La clase siguió con normalidad, obviamente sin quitar el hecho de que estuviera pendiente de esconderme de la mejor manera posible para que Nesi no me pudiese observar, ¿me estaba engañando a mí mismo?
Por mismísima obra de arte, por fin entró la única persona que podía hacerme olvidar, aunque solo fuera durante unos minutos, el infierno que había vivido hasta ahora. Y esa persona era Riggan.
El simple sentimiento de su llegada me había provocado mariposas en el estómago, algo a lo que ya me estaba acostumbrando, ya que siempre me pasaba lo mismo.
Su presencia me hacía imaginar los millones de momentos que podría vivir con él si tuviera la valentía de expresar todos los sentimientos encontrados que me provocó desde su llegada. Pero no, no podía ir tan rápido.
Lo primero que hizo me dejó sin palabras, y parecía que lo que estaba pasando era uno de los miles de sueños que tenía sobre ello. Pero no, esto era real, era más real de lo que me imaginaba, él se acababa de sentar al lado mía.
En ese momento Los sentimientos estaban a flor de piel, y la tensión se podía cortar con el simple viento que fluía eses días. De hecho, si alguien podía notar lo que estaba pasando a la perfección era Nesi. Nada más sentarse se escuchó una voz proveniente de la otra punta de la sala que decía:
-Puaaj, mirad a esos dos tortolitos, ¿os acabáis de escapar de una jaula para pájaros? Porque se os ve la pluma a quilómetros. Chicos, cuidado con ellos, no os vayáis a juntar con estos dos pares de maricones, no os vayan a contagiar con su orgullo.

De repente, algo hizo estallar mi corazón, como si un frágil vaso de cristal de cayese de la mesa. Rompiéndose en millones de trozos que jamás se volverán a juntar, hasta que ocurrió lo siguiente.
-Solo con esa contestación demuestras lo poco maduro que eres y lo mal informado que estás sobre las parejas lgbt. No es nuestro problema que tengas que llenar el vacío que sientes en tu triste vida criticando a los demás. Se ve a quilómetros que vuestra masculinidad es muy frágil, ¿por algo será no?
Y un silencio recorrió las venas de todas las personas presentes en aquella sala, sin duda, ese 19 de septiembre marcaría un antes y un después en la vida de muchos....