SIN PREMURA
--¿Se puede?-- dijo después de dar dos toques a la puerta.
--¡Shikamaru!-- abrió la puerta para lanzarse a sus brazos.
Él la sostuvo, ya que se encontraba ligeramente elevada del suelo, e ingresó a su habitación cerrando tras de sí.
--¡Qué bueno que estés bien! ¡Por fin estás aquí conmigo!-- decía repartiendo pequeños besos en todo el rostro del joven, quien sonreía al recibir los mimos y cariños de la rubia.
--Por fin juntos, mi bella damisela-- acariciaba sus cabellos con gentileza.
Ambos se miraron con intensidad. Ino aprovechó la cercanía y acortó la distancia entre los dos, robándole un beso al hombre que tanto amaba. Shikamaru deslizó sus manos hasta la cintura de la joven y la estrujó, haciendo que la muchacha enredara sus dedos en los cabellos, que aún descansaban sobre los hombros de él y tirara de ellos profundizando más la unión de las dos almas. El momento era mágico. En ese instante realmente se sentían con la libertad de amar, de quererse sin límites, de explorar caminos impensados sin el reproche del mundo.
Fue Ino la primera en dejar caer sus murallas. Retrocedió lentamente sabiendo que tras de ellos se encontraba la cama, lugar que se convirtió en su objetivo. Al chocar con esta hizo el ademán de recostarse, pero Shikamaru cortó el besó al instante sabiendo que si daba un solo paso más, ya no habría vuelta atrás.
--No-- susurró sosteniendo su propia frente con los ojos cerrados, intentando calmar su desbocado corazón --Todavía no.
--¿Po-por qué?-- preguntó con las mejillas ruborizadas debido al momento y a la súbita vergüenza que empezó a sentir debido a sus atrevidas intenciones.
--Porque no es correcto.
--Pero tú me quieres, ¿verdad?
--Claro que sí y lo sabes, pero quiero hacer las cosas bien-- se acercó a ella nuevamente y tomó sus manos. No quería que Ino se sintiera rechazada ni avergonzada. De hecho, él también había corrido el riesgo de ser débil, pero sus valores estaban primero. Ella era una joven sensata y correcta, no una de las tantas muchachas que se divertían jugando de lecho en lecho. Debía actuar como era debido. --Ino, yo te amo y deseo que las cosas se den adecuadamente, sin... adelantar nada-- dijo mirándola para asegurarse de que ella entendiera lo que él realmente sentía.
--Pero tú y yo vamos a vivir juntos, ¿verdad? No es como que hiciéramos algo malo...
--Lo sé, pero justamente porque sé que de ahora en adelante estaremos juntos, tomé una importante decisión para los dos.
--¿Cuál?
--Le pedí a Naruto tu mano en matrimonio.
El rostro de la rubia Yamanaka quedó completamente estupefacto. Pensó que estar al lado del hombre que amaba era suficiente felicidad, pero ahora había descubierto que aquello le producía un sentimiento aún más intenso y profundo. ¿Qué podía ser mejor que la felicidad? No tenía idea, lo único que sabía era que cualquiera que fuera el nombre, era exactamente eso lo que estaba experimentando en esos momentos.
--Sé que no puedo ofrecerte la boda que quizás hubieras soñado pero...
No pudo continuar porque la muchacha había saltado a sus brazos una vez más, pero esta vez sollozando fuertemente. Lloraba a viva voz y secaba torpemente sus ojos con el dorso de sus manos, como una niña pequeña, causando ternura en el hombre que la sostenía.
--No llores, hermosa, que todavía no he hecho la pregunta-- le sonrió y secó el húmedo rostro de Ino con sus besos.
Cuando vio que se encontraba lo suficientemente calmada como para no tener que sostenerla, se separó de ella, la miró a los ojos y le pronunció las palabras que ella siempre soñó oír.
--Ino. Mi amor por ti es tan grande que fui capaz de arriesgar mi vida con tal de verte, y estoy seguro que no dudaría en volver a hacerlo si con eso puedo estar a tu lado una vez más-- la joven temblaba al escuchar sus palabras --Hoy que ya nada nos impide estar juntos, agradezco tenerte conmigo, porque podré darte toda la felicidad que mereces y todo el amor que mis fuerzas alcancen a ofrecer-- Shikamaru se hincó sobre una rodilla y tomó sus delicadas manos entre las suyas --Sé que no tengo mucho que ofrecer además de un amor puro y sincero, así que si estás dispuesta a caminar al lado de un simple hombre enamorado que daría todo por ti te pregunto ¿Quieres casarte conmigo?
Ino lloró nuevamente pero estas vez sus lágrimas rodaban por sus mejillas y caían al suelo, pues Shikamaru no soltaba sus manos, impidiendo así que ella cubriera su rostro lleno de emociones.
--¡Sí! ¡Acepto, mi vida!-- exclamó y se abrazaron, alternando las caricias con suaves besos llenos de ternura y amor.
No había anillo de compromiso, no habían planes de una ostentosa celebración ni un provenir opulento y acaudalado; sin embargo, nada de eso hacía falta. Su amor era suficiente para llenarlos de felicidad.
[...]
Era de día y los dos enamorados paseaban de la mano por los sinuosos caminos de la hacienda como todos los días. Ya había pasado una semana desde la llegada de Ino y se les había hecho costumbre deambular por los alrededores. Durante todo el tiempo que había estado trabajando en ese lugar siempre trató de mantener su vida privada al margen, solo Sasuke y Juugo conocían su más grande secreto. Ahora que la mujer de su vida se encontraba a su lado, poco o nada le importaba el qué dirán. Amaba tener la libertad de tomarla de la mano, juguetear inocentemente y reír con ella. Evidentemente las miradas y murmuraciones no se hicieron esperar. Algunos sabían quién era Ino y a qué familia pertenecía, otros simplemente deducían su noble cuna por su apariencia delicada y fina. De cualquier modo no podían concebir la idea de que él, un hombre común y corriente como ellos, tuviera la osadía de relacionarse con una noble. Más que envidia y desagrado era la sorpresa y curiosidad de saber cómo había logrado enamorar a una mujer de tales características. Hasta Suigetsu se quedó con la boca abierta cuando los vio juntos. Claramente tuvo que contarle toda la historia, que en lugar de tranquilizarlo, hizo que crecieran sus ansias por saber más.
Flashback
--¡¿Entonces tú y ella están realmente juntos?!
--Que sí, Suigetsu.
--¡Con razón no te interesaba ninguna otra mujer! Ahora por fin puedo entenderlo. Con una muchacha así ¡cualquiera se vuelve ciego ante los encantos de otra! Jajajaja.
--Qué quieres que te diga. Desde que la conocí solo tuve ojos para ella.
--Pobre Temari, debe estar destrozada. ¿Te fijaste cómo los mira cada vez que los ve juntos? No creo que quiera volver el próximo año.
--No tengo interés en saber si nos mira o no. Ni me había dado cuenta que nos veía.
--Pues sí. Oye, ¿recuerdas cuando pensábamos que quizás tenías gustos raros?-- dijo echándose a reír estrepitosamente --¡Ya hasta creíamos que te gustaba alguno de nosotros! JAJAJAJAJA.
--Ni me lo recuerdes, tarado-- bufó divertido.
--Bueno, bueno, al menos ya todo quedó aclarado-- palmeó la espalda de su amigo --Por cierto, si ustedes están juntos, eso la convierte en la prometida de mi amigo, así que puedo decirle "Ino", ¿verdad?-- preguntó con ilusión.
--Claro. A ella no le gustan las formalidades.
--Oh-- sus ojos brillaron de emoción al saber que por primera vez en su vida tutearía a una noble, y no a cualquier noble, sino una de cuna, hija de un conde.
Inesperadamente, Suigetsu adoptó un semblante más curioso.
--¿Y entonces qué? Se casarán, ¿no? ¿A dónde se irán? ¿Vivirán aquí? ¿Seguirás trabajando con nosotros? ¿Se mudarán? ¿Vendrás a visitarnos?
El pobre Shikamaru fue bombardeado con miles de preguntas. Respiró profundo y con toda la paciencia que poseía, empezó a aclarar cada una de sus interrogantes.
Fin del flashback
--¿Qué tal, papá? ¿Todo bien por aquí?
--Ah, hola, hijo. Señorita Ino-- saludó.
--Me parece que ya va siendo hora de que me llame por mi nombre, Shikaku.
--Creo que las viejas costumbres son difíciles de quitar-- rió.
--¡Hola, amigos!-- gritó Suigetsu con los brazos abiertos, ganándose un coscorrón por parte de Juugo.
--Te dije que trataras con respeto a la señorita, cabeza de aire.
--Pero Shikamaru me dijo que podía-- lloriqueaba cómicamente.
--No reprendas a Suigetsu, Juugo. Todos pueden llamarme por mi nombre. A decir verdad, lo prefiero así-- dijo con una sonrisa incómoda.
--¿Ya ves?-- encaró el joven de cabellos blancos ganándose una mirada rígida por parte del hombre de cabellos naranjas.
--¿Y cómo te has sentido, papá? ¿Estás cómodo?-- Shikamaru intentó cambiar de tema.
--Sí, hijo. A decir verdad, ya extrañaba trabajar con caballos-- dijo acariciando a uno de ellos.
--Tu padre es muy bueno, Shikamaru. Es de gran ayuda aquí en la hacienda-- afirmó Juugo --Además el jefe me encomendó instruirlo así como a ti. Ya que tú te irás pronto, Shikaku será quien me ayude de ahora en adelante-- apoyó una de sus manos en el hombro del Nara mayor con aprecio.
--Oh, por cierto. Hablé con Sasuke y me dijo que además de mi sueldo tendré días libres. Eso quiere decir que podré ir a visitarte de vez en cuando-- agregó contento el mayor.
--Me alegra saber eso, papá. Sasuke es un hombre justo, ten por seguro que cumplirá su palabra.
--Hablando de día libre, mañana estarán desocupados, ¿cierto?-- preguntó Ino recibiendo una respuesta afirmativa de los presentes --Sé que Shikaku estará con nosotros pero me gustaría que ustedes también estuvieran presentes en nuestro matrimonio-- dijo dirigiéndose a Juugo y Suigetsu --En realidad será algo muy sencillo pero igual quisiera que nos acompañaran. Sé que Shikamaru opina lo mismo, ¿verdad, cariño?
El joven Nara asintió por inercia, pues en lugar de prestar atención, quedó embelesado por la manera en que ella se dirigió a él.
--Será un honor, señorita Ino-- agradeció el capataz.
--¡Cuenten conmigo!-- exclamó Suigetsu abrazando a los novios.
22/06/21
Awww😍 les traje algo de miel en este capítulo. Espero que les haya gustado. 😊
Los quiero💌
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