PERDÓN
Al ver que su marido demoraba en la planta baja, decidió salir de su habitación para ver quién había tocado la puerta. Tomó el pequeño vaso de vidrio que siempre dejaba en su velador por si le daba sed en la madrugada y descendió con él.
Bajaba por las escaleras y se alegró al descubrir la voz de Naruto; sin embargo, al escuchar las últimas palabras de su primo, se quedó inmóvil y soltó el vaso de la impresión, haciendo que los dos hombres que descansaban en la sala voltearan a verla asustados.
--¡Mi amor! ¡¿Estás bien?!-- dijo preocupado corriendo hacia ella. miró hacia abajo. Felizmente ella se encontraba un escalón antes del suelo. De no ser así, todo el vidrio hubiera salpicado en sus pies.
--Yo lo limpio. Ayuda a Ino a tomar asiento-- se ofreció Naruto al ver a su prima en estado de shock.
Shikamaru tomó a su esposa de las manos y la ayudó a descender con cuidado para no pisar los restos filosos. Una vez lejos de los escalones, la rodeó con un brazo mientras seguía sosteniendo sus manos entre la suya. La sentó en el sofá y acomodó sus cabellos que todavía se encontraban desordenados debido a la noche de sueño.
--Toma-- el rubio le ofreció un vaso con agua a su prima.
--¿Es cierto?-- preguntó con los ojos llorosos saliendo de su estado catatónico --¿Mi padre morirá?
--Los doctores dijeron que está muy enfermo, al parecer es una enfermedad incurable-- Ino tomó un sorbo de agua para intentar tragar el gran nudo que se le había formado en la garganta. --Perdóname, Ino. No quería que te enteraras así. Vine a hablar contigo pero no imaginé que las cosas saldrían de esta manera. En verdad lo siento-- se lamentaba el rubio. Le aterraba provocar una catástrofe, peor aún sabiendo que ella estaba embarazada.
--No es tu culpa, Naruto. Fue un accidente-- intentó minimizar la culpa que seguro sentía su amigo.
--¿Y ya lo vieron varios médicos? ¿Han recibido varios diagnósticos? ¿No hay algo que se pueda hacer? Llevarlo al extranjero, no sé-- decía la rubia temblando.
--Ya se intentó todo, Ino. En realidad mi tío enfermó hace más de dos años atrás, pero al parecer él nunca comentó a nadie sobre su enfermedad. Estuvo tratando sus dolores y malestares a escondidas de la familia. Tú sabes cómo es de orgulloso. Finalmente cuando todo se supo ya era demasiado tarde...-- el volumen de su voz iba descendiendo con cada palabra.
--¿Y có-cómo está ahora? ¿Todavía...-- temió preguntar. No sabía cómo estaría realmente su padre.
--Está en cama, pero se le ve estable. Todavía puede hablar pero tiene asistencia médica en todo momento.
--Debemos ir a ver a tu padre, cariño-- frotó la espalda de su mujer.
--Mi tío nunca dejó de preguntar por ti-- agregó Naruto --Te buscó por casi tres años, supongo que justo hasta el momento en que enfermó. Mi madre me dijo que él se arrepentía por haber aceptado un compromiso que sabía que tú no querías, y que sentía tener la culpa de tu desaparición. Nunca hallaron tu cuerpo, así que siempre mantuvo la esperanza de que estuvieras viva en algún lugar.
--Sí, Sasuke y Sakura nos contaron que la estuvieron buscando pero sabíamos que no podíamos cercarnos-- dijo Shikamaru --Aunque me alegra que Inoichi haya recapacitado en cuanto a sus errores.
--Mi madre dice que parece muy afligido; que incluso ahora en su lecho no deja de repetir tu nombre-- le dijo a su prima, quien mantenía la mirada perdida en un punto fijo.
--¿Y qué dices, Ino? ¿Deseas que vayamos a ver a tu padre?-- preguntó una vez más.
--Creo que es momento de volver-- susurró.
[...]
--¿Está seguro de que quieres venir conmigo, querido? Sé que es un viaje algo largo pero no tendría ningún problema en hacerlo, además Naruto irá conmigo.
--No, Ino. Yo soy tu esposo, padre del hijo que llevas en tu vientre. No podría dejarte sola en algo como esto, peor aún sabiendo que si sucediera algo yo no podría estar junto a ti para ayudarte.
--Pero ¿y Shikadai? Es pequeño aún para hacer un viaje como este.
--Pues lo haremos. Lo haremos todos juntos como la familia que somos-- expresó con firmeza -- A esta hora Naruto ya se debe encontrar en casa de Sasuke, así que nosotros partiremos en menos de una hora, pasaremos por la casa de Sasuke y ambos viajaremos junto a la carroza de Naruto hasta llegar a la Villa de la Hoja. Shikadai y yo te esperaremos en mi casa del campo y tú irás a ver a tu padre.
--Está bien-- respondió, estando de acuerdo con su marido.
Empezaron a alistar sus maletas. Su primogénito se encontraba desayunando en la planta baja sin tener idea de los planes de sus padres. Debido a las circunstancias en las que se dio su matrimonio, jamás le contaron a Shikadai sobre la existencia de su abuelo materno. En ocasiones su curiosidad infantil le hacía preguntar sobre su paradero, pero ellos habían sabido sortear bien esas situaciones. En ese momento no sabían cómo abordarían un tema tan delicado, pero no había tiempo para pensar en ello. La vida de Inoichi se estaba agotando y lo único que Ino deseaba era ver aunque sea una vez más a su padre.
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Pasaron por la gran hacienda de Sasuke durante la tarde, aún así, nada los detuvo. La carroza de Naruto se encontraba lista para partir, así que junto al carruaje de los esposos, emprendieron nuevamente el camino hacia la Villa de la Hoja.
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Ya había amanecido cuando empezaron a ver los distintivos campos verdes que evidenciaban la cercanía a su destino. Cuando pasaron por el pueblo, Shikamaru se detuvo unos minutos frente a la tienda de Chouji para asegurarse si, tal y como decía su carta, él ya se había hecho cargo de limpiar y ordenar su antigua casa justo antes de su llegada. Al recibir la confirmación de su amigo, no perdió más tiempo y siguió su camino por los campos hasta llegar a la pequeña casa de madera que tantos recuerdos le traía. La pequeña familia ingresó al lugar mientras Naruto detuvo su carroza justo en frente de la casa, esperando que Ino saliera para llevarla con el conde.
--¿Seguro que quieres quedarte aquí? Si hemos venido juntos sería bueno que los presente con mi padre. Ustedes son mi familia y me gustaría que al menos tuviera la oportunidad de conocerlos apropiadamente.
--Mi vida-- le acarició sus mejillas con el dorso de su mano --sé que esto es importante para ti pero no creo que tu padre me acepte. Aunque esté enfermo, hay viejos ideales que son difíciles de arrancar de la mente de ciertas personas.
--Pero Naruto dijo que está arrepentido-- intentó convencerlo.
--Inoichi está arrepentido de haber condenado a su hija a un compromiso en contra de su voluntad; está arrepentido porque eso te orilló al autoexilio. ¿No te das cuenta? Él lamenta haberte herido, pero dudo mucho que lamente haberme perseguido e intentado matar. Para tu padre yo siempre seré un plebeyo sin apellido que intentó seducir a su hija. Si se entera que te fuiste conmigo, no tengo idea de cuál sería su reacción. Peor aún si viera a nuestro hijo, no sé si al menos se dignaría a aceptarlo como de su sangre.
--Si Shikadai se entera que su abuelo está vivo, va a querer conocerlo. Y si mi padre lo rechaza herirá sus sentimientos...
Parecía que sus pensamientos se expresaban en voz alta sin que tuviera conciencia de ello, pero era cierto. Shikadai era un niño muy dulce, sensible y cariñoso, que creció en un hogar amoroso, feliz y rodeado de gente que lo quiere. Por otro lado conocía a su padre tanto como para saber lo cruel que podía llegar a ser. No podía siquiera imaginar lo que le diría a su pequeño si se enterara que era hijo de ambos. ¿Y si se enteraba que estaba embarazada de un segundo niño? Tampoco podía sacar de su mente los desplantes y malos tratos que tuvo hacia ella cuando lo desobedecía. ¿Acaso sería igual si le contaba de su estado? ¿Acaso su visita se convertiría en una reunión de reclamos, amenazas y quejas? No tenía idea de cuán arrepentido estaría su padre, pero era mejor prevenir.
--Ve tú, cariño. Nosotros esperaremos aquí. De paso le enseñaré a nuestro hijo algunas cosas que yo solía hacer de niño-- sonrió acariciando su rostro, fijando su mirada en la de ella para transmitirle esa confianza que solo los dos podían tener.
--Está bien. Volveré pronto con noticias-- se despidió de su marido y besó el rostro de su hijo, quien yacía dormido sobre la cama que en su momento le perteneció a Shikamaru.
[...]
La carroza recorrió los amplios bosques que Ino conocía muy bien. Su corazón latía con fuerza al acercarse cada vez más a la entrada de lo que toda su vida había sido su hogar. Al llegar se detuvieron, descendió del carruaje y ante la atenta mirada de los guardias que la reconocían, ingresó junto a su primo, sin decir una palabra.
Tocaron las grandes puertas del salón principal y un rostro conocido la recibió.
--¡¡MI SEÑORA!!-- exclamó casi sin creérselo. Sus ojos se abrieron, su rostro se volvió pálido, como si viera a un fantasma.
Por la seguridad de Ino, habían decidido que ninguna persona de la mansión conocería el paradero de la joven Yamanaka. No querían correr el riesgo de que algún chuchicheo o rumor pudiera ser oído por el conde o su familia y así echar por la borda todo el esfuerzo. En su momento, Shikamaru había tranquilizado a Hinata diciendo que Ino estaría con él, pero eso era todo lo que sabía. Ella se lo había contado a Kiba y a Choza, pero el tema había muerto ahí, con la permanente incógnita de saber dónde estaría y si algún día la volverían a ver.
--¿Dónde está mi padre?
--E-está en sus aposentos, mi señora.
--Bien-- respondió y se dispuso a subir las escaleras junto a su primo.
--¡HEY! ¡¿A DÓNDE CREES QUE VAS, SALVAJE?!-- escuchó y sintió un tirón en el brazo que fue rápidamente detenido por Naruto.
--Vengo a ver a mi padre.
--Tú no tienes derecho a poner un pie aquí. ¿Acaso ya lo olvidaste? Tú huiste dejando atrás a MI padre, así que ahora no vengas dándote golpes de pecho simplemente por remordimiento.
--No me interesa lo que digas, Deidara. ¡Él también es mi padre!
--Hubieras pensado en eso cuando escapaste. Oh, claro. Ya entiendo-- sonrió con ironía --vienes porque sabes que está muriendo y quieres asegurar tu título de condesa, ¿verdad?
--¡¿QUÉ?!-- gritó indignada.
--¡Ya basta, Deidara!-- intervino Naruto sabiendo que su prima no estaba en condiciones de tener más emociones fuertes --Ella solo vino a ver a mi tío. Sabes muy bien que él ha estado llamándola sin cesar, así que en lugar de ponerte a hacer una rabieta, ayuda a que tu padre se sienta mejor dejando que vea a su hija.
Al escuchar las palabras del mayor, el joven Yamakana se quedó en silencio, momento que Ino aprovechó para seguir subiendo por las escaleras y dirigirse al dormitorio de su padre.
--Digan lo que quieran, pero ella solo está aquí porque quiere robarme el título de mi padre-- refunfuñó entre dientes.
--Deidara, ella no tiene que robarte nada porque es a ella a quien verdaderamente le pertenece ese título. Eso lo has sabido siempre-- respondió con serenidad.
.
--Adelante-- respondió una voz femenina al escuchar dos toques.
Ino abrió lentamente la puerta y vio el asombrado rostro de su tía, quien la miraba boquiabierta. Al parecer Naruto no le había contado nada aún, así que su sorpresa era la misma que sintieron todos a su paso. Tsunade se puso de pie y se acercó a la entrada de la habitación antes de que la joven ingresara.
--¿Qué haces aquí?
--Vine a ver a mi padre. Naruto me dijo que está muy mal.
--¿Naruto? Ese muchacho me va a escuchar...-- dijo entre dientes al descubrir que aparentemente su hijo sabía muchas cosas que ella ignoraba.
--¿Quién es, Tsunade?-- se escuchó una débil voz desde la cama.
Tsunade se tomó del puente de la nariz intentando hacer acopio de toda su paciencia y serenidad. Ya dejaría para después la conversación que tendría con su sobrina y su hijo. Ahora debía dejarla entrar para calmar en algo la angustia de su hermano.
--Alguien vino a verte, Inoichi. Yo... yo los dejaré solos-- diciendo esto salió.
--¿Quién es?-- dijo el hombre. Aunque podía hablar, al parecer se encontraba postrado sin casi poder moverse, pues en lugar de hacer el intento de levantar la cabeza, solo llamaba para que quien sea que fuere se presentara ante él.
--Soy yo, padre.
--¿Ino?-- preguntó casi sin poder creerlo --¿Eres tú, princesa?
--Aquí estoy, papá-- se acercó a él y tomó una de sus manos.
--Mi pequeña-- sus ojos se aguaron y su rostro se comprimió en una mueca de dolor. --Te he buscado por tanto tiempo, hija. Mandé a los mejores soldados en tu búsqueda, fuimos a tierras lejanas y nada. ¿Dónde estuviste todo este tiempo, mi niña?-- empezó a llorar sin parar.
--Eso ya no importa, padre-- le sonrió intentando cambiar de tema. No quería ahondar en ello porque no estaba segura si su padre podría soportar toda la verdad, o si la aceptaría --Ahora estoy aquí por usted.
--Lo sé. Lo sé y siento mucho que hayas tenido que huir por mi culpa, Ino. Sé que no querías comprometerte con Sai y aún así te obligué.
--Muchas parejas se casan si amor, padre. Usted solo pensó que era lo mejor para mí -- trató de consolarlo aunque no estuviera muy convencida de sus palabras --Lo que usted no sabía era que él no era... una buena persona.
--Yo lo sabía, hija. Lo sabía-- se lamentó con los ojos cerrados.
--¿A qué se refiere?-- Ino frunció el ceño sin comprender exactamente lo que su padre decía.
--Yo sabía que Sai no te trataba bien. Una vez lo oí gritándote durante una de sus tardes de té, cuando aún venía a cortejarte. Vi que te llamó la atención porque tú no lo obedecías. En otra ocasión supe que tiró de ti con fuerza porque habías escapado. Lo oí como un rumor entre los pasillos, pero creí que él tenía razón. Tú siempre fuiste rebelde y yo ya no sabía qué hacer para corregirte. Pensé que tu futuro marido podría enderezar tu comportamiento y si para eso necesitabas mano dura... estaba en sus manos hacerlo.
--Padre...-- estaba indignada. Nunca pensó que su padre estuviera al tanto de todo y aún así la obligara a casarse con ese monstruo. De pronto recordó las palabras que su progenitor había pronunciado muchos años atrás.
¡No cuestiones mis decisiones, Deidara! Ino va a ser la siguiente condesa de la Villa de la Hoja, le guste o no. Así que o se endereza ahora, o su marido se encargará de hacerlo al costo que sea.
--Perdóname, hija-- lloraba nuevamente --Yo solo quería que fueras una gran dama como tu tía Tsunade; fina, correcta, educada, de buena posición, buena familia y buenas relaciones. Así podrías heredar mi título con honor.
--Si tanto le preocupaba el hecho de dejar un buen legado, ¿por qué no lo heredó a Deidara, padre? Él siempre se ajustó más a sus principios. Yo... yo siempre fue una rebelde...
--Pero tú eres mi primera hija, Ino. Sé que como primer varón, Deidara también podría acceder a mi posición sin problemas pero mi deseo siempre fue que seas tú quien ocupe mi lugar...
--¿Pero por qué yo, padre?
Inoichi empezó a toser. Al parecer el aire no llegaba correctamente a sus pulmones porque su respiración se volvió más agitada.
--No se desespere, padre. Déjeme llamar al médico.
--N-no, Ino... ven conmigo... no te vayas...--- sujetó débilmente la mano de su hija haciendo que esta se volviera a sentar a su lado. --Tú... tú me recuerdas tanto a tu madre-- sonrió con tristeza --Cada vez que veo tu rostro siento que estoy viendo el suyo...-- tomó una de sus mejillas con su diestra --Ay, mi linda condesa...-- suspiró recordando a su viejo amor --la amé tanto, ¿sabes? Sufrí con su partida, pero cuando te vi crecer, supe que tú tendrías que ser su sucesora. Eres igual a ella. Hermosa, dulce, agradable con los demás. Yo solo intentaba pulir tus actitudes pero me equivoqué. Perdóname...
--Ya está todo perdonado, padre. Ahora solo descanse y trate de tranquilizarse.
--Sabes que no me queda mucho tiempo, hija-- empezó a susurrar. Ya no tenía la fuerza necesaria para emitir una voz normal y el aire cada vez era menor.
--Aún así yo estaré a su lado-- dijo con el rostro compungido.
--M-mi niña...-- acarició nuevamente el rostro de la joven --Pro... prométeme que... que serás tú quien... me suceda.
--Lo prometo, padre mío...-- lágrimas empezaban a descender por su rostro sabiendo que esas podrían ser sus últimas palabras.
--También...-- una tos interrumpió su pequeño discurso. Sintió que se ahogaba pero no quería irse sin pronunciar sus últimas palabras --Quiero que te cases... y que formes... un hogar. Qui-quiero que de tu vientre na... nazca el próximo heredero. ¿Lo prometes?
--Lo prometo, papá-- apretaba los dientes para ahogar su llanto.
Inoichi cerró los ojos sintiendo que la vida se le estaba escapando de a pocos. Ino no sabía si contarle que ella ya tenía una familia. Quizás podría empeorar las cosas, o puede que le diera una última alegría antes de partir.
--Soy... soy feliz, hija. Con tu perdón, puedo irme en paz-- aún manteniendo los ojos cerrados, Ino vio cómo el rostro de su padre se relajó --Solo... m-me hubiera gustado vivir lo suficiente para... para conocer tu descendencia...
En un rápido movimiento, Ino tomó la mano de su padre y la colocó en su vientre. Actuó por mero impulso, pero su corazón le decía que era lo correcto.
--Aquí llevo a su nieto, padre. El segundo. Soy una mujer felizmente casada. Mi primogénito se llama Shikadai y...
Inoichi sintió que su corazón se llenó de calidez. --Shikadai eh...-- fue el último pensamiento que tuvo y lo último que escuchó. Luego de eso sus oídos dejaron de oír, su mente dejó de funcionar y su cuerpo dio el último suspiro antes de partir al más allá.
03/07/21
Con este triste cierre de capítulo empezamos la cuenta regresiva:
... 3
Este es el antepenúltimo capítulo. Ya casi nos despedimos, queridos lectores. Espero que les haya gustado.
¡Los quiero! 💌
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