Desacuerdos

- Nagisa...- una ligera voz, al parecer familiar llama mi atención en medio de mi ensoñación- Cariño...- solo había una persona que me llamaba de esa forma, abrí los ojos de a poco, sobresaltandome al sentir un par de besos en el cuello.

Abro los ojos casi de golpe, la luz dificulta mi visión, estaba... ¿Dónde estoy?, cuando distingo mejor mi entorno distingo los asientos de una especie de autobús.

- Por fin despiertas Nagi~ - reconozco la voz, volteo a mirar hacia mí derecha encontrándome con el pelirrojo a mi lado, sonriendome.

- ¿Eh?, ¿Ya llegamos?

- Así es, te quedaste dormido luego de llorar un poco- acerca su mano a mi rostro, acariciando con su pulgar debajo de mi ojo izquierdo- Aún tienes los ojos rojos y un poco hinchados.

Ah... Es cierto... Todo ha acabado.

Después de haberme quedado dormido entre los brazos de Karma, fuimos despertado por Kaede-san quien nos pidió volver al salón ya que Karasuna-sensei tenía algo que decirnos.

A pesar de que este nos dijera que guardaramos discreción con respecto a ese tema, todos sabíamos que no podíamos mencionar ni una palabra acerca de ello. Megu-san, en representación de todos le pidió al pelinegro que nos permitieran ir a la graduación de la academia, siendo aceptada nuestra petición.

La ceremonia pasó, pero después de eso, no me esperaba encontrarme con mis padres, ambos en la academia. ¿Cómo fue que pasó eso?

Según lo que dijo mi padre, tal parece que Koro-sensei le hizo una visita a mediados del mes pasado, donde le habló de mí y de mi pequeña petición algo tonta pero significativa... Prefería que me llamaran por mi nombre que por mi apellido, ya que tenia la esperanza de volver a tener el de mi padre. Al darse cuenta que me esforzaba para mejorar a mi mamera, ambos se dieron una oportunidad para volver a intentarlo... Aquello me hizo feliz pero no pude evitar mis lágrimas de por medio.

Los periodistas al enterarse que la ceremonia terminó, intentaron obtener información a la fuerza, es por eso que Karasuna-sensei y sus compañeros intentaron contenerlos, pero, hubo algunos que pudieron sobrepasar la barrera de los hombres del ejército intentando acercarse a nosotros. Fue grande mi sorpresa al ver como Asano-kun y los grandes de la clase A nos reunieron a todos para ponernos debajo de una especie de lona de tela con el símbolo de la academia alejando a los periodistas y ayudándonos a llegar al autobús que nos esperaba.

Fuí el último en subir a este, no sin antes darles una última mirada a estos y sonreírles por su acción. Caminé buscando un lugar libre, había uno junto a mi novio, así que no dude en sentarme, no sin antes pedir que me dejara al lado de la ventana. Aún me encontraba sensible y con mis emociones alteradas, las lágrimas fueron partes de las chispas del pastel, en algún momento debí quedarme dormido, no sin antes reposar mi cabeza en el hombro de Karma y pedirle en un susurro que no le dijera nada a Asano-kun acerca de nuestro sensei.

Después de todo ese dolor de cabeza, lo prometido fue pagado, recibimos la recompensa pero decidimos ciertas cosas respecto a ella. Cada uno tomó un pequeño monto para nuestro manteniendo durante nuestra etapa escolar que aún nos faltaba, realizamos varias donaciones a distintos lugares e hicimos una compra grande entre todos... Compramos aquella montaña donde se encuentran todos nuestros recuerdos, aquel viejo edificio que nos vió creer en nuestro último año en la secundaria y por supuesto, donde el espíritu de Koro-sensei aún se mantiene.

El resto del dinero simplemente lo devolvimos...

Para darle comienzo, a nuestra nueva etapa de nuestras vidas....

Un par de días después

- ¡Karma!, ¡Cariño!- escucho una voz femenina llamarme.

A pesar de que sabía que llegarían hoy, no los esperaba hasta las altas horas de la noche, por mi propio pensamiento, no me tomé la delicadeza de limpiar más allá de mi habitación, por lo que, si hay polvo o demás en lo que resta del lugar, no me responsabilizo. La última vez que limpié toda la casa fue cuando mi pequeño ratón se quedó a dormir así que, supongo que la casa estará medio presentable.

- ¿Karma?, ¡Estamos en casa!- exclama, no puedo evitar imaginarme la sonrisa en su rostro, es extraño que mi madre esté molesta, por lo que, suele mostrar su lado encantador la mayor parte del tiempo.

- ¡Voy mamá!- respondo desde mi guarida llamada habitación, me levanto de la cama y me dirijo hacia la sala, donde veo a mis padres dejando sus maletas cerca de los muebles, supongo que traen más equipaje de lo que se llevaron esta vez- Bienvenidos a casa- digo para llamar su atención.

Mamá se acerca a darme un abrazo que dudo un momento en corresponder, pero lo hago.

- ¿Estás listo para comenzar la preparatoria?

- Oh~ Por supuesto- menciono recordando al señor segundón y a su séquito de inútiles- Serán tres años muy interesantes- sonrió con malicia.

- ¿A quién estas pensando torturar ahora?- recibo un ligero golpe en la cabeza en forma de puño por parte de mi padre, luego de eso me revuelve el cabello- Escuché que fuiste el mejor de tu año en la secundaria, ganándole al hijo del director.

- ¿Quién te dijo eso?- pregunto, de alguna forma, a pesar de que estuvieran lejos del país, ellos se enteraban de lo que hacía o al menos, de como era mi vida escolar.

- Mis contactos- aleja su mano- Como también nos enteramos de tu caída a la clase E- me lo suponía, aunque no me avergüenzo de ello- Y por supuesto la razón por la que llegaste a ella- su mirada se encuentra con la mía, es como si nos viéramos en un espejo, aunque, por alguna razón, el rojizo de mi cabello era más brillante que el suyo- Hiciste bien en ayudar a ese estudiante, sin importar de que clase fuera.

- Lo sé~ - menciono por obtener el apoyo por mis acciones, aunque, espero que no tengan verdaderos conocimientos de Koro-sensei- ¿Hace falta algo más papá?- pregunto intentando desviar el tema.

- No que yo...- es interrumpido por el grito de mamá.

- ¡Querido!, ¡Olvidé mi estuche con maquillaje en el taxi!

- Ya debió haber partido- responde para asomarse por la ventana- Ya no está en la entrada- mira un poco más arriba- Aunque va por la esquina- saca su celular y comienza a teclear rápidamente- Ya tengo el número de la placa, hay que llamar a la central de taxis de inmediato para evitar que alguien más lo tome.

Mamá se acerca rápidamente para quitarle el celular y poder correr hacia el teléfono de la casa para hacer su cometido. Era extraño verla así de preocupada y más por algo insignificante como el maquillaje que se puede reemplazar, por un momento pude ver los ojos color avellana de mi madre, la calidez en ellos no se esfumaba ni cuando estaba preocupada, de alguna forma... Me recordó a Nagisa, me llevo ambas manos al rostro para ocultar por unos segundos el repentino sonrojo traicionero.

- Vaya...- escucho el tono divertido de mi padre- ¿Acaso ya formalizaste tu matrimonio Karma?- bajo mis manos en un parpadeo.

- Puede decirse que sí- respondo con sinceridad, nada bueno sale de intentar mentirles en la cara- Ambos utilizamos los anillos como un compromiso futuro, aún no vamos a casarnos.

- Tendrás que contarnos todo lo que has hecho Karma, puede que sólo investigue tu vida escolar ya que no quiero entrometerme en tu vida personal- habla para caminar y tomar asiento en uno de los sillones- Pero soy tu padre y debo saber si tengo que preocuparme por la integridad de tu pareja.

A pesar de que habla de la persona por la cual tengo sentimientos, en ningún momento se ha dirigido a Nagisa como él o ella, conociendo a mamá, estoy seguro que le recalcó el hecho de que soy homosexual y por supuesto, tengo una pareja del mismo sexo, para evitar roces y malos entendidos.

- ¿Te preocupas más por él que por tu hijo?- pregunto con sorna.

- Por supuesto, conozco el alcance de mi hijo, es natural que me preocupe por él- sonrío de lado al notar que remarcó la palabra "él", creo que notó lo que quería comprobar, por algo no siempre me salgo con la mía cuando ellos están presentes- Principalmente si termina siendo tu polo opuesto, ahí si debo protegerlo con espada y escudo de ser necesario.

- ¡¿Qué crees que voy a hacerle?!- exclamo refunfuñando por sus palabras- ¡No he hecho nada!

- Aún- me recuerda, me cruzo de brazos, es como si pudiera leerme completamente, ¡Es muy molesto!- Tu madre me dijo que lo había invitado a cenar mañana, ¿Ya le dijiste?- al quedarme callado obtiene su respuesta- ¿No lo has hecho?

- Lo olvidé por completo- intento excusarme, realmente lo pasé por alto por tener mi pensamiento fijo en lo que haría al entrar en mi primer año de preparatoria y por supuesto, por haber hecho hasta lo imposible para obligar al peliazul a no cortarse el cabello todavía- Lo llamaré ahora para hacerlo.

- Está bien- responde insatisfecho por mi respuesta- Ayúdame a llevar esto a nuestra habitación, luego puedes llamarlo.

- De acuerdo- suspiro para tomar las maletas de mamá y encaminarme a su habitación.

.............

- ¿Hola?- al escuchar su voz al otro lado de la línea no puedo evitar sonreír, como adoro esa melodia.

- Hola pequeño ratón- saludo con mi característico tono juguetón.

- Si vas a seguir con el mismo tema de no cortar...- le interrumpo.

- Stop you one second Nagi~ - me aventuro a hablar en inglés- No te llamo para eso o almenos no en está ocasión.

- Es extraño que uses el inglés- menciona dejando de lado su enojo- ¿Qué ocurre está vez?

- Mis padres ya llegaron a la ciudad.

- ¡¿En serio?!- exclama emocionado, frunzo el ceño, no puedo creer que él se emocione de esa forma- ¡Me alegro Karma!

- Ya lo noté- digo con sarcasmo.

- ¿Eh?, creí que estarías más animado- me cuestiona al notar mi humor neutro.

- Pues te has equivocado esta vez- respondo sin tomarle demasiado interés al asunto- La razón por la que te llamé, es porque mis padres quieren invitarte a cenar, mañana en la noche, había olvidado mencionartelo antes.

- ¿Tú?, ¿Olvidar algo?- me cuestiona sin creerme- Dime la verdad, ¿Por qué no lo hiciste?- me conoce aún mejor que mis padres, no estoy seguro si mi padre se tragó el cuento de que olvidé hacerlo, pero ahora no me importa.

- Por Koro-sensei- respondo para dirigir mi mirada hacia la ventana- Mamá me dijo sobre la cena, el día anterior al que te dije que ellos vendrían, creí que lo mejor era no mencionarlo para solo involucrarnos en ese tema en especial.

- Entiendo... Pero vas a decirme que después de su muerte simplemente ¿Lo olvidaste?

- Bueno... Aún lo tenía presente en mi mente, pero no encontraba un momento adecuado para hacerlo.

- ¡Karma!, ¡Es una cena con tus padres!, ¡No el fin del mundo!- se exalta regañandome- ¡Tú viniste a conocer a mi madre a pesar de que no te agrada e incluso lo hiciste con mi padre!, ¡Yo también quiero conocer a tus padres!, ¡Por algo somos pareja!- el escucharlo exaltado últimamente no es raro, quizás esté aún molesto por mi pequeño impedimento hacia él- ¿Acaso no quieres que los conozca?

- No es eso Nagi~

- ¿Entonces Karma?, ¿Qué pasa?

- Simplemente por un momento pensé que no necesitabas conocer a alguien que no ha estado del todo presente en mi vida- respondo sincerandome con mi pequeño, siempre obtiene todo lo que quiere de mí y yo no puedo negarselo tan fácilmente.

- Karma...- la sorpresa en su voz no se hace esperar- Cariño... No puedes guardarles rencor a tus padres por ello, aún si no estuvieron contigo la mayor parte del tiempo, quiero conocer a las personas que te abrieron la puerta a este mundo, de no ser por ellos quizás no estaría teniendo esta conversación.

- Puede que tengas razón, pero, desde que tengo uso de razón, pasé mis últimos años de primaria solo como el resto de la secundaria sin que estuvieran del todo presentes- hablo mientras me alejo de ventana para sentarme en el borde de mi cama- ¿Sabes cuántos cumpleaños estuvieron ausentes?, o ¿Cuántos años nuevos?

- Karma...- el tono que usa me exaspera un poco, es como si sintiera lástima y es lo último que quiero generarle al ojiazul.

- No uses ese tono conmigo Nagisa- hablo con seriedad- No necesito lástima.

- ¡No intentaba hacerte sentir así!, ¡Lo siento!- se disculpa de inmediato- ¡Ya verás que las cosas cambiarán!, ¡No te preocupes!

- A veces envidio tu optimismo cariño~

- B-bueno...- tartamudea- Yo no pienso dejarte solo, así que no tienes por qué preocuparte.

- ¿Te he dicho que eres él mejor?

- ¿Ahora si me dices cosas lindas?- refunfuña- ¡Te recuerdo que he tenido que dar inicio a mi nueva etapa de vida con el cabello largo!, ¡Se suponía que me lo iba a cortar antes de comenzar mi año en la preparatoria!

- Lo sé pequeño ratón lo sé- hablo intentando no reírme e incluso usar mi característico tono burlón- Después de un par de días dejaré de impedir que te cortes el cabello, ya no insistiré en lo mismo.

- Espera un segundo maldito demonio- habla demostrando en cada palabra lo molesto que estaba- ¡¿Acaso era cierto lo que dijiste una vez?!

- ¿De qué específicamente?

- ¡Dijiste que querías que tus padres me conocieran con el cabello largo!- me reclama, sonrío al recordar ese momento- ¡Eres un idiota Karma!, ¡Aprovechaste la invitación a cenar para impedirme cortar el cabello para poder conseguir tu objetivo!, ¡Te prometo que mañana estaré en esa cena!, ¡Sin el cabello largo de una chica!, ¡Con el cabello corto de un chico!

- Nagisa, cariño, calmate- hablo en un tono pasivo, no quiero que lo haga, al menos, no para mañana- Mis padres saben que eres un chico y a mi parecer ambos lo han tomado mejor de lo que pensé.

- ¡No me importa!, ¡Me cortaré el cabello!

- Está bien- suspiro derrotado- Hazlo si quieres pequeña serpiente, ya no diré nada sobre ese aspecto.

- Lo estás aceptando mejor de lo qué pensé- habla con molestia y desconfiado- ¡Pero no voy a cambiar de opinión sin importar lo que digas!

- Ya te dije que no importa.

Realmente no recordaba ese detalle de que quería que mis padres lo conocieran con el cabello largo, pero fue una grata satisfacción recordarlo, la simple razón de mi pequeño deseo egoísta es que me gusta verlo con el cabello largo, siento que le da a Nagisa una sensación más sensual, quizás mi padre si tenga razón respecto a mis oscuras intenciones, me llevo la mano a mi cabello despeinandolo.

- ¿Qué estas pensando maldito diablo?- salgo de mis pensamientos al escuchar su voz.

- Nada Nagi~ - responde suspirando- Supongo que te espero mañana para la cena.

- ¡Por supuesto!- exclama emocionado- ¿Debo ir vestido formal?

- ¿Qué?- pregunto extrañado- No es necesario cariño.

- Está bien- responde- ¡Y me verás en mi nuevo look así te guste o no!

- Es una lástima... Ya no podré ver al Nagisa sexy que tanto me gusta.

- ¿Pero qué...?- exclama avergonzado- ¡Por un demonio!, ¡¿Qué estas diciendo?!- me imagino el bochorno en su rostro, sería una hermosa vista.

- La verdad- respondo sonriendo de forma socarrona- Así que te espero mañana a las 7 pequeño ratón.

- ¡No me cambies el tema!, ¡Y tampoco te atrevas a colgarme o juro que voy a golpearte!

- No pensaba hacerlo cariño- miento, realmente iba a hacerlo.

- ¿Qué querías decir con sexy?, ¡Y no te atrevas a mentirme!

- Está bien Nagi~ calmate- alejo mi mano de mi cabello, para posarla tapando mis ojos, esto si es vergonzoso- Realmente me encanta verte con tu cabello largo, siento que te ves... Sexy.

No recibo respuesta desde el otro lado de la línea, alejo mi mano sintiendo mis mejillas arder, pero me dura poco al no escuchar su voz.

- ¿Nagisa?

- Es... ¿Es cierto eso?- su voz se escuchaba algo distante, como si estuviera inseguro de mi pequeña confesión.

- Lo es- el calor sobre mis pómulos vuelve.

- No te creo.

- ¿Cómo vas a desconfiar de mí Nagi~?- le pregunto un tanto ofendido.

- Siempre sueles intentar manipular mis sentimientos en este tipo de situaciones, por eso no creo que lo estés diciendo en serio.

- Veo que realmente me conoces~ - hablo orgulloso y en tono socarron.

- ¿Ves?, me estás mintiendo para que no corte mi cabello.

- Aún si no me crees, en serio creo que te ves sexy, principalmente si lo llevas suelto- sigo dirijiendo mis pequeños pensamientos a él- Quisiera poder verte con esa cabellera todo el tiempo, pero no puedo evitar que quieras progresar como persona, te amo y quiero ser parte de eso.

- No sigas Karma...- le escucho decir, no puedo evitar sonreír al imaginarme su expresión sonrojada... Digna de una foto- Una última pregunta... Tus padres, ¿Tienen alguna preferencia en dulces?

- ¿Dulces...?- me lo pienso un poco- No realmente a mi padre no le fascinan las cosas dulces pero a mi madre le encantan las fresas como a mi~

- Era de esperarse- le escucho reír un poco- Bien nos vemos mañana, siete de la noche, ¿Cierto?

- Así es~

- Adiós Karma.

- Adiós pequeño ratón.

Procedo a colgar y escucho una pequeña risa a mis espaldas.

- Mamá, ¿No sabes qué es la privacidad?

- Estás en mi habitación cariño así que no era extraño que escuchara tu conversación- dice sonriendo para acercarse a mí- Definitivamente eres digno hijo de tu padre- niega con la cabeza divertida deteniéndose frente a mi.

- ¿Por qué lo dices?

- Por como hablabas con tu novio- aquello me avergonzó un poco- A pesar de que tu padre es un poco más coqueto, tu reúnes una combinación burlona y coqueta, siendo una combinación algo peligrosa- mi madre puede llegar a tener una intuición aguda que puede ser una arma de doble filo- Supondré que te encanta provocarlo para verlo avergonzado, ¿O me equivoco?

- Parece que a ti no puedo mentirte mamá- menciono sintiendo un ligero calor en las mejillas al verse descubiertas mis intenciones.

- ¿Será por qué he vivido más tiempo qué tú?- sé pregunta con cierta diversión en su voz, se lleva el dedo índice de su mano derecha a la mejilla, simulando que está pensando- ¿O será por qué tengo un gran conocimiento sobre tu padre y sobre ti?

- ¿En serio puedes decir que me conoces madre?- le pregunto serio, al escuchar mi cambio de tono, está se muestra un poco herida pero comprensible.

- No digas tonterías Karma- dice para posar su mano sobre mi cabeza y despeinarme- Pero entiendo porque lo dices.

Aleja su mano, por la ligera presión me ví obligado a bajar la mirada, pero al levantarla no pude evitar notar la tristeza en los ojos de la mujer que me trajo al mundo. A pesar de que mi apariencia y personalidad se parecen demasiado a las de mi padre, no quiere decir que no tenga rasgos distintivos de mi madre.

Aquella con ojos de un color avellana al igual que su cabello castaño claro, casi rubio, rasgos distintivos que la diferencian de mi padre pero que son llamativos a su manera. Su personalidad en mayor medida es bondadosa, positiva, optimista, intuitiva y por supuesto, no es bueno verla enojada, tiende a perder los estribos a pesar de su apariencia amable, pero por otro lado, llega a ser muy sentimental, principalmente cuando está triste.

- Lo siento Karma- dice sorprendiendome.

- ¿Qué estás diciendo mamá?- La interrogo.

- Por dejarte solo en tantos cumpleaños y años nuevos- abro los ojos sorprendido, eso quiere decir que escuchó casi toda mi conversación.

- Mamá- la llamo molesto- Puede que estuviera en tu habitación pero eso no quiere decir que tuvieras tal derecho a escuchar- ahora si me había molestado.

- Pensaba cambiarme de ropa cuando te escuché hablando, me iba a retirar pero ese pequeño detalle llamó mi atención...- intenta excusarse- Perdona por dejarte solo durante mucho tiempo todos estos años- su mirada no puede evitar cristalizarse, olvidé mencionar que cuando está triste a veces es muy sensible- Se que ahora no me escucharas del todo mis disculpas, pero realmente queríamos darte una buena vida pero con el tiempo te dejamos solo.

- Eso ya no importa mamá- respondo restándole importancia al asunto- Con el tiempo me acostumbré a estar solo en casa, así que ya es raro para mí el tenerlos aquí conmigo, pero no quiere decir que me moleste sus presencias, aprendí a cuidarme solo después de todo- hablo con cierta sinceridad intentando no ser tan duro con ella- Ahora, si me disculpas, tengo cosas que hacer- digo como excusa para salir del lugar.

- Te has pasado con tu madre Karma- escucho la voz prepotente de mi padre, lo miro de reojo esta recostado en el marco de la puerta cruzado de brazos.

- ¿Eso crees?

- ¿Qué te he dicho de hacer llorar a una mujer?, ¿Principalmente a tu madre?- se escuchaba decepcionado.

- Realmente creí que no había sido tan duro- suspiro- Pero, ¿Está bien que intentara tapar el sol con un dedo?

Preguntó antes de retirarme a mi habitación.

- Solo espero que el ambiente mejore para mañana.

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