REVELANDO MIS SENTIMIENTOS
A pesar de que Sai había intentado subyugarla con sus actitudes grotescas, no pudo lograr su cometido por la llegada de su tía, y si bien había intentado amenazarla con contarle a su padre de su fuga repentina, ella le dijo que haría un escándalo mostrando los moretones que seguro se formarían luego de su trato brusco al sacudirla. En realidad no pensó que su padre creyera tal cosa, pero al menos servía para asustar a su novio. Por otro lado, no tuvo que preocuparse porque su tía abriera la boca, ya que luego de hablar con Sai, él mismo en persona le pidió que guardara el secreto.
Varios días después de comportamiento impecable, tuvo la brillante idea de solicitar el permiso de su padre para volver a dedicarse a la pintura. Le dijo que necesitaba mayor inspiración y que le gustaría ir al bosque a hacerlo. Su padre se negó pero Ino le dijo que esta vez llevaría a su sierva consigo para que la mantuviera vigilada. Inoichi sabía que Hinata era amiga de Ino, pero a pesar de eso, siempre había demostrado mayor lealtad hacia la familia antes que a los caprichos de su hija (o al menos eso creía él), así que confiaba en que la sierva le informaría de cualquier locura que a Ino se le cruzara por la cabeza. Tampoco es que tuviera mucha opción, pues de lo contrario, le esperaría un castigo muy severo.
--¿Está segura de eso, mi señora?-- preguntó asustada.
--Claro que sí, Hinata. Mi padre no se dará cuenta si no abres la boca.
--¡Pe-pero si nos descubré la castigará de por vida a usted y a mí me matará!-- chillaba temblando de miedo.
--No te preocupes, por eso, Hinata. Tengo todo bajo control-- la calmó --ahora recuerda: fuimos juntas al bosque mientras me ayudabas a cargar mis herramientas. Llegamos a un claro y estuvimos ahí hasta que casi se puso el sol, al regresar vimos ese lago que tienes en frente-- señaló una gran lago que había por ahí --y sin querer solté la pintura malográndolo todo. ¿De acuerdo? Así no sospecharán cuando lleve un cuadro deforme y manchado.
--¿Y de dónde sacaremos ese cuadro, mi señora?
--¡Lo pintarás tú!-- repuso mientras Hinata hacía una mueca de horror. --¡Es el plan perfecto! Si tú pintas un cuadro es evidente que no lo hice yo, pero si está remojado y corrido por el agua nadie notará que tú lo hiciste-- dijo levantando el dedo índice presumiendo su gran idea.
Hinata no terminaba de convencerse, pero siempre estaba dispuesta a ayudar a su señora aunque a veces eso le costara su propia cabeza. En muchas ocasiones Ino fue mucho más que una noble a quien servir. A pesar de la diferencia que había entre ellas, Ino siempre se mostró amable brindándole su amistad incondicional y eso era algo que Hinata atesoraría por siempre.
--E-está bien. Pero si yo pintaré el cuadro, ¿qué hará usted? ¿A dónde irá?
--Bu-bueno...-- agachó el rostro tímidamente --yo tengo que hacer algunas cosas por aquí.
--Y si usted se va, ¿qué haré yo?-- preguntó confundida.
--Tú pintarás el cuadro y luego... luego eres libre de hacer lo que quieras. Tómalo como un día libre.
--Oh... e-está bien.
--Bien. Ahora dame esa bolsa para cambiarme. Necesito deshacerme de estos vestidos-- finalizó.
Una vez librada de los cuestionamientos de Hinata, se quitó el lujoso vestido que portaba y lo cambió por uno más modesto, luego salió corriendo en dirección a la parte del bosque que colindaba con las praderas donde Shikamaru solía estar.
Mientras caminaba en esa dirección, su corazón palpitaba de emoción al saber que vería nuevamente a su modesto y valiente caballero. Le intrigaba saber cómo estaría su brazo y el pequeño polluelo, pero más que todo, quería saber qué sensación experimentaría al verlo luego de casi dos semanas en que no dejó de pensar en él. ¿Acaso confirmaría sus sentimientos al verlo? ¿O por el contrario se daría cuenta que todo fue solo una ensoñación en la que idealizó en él a su hombre ideal?
Llegó al lugar donde hace dos semanas Shikamaru la había salvado. Buscó entre los árboles y espesos matorrales sin éxito alguno. Caminó un poco más y escuchó el balido de un rebaño proveniente de las praderas del este. Corrió con emoción y vio al joven Shikamaru manejando un cayado mientras arreaba a sus animales.
--¡Hola!-- expresó con una alegría desbordante.
Shikamaru elevó la vista al escuchar una voz femenina que se dirigía a él. La muchacha corría en su dirección agitando una mano. Dándole breve un vistazo sin importancia volvió sus ojos a sus animales para continuar con sus labores.
--¡Hola, Shikamaru! ¿Cómo has estado?-- volvió a decir, esta vez frente a él.
--Hola-- respondió fríamente sin darle mayor importancia a la mujer.
Ino retrocedió unos pasos al darse cuenta de su actitud tan esquiva. Analizando la situación pensó que el joven debía estar molesto por faltar a su promesa: Habían acordado que se volverían a ver. En realidad no dijeron cuándo, pero era lógico que debía ser pronto, pues de esa manera ambos estarían pendientes del progreso del pequeño polluelo que recogieron ese día y charlarían como lo habían prometido.
--Eh... perdona... yo sé que prometí que nos volveríamos a ver pero se me presentaron unos pequeños inconvenientes y no pude venir-- se disculpó.
--Claro, pequeños inconvenientes. Habría que ver de qué tamaño son esos "pequeños" inconvenientes-- pensó para sí mismo. --No t... se preocupe-- se corrigió recordando que hablaba con la mismísima hija del conde. --Ahora si me permite, tengo actividades que me faltan por hacer. Permiso-- le dijo alejándose de ella y haciendo movimientos extraños con su cayado para ordenar a sus corderos y retirarse del lugar.
--¡Espera, Shikamaru!-- exclamó sorprendida por la actitud del joven.
--Ya le dije que tengo cosas que hacer, señorita.
--Pe-pero vuelve, espera-- decía mientras caminaba tras él --Creo que ya te había dicho que me trataras de tú, ¿verdad? ¿Qué es esa formalidad tan repentina? Sé que no cumplí con mi parte del trato pero al menos déjame remediarlo.
Shikamaru se detuvo. --Si no quiere que la trate así, dígame usted ¿cómo se le debería hablar a la hija del conde?-- preguntó mirándola a los ojos. Al ver el rostro sorprendido de la muchacha se giró y siguió su camino cuesta abajo.
--¡¿Quién te dijo eso?!
--Eso no importa, pero supongo que no intentará negarlo, ¿o sí?
--Yo... yo no...
--Eso imaginé. Ahora le ruego que me deje seguir con mi vida y usted siga con la suya, que ya bastante se debe haber divertido jugando a la doncella pobre y desvalida.
--¿Qué? ¿De qué hablas, Shikamaru?-- preguntó confundida. Shikamaru se mantuvo en silencio arreando sus ovejas mientras ignoraba su presencia. --No sé qué ideas hayan cruzado por tu cabeza pero déjame decirte que estás muy equivocado.
Shikamaru se detuvo nuevamente para soltar todo aquello que había estado articulando en su cabeza todos esos días.
--No entiendo cuál es ese afán de ustedes los ricos para divertirse a costa de gente pobre como nosotros. Son tan poderosos que les entretiene tener el control de seres inferiores a ustedes, ¿no es cierto? Disfrutan sabiendo que pueden hacer lo que quieran y juegan con las vidas de otros cuando a veces ni siquiera pueden controlar las suyas.
--Vamos, no te detengas. Si quieres decirme algo en mi cara, anda, dilo sin rodeos-- lo enfrentó.
--Yo te brindé, ¡perdón su majestad!-- exageró haciendo una reverencia --LE brindé mi amistad pensando que usted era una joven humilde y de buen corazón. Me dejé llevar por su sencillez y dulzura cuando en realidad solo me estaba utilizando para hacer su juego más divertido, ¿verdad? Claro, me hago la pobre e indefensa doncella y me visto como una para ver a un plebeyo arrastrarse por mí y así entretenerme un rato-- soltó con desprecio. --¡Si está tan cansada de sus tardes de té o de chismear con sus amigas, encuentre otro pasatiempo y deje a la gente humilde y honesta como nosotros en paz! A nosotros nos cuesta conseguir el pan de cada día, trabajamos de sol a sol para sobrevivir, no estamos para ser utilizados como juguetitos de niñas ricas.
Todas esas palabras salieron desde lo más profundo de su herido corazón. Cuando la conoció había quedado prendado de su belleza, bondad y sencillez que llegó a pensar que era la mujer de su vida, la indicada, aquella con la que le gustaría compartir sus días. Cuando Chouji le reveló su verdadera identidad se sintió estúpido, traicionado y un profundo dolor se alojó en su pecho al pensar que ella solo jugó con sus sentimientos, que lo encandiló por diversión sabiendo que tenía una vida plena llena de lujos y además que estaba comprometida en matrimonio con un hombre, aunque patán, pero un noble de buen apellido como ella. ¿Qué era un simple hombre del campo comparado con aquel señorito? No era nada. Probablemente ella pensara lo mismo y por eso lo escogió como parte de su divertida aventura.
--¡Las cosas no son así, Shikamaru!
Una vez más él hizo caso omiso a su presencia y siguió descendiendo. Ya podía ver su casa a lo lejos, así que dejaría que siga hablando sola hasta el cansancio y cuando llegara a su puerta se la cerraría en la cara y seguro ella se iría ofendida y no tendría que verla nunca más.
Ino no sabía qué hacer para que el joven pudiera oírla, y lo que era aún más difícil, hacerle entender que toda esa película que se había montado era falsa. Intentaba colocarse delante de él pero Shikamaru continuaba ignorándola y seguía descendiendo. Intentó tomarlo de la camisa pero ni aún así volteaba a verla. Para ella era muy importante que él pudiera escucharla y comprender su versión de los hechos, pues al volver a verlo pudo reconocer que el modesto joven realmente le había robado el corazón. Su simpleza le había mostrado que ella no necesitaba de grandes lujos, vestidos finos, joyas caras ni hombres de traje y corbata para ser feliz. Ella amaba las cosas sencillas tal y como él, su único defecto era haber nacido en un mundo totalmente diferente al suyo.
En un último recurso desesperado usó lo único que tenía a su alcance, haciendo que su corazón dejara aflorar sus sentimientos y su decoro de dama de la alta nobleza quedara pisoteado.
Lo tomó fuertemente de los brazos haciendo que este girara a verla con una mirada desaprobatoria. Shikamaru no tuvo tiempo de deshacerse de ella ni reaccionar pues la joven se había acercado a sus labios con brusquedad, forzando un beso inesperado.
Shikamaru sintió algo revolverse en su estómago haciéndolo sentir tan nervioso como sorprendido. La muchacha tenía los ojos apretados mientras él miraba con sorpresa lo sucedido. De pronto ella suavizó su agarre y él cerró los ojos disfrutando de la nueva sensación que empezaba a descubrir. Siendo un hombre honesto y de buenos valores nunca pensó en entretenerse a costa de mujeres, así que ese beso significaba una experiencia tan nueva para él como lo era para la pudorosa y educada Ino, quien a pesar de tener novio, nunca permitió ser besada en los labios, únicamente en el dorso de la mano.
Poco a poco Shikamaru tomó conciencia de lo que estaba sucediendo y se sobresaltó al pensar que aunque haya sido Ino quien lo besó, de igual manera estaba faltándole el respeto a ella y a su familia. Besar era algo tan delicado que solo podía compartirse con la persona a quien se uniría en matrimonio o al menos con quien tuviera un compromiso, no era un tema que se tomara a la ligera.
Temió romper el momento de forma brusca, así que lentamente separó sus labios de los de ella y la abrazó suavemente. Al hacerlo pudo notar que la muchacha había empezado a llorar en su regazo.
--Claro, debe estar arrepentida-- pensó con tristeza. --Sé que no es correcto lo que acaba de hacer pero yo asumo la responsabilidad por corresponderle. Perdone mi atrevimiento-- se separó de ella y ofreció una reverencia a modo de disculpa.
Ino lo vio con ojos llorosos --¡Eres un tonto!-- lo golpeó con suavidad en la cabeza. Shikamaru se levantó contrariado al ver la reacción de la joven. --¿Acaso no te das cuenta que te quiero?
03/05/21
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