras Trunks se quedo absorto en aquellos pensamientos.

¿Casado con Pan? ¿Un matrimonio? Alguna vez se lo había planteado, pero jamás dicho en voz alta. Tampoco lo iba a decir próximamente, llevaban saliendo un poco más de 4 meses, era muy pronto ¿no?

Continuará…

- Y entonces ¿por qué no se lo dices? –Preguntó Goten entre bocadillos.

- No… -murmuró.

- A ver, -dijo más seriamente. –a todos nos gustan así, no creo que se enfade si se lo pides. Tampoco estas pidiendo que cambie todo su estilo, pero que sea mas… femenina.

- Lo que no logro entender es ¿por qué esta vistiéndose así otra vez? No es algo que me moleste del todo, pero también… no sé… es… es agradable verla vestida como más mujer, sabes.

- No entendí. –frunció el ceño. -¿Por qué dices otra vez?

- Cuando estaba con Thomas no vestía así. Todas las veces que vino llevaba pantalones ajustados, vestidos, ropa… más femenina como dices tú, pero ahora… ¡ahh! no sé. –Tomó un sorbo de su cerveza.

- Mmm… -se quedó pensando unos instantes. –Quizás se siente lo suficientemente cómoda como para andar así contigo. Pero ¿tanto te preocupa? Es decir, es Pan, todos sabemos como es.

- Lo sé, lo sé, pero eso no quita el hecho de que sea una mujer joven, debería vestirse así ¿no? ¡Soy hombre por dios! a todos nos gusta verlas con ropa linda y sexy… ¡argh! No puedo creer que esté hablando de esto nuevamente contigo… -murmuró. –¡y no se te ocurra comentar de esto! Ese día mientras almorzábamos casi se te salió, Pan casi te descubre.

- ¡Oh sí! lo siento. –Sonrió encogiéndose de hombros. –Pero hay algo que debo preguntarte… -Lo miró mas fijamente. –¿por qué de repente comenzó a preocuparte este asunto? ¿Acaso quieres que se vea como I… ¡ohh! –Dijo sorprendido con su descubrimiento.

- Otra vez viene esta niña. –comentó en voz baja una de las chicas en el hall principal de corporación cápsula.

- Hace ya varios meses se la ve por aquí. –Susurró la otra joven mujer detrás del recibidor, mirando directamente a Pan. –¿necesita algo, señorita? –dijo con pesadez.

Pan que iba a pasar por el hall del primer piso e ir directamente hacia el ascensor, se detuvo al escuchar a la mujer. Resopló algo enfadad al ver las caras de las dos mujeres –exactamente por esto prefiero ir por la ventana, pero estar siempre escondiéndome ya no me gusta. –Pensaba al mirarlas. –no, gracias. –trató de responder con educación. Cuando se disponía a seguir con su camino, se detuvo otra vez al oírlas.

- Lo siento, pero no puede ingresar a los pisos superiores sin autorización o cita con algún miembro de la empresa. –dijo en el mismo tono molesto.

Pan las miró con disgusto. –vengo a ver a Trunks. –dijo secamente.

- ¿Disculpe? –La joven miró con sorpresa al ver el atrevimiento de sus palabras. –¿se referirá al señor Brief, señorita?

- Sí a él mismo. –dijo con una sonrisa falsa.

- ¿Tiene una reunión programada con él? –preguntó la fastidiosa mujer.

- No. –Ya estaba harta de tantas preguntas. –¿sabes? No tengo tiempo para tantas preguntas. –Con eso, siguió su camino. Llego hasta el ascensor, pulsó el botón de la puerta, entró y marcó el último piso del gran edificio.

Las dos jóvenes en el recibidor no alcanzaron a decir una palabra más cuando Pan se fue. De inmediato una de ellas llamo a seguridad. Les explicó a los guardias que la chica había subido sin permiso, o reunión programada. Dos grandes guardias vestidos de azul oscuro, armas en los costados de su cintura subieron para poder localizarla.

La joven guerrera sayajin al salir del ascensor se encontró con un guardia que la tomó bruscamente del brazo. –Señorita debe bajar conmigo.

Pan lo miró con confusión. –¿Por qué? –Dijo tratando de soltarse del gran hombre.

- Jefe, tengo a la señorita. –Dijo el hombre a través de un aparato en su mano izquierda.

- Tráela de inmediato. –Respondieron. Pan se quedó escuchando lo que hablaban, no entendía porque se la querían llevar, no había hecho nada malo, otra veces había venido y también hablado con la recepcionista. Pero ahora que lo pensaba bien… ¿era la misma de siempre? –Creo que no.–Se respondió a si misma. También dándose cuenta lo irrespetuosa que había sido.

- Solo vengo a ver al señor Brief. –Dijo al guardia que la sostenía, ahora, con más delicadeza.

- Lo siento, usted no tiene cita programada con él, no puede ingresar al edificio sin autorización, debe venir conmigo. –Siguió con su agarre, pero Pan comenzó a moverse haciendo que él la sujetara con más fuerza.

- No necesito autorización, solo llámelo y él mismo le dirá. –Dijo con más molestia, notándose claramente en su tono de voz. Al ver que no le hacia caso y prácticamente la arrastraba para bajar. – ¡Suéltame! –con un aumento mínimo de su fuerza logró alejarse de él. Caminó por el pasillo hasta llegar a la secretaria, pero antes de poder acercarse lo suficiente, un guardia mas llegó y ambos la sostenían de cada brazo. – ¡Hey! ¡No sean tan brutos! –Les gritó. Asustando hasta a la secretaria.

Trunks concentrado en algunos documentos y hablando en su oficina con un miembro del departamento de tecnología y comunicación, se detuvo en seco. –¿Se encuentra bien? –Preguntó el hombre que lo acompañaba.

Dejó de mirar la carpeta azul que tenía en sus manos, la dejó sobre el escritorio y miró hacia la puerta, se concentró un segundo y notó el claro ki de Pan a poca distancia de él. De pronto, un cambio… aumentaba su ki y podía sentirla molesta. Miró a su acompañante. –Espéreme un momento, vuelvo en seguida. –Dijo poniéndose de pie y caminando hacia la puerta. Cuando la abrió, miró a su secretaria que se notaba algo asustada. Siguió esa mirada moviendo su cabeza hacia tal dirección y observó como dos grandes hombres sostenían cada brazo de su novia.

- ¡Hey! –Llamó la atención de los dos guardias y caminó hasta ellos. Pan sonrió algo más aliviada. Trunks tratando de controlarse lo más posible, habló con sensatez. –Pueden soltarla ya. –Cuando ambos hombres la soltaron él rodeo con su brazo los hombros de ella atrayéndola a su cuerpo. -¿Estas bien? –Pan asintió con la cabeza. Los otros dos hombres miraron la escena y supieron de inmediato la gran equivocación que habían cometido.

- L-lo siento señor. –El hombre, al parecer de mayor rango, se disculpó. –No sabíamos que era conocida suya… la recepcionista nos llamó diciendo que había una intrusa que intentaba hablar con usted y… -Trunks lo hizo callar con un gesto de manos.

- ¿Estas segura que estas bien? ¿No te hicieron daño? –Le volvió a preguntar.

- Estoy bien. –Dijo ya mas calmada. –Lo que dicen es cierto, la mujer que tienes como recepcionista es la que los llamo, y hablando de ella. –Acotaba. –Bastante mal educada para tratar a la gente que llega aquí.

Trunks asintió, no era la primera vez que recibía reclamos sobre la actual recepcionista. Pero no quería hacer otro despido y estar cambiando a la chica del primer piso cada mes. Lo mismo había ocurrido con la anterior la cual fue despedida luego de un altercado. Al parecer también iba a tener que despedir al hombre que estaba a cargo de las entrevistas de trabajo de su empresa. Siempre contrataba chicas muy guapas, pero cero inteligencia y dedicación al puesto de trabajo al que postulaban.

- Chicos, –Les dijo a los dos hombres. –que quede claro para los encargados de seguridad, que ella –miró a la chica que tenía a su lado. –es Son Pan, y tiene permiso para entrar las veces que quiera y cuando quiera, sin tener que pedir cita o reunión. ¿Esta claro?

- Sí señor. –Los dos guardias respondieron al unísono.

- Se pueden retirar. –Dijo finalmente.

Caminó por el pasillo hasta su oficina escoltando a Pan con una mano en su cintura. Llegaron hasta frente del escritorio de su secretaria y se detuvo. –Espérame un momento aquí. –Le dijo a la pelinegra. –Ofrécele algo para tomar. –Le ordenó a su secretaria, mientras él entró a su oficina.

- Sí señor. –La mujer obedeció. –Señorita Son, ¿se le ofrece algo para tomar o comer?

- No gracias, estoy bien. –Le sonrió amablemente.

- ¿Esta segura? Tenemos cualquier cosa que se le ofrezca. ¿Tal vez un café, bebida, jugo natural? O ¿Un sándwich, una comida, un snack?

Al escuchar todo lo que decía le entró un poco de apetito. Miró su reloj, ya eran casi las 7 de la tarde, y de verdad ya estaba sintiendo hambre. –¿Cualquier cosa? –Preguntó. La secretaria asintió. –Entonces, si es así… me podrías traer dos sándwich de tamaño grande de pollo, palta, tomate, queso, lechuga y mayonesa de la tienda "M&M´s" con una bolsa grande de patatas fritas, un bebida cola grande y un batido de chocolate.

Los ojos de la secretaria doblaron su tamaño. Ya recibía pedidos gigantescos de comida, mucho más grande que éste, pero eran para su jefe. Jamás imaginó que una jovencita como ella, tan delgada y de buena figura pudiera comer tal cantidad de comida chatarra. Se la quedó mirando por unos segundos más tratando de adivinar cómo lo hacia para mantenerse en forma. –Quizás el señor Brief o su madre ya inventaron algún medicamento para quemar grasas y calorías… -Pensaba. –Podrían compartirla con el mundo para no hacer dietas, como yo que tengo que estar comiendo solo verduras y matándome en el gimnasio para estar delgada y en forma. –Salió de sus pensamientos al escuchar a su jefe.

- Muchas gracias. –Decía Trunks que salía de la oficina acompañado de un hombre.

- No hay problema, lo reprogramaremos. Que tenga un buen día señor Brief.

- Nuevamente, muchas gracias por cancelar esta reunión, se lo agradezco. Nos vemos la próxima semana. –Lo despidió y se dirigió a su secretaria. –Necesito que despidas a la recepcionista del primer piso y también al encargado de las entrevistas de la empresa.

- ¿Otra vez la recepcionista? –La mujer le preguntó.

- Sí, y busca nuevos reemplazos… ¡Ah! y al encargado de las entrevistas, por favor busca un buen candidato, ojala un hombre o mujer de mayor edad y con experiencia.

- Esta bien señor, lo haré. –Tomó el teléfono de su escritorio, marcó un anexo y habló –¿Me comunicas con el junior?, sí, dile que tengo un pedido de comida que tiene que ir a comprar de inmediato… ok, se la envió a su celular. –La secretaria subió su mirada al escuchar nuevamente a Trunks.

- estaré con la señorita Son en mi oficina, que nadie me moleste.

- ¿Y la comida que pidió la señorita?

- ¿Se la puedes entregar de inmediato? –Le dijo pensando que se trataba de una bebida o solamente un café.

- Creo que no, señor. La señorita pidió varios alimentos de la tienda "M&M´s" y ya envié a alguien para comprarlos, pero demorarán unos 15 minutos.

Trunks sonrió, era obvio que no pediría solo una bebida, pues ya eran muy tarde y la verdad a él también le estaba dando algo de apetito. –Esta bien, llamas al intercomunicador cuando llegue… también ¿podrías hacer mi pedido habitual? –Le preguntó.

- Por supuesto. En 15 minutos estará en su oficina.

- Gracias. –Se dio la vuelta y entró a su oficina cerrando la puerta tras él. Se quedó con la espalda apoyada contra la puerta observando a Pan de espaldas de pie frente al gran ventanal. Se veía hermosa iluminada por los rayos anaranjados del sol y su silueta contorneada.

Ella se dio vuelta al sentir la mirada a sus espaldas. –¿Qué?

- Nada. –Caminó hasta ella abrazándola y apoyando su frente contra la de ella. –Te extrañe demasiado. –Le dijo en voz baja.

Ella se puso con los pies de puntitas para tratar de igualar su altura, rozó la punta de su nariz con su mentón. –No creo que tanto, –Dijo con una sonrisa. –almorzamos juntos hace 4 horas atrás.

- ¿Llevas la cuenta de cuántas horas pasamos sin vernos? –Le dijo con una sonrisa de medio lado.

- No… -Respondió con vergüenza. Él la miro con sospecha. –Bueno, si… a veces… solo cuando te echo mucho de menos.

Sin decirle nada más la tomo con más fuerza por la cintura y la levantó del suelo. Acomodó sus manos hasta que una la sujetó por el trasero y la otra le rodeo la cintura. Ella de inmediato rodeo sus caderas con sus piernas y sus brazos llegaron a su cuello.

- Yo también te eche mucho de menos. –Le dijo antes de besar esos labios rosados que tanto amaba, sin dejar de apretarla fuerte hacía él, a Pan se le salió un gemido ahogado entre el beso que cada vez se tornaba más apasionado. De inmediato Trunks se la llevó hasta el sofá de cuero y se sentó con ella a ahorcadas. Sin dejar de besarla, sus manos viajaron por debajo de su ropa, tocando su plano vientre. La sentía estremecer cada vez que tocaba su piel, y el contacto lo hacia prenderse cada vez un poco más. Deseoso la acomodó de espaldas en el sillón y él se posicionó sobre ella. Besó sus labios, bajó por su mandíbula hasta llegar a su cuello, mientras sus manos trataban de quitar el suave suéter color celeste que la cubría. (*1) Una vez que la arrojó al suelo siguió besando su rostro y cuello, en esta ocasión tratando de quitar su camiseta blanca, pero sin éxito.

- Trunks… -susurró muy suavemente. Pero él parecía no escucharla, ella intentó de nuevo. –Trunks. –dijo esta vez más fuerte.

- ¿Mmm? –dijo sin siquiera mirarla, continuando con sus besos.

- No puedo… -dijo entre risitas que se escapaban a medida que él la tocaba bajo el busto, produciéndole cosquillas.

Ahora él levantó su mirada y la observó confundido. -¿Qué no puedes?

- Son 5 días ¿recuerdas?

- ¿Ah? –ahora puso un poco de mayor distancia entre ellos para mirarla.

- Estoy en mis días, Trunks… no puedo hacer nada de lo que ahora se te esta ocurriendo. –le sonrió. Murmuró una serie de maldiciones antes de alejarse de ella y sentarse a su lado, aun sosteniendo una mano que acariciaba con cariño. Pan lo observaba divertida con su actitud. –Lo siento. –le dijo.

- No, no tienes que disculparte, no es tú culpa. –se acercó a ella y besó sus labios una última vez antes de que el intercomunicador sonará sobre su escritorio.

Llegaron los pedidos y ambos comenzaron su cena a medida que charlaban sobre sus vidas.

- Entonces, ¿será un semestre completo? –preguntó Trunks.

- Sí. –lo volvió a mirar a los ojos. –¿estas molesto?

- ¿Yo? No, ¿por qué? –bebió un sorbo mas de la bebida cola.

- Porque apenas lo dije tu cara ya no es la misma, te noto un poco molesto. ¿Qué es?

- Nada, todo está bien.

- ¿Seguro?

- Sí, Pan.

- Me estas mintiendo. –afirmó.

- No.

- Sí.

- No.

- No me sigas mintiendo, Trunks ¿Qué es lo que te molesta?

- ¡Nada! –dijo ya irritado por la insistencia.

- ¿Es porque no lo consulte contigo primero? –le dijo.

- No.

- ¿Entonces?

- No es nada, Pan. Eres tú la que saca conclusiones con mis gestos.

- Sí, seguro… -comentó susurrando sarcásticamente.

Los dos se quedaron en silencio por varios minutos, Trunks siguiendo su comida y Pan, ahora, sin apetito, miró hacia el ventanal.

- Comienzo el Jueves.

- ¿Este jueves? –ahora le prestó mas atención que a sus alimentos.

- Sí. –Trunks suspiró.

- ¿Qué días? –él preguntó.

- De lunes a viernes después de clases y los sábados hasta las 6.30 de la tarde.

- ¿Y qué pasa con la empresa de Satán?

- Mamá volverá a la compañía.

- ¿Ya se los dijiste?

- Sí.

- ¿Por qué no me lo habías contado antes? –la miró con enfado.

- Porque no nos habíamos hablado en esas dos semanas.

- Pero me viste en casa, podrías habérmelo dicho.

- Exacto, te vi, pero tú ni me mirabas. Las veces que intenté hablar contigo te ibas diciendo que tenías trabajo, que ibas a entrenar o que te ibas a dormir porque estabas cansado. ¿A qué creías que iba a tu casa? ¿Para comer o hablar con tu mamá?

Trunks no le contestó y prefirió guardar silencio. Él había estado molesto, era cierto, quería desquitar su enojo antes de hablar con ella y discutir aun más. Pero tales asuntos sí requerían de conversación entre ambos, debería haberlo buscado y obligarlo a hablar con ella. Él no era adivino.

- ¿Estarás con tu profesor Antoni? –preguntó con la mandíbula apretada.

- No comiences por favor. –pasó una mano por su cabellera. –De verdad, haces que sea tan…

- Tan ¿qué? ¿ha? ¡Dime! –no le dio tiempo para respuesta. –No he dicho nada, no saques conclusiones apresuradas donde no las hay.

Pan lo miró con sorpresa grabada en su cara. Trunks estaba cada día peor, cada vez más celoso y alterado cuando se trataba de ella. No le dijo nada más, se puso de pie, tomo su bolso y caminó hasta la puerta. –Gracias por la comida. –fue lo único que dijo antes de irse.

Trunks se dejó caer pesadamente en el respaldo de su silla con sus manos en su cara. Murmurando una serie de maldiciones, golpeó con una mano el brazo de aquella silla rompiéndola. Tomó aire repetidas veces tratando de relajarse, pero fue poco lo que logró.

Aquella noche cuando llegó a casa, no saludó a nadie, ni siquiera pasó por la cocina, fue directo a su cuarto, al baño privado donde tomó un baño de tina y luego se acostó en su cama a dormir.

El siguiente día, no fue mejor, su ánimo era el mismo que el de la semana pasada. Estaba enfadado, ella debería habérselo dicho, no le gustaban las noticias tan repentinas, sobretodo si se trataba de pasar parte del día junto al profesor. Eso lo irritaba y molestaba en demasía. Sabía que él no tenía derecho sobre ella, quizás nunca lo tendría, Pan era diferente a las demás mujeres, ella no se dejaba influenciar por nadie, ni siquiera por sus padres, siempre hacia lo que quería y cuando quería con quien ella quería. Además le quitaba su tiempo libre, si en la actualidad era poco lo que se veían durante los días, a partir del jueves en adelante, ya ni la vería ¿sólo los domingos? Eso no era suficiente para mantener una relación, eso requería pasar tiempo juntos, él necesitaba tiempo junto a ella. La quería a su lado y la quería ¡ya!.

- ¿Qué piensas tanto? –Bulma le preguntó cuando lo vio pasar por el pasillo principal hacia la cocina. Ella también se dirigía hacia allá.

- No, nada. –respondió con una sonrisa fingida.

- ¿Seguro? Si es sobre la negociación, podemos renegociar con esa industria… -le comentó.

- No, eso esta bien… es sólo que… necesito algo, pero ahora.

- Trunks… -su madre se acercó a él, lo miró hacia arriba y le sonrió. –tú siempre quieres las cosas ahora no todo se consigue así ¿sabes? No todo lo conseguirás… algunas cosas se consiguen con paciencia y trabajando duro… creo que te he mal enseñado en algunos aspectos de la vida ¿no? –le acarició una mejilla. Trunks se quedó un poco perplejo al escucharla, su madre parecía lectora de mentes, siempre sabía lo que ocurría con él, su hermana y su padre. –pero ¿sabes? confío en que todo lo que te propongas lo lograrás, ya veras que sí. –se alejo de él y se fue. Trunks tuvo que parpadear varias veces antes de volver a caminar.

¿Será cierto que no todo lo que uno quiere se consigue? ¿Y si Pan era un caso de esos? ¿Qué haría? ¿Acaso requería de tiempo y paciencia para por fin pertenecer a él? Sacudió su cabeza, él jamás había sido un hombre muy paciente que digamos, siempre lo conseguía todo, absolutamente todo lo que quería o se proponía. Nada le fallaba, bueno no nada, pero a fin de cuentas siempre lo tuvo todo. Era la primera vez que sentía que algo se le podía ir de las manos, era la primera vez que se sentía de esa manera, un poco inseguro. Cuando el nombre de Pan salía en su mente, siempre era incertidumbre, no sabía como reaccionaría, no sabía nada con exactitud. Ella siempre era muy libre de espíritu, de personalidad, alguien a veces arrebatada y que se dejaba llevar por las emociones. No había mucho control por parte de ella, era a veces una digna guerrera sayajin, que se dejaba controlar por el temperamento, la seguridad, el orgullo y por sobretodo sus sentimientos.

Pan en sí, era un misterio que desenvolver cada día. Descubría algo nuevo en ella día a día, un nuevo gusto, una nueva sonrisa, una nueva mirada, un nuevo afán, una nueva obsesión, una nueva batalla, una nueva meta. Era alguien que por fuera se mostraba a veces fría, un tanto marimacho en algunas actitudes, pero sabía muy bien que esa era solo fachada, una máscara que cubría su verdadero yo, ese interior que había llegado a conocer con el primer beso, la primera caricia y el primer te amo que salió de sus labios. Sabía por qué lo hacía, sabía que en realidad ella era una mujer muy delicada, con los sentimientos a flor de piel y que siempre se cuidaba para no salir herida, no salir afectada, no sufrir. Ese era uno de los tantos motivos por el cual la quería, la adoraba, la admiraba y la amaba.

Por eso y mucho mas, valía la pena la lucha, la paciencia y el arduo trabajo que le esperaba hasta por fin conseguirla para él y solamente para él. –Porque me llamo Trunks, hijo de Vegeta y Bulma, que la consigo. –dijo en su interior.

Lo que no sabía, y que descubriría poco a poco, era que no todo lo que se planea sale como se quiere. A veces el camino se desvía, tomando a alguien con la guardia baja y yéndose hacia rutas diferentes, confundiéndose sin esperarlo, complicando la meta que se había propuesto. Pero si se sabe cual es el fin final, se sabrá cómo llegar a lo anteriormente propuesto, volviendo al camino adecuado hasta conseguirlo.

- Quiero un juguito. –dijo tiernamente sentada desde el gran sillón de su sala de estar. Miraba la televisión despreocupadamente.

- ¿De qué? –Goten le acarició una mejilla a su lado.

- Frutilla. –dijo cada vez más regalona.

- Esta bien. –se puso de pie y fue a buscarlo a la cocina, desde allí le gritó. –¿quieres algo de comer?

- No, gracias. –cambió el canal, buscando algo más entretenido que ver. Buscó y buscó. –nada… -murmuró. –cientos de canales y nada. –dejó el control remoto sobre el sillón y como pudo trato de ponerse de pie, con mucha dificultad lo logró, sosteniendo su barriga que parecía que pronto iba a explotar, caminó hasta el reproductor de DVD para poner algún CD de música relajante. Estaba escogiendo alguno entre la gran variedad cuando de pronto -¡splash! –sonido de agua golpeando el suelo de madera petrificada llamo su atención, miró hacia abajo y ¡sorpresa! -¡GOTEN! –le gritó, mirando espantada sus piernas mojadas, su vestido largo y blanco arruinado y sus sandalias doradas empapadas.

- Ya voy. –le contestó caminando a paso lento hacia ella. Su mano izquierda con un vaso de jugo de frutilla y en la otra un bowl lleno de palomitas de maíz. –hice palomitas. –le dijo ahora por detrás del sillón. –podríamos ver una película ¿te parece? –ahora por detrás de ella la miró con el ceño fruncido. Dejó las cosas sobre la mesita ratona y le preguntó. -¿qué miras? –dirigió su mirada a los pies de su bella mujer. -¿Q-Qué es… -no terminó de modular cuando ella le respondió, ahora frente a él.

- Rompí fuente. –le dijo con voz temblorosa, sus ojos aguados a punto de llorar. Tenía miedo, susto, alegría e incertidumbre. Una mezcla de emociones poco favorables para una embarazada a punto de parir.

- Tranquila. –se acercó a ella y la abrazo tiernamente, bajó una mano y acarició su barriga sintiéndola más dura de lo normal. –todo va a salir bien, lo prometo. –la calmó y ella sonrió. La ayudó a caminar hasta el sillón nuevamente en donde la dejó sentada. –espérame, no te muevas, voy a buscar tus cosas y vamos donde Bulma. –Antes de partir hacia el piso superior sacó el celular de su bolsillo y mientras caminaba y arreglaba las cosas hablaba con su suegra para arreglar todo antes de su llegada con Bra.

- ¡OH DIOS MIO! –dijo Bra encogiéndose del dolor.

- ¡ya voy! ¡ya voy! –gritaba Goten desde otra habitación. -¡respira, respira! –trataba de decir calmo, pero su tono de voz era mas aguda de lo normal, haciendo reír, dentro del estado que atravesaba, a su mujer. Llegó hasta ella con un bolso en mano, una camiseta y pantalones holgados, junto a otras sandalias y ropa interior. –respira… respira… ¡uh! ¡uh! ¡ah! –hacía cada respiración junto a ella. Entre nervios, temblores de manos ayudo a su esposa a cambiarse de ropa. Pronto ya se encontraban saliendo de la casa, Goten en brazos la acomodó en el asiento trasero para mayor espacio y comodidad. Conduciendo lo más rápido posible, sin arriesgarse a que nada malo ocurriera en el camino.

- ya, ven cariño. –le dijo cuando abrió la puerta para sacarla en sus brazos.

- ¡No! es-espera un poco… -respiro repetidas veces, se movió incómoda en el asiento, su mano izquierda apretaba el respaldo de la silla, mientras que la otra apretaba fuertemente su pantalón. Sus piernas inconcientemente se encontraban mas abiertas y sus caderas hacia arriba, Goten seguía de pie fuera del auto observándola preocupado hasta que le dijera cuando había terminado aquella contracción, para así llevarla dentro de la casa y a la sala médica. En ese instante llegó Bulma corriendo hacia el auto con un Vegeta que la seguía con la mirada extraña.

- ¿esta bien? –susurró el sayajin puro a su mujer. Tenía una mirada que pocas veces, si es que nunca, se le había visto al guerrero, era preocupación.

Ella con una cálida y sorprendida sonrisa le contesto. –Sí, Vegeta, todo esta bien.

- Pan, ¿sentiste eso? –dijo en un susurro observando el ventanal.

- ¿Pan? –dijo ella confundida. –Trunks, ¿estas bien?

- ¿ah? –miró hacia su izquierda encontrándose con unos ojos verdes que lo miraban esperando su respuesta. –perdón. –le sonrió con una disculpa. –estoy bien. Es solo que… -volvió a mirar hacia la ventana.

-¿Quién es Pan? –le preguntó.

- No me hagas caso, ando un poco…

- ¡Ah! Pan, sí la recuerdo, era la chica de la otra noche, ¿cierto? A propósito… ¿ella es un familiar o algo tuyo?

No alcanzó a responder ya que su celular comenzó a timbrar sobre su escritorio. –discúlpame. –tomó el celular y contestó, todavía a la atenta mirada de Suzu a su lado. –Hola.

- ¡Hola! –dijo un alegre Goku apareciendo de un segundo a otro en la sala principal de la casa de Bulma junto a Chichi, quien rápidamente se acercó a Bulma para saber como iba el progreso del parto.

- ¿y Goten? esta dentro con Bra, supongo –le preguntó.

- Sí Chichi, Goten se ha preocupado de Bra como nunca. Lleva con ella dentro de la sala médica como 3 horas. No la ha dejado en ningún minuto.

- ¿Cómo estas futuro abuelito? –dijo el mayor de los Son cuando se acercó a Vegeta.

-Déjate de decir idioteces Kakaroto. –se alejó de él y se fue del salón. Goku se encogió de hombros y despreocupadamente caminó hasta sentarse al lado de Videl. - ¿y Gohan?

- Esta en el trabajo, lo llamé para decirle sobre Bra, pero no creo que alcance a llegar. Dijo que luego de su última reunión se venía de inmediato.

- ¿Le avisaron a Pan? –preguntó Chichi.

- La llame y no contestó, luego le envié un mensaje de texto pero aun no responde. Debe estar en clases. –respondió la ojiazul.

- ¿Y Trunks? –dijo Goku.

- ¡Oh! lo olvidé, ¡no puedo creerlo! –Bulma corrió hasta el teléfono.

Quitó los dedos del cuello uterino de la embarazada, se quitó los guantes de látex y los arrojó a la basura, reemplazándolos por unos nuevos que de inmediato se puso. –Doctor, esta completamente dilatada. –confirmó. El doctor asintió y se acercó a la camilla. Goten lo miró con expectación mientras sostenía una mano de Bra y con la otra acariciaba su frente sudorosa.

Señora Son… -hizo una pausa mirándola fijamente. –esta todo listo. En la próxima contracción puje con fuerzas. –dijo el señor.

Bra asintió más nerviosa que nunca, miró al hombre a su lado que le sonreía calmadamente. –todo estará bien amor, lo juro. –le dijo en voz baja a lo que ella esbozo una pequeña sonrisa.

Pronto llegó la siguiente contracción de la mujer. –puje. –dijo el doctor. –sostenga…sostenga… 4…5…6…7…8…9…10… descanse. –Bra respiró nuevamente. Goten se sentía nervioso a más no poder. Miraba a su mujer respirar fuertemente luego de cada una de las contracciones, sostenía su mano con fuerza para apoyo y cada tanto limpiaba el sudor de su frente con un pañuelo.

Dos enfermeras ayudaban al médico que estaba entre las piernas de Bra con algunos implementos necesarios para el nacimiento del bebé. Una de ellas se iba hacia las maquinas que median las pulsaciones y la cantidad de oxigeno de Bra. –todo va bien. –decía ella a lo que el médico asentía.

El señor mayor de la habitación miró el reloj. –aquí debería venir otra nuevamente. –le dijo a Bra. –esta vez pujará con mas fuerza. –ella volvió a asentir. –¡ya! ¡puje! 1…2…3…4…5…6…7…8…9…10. Bien... –volvió a decir. –en la próxima se asomara la cabeza.

Bra descansó un poco mas echando la cabeza hacia atrás y consiguiendo el aire necesario en sus pulmones, pero pronto vino otra, esta vez más fuerte. –¡ahora! –dijo el doctor. –bien… bien…siga…ahí… vamos… ¡aquí esta la corona de la cabeza! –dijo alegremente. –descanse, descanse. –sonrió a Goten que lo miraba con atención sin dejar de sostener la mano de su mujer.

-Debería matarte por esto. –le susurró Bra a su esposo. Goten fijo sus ojos en ella.

-¿Cómo? –le preguntó extrañado.

- Debería golpearte con todas mis fuerzas por este dolor. –dijo con dientes apretados. Goten sonrió y supo a que se refería. El médico de igual manera sonrió con tal comentario, estaba acostumbrado a escuchar tales palabras de las mujeres a sus hombres, aunque ésta era de las más sobrias de todas.

- Aquí viene otra, espero que la última señora Son. –le advirtió. –uno, dos, tres, ¡ahora! Vamos…2…3…4…5…6… salió la cabeza… descanse un segundo. –le dijo. –tome aire y ¡puje!... siga, siga… vamos… una mas… -La cara de Bra se ponía roja de cada puje que hacia, sostenía la mano de Goten con fuerza haciéndola crujir un par de veces, se aguantó el dolor, no era intenso, pero si alcanzaba a ser lo suficientemente doloroso para fruncir sus labios.

Y pronto, el sonido mas esperado, el llanto del bebé retumbo por toda la casa haciendo sonreír a Bra y Goten. –llegó con excelentes pulmones. –comentó el doctor en forma divertida a medida que acercaba al bebé envuelto en una manta celeste, cubierta de manchas blancas y rojas, al recién nacido al pecho de su madre. –felicidades señor y señora Son su hijo ha nacido en excelentes condiciones. –les dijo con una sonrisa cuando por fin dejo al bebé en brazos de la mujer. Bra con una gran sonrisa miró a Goten a quien se le aguó los ojos.

Él sin poder creer lo que sus ojos veían, se acercó más y besó sobre la frente de su hijo luego a su esposa sobre los labios. –Bra, eres la mejor mujer del mundo, te amo hasta el infinito y estoy feliz porque hayas sido tú quien trajo mi hijo al mundo. –le susurró con voz cálida. Bra lo miró fijamente y no aguantando mas las lágrimas se deslizaron por sus mejillas sin control. Mientras el bebé ya tranquilo, no dejaba de mamar y succionar un pecho de su madre.

- ¿Señor? –él médico interrumpió sosteniendo una tijera en su mano y se la extendía a él. Goten se acercó y la tomó con una mano temblorosa. –aquí. –le indicó. Él acercó la tijera y cortó el cordón umbilical. El médico asintió llevándose el implemento, mientras las enfermeras limpiaban y realizaban algunos exámenes a Bra sin interrumpirla con su hijo. El docto volvió a su labor para terminar todo el proceso quitando la placenta y limpiando y suturando lo que fuera necesario para por fin terminar el proceso.

Bra y Goten miraban maravillados al nuevo ser que estaba entre ellos. Estaba rojito, arrugadito y algo hinchado, pero para ambos era perfecto. Bra seguía llorando como una magdalena, mientras Goten sentía que su piel se erizaba cada vez que miraba al niño. No se separaron de él hasta pasada una hora, en donde la enfermera se lo llevó por unos cortos instantes para medirlo, pesarlo y limpiarlo.

El médico se acercó a ellos nuevamente. –Señora, señor Son. –los interrumpió. –como doctor de sus familias y recomendación de la señora Brief, cortaremos la cola del bebé. –dijo hablando muy médicamente. Bra miró a Goten y él asintió. –es lo más recomendable debido a la influencia de la luna en su raza sayajin. –agregó. –inyectaremos una muy baja cantidad de anestesia local para removerla por lo que no sufrirá dolor, luego se realiza una pequeña sutura y todo esta terminado. –les explicó.

- Sí. –dijo Goten. –ya lo habíamos comentado anteriormente. –Bra asintió al acotación.

- Entonces lo haremos en seguida. –hizo una reverencia y salió hacia otra salita donde la enfermera se llevó al bebé.

En esos momentos Goten jamás dejó a Bra, la abrazó cuidadosamente y la besó esta vez un poco mas prolongado. –Te amo tanto. –le dijo con voz quebrajada. Bra sonrió feliz aunque sin dejar de lagrimear de felicidad. Sentía que su corazón iba a explotar, se sentía absolutamente feliz.

- Yo también te amo Son Goten. –le dijo suavemente apretando su mano.

Luego de 20 minutos la enfermera se acercó a ellos trayendo nuevamente al bebé sin cola, limpio y vestido para entregárselo, esta vez, al padre. Goten con nerviosismo tomó a su hijo entre sus brazos. Se veía tan hermoso, su cabello negro en puntas, herencia clara por parte de los Son, su tez blanca, sus mejillas y labios rosados. Acercó su dedo y rozó su carita, era suave como un algodón. El niño se retorció con el tacto e hizo un puchero alegando la interrupción de su sueño, y su sorpresa fue cuando el bebé abrió sus ojos, a la vista quedó el reflejo de su madre, un bello e intenso color celeste que remarcó cada uno de sus rasgos, acentuándolos aun mas bellos. El recién nacido fijó sus ojos en los negros de su padre y alzó una mano sosteniendo con fuerza el dedo que lo molestaba. Goten no pudo sonreír mas, su pecho se inflaba de orgullo, el niño era hermoso y fuerte, el apretón en su dedo lo decía.

- ¿Ya tiene nombre? –la enfermera le preguntó mirando a Goten y luego a Bra. Ella asintió, ya que él estaba completamente absorto en el bebé en sus brazos.

–Geko… Geko Son Brief. –le respondió con una sonrisa.

Ella asintió, escribió el nombre y otros datos de importancia sobre unos papeles, luego hizo que firmaran ambos padres. –Los trámites estarán listos al final de la tarde. A esa hora Geko ya estará en los registros y pasará a ser un ciudadano más del planeta. –le sonrió una vez mas. –felicidades señora y señor Son. –le dijo antes de irse dejando a los tres a solas.

- ¡Ya nació! –pensaba al caminar rápidamente hacia la facultad de medicina de la universidad.

Llevaba más de una hora tratando de contactar con Pan, no contestaba su celular ni los mensajes que le había enviado desde su oficina. Su madre lo había llamado contándole que su hermana estaba a punto de tener a su sobrino. Le pidió que tratara de buscar a Pan ya que no contestaba los mensajes de su madre, Videl. Al notar que los minutos seguían pasando y no había señales de ella. Busco su ki, todavía estaba en la universidad, seguramente en clases y por eso no había prestado atención a nada más. Decidido a encontrarla fue hasta allá. Entró al lugar y caminó por los grandes pasillos hasta encontrar el salón de clases donde ella se encontraba. Miró por la ventanilla de la puerta y solo alcanzó a ver a una profesora y a algunos estudiantes que estaban en la primera fila. Como no podía verla, decidió llamar a la puerta. Se alejó un poco de ella cuando se abrió.

- No puede interrumpi… -la señora elegantemente vestida, de cabellos rubios apagó el discurso que iba en progreso al levantar su vista del libro que sostenía en sus manos. Pestañeo varias veces tratando de adivinar de donde había visto a aquel hombre.

- Discúlpeme profesora, pero necesito hablar con una de sus estudiantes. –dijo con la mayor educación posible.

La señora se lo quedó mirando por largo rato, acomodó sus lentes y frunció el ceño. –señor, lo siento, pero no voy a perder mas minutos con usted. –dijo con tono autoritario.

- Pero… -iba a decir algo cuando ella nuevamente lo interrumpió.

- Señor Brief –dijo un poco mas fuerte haciendo notar quien era la autoridad allí. –no me importa quién es usted ni que cargo ocupa en esta sociedad, no permito que nadie interrumpa mis clases y si busca a su novia deberá esperar hasta el termino de la jornada.

En ese momento fue cuando el murmullo dentro del aula comenzó. Algunas chicas hablaban lo suficientemente fuerte como para que Trunks y la profesora escuchara.

- ¿Oíste eso? –dijo una chica.

- ¿Trunks Brief esta buscando a su novia? –decía otra chica del otro lado del salón.

- ¿No estaba soltero?

- Al parecer no, y la afortunada esta aquí. –dijo otra mirando a su alrededor.

- ¡Dios mío! Él es tan bello… -comentaba Amaya.

- ¿Quién es tan bello? –Pan levantó la vista de su libro al notar que todos murmuraban.

- Trunks Brief, Pan. ¿Cómo es posible que seas tan despistada a veces? Esta ahí. –apunto hacia la puerta en donde se podía ver a la profesora y a Trunks intercambiar palabras.

Ella se puso tensa y tragó en seco. Fijo su mirada hacia allá. -¿Qué diablos esta haciendo aquí? –susurró.

Las dos chicas a cada lado de ella la miraron con grandes ojos, totalmente sorprendidas de sus palabras. - ¿Lo conoces? –pregunto Miki desde la derecha.

- N-No… -dijo bajito escondiéndose tras el libro. Los más cercanos a ella comenzaban a mirarla cuando escucharon a Miki. Pero pronto, todo fue de mal en peor para la pelinegra.

La señora suspiró derrotada. –que sea la primera y última vez que hace esto señor. –dijo seria, mientras Trunks sonreía por su habilidad de convencer a la gente, fue como convencerla de firmar con contrato. La profesora volvió al salón y con voz fuerte como acostumbraba a dictar sus clases, habló. –señorita Son. –la ubicó con la mirada. Pan abrió sus ojos y esperó a que siguiera. –su novio la espera en la puerta, se puede retirar.

- N-Noooo… -dijo bajito apagando sus dichos, agitando sus manos hacia la señora que acababa de pronunciar aquellas palabras. ¿Por qué la señora había asumido que ella era su novia? No se lo había dicho, dijo que buscaba a una de sus estudiantes, nada más. Suspiró derrotado al escuchar que los murmullos dentro del salón se hacían cada vez más fuertes y notorios. Se quedo allí de pie en la puerta esperando a que ella llegara.

Pan se sorprendió a más no poder con lo que acababa de decir la profesora. ¿Cómo diablos se le ocurría decir semejante estupidez a la profesora y que ella lo gritara al salón entero? Se puso de pie mirando lo más interesante que encontró en esos momentos, el suelo. Con rojo furioso adornando sus mejillas tomó cuadernos y libros para llevarlos en su bolso, caminó hasta la puerta sin dejar de escuchar todos los comentarios de sus compañeros, que iban desde el "No puede ser", "No me lo creo" "¿Pan? No, jamás", "La profesora debe haberse equivocado", hasta el "!Que suertuda!".

Rápidamente llegó hasta la profesora y se despidió tímidamente junto con una disculpa. Cuando llegó hasta la puerta y se acercó a Trunks, ambos escucharon y vieron como la mayoría de los estudiantes en la sala se ponía de pie para tener una mejor vista de cómo ellos se saludaban. Él con una sonrisa divertida en los labios al ver el comportamiento de quienes los rodeaban, se acercó a Pan y la saludo con un beso en la mejilla, que ella agradeció con un gran suspiro. La tomó de la mano y se alejaron cuando finalmente la señora cerró la puerta y se escuchó desde adentro: -¡Terminó el show, ahora, atención a la página 128!

Ella caminó en silenció hasta la salida aun con sus mejillas ardiendo. Cuando por fin el viento del exterior la alcanzó se sintió más relajada. –¿Por qué le dijiste eso a la profesora? –le preguntó cuando caminaban hacia el estacionamiento.

- No le dije eso, solo dije que buscaba a una estudiante y ella asumió que eras mi novia, ni me lo preguntes. –se encogió de hombros, sin darle mayor importancia.

- ¿Y por qué me vienes a buscar? No me digas que es por la discusión del otro día, porque si es así te juro que… -él la interrumpió sosteniendo un codo de ella para detener sus pasos y su boca.

- No, no es eso. Tu madre te ha estado llamando al celular, yo también lo hice pero no contestabas ni los mensajes de texto que te envié, así que mi madre pidió que viniera a buscarte, suponían que estabas en… -se detuvo al ver los ojos de Pan. Su cara de desfiguro y sus ojos se agrandaron.

- ¿Le paso algo a mi mamá? –dijo con un tono más alto del normal. Pestañeo muchas veces y su respiración se aceleró con una mezcla de sufrimiento y miedo.

- ¡No! no, no… -él la tomo de las manos y la acercó a su pecho para calmarla. Su cuerpo nervioso se calmó un poco al decirle que no, pero ella seguía nerviosa. Sacó la cabeza de su pecho y lo miró hacia arriba esperando a que él continuará. Se imaginó miles de situaciones desde que su madre había sufrido un accidente, hasta que su abuela estaría enferma o que había llegado una nueva amenaza a la tierra. –tranquila, nada malo ha pasado, todo lo contrario. Es Bra, tuvo al bebé. –le dijo con una sonrisa tranquilizadora. –concéntrate unos instantes y busca el ki de Bra y Goten, verás que hay uno nuevo y pequeñito junto a ellos. –Pan se alejó y miró hacia la dirección de la casa.

- ¡Oh dios mío! –se tapó la boca con las manos. –es él. –dijo con la sonrisa mas grande que había mostrado en días. –¿nació hace poco? ¿cómo es? ¿se parece a Goten o mas a Bra?

Trunks se vio lleno de preguntas que no supo contestar. La tomó de la mano para guiarla al automóvil. Mientras iban hacia allá él trató de contestar algunas. –en realidad no lo sé. Cuando mamá llamó yo estaba trabajando, dijo que Bra estaba en trabajo de parto, esta vez de verdad. También dijo que Videl había tratado de ubicarte para decirte las noticias y así fueras a casa, pero como no contestaste el celular supuso que estarías en clases. Así que me pidieron que pasara a buscar por ti, pero yo no podía salir en seguida, tenía una reunión con un cliente que no podía aplazar, mientras te mande mensajes, te llamé y nada. Así que apenas logré salir del trabajo vine a buscarte.

Subieron al automóvil y partieron a toda prisa a la casa de C.C. Sentada en el asiento del copiloto y mientras Trunks seguía hablando de cuando sintió mas claramente el nuevo ki, ella sacó el celular de su bolso viendo las 3 llamadas y 2 mensajes de texto de su madre, y las 7 llamadas y 8 mensajes de texto de Trunks. Se rió internamente, él parecía más preocupado por encontrarla que su propia madre.

- Y ahora ¿podemos entrar a verlos? –dijo Bulma sobreexcitada esperando en la sala de estar junto con los demás.

- Lo siento. –dijo al enfermera que recién salía de la sala médica por segunda vez. –pero han pedido expresamente pasar unos momentos más a solas. –le explicó. –la señora Son dijo que pronto los invitaría a entrar, pero que por favor respetaran este instante.

El doctor que pronto entró también cargando una serie de documentos que miraba a través de sus lentes, escuchó la explicación y se acercó a ellos. –Señora Bulma, no se preocupe, es normal que suceda esto. Son una nueva familia con un nuevo integrante. Deben y quieren pasar las primeras horas los tres solos. Pasan por un proceso que se le llama apego.–le sonrió amablemente. Bulma asintió con un poco de tristeza.

- Bulma… -Chichi se acercó a ella. –todo esta bien, el doctor ya lo ha dicho. Solo tenemos que esperar un poco más.

–Sí, además el niño es fuerte. –exclamo con alegría. –¿verdad que si, Vegeta? –dijo Goku. El sayajin mayor se hizo el desentendido y miró hacia otro lado.

Se escuchó la puerta principal abrirse revelando a un pelivioleta junto a una pelinegra entrar con ojos emocionados. Saludaron a todos y se pusieron a esperar en los sillones conversando trivialidades. Unos minutos más tarde llegó Gohan, con el cabello un poco desordenado que Videl rió cuando lo vio. Se acercó a él y con un saludo corto sobre los labios comenzó a arreglar un poco su atuendo. –me vine lo más rápido que pude. –dijo mirando a los demás y saludando de palabra.

–Así veo. –Videl sonrió. Iba a decir algo más cuando la segunda enfermera salió de la sala médica.

–Familia… -llamo la atención de todos. –pueden pasar. –sonrió. –sólo les pido una cosa, no hagan hablar mucho a la madre. Todavía esta agotada por todo el proceso.

Todos asintieron y caminaron hacia la sala donde el nuevo integrante de la familia los esperaba. Primero iba Bulma, quien caminó rápido. Le seguía Chichi que tomó de la mano a Goku para que la siguiera, luego Videl en donde Gohan se apresuro en alcanzarla y rodearla por la cintura, gesto que ella devolvió con una encantadora sonrisa. Después Pan que caminaba junto a Trunks, quien la rodeo con un brazos por sobre sus diminutos hombros en comparación a los de él. Cuando Bulma estaba a punto de atravesar la puerta se dio cuenta que Vegeta no había ido, se detuvo y dejó pasar a todos los demás, esperó a verlo en el pasillo, pero no llegaba, se devolvió y lo vio en la misma posición que hace momentos atrás, apoyado en una pared de brazos cruzados mirando hacia una ventana. Ella sigilosamente se acercó a él y besó su mejilla, le sonrió y tomó sus manos. -¿no vas a venir a conocer a tu nieto? –Él la miró fijamente por largos segundos, y ella comprendiendo todo lo que a él se concernía, le sonrió con todo el amor posible. –Ya deberías empezar a acostumbrarte ¿no? Después de todo él ya es… tu 4ta debilidad. –Vegeta no dijo nada, solo se dedicó a caminar los pocos pasos, junto a ella, que lo separaban de su nieto.

Todo era cierto lo que decía Bulma a muy pesar de Vegeta. El nuevo integrante, su nieto, era su 4ta debilidad. Siempre decía que querer y expresar amor o emociones por otras personas era signo de debilidad en un planeta como él de su origen. Podrían tomar aquellas emociones para ganar una batalla, amenazar a su familia con tal de ganar. Pero ya estaban en la tierra que se encontraba en paz y armonía, no había de qué preocuparse. Pero su ego, arrogancia y orgullo jamás lo admitirían: Bulma una humana común y corriente, una mujer vulgar fue su primera debilidad, la segunda fue su mocoso e hijo Trunks, luego la tercera su princesa e hija Bra. Y hoy un híbrido había llegado al mundo, mezcla y alianza de su hija sangre de realeza sayajin y el hijo de su más grande rival Kakaroto, un tercera clase, daban origen a su cuarta debilidad: su nieto.

Cuando los dos abuelos por parte materna llegaron a la sala médica escucharon una exclamación nada más que proveniente de Goku.

- ¡Por los bigotes de mi abuelo! –dijo en voz alta mientras sostenía al bebé en sus fuertes brazos. –es igual a ti, hijo. –comentó mirando a Goten.

Todos rieron y Bulma se acercó a él. –eso quiere decir que también es parecido a ti. –le dijo a su amigo. –aunque tiene los verdaderos ojos de los Brief. –habló orgullosa.

Cuando llegaron Geko ya se había paseado por los brazos de todos, sonriéndole a algunos, molestándose con otros, abriendo y cerrando sus ojitos. Bulma que fue la primera de los dos en entrar sostuvo de inmediato a su nieto quitándoselo a Goku, le dijo miles de cosas en la forma en que los adultos le hablan a los bebés y luego se lo acercó a Vegeta que seguía de brazos cruzados, pero esta vez sus ojos fijos en la camilla en donde descasaba Bra. Observaba los ojos enamorados que tenía su hija cuando miraba a Goten, quien estaba a su lado acariciando sus manos y cabellos. Ofreciéndole agua helada o hielos para refrescarse. Estaba inicializándose el otoño, por lo menos en fechas, ya que el día de hoy era igual de caluroso que uno de verano. A veces se sentía arrepentido de no haber sido así cuando Bulma concibió a sus hijos, pero ella nunca se lo había recriminado en ningún momento y se lo agradecía, en aquellos tiempos su orgullo era demasiado como para permitirse tales actos. Aun así, él estaba cambiado, nunca tanto como para ser como los Son, pero si lo suficiente como para ser percibido por los cercanos.

Ella se inclinó un poco más para que tuviera una mejor vista de su nieto. Él lo estudió de pies a cabeza, observando cada parte de su diminuto cuerpo, no cabía duda que eran herencia de los Son, él niño tenía la misma piel y los cabellos de su padre. Sonrió al notar que parecía un verdadero sayajin, luego una sorpresita le esperaba, Geko abrió sus ojos revelando lo que mas odiaba y amaba en el mundo. Los intensos azules del bebé hicieron que sonriera de medio lado. No, definitivamente no era un sayajin puro, si lo fuera tendría ojos oscuros, y por eso lo odio. Pero también lo conquistó, esa intensa mirada era lo que amaba, los ojos de Bulma, los de Trunks, los de su princesa Bra y ahora los de él, su nieto Geko.

Bra desde su posición, sonreía al ver a su padre acercarse por voluntad propia al bebé, lo miraba con intensidad y cuando salió esa sonrisa, que muy bien conocía, lo dijo todo. Miró a su esposo que todavía se encontraba a su lado y le susurró lo feliz que era en esos momentos, él le sonrió y besó suavemente sus labios murmurándole que él era aun mas feliz de verla a ella y su hijo. Pronto las risas y las conversaciones en voz baja de la habitación se vieron interrumpidas por un fuerte llanto proveniente del infante que se encontraba entre sus abuelos maternos. Bulma abrió grandes sus ojos, Vegeta se sorprendió, y los demás rieron. Cuando ella se disponía a dar el primer paso a entregarle el niño a su hija, Vegeta, sorprendentemente la detuvo y le estiró los brazos, ella sin poder creer lo que sus ojos veían se quedó como estatua, los demás igual de pasmados, a excepción de Goku que no notó nada extraordinario.

Bra fijó sus ojos en su padre, estaba absolutamente feliz de ver que él le sonreía a su hijo, pero ver como él cargaba al bebé entre sus fuertes brazos fue algo que explotó en su pecho, nunca, ni en otras vidas pensó que su padre, Vegeta el arrogante y orgulloso guerrero iba a querer cargar un bebé. Lo había pensando alguna vez, pero no imaginó que ese sueño se materializara aquí enfrente suyo. Vegeta caminó cuidadosamente hacia ella y antes de entregárselo le dijo en voz baja. –es un verdadero guerrero sayajin. –fueron sus palabras, que ella sabiendo descifrarlas significaban que él se sentía orgulloso de tener un nieto como Geko. Se lo entregó suavemente y Bra sin poder evitarlo nuevamente derramó unas cuantas lágrimas, esta vez sin llanto, solo eran de emoción y felicidad. El niño dejó de llorar al instante que tocó a su madre y Vegeta tomó con suavidad una de las manos de Bra, le dijo en voz baja –mi princesa. –y le sonrió nuevamente antes de alejarse e irse de la habitación. Bra aguantando nuevas lágrimas supo que esas banalespalabras significaban lo mucho que la quería.

Todos quedaron en blanco, nadie dijo nada hasta que él desapareció. Luego del shock todos continuaron hablando.

- Para qué preguntar quien escogió esa ropa ¿cierto? –comento Trunks y varios rieron al notar la vestimenta tan a la moda del bebé (*2).

- Ni muerta dejaría a mi bebé lucir desastrado. –respondió la aludida con una sonrisa que mostraba cansancio. Acarició la cabecita del bebé que nuevamente se había quedado dormido sobre el pecho de su madre. -¿podrías traer esa mantita celeste para abrigar sus piernas? –le dijo a Goten. Él la buscó y lo tapó, el niño podía ser en parte sayajin pero era un recién nacido que dormía.

Él médico llegó una vez mas pidiendo esta vez que todos los visitantes se retiraran. Había que realizar unos exámenes antes de finalizar el día, además Bra necesitaba recuperar energías y debía descansar y dormir lo suficiente. Todos se despidieron y salieron de la sala dejando una vez más a la familia nueva compuesta por tres y al médico junto a una enfermera.

- Trunks, ¿podrías llevarlos a sus habitaciones? –dijo Bulma luego de la cena. Él asintió guiando al doctor y a las dos enfermeras a unas habitaciones que Bulma había preparado para ellos. Los contrato por tres días seguidos de trabajo a partir de hoy. Quería que todo fuera perfecto y si el dinero no era problema bienvenido sea. Los tres dieron las buenas noches a todos los presentes y se fueron al piso superior.

- Ustedes deberían tener otro hijo. –comento Bulma mirando a Gohan y Videl. Pan se atragantó con la bebida que consumía y los miró. Videl mirando a Gohan sonrió.

- Nos lo habíamos planteado, pero creo que ya estoy muy vieja para eso. –dijo Videl. –además ya no quiero pasar por lo mismo cuando educamos a Pan.

Ella entrecerró los ojos y miró a sus padres, los demás sonrieron sabiendo a qué se referían. -¿tan difícil fue criarme? –les preguntó.

- Vamos Pan, les has dado mas de un dolor de cabeza. –dijo Chichi. –no me sorprendo porque no quisieron darme mas nietos, si tu equivalías por dos. –Todos rieron a carcajadas sobretodo Trunks que recién había vuelto y lo había escuchado.

- Tú no te rías tanto. –dijo Bulma mirando a su hijo. –que hasta el día de hoy me sigues dando dolores de cabeza. –varios rieron.

Videl miró a su esposo a su lado. -¿nos vamos? –le preguntó, y él asintió.

- ¿Pan te vas con nosotros? –Gohan preguntó. Ella lo miró y luego a Trunks.

- Si. –dijo no muy convencida. Se despidieron y pronto ya habían aparecido en su casa gracias a la transmisión instantánea de su abuelo Goku.

Ella se fue directo a su cuarto en donde se acostó sobre la cama y miró su ventana, ya era de noche y estaba todo oscuro aun así se quedó mirando hacia la nada.

El día había sido hermoso, el nacimiento de un nuevo integrante de la familia, el hijo de su mejor amiga y el hijo de su tío. ¡Que mejor! Pero al parecer para el día de hoy eso no había sido suficiente, cuando veía a Trunks y ahora que estaba sola se sentía insegura, tenía ya experiencias reales de ansiedad e inseguridad en el pasado, mas concreto con su última y única relación con un hombre, Thomas. Pero ahora era diferente, sentía más temor de que él se alejara de ella. Si bien a Thomas si lo amó, pero no del todo ni todo el tiempo, Trunks era una situación muy diferente, ella lo amaba mas que nada en el mundo. Entonces ¿Por qué había tantas discusiones últimamente? ¿Era normal? ¿Era el común? No quería ni pensar en una ruptura, no con él, sería extremadamente difícil sobrellevar ese dolor, y definitivamente no quería sentir dolor, siempre trataba de evitarlo, de evadirlo… ¿Eso es a lo que se refería Trunks? De repente se dio cuenta recordando lo que le había dicho "Entonces ¿Siempre será así?... Cada vez que hay que discutir algo, cortas la conversación y te vas. ¿Siempre será lo mismo?". Esas palabras quedaron grabadas en su mente. ¿De verdad ella era así? ¿Tan cobarde? ¡Dios! Le tenía pánico a sufrir, no quería, de verdad que no. El solo recordar el dolor que sintió cuando su abuelo se había ido con Shen Long había sido una tortura.

Ella no tenía una vida planeada con sufrimiento ¿Quién la tendría? Nadie. No quería que su relación con Trunks fuera de ese modo. ¿Acaso había historias de amor perfectas? –No.–se respondió a sí misma. Siempre había tratado de demostrar gran fuerza emocional y entereza durante los momentos más difíciles, pero cuando se trataba de relaciones de pareja, y específicamente Trunks, comenzaba a depender y a relegar su fuerza a él.

Con esta cruda realidad cruzando su cabeza. Cerró los ojos yéndose a un profundo sueño.

Continuará…


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