Capitulo 8

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro. La foto no me pertenece, los créditos van a su creador.

Izuna colocó a Hinata en el piso, una vez que hubo llegado a la mansión, más en específico a la habitación de la ojiperla.

—¿Porque has estado huyendo de mi?—preguntó muy cerca de ella.

—Yo no estoy huyendo ¿no se a que se refiere Uchiha-sama?—la joven se hizo la desentendida, no quería estar a solas con él, hubiera preferido seguir escabulléndose para no afrontarlo.

—Si que lo sabes... tienes semanas de no dirigirme ni una sola mirada, te la pasas corriendo para no verme—se coloco a su altura y quiso besarla pero ella se movió para que no lo hiciera.

—Por favor Uchiha-sama, no haga eso... yo podré ser llamada sirvienta o también traidora, pero no soy una persona que se dedique a estar con hombres que ya tienen compromisos, no le haría a otra mujer lo que no me gustaría que me hicieran a mi—le dijo determinada, sin lograr sostenerle la mirada por mucho tiempo.

—Si lo dices por lo que miraste tiempo atrás, déjame aclararte que no pasó nada, ella me tomo desprevenido, pero no pasó mas de lo que tu y mi hermana miraron—aclaró con impaciencia, por el rechazo que la ojiperla mostró hacia él.

—No se preocupe, no me debe ninguna explicación, de igual manera, usted y yo no somos nada, así que puede pasar por alto lo que yo piense o vea con respecto a usted, aquí lo único que yo dedo hacer es trabajar—el nerviosismo en la Hyuga era evidente, ella estaba temblando y la cercanía de Izuna no hacía más que empeorar la situación.
Le dio la espalda con la intención de caminar hacia la puerta y así conseguir salir de la habitación, pero antes de poder llegar, los fuertes brazos del Uchiha la rodearon pegándola en el pecho masculino.

—No me rechaces ¿que no vez lo que ocasionas en mí?—Hinata sintió cómo el azabache refregó su ereccion en la altura de la cintura, o mas arriba, debido a la diferencia de estatura. Ella se ruborizó de inmediato y en ese momento, él la giró para besarla, tomándola desprevenida—¡Me gustas mucho!—le dijo entre el beso que ya la había dejado con las piernas temblorosas.

—N-no... esto no está bien—musitó entre los labios masculinos, mientras él la arrastraba hacia la cama. Con éxito, se colocó arriba de ella sin dejar de besarla y una vez la sintió rendida, comenzó a besarle el cuello. Hinata llevaba puesto un vestido hasta la rodilla con resortes anchos en color lavanda, los resortes fueron empujados hacia los lados, dando acceso a la experimentada boca del azabache.

La prenda no tenía prendederos, consistía en elásticos que el Uchiha aprovechó para tener acceso al lindo sostén de encaje púrpura que vestía. Con un ágil movimiento lo desprendió, dejando a la vista los senos llenos, mismos, que sólo podía imaginar en las largas noches en que la pensó hasta el amanecer.

La visión era sublime, esa mujer era hermosa y sin perder el tiempo, se llevó uno de los rosados botones a la boca.

Hinata se encontraba muy avergonzada, pero aún así, no pudo evitar la marea de sensaciones que ese hombre le estaba causando, era como si su cuerpo no le obedeciera y se rindió ante el trato que le estaba dando el moreno.

—Eres tan hermosa—declaró entre los chupetones que le estaba dando a ambos senos y ella lo único que pudo hacer fue aferrarse a las mantas colocadas allí sobre la cama.

Un fuerte portazo en la entrada de la mansión, puso en alerta al Uchiha y se levantó en cuestión de segundos dirigiéndose a la entrada principal y ver de quien se trataba, aunque por el chakra, ya lo sabía.

La ojiperla se quedó sobre el colchón sin saber que fue lo que pasó. Apenada por su debilidad, sujeto el sostén y recompuso el vestido. Se quedó dentro de su habitación, puesto que tenía el día libre, sin embargo, no se olvido poner seguro a la puerta para asegurarse que nadie más entrará y la tomará desprevenida.

...

Izuna llegó hasta la puerta principal y se encontró a Madara hablando con un Anbu, el cual traía un mensaje en las manos.

—¡Aquí estas!— le dijo el lider Uchiha despreocupado—Te buscan para darte un mensaje—Izuna miro al Anbu y este a su vez, le entregó un sobre, acto seguido, desapareció en una nube de humo—¿Que es?—preguntó Madara, al momento que su hermano menor leyó el contenido.

—Una misión para mañana—bufo molesto, pues apenas acababa de llegar y ya lo mandaban de nuevo fuera de Konoha, aunque esta vez, era solo por dos dias y también irían Obito y Kakashi.

—¿Donde estabas? Sentí tu chakra dentro pero no te encontré en tu habitación—preguntó Madara con picardía en la voz y su hermano puso los ojos en blanco.

—Hmph... no es de tu incumbencia—respondió y se alejó del líder dispuesto a preparar lo necesario y estar listo a la mañana siguiente.

Sin ser consiente se dibujó una sonrisa en sus labios al sentir el olor de la Hyuga sobre las manos y el rostro.

Esa chiquilla lo tenía embrujado y no podría liberarse de ese embrujo hasta que no la tuviera por completo, ahora entendía las palabras de Shisui cuando contó sobre la Hyuga a la que amaba, seguramente esa mujer a la que quiso el muchacho, era tan aditiva como lo era Haru, pero a diferencia del chico, él no se confiaría por completo de ella como lo hizo Shisui, causando su muerte. Solo esperaba que esa maldita mujer hubiera muerto de la peor manera posible.

...

La mañana siguiente, Hinata se levantó temprano para cumplir con las obligaciones que le correspondían y también con un encargo extra, el cual ella misma quiso dar. Concentrada en lo que hacia, de pronto sintió como Izuna la rodeo por la cintura, haciéndole casi gritar del susto.

—Saldré de misión hoy mismo y quiero un beso de despedida—le susurro en el oído, erizándole la piel. El Uchiha la olisqueó mientras besaba esa piel clara y suave como fina porcelana.

La incito a levantar el rostro hacia él, con el fin de juntar los labios. A medida que el beso se volvía más y más candente, él no dejo de mover las manos recorriéndola por completo, hasta detenerse en los lindos senos. Después de unos segundos se separaron y la giró para encararlo.

—Hasta pronto—le dijo besándole el dorso de la mano, después se dio la vuelta para salir, no obstante, ella lo detuvo.

—¡Espere!—ruborizada le entregó unos bentos que preparó para Obito, para él y también le hizo uno a Kakashi. La noche anterior se había encontrado con Itachi en el vivero y después de conversar por unos minutos, el joven le informó sobre la misión de Izuna y Obito, sabiendo cuánto le gustaba a Obito su comida, quiso preparar algo para que lo comieran en el camino y esa fue la razón por la cual se levantó más temprano que de costumbre. Izuna la miró sin saber que decir, nunca esperó tal acto y eso lo dejó desarmado frente a ella. Hinata le hizo una respetuosa reverencia y les deseo suerte a los dos—¡Tengan cuidado y regresen con bien!—le dijo cuando el azabache finalmente pudo reaccionar, saliendo al encuentro con su sobrino.

[...]

Ino se llevó la mano a la boca, ante los eventos que iban visualizándose. Todavía le faltaban poco menos de la mitad, pero ya había mirado la llegada de Danzo al complejo Hyuga y los rostros de algunos miembros Hyuga comenzaron a filtrarse, entre ellos se hallaban el lider Hyuga y un joven llamado Neji. Ahora estaba mucho mas interesada que antes, en poder llegar hasta el fondo de todo lo que pasó.

—Esta bien por hoy, continuaremos mañana—anunció La rubia, con empatía hacia Sai.

—Permítanme hablar con el Hokage, por favor, es muy importante—rogó para tratar de persuadirlos pues de verdad tenía el deber moral de confesar todo lo que había hecho Danzo.

—No depende de mí... yo en verdad te ayudaría, pero estoy atada a seguir las reglas de seguridad. Créeme, te garantizo que falta muy poco para terminar y entonces yo misma me aseguraré de que puedas hablar con él—aseguró tratando de hacerle sentir mejor, aunque de sobre sabía que no lo estaba consiguiendo. Se puso de pie y camino hacia la bolsa que trajo con ella, con la intención de sacar un tazón donde vacío el contenido del Ramen, el cual compro antes de llegar al centro de interrogación.

—Tómalo, lo compre para ti—le puso el tazón frente a él y demoró unos segundos, hasta que finalmente el chico lo sostuvo en sus manos.

—Gracias—le agradeció mirando que ella no hacía mas que verlo comer—¿No comerás conmigo?— le cuestionó a la rubia quien parecía sonrojada, ante la intensa mirada del chico.

—S-si claro, yo también comeré contigo—se golpeó mentalmente por tartamudear, debido al nerviosismo que Sai le causaba. Esto no le ocurrirá desde los tiempos de la academia, cuando estaba loca por Sasuke y constantemente peleaba con Sakura por ganarse su atención. Comieron en silencio y después Ino guardó todos los utensilios que llevó.

—¿Te gustaría que trajera algo en especial? ¿Algo así como un libro o algo para que pases el día sin aburrirte?—le preguntó tratando de compensar el no poder ayudarle con el pedido que el chico hizo anteriormente.

Sai lo pensó por un momento y supo exactamente que pedir—¿Podrías traerme pinceles y un cuaderno de dibujo?—cuestionó sabiendo que no eran los suyos, los cuales le fueron incautados y que pondrían algún jutsu, con el fin de impedir que cobraran vida. De igual manera, aunque no fueran los suyos, por lo menos se distraería dibujando.

—Cuenta con ellos—aseguró mirándole triste por dejarlo ahí de nuevo—Mañana temprano estaré aquí—aviso la Yamanaka antes de marcharse y el joven a su vez, le regalo una sincera sonrisa.

[...]

—¡Hey ustedes!—grito Obito a los dos compañeros que no parecían escucharlo.

—¿Que pasa ahora Obito?—cuestionó Kakashi.

—Tengo hambre y adelante esta un río donde podemos pescar—su estómago rugió remarcando que decía la verdad, él tenía mucha hambre, puesto que no habían parado desde que salieron de Konoha y ya había anochecido sin comer nada en todo el día.

—Esta bien, acampemos aquí—les dijo Izuna saltando frente a ellos.

—Date prisa Kakashi, caza algo para la cena—ordenó Obito exasperado por tener tanta hambre.

—No hace falta cazar nada... traigo conmigo unos bentos—anunció Izuna, encendiendo la fogata. Terminó y le entregó uno a Obito y el otro a Kakashi, el cual no podía creer que también hubiera uno para él.

—¿Y esto?— cuestionó Obito abriendo el bento y percibiendo el agradable aroma—No me lo digas ya lo se—gritó alegre sabiendo quien había preparado la comida.

—¿Que quieres decir?—inquirió Kakashi también empezando a comer.

—Que Haru-chan conoce bien mis gustos... ella es la mejor, deberías probar sus dangos, Itachi y yo estamos enamorados de su sazón—declaró Obito causando molestia en Izuna al saber que ella preparaba comida para sus dos sobrinos, seguramente sucedió en el tiempo en que él estaba fuera realizando misiones.

—¡Haru! La linda niña de cabello largo, la misma que conocimos en la aldea y la cual estaba con Naruto—añadió el peli-plata recordando esa tarde.

—Ella misma—aclaró Obito.

—¿Sabes? Ella ha causado gran revuelo en Konoha, escuche a unos Anbus hablando de lo guapa que era, ademas dijeron que es muy amable con todas las personas—Izuna apretó la mandíbula y se levantó sin decir nada, dejando perplejos a los dos amigos.

...

Izuna maldijo interiormente por perder el control, pero saber que los hombres admiraban la belleza de la Hyuga, lo llenó de celos y ese sentimiento no le gustó en lo más mínimo. Ellos no eran nada ¿entonces porque se sentía de esa manera? Esa mujer lo estaba debilitando al grado de querer regresar el tiempo atrás, para impedir que la maltrataran como lo hicieron cuando la encontraron. Aun le hervía la sangre cuando recordaba las marcas en los delicados brazos y con asombro, pudo descubrir que sería capaz de asesinar a quien se atreviera a lastimarla de alguna manera.

...

Al momento de dormir, Izuna fue el primero en hacer guardia, seguido por Kakashi y por último le tocó a Obito. Después de recoger todo, partieron al país del hierro donde entregarían los pergaminos que les ordenó el Hokage.

La misión se completó con éxito y ahora se disponían a regresar, sin embargo, antes de llegar a Konoha, los detuvo un grupo de ninjas renegados. Uno de ellos era rubio con ojos azules, el cual volaba sobre un extraño pájaro blanco, otro parecía como una marioneta, después se mostraron otros dos quienes peleaban por algo de religión y dinero. Uno de ellos tenía el cabello plateado y el otro era de cabello negro.

—¿Que tenemos aquí..?— preguntó con sarcasmo el de cabello plateado, sin dejar de mostrar una desquiciada sonrisa.

—Son shinobis de la hoja y dos de ellos son Uchiha ¿Sabes cuánto pagarían por esos ojos?—preguntó el sujeto de cabello negro, buscando en un pequeño libro que sacó de entre sus bolsillos—También esta Hatake, este tiene que ser mi día de suerte—aseguró sonriendo.

—Primero haré sacrificios a Jashin-sama y después vendes lo que desees Kakuzu—ordenó molesto el peli-plata.

Mientras tanto, Kakashi miró hacia Obito y también a Izuna, los cuales ya se estaban preparando para la pelea, ambos se estiraban las articulaciones, como si disfrutaran lo que estaba por suceder. Permanecieron estirándose, cuando un estallido los hizo saltar a todos.

—DEIDARA... ERES UN IMBECIL HIJO DE PUTA—le grito el religioso y en ese momento la batalla comenzó.

—Hidan, encárgate de Hatake, Deidara y Sasori, encárguense de los otros dos—ordenó Kakuzu, mientras él hacía las cuentas de las jugosas ganancias que obtendría al vender los ninjas de Konoha.

—Hare el mejor sacrificio para mi dios contigo—aseguró Hidan riendo como un perturbado. Kakashi por su parte, no se molesto en responder nada, simplemente continuó con la batalla.

—Justo en el blanco hm—anunció Deidara cuando lanzó un sin fin de insectos blancos sobre Obito, los mismos que al tocar tierra comenzaron a estallar en cadena.

Izuna por otro lado se molestó por sentir que le dejaron al mas debilucho de todos, ya que apenas le llegaba al hombro y aún no atacaba. En segundos la situación cambió y el Uchiha se vio obligado a reconocer, que el sujeto no era tan débil como pensó, pero aún así, le hubiese gustado un mejor rival.

Durante mas de media hora, los seis involucrados continuaron la batalla, Obito estaba empezando a perder la paciencia con el fastidioso rubio, que no hacía mas que gritar y por momentos envidio tener el contrincante de Izuna, quien no pronunciaba ninguna palabra.

Kakashi, por su parte, pudo comprobar que el extraño sujeto religioso, era de cuidado, dado que en repetidas ocasiones, lo hirió de muerte y no parecía surtir efecto. Hidan sonrió y le confesó ser inmortal.

Kakuzu guardó el libro con la cantidad de dinero circulada y cruzándose de brazos se dedicó a observar la batalla, sin embargo, su concentración se perdió con la llegada de tres ninjas de la arena, quienes para variar, se disponían a dar pelea ayudando a los shinobis de la hoja.

—Hidan, Sasori, Deidara, es hora de irnos, dejaremos esto para después—les grito Kakuzu, sabiendo que serían derrotados si continuaban con la batalla. Los tres nombrados pararon lo que hacían y también lo hicieron los Uchiha al igual que Kakashi.

En el momento en que Izuna bajo la guardia, el aguijón de la marioneta se clavó en su brazo izquierdo, a la altura del hombro, obligándolo a soltar un jadeo debido a la sorpresa.

Sasori pensaba darle un segundo golpe, pero un remolino de arena lo arrojó lejos del Uchiha y así los cuatros renegados desaparecieron.

—¿Gaara-san?—Kakashi miró al Kazekage y a los dos hermanos de este.
El pelirrojo saludo con la cabeza y se dirigió hacia el Uchiha herido.

—Debemos darnos prisa, Sasori lo enveneno y sin ayuda médica, morirá en menos de dos días—anunció mirando como Izuna hacia un gesto de dolor.

—¿Existe antídoto?—preguntó Obito muy preocupado por lo dicho.

—Hasta donde sabemos, no existe ningún antídoto y nadie ha logrado sobrevivir al ataque de Sasori, aunque quizás en Konoha tengan algo para tratarlo, ya que el veneno viaja por los canales de chakra—añadió Temari, la hermana de Gaara mientras trataba la herida del Uchiha. Lo único que pudo hacer por el momento, fue desinfectarla.

—Nos dirigimos a Konoha, iremos con ustedes—esta vez fue Kankuro quien habló, ayudando con las pertenencias de Izuna.

[...]

Hinata salió del baño, se había duchado y comenzó a peinarse, mirándose en el espejo que tenía en su habitación, al peinar el flequillo hacia atrás para desheredar bien, el cepillo se le cayó de las manos y un jadeo de miedo escapó de su boca. El sello de su frente estaba desapareciendo, ya era muy poco lo que se veía y parecía que en uno o dos dias, ya no tendría nada. Se llenó de miedo, al pensar en la reacción de los Uchihas, lo mas seguro es que le dieran muerte, al ver que ya no estaba sellada. Pronto atarían cabos y llegarían a la conclusión, de que tal hecho, se debía a ser hija del líder. Ahora si tenía que buscar una solución, tal vez irse hacía donde nadie la conociera, después de todo, podía usar los contactos y así buscar trabajo en otra aldea. Sin saber que hacer, se fue al lugar donde podía tener un poco de paz, el cementerio Uchiha, donde descansaba su Shisui.

Se hallaba tan alterada cuando consiguió llegar y lo único que hizo fue derrumbarse a llorar sentada en el frío mármol, del que estaba hecha la lápida—No sabes la falta que me haces Shisui-kun—murmuro sin saber que hacer. Estuvo durante mucho tiempo sin cerciorarse de estar sola, como lo hacía siempre que visitaba a Shisui.

—¿Hinata-san?—preguntó una voz masculina, rompiendo el silencio de la oscura noche. Sin tomar tiempo en pensar y aún llorando, la ojiperla volteó el rostro respondiendo con un si, arrepintiéndose de inmediato al ver a Itachi frente a ella con la mirada de sorpresa.

—Lo sabía... sabia que había escuchado su voz—Hinata permaneció con la mirada hacia abajo, ahora si estaba en problemas—Usted fue quien me entregó a Shisui-kun ¿verdad?—ella afirmó sin titubear, ya no tenía casó querer mentir, no a Itachi quien fue tan intuitivo para descubrirla—¿Era usted la novia de mi primo?—cuestionó haciendo que ella levantara el rostro para mirarlo desconcertada por lo último que dijo, sobre ser el primo de Shisui, pero de todos modos respondió afirmando.

Itachi suspiró mirando directamente a la chica. Tenía algún tiempo de sospechar que ella no era quien decía ser. La primer señal, fue observar flores en la tumba de Shisui y no eran simples flores, eran girasoles, los cuales nadie de los Uchihas compraban, después fue cuando la miraron formar los leones de luz en sus puños. Puso atención a cada detalle, hasta que una noche la siguió rumbo a la cascada, donde la miró entrenar, mostrando técnicas que eran únicas del clan Uchiha, seguramente enseñadas por su primo y por último, la vio dos dias atrás, entrando en el cementerio. En las otras ocasiones, no se acercó, pero esa misma noche, ella no paraba de llorar y permaneció mucho mas tiempo, que las noches anteriores. Recordando su nombre, decidió lanzar su última carta para comprobar que no se equivocaba y la Hyuga cayó en la trampa de inmediato, reaccionando cuando ya era demacrado tarde.

—Aquí frente a la tumba de mi primo, quiero que sea usted sincera y me cuente todo, sin omitir ningún detalle ¿está claro?—preguntó mirándola a los ojos, que no habían dejado de estar derramando amargas lágrimas.

Hinata sabía que estaba en sus manos y ya no tenía nada que hacer, así que decidió contar absolutamente todo, total, si de todas maneras iba a morir, por lo menos se iría dejando al tanto a la familia de Shisui, de lo que en realidad pasó los días previos al desastre.

Sin dejar de llorar, contó todo sin omitir ni un solo detalle y al final, recordó lo del sello, fue entonces que levantó su flequillo mostrando la frente casi limpia.

Itachi escuchó atentamente y no sabía si podía creerle debido a lo que pasó, pero por otro lado, de no ser por ella, también él estuviera muerto y Shisui hubiese perdido los dos ojos, aún perdido en sus pensamientos, se quedó estático ante lo que ofreció la Hyuga frente a él.

—No tengo el sello y quiero que usted entre en mis memorias con sus ojos para que conozca el rostro del monstruo que asesinó a mi... que asesinó a Shisui-kun y así puedan vengarse de él—si con eso conseguía que los Uchihas vengaran a su amado, bien que valía la pena hacerlo sin importar cuánto más pudiera mirar.

Itachi, se acercó a ella y le levantó la barbilla—¡Mireme a los ojos Hyuga-san!—la ojiperla lo hizo y en ese momento, el joven tuvo acceso a todos los recuerdos de Hinata, desde que Danzo llegó al complejo, hasta el día que la dejó moribunda por ordenar que implantaran el sello varias veces en ella.

Lo que siguió, lo dejó avergonzado por el comportamiento de Sasuke y también aparecieron escenas subidas de tono, entre la chica y su tío. Sin querer hurgar mas de lo que ya había hurgado, salió de la mente de Hinata, sosteniéndola para que no cayera al pasto sin fuerza por lo que habían realizado.

—¿Que clase de poder fue el que uso para evitar que ese hombre extrajera el otro ojo de mi primo?—preguntó dudoso, ya que fue la luz que lo segó cuando le entregó a Shisui.

—No lo se... de verdad no lo se. Esa fue la tercera vez que lo desperté—confesó mirando hacia abajo.

—Nunca antes mire algo así, fue demasiado—confesó el Uchiha negando con la cabeza.

—Lo se, esa era la razón por la cual mi padre quería venir a Konoha. Solo mis padres sabían lo que podía despertar y me pidieron no decirle a nadie, ellos pensaban que si vivíamos protegidos dentro de Konoha, nadie me haría despertar toda esa destrucción que ocasionó al despertarlo—sin soportar más, cayo sobre la tumba llorando—Aunque no me crea Uchiha-san, yo de verdad lo amaba... lo amaba mucho—continuó llorando sin intentar levantarse.

—Lo se Hinata-san, también él la amaba demasiado, tanto que hubiera estado dispuesto a morir por usted de ser necesario. No tiene idea lo mucho que Shisui-kun hablaba sobre usted y sobre todas las virtudes que poseía su princesa—confesó sentándose junto a ella. Hinata al escucharlo sintió aún mas dolor y a la vez, se llenó de determinación.

—Por favor, recupere el ojo de Shisui y cobre venganza por todo lo que ese demonio les hizo quitándoles un miembro tan preciado como lo era él—finalmente tuvo el valor de encararlo mientras pidió venganza.

—No se preocupé, él pagará por todo el daño que hizo—aseguró el Uchiha palmeando la espalda de Hinata—ahora es tiempo de regresar, antes que alguien del clan nos vea—le ayudó a ponerse de pie, sintiéndose mal por la joven y por todo lo que tuvo que pasar en tan poco tiempo.

—¿Entonces no les dirá sobre mí?—cuestionó incrédula.

—No, esto quedará entre usted y yo, hasta que consiga mas información para poder acudir directamente con el Hokage—afirmó Itachi tranquilizando a la pobre chica—Y lo de su extraño poder tampoco dire nada a nadie—añadió con una mirada amable.

...

Los dos caminaron hacia la mansión Uchiha, cuando un grupo de personas llegaron corriendo con Izuna inconsciente.

—¿Que pasó?—inquirió Itachi, al momento que vio a Obito con Kakashi y otras personas, entre ellas el Kazekage y Tsunade, la mejor médica de la aldea.

—Nos emboscaron y un tipo que peleaba con marionetas le clavó un aguijón con  veneno letal—respondió Obito muy preocupado—y no pudimos llevarlo al hospital, porque Tsunade dijo que no tienen ningún antídoto y que lo mejor sería traerlo aquí a su propia habitación.

Hinata se llevó las manos al pecho tratando de calmar su herido corazón, el mismo que latía mas sonoro por la situación de Izuna.

Continuara.

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