Capitulo único.
Chat estaba con los nervios a flor de piel. De nuevo, tenía la oportunidad de descubrir quien se encontraba detrás de la máscara, de ver a la chica que se había adueñado de su corazón desde el primer día en que sus caminos se cruzaron.
Apretó los puños, obligándose a no flaquear y mirar a la musa que se encontraba bajo aquel traje ceñido a su perfecta figura, a la que seguramente sería la más bella mujer que sus esmeraldas iban a jamás ver.
《《No lo hagas. No abras los ojos. 》》
No podía más que concentrarse en su respiración, impacientándose al no escuchar nada más que el voleteo de Plagg a un lado y un leve susurro del que seguramente debía ser el kwami de su adorada Catarina.
Recordó el día en que se enfrentaron a Lady WiFi, la situación era similar; él se debatía en si abrir o no la puerta, pero en contra de sus deseos, aceptó la decisión de su bichito, dejándole con un regusto al desperdiciar la ocasión que se le había brindado.
《《 ¿Qué se supone que debo hacer?》》
No quería volver a quedarse con las ganas de saber quien se escondía tras el antifaz, tenía que averiguarlo, aunque ella lo detestara por ello, necesitaba saberlo.
Con disimulo, abrió los párpados levemente, avistando a Plagg en uno de los extremos con una criatura carmesí, ajenos a él y a...
《《 ¿Marinette? 》》
Volvió a cerrar los ojos, esta vez con el corazón latiendo con fuerza mientras trataba de pensar con claridad.
Todo este tiempo intentando conocer su identidad, y resultaba que siempre la había sabido. Quizás no conscientemente, pero ahí estaba la evidencia.
Tantas veces que se había sumergido en sus zafiros, tanto tiempo que se había embelesado contemplando las discretas pecas que adornaban su nariz y le daban un aire entrañable y dulce, por no olvidar sus labios de cereza, los cuáles anhelaba probar con desespero.
Igualmente, debía aparcar esos pensamientos y volcarse en la batalla que tenían entre manos.
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Como era habitual, la innata astucia de su lady consiguió que salieran victoriosos del encontronazo con Dark Owl, anotándose otro tanto a su favor.
Cuando el señor Damocles volvió a su estado habitual, el rubio como la fémina se escabullía por la ventana de su despacho, por lo que se apresuró a darle alcance en la azotea del edificio.
- Ladybug, espera. - ella se giró hacia él, mirándolo con extrañeza- necesito hablar contigo.
—¿Sucede algo gatito? —lo miró atenta, esperando su respuesta —tenemos poco tiempo para esto —en realidad no, pero por alguna extraña razón se sentía nerviosa , el haber cruzado sus manos aunque fuera poco tiempo le había parecido la cosa más eléctrica que le pudo navegar por todo el cuerpo —y bueno ¿hablarás o no? —aguardaba en silencio mientras lo veía sobarse la parte trasera del cuello, como buscando las palabras con cuidado.
No tenía ni idea por donde empezar, él notaba un nudo en el estómago, así como su mirada iba y venía de su rostro a sus manos entrelazadas.
— Yo... - la atrajo hacia él, desconcertándola y escuchando el sonido que emitían sus aretes- ... quiero que te quedes…
—Chat , en verdad tengo que irme , he usado demás la energía de mi kwami, debe estar exhausta —podía notar como su cara ardía de lo roja por la cercanía en la que estaban —¿puedes ser rápido? —suplicó con timidez, intentando alejarse de él, pero su agarre era decidido —por favor sé claro ¿qué sucede?
Chat tragó grueso, rodeándola entre sus brazos a la vez que ella se removía recelosa, tratando de zafarse de la prisión en que la había hecho cautiva.
Él apoyó la cabeza en el hueco de su cuello, respirando su inconfundible aroma a vainilla y dejando que éste nublara sus sentidos, inhalando profundamente.
—No quiero que te vayas, my lady. - ella se estremeció entre sus brazos, aún inquieta y asustadiza- no puedo dejarte ir, no ahora que por fin lo sé.
—¿Que sabes? —mencionó desorbitada y asustada por la actitud que estaba tomando su compañero —¡Chat! ¡Lo sabes! ¿Verdad? —cuestionó esperanzada de que no fuera así , pero su silencio no le daba buena espina —Chat, no —habló afligida —¿por qué? Yo confié en ti, creía que entenderías que esto era importante, te di un voto de confianza —con sus fuerzas lo alejó de ella, su expresión daba a entender que estaba molesta.
—No, por favor. — se cernió en su muñeca, impidiendo que siguiera alejándose de su lado.—intenté resistirme, de veras. Pero es que... —la atrajo nuevamente a sus brazos, notando como la voz le temblaba por la presión—... necesitaba saber quien es la chica de quien llevo tanto tiempo enamorado. Tenía que averiguarlo, princesa.
Se aferró a su mano como si le fuera la vida en ello, llevando el dorso a sus labios para depositar un beso fugaz mientras la miraba suplicando por su perdón.
Sus ojos se abrieron grandes ante la confesión, honestamente en todo este tiempo creía que él estaba sólo coqueteando por mero juego, pero en su mirada suplicante podía notar que estaba arrepentido y que de verdad tenía sentimientos por ella.
—Seguro no era lo que esperabas—desvió la mirada a sus pies que tambaleaban nerviosos — no quería que te llevaras esta decepción, ¡uhh! debiste seguir con los ojos cerrados Chat —notó su mano entre la suya y los nervios la carcomían por dentro —¿Qué opinas de Mi? ...¿De...Marinette?
No daba crédito a lo que sus oídos escuchaban. ¿Tan mala estima se tenía que no era capaz de darse cuenta de lo maravillosa que era?
Ante aquel pensamiento, él colocó una mano en su mejilla, haciendo que lo mirara a los ojos mientras aproximaba sus labios a los de ella, viendo como la azabache aguardaba sin tenerlas todas consigo.
—¿De verdad quieres saber lo que pienso de ti, mi princesa?... - pasó el pulgar por la comisura de sus labios, esbozando una media sonrisa al percatarse del rubor que asomaba en sus mejillas.
—Si-si te lo pregunto e-es por algo —cada vez sentía su rostro más cerca suyo.
Ladybug suspiró al sentir el pulgar del joven en sus labios, le dio tanta pena que con la otra libre se cubrió la boca, podía sentir que el ambiente se estaba tornando muy caluroso.
—Ch-chat ¿Qué pretendes? —sus piernas estaban flaqueando — me pones nerviosa y yo no sé qué decir.
Chat ensanchó su sonrisa al ver lo que provocaba en ella, tomándola por la cintura y conduciéndola de espaldas a la pared, acorralándola cual presa a manos del cazador.
—¿Así que te pongo nerviosa? — ella asintió, intentando desviar la vista al suelo mientras la mano del chico se paseaba por su espalda sinuosamente—Entonces... será mejor que nos relajemos un poco, no crees?
—¿A qué te refieres con relajarnos — preguntó con inocencia — además.... No creo que me pueda relajar si me tienes de esa manera — se mordió el labio, intentando regular esto que inesperadamente estaba surgiendo —Chat...no sé que planeas pero —miró el paisaje del atardecer que presenciaban en ese callejón —quiero que sepas que no puedo corresponderte... Tal vez no tanto como tú deseas pues yo amo a alguien más.
Notó como su cara se afligía e instintivamente llevó su mano a ésta —no te lo había querido decir para no causar incomodidad entre nosotros.
Un torbellino de emociones se abría paso bajo el pecho del héroe, sintiendo rabia e impotencia, como si le hubieran arrebatado un pedazo de su ser.
Por otro lado también estaba encegado por el deseo de hacerla suya, sin tener en consideración que su corazón latiera por otro; la miró con decisión, sin pedir permiso al estampar sus labios contra los suyos en un intento desesperado de hacer que cayera en sus redes.
— Sea quien sea... — deslizó los dedos por su busto, susurrando contra su boca- ... estoy seguro de que no te ama tanto como yo...
Su contacto provocó que un leve gemido saliera de la boca de la ojizarca—N-no hagas esto Chat—apartó la mano de su busto —no te hagas esto, no puedes pretender que sólo con esto te ame —ladeó su rostro, viéndolo con una pequeña sonrisa —me gustas sí , pero él es el amor de mi vida —aun la tenía acorralada , con la respiración agitada.
Él apretó la mandíbula, no pudiendo evitar mostrar disconformidad y pesar por su sincera confesión, dejando un espacio entre ambos.
-—¿Qué tiene él que yo no tenga? - respiró hondo, esforzándose por mantenerse firme— ¿Quién es ese chico que impide que puedas corresponderme?
La Catarina aprovechó el espacio que quedó entre ellos para liberarse de su agarre — Él es lindo, amable, caballeroso, inteligente, responsable, bondadoso... —suspiró enamorada, trayendo a su mente la imagen de su rubio favorito —tal vez te suene ridículo porque sé que jamás me hará caso pero —después de unos segundos lo miró —estoy enamorada de Adrien.
Chat notó como si la sangre se le helara, con los ojos como a platos al escuchar el nombre de su alter ego. Porque había oído bien, ¿cierto?
—¿Adrien? - repitió intentando disipar el mar de dudas en el que naufragaba—¿Adrien... Agreste?
—Sí —soltó apesadumbrada —lo sé, soy una ilusa que cree que alguien como él se fijará en mí —llevó sus manos tocando su traje —debajo de esto sólo soy una torpe, alguien que no tomaría en serio por no estar a su mismo nivel — sus ojos se humedecían —hasta tú te dejaste embelesar por mi alter ego
El rubio sintió que estaba soñando. ¿Enserio que fue tan idiota de no darse cuenta de sus sentimientos? Menudo ciego estaba hecho.
Suspiró con una sonrisa en los labios, dejándose envolver por la alegría que albergaba en su corazón, y las ganas febriles de rodearla entre sus brazos y no dejarla escapar.
—Ahora estoy seguro de que estoy loco por ti. —ella lo miró anonadada, sin saber bien qué hacer o decir mientras él la tomaba de los hombros, recortando nuevamente la distancia con su rostro—cierra los ojos. — ella le echó una mirada confusa, a lo que él se acercó más a sus labios— ¿confías en mí, bichito?
Los zafiros de la pelinegra viajaban de un lado a otro, sin entender lo que sucedía, pero sin dudar asintió —Mucho, te lo demostré en la batalla —cerró sus ojos, aguardando impaciente
Chat extendió la mano hasta su frente, acariciándola con el dorso — no mires aún... - ella no respondió, con los párpados cubriendo sus mares.
Él se separó levemente, contemplando su sortija durante unos instantes antes de quitársela y que Plagg saliera del anillo con cara de pocos amigos, escabulléndose dios sabe donde mientras el chico volvía a rozar los labios de su dama carmesí.
—Ya puedes abrir los ojos, princesa.
La azabache abrió lentamente los ojos resintiendo la luz que volvía a entrar a su campo de visión , parpadeó un par de veces y en cuanto miró al frente sintió que los colores abandonaban su rostro —Adrien —pronunció tímidamente —¿Todo este tiempo eras tú? —no podía evitar sonreír al ver las casualidades de la vida.
—¿Sorprendida? — apartó los mechones que habían caído desordenados por su frente, deleitándose de su bello semblante - a decir verdad, aún me estoy maldiciendo por no haberme dado cuenta antes de la asombrosa chica que se escondía tras el antifaz.
Tocó la tela que cubría sus ojos, ansiando poder observar su rostro libre de máscaras.
— Si no es mucho pedir, me gustaría ver a Marinette. —le guiñó el ojo de forma juguetona—¿es posible que me descubra su identidad, my lady?
La heroína parisina se quedó con la boca entreabierta, escuchando cada palabra que salía, deleitándose con su hermosa voz. —Esto es un sueño —mencionó lamiendo sus labios algo tímida — en este instante no sé que decir, qué pensar ...no puedo creer que seas tú.
Ella se lo pensó unos minutos al escuchar su petición, pero después entendió que era justo , se lo merecían —Tikki, puntos fuera —susurró e inmediatamente su kwami deshizo la transformación, yéndose con el kwami de Adrien —¿Hola?.
El modelo la tomó de la mano como tantas otras veces había hecho en su alter ego, besando sus nudillos sin apartar la vista de sus ojos azul cielo, atisbando como se sonrojaba intensamente.
—Es un placer verte al fin, princesa. - posó su mano en su cara, besando su palma— sencillamente purrfecta.
Ella lo miró aun incrédula, no estaba segura si estaba soñando o si era esta la realidad, pero era un momento mágico — no puedo creerlo —se atrevió a acariciar su mejilla— todo este tiempo he estado rechazándote, a ti que —apretó los dientes. Era ahora o nunca, debía hacer algo si quería un futuro a su lado—a ti que he amado desde el primer momento que te vi, no sé cómo pude ser tan ciega.
—En tu defensa, añadiré que yo también fui un ciego por no haber visto a la dulce ninfa que se escondía debajo del sexy traje de Catarina — comentó en un tono jocoso, restándole dramatismo al asunto—por suerte, ya no hay más máscaras de por medio que me impidan verte.
—Adrien —se acercó a él, abrazándolo— te amo, tal vez esto sea difícil de creer en mí pero —se puso de puntitas— ha sido demasiado tiempo enamorada de ti, que estoy tan ansiosa por todo, me da tanta alegría que seas tú.
El de cabellos dorados se humedeció los labios, acariciando sus mejillas y estudiando cada detalle de los rasgos de su compañera, notando como su respiración se fundía con la suya por la cercanía.
—Yo también te amo, Marinette. - resiguió el contorno de sus labios, debatiéndose en volver a probar su delicioso néctar—te amo tanto, que no sé ni cómo controlar lo que siento por ti.
La azabache se sentía feliz de todo lo que estaba ocurriendo, todo iba tan rápido pero ella sólo podía ansiar que este momento no acabara nunca — Tal vez ...—se detuvo un par de segundos, sintiéndose algo cohibida por lo que iba a decirle —...no deberías controlarlo —se acercó a sus labios, siendo ella la que tomara el valor para llevar aquella osadía—no quiero que te controles, por favor.
La mente del muchacho se resguardó en la petición de la fémina, notando como sus ansias iban a más, deseando averiguar el significado de aquella sutil invitación.
—¿Es lo que quieres? - rozó su clavícula con picardía, acercando los labios al lóbulo de su oreja para mordisquearlo, escuchando como un gemido se escapaba de sus labios—luego no vale echarse atrás.
—S-si quiero — habló en un hilo de voz, llenándose de su embriagante fragancia — a nadie más le confiaría este momento más que a ti, a la persona que más amo, jamás me echaría para atrás —lo tomó del cuello, jugando con sus labios, mordiéndolos suavemente —pero aquí...no es un lugar idóneo ¿no lo crees? —lo miró con picardía, se moría de nervios pero estaba completamente segura.
—Mm... - se frotó la barbilla pensativo, sonriendo al cruzarse una idea por su cabeza— creo que sé dónde podríamos ir.
Marinette esperó con curiosidad mientras él entrelazaba su mano con la suya, jalando de ella hacia el interior del edificio y recorriendo los oscuros pasillos del instituto.
—¿A donde vamos ? —preguntó curiosa, viendo como ingresaban por los pasillos del instituto —Adrien, esto es peligroso, aquí podrían vernos — mencionó una vez que empezaba a comprender su idea —¿qué tal si a alguien se le ocurre entrar?
Él se rio en voz baja al notar que tan nerviosa estaba, al final entrando con ella en el auditorio y bloqueando la puerta con una silla.
—Tachan. —ella rodó los ojos, no muy convencida de que aquello fuera a resultar—y ahora vamos a crear un poco de ambiente...
Adrien fue hacia el extremo de la sala donde se guardaban los proyectores y las varias diapositivas, armando todo tras escoger lo que a su parecer era idóneo para crear un escenario mágico.
Tras colocar todo en su debido sitio, prendió el interruptor, haciendo que las paredes se iluminaran, proyectando la imagen de un cielo estrellado acompañado con una suave melodía.
—Voilà.
—Estás loco, Adrien —sonrió observando el espacio tan amplio que los mantenía a salvo de miradas curiosas, no podía negar que hasta cierto punto era un momento romántico ; un cielo hermoso con estrellas, música instrumental de fondo y luces tenues —estoy nerviosa… creo que eso de ser atrevida no es lo mío —frotó sus manos, disipando el miedo —no sé por donde empezar —se mordió el labio.
—Para serte sincero, yo tampoco sé muy bien como hacerlo. — se acercó a ella, amarrando su cintura mientras volvía a sumergirse en sus labios— pero podemos aprender... juntos.
Sentirla tan cerca hacía que algo salvaje aflorara en su interior, apretándose a sus caderas con sus manos acariciando la orilla de los glúteos de la muchacha.
No sabía qué hacer, pero definitivamente sentir sus manos en ciertas zonas bajas hacía que a la joven se le nublara la vista —estoy dispuesta a aprender lo que sea si es es contigo —tomó sus mejillas, capturando entre sus labios los suaves de él.
Por otro lado, Adrien subió las manos por debajo de su camiseta, ascendiendo hasta llegar al cierre del brasier, mientras sus labios seguían deleitándose de su dulce sabor.
Notó como su piel se erizaba a su paso, excitándose por su tacto suave cuál terciopelo, que tan seductor lo incitaba al pecado.
—Mari-nette... — desabrochó el cierre del sostén de un tirón, urgiéndose en su objetivo de descubrir el libidinoso cuerpo de su compañera—eres tan hermosa.
Ella lo ayudó a quitarle la blusa, lanzándola por el lugar, dejándose caer en el escenario, encima de él —A-Adrien —jadeó sintiendo como sus zonas se juntaban, mandando reacciones desconocidas en todo su cuerpo— te deseo...tanto —mordió sus labios.
Aquellos roces estaban conduciendo al apuesto rubio a la perdición, dejándose dominar por el creciente deseo que sentía y volteándola de espalda al suelo, sonriendo con lascivia.
-—No dejaré que te escapes, bichito—se zafó del brasier de golpe, apresando sus senos en sus palmas mientras trazaba un camino de besos que iba desde sus labios hasta su ombligo, contemplando como se removía ansiosa—sabes tan bien— ascendió hasta sus montes, lamiendo uno de sus botones de forma traviesa para después depositar un mordisco juguetón, robándole un grito ahogado—Cuidado, princesa. No quieras que nos oiga nadie.
—A-Adrien — con sus dedos acarició las hebras doradas del chico—hmmm, no - no digas eso —sus mejillas estaban acaloradas —s-sabes que no e-es cierto.
Ella sentía como se le dificultaba hablar por las atenciones que recibía.
—¿Quieres que te demuestre que tan cierto es?
Se sacó la camiseta, anhelando sentir el contacto directo de sus pechos contra su torso y acariciando el borde de sus pantalones con una mirada inquisitiva.
— ¿Me permites, princesa? - desabrochó el botón, esperando por su total consentimiento—me gustaría explorar más la zona, si me dejas…
Verlo sin camisa era una imagen sexy que jamás ni en sus más locos sueños hubiera imaginado —Sí —ni siquiera lo dudó , la respuesta fue rápida y precisa — enseñame todo lo que tengas para mi —se estaba volviendo loca por tantas sensaciones , lo ayudó a desabrochar y bajarlo.
Adrien no pudo más que relamerse al ver la fina pieza de lencería negra que cubría su intimidad, mordiéndose del labio.
—Eres una chica traviesa— ella se ruborizó, haciendo que la deseara aún más—me encantas, Bugaboo.
Se hizo paso por debajo de la prenda, rozando cautelosamente su sexo superficialmente, con dos dedos haciéndose camino a su interior.
—Dime si voy bien— besó su cuello, regocijándose de los gemidos que brotaban de su garganta— o si quieres que pare.
—No, no quiero que pares —arqueaba su cuerpo, llenándose de placer —t-tú me haces así, Gatito —sus gemidos iban en aumento al sentir como el chico recorría lugares que nadie se había atrevido a explorar — eres maravilloso —rozaba con sus dedos la piel expuesta del varón .
El rubio devoró sus labios con frenesí, tastándolos reiteradamente mientras sus caricias se volvían más insistentes y profundas, impregnándose los dedos de su excitación.
— Estás muy mojada—sumergió los dedos más hacia adentro, luego extrayéndolos para probar su sabor—y eres tan deliciosa.
—Ves lo que provocas —habló encantada de sus caricias —m-más, quiero m-más, Adrien —le pedía con deseo creciendo dentro suyo — por favor — lo tomó de la cabeza, perdiendo la vergüenza y dirigiéndolo a donde tenía sus dedos —te necesito.
—Y yo a ti—se divirtió lamiendo la zona de los pliegues de aquella hermosa entrada haciéndola temblar pero se detuvo pues deseaba darle un mejor orgasmo , así que dejó que lo ayudara a retirarse los pantalones, con los dedos temblorosos al acercarse a la tira elástica de sus bóxer— ¿va todo bien, princesa?
—Todo bien — su voz sonaba extasiada, ese hombre le ponía de una manera que jamás imaginó, lo amaba tanto que estar entre sus brazos era lo mejor que le podía haber ocurrido a su corta edad.
Se mordía del labio, así como él se deshacía de la prenda, echándose prisa en volver a hacerla presa contra el suelo mientras se restregaba en su entrada, aún sin osar profanarla.
—Llegados a este punto— mordisqueó su labio inferior, tirando de él— ¿qué quieres hacer?
—Ah, Adrien, te necesito en mí, por favor —jaló de sus cabellos para después con las uñas arañar desde los hombros hasta su bien tornado abdomen —no me tortures más —llevó su mano hasta el falo que se rozaba en su intimidad para poder agarrarlo, tenía miedo, estaba temblando, pero nada le importaba más que disfrutar de aquel bello momento que estaban viviendo — ¿lo hago bien? —preguntó, pues estaba intentando estimularlo de arriba a bajo, aun chocando contra su parte, quería que él también sintiera la ola de placer a la que la estaba llevando —no soy experta, por eso necesito que me digas si este ritmo te gusta —le robó un beso profundo mientras seguía en su labor.
Adrien sentía las hormonas en plena efervescencia, su cuerpo parecía estar envuelto en llamas de lo excitado que estaba, más cuando sintió la mano de su compañera agarrar su erección, con una expresión de inocencia mancillada con un ápice de perversión, mientras masajeaba su dureza.
—Así está bien, pero— deslizó una mano hacia la suya, rodeándola entorno su sexo e iniciando un vaivén lento que iba in crescendo de intensidad—así está mucho mejor—su voz estaba cargada de deseo.
La soltó para que se regordeara a su antojo, y cabe decir, que le estaba enloqueciendo lo rápido que se había hecho con el control de la situación, no pudiendo evitar gemir contra sus labios al percibir sus gratas caricias.
-—Lo haces tan bien—bajó más sus caderas, rozando su entrepierna al mismo tiempo que ella seguía estimulándole— me pones a mil, Bugaboo.
Seguía el ritmo que él le había indicado esperando que estuviera haciendo lo correcto, pero por sus expresiones podía asegurar que era más que bien por lo que con su mano libre lo tomó por la espalda, atrayéndolo hacia ella para besarlo con ahínco —te amo Adrien, me alegra que tú seas Chat, no sabes lo feliz que estoy de vivir esto contigo, y —ahogó un pequeño gemido al sentir sus roces —quiero que de ahora en adelante estemos juntos siempre Gatito —dejó de acariciar cuando sintió una palpitación en su mano, no sabía si debía seguir o no.
Adrien respiró hondo, cerrando los ojos y tratando de serenarse. Si seguía así, acabaría antes de lo que en verdad quería, y eso no podía ser, por mucho que anhelara su liberación, deseaba que se diera de otra forma.
—Si me dices esas cosas, vas a hacer que explote antes de tiempo—se relamió por la expresión suplicante en su rostro, así como por la lujuria que destilaba su mirada al notar como le acariciaba la frente— yo también te amo, princesa. Eres la única con la que quiero estar— besó sus labios jocosamente, prolongando el momento mientras deslizaba una mano a su entrepierna— eres mi más cruel y dulce fantasía.
—Perdón, pero es que es la verdad — soltó una risita nerviosa — tú amabas a LadyBug ¿o ya tan rápido la olvidaste —alzó una ceja de manera coqueta ante su pregunta.
Adrien acariciaba con sus dedos su parte más sensible , quería contener los gemidos pero parecía muy bien que hacer con ella para ponerla de esa manera, su cuerpo ardía y sus párpados luchaban con mantenerse abiertos ante la oleada de calor que la recorría —Adrien —no podía pronunciar más , las palabras se quedaban atoradas en su garganta al sentir la intromisión de sus dedos, aumentando la velocidad con la que la estimulaba.
—Claro que amo a Ladybug, no puedo negar lo que siento por ella— a medida que profundizaba en sus paredes, iba acariciando en círculos la zona, contemplando como se arqueaba y gemía por lo bajo— pero de la misma forma, estoy enamorado de la chica que se olvidó el paraguas aquella tarde de lluvia.
Sus labios se pasearon por el cuello de la franco-china, después entreteniéndose en su mentón y mejillas, dibujando un rastro de pequeños besos que terminaron muriendo en su boca.
-—Te amo, Marinette—se apegó más a su cuerpo, refregando sus sexos—y aunque no existiera Ladybug, tú seguirías acaparando mi corazón.
—¿Aunque sea.... Una torpe? —tomó una bocanada de aire para después sacarlo junto con un leve grito, por lo que llevó su mano a la boca.
Sus caricias la estaban volviendo loca, amaba sentirlo de esa manera , estaban tan unidos , tan embriagados de la misma locura placentera. Colocó su otra mano en su hombro, apretando a medida que sentía con más ritmos las caricias — yo también amo ...al gato—respiraba con dificultad—siempre me ha gustado —confesó después de que él apartara la mano para besar sus labios —nunca lo quise aceptar por estar enamorada de Adrien .
Ya no podía más, estaba desesperada por sentirlo dentro suyo y calmar aquella placentera tortura a la que la sometía, todo era tan perfecto.
—Más que torpe, diría adorable— quería más, necesitaba tomar posesión de toda ella, saciar el deseo que le provocaba—y no sabes cuán feliz me haces al aceptar mis dos mitades, my lady. Porque sin ti, mi vida carecería de sentido.
Besó sus labios apasionadamente, rozando su cuerpo contra el de ella e impregnándose de su calidez, llevando ambas manos a su cintura.
—Necesito que me sientas—alzó su pelvis, rozando su entrada, jadeando—quiero que seas mía.
—S-soy tuya —mordió el nudillo del dedo índice para calmar la revolución de mariposas que estaban volando por su estómago al prever por donde iba aquella frase , tenía miedo pues pese a que no pareciera ; era su primera vez —hazlo gatito, sólo se cuidadoso —lo miró a esas gemas preciosas que tenía por ojos —quiero entregarme por completo a esto.
—Yo también lo quiero, princesa— se separó levemente, rodeando el falo y colocando el glande en su entrada, introduciéndolo despacio— cuesta un poco
Vio como ella se mordía del labio con fuerza, cerrando los ojos y tensando su cuerpo, por lo que se detuvo momemtáneamente, besando su cuello y dirigiendo los labios a su oído. —relájate, no voy a hacerte daño—un suspiro se escapó de su boca, así como su entrada le facilitaba la intromisión al relajarse, gimiendo al notar su humedad entorno su palpitante erección.
—E-esto es —su pecho se inflaba y desinflaba sin un ritmo coordinado —algo que no puedo explicar...pero me alegra que sea contigo — con ambas manos tomó su cabeza, logrando que hiciera más presión en su cuello, sus besos la volvían loca junto a esas pequeñas mordidas —qu-quiero más , hazlo un poco más fuerte, por favor — pedía con un hilo de voz, alzando las caderas con tal de sentir más su conexión con ella —Adrien —su mente se estaba llenando de dudas por aquel entonces —dime que esto es real ,no quiero ser sólo una noche —sus ojos soltaban pequeñas lágrimas, producto del dolor que aún quedaba de tal intromisión —no soportaría perderte. No después de esto.
Él se sentía a punto de estallar, adicto a aquella sensación hasta entonces desconocida y que tanto placer le daba, obedeciendo a las peticiones de su musa de porcelana y haciendo más presión hacia adentro, con embestidas más constantes, al notar como sus paredes le facilitaban la intromisión.
—Esto es real, aunque siento que estoy soñando— le costaba hablar y controlar el ritmo de sus estocadas, sin embargo no se detuvo, besando sus labios— nunca me perderás, princesa. Siempre estaremos juntos.
Volvió a agarrarla por la cintura, alzándola a unos centímetros del suelo por tal de impulsarse más hacia su interior, incrementando el ritmo de las embestidas.
Ya no aguantaría más , pronto llegaría a la tan ansiada liberación de la que tanto había oído en televisión , internet y en clases , sentía todo su cuerpo cosquillear —Yo también siento lo mismo —cuando la alzó, aprovechó a mordisquear su hombro para después besar su cuello , lamiendo un poco— es lo que más deseo, morir junto a ti — sentía como acariciaba sus piernas y sus embestidas tal como le pidió aumentaron cada vez más, haciéndola presa de aquel placentero y mágico momento que no cambiaría por nada. Todo lo que hasta ahora habían vivido lo volvería a revivir con tal de pasar otro momento así —n-no puedo más Adrien , voy a —descansó la cara en su hombro , sudando demasiado y tratando de controlar su respiración con los ojos cerrados.
Él podía sentir como sus paredes se contraían alrededor de su sexo, así como sus palabras quedaban suspendidas en el aire al gemir por lo alto.
—Yo... tampoco puedo más— sentir su calidez al casi llegar al clímax hizo que el poco autocontrol que tenía se fuera por la borda, notando un hormigueo en las piernas, con la sangre concentrándose en un mismo punto—Princesa—habló en su oído— quiero correrme dentro de ti—besó sus labios desesperado, cada vez embistiéndola con más insistencia—necesito sentirte mía
Marinette había escuchado la súplica en sus palabras , y no podía negar que le daba miedo lo que aquello implicaba . Su cuerpo estaba necesitado de todo lo que viniera de él , podría pasar el tiempo y ella no dejaría de amarlo, y sabía ahora que él a ella tampoco, por eso estaba segura que si había consecuencias lo tendría a su lado apoyándola, ya eran adultos y sabían a lo que se enfrentaban si hacían aquello.
—Yo igual —lo miró con lujuria y amor , estaba más que segura de su decisión , quería saciarse de todo lo que tenía que ofrecerle; intensificó el beso, tanto que un hilo de saliva salió de sus labios, perdiéndose entre sus cuerpos —yo también quiero que lo hagas príncipe.
La respiración del muchacho se aceleró violentamente, dejándose llevar por los impulsos que llevaba tanto tiempo refrenando y que por fin conseguirían que llegara a alcanzar su propósito, sintiendo como si tocara el cielo al impulsarse con más ímpetu y por fin derramando la semilla en su interior, sin dejar de penetrarla mientras ambos se regodeaban del ansiado clímax; gimiendo contra sus labios a la vez que sus ojos apreciaban la expresión extasiada, el uno del otro.
Era suya y él era suyo. Nadie podría usurpar aquello que en aquel momento había quedado mancillado con su amor, nadie podría arrebatarles aquella velada única y especial en que los dos se habían entregado en cuerpo y alma.
—Te amo, Marinette— besó sus párpados, luego descendiendo hasta sus labios—ahora y siempre.
La azabache reposó la cabeza en el suelo, viendo al cielo estrellado proyectado en el techo. Sonrió ampliamente, sintiendo como aquel liquido de su amado la llenaba por completo , aun embistiendola, más delicadamente —y yo te amo a ti Adrien , como nunca más lo haré —entrelazó sus manos —gracias por tan bello momento , gracias por permitir que fuera tuya —lo besó cortamente.
Pronto empezaron a escuchar ruidos provenientes del pasillo que conducía al auditorio en donde ambos estaban, sobresaltándolos.
—Amor alguien viene —le regaló una mirada un poco asustada, pero aun con aquella exquisitud de haber alcanzado el placer absoluto—es mejor que salgamos de aquí.
Con dificultad se alejó de él para proceder a levantarse. Se apresuraron en recoger la ropa para vestirse y apagar el proyector, yéndose a uno de los extremos de la sala en sumo silencio, viendo como una silueta se asomaba por la puerta y desaparecía al no ver movimiento ni luces.
—Bueno, creo que nos hemos librado por los pelos—volvió a atraerla por la cintura, acunando su rostro y besándola con ternura— ahora ya podemos irnos.
Capturó su mano con la suya, ambos mirándose como si no tuvieran ojos para nada ni nadie más, encaminádose hacia la puerta mientras que disfrutaban de cada segundo de la que había sido una noche inolvidable.
Hola buenas noches, aquí está un pequeño OS inspirado en el capítulo 8 de la temporada dos, y es que cuando salió me causó una gran emoción, no podía dejar de gritar ¡Abran los ojos!
De aquí que se lo comenté a mi querida Marichat8989 y ella estaba igual de emocionada, entonces bueno se nos ocurrió hacer esto , agregando algo de lemon al asunto.
¿Les ha gustado? Esperamos que sí.
Besos ♡.
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