002 / Cruel

-Si te dice algo, me avisarás, ¿Verdad?-Pregunto Shinobu-No quisiera que te tratará mal.

-De igual forma lo hará, así que lo te preocupes.

-No deberías acostumbrarte a sus tratos, es muy cruel contigo-Asintió de acuerdo con sus palabras, nunca comprendería el odio hacia su persona de parte del azabache.

-Olvida eso, hablemos de otra cosa.

-Bien, si eso quieres¿Te atrae alguien, Takesho?-Pregunto Shinobu de repente.

-¿Atraerme alguien?, por supuesto que no-Negó ella enseguida.

-¿Sabes con quién emparejas?, con Tomioka.

-¿Qué dices? Si el me odia, además crei que todo lo relacionado con Giyuu había acabado.

-Bien...¡Entonces con Iguro!

Rio-Sanemi lo asesinaría si eso sucediera, y le soy fiel a Mitsuri-Apoyo una mano en su pecho-¿Y a ti?

Shinobu sonrió y su color rojo se asomó en sus mejillas, Takesho río-¡No lo puedo creer! ¿Quién es el afortunado?-Se abrocho el cinturón con rapidez.

-¡Takesho, apresurate!-Insistió Tomioka del otro lado de la puerta.

-Te lo dire cuando regreses-Con una mueca la mujer dejó la habitación, Giyuu la encontró con la mirada, una mirada de reproche y comenzó a caminar sin esperarla más.

Apenas dejaron la finca iniciaron a correr, pues tenían una misión ya que se rumoreaba que al sur, en un pueblo, habían avistado demonios, al menos cuatro y desaparecían niños cada día.

-¿De qué hablaban?-Pregunto el, sonrió antes de responderle.

-Shinobu me estuvo diciendo con quienes emperejo -Solo cuando dije eso la miro.

-¿Con quién?

-Segun ella con Iguro-Rio, Giyuu arrugó el entrecejo-Dijo tu nombre, pero le dije...

-Yo jamás estaría con alguien cómo tú-Soltó de los más cruel posible, Takesho se paralizó, no podía creer que lo dijera con asco.

-¿Alguien como yo?-Pregunto fingiendo ser fuerte y ignorando la punzada que sentía en su pecho, maldecido el hecho de importarle lo que los demás pensaban.

-Tan tonta y repugnante-Sus ojos picaron de repente, así que aparto la mirada fingiendo ver el paisaje. Mordio su labio inferior reprimiendo el llanto.

No creyó que pensará eso de ella, a los sumos sería una tonta, pero ¿Repugnante?¿Ella? Tal vez su actitud no era la mejor del mundo, pero no era repugnante.

-Yo tampoco estaría con alguien como tú-Solto de repente, la miró sin expresión-Tú y tu mirada de "mi vida es un asco" "sufro más que los demás y pudo criticar a todos pero ofenderme si hablan de mí" pueden irse a la mierda. Ni siquiera había reconciderado lo que dijo Shinobu, en tus sueños, Tomioka. Además, me pareces repugnante y estúpido.

Siguió el camino dejandolo atrás, Giyuu solo bufo desinteresado en si la había lastimado o no, porque era consciente de que si lo había hecho. No dudaba que al volver tuviera problemas con Sanemi, a fin de cuentas el la protegía de hasta las hormigas.

En el resto del transcurso no hablo, si lo miraba era con enojo, no tenía ninguna intención de mejorar su relación con Giyuu y mucho menos ahora.

-Vete por la izquierda, ire por la derecha-Indicó Tomioka.

-Bien-Respondió seca, sin su sonrisa ni una pizca de felicidad en su rostro, más bien parecía enojada con todo, incluidas las piedras en su camino.

Se alejó enseguida, Giyuu suspiró.

No se arrepentía de lo dicho, era la mejor manera de mantenerla lejos de el y evitar más confusiones que no necesitaba en ese momento, aunque la lastimara en el proceso, y también se lastimara el.

Una vez en posiciones ubicaron a los demonios, Takesho fue la primera en atacar utilizando su Séptima postura: Vendaval - Ráfaga Repentina, quería acabarlos rápidos.

Giyuu se encargo de dos demonios, no eran rango especial, simples demonios con poder. Cuando los demonios cayeron, Takesho guardo su katana, Giyuu se detuvo frente a ella, no iba a disculparse.

Detrás de Takesho, Tomioka no logró avisarle a tiempo o alejarla, y ella se veía muy concentrada en verlo como para percatarse.

Solo lo hizo cuando un fuerte arañazo llegó a su brazo sacándole un grito. Con su Katana corto el cuello del Demonio.

-¡Maldición!

Miró a su brazo cubierto de sangre, luego a Tomioka y pensó "El lo vio" y Giyuu sin poder evitarlo no pudo evitar preocuparse por la mirada de odio de parte de la mujer.

La había cagado.

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