PARTE XI: COMIENZO

-Ya era el momento, la tensión y el ambiente de aquel preciso instante podría tener la suficiente energía como para estallar todo tipo de tecnología en un campo magnético inimaginable, claro, si se pudiese almacenar. Todo el colegio estaba espectando esa escena, observando una escena que probablemente olvidarían al cabo de una semana, mostrándose indiferentes hasta el fin de sus días, todos menos Tyler. Él siempre fue diferente, nunca se dejaba estructurar y manejar por la sociedad, desde pequeño sabía cuál era su misión es esta vida y nunca dejó que nadie le arrebatara sus metas, su vida era semejante a la de una carrera, nunca sabes como vas a acabar pero si cuál es tu objetivo, llegar a la meta.




Su conciencia fue moldeándose a través de todas las experiencias de su vida, y todo el daño recibido se transformaba automáticamente en lecciones, lecciones para no volver a cometer. Las experiencias te enseñan la época en la que estás viviendo, te muestran una visión general que tu subconsciente crea sin que nosotros le demos su aprobación, para no volver a caer en la misma piedra, para no volver a caer en el mismo abismo.


—Rigan acababa de entrar en el armario. Solo como siempre había hecho en todo el transcurso de su vida, desde nacer se te establece ese armario y la sociedad hace lo posible para no tener que salir de él, y una vez más, lo había logrado.


Sometiéndose a los comentarios, a las burlas, a los insultos, a todo lo extraordinariamente surrealista sometido hacia toda una comunidad, en general, a una pequeña parte de la sociedad que intenta ser grande, decide una vez más dejarse moldear por ella. Y como no, sucede lo que debería de suceder si viviésemos en la misma época durante el resto de nuestras vidas. Por un breve lapso de tiempo, parecía que todo el plano terrenal se detenía para dejar paso a un acontecimiento, que a nadie le importaba, pero que, a la vez, tanto marcaría mientras  la vida siguese en su sendero indicado a Tyler, desde ese momento perdería toda fe que habría depositado en el universo para no volverla a recuperar hasta dentro de mucho tiempo, o quizás, hasta que la gravedad lo consuma.

Rigan acababa de salir de una construcción social formada de madera, y lo había hecho con una etiqueta, que llevaría puesta toda la vida, con la etiqueta de heterosexual.

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