Caprichos

- Preciosas las horas de llegar Karma- habla Nakamura-san con cierto mal humor.

- Me disculpo por eso- dice para tomar asiento cerca de Isogai-san- Pero tuve algunos contratiempos esta mañana.

No me miró directamente, pero creo saber que esa indirecta va para mí completamente, aunque estoy seguro que no fuí la única distracción del pelirrojo esta mañana.

- ¿Por contratiempos querrás decir que hablas de Nagisa?- meto un respingo en mi lugar por las palabras de la rubia, su tono pícaro logra sonrojarme violentamente.

Por mí reacción todos voltean a verme, no sé si es bueno que el maldito diablo esté sentando lejos de mí, le miro de reojo y veo una pequeña sonrisa en su rostro, maldito demonio.

- Ya tranquilos chicos- habla nuestro presidente de clase, agradezco escuchar su voz y no la de Karma- Venimos aquí a hablar sobre nuestra misión de mañana, no sobre la situación amorosa entre estos dos- habla civilizadamente.

- Gracias Ikemen- dice con su tono de voz juguetón- Si quieren comenzar la reunión voy a pe....

- Mmm Karma- le llamo interrumpiendo su discurso, su mirada dorada se posa sobre mí- Ya te pedí algo para que puedas desayunar- digo nervioso- No deben tardar en traerlo.

- Oh~ gracias mi pequeño ratón- dice satisfecho con una sonrisa pícara. Desvío la mirada avergonzado, no quería que me llamara de esa forma frente a los chicos.

- ¡Karma-kun!, ¡Nagisa-kun!- nos llama Kaede-san- No es momento de coqueteos, es un momento serio.

- ¡Lo sé!- exclamó con las mejillas al rojo vivo- ¡No era mi intención!- exclamo nervioso.

- ¿Ahora no vamos a poder avanzar si estos dos están en el mismo salón?- pregunta divertido Maehara-san- No es momento para molestar a Nagisa- dice intentando calmar las aguas- Karma, comienza a hablar por favor.

- Okey~ - dice sonriendo- Verán, esto es lo que he planeado....

.........

- ¿Es necesario que nos quedemos aquí...?- pregunto sonrojado- ¿Y así...?

Estábamos los dos solos, en la habitación que habíamos apartado para nuestra reunión, estoy sentado en el regazo de mi novio mientras este me abraza por la cintura.

- ¿Acaso te avergüenzas de mí?- pregunta acomodando su mentón en mi hombro.

- ¿Qué demonios estas diciendo Karma?- digo frunciendo el ceño- Por supuesto que no.

- ¿Entonces por qué te avergüenzas?- pregunta besando mi mejilla.

- Supongo que puede ser porque no hacemos esto fuera de nuestras casas- admito cerrando los ojos, sintiéndome cómodo entre sus brazos.

Nuestros amigos se han ido ha cumplir con sus obligaciones y a preparar lo de mañana. Puede decirse que justo ahora estamos en nuestra cita, pero no hemos salido de este lugar, es extraño que no hayan venido a verificar si está desocupado para limpiar y organizar el lugar.

- Tienes razón, pero justo ahora tenemos un momento de privacidad, ¿Por qué lo desperdiciaría así de fácil?

Era un buen punto que no veía como desacreditar, sin importar como lo viera, era posible que esta fuera nuestra última cita si no lográbamos cumplir nuestro objetivo... Ahora que lo pienso de esa forma, todo lo que hemos hecho hasta el día de hoy ha sido pensando en un futuro, uno donde ya no tendremos la guía de nuestro maestro, aquel asesino y segunda persona que se preocupó por nosotros después de Aguri-sensei. Sonrío con cierta tristeza al pensar de esa forma, no tendría que pensar en este tipo de cosas, estaba seguro que nos graduariamos, que cortaría mi cabello, que mantendría mi relación con la persona que me abraza por la espalda justo ahora y por supuesto, seguiría el legado que nos dejaría Koro-sensei como su estudiante.

Había tantas cosas que hacer pero el tiempo se nos escapaba de las manos, ahora que lo pienso, ¿Era buena idea tener una cita justo ahora?, cuando ¿Deberíamos enfocarnos en el principal objetivo de la clase 3-E?

- Nee~ ¿Nagi?, tierra llamando a Nagisa- reacciono a su llamado.

- ¿E-eh?, ¿S-si?, ¿Decías algo?- pregunto nervioso.

- Tal parece que no escuchaste que esta noche me quedaré contigo...

- ¡¿Eh?!, ¡¿En serio?!- no me parecía buena idea, considerando que mi madre estaba en la ciudad.

- No- niega suspirando- ¿Qué tienes en la cabeza pequeña serpiente?

Me llevó la mano derecha al rostro intentando esconder el bochorno, definitivamente sabe como jugar con mis emociones, sabe como molestarme en cambio yo no se como hacerlo con él. Cierro los ojos por un momento concentrandome únicamente en su agarre en mi cintura como su respiración en mi cuello.

- Mañana... ¿Todo acabará no?- me atrevo a hablar de ello, a pesar de que habíamos realizado una especie de pacto silencio para no hablar de ello, principalmente en nuestra cita.

-.... Si- responde luego de unos segundos, como si quisiera indicarme que no era el momento o el lugar para hablar de ello- Si todo sale según lo planeado, cumpliremos con nuestro objetivo- puedo sentir como sus labios se posan por unos segundos en mi cuello antes de separarse, a pesar de que no lo esperaba, esa pequeña acción viniendo de Karma, no se comparaba a lo que suele hacer.

A pesar de que quería seguir hablando de ello, decidí morderme la lengua y enfocar mi atención en lo que pasara el día de hoy, a comparación de las demás personas, éramos los únicos conscientes de que el mundo que conocemos podría desaparecer el día de mañana, pero, si la clase 3-E logra su cometido, todo lo mencionado sobre Koro-sensei en las noticias sólo se convertirá en un simple recuerdo que sólo nosotros, mantendremos vivo hasta que llegue el momento de nuestra muerte.

El legado de Aguri-sensei como el de Koro-sensei...

- ¿No tenemos cosas que hacer?, ¿Karma?- le pregunto desviando el tema- Quiero saber porque me hiciste vestir formal.

- Ah es cierto~ - dice con su tono de voz juguetón- Hoy compensaré aquella cena que no pude invitarte por el inconveniente de la llegada de tu madre.

- ¡Oh!- exclamo sorprendido- Por las ropas...- murmuro pensando con cuidado- ¡¿Acaso me llevaras a uno de esos restaurantes elegantes?!- le reclamo de forma acusadora.

- Bueno...

- Karma.

- Me sorprende la desconfianza con la cual te diriges hacia mí Nagi...- dice fingiendo dolor e indignación en su voz- No es un restaurante elegante... Y no voy a revelar mis secretos porque el motivo de mi sorpresa se arruinaría- bien jugado demonio carmesí- Por ahora, vamos a otro sitio, estamos invadiendo este lugar.

- Tienes razón.

...........

- ¿Puedo saber el motivo por el cual he sido arrastrado hasta aquí?- pregunta mi novio luego de que le he arrastrado hacia un puesto de helados que me ha llamado la atención.

- La respuesta es simple- digo mientras tomo asiento en una de las mesas desocupadas- No siempre debo cumplir tus caprichos Karma, ¡Yo también tengo los míos!- me cruzó de brazos intentando mostrarme serio ante la situación.

Y... Es cierto. La mayoría de las veces desde que comenzamos a salir he cumplido cada uno de los caprichos del demonio pelirrojo y según entiendo, las cosas deben estar equilibradas entre ambas partes para que una relación se sostenga, ¿No?, me he decido a que tengo que darme mi lugar, especialmente si quiero que esto no termine antes de lo que deseo porque... Esa es una de las cosas que no quiero.

Sus orbes dorados me observan con atención, apoya su codo izquierdo sobre la mesa y al mismo tiempo, posa su rostro sobre su palma extendida, sin dejar de mirarme. Las comisuras de sus labios se elavan, dando paso a una bella sonrisa, ¿Cuántas veces he podido verle sonreír de esa forma?, es como si estuviera feliz... complacido de escucharme decir eso... Acaso... ¿Acaso esperaba que yo dijera eso?

- Tu...- frunzo el ceño mirándolo con cierta molestia creciendo en mi interior- ¡Maldito demonio!- exclamo.

Al darme cuenta, la chica que nos iba a atender detiene sus acciones al escuchar mi exaltación. Incluso pude notar que una pareja a dos mesas frente a nosotros, volteó a vernos, ¡Que vergüenza!

- ¡Lo lamento mucho!- me disculpo inclinandome ligeramente, intentado ocultar el creciente sonrojo en mis mejillas, nunca creí que esto me pasaría, estoy agradecido que no fuera en medio de la cena que tenemos planeada, ¡Hubiera dejado al maldito pelirrojo sólo en la mesa y hubiera huido!

- No se preocupe- dice la pelinegra con un tono de voz tranquilo y amable- Entiendo que puedan tener alguna discusión de pareja- ahora no se si sentirme tranquilo por la aceptación de la camarera o porque el confundirme con una chica sea tan común, levanto la mirada y evito mirarlo- Si me lo permiten, les dejaré el menú para que seleccionen lo que deseen- dice con una sonrisa, poniendo sobre la mesa dos cartas, una para mi y otra para Karma- Volveré en unos minutos.

Al decir aquello, se retira para acercarse a otro mesa, tomo la carta con la total intención de desviar mi atención a lo que sea que se me antoje, por ahora no quiero mirarlo y ver la burla en sus ojos, ya es demasiado para mí haber montado una escena. Observo lo que ofrece el establecimiento y logro obtener lo que quería... ¡Mi pequeño antojo de helado!

- Nagisa...- escucho su voz, pero lo ignoro, no estoy de humor- Nagisa- su tono es serio, es como si quisiera atraerme utilizando ese truco, en ocasiones no se si tomarlo en serio o simplemente ignorarlo- Nagisa, mírame por favor.

- No lo haré Karma- respondo molesto, rehusandome a su petición.

- Aún si no quieres mirarme te lo di...- se ve interrumpido por la presencia de nuestra camarera.

- ¿Han decidido que ordenar?

- ¡Si!- respondo mostrándome simpático- Quisiera una copa de helado por favor.

- ¿Con qué sabores de helado la desea?

- Mmm... Vainilla, menta y chocolate- no le daría el gusto de pedir algo que tuviera fresas incluidas.

- Entendido- se dirige al pelirrojo- ¿Y usted?

- Con un té helado es suficiente.

Eso me sorprendió un poco, ¿Akabane Karma no pidió malteada o algo con fresas?, esto era una especie señal hacia el apocalipsis, lo cual me recordó que realmente podría pasar así que me regalo cortésmente una cachetada mental por mis estúpidos pensamientos. La pelinegro recoge las cartas y se retira, decido recostar mi cabeza sobre mis hombros, seguiría con mi actitud de rechazo hacia él, por lo que mirar hacia los lados mientras descansaba un poco no era una mala opción.

- Como dije antes, tendrás que escucharme- su tono de voz era serio y profundo, un escalofrío recorre mi columna vertebral- Lo siento- se disculpa- No esperaba que fueras a reaccionar de esa forma, se que no te gusta llamar la atención y por supuesto, no quería molestarte- por mucho que intentara buscar mi atención no se la daré- Creo que notaste mi intención completamente- por supuesto que lo había hecho- Nagisa, mírame por favor- reitera.

- No quiero Karma- respondo sin moverme.

- Estas actuando como todo un caprichoso- suspira pesadamente- Y eso, es justamente lo que quiero.

Su simple sonrisa me lo hizo entender todo en ese momento, puede que ese hecho no me moleste del todo, pero, es probable que esté molesto conmigo mismo por actuar de esa manera, no fue mi mejor reacción, pero indirectamente se debió a ese pelirrojo así que, puedo ignorarlo si eso es lo que deseo.

- Has cumplido con cada uno de mis caprichos desde que comenzamos a salir- sigue hablando- No siempre te tienes que forzar a hacer todo lo que yo quiera Nagisa, como me dijiste antes, yo también debo ceder a los tuyos.

- No digas tonterías Karma- me digno a levantar mi rostro de la mesa para encararlo, su expresión me hace saber que no se esperaba esa respuesta- Si he cumplido tus caprichos ha sido porque yo los he querido realizar también, o almenos la mayoría- me explico logrando sorprenderlo un poco- Eso solo significa que quiero las mismas cosas que tú, que realmente quiero que nuestra relación avance- intento sonar serio, pero el creciente calor en mis mejillas le quita el toque de seriedad que quiero darle a mis palabras- Quiero estar contigo, Karma.

Por unos segundos el ojicobre no articula palabra, el fleco cubre sus ojos, cuando voy a intentar hablarle, este reacciona antes de mi reacción.

- Y justo ahora, no estuvieras en público... Te comería a besos Nagisa... Y no me haría responsable de mis actos- su tono de voz fue una mezcla de picardia y de deseo que me recorrió cada fibra del cuerpo, debería aprender a modular mis palabras cuando hablo con él, ya sea si estamos en público o a solas, Karma es el verdadero peligro al que debo enfrentarme cada día.

- Karma, estamos en público, comportate- le recrimino frunciendo el ceño- Ya me hiciste pasar vergüenza, si lo haces de nuevo, dejo todo tirado, me levanto y me largo de aquí, es una promesa Akabane Karma- le amenazo.

- Ya entendí Nagi- dice sonriendo- Tranquilo, además, quiero que me acompañes a la cena de esta noche.

- Vas te vale no comportarte como un idiota- le recuerdo. Unos segundos después, la camarera que nos atendió nos trae nuestros pedidos.

- Que lo disfrute-nos dice con una sonrisa antes de retirarse.

Estoy seguro que mis ojos deben estar brillando al ver que mi antojo de algo dulce y frío está frente a mí. Pruebo primero la bola de helado de menta, ¡Está delicioso!, miro de reojo al pelirrojo que mira hacia la ventana teniendo el vaso de té en sus manos. Por el momento, prefiero no comentar nada y disfrutar del momento.

Luego de notar lo callado que estaba mi acompañante decido mirarlo de nuevo. Su vaso está vacío y yo, no quiero llenarme solo de helado.

- Karma...

- ¿Si?- menciona para voltear a mirarme.

- ¿Quieres?, ya estoy lleno... Creo que abusé un poco con mi pedido.

- Mmm... Esta bien- dice para acercar su mano y tomar la cuchara, queda un poco de helado de las tres bolas con una galleta- Es extraño comer algo que no tenga fresas, pero sabe bien.

- Si, ¡Principalmente la de menta!

- Aunque tal parece que al ser de tu mayor gusto no tuve la dicha de probarla del todo.

- Lo siento- me disculpo con un ligero sonrojo en mis mejillas.

- Está bien, me gusta descubrir gustos tuyos que no he conocido todavía.

- Karma idiota- digo sonriendo sin abandonar el calor en mis mejillas.

............

- Ya te lo dije, si no caminamos un rato antes de ir al restaurante, no podrás comer la mayoría de la comida- digo mientras entrelazo mis dedos con los del peliazul.

- Creo que en ese momento no lo consideré de manera adecuada- le escucho decir avergonzado.

- Tienes suerte que tenemos alrededor de 2 horas para que disminuya tu llenura- sonrío al ver su rostro.

- No me hagas sentir culpable, ¡El helado estuvo sabroso!- intenta defender su postura, pero no creo que funcione en este caso.

- Está bien, no diré más- intento hacer las pases para evitar una pelea sin sentido, una donde el objeto a discusión fue la parada por un simple helado- Supongo que tendré que tener en cuenta futuras paradas por ello.

- Mmm... Es posible que eso ocurra- menciona más animado- Te digo a partir de ahora que, como iremos a preparatorias diferentes, las citas entre ambos deben ser más frecuentes ¿No?, ya que no pasaremos todo el tiempo juntos.

- Ha...- resoplo con fastidio- Había olvidado por un momento que no te tendría junto a mí como lo estás ahora- uso un tono de voz dolido totalmente actuado- En serio va a ser raro no tener en la misma clase Nagi.

- Miralo por el lado positivo, eres la leyenda de la clase E que vuelve al campus principal decidido a vencer a todos en lo que respecta los estudios.

- Puede que esa sea la razón por la que deseo quedarme, hacer que el señor segundón y su séquito de mediocres queden por debajo de mí- sonrío con malicia- Pero eso no quiere decir que no vaya a notar tu ausencia Nagi~

- Definitivamente te has vuelto dependiente de mi Karma...

- Es posible que así sea, pero... mientras conserves ese anillo en tu dedo, estaré más tranquilo conmigo mismo, ya que no estoy dispuesto a entregarte a nadie como tampoco estoy dispuesto a perderte.

- Karma... dice mi nombre en un susurro- Eres un demonio posesivo y celoso, ¿Lo sabes?

- Si, soy consciente de ello y no tienes forma de librarte de mí, así que tenlo presente.

- Hoy estás diciendo muchas tonterías Karma- suspira frustrado- Si sigues de esa forma te prometo que te dejaré, no quiero tener un novio celoso que no confíe en mi, así te haya dicho antes que yo...- volteo a mirarlo, sus mejillas con un intenso color rojo en sus mejillas.

"Y si ser tú esposo significa estar siempre a tu lado, ¡Pues lo haré!"

Aún podía escuchar esas palabras siendo pronunciadas por sus labios, ese momento me hizo, infinitamente feliz, no sonreí como idiota para no darle el gusto de molestarme en ese momento.

- Me duele que digas eso, pero, si no deseo perderte, tendré que cambiar y fortalecerme contigo y eso no está en discusión.

- Esa última parte me agrada mucho más- responde sonriendo.

De a poco vamos encontrando puntos a favor que ambos apoyamos para proseguir con los siguientes pasos de nuestra relación. Es... extraño, en ocasiones me he detenido a pensar que he hecho realmente bien para que Nagisa se sintiera atraído por mí, soy consciente que mi personalidad no es la del príncipe cliché que todas las chicas adoran, incluso sería extraño que alguna chica tuviera un interés romántico en mí, pero este chico que me acompaña ahora... Me sorprende aún que mi inclinación fuera esta, como también, que me hubiera enamorado de mi mejor amigo, esto último suena tan común en todos los aspectos, pero el ser correspondido no lo es siempre...

Quizás no sea aquello con lo que las mujeres sueñan o incluso no soy del interés romántico general para aquellos hombres con mi misma orientación, pero de cierta forma, quiero dar lo mejor de mi para mejorar y por supuesto, seguir junto a Nagisa, no quiero perder a la única persona, sin contar a mis padres, que me acepta con todos mis defectos y deseos de superioridad, aunque estos últimos no han estado tan presentes en mi vida como lo ha estado mi pequeño ratón, pero conocen mis alcances a pesar de todo, creo que intentar taparles el sol con un dedo sobre mi situación aquí en Japón mientras ellos están fuera es imposible... Principalmente a mamá, aunque papá no se queda atrás, ahora entiendo de donde heredé mi ingenio, aunque mi personalidad bromista y sádica es otro aspecto aparte que no tiene explicación del todo.

- ¿Karma?

- ¿Si?- reacciono.

- ¿Estás bien?- pregunta preocupado- Por un momento no respondiste a mis llamados, es más, te quedaste callado un largo rato, muy extraño en ti.

- Oh bueno... Me quedé pensando un momento.

- ¿Hay algo que no me hayas comentado?- pregunta intranquilo.

Detengo mis pasos, provocando que él también se detenga a mi lado, veo nuestras manos entrelazadas y no puedo evitar notar ese accesorio en su dedo, acerco nuestras manos a mi rostro, todo con la intención final de besar sobre el anillo y por supuesto, eso hago.

- Oye... ¿Qué está pasando contigo?- se nota desconfiado por mis acciones.

- ¿Qué no puedo mostrarme cariñoso contigo?- pregunto levantando la mirada, sus orbes azules me miran con duda.

- No digo que no, pero en público lo más lejos que hemos hecho es tomarnos de la mano o un par de besos que me has robado- se explica, en eso tiene razón, no he querido ir más lejos para no incomodarlo.

- En eso tienes razón así que hoy...- aprovecho nuestras manos unidas para jalarlo hacia mí y abrazarlo con mi brazo libre, es un pequeño acto inocente que, espero no lo moleste.

- K-karma...- murmura mientras siento como forma un puño sosteniendo mi ropa- ¿Qué estás haciendo idiota?

- Demostrarte lo enamorado que estoy de ti, no tengo que besarte para hacértelo saber ¿No?

- Si...- su tono de voz se escucha más dulce- Con cada acción que haces es suficiente para mí- responde de acuerdo a ello.

Mientras Nagisa decía aquellas palabras, no puede evitar que mi corazón se sobresaltara, este pequeño ratón tiene un efecto tranquilizador como inquietante, a veces siento que una ligera caricia está alejando todo aquello que me atormenta o que al menos, aleja esa soledad que me ha estado acompañando durante años, puede que no lo parezca, pero llegar a un hogar amplio donde nadie te espera, no es lo más emocionante de la vida. Con el pasar de los años comencé a aceptarlo como parte de mí, pero Nagisa ha alejado de a poco ese sentimiento, es por eso y por mucho mas, que no deseo perderle.

- Te quiero Nagisa...- digo en voz baja, utilizando su mismo tono.

- Yo también te quiero Karma.

Tiempo restante

Un día.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top