¿PAPÁ?

El viento soplaba mientras se escuchaba el ruido proveniente de los cascos de los caballos que tiraban de la bella carroza donde viajaban Sasuke y Shikamaru. Haciendo caso a su petición y en un acto de completa solidaridad hacia su amigo, Sasuke había decidido llevar consigo al joven Nara para que pudiera despedirse de su amada. Shikamaru intentó pedirle que intercediera para que el compromiso no se realice, aunque ambos sabían que era imposible. La única solución sería hacer que Ino escapara de su ya trazado destino, pero Sasuke no estaba convencido de que esa idea solucionaría el problema. Si la ayudaba a escapar, se metería en un gran lío y arrastraría con él a Shikamaru quien seguramente sería perseguido por el conde, poniéndole un precio a su cabeza.

El joven Nara iba admirando el paisaje a su alrededor a través de la pequeña ventana del carruaje. Aunque no en las mismas circunstancias, él reconocía aquel camino boscoso que anunciaba la llegada a la Villa de la Hoja, pues todo el trayecto le recordaba aquel recorrido que tuvo que hacer para salvar su vida. Ahora que tenía la posibilidad de volver a su tierra natal, sentía un cosquilleo en su estómago. Mientras más se adentraban en la villa, más recuerdos volvían a él. El pueblo, sus campos, su gente, su buen amigo Chouji, su padre, su amor... todo se encontraba concentrado en el lugar que lo vio nacer.

--Primero iremos a ver a tu padre porque después de la fiesta quizás ya no tendremos tiempo de volver.

El muchacho asintió con una sonrisa en los labios. --Muchas gracias, Sasuke-- dijo en respuesta ante la generosidad de su amigo.

A lo largo de toda su vida había conocido a mucha gente, pero realmente era un grupo bastante selecto y reducido al cual consideraba como verdaderos amigos. Chouji era uno de ellos. Él era ese amigo de la infancia con quien compartió muchos momentos de alegrías y tristezas; era su confidente, su hermano de toda la vida. Luego estaba Kiba, un joven que tuvo la oportunidad de conocer por azares del destino pero que le demostró el verdadero valor de la amistad y lealtad al arriesgar su propio pellejo para salvarlo. Yendo un poco más lejos conoció a Juugo y Suigetsu. Aunque el segundo fuera un huracán de energía que lo sacaba de su propia soledad y melancolía, el primero era un hombre bondadoso y confiable con el que era capaz de sincerarse. Finalmente estaba Sasuke, su jefe y amigo. El lazo que se había formado entre los dos los unió tanto que confiaban el uno en el otro; hablaban de sus problemas e inquietudes y se aconsejaban, ayudándose mutuamente a poner los pies en la tierra cuando era necesario. Sabía que el buen Uchiha tenía un mejor amigo llamado Naruto. Le causaba mucha curiosidad conocerlo, no solamente por ser familiar de Ino, sino porque si era considerado como una persona de confianza para Sasuke, seguro también era un buen hombre.

Poco a poco siguieron avanzando. Cruzaron los grandes campos de la Villa de la Hoja hasta que vislumbraron a lo lejos una pequeña casa de madera que Shikamaru conocía a la perfección, haciendo que se le formara un nudo en la garganta cuando vio a un hombre alimentando sus animales de granja.

[...]

Como todos los días, el atardecer era pacífico. Luego de almorzar salía a darle de comer a sus animales y a conversar un rato con ellos. A pesar de extrañar a su hijo, se había acostumbrado a vivir en soledad. Su único deseo era que donde fuera que haya ido a parar su primogénito, se encontrara bien y a salvo.

Todos los días eran rutinarios, haciendo las mismas actividades una y otra vez sin ninguna novedad, sin embargo, ese día había visto mucho movimiento por el pueblo y cruzando los campos. Al parecer se celebraría el compromiso de Ino Yamanaka y Sai Uchiha. Todos lo comentaban y a su vez todo le hacía revolver es estómago al recordar a Shikamaru.

Shikaku había decidido hacer caso omiso a los comentarios y dedicó su día a realizar sus labores cotidianas. No obstante, esa tarde observó algo fuera de lo común.

Con las manos ocupadas cargando algunos granos para alimentar a sus gallinas vio como una fina carroza bellamente ornamentada con oro, que era tirada por dos caballos guiados por un cochero y un lacayo, se acercaba a su hogar. Por la presuntuosa apariencia parecía ser el carruaje de un gran noble; sin embargo no entendía qué haría una personalidad como esa dirigiéndose a su humilde morada.

El lujoso coche se detuvo frente a su puerta y él se acercó a toda velocidad para tratar de entender lo que sucedía. De pronto vio cómo el lacayo bajó de su puesto y se colocó frente a la puerta de la carroza, abriéndola y dejando bajar de ella a un distinguido hombre de cabellera negra. Poseía un sombrero de copa y un bastón en la mano, además de usar un traje visiblemente fino y un gran abrigo que lo cubría desde los hombros hasta las rodillas. La confusión en el rostro de Shikaku permaneció intacta hasta que vio una segunda silueta bajar del carruaje, haciendo que sus piernas empezaran a temblar.

Shikamaru vestía zapatos de cuero, pantalón color verde oscuro a juego con un chaleco del mismo tono, una cadena de oro que se extendía desde uno de sus botones centrales hacia el bolsillo más próximo; además de una camisa blanca, una corbata labrada con delicados patrones y un abrigo. Su cabello estaba suelto y cuidadosamente peinado hacia atrás haciéndolo lucir elegante y distinguido. Finalmente acompañaba su ostentosa indumentaria con un sombrero de copa que llevaba en una mano mientras que con la otra sostenía un bastón bastante similar al que llevaba el primer caballero.

--¿Hijo?-- expresó dubitativo. Shikaku casi no podía reconocer en aquel joven al hijo que crio en esos campos.

--Papá-- sonrió y se acercó a él para abrazarlo con fuerza.

--Shikamaru, ¡mi hijo querido!-- dijo ahogando su llanto mientras lo oprimía con desespero.

Permanecieron así por un buen rato, intentando expresar su cariño, añoranza y tranquilidad al saber que ambos se encontraban bien. Sasuke por otro lado, permanecía de pie frente al carruaje, observando con alegría la conmovedora escena frente a sus ojos.

--¿Podemos pasar?-- preguntó al soltarlo.

Shikaku lo miró y luego posó sus ojos en el caballero que acompañaba a su hijo. --Cla-claro...-- respondió sintiéndose algo incómodo por la presencia de semejante personaje entrando a su sencilla casa.

--No te preocupes por él, papá. Es un buen amigo-- le susurró a su padre que todavía permanecía a su lado.

Las dos imponentes figuras ingresaron al lugar observándolo todo a su alrededor. El Uchiha lo hacía con verdadera curiosidad al ver el hogar donde creció el Nara y Shikamaru recordando con nostalgia muchos momentos vividos.

--P-por aquí-- ofreció un par de sillas a los recién llegados no sin antes sacudir el traje de su hijo mientras iba caminando. --Creo que te ensucié, Shikamaru-- dijo sin dejar de sacudirlo con la mano.

--No exageres, papá. Estoy bien-- respondió sonriente. Le causaba algo de gracia la actitud de su padre.

--Buenas tardes, señor Nara. Mi nombre es Sasuke Uchiha. Mucho gusto-- extendió la mano con solemnidad.

--¿Uchiha?-- expresó y casi sin pensarlo miró a su hijo con asombro. --Eh... mucho gusto, señor Uchiha. Shikaku Nara, a sus órdenes-- devolvió el apretón de manos intentando disimular su reacción inicial.

--¿Cómo has estado, papá?-- preguntó con verdadero interés --Estuve muy preocupado por ti en todo este tiempo. No sabía si el conde había descubierto que eras mi padre e intentó algo contra ti.

Shikaku miró a su hijo, desvió rápidamente la mirada a Sasuke y volvió a ver a Shikamaru sin saber qué decir.

--No te preocupes, papá. Ya te lo dije, Sasuke es un buen amigo. Él sabe todo lo que pasó.

--Disculpe usted la pregunta pero... ¿acaso es usted parte de los Uchiha de la Villa de la Cascada? ¿Familiar del duque Fugaku Uchiha?

--Así es, señor Nara. Soy el segundo hijo de Fugaku.

Shikaku se sintió inquieto. Aunque su hijo le haya asegurado por segunda vez que el joven era su amigo, no podía evitar pensar que quizás le estuvieran tendiendo una trampa. No sabía cómo se podían haber conocido ni de qué manera el hombre habría convencido a su primogénito de regresar al lugar donde casi lo matan, pero definitivamente algo no cuadraba bien. No veía una explicación lógica para entender por qué ahora Shikamaru decía ser amigo del hermano del prometido de Ino Yamanaka.

--Le pediría que no me juzgue por mi apellido, señor Nara-- agregó el Uchiha viendo la desconfianza marcada en el rostro del hombre --Shikamaru es mi amigo, además uno de mis trabajadores más leales y de mi entera confianza. Sé que su mayor preocupación se debe a que soy hermano de Sai, el joven que se casará con Ino, pero le aseguro que además del apellido, poco o nada tengo que ver con mi hermano menor y con mi padre.

Sentados alrededor de la mesa, Shikamaru empezó a contarle a su padre toda su travesía, las circunstancias que lo llevaron a conocer a Sasuke, su buena voluntad para con él, lo diferente que era el hombre del resto de su familia y todo lo que vivieron mientras se encontraban lejos, en la Villa del Sonido. Luego de toda esa larga charla, Shikaku parecía complacido y sumamente agradecido con el hombre que le salvó la vida a su hijo. Por otro lado, aunque estaba feliz de volver a tener noticias de Shikamaru, no estaba de acuerdo con su decisión de regresar para ver a su amada, y peor aún, teniendo la idea de meterse en su propia mansión a vista y paciencia de todo el mundo.

--Pero es muy arriesgado, hijo. ¿Estás seguro de que quieres hacer eso? Mira que podrías quedarte aquí conmigo mientras el joven señor vuelve para llevarte de regreso.

--No, papá-- respondió con firmeza. --Sé que es difícil para mí volver a verla, y lo que es aún peor, resignarme a perderla... pero al menos quiero tener la oportunidad de estar con ella un poco más. Aunque sea por última vez-- dijo con voz temblorosa parpadeando rápidamente para evitar que sus lágrimas cayeran. Shikaku intentó entender sus motivos, por lo que no insistió más.

Ambos terminaron de intercambiar noticias con respecto a lo sucedido en todo ese año de ausencia. Pronto descubrieron que se hacía tarde para llegar a la mansión Yamanaka, así que padre e hijo se despidieron, no sin antes agradecer una vez más al Uchiha por salvar a Shikamaru y darle una nueva oportunidad de vida.

Ya en el carruaje nuevamente, ambos hombres iban en silencio, cada quien mirando por una ventana. Shikamaru iba con una mezcla de emociones. Estaba feliz por haber podido encontrar a su padre, quien al parecer se encontraba a salvo y en paz, dedicado a las labores domésticas de su hogar. Le dijo que al encontrarse solo, ya no tenía sentido que trabajara tanto, por lo que dejó de servir a las casas nobles y se dedicó a cuidar de sus animales, ejerciendo la pequeña labor de comerciante que desarrollaba Shikamaru con anterioridad. Por otro lado, el joven Nara sentía que la tristeza no dejaba de acompañarlo porque a pesar de saber que volvería a encontrarse con su verdadero amor, quizás esa sería la despedida.

A Sasuke le causaba mucha impotencia no poder hacer nada. Quería ayudar a su amigo pero no estaba seguro si ayudar a escapar a Shikamaru y a Ino sería la mejor idea, pues así como habrían grandes recompensas, los riesgos también eran enormes.

24/05/21

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