Capítulo 9

Ambos observaban como Unity entraba a la mansión apretando sus puños muy molesto, Deuteros sabía que tenían dos opciones: correr lo más lejos que pudieran ó tomar nuevamente ese auto y aprovechar que el dueño había entrado a la mansión.

Aunque correr no era la mejor opción porqué no podía arriesgar a su amado Degel y aún más en la situación que se encontraba.

— Toma mi mano Degel, tendremos que tomar el auto — Le susurró entrelazando sus dedos con los de su pareja.

Degel asintió y ambos trataron de llegar hasta el auto agachados para que Unity no se diera cuenta.

Por fortuna entre la molestia del dueño de la mansión no se percató que dejó las llaves puestas.
— Haremos esto rápido— Le susurró Deuteros a su pareja y por medio de señas le dio la indicación que se subiera al auto, el gemelo menor hizo lo mismo.

Aunque el sonido del encendido quizá los delató, rápidamente comenzó a manejar para salir de ahí lo más rápido posible.

— ¡Esos dos van ahí! — Gritó Unity mirando a través de la ventana molesto. Nuevamente salió para tomar otro auto que tenía cerca, después de todo contaba con varios autos para cualquier ocasión y todo eso gracias a los negocios sucios donde estaba metido.

Estaba completamente seguro que le daría alcance al auto...

Mientras Deuteros manejaba para alejarse de ahí, le había llamado a su hermano Aspros para pedirle el gran favor de que cuidara a Degel.
Era un hecho que le seguiría los pasos y que conociendo el mundo en el que vive los buscaría hasta por debajo de las piedras.

— ¿Porqué Deuteros? — Cuestionaba con tristeza Degel al ver que su amado lo dejaría a cargo de su gemelo, todo con tal de ver como se libraba de Unity — ¡No quiero perderte, así como perdí a Kardia... No otra vez!

Deuteros mientras manejaba, con otra mano tomó la de amado galo y depositó un beso en su dorso — Te prometí que te sacaría de ahí y eso estoy haciendo... Ya le dije a mi hermano que cuide de ti, no te aseguro que saldré con vida pero te juro que haré todo lo posible por verte de nuevo.

La tristeza invadía ese momento, Degel dejó escapar unas lágrimas.
Deuteros se estacionó frente a una casa, de manera repentina la puerta de aquel hogar se abrió, era una persona muy idéntica a su amado Deuteros, con la diferencia de que su tonalidad de piel era más clara.

— ¡Rápido Degel... Entra! — Exclamó Deuteros, de manera repentina ambos se despidieron con un suave roce de labios y un abrazo.
Sin embargo el momento se vio interrumpido cuando Aspros tomó del brazo a Degel.

— ¡Luego la haces de Romeo idiota... A lo lejos viene un auto manejando como loco desquiciado!

— ¡Unity! — Deuteros esperó que Degel bajara del auto y sin dar una explicación encendió el auto para despistar el momento en el que su gemelo mayor metía a Degel en su casa.

Por medio del espejo del retrovisor observaba que en realidad era Unity quien venía manejando, pasaba entre los demás autos ganándose reclamos por parte de los demás conductores.

No sabía que hacer en realidad, debía salir de la ciudad, lo que menos quería era causar algún accidente con las personas que pasaban en ese lugar.
Se aseguró de llevar suficiente combustible y esperó que le diera alcance.
No había más, tenía que buscar la forma de deshacerse de él.

Parecía una persecución como en las películas de ficción, aunque en ocasiones la supera la realidad y justamente eso estaba por ocurrirle.
De pronto se le vino a la idea aquel sitio cuando conoció a Degel, justamente en ese mirador donde quería acabar con la mala vida que llevaba.
Tomó ese rumbo seguido de Unity quien ya lo había alcanzado y le seguía su andar.

De pronto cuando llegó a ese mirador se estacionó y se bajó rápidamente del auto para evitar que lo viera.

— ¡Deuteros da la cara! — Gritaba Unity mientras se estacionaba a la par del moreno mientras azotaba su puerta.

— ¡No creas que no sé lo que Degel y tú hicieron... ¿Donde está?! — Mientras Unity hacía esas preguntas comenzaba abrir las puertas del auto donde venía el moreno y al no encontrar lo que quería, cerraba las puertas azotándolas con molestia.

Deuteros permanecía agachado esperando el momento para que se le acercara y así tratar de detenerlo.
Afortunadamente no pasaban muchos autos por ese lugar.

— Te ahorrarías todas mis amenazas si me dijeras en donde está Degel — Quería provocarlo para que saliera de una vez por todas, se llevó una mano detrás de su espalda, ahí llevaba un arma escondida.

— Aunque me mates... Jamás te diría donde está Degel... ¡No lo mereces¡ —Gritó y de manera repentina se abalanzó sobre ese sujeto para tirarlo al suelo y quitándole el arma lanzándolo en aquél mirador.

— Ja — Sonrió con malicia Unity — Siempre ustedes dos se buscaban con la mirada, no crean que jamás me di cuenta... — Deuteros lo interrumpió aún inmovilizado a Unity en el suelo.

— Si... Tienes razón, pero fué por aquel sentimiento que surgió en mi alma por él — Respondió el gemelo menor con molestia sin soltarlo.

— Tendrás el mismo fin que Kardia y mi hermana... Así acaban en mis manos todos aquellos que quieren lograr algo con mi esposo — Después de decir esto sonrió de lado intentando hacerlo caer en su juego para poder quitárselo de encima.

— ¡Tu los mataste! ¡Acabaste con la alegría de mi amado Degel!... Eres un maldito desgraciado — Deuteros estaba muy molesto, estaba por darle un golpe directamente a su rostro cuando escuchó el sonido de un auto llegando hasta donde estaban ellos.

De color negro y con vidrios polarizados, era el mismo hombre de cabellos negros y mirada asesina, en la mañana le había entregado el dinero que Unity mandó.

— Será mejor que te vayas antes de que termine contigo también.

Deuteros al verlo, rápidamente soltó a Unity y comenzó a retroceder.
En ese momento Hades le aventó un pequeño fajo de billetes — Aquí no viste nada... Cuidadito y me delates porqué iré sobre ti,  ese dinero es para comprar tu silencio.

Unity solo miraba como Deuteros nuevamente se subía al auto y se alejaba rápidamente.
Hades lo tomó a la fuerza y lo subió a su auto, tenía muchas cosas pendientes con él.








El reloj marcaba la media noche, Degel estaba preocupado por Deuteros.
Aspros intentaba tranquilizarlo, también muy en el fondo le preocupaba su hermano.

— Él vendrá, lo sé — Respondió el gemelo mayor entregándole una taza de té relajante a la pareja de su hermano.

— No quiero que le pase  nada... — Degel no terminó de hablar, el sonido del timbre interrumpió esas palabras.

Aspros se acercó con  cautela para abrir, pero se llevó una gran sorpresa al darse cuenta que  se trataba de su hermano — ¡Deuteros... Al parecer tienes más vidas que un gato! — Bromeó un poco con él y después lo abrazó.

— ¡Deuteros! — Degel dejó su taza en la mesa y corrió a los brazos de su amado.

— Estamos juntos... Para siempre — Respondió el gemelo menor tomando a Degel entre sus brazos y besando esos labios que eran su perdición.

— ¡Oh por favor si van a empezar de melosos vayan a un hotel! — Aspros se giró mientras les daba la espalda.

Deuteros y Degel se rieron ante el comentario de Aspros, el gemelo menor cerró la puerta y los tres tomaron asiento en los sillones.
Comenzó a platicarles lo sucedido, aunque al llegar a la parte donde Unity le dijo que había sido él quien privó de la vida a su hermana y a Kardia prefirió omitirlo para que esa noticia no afectara a Degel en su estado en el que se encontraba con su pequeño en camino...


En esa noche ambos durmieron como siempre lo desearon, juntos y esta vez sin que nadie los molestara.

A la mañana siguiente Deuteros encendió el televisor de su habitación mientras Degel seguía profundamente dormido sobre su pecho.
Un bello ángel que no quería despertar.

Mientras cambiaba de canales con el control remoto se encontró con la noticia que un hombre al que se le conocía como Unity, había fallecido en un accidente en la autopista.
Muchos lo asociaron que desde antes de salir, en la ciudad manejaba descontroladamente y eso derivó a terminar con su vida.

Sabía el gemelo menor que eso era imposible, ya que Hades le dijo que no hablara nada.
Aunque así fuera no lo haría, tenía a Degel a su lado y era todo lo que su vida necesitaba.

Aburrido de las noticias mañaneras, apagó su televisión y mejor abrazó a Degel para que siguieran durmiendo.

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Personitas bellas falta cerrar con el capítulo 10 y se acabó.
Espero que les haya gustado, en unos días subo ya el final.
Sin más me despido les mando un abrazo los quiero 🥰🥰🥰

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