Carmesí brillante

- ¿Y qué te parece Nagisa?- pregunto cuando todo ya esta listo y servido en la mesa. Veo que está sorprendido por lo que preparé para ambos.

- Hi... ¿Hiciste sushi?- habla sin creerselo todavía.

- Sólo quería complacerte un poco pequeño- hablo para sonreírle al ver ese gran brillo en su mirar.

Esta pequeña y primera sorpresa de varias que tengo planeas para ambos, aunque especialmente para Nagisa en este tiempo que se quedará conmigo, fue todo gracias a la ayuda de Ritsu. La primera fase de mi plan, fue algo tedioso porque incluso antes de que se presentara la oportunidad de que se quedara a dormir en mi hogar, estuve practicando el como hacer sushi, fue algo complicado al principio, pero luego se hizo más fácil, debo admitir que hubo un punto donde mi mal genio salió a relucir porque ya estaba harto de fracasar en la preparación del estúpido pescado crudo, lo cual sólo me enfadaba aún más, casi tiro la sartén y los restos de lo que alguna vez fue pescado por la ventana sin importarme a quien podría caerle alguna de las dos cosas.

- No me esperaba que supieras hacer sushi- estaba muy emocionado, pero intentaba contenerse a sí mismo- Además- desvía la mirada sonrojado- No tienes porque complacerme, cuando te quedaste en mi casa yo no te complací de tal modo- se le veía algo triste.

- Si lo hiciste Nagi~ - respondo restándole importancia a su reciente comentario- Toda aquella comida que sea preparada en casa me gusta, además...- delineo su mentón con mi dedo índice generando una pequeña caricia- No me sentí solo al cenar contigo.

- Karma...- dice en un tono sorprendido, sus ojos azules brillaban con intensidad, incluso un lindo color rojizo cubría sus pómulos- No me esperaba que me dijeras eso.

- Quizás debí decírtelo ese mismo día.

Niega sonriendo.

- No te preocupes- habla realmente conmovido- Me alegra poder escucharte decir eso.

Apoyo mi codo sobre la mesa para poder tener el soporte necesario y apoyar mi mejilla sobre la palma de mi mano.

- Anda Nagi~ prueba el sushi y dime que piensas- hablo para incitarlo a comer.

Este asiente dispuesto a probar mi comida. Le observo expectante mientras realiza todas sus acciones, al terminar de probarlo sus ojos se encuentran con los míos.

- ¿Qué te pareció?

- ¡Te ha quedado delicioso Karma!- exclama sonriendo ampliamente- ¡Me gusta!

Al ver sus expresiones y como alababa mi comida no pude evitar sentir como algo se removía en mi interior, incluso estoy seguro que estoy avergonzado, bajo por un momento la mirada, es como si mis barreras hubieran sido destruidas en ese pequeño instante por una de las personas más importantes para mí. A pesar de que he pasado la mayor parte de mi tiempo solo, valiendome de cierto modo por mi mismo, siendo un delicuente que hacía lo que quería y sobre todo, superior a todos, me sorprende, pero me agrada como está influenciando este pequeño en mi vida.

Levanto la vista para mirarle de nuevo, noté un leve avistamiento de preocupación en su mirada.

- ¿Estás bien?- pregunta- ¿Dije algo mal?

- Estoy bien, no te preocupes- hablo con tranquilidad- Terminemos de cenar, hay algunos deberes que terminar.

- Lo había olvidado- dice haciendo mala cara- Aunque me sorprende que digas que lo harás.

- No dije que voy a hacerlos, lo decía más por tu parte- hablo divertido.

- No tienes remedio- niega con la cabeza pero sonreía al hacerlo.

Realmente.... Lo amo.

...........

- Ya deja de insistir- hablo alzando un poco la voz.

Estamos en mitad de una pelea por un desacuerdo, mi pequeño ratón quiere hacerse cargo de limpiar la cocina como de lavar todos utencilios que usé para cocinar y para servir nuestra cena, pero me niego rotundamente ya que es mi invitado.

- ¡Al menos dejame ayudarte a secar los platos para poderlos guardar!- me pide alzando también el tono de voz.

- He dicho que no Nagisa- digo comenzando a molestarme- Yo me haré cargo.

- ¡Pero quiero ayudarte!- se queja- ¡Deja de actuar como un idiota!

- ¿Me has llamado...?- ese último comentario si me ha molestado.

- ¡Si!- exclama sin titubeos- ¡¿Tienes algún problema?!

Puede que en ocasiones me guste que demuestre agallas pero cuando se trata de desafiarme eso si me saca de mi zona de confort. Lo tomo desprevenido y lo cargo estilo princesa para llevarlo a mi habitación, lo dejo caer sin ningún toque de delicadeza en mi cama, mientras escucho sus quejas, camino para salir de la habitación y encerrarlo bajo llave, no quería echar a perder la noche por semejantes tonterías. Camino por el pasillo, los golpes a la puerta y los reclamos de Nagisa es lo que resuena en toda la casa.

Me dedico a limpiar la cocina y lo demás, luego de un rato, el lugar se sume en el silencio. Lo único que captan mis oídos es el sonido del agua saliendo de la llave.

..........

¡Karma!, ¡Idiota!

Realmente se ha comportado como un verdadero idiota, ¡Sólo quería ayudarle por lo que hizo por mí!, quería agradecerle por ello ayudándole a limpiar pero ¡No!, lo que me molesta aún más es que me haya dejado encerrado en su habitación, esa última parte no era necesaria. Ahora estoy pensando seriamente en no presentarlo con mi padre e inventarle una excusa a mi madre cuando vuelva de su viaje.

Cuando me cansé de rogarle y de golpear la puerta para que me dejara salir, me aventé a su cama, todavía sigo molesto con él. Me acuesto boca abajo y hundo mi rostro en su almohada, de inmediato me relajo al oler su aroma, ese detalle tan pequeño me tranquilizó bastante rápido, he fracaso al querer seguir enojado con él. Recuerdo la cena, realmente me sorprendió bastante el hecho de que hiciera sushi, especialmente por mí, mi pobre corazón latió tan fuerte que, llegué a creer que iba a sufrir de un paro cardiorespiratorio por su sorpresa, incluso, en ese momento cuando se avergonzó... Se veía tan lindo... Aunque intentó ocultarlo realmente... Estoy seguro que le ví sonrojado.

Sonrío de modo inconsciente, realmente amo a Karma, a pesar de como sea su personalidad, todo de él me gusta, me calma y me vuelve loco al mismo tiempo, en un buen y en un pésimo sentido, como lo ocurrido hace unos minutos. Suspiro para removerme en la cama y abrazar otra de sus almohadas contra mi pecho, ahora que lo recuerdo... Me sonrojo al recordar sus palabras.

"No me sentí solo al cenar contigo".

Que me haya abierto su corazón diciendo algo tan simple pero tan significado, me alegra bastante, soy consciente de que Karma pasa gran parte de su tiempo solo en casa o vagando por ahí involucrándose en peleas, es por eso que me alegró profundamente que me dijera que mi compañía le agrada.

Paso un rato dormitando hasta que escucho la puerta abrirse, era mi novio que entraba con cierta precaución y con un jugo de frutillas en su mano.

- ¿Es seguro entrar sin que mi vida peligre?- pregunta con un toque divertido en su tono de voz.

- No lo sé, dimelo tú- respondo a la defensiva, aún estando mas relajado cierto enojado seguía intacto.

Veo como toma un par de tragos de jugo favorito sin dejar de mirarme, cuando aleja el pitillo de sus labios, estos se curvan en una sonrisa, ¿Qué le parece tan gracioso?

- ¿Por qué abrazas esa almohada Nagisa?- aquella pregunta me deja sin habla, ¡No podía decirle que la abrazaba porque tenía su aroma!

- Suelo dormir así en ocasiones- respondo intentado no verme afectado por su mirada o por mi propio nerviosismo- ¿Acaso te molesta?

- Para nada- niega sonriendo burlonamente, es una mala señal- Por un momento creí que se debía a mi.

- ¿A ti?- exclamo de inmediato, lo cual no debí haber hecho- No todo tiene que ver contigo Karma.

Esa última frase me recordó a nuestra discusión el día que el ojidorado volvío al campus luego de una pelea cualquiera. Sus ojos me observan con cierta atención.

- Veo que estas aprendiendo algunas cosas de mí- le veo caminar para sentarse en la silla donde está su escritorio, el cual es incluso más amplio que el que tengo en casa.

- Eso no suena del todo bien- me quejo y me abrazo más a la almohada.

- ¿No tienes deberes que terminar?- me recuerda, me incorporo quedando sentado de inmediato en la cama, sin soltar la almohada.

- Cierto... Los he olvidado otra vez- me fuerzo a dejar la almohada en su lugar y camino a mi mochila para sacar mis cuadernos, libros de texto y lapiceros.

Me lo pienso un poco de donde ubicarme a trabajar, se muy bien que hay un espacio disponible en el escritorio de Karma, pero debo seguir molesto con él o al menos, actuarlo, ya que mi mal genio se disipó hace rato.

- Ven aquí Nagisa- un escalofrío recorre mi espalda, su voz se escuchó profunda y muy masculina, me maldigo en mis adentros por estar sonrojado- No te molestaré- volteo a verlo de reojo, realmente no está mirándome, esta buscando al parecer uno de sus videojuegos.

Suspiro y me encamino a su lado, me siento a su lado y comienzo a mirar las tareas que nos ha dejado Koro-sensei, ignorando por completo al pelirrojo.

Al finalizar la velada, ninguno habló de otra cosa que no fuera la tarea.

Aproveché que tenía a mi lado al más inteligente de la clase E para que me explicara ciertos vacíos que no lograba entender, para mi suerte, la forma de explicar de Karma no es tan complicada de entender como llegué a creer. Aún me faltaba terminar un ejercicio para terminarlo todo, pero su voz me distrae.

- Ya es media noche- habla bostezando- Es hora de dormir.

- ¡¿Eh?!, ¡Aún no acabo!

- Mientras hago el desayuno más tarde puedes terminarlo, no es tan complejo como crees.

- ¡Si no es tan complejo puedo terminarlo ahora!- refuto en desacuerdo.

- Bien Nagisa- habla para levantarse de su lugar- Iré a darme un baño para que lo termines con tranquilidad.

Busca un cambio de ropa y sale de la habitación. Ahora que lo noto, se siente una tensión realmente grande entre nosotros, al estar tan concentrado en la tarea no presté atención realmente a ello, pero ahora que salió de la habitación... Ya no estoy molesto y quiero tener al Karma que me fastidia sólo por obtener una satisfacción personal, pero aún así... ¡Lo amo!, porque todas las facetas del ojidorado me gustan.

Me golpeo las mejillas para volver a concentrarme, le demostraría que puedo hacerlo.

............

- El baño está listo Nagisa- me informa, escucho sus pasos en la habitación.

- ¡Lo hice!- exclamo orgulloso de mi trabajo, me acerco y casi le pongo el cuaderno en la cara, me contuve y simplemente se lo puse a unos centímetros del rostro- ¿Qué tienes que decir?

- A pesar que lo has hecho bien, hay un pequeño error en el ejercicio.

- ¿Un error?- miro mi cuaderno- Pero lo revisé como tres veces, está bien.

- Es algo demasiado simple Nagi~ - se aleja para sentarse en su cama y secar su cabello- ¿Estás seguro que lo revisaste a detalle?

- ¡Claro que sí!- respondo sintiéndome un poco ofendido por su comentario.

- Ve a ducharte Nagisa- dice, le miro, la toalla cuelga de su cabeza- Haré el ejercicio al lado para que tu mismo veas cual es el error.

Hago mala cara pero termino asintiendo, dejo el cuaderno en el escritorio, busco mi ropa de dormir y salgo de la habitación para darme un baño. Ya dentro de la bañera, me dí cuenta que realmente estaba cansado, parece que Karma tenía razón al decir que era tiempo de ir a dormir.

...........

Vuelvo a la habitación y encuentro a Karma mirando quien sabe que cosas en su celular. Lo ignoro por un momento y me dirijo al escritorio para comparar ambos ejercicios, pasé alrededor de diez minutos morando todo a detalle y encontré la diferencia lo cual, era realmente diferente a lo que llegué a creer, me confundí en una operación, puse un resultado que no era. Hago la corrección y borro el ejercicio hecho por Karma, a veces, realmente envidio esa inteligencia suya, aunque se muy bien, que estudia por su parte.

Siento una presencia detrás de mí, reacciono de inmediato pero soy detenido.

- Me sorprende que reacciones a mi presencia Nagisa- habla con cierta sorpresa y decepción.

- Lo siento, estaba tan concentrado en el ejercicio que realmente no sentí ninguna presencia- me disculpo avergonzado, sus manos se posan sobre la toalla que está en mi cabeza, comienza a secar mi cabello- ¿Karma?- le llamo un tanto confundido.

- ¿Sigues molesto conmigo?- pregunta sin abandonar su labor.

- No... Ya no...- respondo quedándome inmóvil por unos segundos, era extraña su acción pero se sentía bien recibir sus atenciones.

- A pesar de que deseaba que fuera un buen inicio- se arruinó realmente.

- No digas eso- lo tomo por los brazos para alejarlos y poder verlo mejor- Realmente agradezco que cocinaras sushi para mí, pero quería al menos agradecerte ayudándote a limpiar la cocina... Me molestó que no me dejaras, principalmente porque me encerraste en tu habitación.

Ahora estamos hablando como personas civilizadas, lo cual es bueno en cualquier sentido. Le escucho bufar, se aleja y se sienta en el borde de la cama, la toalla se desliza cayendo al suelo, al agacharme para recogerla, sus palabras me dejan de piedra.

- Yo quería consentir a Nagisa de cualquier manera.

Mi rostro, al igual que mis orejas se sienten acaloradas, debo tener la cara totalmente roja, agradezco que mi cabello oculte mis orejas, de lo contrario, le daría otra razón al pelirrojo para se burle de mí. Me levanto con la toallas entre mis manos.

- Ya... Y-ya no i-importa- tartamudeo con nerviosismo- Está todo bien, no te preocupes.

- ¿Eso significa que puedo seguir consintiendote?- esas palabras fueron como si una flecha se clavara en mi pecho.

- ¡Lo dices como si fuera un niño!- le reclamo intentando olvidar mi vergüenza.

- No eres un niño pero eres mi novio y no creo que esté mal querer consentirte- habla con un tono de voz serio pero con cierta malicia en su mirar, ¿Es acaso un tipo de venganza de su parte?, me va a dar algo un día de estos y todo por su culpa.

- ¡Deja de hacer eso!- chillo acalorado, me cubro el rostro con la toalla.

- ¿De hacer qué?

- ¡De burlarte!

- No me estoy burlando- responde demasiado serio, es algo poco típico en él, me descubro un poco el rostro, para poder mirarlo, me sobreexalto cuando siento como algo rodea mi cintura.

- ¡¿Karma?!- exclamo alejando del todo la toalla de mi rostro- ¡¿Qué estas...?!

- Quiero besarte.

¡Demasiado directo!

- ¡¿Ja?!- exclama conmocionado- ¡¿Por qué sales con eso ahora?!

- Porque eso es lo que quiero- lo acerco mas a mi pecho para abrazarlo- Tanto como te quiero a ti.

Siento como sus manos se aferran con fuerza a mi espalda.

- Yo también te quiero demasiado.

No puedo evitar sonreír, quiero que Nagisa sea sólo mío en cualquier aspecto, pero hay cosas con las que no puedo simplemente batallar todavía, como puedo, hago un movimiento rápido para cargarlo, recibiendo un grito de susto de su parte, incluso me insultó por ello.

- ¡No me asustes así!- se lleva una mano al pecho- Casi muero.

- No exageres- hablo para llevarlo hasta mi cama y acomodarlo, a pesar de que hay habitaciones de huéspedes disponibles, él se quedará conmigo, sin importar que no durmamos en la misma cama- Buscaré un futon, tú duerme aquí.

- ¿Qué?- cuestiona- De ninguna manera, yo dormiré en el futon, soy el invitado.

- Y como dueño de la casa, no te dejaré dormir en el futon, además, no quiero discutir por esto, así que acepta o dormiré contigo en la cama.

Veo que baja la mirada por un momento, avergonzado, doy la conversación por terminada, al estar dispuesto a salir por la puerta para buscar los futones, escucho como llama mi nombre, volteo a verle.

- Esta bien- habla mirándome sonrojado.

- ¿Acaso me estas diciendo que aceptas dormir conmigo?- cuestiono sorprendido. Le veo asentir mientras desvía la mirada.

Si vuelve a mirarme con esa expresión de nuevo, estoy seguro que haré algo más que abrazarlo y disfrutar de su compañía.

Cierro la puerta detrás de mí para dirigirme a la cama, lo miro con atención, intentando identificar si está completamente seguro de su aceptación o se arrepentirá de su decisión. En el momento en el que voy a apagar las luces, su voz me interrumpe de nuevo.

- Karma...

Su voz, su mirada, su expresión... Ya no puedo soportarlo más.

Me acerco rápidamente a la cama para subir y atraparlo entre mis brazos, le escucho exclamar por la sopresa pero lo silencio totalmente con un beso demandante.

Realmente... Este chico me volverá loco...

Sus manos se aferran a mi camisa, mientras intenta seguirme el beso, lo abrazo fuertemente por la cintura, una exclamación de su parte es ahogada en mi boca. Nos separamos por la falta de aire, dirijo mi mirada a su cuello, lo quiero... Me acerco de a poco y comienzo a dejar varios besos en la zona.

- K-karma... Espera...- me pide en un susurro.

- Lo siento Nagisa- sigo besando- Pero no creo poder detenerme... Tu expresión...- paso mi lengua cerca de su clavícula, una especie de jadeo se escapa de sus labios- Me vuelves loco Nagi~- sigo besando esa zona, quiero marcarlo, hacerlo mío en ese preciso instante, pero aún hay algo que me detiene.

Le doy un par de besos más en su blanquecino cuello, me abraza más fuerte, su respiración es irregular, se mueve un poco, provocando que su cabello se pose sobre su cuello, me alejo de ese lugar para mirar su rostro. Está sonrojado, con los ojos entrecerrados, es tan deseable esa expresión... Alejo uno de mis brazos de su cintura para tomar su mentón entre mis dedos y acercar nuestros rostros para besarlo de nuevo. Me corresponde, incluso el ojiceleste intensifica nuestro beso, al separarnos, volvemos a juntar nuestros labios, poco a poco, seguimos besandonos hasta que quedamos acostados en la cama, Nagisa debajo de mi cuerpo. Me separo completamente de sus labios, para mirarlo.

- Creo que es mejor que duerma en el futon-menciono intentando calmar el mar de pensamientos sucios y sentimientos revueltos que hay en mi interior.

- No hace falta- responde mi pequeño- Quedate a dormir a mi lado.

- Está bien- le sonrío de forma coqueta- Deja que apague la luz- le doy un corto beso en los labios antes de separarme y cumplir con mi cometido, vuelvo a su lado después de que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad.

Me recuesto en el lado libre y busco cobijarnos, Nagisa se acerca para acostarse a mi lado y acurrucarse, realmente juega con mi poca cordura.

- Buenas noches Karma- dice acomodando su cabeza en mi hombro, paso mi brazo por su cintura, abrazandole.

- Buenas noches pequeño- beso su cabeza antes de cerrar los ojos y disfrutar de la calidez de mi novio.

............

- Buenos días Nagi... ¡¿Qué le hiciste a Nagisa-kun?!- exclama un tanto asustado el pulpo- ¡¿Karma-kun?!

- ¿Qué diablos estás diciendo?- pregunto confundido.

- ¡¿Cómo me respondes eso?!- su tentáculo se acerca al cuello de la camisa del peliazul, alejandolo un poco, justo en la zona donde mis labios se pasearon hace unas horas- ¡La piel de Nagisa-kun está roja!

- ¡¿Qué demonios?!- exclama asustado se lleva la mano a su cuello, Koro-sensei aleja su tentáculo- ¡Karma!- me acusa.

- No tienes nada- hablo con seriedad- ¿Acaso es una artimaña para tu libro?

Veo como respinga ante mi pregunta, comienza a silvar mientras se aleja.

- Además...- mi tono de voz detiene su acto de huir- ¿Cómo sabías lo del cuello?, Nos espiabas, ¿Verdad?- pregunto con seriedad.

Me pregunto que hubiera pasado si la escena de anoche hubiese terminado en algo más íntimo, no puedo evitar imaginar como entraría el odioso pulpo por la ventana evitando que le robe la inocencia a Nagisa, eso si me darían ganas de poder darle unos buenos y merecidos tiros en la cabeza. Miro de reojo al ojiceleste, este oculta su rostro con sus manos.

- ¿Debo tomar esa acción tuya como un rechazo a lo ocurrido anoche?- pregunto, puede que en ese momento no se quejara y ahora si lo haga, en el preciso instante que nuestras mentes están frías.

Se acerca y me abraza para cubrirse el rostro con mi pecho. Le correspondo el abrazo.

- Fue... Fue extraño pero... No fue incómodo del todo.

- Eso quiere decir que puedo avan...- me interrumpe.

- No puedes avanzar- responde arruinando mis deseos de momento.

Pero la guerra la ganaré con gusto y en alto.

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