Capitulo 7: Perdido

La noche había llegado al santuario, había demasiado silencio, muy poco movimiento, sólo uno que otro caballero saliendo para su templo, eso era inusual  si tenían en cuenta que el patriarca había cancelado los entrenamientos hasta nuevo aviso.

Mu cargaba a Kiki entre sus brazos, el pequeño estaba dormido mientras salida de Tauro. Al llegar a su casa fue a acostarlo.

—¿¡Mu!? —grita Saga entrando con prisa.

—¿Qué sucede Saga? ¿estás bien? — sale a su encuentro y lo ve con expresión preocupada.
—Si… eso creo — toma aire

—No pareces muy convencido, te preparé un poco de té, eso te ayudará a tranquilizarte.

—Necesito hablar con alguien… pero no sabía a quién acudir — se sienta en el comedor —, no tengo buena relación con la mayoría de los caballeros dorados.

—No seas exagerado, te creo más si lo dices por la hora que es — iba en dirección a la cocina, pero al escucharlo se detiene y va  a sentarse frente a él — ¿De que quieres hablar?

—Kanon… Kanon se marchó, no me dijo nada… sus cosas no están en géminis, lo busqué y no  pude sentir su cosmos ni siquiera— comenta con preocupación, aunque se le notaba más la tristeza.

—¿Se fue?, Pero pensé que le agradaba estar aquí. Se estaba llevando bien con todos, ni a Athena ni a mi maestro les molestaba que permaneciera aquí, es más mi maestro me dijo que le parecía bien que ustedes estuvieras juntos.

—¿Cómo? —lo último que dijo lo confundió.

—Para que se resolvieran sus problemas —trató de explicarlo. Mu muy rara vez se involucraba en la vida de los demás santos, no los juzgaba, ni criticaba, aunque la relación de los gemelos le causaba curiosidad. Le daba vergüenza preguntar, quizás eso sólo haría que Saga se sintiera peor.

—Me hubiera gustado que así fuera… — mira al lemuriano.

—Saga, trata de ser más positivo, quizás salió a cambiar de ambiente, mañana seguramente estará de regreso —intenta animarlo —, a veces es mejor estar solo para pensar, no tienes porqué pensar que es algo malo.

—Me cuesta creerlo, pero… lo intentaré. De todas maneras no hay mucho que pueda hacer. — El de Aries le sonríe y se levanta para ir a la cocina para traerle el té —. Sabía que eras el indicado…

—Saga… — sale con las tazas y la tetera — yo puedo escucharte, me gusta ayudar a los demás.
Al verlo le vuelve a sonríe e intenta tomar su mano — que afortunado es Shaka… —Ante su comentario casi derrama y tira todo —¡Uh! Déjame yo limpió.

Mu suspira y desvía su mirada — Saga, yo…

—¡Sshh! — pone su dedo en los labios del otro silenciándolo— Tranquilo no tienes que decir nada — sirve el té y lo ve—, no quiero incomodarte con mis palabras. Es más… olvídalo.

—No… es que… no me incómoda, sólo me tomaste por sorpresa… desde que hablamos respecto a los que sentíamos, no volvimos a tocar ese tema — asegura con incomodidad—, creí que ya estaba claro.

—¡Lo está! Mu, yo no deseaba dañarte, además… bueno en ese momento estaban tus sentimientos que aunque no muy claros, existían hacia alguien más, tu compañero de juegos y con quién te entiendes a la perfección desde hace años, desde niños— el pelilila asiente con su cabeza, recordaba que casi termina involucrado con Saga debido a su cercanía y amabilidad, ¡Que confusa situación! nunca se había enamorado, ni había tenido algún interés amoroso, pero justo para ese momento eran más los rumores, Saga y Aioros pasaban tiempo juntos, parecían más que amigos, Saga también invitaba a salir a Camus, le coqueteaba, ¿había química? Para el santo de la primera casa, era demasiado angustiante escuchar todo lo que aseguraban, sin contar que dentro del santuario existía alguien más, un santo dorado con quién siempre se sentía más a gusto, alguien qué además de escucharlo, le sirvió de paño de lágrimas, pero que era igual de inexperto que él así que de consejos nada. Fue entonces que una vez quiso hacer con Shaka lo que se suponía haría con Saga cuando estuvieran solos y que según él sería decisivo para su naciente relación. Aries y Virgo no se imaginaron que ese pequeño acercamiento desataría sentimientos y sensaciones entre ambos. Un amor genuino, inocente y torpe, pero verdadero. Eran el uno para el otro —. Tienes razón es tarde… es mejor que me retire — como en aquellas ocasiones recién revividos, el mayor de los gemelos tomó la mano del Ariano y la besó —. Gracias por todo… eres importante para mí.

Mu tenía cierto aprecio por Saga, él si creía en su cambio, confiaba en él plenamente, además de tener algunos recuerdos de Saga cuidando cuando él era aún pequeño — te acompaño a la salida — le sonríe, pero antes de dar un paso más hacia la salida — ¿Shaka?

—Mu, me dejaste pensando en Kiki, ¿todo en orden? — siendo quien era, ver a Shaka celoso y inventando excusas ridículas para aparecer de la nada y evitar que su pareja y Saga estuvieran solos era extraño. El caballero más cercano a Dios tenía debilidades, como cualquiera humano sentía molestia e inseguridades.

—Esta bien, Aldebarán fue cuidadoso con las golosinas —comenta con un tono serio, poco común en el lemuriano y más si era para dirigirle palabra a su pareja.

—Mu te hablo mañana. Gracias por todo — se despide y se gira para subir hasta géminis, pero al pasar junto al santo de virgo se detiene.

Cuídate Saga… — le advierte por medio del cosmos antes de adentrarse a Aries.

El mayor de los gemelos no respondió pero si le dedicó una mirada burlesca, es que está era una ocasión inusual y única. A Saga no le agradaba en lo más mínimo Shaka, infinidad de mal entendidos, además de que odiaba que se creyera superior. Pero prefería disimular con los demás tanto como pudiera, ya en varias ocasiones y debido algunos comentarios habían tenido que ir a misiones juntos siendo una verdadera pesadilla.

******

Dohko dejó la botella que tenía en su mano y fue a su habitación. Era extraño estar en libra, de hecho no veía ese templo como su casa, había pasado mucho tiempo viviendo en Cinco Picos y luego de revivir prácticamente convivía con Shion las 24 horas del día.

Su estado anímico era un completo caos, se sienta en la cama y cierra sus ojos, las palabras de Shion seguían dándoles vueltas. Como cualquier pareja habían tenido desacuerdo y discusiones, pero sentía que estaba vez era diferente, un vacío se estaba formando en su pecho, y el temor de perder lo que más amaba parecía crecer cada vez más.

Se sentía tan vulnerable, tan solo, se sentía como un jovencito que apenas estaba descubriendo el amor y el dolor del mismo. A su mente llegaron recuerdos de su vida pasada, de aquellos tiempos en los que Shion era su amigo y compañero de armas. En ese entonces llegó a sentirse como ahora o quizás peor — Albafica… — susurra y se deja caer en la cama. Aunque la situación había sido diferente, un completo malentendido que terminó en una fea confrontación con Manigoldo y un Shion que entre lágrimas le reprochaba por no confiar en él.

La crisis se superó, volvieron a darse una nueva oportunidad, fueron los únicos sobrevivientes, lo mismo que su amor, o eso creía. El tiempo, la distancia y demás circunstancias le gustara o no lo habían desgastado y el reflejo de ello, era en lo que se había convertido la relación desde que habían resucitado.

Athena les había dicho que deseaba que la vida de todos fuera diferente, que aprendieran y experimentaran otro tipos de cosas, sin que eso implicará dejara de ser caballeros dorados. Muchos no entendieron, él si, lo mismo que Shion, por eso fue que se ofreció a ayudarle al patriarca con su nueva vida, lo ayudaría a adaptarse, que supiera lo ocurrido en los años que estuvo ausente, Dohko le prometió que sin importar el tiempo ni lo complicado que fuera él le serviría de guía. Esa era su forma de decirle y demostrarle lo mucho que lo quería y le importaba.

La situación no le daba chance para que retomar la relación como si nada, eso no fue un problema ya que desde un inicio el de libra fue claro con su eterno compañero de armas, pero aunque habían quedado de ser amigos, fue Shion quien al pasar unos días cambió las reglas y terminó por sacar a relucir el tema de los sentimientos, además de insinuársele e incluso besarlo y dar rienda suelta a sus deseos sexuales. Así fue como volvieron a ser pareja y hacerlo oficial frente a todos los santos dorados, de bronce y hasta a ante la misma diosa Athena .

Se arrastra por la cama como puede y se acurruca. Era extraño ver al siempre sonriente y relajado Dohko con una expresión de tristeza e incertidumbre, está no era una de sus típicas discusiones, de esas que ya se estaban volviendo diarias y comunes, cada vez era más difícil ponerse de acuerdo en algo, además de esos celos y sobreprotección desmedida hacia Mu. No, Dohko no lo odiaba, de hecho le tenía un gran cariño al caballero de Aries, le preocupaba que lo que hacía y decía Shion terminará por sofocar a Shaka. Caballero a quien por cierto le había declarado la guerra.

Estira su brazo y agarra la almohada, de sus ojos brotaban algunas lágrimas, el dolor se estaba haciendo más grande — ay Shion… ay Shion… Shion… ¿es este nuestro final?  ¿Por qué yo siento que si?

Esta iba a ser una larga y eterna noche para el caballero dorado más viejo de la orden, y pensar que más de uno envidiada y hasta soñaba con llegar a tener una relación la de Shion y Dohko.

******

Me desperté por tercera o cuarta vez desde que me dejaron de solo en mi templo, todo a mi alrededor era oscuridad. Con un poco de dificultad intento encender la lámpara de la mesa de noche, me dolía el brazo y parte del pecho pero no era nada grave. Al lograrlo me siento y froto mis ojos, miro mi habitación, en la mesa de noche había algunos medicamentos, así como un botiquín y en una silla a su lado una vasija con agua y un paño adentro —que exagerados son todos….— como puedo me levanto en dirección al baño, había demasiado silencio para mí gusto, además de que había una situación que se hacía extraña, sé que durante la tarde y parte de la noche tuve fiebre y deliré, Dohko, Saga, el patriarca y…Shura habían venido, pero, ¿y mi hermano? ¿Qué había sucedido con Aioria? No recuerdo haber visto su rostro, ni escuchado su voz

Abro la llave y me doy un baño mientras intento recapitular todo lo sucedido en el día, eran demasiadas cosas, tenía una mezcla de sentimientos y sensaciones, me preocupaba la desaparición de Aioria y mi peculiar y nada sana situación con Shura. Bajo mi mirada, recordaba sus expresiones de preocupación y de angustia, esos ojos que siempre han despertado mis más bajos deseos con lágrimas… — ¡uuff! — a pesar de la temperatura del agua, la de  mi cuerpo volvía a subir.

......

—Me siento tan afortunado… tener a un guapo enfermero como tú…— mi mano aprisiona la Shura que escurría el paño que me pondría en la frente —, prométeme que solo me cuidarás a mí…

—Yo…este… eehh….— las mejillas de mi compañero se tornan carmesí.

Rio al verlo tan nervioso — parece que el que tuviera fiebre fueras tú… ¿Quieres que te cuide? Yo lo haría encantado, ¿Sabes? Quiero tenerte a mi lado.

Shura estaba temblando, miraba el suelo y ya no podía articular palabra alguna.
—¿Sabes? Me gusta que estemos así… solos… siempre he querido tiempo a solas contigo, es lo que necesitamos.

—Aioros dejé algo en la estufa, debo ir — hace un ademán y se suelta

Al verlo intento levantarme para detenerlo y abrazarlo, pero no tengo las fuerzas y se me escapa—¡ Shura ven! ¡Oye no me dejes así, yo de verdad quiero estar contigo! ¡Shura regresa, te quiero en mi cama ahora!

......

Golpeo la pared — ¡Maldición! — mis palabras sólo lo espantaron — no puedo seguir así — cierro la llave del agua, tomo una toalla y voy a mi habitación. Allí me detengo — después de decirle que lo quería en mi cama, de insinuarle que tenerlo conmigo en ese momento sería mejor que cualquier medicamento, tuvimos un momento… eso no fue un delirio, eso fue real tanto de ti como de mi parte… — toco mi labios mientras recuerdo el pequeño roce que tuvimos, ¿Si el patriarca y Saga no hubieran llegado? Recreo en mi mente esa escena.

Si antes tenía dudas ahora son más, no quiero pensar de más pero por un momento sentí que me correspondía y eso me hizo tan feliz. Tomo algo de ropa y me visto, no sabía qué horas eran, aún así camino hasta la salida y miro el templo Capricornio. Te tengo a unos escasos metros, tus ojos, tus gestos… Si no fuera porque me da terror perderte, iría a confrontarte, no le daría más largas a esto. Volvería a besarte, a abrazarte… aún puedo sentir tu aroma característico.

Aún es de noche y por lo que se ve falta para que amanezca, maldigo mi suerte, necesito consejos, necesito ver a Saga a primera hora, él de tener ideas sobre cómo es mejor proceder. Además quiero saber sobre lo que pasó una vez su ilustrísima nos encontró y los hizo irse, sólo espero que la situación de Shura frente al santuario y Athena no sea tan mala; tampoco debo ser adivino para saber que mi hermano debe estar metido en problemas, aunque por más que lo intento no logro sentir su cosmos — Aiorias… ¿Aioria? ¿Hermano me escuchas?

******

El santo de Leo se toca la cabeza y se levanta — Marín, ¿por qué no nos vamos ya?

—¿Eh? ¿No dijiste que hablarías con el patriarca? — la mujer sale de la habitación —, por ello retrasé el viaje.

—No, no es necesario, yo puedo irme contigo sin avisar — se encoje de hombros — salgamos ya, aún no amanece. Rodorio es un infierno en las mañanas.

—¿Estás hablando enserio Aioria? Pero hace un rato me dijiste que debías avisarle al patriarca, además que querías ver a tu hermano. No te preocupes no tengo afán.

—Puedo decir que surgió un problema y tuve que irme, que fue algo de improvisto, y lo de mi hermano…— suspira y hace una mueca de rabia — a él le importa más lo que le ocurre al traidor de Shura que a mí… él ya tomó una decisión— estaba dolido y molesto con ambos caballeros, a eso se le sumaba Saga, aunque ya luego arreglaría cuentas con él.

—Sigo pensando que lo estás malinterpretando y que quizás las cosas no son así — insiste acercándosele —. Aioria tu hermano te ama, en lugar de estar peleando con él debiste ir a verlo, y solucionar todo… — la mujer baja la mirada —, no sabes cuánto desearía poder ver a mi hermano, abrazarlo y decirle cuánto lo amo y lo extraño.

—Marin…— se acerca y la abraza —lo siento, se que este tipo de conversación te ponen mal, no era mi intención.

—No importa — lo mira mientras el santo acaricia sus mejillas y la besa —, te haré caso por esta vez… alistó una última cosa para que mañana recoja Shaina y nos vamos — lo vuelve a besar.

—Esta bien — se sienta y la espera mientras ignora los insistentes llamados de Aioros, también había ignorado los de Mu y Dohko más temprano. Lo último que deseaba era saber algo de santuario. Eso le traería problemas aunque no le importaba, ya no era ese niño al que todos molestaban y acusaban de traidor, tantas veces deseo huir, pero en ese tiempo eso era impensable. Ahora siendo un adulto, que más daba escapar de sus responsabilidades.

******

Finalmente amaneció y como era costumbre de los primeros en despertar. Shion gira en la cama y abre sus ojos un poco — Dohko… — estira su brazo para acercarlo a su cuerpo — oye Dohko ven que ya me tengo que despertar… — balbucea apenas pero no logra encontrar el cuerpo de su ¿Ex amante? — ¿Dohko? — se levanta y se encuentra solo, enseguida la realidad le cae encima. Toca su cabeza el dolor seguía ahí — que molesto…¡Ugh!— abandona la cama y busca algo de ropa recordando que ese día no había entrenamiento, ninguna reunión, ni misión, salió a la cocina a preparar algo de desayunar, al llegar encuentra todo listo— Dohko… — efectivamente el de libra había venido mucho antes y le había preparado el desayuno, además de eso le había dejado en la mesa un vaso con la medicina que debía tomar para el dolor de cabeza. El ver todo eso lo hicieron sentir mal —quizás exageré y llevé las cosas a un punto que no era el correcto — suspira y sirve la comida para luego sentarse a comer, ese lugar tan grande y tan vacío, lo hacía sentir pésimo, estaba acostumbrado a desayunar con Dohko y a discutir sobre lo que debía hacer en el día, además de escuchar algún comentario fuera de lugar del santo de libra, algún chiste o cualquier cosa que terminaba con un beso, una invitación a bañarse juntos, aunque últimamente terminaban discutiendo y cada uno se iba por su lado.

Para no pensar más en eso tomó una de las cartas de la correspondencia que también había dejado organizada sobre la mesa para que la pudiera revisar — ni modos creo que hoy no será ningún día de descanso…— se soba la sien y manda llamar a unos soldados.

******

A pesar de que no habían entrenamientos y como dormir no era de las cosas que pudiera hacer opté por practicar un poco mis ataques, mi templo hacía poco había sido reconstruido y remodelado así que preferí salir y en la parte de atrás comencé a lanzar mis ataques, quería que mi Excalibur fuera la más afilada.

—Uy hombre no…— una mata de pelos sin ningún orden aparece por la puerta de Acuario — es muy temprano, muchos queremos descansar. Así que por favor no queremos ninguna destrucción en acuario — me advierte Milo mientras bosteza — parece que no has aprendido nada de lo que a ocurrido en estos últimos días, ¿Quién será tu próxima víctima?

—Milo, ¡lárgate! Cómo dices es demasiado temprano y no yo no tengo interés en comenzar una discusión absurda contigo, eso sería perder valioso tiempo.

—¡Agh! No te respondo nada más porque Camus me espera para desayunar — comenta y me dirige una última mirada asesina.

—Que gilipollas — me sobo la sien y le doy la espalda—¡Excalibur!

—Buenos días Shu… — el viejo maestro brinca y termina en una de las columnas del templo de Capricornio — ¡uh! Que original Shura, la verdad es que nunca me habían recibido con un ataque.

—¡Viejo maestro! Lo siento, no me fijé, es que estaba discutiendo con Milo y no me di cuenta que usted estaba aquí. ¿se encuentra bien?

Brinca — si, no fue nada. A pesar de mis años tengo buenos reflejos — sonríe —, aunque debe estar más pendiente, no creo que quieras herir a nadie más, ¿O me equivoco?

—¡No! Eso sí que no — de sólo recordarlo me remuerde la consciencia.

—Bueno, ya tranquilo no tienes porqué ponerte así, no has matado a nadie— se aproxima y me da unos golpecitos en el hombro—, quería saber cómo estabas, pero  por lo que veo sigues afectado con todo lo que pasó.

—¿Maestro ya desayunó? Si gusta yo puedo invitarlo — lo miro y camino al interior de mi casa. Era mi manera de evadir su pregunta. La verdad es que estaba peor que ayer, no había podido dormir nada. Me sentía ansioso, además que aún no sabía que iba a pasar conmigo, había ido donde el patriarca como me lo había perdido y no me había atendido, ni dejado ningún mensaje.

—Gracias, pero ya comí, algo pequeño, pero bueno, desperté sin hambre .

—Ya veo — lo miro y encuentro que el viejo maestro de libra carga una expresión cansada muy parecida a la mía.

—¿Cómo te sientes Shura? ¿Qué te dijo Shion? ¿Algo grave qué reportar?

—Un poco abrumado, no se qué va a pasar conmigo…  ¿eh?— ¿acaso no sabe nada del patriarca? que extraño ellos viven juntos prácticamente, él siempre sabe todo — no lo sé, su ilustrísima me pidió que fuera a su despacho, pero no me atendió— lo miro esperando que me aclare lo que sucede —, lo espere por casi dos horas y no hubo respuesta alguna.

—¡Ah! Bueno Shura ten en cuenta que ayer Shion terminó con una terrible jaqueca, tuve que darle medicamentos, así que fue mejor que se fuera a descansar, por eso canceló los entrenamientos y en general todo — intenta convencerme. De repente la cara de viejo maestro cambia por completo, sus ojos se fijan en la ventana — ¡Uh! espera, ya regreso.

—¿Maestro? ¿Le sucede algo?— sin pensarlo lo sigo, en la entrada veo como habla con dos soldados, parecía molesto.

—Este mensaje es de parte de su ilustrísima, nos pidió que se lo entregamos y también dijo que era mejor que nadie se acercará a su despacho.

¿Eh? ¿Esto que significa? Me imagino que hablará de nosotros los caballeros dorados, no de el viejo maestro de libra, él puede hacer lo que quiera, es el segundo al mando si no contamos a Athena claro.

—Si, ya estoy leyendo. Gracias por la información— se da la vuelta y vuelve conmigo —. Shion y sus locuras, quiere tomarse el día libre.. — niega con su cabeza aprieta la hoja con fuerza hasta romperla.

Algo estaba pasando, no estaba seguro de si creerle —Ya… maestro…

—Shura por favor deja los formalismos, me llamo Dohko, ¡Llámame así!

—Lo siento, lo haré — ¿Está furioso?

—Se acabó el día de descanso, nos vemos al rato  — comenta y se va a la salida apretando su quijada.

—¿¡Qué!?Mae...¿Dohko?

—¡En un rato te daré la información correspondiente! ¡desayuna y descansa lo que puedas! — alcanza a gritar .

—Bueno parece que él también lo necesita — me dispongo a comer. Aunque desde anoche tengo el estómago cerrado. Mi noche fue un infierno, lloré, me lamenté, le rogué a Athena porque me ayudara y perdonará todos mis pecados, le prometí que haría todo lo que estuviera a mi alcance para ya olvidarme de Aioros, ya no me aferraría al pasado, lo atesoraría. En medio de mi llanto y mi angustia le agradecí a Athena por permitirme haber podido compartir junto a Aioros, por la familia que alguna vez fuimos.

Con ese pensamiento intento llevarme a la boca un pedazo de fruta.

******

Mientras unos caballeros parecían tener un mal día, había otros que por el contrario estaban tranquilos, se podría decir que hasta felices estaban, ese parecía ser caso del santo de la segunda que regresaba de Rodorio con una expresión de frescura en su rostro. —Hola Mu — saluda al ver que su amigo se acerca.

—Hola Aldebarán — le devuelve el saludo aunque no lo mira.

—¿Vas para Rodorio? — levanta una ceja.

Se encoje de hombros —le prometí a Kiki que haríamos un pastel así que iré a comprar algunos ingredientes que me hacen falta — comenta y apenas cruza su mirada. Su voz y sus ojos, parecía irritado.

—Ya veo… fui temprano al mercado, me hubieras dicho, yo…

—No, ayer hiciste más que suficiente por Kiki — suspira.

—¡Ah! Sabes que siempre que lo necesites puedes buscarme, tu discípulo es niño muy agradable y divertido, aunque tienen cierto parecido a ti, cuando eras niño — ríe ante su comentario esperándote que su amigo hiciera lo mismo pero en lugar de una risa se encuentra con una rostro serio— vaya Mu ya estás tomando las costumbres de Shaka — rasca su cabeza — por cierto, hace un momento me encontré con Shaina — suspira — tengo noticias de Aioria...

—¿Qué?¿Le sucedido algo?

—No, él esta bien…. El problema es que se fue del Santuario y tampoco está en Rodorio — hace una mueca —, su ilustrísima se va a molestar.

—¿Se fue? ¿A dónde?

—Shaina me dijo que Aioria y Marin estaban juntos, se fueron en la madrugada, pero ni ella sabe para dónde se fueron.

—¡Huyo! — niega con la cabeza repetidamente — No desea que lo molestemos, por eso no me respondió.

—Eso mismo pensé. — desde su encuentro no había dejado de analizar a su vecino — por cierto… Mu, ¿Tú estás bien? Es que no creo que la noticia de Aioria te haya puesto así — las ticas de su frente parecían juntarse, además de su voz, parecía que algo le disgustaba, eso era inusual. Si exista alguien tranquilo entre los 12 caballeros dorados, ese era el guardián de Aries.

—¿Uh? No creo… pero no te preocupes, yo le daré la información de Aioria a mi maestro — asegura  y se despide moviendo la mano.

—Ah… si, nos vemos Mu —  no comprendía nada, aunque que más daba, su amigo y vecino podía tener un mal momento y estar enfadado, ¿No?

******

—¿Aioros? — ya había sentido su cosmos alborotado, pero igual esperaba que entrara a buscarme — ¿Aioros? — ingresa a mi habitación — ¡Ay idiota pensé que dormías! ¡podías hablarme!

Sonrío — buenos días Saga, que bueno verte — le digo mientras termino de comer y me acomodo en la cama.

Se soba la sien —oye, ¿si está bien que estés despierto?

—¿Qué se supone que haga? — levanto una ceja — no estoy moribundo como para andar durmiendo, es más estoy aburrido de estar en esta habitación. No me había fijado que es demasiado pequeña.

Toma la silla de junto y se sienta allí para mirarme con cara de pocos amigos —¡que tragedia!

—Pues si, pero no tanto como la que cargas tu — me cruzo de brazos.

—¡Si lo es! Kanon se fue y no dijo para donde, no planea regresar — cierra sus ojos y toma aire — no pude dormir, no se a donde ir a buscarlo, estoy preocupado y desesperado. No pensé que de verdad se fuera, no lo creí capaz… me amenazó pero estaba tan convencido de que me quería y que sólo conmigo quería estar que no lo creí capaz y me ahora estoy solo… — cubre sus ojos — se cansó de mi… de mis estupideces… yo… estoy tan perdido.

—Y me buscas a mi para que te a aconseje… — quisiera ayudarlo, pero estoy igual o peor que él — vienes al lugar equivocado Saga, lo siento. No tengo absolutamente nada que decirte.

—No. De techo vengo porque necesito desahogarme con alguien… no tengo a nadie a quien más acudir…

—Si dejaras de provocar a Milo y a Shaka, seguramente Camus y Mu podrían escucharte, ambos te estiman, pero tú sólo vas con ellos para luego hacer que se peleen con sus parejas, te diré lo mismo que hace unos meses, Saga tienes que cambiar de estrategia, por lo mismo me atrevería a decir que Kanon se fue, tú no te tomas las cosas enserio.

—Ay Aioros, tú no deberías decirme eso — me mira fijo —, ¿se te olvida que te he escuchado hablar, quejarte y hasta prometer que ya vas a dejar todo lo relacionado con Shura?, pero que raro… justo ayer te encontré junto con su ilustrísima en una situación bastante comprometedora.

—¡Touche! — le regreso la mirada.

—¿Y? — mueve sus manos esperando que le contará no se qué cosas.

—¿Qué?

—¿Cómo que qué? Aioros, Shura y tú se besaron, avanzaron bastante — menciona con emoción.

—Ya quisiera… — no puedo evitar reírme — más bien retrocedí y creo que estoy más perdido que nunca. — niego repetidamente con mi cabeza — eso no fue un beso.

—¡Otro! Pensé que el idiota era Shura pero veo que no, con más verás deben ser pareja.

—¡Saga! Modula tu lenguaje y no lo trates así. Además… — Saga y Shura hablaron, ese comentario me lo confirma.

—Ay lo siento, pero es inevitable.

—¿Saga tú hablaste con Shura? — me estaba muriendo de curiosidad.

—Pues… ¿Tú te refieres a ayer específicamente?

—¿Eh? ¿Han hablado otras veces? — espera, ¿Saga sabe algo que yo no? Pero si nosotros somos amigos, él me cuenta todo.

—Somos amigos, nos tacharon de traidores, ¿Tú que crees?

—Ya sé, ¡Trío de traidores! Pero no me refiero a eso, sino a que… ¿Saga, alguna vez Shura te a dicho algo respecto a mi? Contando con el día de ayer obviamente — Saga tiene una peculiar habilidad de sacarme de quicio.

—Pues si, Shura tiene dudas sobre ti, ya te lo he dicho antes, es que has dejado pasar mucho tiempo sin aclarar las cosas y eso a generado muchas inseguridades, además con lo de ayer, pues él esta seguro que todo esto fue producto de tus delirios, pero conociéndote sé que esos supuestos delirios no existieron y muy seguramente te aprovéchate para demostrarle mucho de lo que quieres hacer, pero como se supone que andabas moribundo eso sólo va a ser un…

—Escuchen caballeros dorados de las doce casas, sé que muchos pensaba que hoy sería una día para descansar pero me temo que no va ser así. Necesito que estén reunidos a las afueras del templo del patriarca en un hora. Surgieron dos misiones de improvisto, además de que debo darle alguna información extra.

—¿Y por qué está usted dando esa información?

—¡Saga! por favor, eso es lo de menos

—Shion me lo encomendó, pues debido a lo últimos acontecimientos se encuentra un poco cansado y se tomará el día de hoy.

******

¿Qué mi maestro se toma un día de descanso? Eso no lo creo, ¿él se encuentra bien? — pregunta mientras bate la mezcla del pastel —. Por favor dígame la verdad, ¿necesita ayuda?

Mu tranquilo, sólo debe descansar un poco. Confía en mí, tu maestro está perfecto.

—Esta bien — no parecía muy convencido.

******
Entonces, ¿él no nos está escuchando? — cuestiona Aldebarán.

No, Shion debe descansar para que reponga fuerzas.

—¿Entonces puedo hablar sin problema sobre Aioria?

¿De Aioria? ¿Qué sucede con Aioria? ¿Te comunícate con él?

¿Mi hermano? Uy qué bueno, porque a mí no me respondió, ¿Qué te dijo Aldebarán? ¡Habla!

—No. En la mañana me encontré con Shaina en Rodorio y ella me dijo que ayer Aioria estaba con Marín y que en la madrugada se fueron juntos, no están en Grecia.

—¿!Qué!? ¿Se escapó?

Pero Aioria… — Aioros lanza varios insultos en griego haciendo que más de un santo se riera y sorprendiera.

******

Ay no, si sólo están hablando para insultar al leoncito es mejor que lo dejen para después, yo también quiero tomarme el día libre — Death Mask se cubre con las sábanas de la cama de Afrodita, preparándose para dormir.

—¡Angelo por favor! — Afrodita sale del baño con una bata y una toalla enrollada en la cabeza —¡levántate! — exclama y le quita las sábanas —No se preocupe, yo llevo a Deathmask, es más no le ponga cuidado. Él sólo lo dice por molestar ¡Es un tonto que no quiere madurar!

¡No Afrodita! No me lleves, tú mejor ven conmigo a la cama.

******

Gracias por la información — ahora quien habla es Shura buscando que ignoraran los comentarios de sus amigos, quienes parecían discutir olvidando que todos los escuchaban.

******

Por cierto, espero que Milo y Camus hayan entendido el mensaje.

—Entendido, perfectamente— responde Camus rápido en un intento por sonar normal.

******

—Jum sospechoso… pero ya que… yo reclamaré mi día de descanso o si puedo me escapó como lo hizo Aioria, podemos irnos tú y yo, il mio bel fiore.

Si sabes lo que te conviene es mejor que no — fue el mensaje de Dohko —. Los veo en un rato.

******

En Acuario…

—Eso es una broma de muy mal gusto — susurra mientras le muerde el cuello al francés que estaba sentado a horcajadas sobre el escorpión con las sábanas enrolladas en la parte baja de sus desnudas cinturas — no te voy a dejar… estaremos en la cama todo el día. Cómo te lo prometí en el desayuno.

Su ojos ya estaban brillantes y sus mejillas sonrojadas—Milo…Milo por favor ¡mmmhh! — no lo deja hablar sigue con las embestidas y los besos por su cuerpo — ¡D-debemos mmmhh ir! ¡aahh! ¡Milo! — le entierra las uñas en su espalda, era demasiado tarde como para detenerlo o negarse.

******

—¡Que estúpido! ¡Que irresponsable! — me levanto de la cama de golpe — ¿Pero en qué está pensando Aioria? — ya tenía bastante como para ahora sumar lo de mi hermano el escapista.

—¿Qué estás haciendo? ¡Vuelve a la cama!, tú debes reposar o sino no vas a recuperarte pronto.

—¡Saga deja de tratarme así! no estoy como para morirme— todo me fastidiaba —, no puedo quedarme aquí, no ahora que el tonto de mi hermano decidió huir con su novia — tomo algunas vendas y las pongo en mi brazo y pecho, sin pensar en si quedan bien o mal —. Sé que he dicho antes que mi hermano ya no es el pequeño niño que dejé, pero me retracto, esto parece un berrinche.

—Lo es de hecho, pero tranquilo, esta chica mmm, ¿Marín?, ella no es mala persona, seguro que ella lo debe estar aconsejando y guiando.

—Ah! No pues que buena guía resultó.

—No la juzgues, ¿no la conoces o si?— fija sus ojos en mi —. Tú no eres así.

—No, sólo la he visto un par de veces, nunca la he tratado  y no la estoy juzgando…— la verdad es que lo de Aioria sólo había aumentado el malhumor que cargaba desde más temprano —. No puedo quedarme aquí.

— Cálmate Aioros — inútilmente intenta detenerme pero salgo de Sagitario — ¡Aioros!— me llama varias veces, pero no le pongo cuidado.

Continuará...




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