Cuando no te ví en el aula, sentí algo extraño en el pecho, una extraña presión y un vacío raro.

Te extrañaba.

Saqué mi celular para llamarte, nunca respondiste, creí que aquello fue porque eran las ocho y media de la mañana, yo sabía que detestabas levantarte temprano, así que asumí que te habías quedado dormido.

No te quedaste dormido.

Anoté todo lo que la profesora dijo, hablaba de leyes y ese tipo de cosas que jamás me importaron, porque yo no elegí la carrera, me obligaron a tomarla; pero hice el intento de anotar todas esas leyes junto a sus números, porque para ti eran importantes.

Cuando salí de la sala volví a llamarte, es que no había ningún indicio de tu llegada a la universidad, esta vez los beep fueron cortos, creí que cortaste porque ya estabas por llegar.

¿Por qué tenías que estar despierto?

Cuando prendía mi cigarrillo mi celular resbaló de mi mano y te llamé otra vez, me asombré con poco cuando respondiste la llamada.

"T-tae", gemiste lejos del micrófono, confundido, alejé el celular para verificar que eras tú. "Vamos, Kook", gimió de forma aguda una chica y yo me quedé petrificado, porque estabas follando con esa chica, con Taeyoon.

"Eh, ¿Jungkook?", el rechinido de la cama me confirmó que estaban cogiendo y por alguna razón me quedé escuchando un rato, no más de dos minutos.

"Dí mi nombre, Jungkook", gimió la fémina y tú respondiste: "Taehyung".

Enseguida colgué.

Jamás debiste contestar la llamada, Nochu.

Jamás debiste abrir la puerta de mí curiosidad, de mi instinto de respuestas, de la confusión.

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©BiMook